Ninguna de las dos se movió
hasta que la peli terminó. Ahogué un bostezo. Creo que me voy a la cama, Lena,
estoy muy cansada. Murmuré, levantándome y estirándome como un gato. Cuando la
miré de nuevo, me di cuenta de que me estaba observando atentamente. Me aclaré
la garganta ya que todavía seguía mirándome fijamente con una extraña expresión
en su cara. Oh, bien, sí, está bien. Voy directo a casa entonces, estaré de
vuelta en media hora dijo, poniéndose de pie para salir. La seguí y cerré la
puerta detrás de ella, un poco desconcertada. ¿Por qué era todo tan tenso y
extraño entre nosotras esta noche? Sería probablemente porque estaba tan
molesta con ella esta mañana que hice las cosas un poco torpes. Me cambié
rápidamente a una camiseta sin mangas y pantalones cortos, me lavé los dientes,
el pelo, y me metí en la cama.
Esta estaba fría y era demasiado grande, al
igual que cada noche. Después de unos veinte minutos o así, escuché a mi
ventana deslizarse y cerrarse de nuevo. Ropas cayeron al suelo y luego la cama
se hundió detrás de mí. Ey, ¿estás dormida? susurró. No, todavía no murmuré.
Levanté la cabeza para poder poner uno de sus brazos bajo mi cuello. Apretó el
pecho contra mi espalda y envolvió su otro brazo a mí alrededor, lanzando una
pierna sobre la mía. Le oí suspirar mientras me retorcía para acercarme más a
ella, me encantaba que Lena durmiera
conmigo, la cama no se sentía bien sin ella. ¿Qué pasa? pregunté, tirando de
sus brazos apretados a mí alrededor y presionando mi rostro en su brazo,
oliendo su increíble aroma que era como ninguna otra cosa en el mundo. Nada,
Ángel. Sólo estoy cansada, eso es todo murmuró contra la parte posterior de mi
cabeza, presionando sus labios en mi pelo. Está bien. Buenas noches, Lena
susurré, besando su brazo. Buenas noches, Ángel respondió, besando la parte de
atrás de mi cabeza me hace sentir segura y calmada. Me hundí en un sueño
pacifico.
Me desperté con la familiar
sensación de ser aplastada; me retorcí, empujando mi hombro hacia atrás. Lena
movió su peso ligeramente. Estaba abrazándome en cucharita por detrás,
respirando profundamente en la parte trasera de mi cabello. Su pesado brazo
cubriéndome, sujetando mis brazos en mi pecho, sostenía mi mano apretadamente,
nuestros dedos entrelazados, su pierna tirada casualmente sobre mí. Rápidamente
silencié la alarma de mi teléfono y la codeé en el estómago. Seis en punto
murmuré somnolientamente, cerrando los ojos. Diez minutos más, Ángel. Todavía
estoy cansada murmuró ella, empujándome más fuerte contra sus pechos. Nop, no
diez minutos más. La última vez se convirtió en una hora y Javier casi te
atrapa aquí murmuré, codeándola en el estómago una vez más. Movió su brazo e
inmovilizó mis manos en la cama cerca de mi cabeza, en una posición de oración.
Sólo diez minutos más, Ángel se quejó. Suspiré y cerré los ojos de nuevo. No
había forma de discutir con ella cuando estaba así, simplemente no tenía la
energía a esta hora de la mañana para pelear con ella. Ambas nos deslizamos de
nuevo en el sueño, instantáneamente. ¡Aleja, será mejor que ya estés lista!
gritó mi hermano, golpeando la puerta. Me levanté de un salto y también Lena,
era más de las siete. Er… sí, estoy lista ya, Javier grité en respuesta,
mirando a Lena que estaba frotándose la cara, luciendo un poco aturdida. Bien.
Voy a desayunar. Apúrate. Lena conducirá hoy así que está lista para irnos en
media hora ―llamó Javier a través de la puerta, antes de caminar a zancadas por
el pasillo. Caray, Ángel, ¿por qué no me despertaste? acusó Lena, frunciendo el
ceño. La miré en advertencia, y le di mi mejor mirada de muerte. ¡Lo hice,
imbécil! ¡Dijiste “diez minutos más” y luego me inmovilizaste en la cama para
evitar que te codeara! ―gruñí sarcásticamente, haciendo una mala imitación de
su voz. Ella sonrió burlonamente y me empujó de vuelta a la cama, sujetando mis
manos sobre mi cabeza y rodando sobre mí. ¿Te inmovilicé en la cama? ¿Estabas
soñando conmigo otra vez, Ángel? Podría hacerte ese sueño realidad se mofó, con
su rostro a centímetros del mío ¡Ya quisieras! Ahora, apártate de mí, Lena, y
ve a alistarte. Conduces hoy, aparentemente siseé, asintiendo hacia la ventana.
Ella suspiró y se levantó de mí, poniéndose sus jeans y camiseta. Trepó por la
ventana, silenciosamente, cerrándola detrás de sí al irse. Caminé hacia ella y
la aseguré antes de dirigirme a la ducha más rápida de todos los tiempos.
Después de vestirme más pacíficamente que ayer, me concentré en mi iPod y
estaba bailando felizmente cuando la vi comiendo mi cereal de nuevo. ¡Cada
jodido día! Suspiré y robé el cereal de sus manos. ¡Demonios, Lena, hay como cuatro cereales en
las alacenas y sólo comes el mío! ¿Por qué? ¿Lo haces solo para enojarme?
pregunté, frunciendo el ceño, cuando comencé a masticar mi desayuno. Buenos
días para ti también, Ángel dijo educadamente, con una sonrisa de diversión en
su rostro. Claro, hola. Me dejé caer y comí mi cereal mientras Javier entraba
en la cocina. Hey, chicas, ¿están casi listas para irse? preguntó Javier,
lanzándonos a cada una caja de jugo como
siempre. Ambas asentimos y nos dirigimos al auto de Lena pitando para la
escuela. Mientras me acercaba a la escuela, Saúl me agarró y me llevó para una
charla. ¿Qué pasa? pregunté, preocupada.
Parecía un poco desesperado; su cabello estaba desorganizado, como si hubiera
estado jalándolo o pasando sus manos por él un montón, sus ojos estaban tensos con
estrés. Olvidé que el cumpleaños de Tara es mañana, ¡y no tengo ni idea de que
darle! chilló desesperadamente, pasando sus manos por su cabello fuertemente,
confirmando mis sospechas sobre el estilo. Cálmate, todavía tienes tiempo.
Ahora, ¿qué clase de cosas le gustan? Pregunté, pensando en Tara y todo lo que
sabía sobre ella. Quería darle algo que pudiera quedarse con él, pero no sé
qué… Cerró sus ojos, obviamente entrando en pánico Saúl, cálmate. ¿Qué te
parece unos lindos pendientes? ¿Le
gustan las piedras, verdad? También podrías darle un nuevo joyero o algo para
ponerlas dentro sugerí su rostro se iluminó. ¡Sí! Tiene un gusto por los
joyeros antiguo en este momento. ¡Esa es una idea genial! Oh Dios gracias,
Aleja. ¡Te debo a lo grande! Voy a saltarme la mañana para poder conseguirla
dijo, sonriendo emocionadamente y corriendo, gritando adiós por su hombro.
