Aprendiendo de ti
Luego de tomada la
resolución, voy directamente a mi objetivo derribando cuanto me cierra el paso.
Richelieu
La lluvia resonaba con fuerza en todas las ventanas de la
casa mientras Herendira revisaba que el pollo al horno que preparaba no se
fuera a resecar, se asomo a la sala para ver a Vanessa durmiendo en el sofá al
tiempo que una sonrisa se formo en su rostro antes de llevarse las manos al
corazón se sentía cálido y cómodo.
Aspiro el aroma de su ropa con alegría, toda la que
llevaba puesta era de ella. Le quedaba algo grande ya que la joven era más alta
pero aquello poco importaba, se sonrojo al recordar las risas de Vanessa al ver
que arrastraba el buzo que le había prestado, llevaba tres días en aquel lugar por petición de su
adoración quien argumento con toda lógica que para cuidarla adecuadamente debía
permanecer con ella. Se encamino a la cocina de nuevo para mirar la lluvia caer
implacablemente por la ventana pero lejos de desanimarla, le hacía sentir
extrañamente reconfortada, gotitas que repiqueteaban por doquier y se
deslizaban grácilmente por las hojas de los árboles, poso su mano en uno de los
cristales dejándola impresa antes de sonreír cálidamente.
Stefani bajo las escaleras de su casa rítmicamente antes
de lanzar su botella de agua al aire y atraparla con elegancia con la misma
mano ante la mirada sorprendida de Teresa que notaba la alegría desbordante de
su joven señorita, mientras esta se acomodaba al Cobalt en la oreja - Si Rocky
- escucho la voz cibernética levantando una ceja.
-¿Dime dónde será la tocada de Andy hoy? - sintió el beso
cálido en su mejilla que le sorprendió notablemente.
-La Señorita Almeira tiene función en el Bar Congregación
- ladeo la cabeza al ver la sonrisa pícara de Stefani asomarse.
-¿Qué averiguaste de Karina Domínguez?- agrego la chica
alejando de Teresa en dirección al comedor escuchando con atención los datos
que Cobalt le estaba obsequiando tan puntualmente, observando el reloj al
parecer tenía tiempo para una visita social.
Elena del Valle vio a su cuñada sentarse en un extremo
del comedor con completa tranquilidad, reparo en como la joven simplemente
abría el periódico con naturalidad deteniéndose como siempre en la sección de
negocios, volteo a ver a su esposo que hacía exactamente lo mismo
definitivamente no le vendría mal tener alguien más en esa mesa.
Los hermanos del Valle recordaba ella la habían
sorprendido mucho cuando les vio en aquella reunión en Italia por primera vez
parecían inseparables tan necesitados uno del otro, se había enamorado a
primera vista de Arturo se casaron para horror de todos a una semana de
conocerse, y pronto le fue claro a ella que había tomado la decisión adecuada,
porque esos dos tenían unos corazones enormes que debían ser cuidados con
esmero.
En ocasiones le sorprendía la infinita inocencia que
revelaba su esposo esa misma que en ocasiones le hacía desesperar, a veces
creía que eran tan frágiles que podían romperse debido a la sinceridad de sus
sentimientos y sin embargo descubría en cada ocasión una fuerza interna
abrumadora, cuando los miraba como aquella tarde a ambos con un periódico en
frente en silencio, fingiendo que leían mientras planeaban su siguiente día pensaba
que quizás todos los héroes de sus libros eran como ellos, inocentes, dulces,
honestos y sencillos… las victimas perfectas pensarían muchos… hasta que
intentas embaucarlos y descubres mil cosas más en ellos que te sorprenden.
