8 AÑOS DESPUÉS
Me desperté a las seis en
punto como siempre para apagar mi alarma; la silencié e intenté, sin éxito,
moverme lejos de Lena. Tenía mi cabeza en su pecho y mi pierna encima de su
entrepierna. Ella tenía su mano en mi rodilla, fijando mi pierna ahí, y su otro
brazo envuelto tensamente alrededor de mi cintura. Cuando traté de moverla,
apretó su agarre, murmurando algo en sueño sobre ya no querer ir más a la
universidad. Moví mi brazo y toqué su estómago. Seis en punto —murmuré,
tocándola de nuevo cuando no abrió sus ojos. Ella gruñó y apretó su agarre, moviéndome así que
quedé completamente encima de ella. Jadeé con la sensación, era extraño pero en
verdad se sintió bien. ¿Qué demonios está mal conmigo? ¡Esta es Lena por amor
de Dios! Traté de liberarme, pero eso sólo nos hizo rozarnos en lugares en los
que preferiría no pensar en la amiga de mi hermano. Mi cuerpo comenzó a
cosquillear y no pude evitar que un pequeño gemido se me escapara de los
labios. Oh Dios mío, ¡eso en verdad se siente bien! ¿Elena? —le susurré/grité
ella abrió sus ojos de golpe y me miró, impactada. Su expresión rápidamente
cambió a su sonrisa de marcada, la cual quería golpear fuera de su rostro.
Bueno, buenos días, ángel.
Woow, esto es una primera vez ronroneó, alzando sus cejas, su sonrisa de
asombro ¿Me soltarías por amor de Dios? le susurré grité. Ella alzó sus manos a
modo de rendición y rápidamente rodé de encima de ella.
Son las seis refunfuñé,
frunciendo el ceño, ella se volteó de lado para mirarme. Está bien. No estés
enojada conmigo todo el día de hoy, por favor. No sabía que había hecho eso, lo
siento, Ángel, ¿está bien? Susurró, besando mi frente antes de salir rápidamente
de la cama para ponerse su ropa. Está bien, lo que sea murmuré, posicionándome
en su lugar cálido de la cama donde había estado acostada. Te veré después. Me
dirigió un guiño antes de salir por mi ventana. Exactamente veintiséis minutos
después, caminé con dificultad hacia la cocina, con un ceño fruncido, Lena
estaba allí, apoyándose casualmente contra la encimera, comiéndose mi cereal.
¡Maldita sea, todas las mañanas! Su cabello estaba despeinado en su usual
apariencia de apenas salí de la cama, que para ser honesta sí lucía así cuando
acababa de salir de la cama. Todo lo que hacía siempre era deslizar sus manos
por todo su cabello unas cuantas veces .Se veía igual que todas las mañanas,
como una maldita supermodelo. Usaba jeans desgastados de cintura baja y siempre hacía que las chicas se derritieran
por ella. Así es, Lena les dijo a sus padres sus gustos y ellos al igual que
Javier la aceptaron, sin embargo fue solo un motivo más para que mi padre la
odiara.
Hoy estaba usando una camiseta blanca que
mostraba su cuerpo perfectamente esculpido. Sus ojos azules estaban brillantes
con diversión mientras me miraba. ¿Retardada esta mañana, Ángel? preguntó con
una sonrisa de suficiencia. Le lancé una mirada de muerte, haciéndola sonreír
burlonamente. ¡Cállate, Lena! ¿Por qué demonios te estás comiendo mi cereal de
nuevo? ¿No tienes comida en casa? pregunté, arrebatando la taza de sus manos y
comiéndome el contenido. Ella sólo me observó con una sonrisa divertida. Javier
me lanzó una caja de jugo. Sí, te ves un poco tensa esta mañana, Ale. ¿Todo va
bien? preguntó, mirándome un poco preocupado. Miré seriamente a Lena una vez
más mientras Ella empezaba a reírse. Por supuesto que me veía tensa, tuve media
hora para ducharme y vestirme. Me quedé dormida murmuré con un suspiro abatido.
