Capítulo 18.
Misión fallida.
Su pulso tembló nuevamente, algo le
estaba pasando en ese instante, desvió su mirada al mar que ya se tornaba de un
color azul oscuro, volvió a fijarse en
esas dos mujeres amándose con la llegada del anochecer en medio de la nada.
Sus pasos sigilosos marcados en la arena
se dirigieron al otro lado de la isla, abordó la pequeña embarcación que tenía
en su poder sin encender el motor, y remo en el medio de la oscuridad, sabía
que su fallo en la misión le traería problemas, pero por más que buscaba una
explicación a lo que le ocurrió, no la encontró, simplemente no pudo jalar del
gatillo y ejecutarla en los brazos de la mujer que amaba, "Será en otra oportunidad Priscilla Lanzerotti" susurró
entre tanto tomaba el remo para alejarse de ahí.
F:
deberíamos irnos, está oscuro y aún tenemos que nadar hasta el yate
H:
¿y si nos quedamos aquí?
F:
si quieres que nos convirtamos en comida de mosquitos... está bien
Ambas se miraron, se besaron dulcemente y
se levantaron
H:
necesito una ducha... tengo arena hasta en el alma
F:
con todo y arena igual me gustas, tomándola por la
cintura y mordiendo suavemente el cuello de ella.
H:
vamos, que a este paso o nos comen los mosquitos o los tiburones.
Pasaron dos horas, Nacho estaba nervioso,
no divisaba la embarcación de Tom, esperaba atento alguna señal para darse a la
fuga, al fin en medio del fuerte viento del muelle privado escuchó el sonido de
un pequeño motor.
N:
Pensé que te había ocurrido algo
T:
vámonos, bajando del bote, y sujetándolo al muelle.
N:
¿está hecho?
T:
no
N:
¿no? ¿Estás bromeando?
T:
tengo cara de estarlo… caminaba apresuradamente
N:
¿Qué paso? dejó a sus matones en tierra firme, ¿Cómo es qué no está hecho?
Tom frenó de golpe y lo encaro, porque no está ¿alguna otra cosa que quieras
saber?
Nacho que siempre le temía sintió un
pánico recorrerlo, aquel hombre que lo había reclutado y entrenado era capaz de
matarle sin ningún remordimiento
N:
no, ninguna otra, continuaron caminando hasta
las inmediaciones de un hotel cercano al lugar.
Llegaron a la habitación, minutos más
tarde tocaron la puerta
H:
tranquila amor yo voy... saliendo de la ducha y colocándose una bata de
baño blanca.
"Señorita
acá tiene lo que pidió" empujando un carrito
con un pastel, una botella de champagne y dos copas
H:
Gracias Luciano, terminando de entrar el pedido.
"Es
mejor que no salgan más por hoy"
H:
¿ha ocurrido algo? casi susurrando para evitar
que Fede escuchara
"Tenemos
informe de que hay agentes infiltrados en el área"
Helena frunció el ceño por la
preocupación
H:
estén atentos, con un gesto en su mirada basto para que
el chico entendiera la orden.
Federikke salía de la ducha sin nada
encima, solo con la toalla para secar su rubio cabello
F:
¿y esto?
H:
es para ti amor
Una sonrisa se dibujo en su cara
F:
no te cansas de sorprenderme ¿eh?
H:
y tú no te cansas de estar tan bella...
llegando a milímetros de ella para tomarla en sus brazos
Hábilmente le quitó la bata dejándola en
igualdad de condiciones, los besos iban y venían, las manos inquietas de ambas
no paraban de recorrerse, se tumbaron en la cama y se amaron nuevamente,
entregándose en cuerpo y alma.
Iba por el pasillo con un humor terrible,
nunca había fallado una misión, y menos por voluntad propia, su mente trataba
de dibujar un panorama, o sino estaría seguro que Michael lo borraría del mapa.
"Pasa"
T:
Me avisaron que estabas esperándome
"Que
noticias me traes?"
