Aleja.-Las cosas habían sido
muy tensas durante la última semana entre Jimmy y yo. Sabía que él sabía sobre
lo que mi padre nos había hecho, bueno, una parte de cualquier modo. Javier me
aseguró que no le dijo demasiado acerca de mí porque sabía que no querría a
gente sabiendo acerca de eso. Le había dicho a Jimmy que no quería hablar
acerca de nada de eso, lo que él respeto. Parecía pasar el rato con Javier y Lena
más de lo que lo hacía conmigo y Karla en el momento. Siempre estaban fuera
hablando en silenciosos susurros, y pararían en cualquier momento en que yo
estuviera cerca. Me pregunté si estarían hablando de mí, pero para ser honesta
realmente no quería saber. No quería volver a hablar acerca del hombre nunca
más, así que si eran felices de hablar sobre mí y dejarme fuera de ello,
entonces bien.
Cuando me desperté el viernes por la mañana, Lena ya estaba
despierta y vistiéndose silenciosamente. Oye, ¿estás haciendo la caminata de la
vergüenza? bromeé, preguntando me por qué se estaba escabullendo de mi cuarto.
Nunca se levantaba antes que yo. Se rio y se puso su camiseta antes de trepar
de nuevo a la cama. Enganché mis dedos en su sujetador, tirándola más cerca de
mí. La única vergüenza que tengo es que tengo que salir de tu cama. Felizmente
me quedaría en la cama contigo para siempre, pero tengo algo que necesitó hacer
hoy así que me tengo que ir. Me besó
suavemente, causando los acostumbrados pequeños revoloteos en mi estómago que
sus besos evocaban en mí. ¿Algo que necesitaba hacer? ¿De qué trata? ¿Qué
necesitas hacer, chica amante? pregunté, halándola más cerca de mí,
deteniéndola de que se levantara.
Sonrió y rodó en su espalda,
tirándome encima de ella. Nada interesante. Sólo necesito hacer algo acerca de
la universidad eso es todo replicó, viéndose incómoda. ¿Me estaba mintiendo?
Miré a su rostro, sus ojos estaban un poco estrechos, definitivamente se estaba
viendo incómoda acerca de algo. Lena, ¿algo está mal? pregunté preocupada. Oh
mierda, ¿está viendo a alguien más o algo? Sonrió y enredó sus dedos en mi
cabello. Nada está mal. No preocupes a tu linda cabecita acerca de nada. Es
sólo un par de reclutadores que quieren encontrarse conmigo, y este era el
único momento en que podían venir explicó, aun viéndose incómoda. Asentí,
obviamente tenía algo que estaba tratando de mantener en secreto de mí, me
diría eventualmente. Confiaba en ella. Estaba segura de que no me engañaría,
que había sido un pensamiento estúpido del momento. Sabía que me amaba. Me
incliné hacia adelante y la besé, alejándome para morder su barbilla, amaba
cuando hacia eso. Sus manos se apretaron en mi cintura mientras su respiración
empezaba a acelerarse; sonreí y mordí el lóbulo de su oreja. Gimió. Ángel,
necesito irme. No me provoques se quejó. Sonreí contra su cuello y me
incorporé, haciendo pucheros, decidiendo tener algo de diversión con ella antes
de que se fuera. Suspiré dramáticamente. Está bien, bueno supongo que sólo
tendré que ducharme sola entonces. Gimió de nuevo. Ángel, no me hagas eso, no
es justo tú sabes gruñó, frunciendo el ceño. No pude evitar reírme ante su
lujuriosa expresión mientras trepaba fuera.
Bueno, diviértete con los
reclutadores. Ve e impresiónalos con tus asombrosos talentos, chica amante
instruí, besándola suavemente de nuevo. Cepilló mi cabello detrás de mi oreja.
Te amo. Te veré después de la escuela. Fruncí el ceño. ¿No va a ir a la
escuela? ¿No vas a venir a la escuela después? pregunté, decepcionada que no
podría verla mucho hoy. Suspiró y sacudió su cabeza. No, sin embargo te veré
después contrarrestó, besándome de nuevo mientras salía de la cama. ¿Lena? la
llamé justo cuando estaba a punto de salir por la puerta. Se detuvo y me miro,
curiosa. También te amo, y buena suerte con los reclutadores. Sólo recuerda,
ellos tendrán suerte de tenerte, no al revés dije honestamente. Los
reclutadores estaban tropezando sobre sí mismos por Lena, no necesitaba
trabajar muy duro para impresionar a la gente, sus habilidades hablaban por sí
mismas. Sonrió y me guiñó antes de dirigirse fuera por la puerta. Me duché y
salí para tomar algo de desayuno; Javier estaba sentado ahí con pijamas incluso
aunque era casi tiempo de irse. Hey, será mejor que te apures o llegaremos tarde
lo regañé, frunciendo el ceño ante el pensamiento de una detención. Sacudió su
cabeza. No me estoy sintiendo bien, así que no iré. Le pedí a Carla que te
llevara porque Lena está con los reclutadores dijo en voz baja.
Javier difícilmente se
enfermaba alguna vez. Caminé hacia él un poco preocupada, y puse mi mano sobre
su frente. No se sentía caliente o algo. No creo que tengas temperatura. ¿Qué
está mal? pregunté, preocupada. Me siento enfermo eso es todo. Voy a volver a
la cama. Carla estará aquí en quince minutos replicó, parándose y dirigiéndose
al pasillo. ¿Quieres que te traiga algo, Javier? pregunté. Meneó la cabeza.
Estaré bien, Ale.
Te veo después. Agitó la mano sobre su hombro
y desapareció dentro de su cuarto. Carla era divertida en el camino a la
escuela, siempre me ha gustado y nunca trató de hacer un movimiento conmigo ni
una vez, lo que era genial. Todos los chicos parecían haber dejado de hacerme
sus comentarios desde que estoy con Lena .Cuando llegamos, vi a Karla, Silvia y
Saúl así que me dirigí hacia ellos. Hola gorjeé, sonriendo. Hola, Alejandra.