Sonrió quedamente llevándose las manos al vientre ese par
iba a enloquecer cuando supiera que estaba embarazada, se había guardado
aquella noticia al ver el revuelo que su cuñadita tenía armado y estaba
decidida a no abrir la boca hasta ver el lugar vacío a su lado ocupado… y
quizás entonces tendría con quien hablar durante la hora del té…
Karina miraba con desinterés al grupo de niñitas vestidas
de rosa intentando dar saltos perfectos en su ballet ¿Cómo había acabado allí
en un día lluvioso como ese?, miro al grupo de mujeres a su alrededor y giro
los ojos en blanco antes de enfocar a Raúl haciendo cara de asco - Tienes toda
la razón - le murmuró al niño que parecía a punto de escurrirse de su banquita.
Desvió sus ojos del niño hacia la pequeña responsable de
su tortura Alison… el demonio de tutu rosa pálido, vio los cabellitos negros
girar provocando a los risos desacomodarse con suavidad, en ese momento parecía
un angelito pero no, esa niña era la reencarnación de Satanás sin duda. Tenían
una guerra declarada y silenciosa desde el mismo momento que había conocido al
monstruito… y ahora debía llevarla a su casa luego del ballet iba a matar a
Evelyn, o mejor se suicidaba por deberle un favor a esa condenada mujer.
Vio al pequeño demonio dar otro saltito antes de
acercarse a ella de puntitas y bailando mientras Raúl finalmente golpeaba su
cabeza contra el asiento - ¿Vendlas a mi lecital? - le cuestionaron con
seriedad sin dejar de mover los bracitos con elegancia.
- ¿Aprenderás algún día a articular como se debe? -
escucho una suave risa de Raúl antes de chocar la mano con el niño.
-Son un pal de bestias - volteo los ojos en blanco era
algo anormal que una niña de cinco años hablara con tal propiedad - pelo
plomete que vendlas… o le dile a mamá de tu….accidente.
-Bien si vendré pequeño engendro - levanto la mano
jurando ante la mirada atenta de Raúl -vendré a ver cómo te caes y haces el
ridículo - el niño volvió a estallar en risas mientras Alison se alejaba
grácilmente de ellos - ¿Por qué me castigas mi dios?
-Tu no vives con ella - replicó el niño con pesar.
Alison tenía sus recién cumplidos cinco años, una extraña
obsesión con el ballet y una rebuscada forma de hablar que según Raúl era culpa
de su madre y sus libros, cosa con la que Karina concordaba por completo,
encima el pequeño engendro la torturaba hasta lo indecible todo porque había
cometido un pequeñísimo error hacia un año atrás y la había visto besándose más
allá de lo recomendable para una niña de cuatro años. Pero una niña normal de
cuatro años hace las preguntas del caso, pronto fue evidente que Alison no era
una niña normal de cuatro años… porque el chantaje era parte de su vida desde
ese día – Asco - exclamaron ella y Raúl al unisonó antes de dejar caer la
cabeza con pesadez.
Tenía ya dos días tocando aquella puerta, tres llamando a
un celular al que nadie contestaba y un creciente enojo en el pecho, porque su
hija menor nunca en su vida le desobedeció y ahora de la nada resultaba que
tenía carácter, temple e ideales. Ese maldito cuento no se lo tragaba para nada
de seguro había un tercero en medio de ese cambio de actitud de Herendira, uno
que seguramente estaba manipulándola a favor de la obtención de su fortuna. Dio
una patada a la puerta del departamento en ese momento le molestaba haberle
dado la libertad de ir por la vida sin guardaespaldas y que viviera fuera de casa.
Tendría que darle la cara tarde o temprano, confesarle toda la verdad y
regresar a ser la hija obediente y razonable que él había formado.
Vanessa miro el celular con desinterés levantando una
ceja antes de borrar de nuevo el registro de llamadas, tenía tres días haciendo
aquello lo decomiso desde que Herendira le colgó a su padre, finalmente lo apago estaba rompiendo su
promesa de no hacerlo, pero también había roto la de no ponerlo en silencio -
¿Quieres celular Tormenta?- vio a la perra ponerse de pie moviendo el rabo - Ve
por el chica - lo lanzo con fuerza para ver a su mascota y compañera cazarlo en
el aire antes de tirarse en el suelo mordiéndolo - eso mi niña hazlo pedazos -
se incorporo asomándose en la cocina para ver a Herendira sacando algo de horno
mientras el olor invadía sus sentidos haciéndola sonreír, espero con paciencia
a que la joven se deshiciera de su carga antes de prendarse de su cintura con
cariño - Me quieres engordar - afirmo con suavidad escuchando una risa alegre.
