Capítulo 17.
Uno y dos.
Sus rodillas se mantenían paralizadas
sobre el frío suelo, un silencio invadía el lugar, sus ojos aun cerrados se negaban
a volver a la realidad
F:
Harald… susurro muy cerca de él… ¿estás bien?
Los azules ojos similares a los que ella
tenía se encontraron
Ha:
¿estoy vivo?
F:
lo estás... empujándose a sus brazos, lo siento... lo siento mucho
T:
basta de lamentos... no tengo opción…
Ambos levantaron la mirada en busca de
aquel rostro que muchas veces a Federikke le inspiraba miedo
F:
¿no tienes opción?
T:
el descubrió el secreto, por tanto ahora será parte de nosotros ¿o lo quieres
ver muerto?
F:
¿estás loco? él no tiene la culpa de nada, fue un accidente que me siguiera
T:
da igual la razón por la que lo hizo... lo hecho... hecho está, acto
seguido abandonó la habitación con aquel par de gorilas parecidos a él.
A:
lo lamento Heinsen… siguiendo a su compañero.
Ha:
¿quiénes son esta gente? le susurraba aún con rastros
de miedo por lo ocurrido, ¿qué haces con
ellos?
F:
es una larga historia hermanito... bajando la vista
al suelo.
Ha:
pués creo que tengo tiempo suficiente para escucharla...
F:
¿recuerdas el viaje de vacaciones a Bahamas?
Ha:
claro... lo recuerdo
F:
todo empezó ahí... cuando fuí de paseo
Ha:
¿cuándo te dije que buscaras a papá o a mamá para que te acompañaran? ¿no?
F:
si
Ha:
Pero ¿Cómo?
F:
vi el asesinato de un hombre... Victor Petrov... luego los contacte
Ha:
pero ¿por qué no dijiste nada?
F:
sólo me pidió que les entregara algo, pero cometí un error,
su silencio por momentos sonaba a un gran arrepentimiento, marqué desde el hotel y llegaron a mi...
Ha:
¿y no te dieron opción?
F:
esto o protección a testigos... yo no podía hacerles eso... a ustedes
Ha:
creo que ya es algo tarde
Ambos quedaron sentados en el suelo, pensando
en como sus vidas en tan poco tiempo habían cambiado.
"Priscilla
podemos hablar"
P:
claro Giuliano, pasa
G:
Ayer... cuando te quedaste con Vincenzo ¿qué paso?
Su atención desapareció de los papeles
que estaba revisando sobre el escritorio de su despacho, se acomodo en su
asiento y observó a su hermano,
P:
lo que tenía que pasar
G:
estás cruzando el limite Pris... entre tanto caminaba
nervioso por el lugar
P:
hice lo correcto
G:
¿matar es lo correcto?
P:
era un traidor
G:
no lo sabes... no estás segura que lo fuera
Se puso de pie llegando a tenerlo frente
a frente
P:
¿me vas a cuestionar mis métodos?
G:
Papá
¡Basta!
nuestro padre está muerto, alzando el tono de voz, se confió y esos hijos de puta del servicio
secreto lo mataron a mansalva, y ahora vienes y me dices ¿qué estoy cruzando el
límite? Reacciona Giuliano, tienes diecinueve años no cinco, sabes en lo que
estamos metidos, está es nuestra vida, somos los malos y ellos los buenos, en este
negocio lo que hay es sangre, sexo y dinero.
G:
yo no pedí tener nada de esto
P:
si no te gusta... ya sabes lo que tienes que hacer...
salió como un huracán y lo dejó plantado en silencio.
T:
vamos a la sala de entrenamiento... dirigiéndose a los
dos hermanos
Ambos lo seguían con el corazón
acelerado, abrieron la puerta y entraron, allí estaba él de nuevo, el hombre de
mirada escalofriante a quién Federikke detestaba
"Asi
que tu eres Heinsen dos"
Ha:
Harald Heinsen
"Sé
quién eres"
F:
él no tiene la culpa... no tiene por qué estar en este lugar
"No
estoy hablando contigo Heinsen ¿uno?"
F:
pero yo si estoy hablando con usted
El hombre se acerco hasta clavar sus
oscuros ojos en los suyos
"Si
no tiene la culpa ¿Cómo llego hasta aquí?