Caminé de regreso al colegio, y noté que no había casi nadie, mierda santa,
¿llego tarde? Comencé a correr por el pasillo; pude ver a Lena y un par de sus
amigas caminando hacia mí. Disminuye la velocidad, Ángel, te caerás gritó Lena,
sonriéndome mientras yo medio corría, medio caminaba hacia ella. Cuando la
pasé, ella sacó su pie para hacerme tropezar, pero antes de que golpeara el
suelo envolvió sus brazos apretadamente alrededor de mi cintura, y me levantó.
Caray, Ángel, sé que soy caliente, pero no necesitabas caer a mis pies bromeó,
haciendo reír a todos sus amigas. La golpeé en los brazos mirándola. Oh también
me gusta un poco rudo, Ángel, sabes eso dijo, sonriendo retorcidamente. Todavía
no había soltado mi cintura, dio un paso hacia adelante y presionó su cuerpo
contra el mío, sus manos se deslizaron hacia mi trasero. Mmm, genial ronroneó
en mi oído. Odiaba ser tocada; traía recuerdos de mi padre. Jadeé, y antes de
que siquiera pudiera pensar en lo que estaba haciendo, subí mi pierna y la
golpeé en el estómago, ella gruñó y me soltó rápidamente, doblándose por la
mitad y agarrando su estómago. ¡Mantén tus jodidas manos fuera de mí! grité, tratando
de no llorar. Estaba luchando por respirar y mis manos estaban temblando, me di
la vuelta para alejarme corriendo pero me agarró por la mano y me empujó hacia
ella de nuevo, Ángel, sólo estaba bromeando, sabes que nunca te haría daño
gimió. Su voz se quebró un poco, sonaba como si tuviera dolor. Miró
directamente a mis ojos; pude ver la honestidad en sus profundos ojos azules
acuosos, me dio un abrazo y puso sus labios en mi cuello, justo donde se unía
con mis hombros y respiró profundamente por su nariz, enviando a su aliento
caliente a bajar por mi cuello. Esto es lo que siempre hacía para calmarme,
cuando lloraba en su hombro; esta era la única cosa que parecía funcionar.
Podía sentir su corazón latiendo rápidamente contra mi pecho, así que me concentré
en hacer juego con mi respiración y la suya, respiré su olor hasta que me había
calmado. Me moví hacia atrás y ella sólo me estaba mirando, arrepentimiento en
su rostro. Lo siento. No debería haber hecho eso, Ángel, no pensé dijo en tono
de disculpa asentí con la cabeza y bufé, limpiándome la cara con la manga. Yo
también lo siento. ¿Te duele? le pregunté, haciendo una mueca ante la idea de
cuán fuerte le había dado un rodillazo se encogió de hombros estoy bien, fue mi
culpa respondió, inclinándose para mirarme a los ojos de nuevo. Aparté la vista
rápidamente, sintiéndome incómoda. Tenía la sensación de que cuando Lena me
miraba a los ojos, podía ver el verdadero yo, ella que trataba de esconderse de
todo el mundo, la niña asustada a la que no le gusta que la gente la toque,
porque me traía recuerdos de aquellos domingos y mi padre llevándome al sofá,
guiándome a sentarme en su regazo. Cuando la gente me tocaba, incluso las
chicas, mi corazón se iba a toda marcha y siempre comenzaba a sentirme enferma.
Las únicas excepciones a esto son mí madre, Javier y Lena. Esta era la razón
exacta por la que no tenía citas. La idea de que alguien me tocara o besara,
hacía que mi piel se pusiera de gallina. Aparté la vista de ella y me di cuenta
que tenía una gran mancha húmeda en el hombro en el que había estado llorando.
La limpié, frunciendo el ceño. He arruinado tu blusa. Tengo otras, Ángel, no te
preocupes contestó con una sonrisa fácil, que no era la sonrisa de satisfacción
que le ha dado a otras personas, era una sonrisa sincera, que por lo general
sólo se consigue en la noche o cuando no había nadie alrededor. Miré a mi
alrededor y me di cuenta que estábamos solas en el pasillo, me quedé sin
aliento en estado de shock. ¿Dónde? Murmuré, mirando arriba y abajo del pasillo
desesperadamente. Ellas fueron a clase respondió. Vamos, no hay razón para ir
al final, así que vamos a ir por un trago o algo así. Me tomó de la mano hacia
ella estacionamiento, hacia su coche Lena, ¿qué? ¡No puedo faltar a clase!
grité, mirando a mi alrededor rápidamente para ver si alguien veía a dos
estudiantes escapando fuera de la escuela se echó a reír. Vamos, Ángel, una
clase no te hará daño. Ya estás diez minutos tarde de todos modos. Abrió la
puerta del pasajero y me hizo señas para entrar suspiré y de mala gana me subí
dentro. Realmente no me importaba pasar tiempo con Lena, pero eso sólo dependía
de cual Lena estaría aquí conmigo, la de la noche o la del día. La Lena de la
noche era considerada, cariñosa y atenta. La Lena del día era una coqueta, una
hija de puta. Sin embargo, la Lena del día y de la noche me hacía sentir segura
y protegida. Me volví a mirarla mientras conducía, tenía una pequeña sonrisa en
su rostro. ¿Qué te pasa? le pregunté, un poco preocupada de que esto fuera a
convertirse en una especie de broma que iba a acabar mal para mí o
avergonzarme. ¿Qué quieres decir? ¿No puedo estar contenta de que estamos
pasando un tiempo juntas? me preguntó, y me dio un guiño coqueto. Puse los ojos
y gemí genial, una hora con la Lena del día es mi peor pesadilla. No estaba
prestando atención a dónde íbamos, así que me sorprendí cuando nos detuvimos en
el estacionamiento de la pista de hielo. Ella sonrió y se levantó, y yo le
seguí con el ceño fruncido. ¿Qué estamos
haciendo aquí? le pregunté mientras me agarraba la mano y me llevaba dentro.
Tal vez tenían un buen café en el interior o algo, que era la única razón que
se me ocurrió para que me trajera aquí hizo caso omiso de mi pregunta. Hola,
por favor, dos dijo a la señora detrás del mostrador, entregándole el dinero.
Di un grito ahogado, ¿en realidad íbamos a patinar? Había estado patinando un
par de veces en mi vida, pero era completamente terrible en ello. ¿Necesitas
alquilar patines? preguntó la señora con una sonrisa amigable, mientras sus
ojos discretamente recorrían el cuerpo de Lena. Sí, un once y un cinco por
favor respondió, guiñándome un ojo. Fruncí el ceño mientras hablaba,
preguntándome cómo demonios conocía mi talla de zapatos. Le pasó dos juegos de
patines y ella sonrió de nuevo, tomó mi mano y me arrastró a los bancos. Me di
cuenta que la señora no dejaba de ver a Lena mientras se alejó, y ella se
relamía los labios en su trasero. Me reí y puse los ojos en ella, lo cual la
hizo ruborizarse y mirar hacia otro lado. ¿Qué es tan gracioso?—Preguntó Lena,
mirándome extrañamente. Tienes otra admiradora declaré, asintiendo con la
cabeza hacia la mujer. Simplemente no puedes evitar ser tú misma, ¿puedes?
bromeé con una pequeña sonrisa. No te preocupes, no estoy interesada en ella
respondió, mirándome como si quisiera decirme algo. ¿Preocupada? Lena, yo no estaba preocupada.