¿Dónde están Javier y Lena? preguntó Saúl, mirando sobre mi hombro. Lena se está
encontrando con algunos reclutadores universitarios dije orgullosamente. Y
Javier está enfermo agregué, arrugando mi nariz. ¡Espero que no vomite en algún
lugar y lo deje para que lo limpie! ¿Sí? Jimmy está enfermo también. Me llamó
esta mañana dijo Karla, haciendo pucheros. Aún no la invitaba a salir como dijo
que iba a hacer. No le había dicho todavía lo que había dicho de ella, pensé
que sería mejor viniendo de él.
¿Jimmy está enfermo también?
Espero que no sea nada. Hice una mueca ante el pensamiento de estar enferma,
odiaba vomitar. Yo también. Venga, vamos a clases sugirió Karla, uniendo su
brazo a través del mío y tirando de mí hacia el edificio. La escuela pasó
increíblemente lento debido a que no había visto a Lena a la hora del almuerzo
para mirar hacia adelante. La mañana y la tarde sólo se difuminaron aun largo
día sin Lena, y por encima de todo eso empezaba a sentirme un poco enferma
también. Mi estómago se sentía revuelto y ni siquiera pude obligarme a comer
algo para el almuerzo. ¡Genial, ahora yo me estoy enfermando! Traté de llamar a
Javier para ver cómo se estaba sintiendo, pero no hubo respuesta. Probablemente
estaba dormido o algo. Karla me estaba llevando a casa porque los chicos no
estuvieron aquí hoy. Me dejó en el frente y caminé dentro de la casa,
sintiéndome exhausta, todo lo que quería hacer era irme a dormir. Mientras
caminada a través de la puerta principal vi maletas y cajas y bolsas negras de
basura llenas de cosas y apiladas en el vestíbulo. ¿Qué demonios es todo esto?
¿Javier? llamé. Podía oír voces en la cocina así que hice mi camino hacia ahí,
sólo para ver a Lena, Javier, Jimmy y Ruth que estaba sosteniendo a un niño
pequeño en sus brazos, el cual asumí era mi hermano pequeño, Matías. No lo
había visto oficialmente aparte de la parte trasera de su cabeza la semana
pasada. ¿Qué diablos están haciendo aquí? Espera, pensé que Karla dijo que
Jimmy estaba enfermo, no parecía enfermo. Hey. ¿Qué es todo esto? ¿Ustedes
chicos están teniendo una conferencia? bromeé. Ruth me sonrió débilmente, sus
ojos estaban ligeramente rosas, como si hubiera estado llorando. Sentí mi
espalda ponerse rígida a la vista de su cara triste.
Lena vino y envolvió su
brazo alrededor de mi cintura. Ángel, tenemos algo que decirte dijo suavemente.
Tragué por el tono de su voz; esto iba a ser malo lo que sea que fuere. Javier
dio un paso al frente. Él ha estado haciéndolo de nuevo, Ale. Lo han dejado.
Dije que podían quedarse aquí por un tiempo. Mamá dijo que estaría bien
explicó. Ruth empezó a llorar suavemente de nuevo. Alcé la vista hacia Jimmy.
¿Él ha estado siendo abusado y no me lo dijo? Pude sentirme enojarme con él.
Sabía que nos había hecho ese hombre; ¡debió saber que podía hablar conmigo!
Abrí mi boca, a punto de gritarle, pero su expresión me detuvo. Se veía triste,
culpable, y de hecho un poco asustado. Me alejé de los brazos de Lena y abracé
fuertemente a Jimmy. Dios, ha estado siendo abusado por el hombre de mis
pesadillas también, no debería estar enojada con él, no necesitaba eso por
encima de todo lo demás. Repentinamente, todo tuvo sentido para mí; nunca le
gustaba hablar acerca de él tampoco. Cuando le pregunté si se llevaba bien con
él, siempre se veía realmente incómodo. Estaba tan tenso cuando estuve en su
casa la semana pasada cuando vio a mi padre. Pudiste haber hablado conmigo
susurré, sintiendo las lágrimas cayendo por mi rostro lentamente, afligida
porque sabía exactamente por lo que había pasado y cómo se estaba sintiendo
ahora mismo. Por lo menos yo tenía a Javier y a Lena para mirar por mí en ese
entonces; pero Jimmy era el mayor, probablemente se sentía como si fuera el que
tenía que proteger a su mamá y su hermano. Jimmy me abrazó de vuelta. No quería
preocuparte; lo hemos estado planeando toda la semana. Javier y Lena nos
ayudaron a empacar nuestras cosas hoy mientras él estaba en el trabajo. Está
lejos por el fin de semana. No tiene planeado volver hasta el domingo por la
mañana.
Lo alejé y besé su mejilla.
Todo está bien ahora. No te preocupes, ya no puede herirte dije severamente. Me
giré y abracé a Ruth aunque ni siquiera la conocía; simplemente se veía como si
necesitara un abrazo ahora mismo. El bebé en sus brazos era hermoso; se veía
justo como ella, pero con cabello rubio. ¿Estás bien, Aleja? preguntó Javier,
preocupación coloreando su voz. Tragué ruidosamente. De hecho me estaba
sintiendo enferma. Supongo que estaba un poco abrumada por todo. No podía
realmente tragar todo. De hecho, me siento un poco extraña admití, frotando mi
mano sobre mi cara. Ángel, te ves un poco pálida. ¿Quieres una bebida o algo?
preguntó Lena caminando hacia mí. ¡Maldición, tenía tanto calor! Mis labios y
dedos estaban temblando; empecé asentirme un poco mareada.
Estaba consciente de un
pitido molesto; mi cabeza estaba palpitando y pulsando en un lado. Apreté los
ojos cerrados intentando alejar el dolor. ¿Ángel? dijo Lena cerca de mi cabeza.
Gemí y volví la cabeza hacia su voz. Me sentía muy mal, como si estuviera en
una especie de burbuja. Por fin abrí mis ojos para verla inclinada por encima
de mí, viéndose magnífica como siempre, excepto que ahora parecía estresada.
