Esperamos tu historia corta o larga... Enviar a Latetafeliz@gmail.com Por falta de tiempo, no corrijo las historias, solo las público. NO ME HAGO CARGO DE LOS HORRORES DE ORTOGRAFÍA... JJ

Qué estoy sintiendo? - M.G.M - 15

15
Los días pasaron, el jueves Abril espero a que la clase terminara para darme el libro que le había prestado.
-Gracias, es muy bueno.
-De nada Abril, me alegra que te haya gustado.
-Me encanto.
La hora de mi próxima clase había llegado y me tuve que despedir.
Por fin el viernes llego, las clases las termine a tiempo, la ventaja de ser organizada es que en todos los grupos estaba adelantada en los temas.
Sam llego a las 6 de la tarde, yo ya me encontraba bañada lista para arreglarme.

-Bien- dijo Sam entrando a mi habitación- ¿Qué ropa interior traes?
-Un conjunto blanco con decoraciones en azul- conteste sorprendida con su pregunta.
-Ponte algo rojo o negro- dijo mientras comenzaba a buscar en mi armario.
-No, no voy a tener sexo con ella, además a mí me gusta esto.
-Vale, al final  te lo quitara- dijo sin darle gran importancia- me gustan estos leggins hacen ver lo bonitas que son tus piernas, y esta blusa con ese escote es linda, o y este chaleco le da u toque moderno y divertido, como tu chica, y estos tacones van perfectos- Sam saco del armario todo lo que le había gustado- listo.
-¡Ya!- dije sorprendida- ¿es todo lo que necesito?
-Sí, solo te peino y listo.
Me puse lo que dijo, me peino con algo simple y discreto, me maquillo y quede lista.
Llegue a su casa, ella vestía unos pantalones ajustados que dejaban ver la forma perfecta de sus piernas, una blusa de tirantes que exponía sus hombros y un poco de su busto y unas botas muy a do con su vestuario.
Subimos al auto y nos dirigimos hacia el bar.
Nos fuimos directo a la barra y ordenamos unas bebidas que llegaron de inmediato.
-Salud- dijo- por el profe de química que me corrió del salón.
-Salud- dije chocando las copas- ¿Por qué te saco?
-No ponía atención.
-¿En quién pensabas?- pregunte.
-En la bomba sexy- dijo sonriendo.
-Me culparas- le dije mientras me paraba del asiento.
-Es la verdad- se paró me tomo de la mano y dijo- bailemos antes de que comiencen a cantar.
Nos dirigimos a la pista de baile, cuando quitaron la canción de música electrónica y en su lugar pusieron “Darte un beso” de Prince Royce.
-¿Bachata?- le pregunte sorprendida.
-Sí, por que no.
Comenzó a bailar frente a mí, y yo no pude contenerme al movimiento rítmico de sus caderas, bailamos y disfrutamos la canción, ella se acercaba más a mí y yo no dejaba de disfrutar cada segundo.
-Bailas muy bien- le dije al oído.
-Mira quien lo dice, tú no lo haces mal.
La canción termino y en su lugar sonó “La, la, la” de un grupo coreano Big bang.
-K-pop –dijo con emoción, y sus movimientos cambiaron al ritmo de la canción.
 Yo me movía contagiada por su cuerpo, al terminar esa canción, comenzaron con el concurso.
-Esas chicas vienen para acá- dijo mirando discretamente hacia ellas.
-Deben de venir a la barra- dije sin darles mayor importancia.
Una de ellas se acercó a Abril y le dijo:
-Hola, ¿tú eres Abril?
-Sí, así es- contesto  ella con una expresión de sorpresa,- disculpa pero no te recuerdo.
-No me conoces- contesto la chica—soy Elisabeth, y ella es mi amiga Katia- dijo apuntando a la chica que la acompañaba.
-Mucho gusto, yo soy Abril, y ella es mi amiga Daniela- dijo apuntando hacia mí.
-Mucho gusto- salude a las dos chicas desconocidas.
 -Ustedes cantan muy bien- dijo una de ellas Katia creo.
-Gracias- conteste tomando un poco de mi bebida.
-¿Ustedes cantan?- pregunto Abril.
-Algo- dijo Elisabeth.
-Bueno, no le pido nada a Cristina Aguilera- contesto Katia con una enorme sonrisa.
-¿Por qué no cantan algo? – sugerí a las chicas que solo se miraban mutuamente.
-Claro- dijo Katia.
 -Te llevo con Roy- dijo Abril yéndose con la chica hacia Roy.
-¿Es tu novia?- me pregunto Elisabeth, mientras mirábamos a las chicas platicar con Roy.
-No, solo amigas- suspire- y tu ella…
-No, somos solo amigas. Te gusta, se te nota.
-¿Tan evidente soy?- pregunte mientras la miraba.
-Sí, bastante, deberías de proponerle algo, mira le diré a Katia que cantemos “muñecas de papel”, invítala a bailar.
-Esa canción de tren de media noche, la he escuchado en la radio es buena- tome un poco de mi bebida hasta terminarla- ustedes se parecen a las chicas de esa banda- dije como nota de que si eran un poco parecidas.
-No, para nada, dicen que esas son muy presumidas y creen que lo pueden todo- dijo sonriendo.
Abril y Katia llegaban listas y emocionadas.