Me burlé de eso, mientras ponía los ojos .Nos cambiamos a nuestros patines y
nos dirigimos hacia el hielo. No había nadie más allí, probablemente debido a
que era sólo justo después de las nueve de la mañana. ¿Por qué estamos haciendo esto? Sabes que no
puedo patinar. Hice una mueca, mirando el hielo, comenzando a entrar en pánico
ella se rio y tiró de mí hacia el hielo. Lo sé, lo recuerdo. No te preocupes,
te ayudaré. Lena y mi hermano jugaban hockey sobre hielo para la escuela. Ambos
habían estado patinando desde hace años, pero yo nunca había sido capaz de
hacerlo. Me encantaba ver a la gente patinando y siempre deseé poder aprender,
pero literalmente no podía ponerme de pie. Tomó mis dos manos mientras
resbalaba y me deslizaba por todo el lugar. Ella estaba patinando hacia atrás,
frente a mí. Estás doblando los tobillos ligeramente, Ángel. Trata de
mantenerlos de forma recta, por eso no tienes ningún control dijo mirando mis
pies, me quedé más recta y sentí que mis pies se deslizaban hacia afuera por
debajo de mí, al instante, me agarró por la cintura y se inclinó hacia atrás de
manera que ambas caímos y caí encima de ella, su cuerpo rompiendo mi caída. Se
rio debajo de mí, me empujó hasta las rodillas, así que yo estaba a caballo,
luego me senté a su lado. Yo no podía ponerme de pie así que esperé a que se
levantara primero. Está bien, intentemos el número dos. Sonrió, tirando de mí a
mis pies con facilidad. Párate derecha y mantén los pies quietos, te voy a
tirar de todo hasta que puedas conseguir el equilibrio. Le dio una patada en
mis patines con suavidad, empujándolos para juntarlos a medida que se apoderaba
de mis manos con fuerza me las arreglé para mantenerme en pie durante un tiempo
antes de perder el equilibrio. Una vez más, me agarró por la cintura y se
inclinó hacia atrás para que cayera encima de ella. ¿Por qué sigues haciendo
eso? le pregunté, empujándome a mí misma en una posición sentada de nuevo. Podía
sentir el hielo comenzar a mojar la parte de atrás de mis jeans, haciéndome
temblar. ¿Haciendo qué? preguntó, mirándome con una expresión confusa. Cada vez
que comienzo a resbalarme, te dejas caer haciéndome aterrizar encima de ti. Te
vas a lastimar expliqué frunciendo el ceño se encogió de hombros mejor que sea
yo que tú murmuró en voz baja, levantándome a mis pies otra vez. Me le quedé
mirando, sorprendida. ¿Acababa de decir eso? Tal vez le oí mal; estás
mejorando, duraste por lo menos un minuto más que la última vez bromeó con su
sonrisa patentada. OK, eso se parece más a la Lena que conozco, debí haberla
escuchado mal después de todo. Ja, ja. Bueno, un minuto está bien para mí.
Sabes que no puedo hacer esto me quejé, cayendo de nuevo al instante. Se las
arregló para sostenerme sólo agarrando mis caderas, presionando nuestros
cuerpos y levantándome del hielo de manera de que pudiera colocar mis pies de
nuevo desde el principio. Sentí a mi corazón empezar a latir más rápido, pero
no era por el temor habitual de que alguien me estuviese tocando, era algo más
que no podía entender. Me sonrojé y miré hacia otro lado mientras ella me puso
de nuevo sobre mis pies. ¿Por qué te sonrojas? preguntó, frunciendo el ceño,
pero mirando divertida a la vez.No me sonrojo. Hace frío, eso es todo. Mi
trasero está congelado, creo. Me di la vuelta para mostrarle mis pantalones
mojados, frotando mi trasero para tratar de alejar un poco el frío. La oí tomar
una respiración profunda y dejar escapar un suspiro. Miré hacia atrás para ver
que estaba frunciendo el ceño con los ojos cerrados, lucía como si estuviera
herida o algo. ¿Estás bien? le pregunté,
todavía frotándome el trasero. Ella asintió con la cabeza y se quitó el suéter.
Colocó su suéter bajo mi cintura y la ató con un nudo en el frente. ¿Qué estás
haciendo?, te vas a resfriar la regañé mientras trataba de desatar el nudo que
había hecho. No te preocupes, estaré bien. La próxima vez traeré un suéter de
repuesto para tu muy delicado trasero respondió, agarrando mis manos y empezando
a tirar de mí otra vez. ¿La próxima vez? ¿Qué quiere decir con la próxima vez?
No es que no esté pasando un buen rato, pero estar aquí con Lena, era extraña,
se sentía raro. Bueno, eso no era estrictamente cierto ya que en realidad se
sentía bien, por lo que se sentía raro. ¡Eso es! Lo estás logrando susurró lo
que por supuesto me hizo perder el equilibrio de nuevo. Me presioné contra ella
por tercera vez, riendo histéricamente .OK, esto era realmente divertido y no
hacía daño. Usualmente, cuando venía a patinar con Javier y se cansaba de
atraparme, simplemente me dejaba caer sobre mí trasero todo el tiempo. En unos
treinta minutos estaba por lo general tan magullada y adolorida que me daba por
vencida. Ves, ahora te estás divirtiendo. Lena se rio, sacudiendo los cristales
de hielo de su espalda y sosteniéndome otra vez. Nos las arreglamos para
patinar tres vueltas enteras a la pista antes de volverme a caer. Realmente
estaba mejorando. Después de lo que pareció una eternidad, la pista estaba empezando
a estar más llena y mi estómago comenzó a gruñir. Ya me estaba cayendo cada vez
menos, pero seguía agarrando sus manos con un apretón mortal. ¿Qué hora es?
pregunté casualmente cuando nos detuvimos al lado de la pista. El primer
período sin duda debía estar casi terminado sacó su móvil del bolsillo y aspiró
el aire a través de sus dientes blancos nacarados, produciendo un sonido
sibilante. OK, eso no sonó bien, tal vez nos perdimos también el segundo
período…Eh, ángel, la escuela terminará en más o menos una hora dijo haciendo
una mueca. ¿QUÉ? dije casi gritando, lo que le hizo dar un respingo que a la
vez me hizo perder el equilibrio ella me agarró y me deslizó a la baranda
plástica de la pista para mantenerme de pie, su cuerpo presionado contra el mío,
su cara a centímetros de la mía. Mi corazón comenzó a acelerarse de nuevo. Ella
no se movió. Simplemente se quedó allí mirándome, fijo en mis ojos hasta que
comencé a sentirme un poco mareada. De repente me di cuenta de que no estaba
respirando, así que tomé aire en un respiro irregular, el cual parecía sacarla
de allí. Se retiró, pero dejó sus manos en mi cintura, sosteniéndome. Será
mejor que nos vayamos. Si tu hermano se entera de que he estado contigo durante
todo el día, se molestara dijo con fingido horror, haciéndome reír. En lugar de
sostener mis manos para ayudarme a llegar al lado, continuó sosteniéndome por
la cintura, patinando en reversa mientras me arrastraba. En realidad no sabía
qué hacer con mis manos, así que las coloqué sobre sus hombros. Cuando comencé
a caerme de nuevo, se agachó y me recogió en sus brazos, manteniendo uno de sus
firmes antebrazos bajo mi trasero y forzando mis muslos alrededor de su cintura
con la otra mano como si yo no pesara absolutamente nada. Se volteó en el lugar
y patinó hacia delante, rápido. En realidad, daba un poco de miedo. Sostuve mi
aliento y lancé mis brazos alrededor de su cuello, presionando mi cuerpo contra
el suyo tan fuerte como pude, probablemente ahogándola y sacándole la vida de
golpe, pero no se quejó. En lugar de salir por la puerta como esperaba que
hiciera, patinó alrededor de toda la pista de nuevo, para luego caminar fuera
del hielo y bajarme en una banca. ¿Qué demonios fue eso?¿Por qué hiciste eso?