-No, solo quiero que estés sana - sintió como se
desprendían de su agarre girándose para depositarle un dulce beso en los labios
- ¿Cómo te sientes? - percibió la caricia en su brazo lastimado, una llena de
cariño.
-Mejor- acaricio el rostro con cuidado - lamento estar
durmiendo tanto, las medicinas tienen ese desagradable efecto - sintió otro
cariñoso beso en los labios.
-Me he divertido mucho con Tormenta - su mano fue
entrelazada mientras Herendira empezaba a juguetear con ella - además necesitas
descansar… y ha sido muy lindo meterme en la cama y en el sofá contigo a
vagabundear.
-La verdad lastimarme fue lo mejor que me pudo pasar- enfocando la ventana - no para de llover,
Tormenta y yo estaríamos empapadas - sonrió de medio lado antes de mover sus
manos enredando unos rizo con suavidad - además mi rojita me ha dado tres días
muy lindos, he comido como reina y es agradable conversar contigo - se inclino
levemente besándola con dulzura.
El timbre sonó dos veces provocando que Vanessa se
separara de Herendira extrañada -
¿Invitaste a alguien? - le cuestiono la joven con curiosidad mientras ella
negaba con la cabeza dirigiéndose a la entrada de su casa seguida por Tormenta,
nada más estar a dos pasos de la entrada su compañera se erizo en pleno
mostrando sus dientes con agresividad por lo que regreso sobre sus pasos
dándole indicaciones a Herendira de permanecer en la cocina.
Se asomo con cautela por la ventana para comprender la
reacción de su mascota Milo Barquez estaba tocando, abrió con desgano para
enfocar al hombre que la miro de arriba abajo con diversión - Savedra pero que
mala cara tienes - le afirmaron intentando ingresar a su casa mientras ella
ponía su mano sana en el marco de la puerta.
-¿A qué debo tu desagradable visita Barquez?- mirando al hombre algo empapado de arriba
abajo y con cierto toque de indiferencia en la voz - Sabes es mejor que hables rápido, tengo
mejores cosas que hacer.
-Es mejor que recuerdes que soy tu superior Savedra - amenazo
el hombre con voz firme.
-Y tú que estas fuera de servicio - irguiéndose en la puerta - que yo estoy de
licencia por mi lesión y que estas dentro de mi propiedad y cualquier daño que
te suceda puedo alegar defensa personal_ vio al tipo retroceder levemente por
lo que sonrió con algo de burla.
-Verás Savedra- le escucho decir con desagrado - me envió
el jefe a entregarte esto personalmente -
tendiéndole un sobre con desagrado evidente - al parecer está la
información que solicitaste - le extendió otro pergamino - y este es porque -
noto como el tipo miraba hacia otra parte - al parecer eres la oficial del mes
- agregó juraría Vanessa asqueado antes de que para su sorpresa le extendiera
una placa - y esta es porque además ganaste el concurso de popularidad que
organizo la comisaria.
-Lógico- le dijo con desinterés acomodándose las cosas -
algo más Barquez - con toda la calma que
le nacía.
-Ya bastante tengo Savedra con verte la cara - vio como
el hombre arrugaba la nariz, ladeo la cabeza razonando que nunca había reparado
en que Barquez tenía cara de cerdito - ¿Qué quieres que te bese el trasero?
-Eso sería demasiado privilegio - con naturalidad - y como veo que ya cumpliste tu labor -
Tormenta asomo el hocico mostrando sus dientes del todo - es mejor que te
largues de mi propiedad.
-Tampoco que quiera permanecer en el hogar de los
malditos - escucho que le decían con ira - puedes ser todo lo buena oficial que
quieras, el caso es Savedra que no te tendré que soportar más allá de los
treinta años - vio la sonrisa divertida - por cierto salúdame a los gemelos - el hombre dándose la vuelta para marcharse.