Tenía el ceño fruncido, la mandíbula apretada. Hola dije con voz ronca,
tratando de sonreír y de ignorar el dolor en mi cabeza. Gracias a Dios. Me
asustaste. Inclinó la cabeza y me besó suavemente la frente, pareciendo
respirar un suspiro de alivio. Está bien. Si tan sólo pudiera entrar y echar un
vistazo dijo una voz femenina con severidad. Miré a mi alrededor y no tenía
idea de dónde estaba. Yacía sobre una cama pequeña, todo junto. Era una pequeña
habitación de algún tipo, constantes y armarios a lo largo de las paredes,
excepto que se movían, y podía sentirlas vibraciones de la carretera. Lena se
movió a un lado y una señora con mono verde se inclinó sobre mí.
Hola, Alejandra. ¿Cómo te estás
sintiendo? preguntó, haciendo brillar una luz en mis ojos. Empujé su mano fuera
de mí, en busca de Lena. ¿Dónde estoy? pregunté, un poco presa del pánico.
¿Cómo diablos llegué aquí? Estaba en la cocina, entonces me sentí un poco
mal…Estás en una ambulancia, cariño. Te desmayaste y te golpeaste la cabeza
bastante fuerte contra el mostrador de la cocina explicó, tomando mis manos y
colocándolas sobre mi pecho. Sólo necesito comprobarte. Has estado inconsciente
durante unos veinte minutos. Encendió la luz hacia mis ojos de nuevo,
asintiendo con la cabeza, pareciendo satisfecha. ¿Te duele la cabeza? preguntó,
tocando ligeramente detrás de mí oreja. El dolor atravesó mi cabeza y silbé a
través de mis dientes. Creo que vas a necesitar un par de puntos aquí dijo
ella, asintiendo hacia el lado de mi cabeza. Tendí una mano hacia Lena.
Inmediatamente la tomó y besó mis dedos, sus ojos no dejaban mi cara. Se veía
muy estresada. Después de otro par de minutos nos detuvimos en el hospital y
comenzaron a rodarme en mi pequeña cama. Puedo caminar protesté, sintiéndome
estúpida por ser llevada dentro del hospital en una cama. Lo siento, cariño, es
una práctica habitual. Arribaste con luces, debes ir en una cama respondió,
guiñándome un ojo. Sonreí débilmente y Lena se echó a reír, pero no era su risa
habitual, era apretada y sin sentido del humor. Rodamos dentro de un pequeño
cubículo y nos dejaron por nuestra cuenta. ¿Qué paso, Ángel? preguntó Lena,
inclinándose sobre mí y rozando su mano suavemente por un lado de mi cara. Me
encogí de hombros y luego hice una mueca cuando el movimiento hizo que mi
cabeza doliera otra vez.
No lo sé. Me sentía un poco
mareada, entonces me desperté contigo en la ambulancia le expliqué. Eso era todo lo que podía
recordar. Asustaste la mierda fuera de mí. No vuelvas a hacerme eso otra vez.
Promételo indicó, haciéndome reír por cuán seria estaba. ¿Quería que le
prometiera que nunca me pasaría de nuevo? Lena, no puedo prometer algo de lo
que no tengo control bromeé, sin dejar de reír. Suspiró y se inclinó hacia
delante, besándome ligeramente, prendiendo fuego en mi cuerpo. Se retiró cuando
la cortina se abrió y entró un médico. Oops, lo siento. ¿Debo volver más tarde?
preguntó el doctor, sonriendo. Me reí, avergonzada de haber sido sorprendida haciéndolo
en un hospital. Sí, ¿podría darnos cinco minutos? Bromeó Lena, haciendo reír al hombre. Tomó mi
mano con fuerza mientras el doctor miraba mis ojos y comprobaba mi cabeza,
garabateando en su libreta. Entonces, te desmayaste, Alejandra, ¿te has estado
sintiendo bien hoy? ¿Has tomado algo que no deberías? preguntó, mirándome con
un poco de suspicacia. ¿Cómo drogas o algo así? cuestioné, sorprendida.
¿Parezco una maldita adicta las drogas? Asintió con la cabeza, mirándome
expectante. No, no he tomado nada. Me estado sintiendo un poco apagada hoy, un
poco mareada admití. Escribió de nuevo. ¿Has comido?
Pensé en ello, ¿había
comido? Tenía algunas tostadas para el desayuno, pero no comí el almuerzo,
porque me sentía mal. Um, no realmente. Me sentía mal durante el almuerzo.
Hmm, probablemente ese es tu
problema allí. ¿Estás bajo cualquier tipo de estrés o cualquier cosa en este
momento? ¿Haciendo exámenes, ese tipo de cosas? preguntó, escribiendo de nuevo.
Estrés. Guao, eso es un eufemismo. Mi padre abusivo se mudó de nuevo a la
ciudad, trayendo con él una nueva familia. Hace una semana que lo vi de nuevo
por primera vez desde que trató de forzarse sobre mí. Me enteré hace un momento
de que ha estado abusando de su nueva familia y ellos se van a mudar con nosotros
por un tiempo. En realidad, ¿cuánto tiempo estarán con nosotros?¿Alguien
mencionó eso? Tendría que tener a Jimmy con Javier, y Ruth y Matías pueden
compartir la habitación de mi madre, entonces cuando mamá venga a casa yo
podría… ¿Alejandra? dijo el médico, sacándome de mi pequeño mundo. Oh, claro.
Um, sí, mi vida ha estado estresante últimamente declaré, mordiéndome el labio
de lo mucho que un eufemismo en realidad era real. Bueno, el estrés puede hacer
cosas divertidos por ti. Realmente necesitas comer adecuadamente. Voy a sacar
algunas muestras de sangre para asegurarme de que no hay nada más pasando.
Conseguiré a alguien para que venga y haga los puntos en tu cabeza y te voy a
tener un par de horas sólo para comprobar que todo está bien después de ese
golpe afirmó, sonriendo amablemente. Fue al armario y sacó una aguja. Miré a
Lena, con los ojos muy abiertos. Odiaba las agujas. Cuando el médico se acercó
a mí, Lena inclinó la cabeza y me besó. Cerré los ojos y fundí mis labios
contra los suyos. ¡Por Dios, sabia tan condenadamente bien! Está bien, todo
hecho. Iré a mandar esto, deberían estar de vuelta en una hora o algo así
anunció el doctor, lanzando la aguja a la basura y escribiendo en un pequeño
frasco. Eché un vistazo a mi brazo para ver un pedacito de cinta adhesiva
blanca sosteniendo una pelota de algodón en el interior de mi codo.
