Capítulo 11
Están llegando a fin de mes y debemos despedir la
exposición y dar la bienvenida a la siguiente. Era la semana de intervalo en la
que quitaban el material de la anterior lo embalaban, separando lo que se había
vendido para entregar al comprador y el resto se devolvía a su creador, esta
era la parte que no les gustaba a sus empleados, les divertía más la parte de
acondicionar y crear para acoger la nueva colección que, en cualquier momento
llegaría.
En estos días tampoco podría escaparse a Casa Azul, había
coincidido en fin de mes lo que la obligaba a estar realizando el balance.
Habían pasado casi tres semanas sin verla, sólo hablando y eso la estaba
poniendo claramente de malas, y todos lo empezaban a notar al no tenerles
paciencia y en las reuniones tenía que esforzarse al máximo, no podía irse
hasta que de menos estuviera montado el mobiliario y las luces coincidieran a
la perfección.
-Aida, por favor puedes acercarme las carpetas que creo
que dejé en tu escritorio?
-Enseguida. Entró con un café en la otra mano y se lo
entregó.
-Eres lo máximo lo sabías? estaba pensando en pedirte
uno, pero hasta la mente me lees, gracias.
-Brenda tienes un momento?
-Sí dime.
-Este día ha sido particularmente pesado, pero creo que
algo te pasa. Hace unas semanas estabas de lo más encantadora con todos y ahora
eres algo así como la madrastra del cuento, cuéntame todo está bien?
-Sucede que debí haber ido hace como dos semanas con Mara
y con tantos proyectos, que es muy bueno no me quejo, no he podido volver.
-Mara no te pone así y lo sabes.
-Está bien, conocí a alguien en su cumpleaños y quería ir
a verla.
-Oye debes confiar un poco más en tú equipo, puedes ir y
nosotros nos haremos cargo, tenemos experiencia.
-No puedo, la diseñadora que creó la disposición de
objetos de esta exposición llega en un rato y no quiero que se lleve una mala
impresión si no me encuentra, me pidió que la atendiera y es lo menos que puedo
hacer, esta exposición es importante para mí y todos ustedes como equipo, así
que me pondré al 100 y no tendrán más quejas, espero este fin de semana salir a
carretera, gracias Aida creo que tenía que hablarlo contigo.
-No es problema ya lo sabes, sólo no te encierres tanto.
Desde el marco de la puerta Héctor nos dijo que había
llegado el camión y la señorita Fiona Macías preguntaba por mí. Tomé un largo
trago a mi café y con fuerzas renovadas salí a su encuentro.
-Buen día soy Brenda Castrejón bienvenida.
-Hola Soy Fiona Macías, veo que han adelantado con algunas
bases, la saludó con una sonrisa coqueta.
-Sólo ponemos a la vista las bases por si te sirven,
gustas pasar a la oficina para revisar el diseño que traes.
-Claro vamos, aquí traigo los planos, chicos por favor
vayan bajando con cuidado los objetos.
-Héctor por favor acompáñalos. Éste asintió y salió del
local.
Brenda le daba el paso y observó que podría tener no más
de cuarenta años, tenía un porte felino, con su cabello perfectamente recortado
al ras de su barbilla negro azulado.
-Puedo usar esta mesa? Desplegando ya los planos.
-Adelante, se acercó a su lado y comenzó a recitar los
detalles de cómo quería acomodar cada objeto y las luces sobre ellos, así
estuvieron por un espacio de tiempo considerable.
-Me parece de muy buen gusto la distribución que me
muestras tendremos que traer algunas cosas de la bodega para empezar y que no
nos gane el tiempo.
-Espero el día y la hora de la apertura con ansias, es un
gran proyecto para mí también.
-En marcha entonces. Y fue a revisar que ya estuvieran
los objetos en la galería.
Pasaban de las nueve de la noche y apenas iba tomando
forma el fondo de la exposición, los paneles con la nueva pintura secaba
rápidamente, así que por la mañana continuarían los trabajos.
-Bueno chicos dejamos hasta aquí el trabajo, mañana los
veo temprano para continuar, los felicito y gracias a todos, Fiona esta todo en
regla?
-Sí gracias, por la mañana seguimos buenas noches y mucho
gusto, mostrando su coqueta sonrisa se acercó y se despidió de beso.
-El gusto es mío, después de ese gesto se hizo hacia
atrás evitando un mayor contacto, se apagaron las luces, mientras los chicos
checaban las puertas que estuvieran cerradas, salió con Héctor hacia el
estacionamiento subterráneo.
Parece que todo está en orden, sus cosas de trabajo y
personales, tenía ganas de salir lo más pronto posible de ahí ya no podía seguir
en aquél paradisiaco lugar, ya había terminado su cruzada.
-Pero el plan era tipo dos meses Tami, que pasó te trató
mal Miguel? Codeándolo en las costillas.
-Oye! Pero si la he tratado como lo que es, de la
familia.