-Y tu al amante de su mujer - se carcajeo con fuerza al
ver la cara de cerdito de Barquez ponerse roja del todo mientras cerraba su
impecable puerta, notando la mirada preocupada de Herendira por lo que
simplemente tiro los reconocimiento al sillón tenía una gaveta llena de ellos,
pero lo que tenía enfrente recién lo estaba estrenando, era cálido, agradable y
reconfortante… estaba en su casa desde hace tres días y debía admitir que
aunque adoraba su soledad abrir los ojos en la mañana para encontrarse con una
marea roja como el fuego descansado en su pecho le era infinitamente agradable,
como era agradable extender su mano, tirar de ella y unir sus labios en un
cálido beso que hacia palpitar su corazón con fuerza…. Quizás esa era la única
recompensa que en ese momento le pedía a la vida.
Evelyn miraba a la joven rubia delante de ella que le
sonreía con una calidez que le generaba una extraña tranquilidad en el
interior, estaba sorprendida del todo ni en sus más locos sueños pensó siquiera
conocer alguien de la familia del Valle, a ella le encantaba leer revistas de
economía y chismes, la cara de la rubia delante de ella había figurado varias
veces en más de una.
Tenía temor de preguntar cualquier cosa que se llevara su
tranquilidad, así que simplemente continuaba explicándole los procesos de
obtención de pruebas de forma detallada, le sorprendían mucho las preguntas
bien dirigidas y especificas de la chica a cada proceso ya que parecía tener un amplio conocimiento del tema
- ¿Sera doctora? - finalmente.
-No, arquitecta - la miro entre sorprendida y confundida
- la verdad quería hablar con la Señorita Domínguez, pero al parecer
lamentablemente no se encuentra - noto como la sonrisa permanecía en el rostro
- y siempre me ha gustado satisfacer mi curiosidad.
-Comprendo - la
observo interesada unos instantes - ¿Y de qué deben conversar?
-De su forma de
vivir - noto como la joven jugaba con un tubo de ensayo por lo que aprovecho
para hacer una inspección minuciosa de la chica, se veía muy diferente a las
revistas que había leído pero las fotos rara vez pensaba ella reflejaban la esencia
real de una persona y la de Stefani del Valle sin duda era fascinante.
-No tiene mucha ciencia - dejo escapar sorprendiéndose
por aquello - Karina es bastante simple - agregó regresando su vista al
microscopio.
-¿En serio?- separo su vista para enfocar aquellos ojos
azules intensos que le provocaron un extraño calor en las mejillas, no estaba
acostumbrada a ser el centro de atención de aquella manera, la miraban como si
fuera la única criatura en el universo.
-Si es que pues…. Ella dice que simplemente disfruta la
vida al máximo, al parecer no es de las que se detiene a meditar mucho el
resultado de sus acciones - sonrió por inercia al ver la calidez en los ojos
delante de ella - porque asevera que mientras hable con la verdad siempre,
nadie tiene derecho a quejarse.
-Es cierto - vio a
la joven levantarse frotándose con delicadeza el hombro antes de dirigir sus
ojos al reloj - ¿Le gustaría comer algo ligero conmigo?, estoy segura que su
hora la comida ya paso, además me gustaría conocer un poco más de usted.
-Encantada - Evelyn se levanto sin pensarlo al fin
alguien la invitaba a comer fuera del laboratorio, poco le importaba que fuera
una chiquilla de dieciocho años, multimillonaria y mujer… carajo al demonio con
eso, estaba segura que la mitad del mundo la envidiaría.