le pregunté, sintiéndome un poco incómoda de haber tenido todo mi cuerpo
envolviendo el suyo. Sin embargo, no sé por qué me sentía incómoda al respecto,
dado que ella envolvía el suyo contra el mío cada noche. ¿Hacer qué, Ángel?
preguntó, mirando confundida. Señalé el hielo. Patinar una vuelta más. ¿Por qué
no simplemente tomaste la salida? Patinaste pasándola expliqué, frunciendo el
ceño, pero al mismo tiempo sonriendo, ¡ésta chica es realmente rara! Parecía un
poco fastidiosa, pero luego reacomodó su expresión a su habitual sonrisa de
“hago derretir a las chicas”.Me retrasaste todo el tiempo; simplemente quería
una vuelta en la que pudiera patinar de frente, eso era todo. Se encogió de
hombros. Bien, ahora me siento un poco culpable de no haberle permitido
divertirse por haberme tenido que cuidar todo el tiempo. Lena, ve y patina un
poco. Me quedaré sentada aquí, está bien. Tú también debes tener un poco de
diversión le sugerí, regalándole una sonrisa, ella sonrió tuve mucha diversión.
Su expresión parecía completamente honesta, se levantó rápidamente y fue por
nuestros zapatos. En el camino de regreso a la escuela pasó por el auto
servicio de McDonald’s. Hola, ¿puedo ayudarle? preguntó el altavoz. Eh, sí,
quiero un combo de Big Mac con Coca-Cola y uno de cuarto de libra con queso con
malteada de fresa. ¿Todavía hacen esas cosas de queso fundido? Pregunto Lena.
Sí lo hacemos crujió el altavoz, ella sonrió. Genial, un paquete de eso
también, por favor. Sólo la miré, un poco atónita, acababa de ordenar mi comida
y sabía exactamente lo que quería. Se volvió hacia mí y frunció el ceño. ¿Por
qué me miras de esa forma? ¿Me equivoqué? preguntó, mirando ligeramente
preocupada y bajando la ventanilla de nuevo lista para cambiar la orden. Negué
con la cabeza mirándola con asombro. ¿Cómo sabes lo que quiero? Ella simplemente
se rio y me miró como si hubiese dicho algo estúpido. Siempre pides lo mismo
Ángel y adoras esas asquerosas cosas de queso pero no las tienen todo el
tiempo, así que… se encogió de hombros y rodó el auto hasta la siguiente
ventana. Bien, ahora está empezando a asustarme. ¿Primero, supo mi talla de
zapatos y ahora conoce lo que como en el McDonald’s? Quiero decir, sé que
probablemente he venido aquí con ella y Javier mil veces, pero ni siquiera
Javier sabe lo que ordeno y es mi hermano, por amor de Dios. Lena se rio de
nuevo y estacionó el auto en un espacio para que pudiéramos comer. Estaba
hablando abiertamente sobre un concierto al que quería ir y de una película que
vio la semana pasada sobre zombis que según dijo, me habrían matado del susto.
Estaba sorprendida de cuán fácil era hablar con ella; nunca había pasado tanto
tiempo con ella por mi cuenta antes. Usualmente estaba con Javier o con una
banda de chicos, o tenía alguna sanguijuela adherida a su cuerpo, o estábamos
durmiendo. Era en realidad muy agradable y divertida. No podía dejar de
preguntarme por qué escondía su asombrosa personalidad; debería ser así más a
menudo. ¿Puedo hacerte una pregunta, Ángel? preguntó, mirándome con seriedad.
Asentí con la cabeza y terminé el resto de mi malteada. ¿No confías en mí?
¿Cómo pudiste pensar que iba a hacerte daño más temprano en la escuela? He
tenido muchas oportunidades de tocarte o forzarte a algo más durante los
últimos ocho años, ¿no? ¿Por qué crees que te haría daño? Preguntó, luciendo
muy triste. Tomé una respiración profunda. Fue solo que me tomó por sorpresa,
eso es todo; confío en ti, Lena de verdad. Sé que no me harías daño, sólo que
es difícil para mí, no me gusta que la gente me toque. Fruncí el ceño al no
querer hablar de esto. Nunca nadie me había presionado por detalles acerca de
cómo hacía con mi padre. He rechazado ir a la terapia desde que se fue, mi mamá
y Javier han tratado de hablar de eso pero yo simplemente no quería que nadie
lo supiera. Estaba avergonzada de eso y de lo que él acostumbraba a hacerme.
Nadie nunca me había forzado a hablar de ello y yo los amaba aún más por ello.
Lena tomó mi mano. Sé que no, pero nunca te
lastimaría. Necesito que lo sepas dijo trazando círculos en la palma de mi
mano. Todavía lucía realmente herida y molesta y quería hacerla sentir mejor,
pero no sabía cómo. Lo único que podía hacer era decirle la verdad. Lena,
cuando alguien me toca, mi corazón se acelera y comienzo a sentirme mareada y
enferma. Es algo sobre lo que no tengo control. Las únicas personas con las que
no me pasa, es con mi mamá, con Javier y contigo. Lamento si te molesto, pero
no puedo evitarlo. Confío en ti, de verdad. Esto parecía hacerla sentir mejor y
su rostro se iluminó. OK, está bien. Regresemos antes de que tu hermano tenga a
los perros de ataque listos para rasgarme la garganta sugirió, riendo entre
dientes. Me acomodé en mi asiento mientras ella manejaba de regreso a la
escuela. Entramos al estacionamiento de la escuela cinco minutos antes de la
campana de salida. Eh, Ángel, probablemente lo mejor sea no contarle nada de lo
de hoy a tu hermano. No se supone que pase tiempo contigo dijo encogiéndose de
hombros. No se supone que pase tiempo conmigo. ¿Qué significa eso? ¿Por qué no?
pregunté confundida.
Me miró a los ojos de nuevo,
haciendo que mi corazón se acelerara un poco. Javier lo dijo. Y toma en cuenta
de que soy una “desagradable estúpida” como tú tantas veces has dicho.
Aparentemente, solo quiero tocar tu muy agradable trasero dijo con una sonrisa.
