Capítulo
3
Había
sido una semana bastante agitada para ser la primera del ciclo escolar, tenía
frente a sí el nombre del vino que le tocaba llevar a la cena, pasaría antes de
llegar a casa. Su hermano era chef y era muy especial para ella, había sido
siempre su confidente y defensor desde pequeña, un hombre encantador. Se
preparó para recoger sus cosas y retirarse, antes se detuvo y marcó a la
conserjería.
-Don
Pablo nada más para recordarle lo de alimentar a mis peces, la oficina queda
abierta, muchas gracias que tenga un fin de semana tranquilo.
Escuchó
que tocaban en la ventana, se trataba de la profesora Gavaldón. Le hizo la seña
para que pasara.
-No
quisiera entretenerla profesora, veo que ya se va, pero tengo un problema con
la cerradura de mi oficina y pensé que podría ayudarme con la extensión del
conserje.
-Claro,
es la 028. -Se levantó para seguirla que ya había salido de su privado. ¿Se
atascó la llave?
-Creí
que había sido yo, que jalé antes de girar correctamente, pero creo que es la
llave equivocada, ahora no gira, ni sale ni nada.
-Déjame
ver antes si puedo hacer algo yo. -Se acercó y empujó con firmeza y luego giró
suavemente, la llave salió. Con una sonrisa de triunfo le extendió la llave.
-¿Cómo
hiciste? Intenté de todo.
-A
veces es la maña, no la fuerza, profesora, aún con su sonrisa. El profesor
Anguiano seguido tenía el mismo problema, sólo recordé lo que él me dijo “empuja fuerte y gira suave” y ya está.
-La
próxima vez lo recordaré, gracias. -Se sintió torpe, hizo un puchero y los
labios hicieron una simpática mueca, apetecible, pensó Izumi.
-No
ha sido nada, pero cuando se te ofrezca, estoy a tus órdenes profesora. -Sin
darse cuenta se mordió el labio inferior lentamente.
La oferta
estaba hecha, sólo tenía que aceptarla, pensó Jordan. ¿Qué clase de persona era
para aprovecharse así de su ofrecimiento? Un momento, todo estaba pasando muy
rápido por su mente, sólo a ella se le ocurría que eso estuviera pasando, la
miró y luego al llavero que sostenía.
-Gracias,
lo tendré en cuenta. -Y sacudió el llavero. Tratando de distraer su atención
pues sentía que se había ruborizado, además había sentido una punzada placentera
en el vientre bajo.
Esto
a Izumi la sorprendió, el notar un ligero rubor en la profesora, tal vez sólo
creyó verlo, aún así su corazón latió fuerte no sabía explicarse si eso era la
felicidad de haber sido ella la causa y le hizo sentir bien. Regresó por su
bolso y se marchó hacía el estacionamiento, al verla pasar Ivonne la alcanzó.
-¿No
pensabas despedirte amiga?
-¿Eh?
oh! solo caminé sin pensarlo. Luego te platico como estuvo la cena de hoy, ¿nos
hablamos?
-Que
te vaya bonito. -No quiso decirle nada, pero notó un cambio en su rostro, sus
ojos expresaban dicha, emoción, no supo describirlo. ¿Qué le habría pasado a su
amiga?
Pasó
a la tienda especializada en licores y pidió le ayudaran con el vino de mesa,
después de pagar se fue a casa. Sentía un torbellino en su interior, la sonrisa
no abandonaba su lindo rostro, parecía haber recibido un regalo esperado por
largo tiempo.
Al
anochecer llegó muy animada a casa de sus padres. La casa tenía ese rico aroma
familiar de su postre favorito.
-Ya
llegué! Hola a todos. -Saludó.
-Estoy
en la cocina, ven.
-Hola
madre ¿cómo va tu pie? -besó su frente, eran parecidas pero su madre era más
pequeña.
-Muy
bien, el doctor dijo que siga usando el ungüento, ya no tengo molestias, pero
debo acabar el tubo.
-Me
da gusto, ¿y papá, dónde anda? -cogió un vaso para servirse agua.
-Subió
a cambiarse de ropa, en cualquier momento llega tu hermano con la cena.
-¿Porqué
no la preparó aquí?
-Según
entendí, sólo la pondrá al horno unos minutos y estará lista. ¿Por cierto
trajiste el vino?, -señaló la botella con un dedo. Se giró para ver a su hija a
los ojos. -Y no viene solo, viene con una chica. Me dijo que no te contara nada
pero estoy feliz cariño.