Javier no tenía idea que Lena dormía en mi habitación conmigo cada noche, si
fuera así, se enloquecería. Javier siempre era protector conmigo, siempre lo
había sido, pero había empeorado desde que mi papá se fue cuando yo tenía trece.
Bueno, dije se fue, pero la verdad era que
Javier y Lena habían llegado a casa temprano de la escuela de artes
marciales un día para ver que mi padre me había dejado sin sentido, y estaba
intentando violarme. Javier finalmente caído en cuenta él y Lena le habían dado
una paliza, casi matándolo en el proceso, al menos las clases les habían funcionado. Lo habían echado de la
casa y le habían dicho que si alguna vez regresaba, lo matarían. Nunca regresó,
sin embargo, eso fue hace ya hace tres años. Un poco después de eso, mi mamá
consiguió un trabajo en una enorme firma electrónica, era la asistente personal
del director, así que viajaba mucho. Se iba dos veces más de lo que estaba
aquí, de modo que sólo la veíamos por cerca de una semana al mes, si algo. Javier
era mi única supervisión, aunque a veces era más como que yo estaba intentando
cuidar de él. Lena también era muy protectora conmigo, pero todavía no nos
llevábamos bien, incluso aunque ella literalmente pasó cada noche envuelta a mi
alrededor en la cama por los últimos ocho años. Se había vuelto a escabullir en
mi habitación la noche siguiente de verme llorar de nuevo y habíamos terminado
durmiéndonos una vez más. Después de dos semanas se había vuelto una cosa
normal. No era algo de lo que habláramos nunca, solo dejaba mi ventana sin
seguro y ella entraba una vez que sus padres revisaran que ella estuviera
dormida. Jamás nos habían atrapado en ocho años. Habíamos estado cerca un par
de veces, sin embargo. Hace un par de años, la mamá de a Lena había encontrado
su cama vacía, pero ella había mentido, diciendo que se había escapado a una
fiesta y se había quedado en la casa de una amiga. Nadie sospechó que estaba al
lado, conmigo. Ella todavía me molestaba como loca y me molestaba tanto como lo
hacía cuando éramos niñas, pero yo siempre supe que ella estaría ahí para mí si
la necesitaba. Era como si ella tuviera doble personalidad. De día, me
molestaba, volviéndome loca y enojándome todo el tiempo, y de noche, era la
chica más dulce en el mundo y me abrazaba, haciéndome sentir segura y a salvo.
Te ves sexy hoy, Ángel ―dijo Lena, con su sonrisa patentada, mirándome de
arriba abajo lentamente, haciéndome retorcer. ¡Sí, claro! Mi cabello castaño
todavía estaba húmedo porque no tuve tiempo de secarlo por sus estúpidos “diez
minutos más”, así que lo tenía recogido en un despeinado moño. Me había puesto
mis jeans ajustados y un top rojo de cuello en v y una capucha, junto con mis
converse. Había añadido lo mínimo de maquillaje, y algo de lápiz labial claro.
No me veía sexy. ¡Maldita idiota! Le mostré el dedo y caminé hasta su auto.
Recostándome contra él, enojadamente, esperé que me honraran con su presencia.
El camino a la escuela fue igual que siempre, ellos se sentaron el frente
hablando de deportes y fiestas, y yo me senté en la parte trasera escuchando mi
iPod, intentando ignorar las sonrisas de Lena en el espejo. Estacionamos en la
escuela y el auto fue inmediatamente asediado por personas, igual que cada
mañana. Lena y Javier eran considerados
“los más sexis” en nuestra escuela, después de que Lena diera a conocer sus
preferencias sexuales jamás le faltaban aquellas chicas que se morían y
babeaban por ella. Eran de último año y el sueño de toda chica, los chicos
querían ser amigos suyos, y las chicas querían dormir con ellos. Lena se rio
mientras yo me encogía, saliendo de auto e intentando evadir la horda de zorras
que me empujaban porque estaban intentando lanzarse sobre ella. Una chica me
codeó a propósito. La miré en su pequeña falda que lucía más como un cinturón y
su top que mostraba su estómago, e hice una mueca. ¡Caray, es tan perra!