Lo cual estaría más que feliz de hacer, si tú lo quieres. Ya sabes, como pago
por la clase de patinaje bromeó, guiñándome un ojo. Di un grito ahogado.
Acababa de pasar todo el día con esta chica pasándola muy bien y ella podía
arruinarlo todo en una loca frase. Realmente eres muy desagradable a veces,
¿sabías? gruñí saliendo del coche y azotando la puerta. Pisé fuerte en
dirección al edificio de matemáticas donde debía estar, para por lo menos
aparentar que había estado allí si caminaba en la dirección correcta. Vi a Javier a caminar hacia el coche, así que le di unos
minutos antes de hacer mi camino y meterme en la parte de atrás como si nada
hubiera sucedido. Oye, Aleja, ¿tuviste un buen día? preguntó Javier cuando
entré en el coche.
En realidad sí lo hice, todo
el día excepto justo al final cuando alguien lanzó un golpe hacia mí le
respondí con un encogimiento de hombros. Javier inmediatamente le dio a
Lena una palmada en la parte posterior
de la cabeza. Ay, mierda, ¿Por qué fue eso? preguntó Lena frotándose la cabeza. Por golpear a mi
hermanita. Javier se encogió de hombros.
¿Cómo sabes que fui yo? se quejó Lena. Me reí mientras Lena me lanzaba una mirada sucia y saqué mi iPod.
Aleja, viéndose como es viernes...dijo Javier, apagándose. Gemí, sabiendo al
instante de qué se trataba. Su tradición semanal. ¡No! ¡Ninguna fiesta! Vamos,
Javier, ¿en serio? ¿Tiene que ser en nuestra casa todas las semanas? ¡Ni
siquiera hay juego esta noche! Se supone que es una fiesta para después del
juego. Quiero decir, ¿nadie más puede hacerla por una semana para que no tenga
que limpiar todo después de que se larguen tus idiotas amigos borrachos?
pregunté, mirando a Lena de nuevo. ¡Oye no me metas en esto; siempre ayudo a
limpiar! exclamó Lena a la defensiva.
Suspiré, sintiéndome derrotada. Mi hermano hacía una fiesta en nuestra casa
todo el viernes por la noche porque no teníamos supervisión paterna, así que
era más fácil hacerla en nuestra casa. No sé por qué me molestaba en quejarme
al respecto, sucedía independientemente de si me gustara o no. Subí el volumen
de mi iPod para ahogar la voz de los chicos hablando sobre con quién se iban a
enredar y miré por la ventana. Pude ver a Lena
tratando de hacer contacto visual conmigo por el espejo pero no le hice
caso y fingí que me perdía por completo en la canción. Después de cenar,
Javier y Lena salieron a buscar bebidas
para la fiesta como siempre. Así que aproveche la oportunidad de tomar un
agradable baño, haciéndome sentir relajado y fresca. Gruñí ante el pensamiento
de otra fiesta. Ellos no se ponían salvajes o algo por el estilo, pero se
quedarían hasta por lo menos las dos o tres de la mañana. Encima de la falta de
sueño, habría un gran desastre que limpiar en la mañana, tanto dentro como
fuera. Me sequé y me envolví en una toalla. Cuando di un paso fuera del baño,
choqué directo contra Lena. Sus manos se extendieron para sostenerme, agarrando
mi muñeca para que no me cayera. Apreté la toalla más fuerte y traté de calmar
a mi acelerado corazón. Woow, me gusta tu atuendo dijo, mirándome de arriba a
abajo lentamente. Retiré sus manos de mí y entré pisoteando a mi habitación,
azotando la puerta al pasar. Tan pronto la puerta se cerró, él tocó. ¿Qué,
Lena? pregunté amargamente a través de la puerta cerrada.
Ángel, abre la puerta por
favor pidió, agarrando el pomo. Lena, ¿podrías simplemente irte? En serio, ¡no
estoy vestida! Fruncí el ceño y pisé mi pie, y de inmediato me sonrojé y le di
gracias a Dios de que él estuviera del otro lado de la puerta y no pudiera
verme. Ángel, ¿por favor? rogó. Me encogí de hombros. Odiaba cuando usaba ese
tonito de voz. Era su voz de hora de dormir a la que tenía problemas para
decirle que no. Arrastré la puerta abriéndola y ella me sonrió mientras me pasaba dentro de mi cuarto.
Bien, ¿qué demonios quieres? pregunté, caminando hacia mi armario para sacar mi
camiseta favorita de las de Lena que encontré en la lavadora. Me la puse,
teniendo cuidado de mantener la toalla firmemente enrollada contra mí. Hey, me
preguntaba dónde estaba esa camiseta dijo, asintiendo frente a mi camisa. Jadeé
pensando que me pediría que se la regresara. Era mi camiseta favorita. Me la
ponía cada vez que comenzaba a sentirme vaga y descansada alrededor de la casa.
No te la regresaré, adoro esta camisa dije, sacudiendo mi mano en un gesto desdeñoso.
Es justo. De todas maneras luce mejor en ti replicó, con una sonrisa, mirando
mis piernas. Suspiré exasperada. ¿Por qué tenía que ser tan coqueta? En serio,
¿qué quieres? repetí, caminando hacia la puerta y colocando mi mano en la
manilla, lista para patear su trasero si hacía algún otro comentario
coqueto. Sólo quería dejar mis cosas. Un
cambio de ropa y algunas cosas para mañana, dado que pasaré la noche aquí. Se
encogió de hombros, soltando su bolsa en mi cama. ¿Y no podías simplemente
dármela en lugar de entrar aquí? pregunté con rabia. ¿Por qué tenía que hacerlo
todo tan difícil? Podía haberlo hecho, pero me habría perdido el placer de ver
tu bonito trasero en mi camiseta. Creo que es muy sexy puesta en tironroneó,
escrutándome de nuevo, lo que me hizo estremecer. Arrastré la puerta abriéndola
y la miré. , fuera le solté. Lo que digas, Ángel. Se rio entre dientes y se
fue, no sin antes dispararme su sonrisa coqueta. Sequé mi cabello alisándolo y
me apliqué maquillaje. De nuevo, casi nunca usaba maquillaje, ni siquiera en
fiestas, así que sólo apliqué un poco de sombra plateada, algo de mascara y
cambié mi brillo de labios transparente por uno rosado. Me puse mi brasier y
tanga a juego azul media noche y miré a través de mi armario. Las fiestas en
nuestra casa siempre eran increíblemente marchosas. Javier y Lena prácticamente invitaban a toda la
escuela y todo el mundo venía, haciendo que todo el mundo estuviera acalorado y
sudoroso por lo que no podía ponerme muchas capas. Halé un par de pantaloncillos
bastante cortos de color negro y una camiseta tipo tanque, luego me deslicé en
mi collar largo y mis sandalias plateadas trenzadas con un poco de tacón. Me
miré en el espejo. Tenía una linda figura, tonificada, no muy delgada y curva
en los lugares adecuados. Había salido a mi mamá, con largas piernas, caderas
redondeadas, estrecha cintura y pechos ligeramente más grandes que el promedio.
No era la chica más atractiva del lugar, pero estaba feliz conmigo misma y eso
era todo lo que me importaba. A Javier no le gustaría este atuendo.