Raúl movía la cabeza al ritmo de la de su hermana
cantando por decimo quinta vez la canción de la estrellita y Karina juraba que
si la jodida estrella no salía ella misma la buscaría y le dispararía para que desapareciera del manto
estelar, se estaciono en una esquina mirando las caritas que le enfocaron
sorprendidas - Les llevare a escuchar música de verdad y un cantante que no sea
un jodido dinosaurio - acelerando para
conducir en dirección a un área residencial, noto como Raúl se sacaba el
cinturón cuando ella estaciono, asomándose por la ventana al escuchar el ritmo
de la música que provenía de un garaje, la lluvia finalmente le había dado
tregua a la ciudad reviso la dirección para asomarse a la puerta de la cochera
mirando sorprendida a Andrea tocando un violín y a Ted cantando, tiro de Alison
sentándola en una caja mientras Raúl se sentaba en el suelo juraría ella idiotizado
del todo, se mantuvo de pie escuchando como la guitarra eléctrica le daba paso
al violín de Andrea, no recordaba cómo iba la canción… ladeo la cabeza
intentando recordarla…
La cabellera negra de Alison le llamo la atención al ver
la cabecita marcando el ritmo del rock con diversión mientras los ojitos
enfocaban con insistencia a la única chica en aquella banda que le miraba de
regreso con una sonrisa divertida, por lo que la niña empezó a aplaudir
encantada, la voz de Ted empezó a resonar rasposa y oscura fue cuando recordó
la letra… “¡OH NO! ESA CANCION, NO”.
No me hables de Dios o el mal
Porque cuando hago el amor
No distingo religión
Polla dura no cree en Dios.
Escucho el gritito divertido de Raúl antes de que Alison
se girara mirándola con una sonrisa a su juicio satánica que confirmaba sus
sospechas que era la reencarnación del mal - ¿Polla dula? - la pequeña - ¿Eso es mala palabla veldad? -
Karina palideció mirando a Andrea casi rogándole que parara la canción pero la
muy maldita simplemente se dio la vuelta ignorándola.
Soy de oficio delincuente
A veces como en frío
Y, las menos, en caliente
Alquilo mi conciencia
Para aliviar las almas
De culpas que no dejan dormir
Raúl se había puesto de pie y estaba llevando el ritmo
del rock completamente divertido mientras Alison se giraba de nuevo enfocando a
la banda mientras la canción seguía sin cesar y Karina empezaba a creer en Dios
porque si Alison era Satán debía haber algún Dios que se apiadara de ella.
Asalto en el camino
A la suerte y al destino
Y alguna moza despistada
Soy pacifista sin bandera
Pues luchar por la paz
Es como follar por la virginidad
-¿Follar?- escucho el tono malicioso- Esa palabra es muy mala, es como coger -
Karina palideció mirando a la niña, cuando la pequeña la había atrapado un año
atrás la escucho diciendo coger y ella en su nerviosismo le dijo que era lo
mismo que follar - Karina está en problemas… o ¿Sera que Alison se ha vuelto más
podelosa? - palideció al escuchar aquello, sin duda era un pequeño engendro de
Satán.
Observo el cuerpo de Andrea acercarse a ella con cadencia
antes de que la joven intentara besarla y ella se apartara - ¡QUIERES QUE ME
MATEN! - le grito provocando que la banda en pleno la mirara extrañada - ¡A TI
TE ECHARE AGUA BENDITA UN DIA Y SE QUE TE QUEMARAS EN VIDA! - le grito a Alison
que la miro como si no entendiera aquello - ¡REENCARNACIÓN DE SATAN!
-Karina no le hables así a la niña - abrió la boca a más
no poder al escuchar como la reprendían y Andrea le daba la espalda para
saludar a la niña mostrándole su violín.
-¿Eres hija de Karina?- la mujer mayor se contracturo
toda mirando los ojitos diabólicos que le enfocaban con diversión.
-Esta niña me cae muy bien- escucho decir a Andrea
mientras el pequeño engendro se colgaba al cuello de la joven - se ve que es adorable…
¿No te da vergüenza?- Karina miro a Andrea confundida antes de que la joven
agregara - Sabia que te gustaban jóvenes pero esto ya es enfermizo…
-¡ANDREA ALMEIRA! - le grito con molestia antes de
escuchar la risa descontrolada de Alison.