Mierda, Jessy, ¿dejaste tu falda en casa? pregunté con un horror fingido. Ella
me miró con el ceño fruncido y escuché a Lena y Javier reírse. Lo que sea,
¿sabes que ese look de emo no te va bien, cierto? escupió ella en respuesta.
Sólo me reí y me aleje caminando. Era usual que Jessy y yo tuviéramos este tipo
de comentarios para la otra. Ella había salido con Lena por un tiempo, bueno,
si por salir te referías a tener sexo unas cuantas veces, y luego la dejó. Ella
todavía no la había superado y la quería de vuelta, más para disgusto de ella.
Eso no fue amable, Ángel. Lena se rio, mientras me alcanzaba y lanzaba un brazo
alrededor de mi hombro. Inclinó su cabeza cerca de la mía. Lamento lo de esta
mañana ―susurró en mi oreja, enviando escalofríos por mi columna. La codeé en
las costillas, haciéndola sonreír y apartarse. E ignora a Jessy, creo que
llevas genial el look emo añadió, con un
guiño coqueto. Javier lo dio un pequeño golpeó en la parte trasera de la
cabeza. ¡Amiga, esa es mi hermana menor! la regañó enojadamente, apartándola de
mí. Lena sólo se rio y me guiñó una vez más, haciéndome poner los ojos en
blanco. Lena se alejó y caminó directo a lo que Lorena como su última
conquista. Le sonrió seductoramente y ella se sonrojó cuando Lena
inmediatamente empezó a coquetear con ella. Encontré a mis amigas, que
prácticamente estaban follando a Javier y a Lena con los ojos y expresiones
soñadoras. Hola, Karla, Saúl, Silvia ―dije alegremente cuando llegué a ello.
Hola, Ale, ¿llegaste aquí con sexy trasero número uno y número dos hoy?
preguntó Karla, mirando fijamente a mi hermano mientras se alejaba. Me reí y
sacudí la cabeza. Nop, solo Javier y Lena, igual que siempre. Karla suspiró.
¿Cómo demonios puedes no afectarte por lo condenadamente guapos que son? Quiero
decir, ¡tienes tanta suerte de vivir con Javier! Yo adoraría ver su sexy
trasero caminando alrededor todo el día ronroneó, abanicándose la cara. Fingí
tener náuseas. ¡Karla, ese es mi hermano y su imbécil amiga! ¿Cómo en la tierra
puedes obviar su comportamiento mujeriego? Ambos son unos idiotas. Me encogí de
hombros.
No entendía por qué, pero
cada chica en esta escuela estaba enamorada de ellos. Javier era una gran persona,
pero trataba a las chicas como objetos, y Lena, bueno, Lena simplemente era una
imbécil de tiempo completo. Son los dos más sexis de la escuela y lucen como
dioses del sexo, y yo desearía poder obviar eso dijo sugestivamente, moviendo
sus cejas con una sonrisita, haciéndome reír. Enlazó su brazo con el mío y me
empujó a nuestra primera clase. La escuela estuvo bien, como era normal; yo era
bastante popular debido al hecho de que mi hermano y su mejor amiga eran
los más deseados allí Aun sabiendo la
preferencias de Lena al parecer había sido solo el motor para que infinidad de
chicas se le declararan. Javier y Lena
cuidaban de mí, lo que básicamente significaba que advertían a todos los
chicos que se alejaran de mí, que de hecho, me sentaba bien porque yo no quería
salir con nadie. La mayoría de las chicas querían ser mis amigas para poder
acercarse a mi hermano. Las chicas que querían ser sus novias eran fáciles de
localizar, en su mayor parte podías saber si querían que las presentaras por el
tipo de ropa que estaban usando, si no estaban usando mucha entonces iban por
mi hermano o Lena. Amaba mis clases, era bastante popular entre los profesores
porque mis notas nunca iban por debajo de un sobresaliente. Siempre hacía mi
tarea y jamás llegaba tarde; me enorgullecía de ello, aunque no era una nerd. A
la hora del almuerzo, me senté con mis amigos cuando escuché los usuales
suspiros y risitas tontas.