F:
pensaba que estaba en algo malo
"y
no se equivoco"
F:
déjelo ir, no dirá nada a nadie
"Conoces
las reglas"
F:
al carajo las estupidas reglas, es mi hermano y no tienen derecho a
involucrarlo
"Lo
quieres muerto acaso?"
F:
¿Qué? ¿Serían capaces?
"Casi
nueve meses aquí... y aún lo preguntas" el
tono soberbio le produjo un escalofrió que la recorrió entera
Camino de nuevo en dirección a Harald
"Desde
hoy formas parte del equipo, al igual que tu hermana, te entrenarás, y cuando
estés listo, saldrás a las misiones con la sección 2"
F:
¿sección 2? espera... buscando la atención de
Michael
"Ahora
qué Heinsen uno"
F:
al menos déjalo en la misma sección
Ha:
genial… y yo no opino… ¿Qué acaso creen que pueden decidir sobre mi vida como
si fuera un juguete?
"Calla"
respondieron al unísono
"¿y
qué estén juntos en el mismo equipo?"
F:
y ¿por qué no?
"No
se concentrarían"
F:
deja que el tiempo lo decida
Tras unos minutos pensativo, aquel hombre
accedió
"Tom,
te encargarás de entrenarlo, y Alice quedará responsable de la hermana"
sin volver a observarlos se marcho.
La primavera del 2003 había llegado, los
árboles coloridos, el verde del paisaje haciendo contraste, las temperaturas
menos inclementes que las de invierno, los narcisos adornando los parques y
jardines, los cerezos invadiendo con sus colores rosado pálido, el paisaje
perfecto. Dos meses pasaron desde aquel día terrible para Harald, y del
comienzo de su nueva vida, desayunaban en familia
Ma:
este año no hemos planificado tu cumpleaños hija
F:
no, ha sido un año muy extraño
Ha:
ni que lo digas
Pa:
extraño ¿por qué?
"Por
nada" se escucho simultáneamente responder a los
dos hermanos.
Ma:
están muy raros ustedes dos últimamente
F:
ideas tuyas má
Pa:
¿iremos a Bahamas de nuevo?
Ha:
no lo creo
Pa:
¿no?
F:
tengo que ir en un viaje de la facultad
Ma:
¿otra vez?
F:
este año empiezo las rotaciones
Ha:
y será más complicado para ella
Pa:
simplemente digan que no les apetece viajar… lo entenderemos, pero no se
excusen en cosas que no tienen sentido, todos
se miraron y dejaron pasar esas palabras.
Ma:
hija significa ¿qué no pasarás tu cumpleaños con nosotros?
F:
si, lo siento má, pero podemos hacer algo a mi regreso
La decepción de su madre se reflejo en su
rostro, Fede sintió como su corazón se arrugó por lastimar al ser que le había
concedido la vida; pero la decisión estaba tomada.
Tony:
¿viajarás a Vancouver de nuevo?
Pr:
si, voy a buscar a Federikke
Tony:
no crees que puede ser peligroso, la última vez casi las atrapan
Pr:
tendré cuidado, pero debo ir
Tony:
puedes aplazarlo para después, la organización está en serios problemas después
de que nos interceptaran los tres cargamentos, piénsalo
Pr:
la organización es negocio, y ella es mi vida, en eso no hay nada que pensar.
Tomó su equipaje y salió de la mansión
por la puerta principal, seguida de sus escoltas.
F:
supongo que este año me dejaran un poco tranquila ¿no?
A:
ni te creas, cuando te necesiten te llamaremos igual
F:
¿pero son las rotaciones? me quiero graduar, si falló nunca me convertiré en doctora?
A:
son las
F:
reglas… si... ya lo sé
A:
Se te ha dejado en paz porque aún muestras signos de dolor tras la herida que
sufriste
F:
que casi me mata querrás decir... entre tanto fijaba
la mira telescópica del fusil M40A5 que tenía en sus manos
A:
como sea... no te dejaremos en paz... eres mejor que tu hermano
El disparo fue certero sobre un maniquí
F:
no hables mal de mi hermano.
Levantándose con el arma y marchándose.