-Entonces
por eso no quiso cocinar aquí, para no dejarla entre nosotras, ja, ja.
-Hola
cariño, ¿qué tal la primer semana de escuela?
-Hola
papá, muy bien, algo movido. -Se acercó para abrazarlo. -Sabes que tu hijo
vendrá acompañado?
-Me
lo decía tu madre, pero debemos comportarnos, no queremos espantar a la chica
¿eh?
Escucharon
el timbre, salieron de la cocina para recibir al primogénito. El padre abrió la
puerta para encontrar a su hijo sosteniendo una charola en las manos, abriendo
más para que pasara cómodamente.
-Buenas
noches familia ¿cómo estás papá? -Dándole un beso en la mejilla.
-Bien
gracias, deja te ayudo con esto. -Le pasó la charola y la llevó a la cocina,
para volver de inmediato. -¿Dónde está? -preguntó.
-Fue
al auto por ella; -estaban los tres en la entrada viendo como abría la puerta
para ayudar a bajar a su acompañante.
Una
joven bonita de cabello castaño, se veía un poco nerviosa, algo le susurró al
oído y él le devolvió un gesto tierno. Se veían bien juntos. Caminaron hacía
ellos de la mano. Ya dentro de la casa, cerró la puerta.
-Familia
les presento a Pilar Romero, mi novia. -La chica se sonrojó tímidamente.
-Hola
bienvenida un gusto tenerte en casa, -la madre se acercó y beso su mejilla,
dándole un corto abrazo.
-Soy
Román Durán, un gusto señorita y le estrechó la mano.
-Soy
Izumi, me da mucho gusto conocerte, -también se acercó a besar su mejilla.
Después
de las presentaciones, se sentaron a platicar un momento mientras la cena
estuvo lista, bebieron el vino, se contaron algunas indiscreciones infantiles,
pero sirvió para relajarse, al final la chica confesó que estaba muy nerviosa
pero ahora se sentía muy bien y contenta.
Hiroki
le entregó los chocolates a su hermana, quien los tuvo que abrir porque su
padre le pidió que mostrara su buena educación, pero amablemente todos los
rechazaron pues sabían que era la debilidad de Izumi.
Mientras
se despedían Izumi atrajo a su hermano y le dijo al oído.
-Me
ha caído muy bien tu novia, porque no me lo contaste primero?
-No
sé, soy un bruto, pensé que te pondrías celosa hermanita, yo que sé, perdóname
por favor.
-Claro,
sólo me extrañó un poco es todo, sabes que te amo y quiero que seas feliz.
-Sabes
que yo quiero que tú también lo seas. La vio directo a los ojos. De verdad
hermanita me encantaría que sintieras lo que yo siento por Pilar. Todo llega a
su tiempo, pero también tienes que desearlo.
La
abrazó con fuerza, medía unos quince centímetros más que ella, por lo que se
paró de puntitas para crecer un poco. Cerró sus ojos y vio a Jordan, respiró la
colonia de su hermano y besó su mejilla.
-Yo
también quiero serlo, estaré alerta lo prometo.
Al
día siguiente salió temprano al parque, no podía dejar de pensar en ella, ahora
mientras esperaba que pepper se olisqueara con otros camaradas, se dio cuenta que
constantemente volvía su imagen a ella una y otra vez, que importante era para
los seres vivos el olfato, no podía negar que a ella le cautivó su olor, la
fragancia de su cabello, luego la de su ropa, combinada con su perfume. Se
sintió estremecer sólo de recordarlo.
Pero
además estaba su mirada, el movimiento de su cuerpo, la temperatura de sus
dedos cuando la tocaron, estaba segura que las chispas que saltaron las habían
sentido las dos, tenía tantos deseos de acariciar su cabello y de estrecharla
en sus brazos. Porque tenía que ser con ella precisamente, es decir en su trabajo.
Sintió que pepper se paró en su pierna llamando su atención. Decidió dejar de
pensar, necesitaba correr para refrescarse con el viento, pues su cuerpo
empezaba a calentarse peligrosamente.
-¿Tengo
que hablarte, puedo ir al restaurant?
-Ahí
no podemos platicar, mejor ven ahora.
-Ya
salgo. Bye.
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Hola, muy linda la historia continua asi.. Saludos!
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