Las chicas empezaron a
revisar su cabello y arreglar su maquillaje, de modo que supe que mi hermano y
sus amigos estaban llegando al comedor. Suspiré cuando Karla y Silvia empezaron
a sentir lujuria por ellos, como era costumbre. ¡Oh, genial, sexy trasero
número uno está viniendo! Silvia rio tontamente, codeando a Karla en las
costillas. Puse los ojos en blanco cuando una mano apareció por detrás de mí,
robándome un puñado de mis papitas fritas. Hola, Ángel susurró Lena en mi
cuello. Golpeé su mano cuando fue a robar más. ¡Lena, por el amor de Dios! Ve a
comprar tu propia comida, idiota despotriqué, molesta. Se echó a reír. Oh,
sabes que quieres compartir conmigo respondió, dejándose caer en el banco,
empujándome de nuevo con su cadera. Lena, ¿qué quieres? le pregunté con un
suspiro, moviendo el plato lejos de ella. Pasó el brazo alrededor de mi hombro.
Sólo quería visitar a mi chica. Sé que me has echado de menos sin verme todas
las mañanas y eso dijo engreídamente.
Todas mis amigas suspiraron
y la miraron con nostalgia. Podrías quitar tu brazo-para-putas de mí, Lena, por
el amor de Dios; ¡no quiero coger cualquier cosa! —le regañé, encogiéndome para
alejarme. Se rio de nuevo. No seas así, Ángel. Sólo quería hacerte saber que
voy a llevarte a casa hoy. Tu hermano tiene una cita, así que...Se calló,
sonriéndome. ¡Genial, simplemente genial! Me iba a llevar a casa. Fantástico.
Ella siempre hacía el trayecto a casa lo más largo posible sólo para molestar
mi vida externa. Luego, insistiría en esperar en casa hasta que mi hermano
llegase, lo que significaba que tenía que cocinar para Ella también. ¡Maldita
sea, es tan molesto! Está bien, Lena. Ahora corre, estoy segura de que tienes
alguna ETS más que propagar por ahí le dije, agitando la mano con un gesto
molesto. Se rio y me dio un beso en la mejilla mientras se ponía de pie. Finge
todo lo que quieras, Ángel, las dos sabemos que vas a querer que duerma contigo
por la noche. Me guiñó un ojo con malicia, dándole a lo que acababa de decir un
doble sentido, y rogué para que nadie más se diese cuenta. Claro que querré,
Lena, porque estoy tan enamorada de ti. Suspiré, poniendo los ojos en blanco y
frotándome la mejilla donde ella me besó. Yo también te quiero. Me sonrió
mientras se alejaba de vuelta a la misma chica de esta mañana. Pasó el brazo
alrededor de su hombro, sus sucios, asquerosos
Labios descendieron hasta
los de ella. Fruncí el ceño, y aparté la mirada de nuevo a mis amigos cuando
comenzó a hacerlo con ella en medio del comedor. Karla, Silvia y la mitad de
las chicas del comedor estaban mirándole con lujuria. ¡Esta chica es tan jodidamente molesta! ¿Por
qué mi hermano no podía una mejor amiga mejor, alguien que no fuera una
arrogante, obsesiva, gilipollas? despotriqué, lanzando mis manos al aire. Oh,
¡deja de lloriquear! Elena Hamilton acaba de tener su brazo alrededor tuyo y
besado en la mejilla, daría cualquier cosa por tener esos dulces labios en mí
dijo Silvia soñadoramente, haciéndome reír. Lo que sea. Vamos, vamos a nuestra
próxima clase. sugerí mientras recogíamos nuestras bandejas e íbamos. Después
de clases me dirigí a regañadientes al estacionamiento, donde una sonriente