T:
ninguna alentadora
"La
misión falló?"
T:
así es
"Qué
paso?"
T:
tenía mucha seguridad a su alrededor, dos agentes no podían vulnerarla
"Dos
agentes pueden burlar lo que sea, no me digas una excusa tan patética"..
Levantándose con gesto de enojo
T:
Priscilla Lanzerotti no es idiota, es más desconfiada que su padre
"Es
más sangrienta, querrás decir"
T:
¿por qué?
"Asesino
a uno de nuestros infiltrados a mansalva"
T:
¿lo descubrió?
"Ninguna
pista le daba certeza… pero igual lo eliminó"
T:
lo lamento
"No
lo lamentes, el único camino que nos queda hacia ella es Heinsen uno"
T:
lo veo difícil... susurro apenas para él
"¿Qué
dices?"
T:
Qué no creo que ella se preste para eliminarla
"Es
una agente, o no?"
T:
es su amante, y tú lo sabes
"Por
eso está con nosotros, recuérdalo"
Tomás se quedó callado, sabía que si
algún día Federikke descubría la verdad, sería capaz de eliminar la sección
completa si tenía la oportunidad.
Entre tanto Fede y Helena disfrutaban de
su estadía en aquel maravilloso lugar juntas, caminaban por la blanca arena,
llenaban su mirada con esas aguas azul claro que combinaban perfectamente con
el color del cielo, charlaban de todo y de nada, en momentos se tomaban de la
mano, se besaban, en su mundo perfecto no había nada más que el amor que
estaban cultivando.
El tiempo fue pasando, la relación desde
aquel viaje entre ellas se fue solidificando, cada día que pasaba Federikke
estaba segura que Helena era el amor de su vida, sus padres le veían feliz, su
hermano estaba casi adaptado tanto como ella a su doble vida, a vivir en mundos
paralelos, mostrando una vida ante sus seres queridos, y otra escondida entre
falsas identidades con el fin de tratar de ayudar a la sociedad en el combatir
contra la maldad.
El año de rotación le llegó, y en el
servicio secreto le dejaron cumplir sus actividades sin sacarla a misiones
suicidas como estaban acostumbrados, Harald resultó ser mejor que ella en
cuanto a la destreza en armas y su desempeño en luchas frontales; por tanto él
ocupaba su lugar. El temor siempre estaba presente en ambos, no era un juego
que muchos de los agentes no regresaban luego de cumplir un trabajo. La nueva
jefa de la organización a pesar de haber tenido varias bajas económicas tras
interceptarle los cargamentos de armas, se las ingenio para fortalecer su
seguridad interna; entre las familia se había ganado el respeto, tanto como
algún día lo tuvo su padre, era más agresiva e incluso sanguinaria que él, no
confiaba ni en sus hermanos, sobre todo en Biagio que siempre estaba pendiente
de sacarla del medio para asumir el poder que creía tenía por derecho, Giuliano
se aparto de ellos, aunque aún se reunían algunas veces en el año, decidió
hacer su vida en España, estudiar para arquitecto que era lo que siempre había
soñado.
Ella seguía mintiéndole sobre quién era
realmente a la mujer que le profesaba tanto amor, sus ausencias cada vez eran
más prolongadas, dos, tres y cuatro meses fuera de Vancouver, pero como su
novia vivía dentro del hospital, congeniaban perfectamente. Habían comprado una
hermosa casa al norte de la ciudad, cuando estaban juntas en ella todo era
felicidad, los días se les iban amándose, compartiendo hasta los más mínimos
detalles, claro lo que podían compartir, el secreto seguía dejando un abismo
entre ambas, pero al menos estaba cubierto con muy buenas excusa, sus falsos
trabajos.