Dos días antes de su cumpleaños número
veintidós, estaba acostada en su cama, pensando cómo había cambiado su vida, de
pronto sintió su móvil sonar, con pereza lo tomó, vio el número y su corazón
empezó a latir con fuerza dentro de su pecho.
F:
Helena ¿eres tú?
H:
Hola mi amor, quién más esperabas que fuera
F:
tengo un mes sin tener noticias tuyas, y casi dos que no te veo, desde aquel
día
H:
lo sé, pero eso no significa que he dejado de pensarte ni un sólo segundo
Aquellas palabras fueron el detonante
para que Federikke sintiera en su sexo un calor que la tomaba desprevenida.
F:
¿cuándo te veo?
H:
ahora mismo, estoy aparcada afuera de tu casa.
Saltó de la cama y corrió las cortinas,
ahí estaba afuera de una Mitsubishi Montero blanca, su rostro se cubrió en
felicidad, salio en busca de la mujer que le daba sentido a su vida.
Sus brazos rodearon su cintura y la
atrajo hacía si, casi fusionando sus cuerpos
F:
te extrañe tanto... le susurraba en el oído sin separarse
de ella
H:
si así me vas a recibir siempre, desaparece cada vez que pueda…
mientras sonreía pícaramente
Aparto su cara del hombro y quedaron a milímetros
sus narices
F:
te amo... juntando los labios con los de su amada,
sellando el amor que se profesaban.
Harald las miraba desde el salón por la
ventana, sintió los pasos de su madre bajar las escaleras, y para impedir que
les descubriera, salió corriendo en dirección a ellas
Ha:
Hola Helena, velozmente les alcanzó
Helena se separo rápidamente de Federikke
y comprendió el motivo de Harald.
H:
Hola Harald… y gracias
Ha:
no tienes porque darlas
F:
má, mira quién está de visita... su expresión notaba
nerviosismo
Ma:
Hola ¿Helena? le saludaba desde la puerta principal
H:
¿Cómo está señora Heinsen?
Ma:
Bien ¿no entran?
Ha:
ya vamos má
Los tres se miraron cómplice y entraron.
La tarde paso, entre charlas de cosas sin
importancia, cenaron, reían, el ambiente parecía de total felicidad. Al
terminar, ambas salieron de la casa, con la excusa de dar un paseo por la
ciudad.
H:
tengo algo para ti... estacionando la camioneta
en los alrededores de un conocido parque de la ciudad.
F:
¿qué será?
H:
tu regalo de cumpleaños amor
F:
pues ya tengo curiosidad
Saco un sobre, y se lo entrego sin perder
de vista su rostro, lo tomó y lo abrió,
F:
¿pasajes para Punta Cana?
H:
salimos mañana, ¿qué me dices? quieres pasar el día más importante de tu vida
conmigo?
F:
por eso me habías pedido que no hiciera planes la última vez que nos vimos
H:
claro, sé que siempre se van de viaje, sólo que está vez quiero que lo hagas
conmigo
Federikke la beso apasionadamente
H:
mmm... si g nifica que si. Tomando aire
F:
¿quieres que te lo confirme de nuevo?
H:
claro, devolviéndole la mirada cargada de
sensualidad, y sellando sus labios nuevamente.
Regresó feliz a su casa, subió las
escaleras y entro rápidamente a su habitación, encontrándose a su hermano junto
a la ventana
Ha:
¿Te irás con ella? le hablaba en voz baja
F:
si... haciendo su equipaje
Ha:
¿a su departamento? En dos días es tu cumpleaños
F:
me regalo un viaje a Punta Cana
Ha:
¿ellos lo saben?
F:
no
Ha:
¿estás loca?
F:
tal vez... Harald molesto se interpuso en su camino,
Ha:
te enviarían mañana a Estambul ¿y tú estás haciendo planes para marcharte a una
isla paradisíaca con tu novia?
F:
me alegro que ya la reconozcas como mi novia
Ha:
no estoy bromeando Fede, sabes que son peligrosos
F:
no me importa
Ha:
a mi si… la tomó del brazo para asegurarse que le
prestaba atención... pagaré las
consecuencias de lo que estás haciendo
F:
no haran nada… siempre que Helena aparece ellos me dejan en paz
Harald la soltó y su expresión se torno
pensativo ¿Te dejan en paz?