-Vamos al escenario- dijo Katia llevándose a Elisabeth a rastras.
-¿Crees que canten bien?- pregunte a Abril que les decía adiós con la mano.
-No tengo idea- contesto antes de sentarse a mi lado.
Katia tomó el micrófono y les dijo:
-Buenas noches, esta canción es de nuestro más reciente material “Muñecas de papel”, es un placer estar con ustedes, somos Tren de media noche, gracias.
Abril me miraba sorprendida mientras las dos extrañas cantaban su canción- Wow- dijo aplaudiendo.
-Bailemos- propuse temerosa.
-Vale- me tomo de la mano y nos fuimos a media pista a danzar como nunca.
Después de charla, canciones, y varias bebidas energéticas decidimos salir del lugar.
-Chicas ha sido  un placer conocerles- dijo Elisabeth.
-Claro- contesto Katia- tomen unos boletos para uno de nuestros conciertos el próximo miércoles.
-Gracias allí estaremos- tome los boletos y nos marchamos al auto- te llevo a tu casa- le dije a Abril.
-Claro, llévame a mi desierto hogar- dijo un poco  seria.
-¿Desierto?
-Sí, todos se fueron de paseo familiar- dijo abrochándose el cinturón de seguridad.
-Y ¿Por qué no fuiste?
-Me gusta más estar contigo- me dijo sonriendo.
Arranque el coche y la lleve a su casa.
-Gracias, ¿quieres tomar algo?- preguntó antes de entrar.
-Claro- dije bajando del auto para entrar con ella.
Nos sentamos en el sofá me dio un vaso de refresco de dieta y platicamos.
-¿Por qué te gusta estar conmigo?- le pregunte poniendo el vaso en la mesa de la sala.
-Porque cuando estoy contigo me siento bien, feliz, es algo raro, pero cuando estoy a tu lado sé que no puede pasar nada malo- bebió un poco de su vaso antes de ponerlo a un lado del mío- clara muestra de ello es que a tu lado conocí a tren de media noche. No espero que lo entiendas- concluyo encogiéndose de hombros.
-Soy tu maestra- dije desilusionada.
-¿Eso te importa demasiado?- me miro directo a los ojos- descuida, no esperaba que sintieras algo.
-Abril- toque su mejilla con algo de miedo para acariciarla suavemente- yo siento algo. Desde el primer momento en que te vi, antes de saber tu nombre, antes de darme cuenta de lo increíble que eres.
-¿Enserio?
-Sí, y no sé qué sea.
-Descubrámoslo- se acercó a mis labios y me beso, con ternura, mi corazón se disparó a mil por hora, era increíble, poder tenerla tan cerca, sus labios eran dulces, y no se separaba de mí, mi cuerpo se dejó guiar por el impulso y la tome de la cintura asiéndome hacia delante, dejándola recostada en el sillón, por un segundo nuestros labios se despegaron y nuestras miradas se entrelazaron, sin perder tiempo la bese de nuevo, una y otra vez hasta que la respiración era casi imposible, en mi cabeza solo podía sonarHappyTogether de   Turtles.
-Anhelaba tus labios desde hace mucho- le dije entre respiraciones agitadas.
-Y yo los tuyos.
Seguimos besándonos hasta que sentimos algo de frio en su sala.
-Hace frio vallamos arriba- me tomo de la mano y me llevo a su cuarto.
-Es lindo- dije viendo algunas fotos familiares de cuando era niña.
-Bueno, lo tendría más limpio, pero mi hermano es imposible- dijo serrando la puerta.
-Te entiendo, mi hermana es igual, siempre que va a mi casa deja tirado todo y Ricardo igual, son tal para cual.
-¿Ricardo?
-Sí, él es mi mejor amigo, lo conozco desde que éramos unos bebes en pañales.
-Que bien que sigan conservando su amistad.
Seguí recorriendo su habitación para ver lo que tenía por curiosidad.
-Picachu- dije tomando un peluche del personaje de caricatura de una repisa.
-Es muy lindo, de todos los pockemón él era de mis favoritos- dijo sonriendo.
-¿Te gusta pockemón?- pregunte depositando a Picachu en su lugar.
-Claro, es un clásico- dijo parándose junto a mí.
-¿YES OR NO?- pregunte viendo la caja de película con letras en tailandés y solo esa frase en inglés.
-Es buena, ¿quieres verla?
-Claro.
-Ok, preparo palomitas.
Salió a la cocina a preparar palomitas y yo continúe en su habitación notando cada detalle, fotos, posters de caricaturas y bandas, una pila de CDs, unos cojines de arcoíris, su portátil en un pequeño escritorio a un lado de sus libros acomodados por materia en orden alfabético.
-Listo- llego después de un rato con un enorme recipiente con palomitas, tomo la película y la puso en el televisor pantalla plana de su cuarto. Se acostó en la cama y dijo- Acomódate donde plazcas. 
-Vale- me acosté en el lado opuesto de la cama y pusimos las palomitas en medio.
La película era entretenida, estaba divertida y era de temática lésbica, después de la película continuamos con una película de comedia.