¿Lo hizo ya? pregunté,
sorprendida. ¡Guao, ni siquiera lo sentí! El médico y Lena sonrieron. Sí, todo
hecho. Ah, el poder de distracción reflexionó el médico, sonriendo
abiertamente. Sonreí a Lena, tendría que llevarla en cada pinchazo que alguna
vez tuviera a partir de ahora. Está bien, así que la enfermera estará haciendo
puntos en tu cabeza en pocos minutos. Probablemente estarás aquí durante dos o
tres horas dijo, dirigiéndose a la cortina. Asentí. ¿Puede quedarse mi novia
conmigo? le pregunté esperanzadoramente mientras me aferraba a la mano de Lena.
No quería estar en este lugar estéril por mi cuenta. Claro, eso está bien. Sólo
uno de los visitantes, sin embargo, porque podría haber una multitud
preguntando por ti, por tu vuelta a casa sugirió, riendo entre dientes mientras
se iba y dejaba caer la cortina. Multitud, ¿Qué es eso? Miré a Lena, ella sonrió. Todos vinieron. Yo, literalmente,
tuve que empujar a Javier cuando dijeron que sólo una persona podía viajar
contigo dijo, viéndose un poco culpable de ello. Me sonrió y le apreté la mano.
Bueno, me alegra de despertar contigo en lugar de Javier. Así que gracias.
Inclinó la cabeza y me besó ligeramente. También me alegro. Suspiró. Será mejor
que vaya y les diga que estás muy bien, y que deben ir a casa dijo, poniéndose
de pie. Igual date prisa, ¿de acuerdo? le pedí, dándole mi cara de mendicidad.
Sonrió. Voy a ser tan rápido como sea posible prometió, besándome en la frente
y saliendo rápidamente. Cerré los ojos y escuché el ruido en la sala y esperé a
que regresara. Lena estuvo de vuelta en cinco minutos con un sándwich
pre-empacado y una bebida. Oye, no sé si tienes permitido uno de estos,
todavía, por lo que tendrás que esperar hasta que la enfermera venga a coserte
la cabeza. No me perdí eso, ¿verdad? preguntó preocupada. No, no te lo
perdiste. Sonreí a cuán pensativa era todo el tiempo. Se sentó en la sillita y
me tomó de la mano. La enfermera entró unos minutos más tarde y cosió mi
cabeza, al parecer necesitaba seis puntos de sutura. Hice que Lena me
distrajera todo el tiempo, realmente era el mejor analgésico conocido por el
hombre. Tal vez debería tratar de embotellarlo de alguna manera, y luego
venderla. ¡Sería rica! Finalmente, después de una hora y media, el médico
regresó. Hola, tengo los resultaos de los análisis de sangre y parece que no
fue la falta de alimentos lo que te hizo perder el conocimiento dijo, mirándome
con seriedad. Lena se puso tensa a mi lado, apretando mi mano, inclinándose tan
adelante en su silla que no me sorprendería que se cayera de un momento a otro.
Ok, así que, ¿qué era? le pregunté con curiosidad. No podía ser nada malo. Sólo
tenía dieciséis años, por amor de Dios, no fumaba, no bebía mucho, no tenía
exceso de peso, hago ejercicio físico con regularidad. Quiero decir, no debería
enfermar, ¿o sí?
Tienes mucho stress acumulado dijo el médico, tienes que
relajarte si no quieres que esto perjudique tu salud severamente .El médico se
retiró.
Lena sopló una bocanada,
pasándose una mano por su melena, nerviosamente-Se subió a la cama, acostándose
a mi lado. Ángel, escúchame, ¿está bien? rogó. Asentí y la miré, incapaz de ver
qué podría decir para hacer esto correcto. No había nada que ella pudiera
sugerir, no había otra manera. Te amo más que a nada en este mundo. Antes de
que esto sucediera iba a rechazar mi beca e ir a una universidad aquí en cambio
comenzó. Abrí la boca para decirle que estaba siendo estúpida, pero me tapó la
boca, mirándome suplicante. Quería pedirte que vinieras conmigo a Boston. Pero
no podía pedirte que te alejaras de tu casa, de Javier y de tus amigos, así que
decidí quedarme aquí contigo, en su lugar dijo, encogiéndose de hombros.
Cristo, es tan adorable, dulce y considerada. Ella sonrió mientras continuaba
tratando de convencerme. Podemos hacer que esto funcione; sé que mi mamá nos
ayudará. Iré a la universidad y conseguiré un empleo en las noches y los fines
de semana para ganar algo de dinero. Tú podrías terminar la escuela por
correspondencia para que pudieras ir a la escuela. ¿Puedes pensar en ello, por
favor? Será difícil por cierto tiempo, pero una vez que firme un contrato con
un equipo, seré capaz de darte cualquier cosa que quieras arrulló, frotando ligeramente
su mano sobre mi estómago. Lena, no quiero arruinar tu futuro susurré. Ella
sonrió y me besó suavemente. Ángel, tú eres mi futuro contrarrestó ella,
deslizando la mano bajo mi top, y ubicándola en mi estómago. Miré su apuesto
rostro; sus ojos azules estaban centelleando con amor mientras acariciaba mi
estómago con la mano. No creas que uso este problema para atraparte .Ella se
echó a reír y puso los ojos en blanco. Me atrapaste cuando tenías cuatro años
de edad. Estabas usando un vestido azul oscuro con un lazo en la espalda, y
pequeñas medias blancas. La primera vez que te vi estuve atrapada. Esto, Dibujó
un pequeño patrón en mi estómago con un dedo, esto es el gran amor que te
tengo. Dijo, sonriendo. ¿Podíamos realmente hacerlo? ¿Ella se quedaría aquí conmigo? ¿En realidad te
quedarías aquí conmigo y renunciarías tu beca? pregunté un poco conmocionada.