Probablemente estaba mostrando demasiada piel para su gusto, a pesar de que
estaba completamente cubierta y comparado con las sanguijuelas que él y
Lena solían tener enganchadas alrededor,
parecía una monja. Consideré brevemente el cambiarme de ropa antes de decidir
lo contrario, no estaría acalorada, toda sudada y vistiendo jeans sólo porque a
él no le gustara que los hombres miraran a su hermanita. Esperé hasta que la
fiesta estuviera encendida, de manera de que Javier no me dijera que me
cambiara como si fuera una niña pequeña, en frente de todos. Debían haber
estado bebiendo por una hora era patético. Javier me notó y me dio la mirada de la muerte que
corría en la familia y me señaló que me regresara a mi habitación, modulándome
la palabra “cambio”. Negué con la cabeza y le sonreí dulcemente, mezclándome
entre la gente de la fiesta, llegando rápidamente al otro extremo del salón
para que no pudiera ver donde estaba. Hola Saúl dije, mientras me plantaba
cerca de uno de mis mejores amigos. Hey chica. Woow, luces hermosa esta noche dijo mirándome, pero no de la
manera pervertida en la que los chicos estaban acostumbrados a hacerlo.
Saúl y yo habíamos sido amigos por mucho
tiempo, él había estado saliendo con la misma chica por los últimos dos años y
estaba completamente embobado por ella, lo que resultaba realmente dulce.
Gracias, tú también luces bien repliqué, sintiendo y buscando alrededor a mis
otros amigos. ¿Dónde están Karla y Silvia? pregunté arrugando mi frente. Ellas
nunca se pierden estas fiestas, para ellas, eran solo una excusa para pasearse
enfrente de todos los chicos guapos de la escuela, sobre todo Javier y Lena. Están tratando con tu hermano
estableció, señalando a la cocina y riendo. Miré hacia donde estaba apuntando,
para ver a Karla y Silvia riendo incontrolablemente por algo que Javier había
dicho. Karla tenía su mano en el brazo de él y Silvia estaba presionada a su
lado. Javier lucía completamente
desinteresado pero disfrutaba la atención, como siempre. Estaba acostumbrado a
que ellas dos estuvieran atentas a cada una de sus palabras, cada vez que
venían a mi casa coqueteaban con él descaradamente y se paseaba por allí sin
camisa, riendo ante sus lujuriosas expresiones. Rodé mis ojos y regresé mi atención
a Saúl. ¿No está Tara esta noche?
pregunté, escaneando la habitación buscándola. Justo en ese momento, alguien me
agarró desde atrás. Deje salir un pequeño grito antes de que hablara y me diera
cuenta de que era Lena. Luces increíble, pero definitivamente prefiero la
toalla dijo seductoramente en mi oído. Su aliento caliente debajo de mi cuello,
haciéndome estremecer. Podía oler la cerveza en su aliento, pero ella nunca se
emborrachaba. Javier lo hacía, pero Lena
siempre parecía ser la que mantenía
el control en caso de que las cosas se le salieran de las manos. Piérdete
gruñí, volteándome para caminar hacia la cocina. Todavía no había obtenido una
bebida. ¡Hey Ángel, espérame! dijo, agarrando mi mano mientras continuaba mi
camino entre la multitud de gente besándose y apretujándose unos contra otros.
Cuando llegué a la cocina, lo que me dio la bienvenida fue la visión de una
chica acostada sobre el mostrador de la cocina y dos chicos tomando shots de su
cuerpo. Reconocí a la chica fácilmente por su cabello rojo y su falta de ropa.
Jessy .Dejó salir un grito entusiasmado cuando entré. Lena, ven nena, toma un
trago de mi cuerpo ronroneó seductoramente. Lena apretó mi mano más duro y me hizo una cara de
cachorrito, pidiendo ayuda simplemente me reí y la presioné hacia ella. Anda,
Lena, dale a la chica lo que quiere, tú sabes que quieres tomar uno de esos
tragos. Me burlé, riendo histéricamente ante su expresión horrorizada, la cual
rápidamente se transformó en una sonrisa de satisfacción. Agarró mis caderas y
me subió al mostrador, dando un paso entre mis piernas de manera de que
nuestras caras quedaran a centímetros de distancia. En realidad si lo quiero.
Acuéstate para mi entonces, Ángel. Me dio una sonrisa maliciosa, pero sabía que
sólo estaba jugando. Elena Hamilton, ¡saca tus coquetas manos de prostituta de
mí, ahora! Le grité en un susurro, lo que la hizo reír de nuevo. Simplemente
negó con su cabeza, luciendo divertida y dando un paso hacia atrás, halándome
un poco del mostrador para establecerme de nuevo sobre mis pies. Tomé un vaso y
me serví tres cuartas partes de vodka y le agregué un chorrito dejugo de
naranja, preparando un trago de vodka que me tomé de una vez. Ángel, tómalo con
calma, ¿sí? Frunció el ceño ante mi trago, sacudiendo la cabeza con
preocupación. De ninguna manera. Me voy a emborrachar esta noche y no habrá
forma de que ordene nada mañana. Le di unas palmaditas en su pecho y caminé de
nuevo hacia mis amigos. Después de unas cuantas horas, estaba bastante
borracha. No me sentía muy estable sobre mis pies, pero continué bailando con
mis amigos de todas formas. Lena estaba conversando con alguno de sus
compañeros de equipo no muy lejos de mí y continuaba mirándome. ¡En serio, Lena
se está fijando en ti! chilló Karla en mis oídos por quinta vez. ¡No lo hace!
No seas estúpida, Karla, probablemente está asegurándose de que no vomite, pues
le toca limpiar mañana. Terminé mi bebida y solté mi vaso en la alfombra. Ja,
¡Qué limpien eso en la mañana porque yo no! Comencé a reír histéricamente, lo
que hizo que Karla también riera. Voy a buscar otro trago dije por encima de la
música.
La canción cambió a “Ella es
como una estrella”, de “Taio Cruz”, la cual es la canción favorita de Lena.
Sentí a alguien agarrando mi mano y miré hacia atrás para encontrar a Lena
sonriéndome, una sonrisa de las verdaderas y no pude evita sonreírle de vuelta.
Baila conmigo Ángel dijo, envolviendo sus brazos alrededor de mi cintura.
Estaba tan ebria en ese momento que no me importaba estar bailando con Lena;
enrollé mis brazos a su alrededor y apoyé la cara en su cuello. Olía
sorprendentemente bien, por lo que me pregunté a qué sabría si la lamía.