Lena se encontraba apoyada en su coche,
esperándome. Hola preciosa. Me guiñó un ojo coquetamente y abrió la puerta para
mí. Hola Lena. Me subí a su coche, ya molesta con su coqueto culo. Subió a mi
lado. Así pues, Ángel, tengo que pasar por la tienda de camino a casa. Puso el
coche en marcha y salimos del estacionamiento. Genial murmuré. Decidí mirar por
la ventana e ignorarle; seguía molesta con ella por toda la cosa de “diez
minutos más” de esta mañana. Se detuvo en el estacionamiento de la tienda unos
minutos más tarde. Vamos, Ángel dijo, saliendo. Me senté ahí y crucé mis brazos
sobre el pecho, rehusándome a bajar. Caminó alrededor del coche y abrió la
puerta por mí. Vamos, Ángel repitió, sosteniendo su mano para mí. No se
necesitan dos para entrar, Lena. Esperaré aquí respondí. Metió sus manos en el
coche y me recogió con facilidad, arrojándome por encima del hombro, riendo.
Dio un puntapié a la puerta para cerrarla y comenzó a caminar hacia la tienda.
Ponme malditamente abajo, ¡imbécil! grité, golpeándola en la espalda. Ella sólo
se reía de mis escasos intentos de bajar, y siguió caminando. Una vez en la
tienda, finalmente me puso en mis pies. Miré alrededor, avergonzada, para
comprobar si alguien vio eso, pero parecía que no. Alargó la mano y metió
algunos mechones de pelo suelto detrás de la oreja, sus dedos demorándose en mi
mejilla. Golpeé su mano fuera de mi cara y la miré enfadada. ¡Eso fue tan
vergonzoso! siseé. ¿Cuál es el problema? A la mayoría de chicas les encantaría
que les hiciese eso replicó, encogiéndose de hombros y yendo hacia las
revistas. Pisoteé con el pie, luego me ruboricé porque había pisoteado como un
niño pequeño; por suerte, Lena no miraba, de lo contrario nunca hubiese oído el
final de esto. Agarró una revista y una
barrita de chocolate y se dirigió al mostrador para pagar. Estaba felizmente
hojeando la Teen Vogue cuando dos chicos se acercaron a mí. Me puse tensa.
Bueno, hola aquí. Uno de ellos ronroneó. Asentí con la cabeza en Lena
reconocimiento y puse la revista de vuelta, alejándome con rapidez en busca de
Ey, ¿a dónde vas? preguntó el otro, cogiendo mi mano. Mi corazón empezó a
acelerarse mientras miraba alrededor, frenéticamente. Estoy buscando a mi novia
le mentí, tratando de sonar segura. ¿Novia? No veo ninguna novia dijo el otro,
burlándose de mí. ¿Qué tal si vamos a alguna parte y nos conocemos mejor?
ofreció el chico que estaba sujetando mi mano, tirándome hacia él lentamente.
Me sentí enferma. Oh Dios, Lena, ¡ayúdame! Sé que soy patética, pero odio los enfrentamientos
y que la gente me toque, especialmente gente que no conozco. Ey, Ángel dijo
Lena, arrojando su brazo alrededor de mi hombro y mirando a los dos chicos, que
de inmediato soltaron la mano y dieron un paso atrás. Me acerqué al lado de
Lena y me presioné contra ella con tanta fuerza que dolía. Espero que no
estuvieran molestando a mi chica dijo casualmente, pero podía oír el enfado en
su tono de voz. Lena siempre ha sido protectora conmigo; una vez un chico me
empujó en un charco cuando tenía siete, y Lena fue directamente a la casa del
muchacho y le dio un puñetazo en la cara.