Trabajó tan malditamente duro por esa beca, era una oportunidad tan increíble,
¿y renunciaría a eso por mí? Ella sonrió. Quiero quedarme aquí contigo,
envolviendo sus brazos alrededor de mí. Enterré mi rostro en su pecho y cerré
los ojos. Besé sus labios, envolviendo mis brazos alrededor de su cuello,
acercándola. La amaba demasiado, más que nada. Sabía que podíamos hacerlo
funcionar, solas ella y yo en otra ciudad. Se alejó del beso y me miró con una
expresión de esperanza en su rostro. Está bien acepté. Sonrió y me besó de
nuevo, moviéndose de modo que tenía medio cuerpo sobre mí. Me besó hacia abajo
por mi cuello, bajando más y más. Levantó mi top y besó todo mi estómago antes
de levantarse para sonreírme. Te amo susurró. La halé más cerca de mí. También
te amo, novia amante me burlé, haciéndola reír. Envolvió sus brazos alrededor
de mí, acostándose cerca de mi lado. Apoyé la cabeza en su pecho y escuché el
latido de su corazón volando mientras deslizaba una mano bajando por mi cuerpo,
apoyándola en mi vientre, frotando la punta de mis dedos ligeramente sobre
ella. Besé el pecho de Lena. ¿Cómo demonios un chica tan adorable, apuesta,
dulce, bondadosa, divertida, talentosa y responsable podía quererme? ¿Cómo
podía amarme tanto como puedo ver que lo hace? No pude evitarlo, pero sonreí. Y
haciendo en los brazos de Lena, en realidad me sentía como la chica más
afortunada del mundo. Después de un par de horas, me dieron de alta.
Aparentemente, Lena iba a despertarme cada hora para asegurarse de que no tenía
una contusión o algo. Acordamos no decirle a nadie sobre el viaje todavía. Era
tan pronto y nosotros apenas si estábamos acostumbrándonos a la idea… que no
necesitábamos ninguna interferencia de nadie más. ¿Deberíamos llamar un taxi o
algo? pregunté mientras Lena me sacaba caminando del hospital, sosteniéndome
apretadamente a su lado.
Ella sonrió. Había estado
haciendo eso un montón el último par de horas; en realidad creo que estaba
verdaderamente emocionada acerca de irnos juntas, lo cual nunca antes había
visto en una chica de dieciocho años. No. Javier nos dejó su auto. Él fue a
casa con Jimmy y me dio sus llaves explicó, guiándome hacia el estacionamiento.
Me ayudó a entrar al auto, incluso poniéndome el cinturón de seguridad por mí.
Mi cabeza latía con fuerza; los analgésicos que me dieron estaban comenzando a
desaparecer. Apoyé la cabeza hacia atrás contra el reposacabezas y cerré los
ojos. Iba a ser difícil mentirle a Javier. Yo odiaba mentir y en realidad era
terrible en eso, pero necesitaba ser hecho por unas cuantas semanas.
Simplemente necesitábamos dejar que todo el asunto del padre abusivo se calmara
primero, eso nos daría la oportunidad de resolver todo en nuestras propias
cabezas. Yo aún tenía el dinero de la apuesta, no había gastado nada de eso
todavía así que eso ayudaría con todas las cosas que necesitábamos para
situarnos en aquella ciudad. Cuando estacionamos en mi casa, ni siquiera había
salido del auto antes de que Javier me atacara con un abrazo. ¡Mierda,
asustaste endemoniadamente a todo el mundo, Alejandra! reclamó. Sonreí y le
devolví el abrazo. Lo siento, Javier. No planeé exactamente desmayarme enfrente
de todo el mundo y golpearme la cabeza, ¿o sí? respondí sarcásticamente
mientras ponía los ojos en blanco. ¿Por qué demonios está furioso conmigo por
enfermarme? Él suspiró y se apartó. Así que, ¿qué dijeron? ¿Por qué te
desmayaste en primer lugar? preguntó, luciendo preocupado. Oh, mierda,
demasiado estrés aparentemente. Eso, y que no había comido en todo el día
intervino Lena, viniendo a mi lado. Silenciosamente le agradecí a Dios que Lena
fuese más rápida que yo. Javier me miró, claramente molesto de nuevo. ¿Por qué
diablos no comiste en todo el día? preguntó acusadoramente. Sonreí y dejé que
Lena me llevara a la casa. Simplemente vamos adentro y déjala sentarse, Javier,
luego puedes gritarle todo lo quieras sugirió Lena, sacudiendo la cabeza con
una ligera sonrisa .Javier nos siguió adentro y se sentó a mi lado en el sofá,
Jimmy y Ruth vinieron y se sentaron también. Todo el mundo estaba mirándome
preocupadamente. Dejen de preocuparse, chicos. Aparentemente era falta de
comida. Azúcar baja o algo. Estoy bien ahora, honestamente les aseguré,
asintiendo, tratando de no lucir demasiado culpable. El golpe en su cabeza
necesitó suturas. Tengo que despertarla cada hora para asegurarme de que está
bien, así que me quedaré esta noche declaró Lena, más para el beneficio de Ruth
que de alguien más, Javier ya sabía que ella
estaría ahí de todas formas. Bostecé. Ya eran casi las nueve y sólo
quería irme a la cama, había sido un largo día estresante. Me voy a la cama,
chicos. Oh, y Ruth, es realmente un placer verte de nuevo. Lamento que no tuve
oportunidad de conversar contigo apropiadamente más temprano dije, sonriendo a
modo de disculpa. Ella se rio un poco entre dientes.
Hablaremos mañana, cariño,
no te preocupes. Si necesitas cualquier cosa en la noche entonces házmelo
saber. Javier dijo que podíamos dormir en la habitación de tu mamá, sólo para
que sepas dónde estoy, ¿está bien? preguntó amablemente. ¡Vaya, ella en
realidad es agradable! Está bien. Buenas noches, chicos. Y tú, chica amante, ve
a conseguir tus cosas si te vas a quedar aquí ordené, sonriéndole a Lena. Ella se levantó rápidamente. Está bien.