F:
si, milagrosamente...
Ha:
no te has preguntado él porqué
F:
pués no… no sé... supongo que no interfieren en mi felicidad
Ha:
es muy raro
F:
si no me persiguen... para mi es más que suficiente
Terminó su maleta, lo abrazó, se despidió
de sus padres efusivamente y se marcho rumbo al aeropuerto donde la esperaba su
amada.
El vuelo transcurrió tranquilo, ambas
estaban en su mundo de sueños, entre miradas cómplices, sonrisas de felicidad,
anhelaban con llegar al paraíso donde consumarían el amor que las unía.
Desde el balcón de la habitación del
hotel podía ver el azul del mar que hacía juego con sus ojos, un mar tranquilo,
con arenas blancas que dejaban observar lo hermoso de su color, unos brazos la
rodearon por detrás
H:
¿te gusta?
F:
me encanta, más estando contigo
Una corriente de electricidad subió desde
sus pies hasta su cabeza al sentir los labios de Helena sobre su cuello.
H:
vamos a dar un paseo, tengo algo especial para ti
F:
¿más? con estar en este hermoso lugar me basta…
dándose vuelta y sonriéndole a su amada
H:
claro que no... Es tu cumple y yo quiero que sea inolvidable,
la abrazo y se quedó sobre su hombro unos segundos, ahora vamos… que el día apenas empieza.
Salieron del hotel en dirección al
muelle, un hombre alto de aspecto inglés le entregó un juego de llaves,
hablaron en otro idioma que Fede no terminó de entender, Helena le hizo seña
para que se acercara y abordaron el yate.
F:
¿a dónde vamos?
H:
a un lugar muy especial
Abordaron la embarcación, era un lujo por
dentro, el piso recubierto de madera, un sofá en color beige que hacía juego
con la decoración, una mesa redonda en el centro servida con un juego de
vajilla blanca, cortinas del mismo color, y ventanas amplias que dejaban ver el
azul claro de aquel hermoso mar, por unos segundos recordó la primera vez que
abordó una similar, sacudió su cabeza para espantar el desagradable momento y
regresó a la feliz realidad.
F:
es... wow... es muy hermoso
H:
y es todo para nosotras
F:
¿en serio? ... se quedo pensativa y replico ¿todo para nosotras? Helena… ¿Qué estás
tratando de decirme?
H:
que nos vamos a recorrer las maravillas de este lugar solas tú y yo
F:
¿y quién se supone conducirá esto?
H:
por supuesto que yo amor... con una sonrisa de picardía
en los labios
F:
¿estás loca? con su mirada atónita sobre ella,
aceleró el paso para seguirla por las escaleras, subieron al nivel de arriba, y
ahí estaba su puesto de conductora, se colocó una gorra blanca y grito
H:
soy la capitana de esta nave, todos abordos ajusten sus cinturones
Federikke soltaba una sonora carcajada
ante las locuras de su amada. Se quitó la remera que llevaba puesta y los
pantalones cortos, quedando sólo con el bañador blanco que hacía resaltar su
cuerpo esbelto, se acostó detrás de Helena quién intentaba no distraerse con la
tentación tan cerca.
Recorrieron casi una hora en medio del
mar abierto, hasta que divisaron sus ojos una maravilla en medio de la nada,
era como una piscina gigante, el azul claro del agua dejaba ver la blanca
arena, el paisaje de fondo la hacía magnifica a la vista de cualquier ser
humano,
F:
es espectacular... entre tanto acomodaba su cara en el
hombro de ella
H:
es una piscina natural... su nombre es la Saona.
F:
¿podemos bajar?
H:
claro, para eso hemos venido
Se lanzaron al agua cristalina, el
contacto fue mágico, como estar en el paraíso, juguetearon con el agua, se
sumergían la una a la otra, por momentos el contacto les producía un deseo de
amarse en el medio de aquella belleza natural, pero no estaban solas, así que
les era difícil pero tenían que controlarse, Fede se sumergió y abrió los ojos
dentro del agua, pudo ver las estrellas de mar, se acerco y tomó una, la saco
por unos segundos para que Helena pudiera contemplarla
H:
¿qué haces?