Espera, ¿acabo de pensar en lamer a Lena como si fuera un helado o algo? Me
eché a reír de mi propia idiotez. Lena me alejó un poco y puso cara de “¿Qué
diablos?” lo cual me divirtió todavía más. Rodó sus ojos y sacudió su cabeza,
luciendo divertido mientras presionaba su cuerpo contra el mío. La canción no
era lenta en realidad, por lo que nos balanceábamos bastante rápido y medio
frotándonos en una contra la otra. Adoro bailar y ella era bastante buena en
eso, nuestros cuerpos parecían encajar perfectamente. Pude sentirla excitarse
pero no me importó. Lena había estado
presionando su cuerpo contra mí desde que yo tenía doce y ella catorce. Ella se
separó un poco para mirarme y darme una de sus agradables sonrisas, por lo que
mi boca se curvó devolviéndole una sonrisa. En realidad lucía muy linda cuando
sonreía así y resultaba divertida que me acabara de dar cuenta de eso, dado que
la conocía desde siempre. Javier
apareció de la nada. Amiga, ¿qué demonios? ¡Es mi hermanita! le gritó a
Lena, agarrando fuertemente su brazo y empujándola lejos de mí. Javier, hombre,
en serio, solo estoy bailando con ella, ¡esa es su canción! dijo Lena, luciendo
realmente enfadada. Lena, necesitas permanecer lejos de mi hermana, sólo tiene
dieciséis. Sabes por todo lo que ha pasado. ¡No necesita a un tipa como tu
persiguiéndola! le replicó Javier, dando un paso adelante y enfrentando a Lena.
Podía decir que estaba borracho por el pequeño toque de rojo en sus orejas, que
siempre lo delataban. ¡Nunca la lastimaría! Gruñó Lena, sus pechos casi
tocándose. ¡No me importa una mierda! ¡Te digo que te mantengas lejos! gritó
Javier .Sólo me encogí de hombros y los dejé en eso, no necesitaba atestiguar
su pelea, de cualquier manera, ellos se arreglarían en un par de minutos,
siempre lo hacían. Mientras di la vuelta en la esquina hacia la cocina, choqué
con un chico que no conocía. Era quizás un poco mayor que yo, probablemente de
la edad de Javier y era realmente apuesto. Tenía cabello negro un poco
alborotado, cayendo sobre su frente y prácticamente cubriendo uno de sus ojos
marrones. Sonrió y sostuvo mi cintura tratando de estabilizarme mientras lo
miraba. Inmediatamente di un respingo dado que él estaba tocándome, pero no
demasiado fuerte porque los tragos habían adormecido parte de mi cerebro. Bien,
hola ronroneó con una voz sexy. Hola. Sonreí. Ya había quitado sus manos de mi
cintura, así que di un paso atrás para recuperar un poco de espacio personal.
Soy Teddy. Sonrió, y cuando lo hizo me di cuenta de que se le formaban unos
hoyuelos realmente lindos. Alejandra contesté sin apartar la mirada de su
rostro. Era realmente guapo. No lo reconocía de la escuela. ¿Vas a Penn State?
pregunté curiosa de por qué nadie lo conocía si estaba en la fiesta.
Sacudió su cabeza y sonrió.
No. En realidad estoy buscando a mi hermanita, pero no puedo encontrarla. ¿Ah,
sí? ¿Quién es tu hermana? pregunté frunciendo el entrecejo; puedo decirte que
alguien tiene como hermano un culo bonito. Jessy Torres afirmó. No pude evitar
la reacción natural de mi cuerpo. Arrugué un poco la nariz, lo cual lo hizo
reír. No eres una gran fanática, ¿no? preguntó, todavía riendo. Oh… eh… Lo siento
balbuceé, mirándolo en tono de disculpa y sonrojándome como loca. ¡No puedo
creer que le hice esa cara a su hermana! ¡Qué idiota! No te preocupes por eso.
Sé que puede llegar a ser un dolor en el trasero. Entonces, ¿quieres que te
ayude a encontrarla? Le ofrecí, mirando alrededor de la cocina buscándola. Nop,
no está aquí. Me reí al recordar que acababa de salir de la cocina, así que
¡por supuesto que no estaba allí! Nah, ya aparecerá. ¿Qué tal si en vez de eso
nos tomamos un trago? sugirió, asintiendo hacia el mostrador de las bebidas.
Si, seguro. Sonreí mientras él agarraba dos vasos y una botella de Jack
Daniels. Nos tomamos un par de tragos de eso hasta que me di cuenta que estaba
realmente borracha. Me apoyé sobre él pesadamente mientras charlábamos y reíamos
sobre cosas al azar que realmente no parecían tener sentido para mí. De
repente, me presionó contra el mostrador de la cocina y presionó su cuerpo
contra el mío. El pánico familiar comenzó a levantarse mientras mi corazón se
aceleraba, él acercaba su cabeza lentamente hacia la mía. Sentí mi boca
secarse. Santa mierda. ¡Iba a besarme! ¿Quería eso? ¿Qué pasaría si ponía sus
manos sobre mí o algo? Mi mente estaba girando de un pensamiento a otro tan
rápido que no podía seguirles el ritmo.
Di un grito ahogado y retiré
mi cabeza para atrás, golpeándome con el gabinete detrás de mí lo
suficientemente fuerte como para hacer que mis ojos se llenaran de lágrimas. Él
negó con la cabeza, mirándome un poco desconcertado y luego chocó sus labios
contra los míos. Gemí y empujé su pecho, tratando de alejarlo de mí, pero sus
manos estaban sujetando la parte de atrás de mi cuello sosteniéndome en el
lugar mientras lo sentía lamiendo mi labio inferior. Apreté mi boca tan cerrada
como pude, pero él no se movió. Empecé a volverme loca, literalmente podía
sentir el ataque de pánico tomando lugar mientras mi corazón se estrellaba en
mis oídos. La siguiente cosa que sé, es que se ha alejado. Levanté la mirada,
desconcertada, para ver a Lena recargado sobre la pared, su brazo cruzando
sobre su garganta. Se veía tan enojada, que realmente comencé a sentir pena por
el chico, quién ahora estaba empezando a cambiar de tono a un rojo de no ser
capaz de respirar. ¡No la toques, maldita sea! ¿Crees que puedes simplemente
entrar como si talcosa y darle un beso a pesar de que ella no quería? gruñó
Lena con enojo. Comencé a sentirme enferma, literalmente enferma. Me puse de
pie y me tambaleé hacia mi baño, donde vomité lo que parecía ser varios litros
de vodka. Gemí y me sonrojé, me comencé a mover para sentarme, cuando me apoyé
en las piernas de alguien. No me asusté, podía oler su loción. Sabía que era
Lena. ¿Estás bien? preguntó, con voz simpática. Pero no pude responderle, sólo
me incliné sobre el inodoro y vomité otra botella de vodka. ¡Woow, eso es un
desperdicio de dinero! Lena, bendita sea, me frotaba pequeños círculos en mi
espalda y sostenía mi cabello. Después de unos minutos, me sentí mucho mejor.
¿Quieres ir a la cama? preguntó, mirándome preocupada. Asentí con la cabeza. Sí,
sólo quiero cepillarme los dientes.
Me esforcé por levantarme
del piso del baño, pero estaba tan descoordinada que no funcionó muy bien.
Lena sonrió y se inclinó, deslizando sus
brazos debajo de mí levantándome fácilmente, como si no pasara nada. Me senté
en la siguiente sección, junto al lavamanos. Tomé el cepillo de dientes y le
puse pasta dental. Sonreí débilmente y cepillé mis dientes, asegurándome que
todo el sabor a alcohol se había ido. ¿A la cama? preguntó, cuando había
terminado. Asentí con la cabeza, y me levantó al estilo nupcial y me llevó de
vuelta a mi habitación. Había quitado los cobertores y estaba a punto de
dejarme en la cama, cuando recordé que todavía llevaba mi ropa de fiesta.