Volveré en un rato entonces. Besó mi frente suavemente antes de dirigirse
hacia la puerta principal para decirles a sus padres que iba
“oficialmente” aquedarse aquí. Fui a mi dormitorio y me miré en el espejo. Mi
cabello era un desastre, tenía algo como un esparadrapo pegado detrás de la
oreja sobre las suturas, me veía cansada pero no pude evitar sonreír. No me
molesté en ponerme pijamas mientras me deslizaba en la cama; quería sentir la piel
de Lena contra la mía. Ella llegó aproximadamente después de quince minutos,
viéndose tan guapa que me hacía querer llorar. Me froté ligeramente el vientre
con la mano bajo las sábanas. Lena se quitó la ropa hasta quedar en ropa
interior y se metió en la cama conmigo. Jadeó repentinamente y se echó hacia
atrás para mirarme. ¿Estás desnuda? preguntó, un poco sorprendida. Sonreí. Sip.
Pensé que deberías aprovecharme al máximo. Ella sonrió y rodó encima de mí,
suspendida, apenas tocándome. Ángel, susurró, mirándome con adoración,
deslizando su mano hacia abajo por mi estómago. Sonreí cuando halé su boca
hacia la mía. Muy lentamente, casi torturando a Lena, le va quitando el resto
de sus prendas que quedaban, ambas nos mordimos, Lena me aprisiona más a su cuerpo,
sabes Lena tienes unos precioso ojos cada vez que te miro me pierdo en ellos.
Lena. Rodeo su cintura
asumiendo el control tirando de mi
Ángel la empujo hacia abajo, la senté obligándola arquearse hacia mí, y empecé
a morderle el ovulo de su oreja mientras continuaba con los movimientos de
caderas, Aleja apoyo su cabeza en mi hombro ella comenzó a moverse cada vez más
rápido mientras me acoplaba a mi novia
amante ,se escuchaba el roce de piel contra piel , estaba prolongando el
orgasmo lo más posible quería disfrutar más de su piel; sacudió sus caderas una
vez más y luego se estremeció cuando llego a su anhelado orgasmo, se desplomo
en mi pecho y se quedó allí, temblando desde en cuando simplemente descansando sobre mi cuerpo
ardiente en deseo, que no se había apagado rodé sobre ella hice un camino de
besos a lo largo de su cuello , me moví más abajo hasta capturar un pezón
rosado entre mis labios y suavemente rose mis dientes en la punta, succionen
suavemente haciendo que Aleja se retuerza y sacándole un profundo gemido, para
luego comenzar a mover mi lengua de un lado a otro, a medida que mi boca fue
besando sus pezones , mis dedos índice y pulgar se movían en el otro .Cuando
creí que fue suficiente tortura me deslice hasta su entrepierna, pero solo
sople y comencé a besar y lamer sus muslos, Aleja gimió agarró mi cabeza y la
llevo exactamente donde ella quería, paso su lengua por su abertura, mi lengua
trabajo en su parte más sensible cuando
sentí que mi Ángel llegaba al clímax subí dándole besos por su abdomen hasta
llegar a sus labios, unid mi cabeza en su cuello, entrelace nuestras piernas,
encajando su sexo con el mío, comencé un ritmo dolorosamente placentero, con
movimientos rápidos llegamos juntas al cielo.
Aleja. Ruth hizo panqueques
la mañana del sábado, y pasé el día conversando con ella y jugando con mi
hermoso hermano pequeño. Ella estaba planeando quedarse en la ciudad porque
Jimmy no quería cambiar de escuela de nuevo. Karla vino en la tarde, y Jimmy
finalmente le pidió que saliera sólo con él… lo que ella obviamente aceptó con
entusiasmo. Ellos eran tan dulces, siendo todos tiernos y coquetos. Karla decía
cosas que hacían sonrojar a Jimmy. Él era demasiado inocente… pero conociendo a
Karla, él no sería así por mucho tiempo si ella se salía con la suya. Lena
seguía lanzándome pequeñas sonrisas de complicidad. El domingo, Ruth, Jimmy,
Karla y Matías fueron a pasar el día en el zoológico. Querían salir y hacer
algo que sacara de la mente de Ruth el hecho de que se esperaba que hoy mi padre
estuviera en casa de regreso de su viaje de negocios. Él llegaría a casa para
encontrar la nota que ella le dejó, y que todas las cosas de ellos habían
desaparecido de su casa. Ella se había librado de sus números telefónicos y
había comprado nuevas tarjetas SIM para sus teléfonos celulares de modo que él
no tuviera forma de contactarlos o saber dónde estaban. Pero sentarse por ahí,
preocupándose por eso, no estaba ayudando a nadie, así que quisieron hacer algo
que los mantuviera ocupados. Yo estaba
sentada en el sofá, leyendo, con las piernas en el regazo de Lena mientras ella
jugaba al PlayStation con Javier, cuando el teléfono sonó. Me moví para
agarrarlo pero Javier lo hizo primero. Cuando respondió todo su cuerpo se
tensó.
¿Qué diablos quieres? gruñó,
saltando fuera del sofá. Me senté tan rápido que eso casi hizo girar mi cabeza.
¿Estás jodidamente borracho? Casi le gritó al teléfono. Lo observé, sintiéndome
enferma, sabiendo que mi padre estaba en el teléfono. Sí, ¿y qué? ¿Qué vas a
hacer al respecto, anciano? espetó Javier, volviéndose rojo de la rabia. No
queremos verte, así que vete a la mierda. No. Ella no quiere verte. Te lo juro,
si te acercas por aquí de nuevo te mataré gruñó él, dándome la espalda. En
realidad, ¿sabes qué? A la mierda, ven, ven justo ahora. Estamos en la casa,
así que ven y hablemos de eso sugirió Javier. ¿Qué demonios está haciendo él?
¿Javier? chillé, asustada. Seguro. Recuerdas dónde está la casa, ¿cierto?