En la agencia, seguían reclutando
talento, Tom se recriminaba día a día por no haber completado la misión cuando
tuvo oportunidad, las cosas se tornaron más complejas, y desde entonces nunca
más pudieron acercarse lo suficiente a su dolor de cabeza, Michael seguía
obsesionado con la teoría de que Federikke sería quién eliminara a uno de sus
mayores enemigos. Joe tenía amores con Alice, y su relación de amigo
incondicional con los hermanos Heinsen había aumentado con el pasar de los
años. Nacho lo habían transferido a la agencia del vecino país, acepto feliz el
cambio por las diferencias que tenía con Tom.
Vancouver, 2009.
Sonaban los altavoces del hospital "Doctora Heinsen la solicitan en
recepción", "Doctora Heinsen la solicitan en recepción", sus
pasos apresurados iban en esa dirección, en su mano derecha llevaba dos
historias médicas, su vestuario azul claro resaltaban el color de su mirada,
sobre el uniforme una bata blanca sin abotonar, su cabello rubio bailoteaba al
compás de la velocidad que llevaba.
"Qué
haces acá” girando su vista a todos lados para
cerciorarse que no estuvieran vigilando.
J:
tienes que venir conmigo
F:
¿estás loco? estoy de guardia, no puedo
J:
Fede es importante
F:
siempre es importante Joe, pero en serio, estoy de guardia… la interrumpió abruptamente
J:
¡es Harald!
F:
¿Qué? su corazón se aceleró, sus pensamientos
chocaron entre sí para deducir una respuesta
J:
cayó en una misión
Una lágrima asomo por su ojo izquierdo
F:
es... ¿está muerto?
J:
no, pero está muy mal
F:
vamos... dejó sobre la recepción la historia que tenía
en su mano y sin dar explicaciones salió en compañía de Joe a toda velocidad
del hospital.
La velocidad del deportivo que conducía
Joe superaba los límites permitidos, llegaron al cuartel de la agencia, bajaron
y corrieron pasando las dos edificaciones principales en dirección al área
donde se encontraba el equipo de médicos que tenían disponible siempre.
F:
¿Cómo está? con la respiración agitada
T:
no se sabe, está en quirófano
F:
¿cuándo lo trajeron?
T:
hace un par de horas
F:
¿y por qué tardaron tanto en avisarme?
T:
hay alguna diferencia en avisarte antes o después
F:
sabes no te soporto, es mi hermano el que está ahí, no un perro me oíste...
Fede estaba perdiendo el control, las ganas de darle su merecido que le tenía a
Tom desde hacía tiempo iban creciendo.
J:
calma Fede, hay que esperar... interponiéndose entre los
dos
Alice llegaba a la altura de ellos
A:
sígueme Heinsen, el jefe quiere hablar contigo
F:
lo siento, ahora no
A:
creo que debe ser ahora
F:
¿tú también? mi hermano está ahí adentro, hasta que no tenga noticias de su
estado no me moveré
A:
Por favor no lo hagas más difícil
Joe le dio un golpecito en el codo en
señal que obedeciera la orden, sus ojos se cruzaron y el asintió la cabeza como
diciendo "ve, que yo me quedo"
F:
está bien… caminando en contra de su voluntad
Llegaron al despacho de Michael
A:
aquí la tiene
"Vaya,
pensé que estabas muy ocupada en el hospital"
F:
deje las ironías, ¿para qué me quiere?
"Siento
lo de Heinsen dos, pero es el precio a pagar cuando se equivocan en plena
faena"
F:
¿y quién paga por las vidas de los que caen a diario? ¿Usted?
"Los
riesgos se corren todos los días en cualquier ámbito de la vida, deberías
saberlo"
F:
¿me trajo para darme una lección de vida?
"No,
para darte una misión"
F:
¿misión? pensé que había quedado claro mi forma de trabajo para la agencia, soy
médico no asesina a sueldo
"Está
sujeto a cambios"
F:
¿Qué? ¿Qué cambia?