De ninguna manera. Estábamos
hablando, eso es todo. El chico mintió, levantando las manos inocentemente.
Está bien. Gracias por no hacerme usar aquellas clases de artes marciales con
ustedes les guiño un ojo. Vamos entonces, Ángel, nos vamos a casa dijo guiándome hacia la puerta. Una vez fuera, se
giró para mirarme. ¿Estás bien? preguntó, revisándome preocupada. Estaba bien,
mi corazón se detuvo de tratar de salir del pecho tan pronto como oí su voz.
Asentí y le sonreí gratamente. Gracias murmuré. Abrió la puerta del coche y
esperó a que subiese antes de rodearlo hacia su lado. Una vez dentro arrojó
algo en mi regazo, miré hacia abajo a la barrita de mi chocolate favorito. No
pude evitar sonreír. Gracias, Lena. Ella siempre hacía cosas dulces como
comprarme golosinas, era una lástima que fuese una idiota, de lo contrario
sería probablemente una buena chica. Cuando llegué a casa, fui directamente a
trabajar en la lasaña para cenar. Lena se cernía detrás de mí alrededor de la
cocina, haciéndome sentir violada mientras miraba mi cuerpo. Por el amor de
Dios, Lena, ¡mis ojos están aquí! dije airadamente, señalándome la cara. Se
rio. Wow, estás verdaderamente de mal humor conmigo hoy, ¿eh? bromeó,
sonriendo. Si, lo estoy. No puedo creerme lo de esta mañana. No me gustan las
prisas; me he visto y sentido como una mierda todo el día dije con acritud.
Creo que te has visto caliente todo el día respondió, encogiéndose de hombros.
Ugh, ¿puedes dejar de hablarme? No estoy de humor.
Tiré la comida en el horno y
me puse a preparar un poco de ensalada. Bien, lo que sea. Se encogió de hombros
otra vez y vino a mi lado, ayudándome a preparar la ensalada. Estaba tan cerca
de mí que podía sentir el calor que irradiaba de su cuerpo al mío, era
extrañamente calmante. Voy a ir a hacer los deberes. La lasaña estará hecha en
una hora y media; imagino que te quedas a cenar dije. No era una pregunta,
sabía que lo haría. No estoy segura de que Javier le pidiese que se quedara
conmigo cuando él estaba fuera, pero Lena
lo hacía siempre de todos modos. Seguro, viendo cómo me lo preguntas tan
educadamente. Sonrió. No estaba preguntando gruñí sarcásticamente mientras me giraba
para alejarme. Me agarró la mano y se acercó a mí, estaba tan cerca que mi
pecho tocaba el suyo, podía sentir su aliento soplando en mi cara. Ángel, lo
siento por lo de esta mañana. Lo hago. Por favor deja de ser toda una perra
conmigo, no te pega dijo en voz baja. Respiré hondo y suspiré. Está bien, si,
lo siento también. Supongo que he sido una zorra contigo admití, tratando de
apartar la mirada de sus hermosos ojos azul cielo que se sentía como si
estuvieran viendo mi alma. Así que, ¿estoy perdonada? preguntó, sonriendo. Me
gustaba esta Lena, la que me cuidaba, la que era diferente cuando estábamos por
nuestra cuenta. Me puso su adorable carita de cachorro a la que no podía decir
que no, y sentí a mi voluntad de odiarla desmoronarse. Me reí y puse los ojos
en blanco. Lo que sea. Voy a ir a hacer los deberes antes de cenar. Me empujé
fuera de su retención y me alejé rápidamente. Se sentía raro estar cerca de
ella de esa manera, todavía podía sentir el hormigueo de electricidad fluyendo
a través de la mano donde nos habíamos cogido, todavía podía oler su dulce
aliento que había soplado en mi cara. No tenía ni idea de la atmósfera tan rara
de la cocina; todo era muy confuso. Negué con la cabeza y saqué mi tarea de
cálculo, tratando de empezarla por lo menos. Después de cenar en silencio, terminé
mi tarea. Sólo eran las ocho y media así que Lena decidió poner una película.