Absolutamente. Te veo en un rato dijo Javier, colgando y lanzando el teléfono
al otro lado de la sala. Afortunadamente éste aterrizó con un ruido sordo en el
otro sofá y no se rompió. ¿Acababa de decirle que viniera? Javier, él no va a…
Mi voz se desvaneció, y no fui capaz de terminar la oración. Javier volteó para
mirarme, con el rostro severo. Sí. Ve al lado ordenó. Miré a Lena en busca de
ayuda. Ella estaba mirando a Javier; tenía la misma expresión severa en su
rostro. ¡Lena, dile que esto es estúpido! susurré, con lágrimas cayendo por mi
rostro. Lena no me miró; Javier y ella estaban trabados en alguna clase de
intercambio silencioso con sus ojos. Salté fuera del sofá y agarré el teléfono
planeando devolverle la llamada para cancelarlo. No podía dejarlo venir aquí,
no con estos dos viéndose así. Javier me arrancó el teléfono de las manos.
No va a dejar de acosarte,
Aleja. Él quería verte. También está realmente furioso de que Ruth lo dejara.
Sabe que los ayudé; un vecino vio mi auto en la entrada. Está seriamente
molesto conmigo, así que sólo necesito decirle que se vaya a la mierda dijo,
jalándome a un abrazo. Sacudí la cabeza, eso no era lo que él estaba planeando
en absoluto, ellos no iban decirle nada, Javier y Lena iban a golpearlo hasta
la inconsciencia y mostrarle cómo irse a la mierda. Por favor no lo hagas, te meterás
en problemas. ¿Por favor? susurré. Mis entrañas estaban retorciéndose por el
pavor. No si él comienza algo primero respondió Javier, resistiendo una
sonrisa.
LENA.-La primera cosa que
disparó a través de mi cerebro era que necesitaba mantener a Javier bajo
control. Claro, yo quería matar ese imbécil tanto como él, pero en serio
necesitábamos tener cuidado. Sí, literalmente, le saltábamos encima tan pronto
como entrara, nos seríamos responsables, y le había prometido a su mamá que no
le permitiría hacer eso. No dejaría que Javier fuera a la cárcel por ese
idiota, Ángel necesitaba de su hermano mayor. La segunda cosa que surgió en mi
mente era que necesitaba sacar a mi chica de la casa. Ángel, vamos, te llevaré
a la mí a casa declaré, agarrando su mano y tirando de ella lejos de Javier.
Ella arrancó su mano de la mía y me miró. ¡No voy a ninguna parte! No voy a
dejarlos hacer esto, a ninguno de los dos. Ustedes no pueden darle una paliza,
se meterán en problemas. ¡Estás siendo tan jodidamente estúpida! gritó. Las
lágrimas rodaban por su rostro mientras hablaba. Ángel, tiene que salir, ahora
ordené. No se iba a quedar aquí, cerca de ese hombre, de ninguna forma, porque
si él la miraba de manera equivocada no sería capaz de contenerme, y mucho
menos mantener a Javier bajo control. Sacudió la cabeza con fuerza. Siempre
había sido terca, por lo general me encantaba eso de ella pero no en estos
momentos, no lo hacía. Bueno, si lo quiere así, entonces al diablo. La tomé,
envolviéndola en mis brazos, levantándola en estilo nupcial. ¡Lena, no te
atrevas! gritó, su rostro poniéndose rojo de ira mientras luchaba por bajarse.
Negué con la cabeza, lidiaría con su enojo después, no estaría enfadada conmigo
por mucho tiempo y una noche con la ley del hielo valdría totalmente la pena,
solo si sabía que ella estaba completamente a salvo. Comenzó a sollozar y
envolver sus brazos alrededor de mi cuello, mientras la cargaba fuera de la
casa. ¡Maldita sea, me estaba matando! Odiaba verla llorar. Le di un beso al
lado de su cabeza. SShh, todo va a estar bien, te lo prometo. Sólo te necesito
a salvo para poder concentrarme en mantener tranquilo a Javier, ¿de acuerdo?
dije honestamente. Llegamos a mi casa y abrí la puerta rápidamente, en
dirección al sofá. Me senté y la mantuve en mi regazo, meciéndola suavemente.
Por favor, no te metas en problemas, Lena, por favor suplicó, abrazándome con
más fuerza. No lo haré. Necesito ir al lado ahora. Tú te quedas aquí, no vengas
hasta que venga a buscarte. ¿Me entiendes? ¿Puedes hacer eso por mí? pregunté
con desesperación.
Ella suspiró y se alejó sin
mirarme. Sólo ve entonces espetó enfadada, alejándose de mi regazo para
sentarse en el sofá. Esto realmente no le gustaba en lo absoluto. Gruñí,
odiando su expresión de enojo. Te amo, Ángel solo necesito sentirte segura
expliqué mientras besaba su mejilla. Asintió y cerró los ojos, lágrimas
silenciosas estaban aún cayendo por su rostro. Me puse de pie y me volví para
irme. ¿Lena? llamó justo cuando llegué a la puerta. Me di la vuelta, con la
esperanzad e una sonrisa. Te amo demasiado. Si te envían a la cárcel por
asesinato entonces esperaré por ti afirmó sin ninguna emoción en su voz en
absoluto. No era una broma, realmente pensaba que iba a ir a la cárcel. No le
respondí, sólo me fui. No había respuesta para eso. Estaba seriamente enfadada
conmigo y tendría mucho que hacer después de esto. Nunca había hecho nada que
ella no quisiera antes y que odiaba hacerlo ahora. Corrí de nuevo hacia Javier.
Él se paseaba en la sala, luciendo mortalmente enojado. Javier, tienes que
escucharme dije, agarrando su hombro y haciéndolo enfrentarme. Lo sé, lo sé. No
puedo hacer nada a menos que él comience, nada. Sólo quiero hablar con él y
decirle que se largue de nuestras vidas, pero si se acerca a mí, juro...Apretó
los dientes. No le hacía falta terminar la frase, ya sabía lo que haría y no
sería indoloro tampoco.
Después de unos diez minutos
un coche se detuvo en frente. Agarré el brazo de Javier cuando se levantó del
sofá. Tranquilízate de una maldita vez, Javier. ¿Entiendes? ordené. Él asintió
y me dirigí a la puerta. La abrí y el imbécil se quedó mirándome furiosamente.