"Tú
hermano cayó en una misión para desmantelar un importante cargamento de la organización
Lanzeorotti"
F:
¿otra vez ellos? ¿Cuántos años llevamos intentando acabar esa red?
"No
los suficientes"
F:
son inacabables, mata a uno e igual otro tomará las riendas del poder
"Esta
vez acabaremos con todos"
F:
¿quiénes?
"Tú
encabezarás la misión"
F:
¿yo? ¿y por qué yo?
"Porque
tú hermano está luchando por su vida gracias a los matones de Priscilla
Lanzerotti"
F:
¿otra vez esa mujer? un fantasma que nadie sabe cómo es
"Sabemos
cuál será su próximo paso"
F: si
esta tan seguro porque no va usted mismo por ella... La rabia empezaba a
dominarla
"Irás
tú, quedó claro" elevando el nivel de voz para que supiera quién mandaba.
Las horas fueron pasando, Harald había
salido del quirófano pero aún se encontraba delicado de salud, ahí estaba de
pie junto a su cama, con un dolor que le rompía el corazón al verlo conectado
al montón de aparatos que más de una vez ella le toco colocar a muchos
pacientes, pero era eso, personas que no tenían un vinculo de sangre con ella,
ahora su posición era diferente, le tocó ser el familiar que llora al ser
querido que se debate entre la vida y la muerte.
F:
vas a salir de esta, lo harás... sus lágrimas caían al vacio
chocando contra el suelo frío de aquella habitación.
El sonido de la puerta la hizo
sobresaltarse
J:
debemos irnos Fede.
F:
¿quién se quedará con él?
J:
los doctores estarán pendiente
F:
también soy doctora, y soy su hermana
J:
pero no es tu paciente
Federikke lo miro, giro nuevamente hacía
Harald, le beso en la frente y se marcho.
T:
el viaje será a Brasil, Sao Paulo para ser más exacto, recibirán un cargamento
valorado en cuarenta millones de dólares, llegará al Puerto de Santos para
luego dividirlo en varios cargueros con destino a Venezuela, Nicaragua,
Honduras y México. Nuestra misión es desmantelar el cargamento principal e
impedir que llegue a estos paises.
J:
¿Quién está al frente de esa gran entrega?
T:
la misma jefa de la organización criminal
F:
¡Priscilla Lanzerotti!
T:
exacto
J:
¿cuándo partimos?
T:
esta noche
Algo en su interior le produjo una
sensación desagradable, un presentimiento se apoderó de ella, un instinto de
que algo pasaría le venía constantemente al pensamiento.
Como de costumbre hizo su equipaje, le
escribió una nota a su amada
"Amor
tengo que salir a un congreso, Aiden está con mis padres, regreso en unos días,
te amo. Fede". Y la colocó sobre el mesón
en la cocina.
No logró dormir en todo el viaje,
observaba a sus compañeros muy preocupados, el ambiente estaba realmente
pesado, Tom repasaba en sus notas cada paso de la misión, Joe cambiaba a cada
momento las canciones que escuchaba con los auriculares de su ipod, Alice
intentaba leer una revista que hojeaba sin parar y sin concentrarse en ningún
reportaje, Wesley era la primera vez que los acompañaba, los nervios le
causaban que cambiara de posición en el asiento cada cinco o diez minutos, y
Cate quién ocupaba el lugar de Nacho no dejaba de repasar que todos los
implementos estuvieran en su bolsa al lado del asiento.
"Ajusten
sus cinturones, aterrizaremos en cinco minutos"
sonó el alta voz del avión privado.
F:
bien... ahí vamos de nuevo, susurro para sí misma.
El día levantaba en aquella ciudad, una
camioneta rustica color negro los esperaba en las afuera del aeropuerto, un
hombre alto, cabello oscuro y piel morena los guío hasta abordar el vehículo
J:
¿a dónde vamos?
T:
tengan paciencia, apenas esto empieza…
entre tanto seguía charlando en otro idioma con el nuevo acompañante.