Puso Destino Final, y nos sentamos en el sofá a verla. Me sentí un poco
incómoda por alguna razón que no podía entender. Estaba sentada aquí como
siempre, pero algo se sentía diferente. La miré a escondidas varias veces,
estaba sentada ahí viendo la película, con una pierna doblada sobre la otra, el
brazo colgando casualmente en el respaldo de mi silla.
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autor.
Me gusta ésta historia :3
ResponderEliminarsaludos!
excelente comienzo... se ve que la historia promete ; solo deseo que la continuidad este garantizada. Me ha impactado mil gracias Sam Italia
ResponderEliminarHOLA A TODAS GRACIAS X SUS COMETARIOS, LES GARANTIZO EL100% DE LA CONTINUIDAD Y FINAL
EliminarUN SALUDO DESDE ECUADOR.,
KINKAID
Si obtengo mas de 20 cometarios diarios prometo otra historia al siguiente día del mismo escrito.
Me gusto mucho este primer capitulo espero que la continues gracias
EliminarMe gusta tu historia,
ResponderEliminarcontinua con ella pronto
saludos :-b
Me gustó tu historia! Espero la continuación pronto! Saludos.
ResponderEliminarEsta muy buena la historia, tiene un lado tierno que me encanta y me gusta muchísimo la química entre las protagonistas... Esperemos a ver que sorpresas nos trae
ResponderEliminarLuisa V.
Antes que nada quiero agradecer por la historia que compartes con nosotras, y el primer capitulo me ha enganchado, sin embargo al igual que las otras chicas ruego que haya continuidad en la historia porque muchas veces nos dejaron colgadas con la historia, repito gracias por regalar esta historia, por mi parte estaré pendiente a la historia y su desarrollo, xoxo. Caro
ResponderEliminarGracias por compartir la historia y subir los dos primeros capítulos juntos ya que el primero dejaba bastante mal cuerpo, y el segundo hace que se pase esa sensación, me han gustado mucho, te seguiré leyendo.
ResponderEliminarSaludos. Makeys
HOLA A TODAS MUCHAS GRACIAS POR LOS COMENTARIOS LES PROMETO LA CONTINUIDAD DE CHICA AMANTE
ResponderEliminarSi obtengo mas de 20 comentarios al día, prometo mandar otra historia desde mañana mismo, un abrazo desde Ecuador
HOLA A TODAS GRACIAS POR LOS COMENTARIOS, PROMETO LA CONTINUIDAD DE LA MISMA
ResponderEliminarSi obtengo mas de 20cometarios diarios desde mañana mismo envio otra historia.
Un abrazo desde ECUADOR
Hola a todas gracias por sus comentarios, les garantizo la continuidad y un final.
ResponderEliminarSi obtengo mas de 20 comentarios diarios mañana mismo envió otra historia
Un abrazo desde Ecuador
KINKAID
Esta buenisisima la historia y quiero saber si se publicara a diario o un dia determinado?.
ResponderEliminarEsta historia ya la habian publicado en TODORELATOS y se llamaba algo asi como "La ventana"
ResponderEliminarLei la historia original hace mucho y me gusto, pero me gustaria más que tu le pusieras un poco de tu estilo, es decir, que cambiaras algunas cosas. Porque a como estoy leyendo se parece bastante a la original y es como leer el libro de nuevo.
ResponderEliminarSaludos. ;)
Ésta historia es una adaptación,la original se llama "El chico que se escabulle por la ventana de mi habitación" de Kirsty Moseley . Aún así espero que la publiques entera
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