-Chicos nadie me ha tratado mejor que ustedes, he estado
maravillosamente cómoda, feliz cómo en casa…
-Pero…
-Me hace falta Brenda, lo siento tengo que ir a buscarla
y saber si fue sólo algo de un fin de semana o es algo más…yo quiero que sea
algo permanente, me entienden chicos?
-Por supuesto, aquí tu amiga que está celosa, pero yo
entiendo que es necesario que pongas en claro tu corazón, cariño.
-Me chocas cuando te haces el comprensivo, es mi amiga yo
te la presenté y Tami estoy feliz por ti, se que tienes que ir a arreglar este
asunto y espero que regreses con ella de la mano, ven acá abrazándola y a punto
de llorar.
-De acuerdo no es para tanto volveré lo prometo, gracias
por tanto amor chicos.
La acompañaron a bajar sus cosas y acomodaron todo en el
auto, Mary le preparó un aperitivo para el camino, se despidió de todos y
partió en busca de la mujer que le había puesto el mundo de cabeza.
Al pasar cerca de los comederos, se paró para saludar a
la señora Anita, no tenía apetito para los guisos, pero si compro algunos para
llevar, en casa no tenía comida, sólo enlatados, no le vendría mal seguir con
la comida casera.
Antes de llegar a casa paró en el súper a comprar algo de
fruta y verdura había aprendido un par de cosas para cocinar. Compró una
botella de vino y se dispuso a llegar a casa a desempacar. El portero la ayudo
a subir las maletas y una vez en casa se desplomó en su mullido sillón, ya era
de noche, mañana tengo que buscarla, se dijo.
Al día siguiente abrió los ojos no tenía ganas de
levantarse, quería verla, escribir y hablar ya no le era suficiente, tenía que
ponerse de pie para llegar y supervisar los avances.
-De acuerdo lo haré por ti porque tú me inspiras y
terminando esto correré a tus brazos! Se levantó y fue directo al baño.
Salió del departamento enfundada en un pantalón de
mezclilla que le quedaba muy bien y un blusa camisera blanca que le ajustaba a su
esbelto cuerpo, un par de botas altas y el cabello en alto para que no
estorbara a la hora de moverse por todos lados.
Llegó hasta la oficina llevando su capuchino en la mano,
ya estaban todos, la sorprendieron gratamente, paso la mañana revisando algunas
cosas que habían quedado pendientes. Cuando recibió un mensaje se apresuró a
leerlo, no era de ella, era un proveedor. Lo eliminó y decidió salir a almorzar
buscó a Aida para avisarle y la encontró en el salón anexo había un picnic.
-Brenda iba por ti, mira la sorpresa de Fiona encargo
almuerzo para todos, ven y acércate ese banco a menos que prefieras el piso
como los chicos.
-El banco está bien, pero no debiste molestarte Fiona
gracias.
-No gracias a tu equipo, son muy eficientes y esto nos
ayuda para trabajar con mejor rendimiento, no lo crees?
-Definitivamente estoy de acuerdo, acertó a decir Aida.
-Ha sido una buena idea, lo reconozco.
-Ten prueba esta pasta te va a gustar y con su tenedor
picaba una porción y se la ofrecía…
Pensó en rechazar la oferta, parecía inofensiva además
nadie prestaba atención, se acercó abrió la boca y justó vio cómo la observaba
Aida cómo con una sonrisilla atorada, -mm si es buena.
Prefirió no darle importancia y siguió comiendo
comentando algunas cosas con los demás sobre los detalles de la inauguración
del día siguiente. Tenía que hablar más tarde a la imprenta para saber si
tendrían los folletos hoy mismo, así como las lonas que colocarían
estratégicamente dentro del local. Según los cálculos en la noche ya para
cerrar estaría todo acomodado listo para la mañana siguiente sólo detallar. La
cita era a las seis de la tarde, el artista y creador de la exposición llegaría
a las siete, lo que daría tiempo para llegar a quienes cubrirían la nota para
los periódicos locales.
Justo en ese momento ella pasaría con su equipo a segundo
plano, y podría darse a la fuga al día siguiente. Ansiaba que llegara el sábado
para partir lo más temprano posible.
Tami despertó con la emoción en su cuerpo, era viernes
ya, antes de buscarla le enviaría flores quería sorprenderla. Sabía por la
página web que esa noche abrirían una nueva exposición y tendría la oportunidad
de conocer su ambiente.
Se levantó, se baño, se arreglo y quiso pasar con Elthon
su estilista pues ya necesitaba un corte urgente.
Hablo a la florería y encargó un ramo de flores blancas y
fue explícita al pedir incluyeran gardenias, a ella personalmente le gustaban
mucho así que pensó que sería una buena idea, ningún mensaje sería sorpresa.
Quedó de pasar a pagarlas. Al salir de la estética iba un poco distraída, así
que no notó el Audi rojo que se detuvo junto a ella.
-Hola lindura no pensabas avisarme que habías vuelto a la
ciudad?
Se paró en seco y levantó la vista al cielo. Porque a mí
Señor no pido nada sólo salud mental y amor, diablos!
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Mmmmmmm
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