¡Espera! No quiero ir a la cama con esto murmuré, mirando hacia mis shorts y mi
top, incluso todavía tenía mis joyas y los zapatos también. Ella asintió y me puso de pie, pero casi no podía
mantenerme, y sentía como si mis piernas estuvieran estropeándose. Lena puso un
brazo alrededor de mi cintura, sosteniendo, y me quitó los collares. Quité el
botón de mi top y lo comencé a sacar por mi cabeza, pero me enredé en el
proceso y empecé a reír. La oí suspirar, mientras me empujaba para que me
sentara en la cama y me quitó el top. Cuando la miré, vi que tenía una expresión
divertida en su rostro. Me puse hacia atrás y me desabroché los shorts,
levantando mis caderas mientras bajaban por mi trasero; ella los tomó y los
haló hacia abajo lentamente, mientras me acostaba en sujetador y tanga. Ella
mantuvo en el aire mis piernas, mientras me quitaba una por una mis sandalias.
Bonito ronroneó, mirándome con su sonrisa marca registrada, pero no me importó;
sólo me quedé ahí, riendo, hasta que mi estómago me sacudió de nuevo. ¡Oh, no!
jadeé, tratando de sentarme, sujetando una mano sobre mi boca. Rápido como un
rayo, me levantó y me llevó de nuevo al baño, sosteniendo mi cabello de nuevo y
frotando mi espalda mientras mi estómago se vaciaba. Después de haber cepillado
mis dientes de nuevo, se quitó su camisa y la puso sobre mi cabeza. Aquí hay
otra para añadir a tu colección de camisas dijo con una sonrisa fácil, mientras
me levantaba, me llevó hacia la cama. Ella caminó hacia la puerta. Pensé que
iba a salir y volver a la fiesta, pero no lo hizo, simplemente cerró la puerta
y se quitó sus jeans quedando en ropa interior como era su costumbre, subiendo
a la cama junto a mí. Todavía podía oír la fiesta en el exterior. Lena envolvió
sus brazos alrededor de mí y me movió hacia su pecho. No podía dejar de pensar
en el tipo que me besó en la cocina. Antes de que supiera que estaba pasando,
estaba llorando. ¿Cuál es el problema, Ángel? Preguntó, mirándome
desconcertada. ¡Ese imbécil se robó mi primer beso! gemí. Lena se echó a reír y
me sentí aún peor. ¡No podía creer que se estaba riendo de mí! ¡No es gracioso,
Lena! El primer beso de una chica es importante para ella. Sólo porque seas una
clase de súper puta a la que no le importa, y probablemente no recuerda su
primer beso, no significa que las pequeñas cosas no son importantes dije, con
rabia, golpeando su pecho. Ángel, cálmate. Él no te robó tu primer beso dijo,
seriamente, mirando directamente a sus ojos, haciéndome sentir ingravidez con
sus estúpidos ojos azules de mujeriega. ¿De qué estás hablando? ¡Él lo hizo! Él
sólo me besó y me lo robó gruñí, con una lágrima cayendo de mi ojo. Él la
limpió con su pulgar y sacudió su cabeza. Sí, él sólo te besó, pero ese no fue
tu primer beso. Yo lo fui hace mucho tiempo explicó, con una media sonrisa que
hacía que su rostro pareciera hermoso.
¿De qué diablos estaba
hablando? Nunca me había besado. Fruncí el ceño, tratando de recordar.
¿Recuerdas cuando me lastimé al caer de ese árbol en mi jardín? Tenía trece
años y mi maldita pierna me dolía demasiado, y me preguntaste que podías hacer
para que el dolor se fuera. Ella cerró
sus ojos y sacudió la cabeza con el recuerdo, con una pequeña sonrisa en la
comisura de sus labios. Di un grito ahogado. Oh, dios mío. ¡Eso es verdad! Ella me pidió que la besara y eso hice, bueno, dos
veces en realidad. Dijo que todavía estaba doliéndole y me pidió que la besé de
nuevo. Justo después de eso, Javier
salió de la casa y nos sorprendió. Le dio un puñetazo en el rostro a
Lena por eso. Oh, mierda. ¡Lena tenía mi
primer beso! No estaba segura de cómo sentirme sobre eso, fue realmente
agradable esa vez. Ella estaba siendo
muy dulce ese día, estaba subiendo al árbol para bajar mi pelota que había
quedado atrapada ahí. Supongo que eso era bueno, al menos si Lena tenía mi primer beso, significaba que no fue
robado por un imbécil mientras estaba borracha en una fiesta. Le sonreí y me
devolvió la sonrisa. Ese también fue mi primer beso, y aún lo recuerdo dijo en voz baja, guiñando un ojo en broma.
Bueno, has tenido muchos desde entonces, y algo más afirmo, refiriéndome a
todas las chicas con las que se ha acostado. Sí, pero ese es todavía el primero
y el mejor susurró, besando la parte superior de mi cabeza y tirando de sus
brazos a mí alrededor, metiendo mi cabeza en el hueco de su cuello. Sólo nos
quedamos en silencio; no sabía que decir, así que me quedé callada. Después de
un rato, todavía estaba despierta por el ruido que llegaba de la fiesta. Eran
como la una de la mañana, así que probablemente se prologaría por lo menos una
hora. Me di la vuelta para ver a Lena observándome.
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medio, sea mecánico, fotoquímico, electrónico, magnético, electroóptico,
por fotocopia o cualquier otro, sin el permiso previo, por escrito, del
autor.
Este libro lo leí hace como 2 años, tuvo un buen comienzo, pero al final es obvio como va a acabar todo, y se me hizo, muy maravilloso para creerlo. Se auto-publicó The Boy Who Sneaks in my Bedroom Window en abril de 2012
ResponderEliminarEfectivamente lo lei en version lesvica en todorrelato y me encanto, lo malo es que no la continuaron. me tome la libertad de seguirla con teta feliz. Los cambios que se le hizo se tardo 2 semanas en hacerse.De igual manera espero que les guste
Un abrazo
caray excelente historia, estoy totalmentee enganchada con la historia espero y los proximos capitulos, esten igual de largo que estee =)
ResponderEliminarEsta historia me tiene atrapadisima... Espero con ansias el próximo.
ResponderEliminarUn saludo desde colombia
Luisa V.
awww ya quiero leer la continuación
ResponderEliminarMe encanta la historia, espero con ansias el proximo cap...
ResponderEliminarSaludoss (=
Karen...
Ojala que lo puedas enviar todos los capítulos, ya qué lo había leído y no los habían terminado. Te agradezco por la iniciativa que tienes de enviar los capi, ya que esta cada vez mejor ;)
ResponderEliminarSaludos desde Perú. Zuleyka
Esta buenisimaa la historia!!!
ResponderEliminarExcelente novela espero los capítulos con ansias felicitaciones
ResponderEliminarGenial, me encanta la historia. Cuento las horas para leer la continuacion, es de esas historias q te hacen soñar. Gracias por compartir xoxo. Carla Q.
ResponderEliminarMe gusta mucho la historia y seguiré pendiente de las actualizaciones
ResponderEliminarPorfa no tardes mucho en subir el proximo capitulo o me comere las uñas u.u
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