Su vista no se apartaba del paisaje, un
enorme puente en medio de la naturaleza, alcanzo a ver un letrero que decía
"Tunel Rubens Ferreira Martins", logró divisar la costa, a muchas
personas paseando en bicicleta o patinando por sus alrededores, por un segundo
se dejo sumergir en la belleza que contemplaban sus ojos y olvidarse del motivo
por el cual estaba en aquel lugar.
Después de casi una hora de recorrido
llegaron al puerto, era enorme, con múltiples buques apostados cargando y
descargando mercancía, el hombre con el que estaban les habló en su idioma
T:
ustedes se quedan, Fede baja, vas conmigo
Federikke sabia la razón de esa orden, en
esta oportunidad Michael la había puesto al frente de la operación, algo que
consideraba una total locura.
Caminaban con el hombre por los muelles,
ella no entendía ni poco lo que decía, estaba realmente sorprendida de que Tom
hablará perfectamente el portugués.
T:
cómo puedes ver este puerto es enorme, doce kilómetros de extensión, unos de
los mayores de américa latina
F:
como saber en qué muelle atracará el buque
T:
tenemos toda la información
F:
¿y si es una trampa?
T:
esta operación ha tardado años, esa fue la cantidad de tiempo que nos tomo
infiltrar otro agente después que asesinaron al que teníamos adentro
F:
algo me dice que no todo va bien
T:
Heinsen no actuamos en base a intuiciones ¡concéntrate!
Después del recorrido se marcharon a un
edificio cercano a la costa, a escasos diez minutos del puerto, subieron al
elevador, el desconocido marco el piso ocho, y luego bajaron, en la entrada de
un departamento que tenía abierta la puerta los esperaban otros dos hombres
J:
tenemos más compañía
T:
son refuerzos
No dijeron nada más, al entrar en el
lugar había unos veinte agentes, todos uniformados con armas largas y chalecos
anti balas.
F:
esto no pinta nada bien, le dijo a Joe en mínimo
tono de voz.
"Priscilla
espera"
P.
¿ahora qué pasa Giuliano? voy tarde al aeropuerto
G:
no vayas, por favor
P:
¿Qué te pasa ahora? pase de visita, pero tengo que irme, además es importante
que tome ese vuelo
G:
sé a lo que vas, no lo hagas
P:
es mi vida, es lo que hago
G:
me lo prometiste
Su expresión cambio, recordó el momento tan
importante en el que le rogó un enorme favor a cambio de dejar la organización
H:
no puedo cumplir mi promesa... lo siento,
apenas escuchó las últimas palabras
Giuliano la veía salir de su casa, antes
que abordará el coche le gritó "Entonces
hazlo por él, si en realidad lo amas"
Unas lágrimas salieron tímidamente de sus
verdes ojos, cerró la puerta y el vehículo se puso en marcha, veía la imagen de
su hermano a través del retrovisor, "Lo
siento Giuliano, no sabes cuánto lo siento".
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La Teta Feliz Historias y Relatos ® Luzi Müller - Derechos Reservados
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Cada capitulo que pasa me gusta más tu historia Luzi,siempre me dejas con ganas de más ;-)
ResponderEliminarSiento que el final se acerca y me da mucha pena el pensar que a pesar de lo mucho que se aman Fede y Helena,acabarán matándose una a otra y sin saberlo.
Rita
Lamentablemente para mi también termina asi :-( Y tambien por como empieza el primer capitulo de la historia...
ResponderEliminarCon cada capítulo nuevo me queda claro que está historia está buenísima!
ResponderEliminarMissu, México
Yo creo que la historia da para mas.... No creo que se maten, lo digo por como estaba vivo el agente que vío morir Fede, yo espero que dure un buen tiempo es mi mayor distracción mientras estoy en mi oficina o en transmilenio, me encanta....... Luzi eres una gran escritora...
ResponderEliminarLaluzan
Bogotá Colombia