F:
es linda ¿no crees?
H:
devuélvela ya... su expresión causo risas en
su novia
F:
amor ¿le tienes miedo?
H:
no… claro que no, frunciendo el ceño
F:
si le temes... es una estrella de mar no un tiburón cielo
H:
anda… ya regresa esa cosa a su lugar
Federikke hizo caso y la dejó en el agua.
H:
es hora de que continuemos, nadando de nuevo hasta el
yate
Siguieron su rumbo. Llegaron a la isla
del mismo nombre, no habían muchas personas, anclaron el yate a poca distancia
de tierra firme y se sumergieron al agua. Fue un día que Federikke jamás
borraría de su memoria.
Cayó la puesta de sol, no quedaba nadie
allí, sólo ellas dos, correteaban por la suave arena jugando, hasta que Helena
alcanzó a Federikke y la hizo caer en ella, se poso sobre su amada, sus ojos se
quedaron unidos por un magnetismo que ninguna de las dos explicaba, con su
nariz rozaba lentamente sus labios, su cabello castaño caía sobre el rostro de
Fede, no resistió más el juego y poso sus labios en los de su amada, sus manos
se movían al ritmo de su cuerpo, se enredaron en una lucha sin cuartel para ver
cual dominaba, los besos no paraban, sus lenguas danzaban al ritmo del deseo,
por segundos se separaban para tomar aire, no dejaban de contemplarse con
anhelo, Fede se giró sobre ella, y con agilidad quitó la prenda del bañador de
su novia, recorrió sus manos por su espalda y la presionó más contra ella, las
ganas de hacerla suya no las podía controlar, la besaba con locura, mientras
abría sus piernas para permitir que Helena frotará lo más intimo de su ser con
una de las suyas.
H:
estás hermosa, por unos segundos frenaron aquel mar de
pasión, para deleitarse con la belleza que sus ojos tenían al frente.
Federikke no respondió con palabras, la
haló contra su cuerpo nuevamente y fundió su boca en la de la su compañera, no
dejándole tiempo ni para respirar, colocó su mano en el cuello para sostenerla
firmemente, bajo por su cuello, se introdujo entre sus pechos, podía sentir la
respiración entre cortada de su novia, y eso la excitaba mucho más, sus manos
envolvían los muslos de Helena, el contacto piel a piel producía una humedad
incontrolable en su bajo vientre, la tendió sobre la arena y dejaba que su
lengua saboreara aquel delicado cuerpo, llegó hasta la intimidad de su amada y
se dedicó a enloquecerla, con su lengua acariciaba su clítoris abultado, lo
mordisqueaba, lo envolvía, sentía el movimiento rítmico aumentando en las
caderas de su compañera, la humedad de ella se mezclaba con su saliva, y sus
sentidos estaban apagados, solo la manejaba el deseo y el placer, Helena trataba
de aferrarse a la blanca arena, pero de su garganta solo gemidos salían, el
ardor crecía enormemente en su entrepierna, necesitaba más, dejó la arena y
aferro sus manos a la cabeza de la rubia para presionar en la zona que la
estaba haciendo llegar al éxtasis.
El gris de sus ojos no creían lo que
veían, había tenido oportunidad de eliminar al enemigo a una distancia no mayor
de trescientos metros, pero como flashes llegaban a su memoria el recuerdo de
su esposa, la mujer que tanto amo y que perdió en manos del crimen organizado,
revivió los momentos en que le hacía el amor, su pulso tembló, bajo el fusil
M16A4 que portaba en sus manos, por primera vez algo lo afectaba, una punzada
atravesó su duró corazón, aquella imagen de su aprendiz teniendo sexo con una
de las cabecillas de aquella mafia lo dejo fuera de sí. Empuño nuevamente el
arma con la mirada telescópica sobre la cabeza de Helena, se quedó inmóvil
esperando el momento indicado, su dedo se deslizó hasta el gatillo, era su
oportunidad perfecta.
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hola es la primera vez q comento, me gusta mucho la historia, pero me gusto mas cuando hiceron mencion de punta cana y la saona, como dominicana se siente bien!
ResponderEliminarun beso
desde la republica dominicana
tara