-Eres una amargada - escucho decir a la joven.
-Es por la vejez - agrego el engendro del mal por lo que
se giro tomando aire para salir de la cochera, ya no parecía tan buena idea
haber llevado a los niños allí.
Herendira enfocaba divertida a Vanessa que parecía estar
en un berrinche poco propio de ella con Tormenta por compañía - Cariño necesito
ir a casa - repito la joven con tranquilidad.
-¿Para qué? - escucho un ladrido juraría ella en el mismo
tono de indignación de la voz de Vanessa - ¿Acaso ya te aburriste de estar con
nosotras? - miro a la joven mujer con sorpresa antes de escuchar el aullido
ahogado de Tormenta y como el animal se metía el rabo entre las piernas
dolorida.
-Yo no dije eso -
asevero mirándolas alternativamente - necesito ropa interior - dijo
completamente sonrojada- además de mis libros si después de clases vendré aquí,
les recuerdo que llevo tres días sin ir a la escuela.
-No se para que vas - otro ladrido fuerte de Tormenta -
total ni te gusta medicina… y yo estoy segura que cocinas mejor que lo que
curas… es más estos tres días de precarios cuidados me permiten afirmarlo.
-VANESSA- la miro con indignación.
-Si quieres ropa interior sexy- se sonrojo al escuchar
aquello- te llevo a la tienda y te la escojo, así me evito la pena de ver de
nuevo tus bóxer de los ositos cariñositos colgando en el cuarto de lavado.
-¡VANESSA!- grito haciendo un enorme puchero.
-Vamos es que podías comprarte unos menos aniñados- la
vio levantar los dedos - en estos tres días he visto colgar a los cariñositos,
a Bob Esponja y espero haberme alucinado los del Timón y Pumba - Herendira se
puso roja del todo al escuchar aquello - o sea cualquier mal pensamiento que tuviera
contigo me lo asesino el dientón de Bob Esponja.
-¡VANESSA!- repitió con indignación levantando el mentón,
porque a ella le gustaban muchos sus bóxer y esa idiota los ponía de excusa
para no haberla tocado -Me voy a casa por mi ropa interior y sabes que - se
giro en dirección a la puerta- Me traeré los que tengo de Sailor Moon y de mi
Pequeño Pony… ¡ah! y los de Pikachu.
-No olvides a Alvin y las Ardillas - escucho que le
decían por lo que se sonrojo a más no poder -luego haces comparación con mi sobrina
ya que comparten gustos.
-¡IDIOTA!- afirmo dando un portazo, con la única
intención de largarse cuando sintió que tiraban con fuerza de su mano
tendiéndole una sombrilla.
-No te vayas a enfermar - miro los ojos negros
sorprendida - y no tardes por favor…
-No - dejo escapar
con suavidad antes de sentir el beso cariñoso en los labios - te quiero - dejo
escapar quedamente.
-Yo también…
siempre que no uses a Patricio…
-Tonta…
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Ay rayos lloré de la risa con este capítulo definitivamente cada día amo más esta historia... felicidades a la autora
ResponderEliminarSaludos desde Venezuela
Que buen capitulo esta historia es muy buena ^^ me gusto como habla la niña
ResponderEliminarjajajaja, estuvo bueno, ... el dientón de Bob Esponja!, muy divertido el cap.
ResponderEliminarHermoso*-* espero con ansias el próximo capítulo
ResponderEliminarCada vez más interesante! Aún queda tanto por leer...es sorprendente. Creo que si tu historia constara de 5000 páginas, me sentaría a leerla y no me detendría hasta terminarla.
ResponderEliminarJAJAJAJAJA (>.< me parto de la risa por la ropa interior de Herendira) Ah por cierto pobrecita cuando se encuentre con el papá, que se defienda es hora que demuestre que tiene caracter.
ResponderEliminarjajja me encanto este capi bueno todos son geniales jajaj felicidades attent lis desde vzla
ResponderEliminarEstefani me encanta!
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