La película de comedia no era muy buena, cuando nos dimos cuenta era las 3 de la mañana.
-Deberías quedarte aquí- propuso- es demasiado tarde.
-¿Segura?- pregunte incrédula.
-Claro, no te violare descuida.
-Podría ser al revés- dije de forma picara.
-Me gustan los riesgos- dijo acercándose a mi oído- ¿a ti no?- dijo susurrando.
-Claro, pero me gustas más tú.
Sonrió y comenzó a acomodar las sabanas.
-¿Necesitas pijama?- pregunto.
-¿Qué ofreces?
-La de perritos o la de conejitos- dijo mostrándome las opciones.
-Conejitos estará bien- tome el pijama y me fui al baño para cambiarme. Cuando regrese ella ya estaba cambiada, su pijama de perritos, tenía al frente del blusón la cara de un perro y unas orejas colgaban a los lados.
-Te ves tan tierna- dije mientras ella se encogía de hombros por la vergüenza.
-Tú no te ves tan mal, date vuelta.
No entendí por qué me pedía que me diera vuelta pero le hice caso.
-Te ves divina con tu colita esponjosa- dijo riendo.
-¿Qué?- me acerque al espejo y vi que el pijama tenía la cola de conejo atrás como ella había dicho- no la había notado- dije cubriéndola con las manos.
-Descuida, te va bien, no saque los pijamas sexys por que podría violarte- dijo acomodándose en la cama.
-Creo que está bien, siempre y cuando no comentes lo de la cola con nadie- dije acostándome a su lado.
-Descuida, lo guardare para mí, conejita.

Apago las luces, y nos acostamos abrasadas, sus brazos estaban alrededor de mi cintura y su cabeza acomodada a la perfección sobre mi pecho, y yo de lo más feliz del mundo.
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3 comentarios:

  1. Por finnn paso algo hoy no me quejo Jajaja

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  2. Me encanta esta historia es tan divina y muuuy tierna espero los próximos capítulos chau

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