Mis manos estaban ansiosas de estrangularlo. No lo había visto desde que lo
echamos por la puerta seguido de todas sus cosas, hace tres años, pero lucía
exactamente igual al que recordaba. Elena Hamilton, has crecido un poco, ¿eh?
afirmó, mientras me examinaba. Simón Walker, ¿dejaste de abusar sexualmente a
las muchachas? respondí, mi mano apretando la manija de la puerta con tanta
fuerza que mis dedos estaban doliendo. Él me miró y se abrió paso en la casa.
¿Dónde diablos están Javier y Alejandra? preguntó con enojo. Estoy aquí. Y
Alejandra está fuera dijo Javier con
calma. Tal vez iba a estar tranquilo, después de todo. ¡Tú, pequeña mierda!
¡Siempre fuiste un maldito problema! ¿Dónde mierda están mi esposa e hijo? Y me
voy a llevar a Alejandra también gritó Simón dirigiéndose hacia el pasillo en
la parte trasera. Podía sentir mi irá en aumento cada vez que decía el nombre
de mi ángel. Me tomó un par de respiraciones profundas, necesitaba ser fuerte. Javier se echó a reír. Sí, está bien
dijo con sarcasmo. Creo que estaba tratando de incitar a su padrea empezar
algo. Creo que estaba pensando en dejarle conseguir un par de golpes al
principio para que pueda decir que fue en defensa propia. ¿Dónde están? Simón
prácticamente gritó. Siempre tuvo muy mal carácter.
Te estoy diciendo, viejo,
que si alguna vez te acercas a mi hermana una vez más, te voy a matar gruñó
Javier. ¿Me entiendes? Tienes que salir de la ciudad. Ahora. No hay nada aquí
para ti ahora. Ruth no te quiere tampoco, nadie te quiere le espetó. Sonrió
ligeramente mientras Simón se acercó a él con los puños apretados. ¡Esto es
todo por tu maldita culpa! Tú y Alejandra
tenían que abrir sus sucias bocas y decirle a Jimmy lo que pasó. Has
arruinado todo para mí, todo, pedazo de mierda. Debería haber empujado a tu
jodida madre por las escaleras o algo así, cuando me dijo que estaba embarazada
de ti gritó Simón con rabia. ¡Maldita sea, era un imbécil! Javier lo agarró y
lo arrojó contra la pared, golpeándolo hasta dejarlo sin respirar. ¡Mierda!
Agarré a Javier justo cuando estaba a punto de darle un puñetazo y lo aparté.
¡Así no! Javier, no así le grité, tratando de detenerlo. ¡Déjame ir! Voy a matar
maldita sea. Lena, ¡déjame ir! gritó Javier, tratando de deshacerse de mí.
¡Javier, cálmate! escuché decir a Alejandra. Mi sangre se congeló al sonido de
su voz. ¿Qué demonios estaba haciendo allí? Todos nos volvimos para verla de
pie en la puerta. Solté a Javier rápidamente y fui hacia ella, pero ese idiota
estaba entre ella y yo. Agarró su muñeca. Ella se estremeció y trató de sacar
su brazo fuera de su control. ¡Tú! ¡Tú
maldita arruinaste todo! le gritó. ¡Déjala ir, ahora! gruñí a través de mis
dientes apretados, apenas capaz de contener mi ira. Podía oír latir mi corazón
tamborileando en mis oídos, estaba tan enojada que me temblaban las manos. Iba
a matarlo en tres segundos si no la dejaba ir. Se volvió para mirarme, el odio
clara en su rostro. ¡Vete a la mierda! Es mi hija gritó, tirando de ella
bruscamente cerca de él. Ella se volvió y trató de alejarlo. Su rostro se
endureció. Me lancé hacia adelante al mismo tiempo, la abofeteó con fuerza en
la cara. Agarré su camisa y le di un puñetazo de lleno en la cara, disfrutando
del satisfactorio "crack" que hizo su nariz mientras mi puño
conectaba con ella. Retiré mi brazo y lo golpeé una y otra vez, ignorando el
dolor que cada golpe causaba en mi mano. Después del cuarto o quinto golpe su
cuerpo estaba cojeando un poco así que lo empujé contra la pared, así no tenía
que sostenerlo, y le di un puñetazo otra vez. Puse todo mi odio en él, toda la
ira, el dolor y la impotencia que alguna vez había sentido cuando veía a mi
chica llorar hasta dormirse. Nunca dejaría a este hombre lastimarla de nuevo.
Se dejó caer al suelo entre los golpes y lo borracho que estaba, envolviendo
sus brazos alrededor de su cabeza, pero no me detuve, no podía parar. Así que
empecé a darle patadas en su lugar. De repente, Javier me agarró por detrás y
me palmeó mi cara por primera vez en la pared. ¿Qué diablos estaba haciendo?
¡No! ¡Todavía no he terminado! ¡Aléjate de mí. Javier! le grité, tratando desesperadamente de
quitármelo para poder matar al hombre que hizo de la vida de mi Ángel una
desgracia. Me aparté de la pared tratando de liberarme. Alejandra está herida,
Lena dijo Javier, empujándome contra la pared otra vez, su brazo a través de la
parte trasera de mi cuello. ¡Sólo aléjate de mí. Déjame terminar! Grité, todavía luchando en contra de su
abrazo. ¡ELENA, ALEJANDRA ESTÁ HERIDA!
gritó Javier. Espera, ¿qué dijo? ¿Ángel? Oh, Dios mío.
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Que capítulo más intenso quiero que lo maten a simon
ResponderEliminarQue grave, espero que no le pase nada a nuestra angel, no vayan a matarla por favor, este capitulo lo vivi a un paso del infarto de lo interesante que iba, ahora mas que nada espero el proximo capitulo con ansias, decir que me comere las uñas ya no basta u.u ya ni uñas tengo :), gracias por estos capitulos besos. Maria
ResponderEliminarGracias x la historia me gusta mucho, q no sufran mas las chicas, Lena es adorable!! . Carmen
ResponderEliminarDesgraciado del padre, porque estoy leyendo porque sino les ayudo Javier Y Lena a darle una paliza al susodicho
ResponderEliminarEs un mal parido este tipo no tendria q existir
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