Capítulo 9.
Cruzando la línea.
Dentro del avión, estaban dos chicos más,
no los conocía, asumía que eran agentes del SSC, uno de ellos se levanto,
"Toma
asiento por favor" tenía un acento que le
pareció gracioso,
F:
¿De dónde eres?
"De
Puerto Rico lindura"
Fede sonrió
F:
¿tienes nombre?
Soy
Ignacio, me dicen Nacho ¿y tú?
F:
Federikke, pero me dirán Tifanny dirigiendo su mirada
irónica hacia Tom.
Su vista se desvió hacia el chico que de
un bolso negro bastante grande comenzaba a sacar cosas, entre ellos maquillaje,
pelucas, máscaras, su cara de curiosidad la dejo en evidencia
A:
verás como quedas igual a la chica de la foto
Pasaron dos horas, y el cambio había sido
asombroso, la mujer de la foto era idéntica a ella, tenía máscara, peluca,
lentillas del color de la chica, otra mujer, se sentía extraña, pero a la vez
la sensación le gustaba, todos cambiaron de aspecto, a excepción de Nacho. Al terminar
Tom les entrego unos equipos móviles, gps e indicaciones de lo que harían al
llegar
T:
esta misión es importante y peligrosa, llegaremos a Marsella, una de las
ciudades claves para las mafias organizadas, vamos por una reunión secreta que
tendrán uno de los capos que hace años hemos estado siguiendo, hay agentes
infiltrados, y es sumamente riesgoso, cualquiera de nosotros podría no
regresar, saco varias usp compact de un bolso que
llevaba con él, repartió una a cada uno de los agentes, está las llevaran oculta, para casos de emergencia, al llegar al lugar
les entregare las otras. ¿Preguntas?
F:
no tengo experiencia, ¿con quién voy a estar?
T:
tú vendrás conmigo
Las horas transcurrían, Fede no podía
parar de pensar en que ese sería su final, nunca le había revelado lo que
sentía a Helena, ni si quiera cuando le estaba haciendo el amor, una
culpabilidad por su comportamiento la asaltó, "debo regresar"... susurro. Alice alcanzo a escuchar
"Si
eres valiente, lo harás"
Horas más tarde aterrizaban en un
aeropuerto privado, al bajar se identificaron con las autoridades francesas,
Tom y Alice hablaban perfectamente el idioma
"Bonjour
a tous" escucho hablar a uno de los que verificaban
los pasaportes, divisó un hombre vestido de negro que los esperaba, saludo a
Tom y los condujo hasta una van, noto la marca Peugeot 807, el desconocido
introdujo el equipaje en la cajuela, y todos abordaron el vehículo, a través de
la ventana observaba el camino, una inmensa ciudad con arquitectura antigua se
alzaba frente a sus ojos. El recorrido duró algunos minutos, alcanzo a leer en el trayecto Avenida La
Canebière.
A:
es una de las más antiguas de Marsella
dirigiendose a Federikke
T:
esto no es un viaje de placer respondió tajante desde el
puesto de copiloto.
El silencio regreso al espacio. Al llegar
a una casona antigua protegida con varios hombres armados, bajaron de la van,
no entendía que decían, su cabeza solo pensaba en regresar a Vancouver,
entraron a un salón, con poca claridad, varios armarios sobresalian de las
paredes, Tom terminó de hablar y el hombre que los trajo salió del lugar
T:
bien, Joe coloca todo acá... mientras arrimaba un mesón grande
hacía el centro del salón
Iremos
a un restaurant del barrio Panier, tú
vigilaras la
entrada principal refieriéndose a Alice, nosotros entraremos mirando a Federikke, Joe estara por la calle de atrás, no debemos levantar sospechas, el golpe
no sera en el lugar, sino cuando se marchen rumbo al viejo puerto.
El desconocido agente abrió los armarios,
contenían armas de todo tipo, tomo varias skorpion vz 61 y las coloco en la
mesa con municiones, chalecos antibalas, guantes y micrófonos parabólicos.
De pronto la sensación de terror vivida
hacia ocho meses atrás volvió a tomarla por sorpresa, recordo aquellos hombres
disparando contra el agente, su sangre en el pañuelo, una voz la hizo regresar
de nuevo a la realidad
T:
¿entendiste todo?
F:
¡si! fue todo lo que logro pronunciar.
A:
los guantes... apenas susurrándole para evitar ser
escuchada, con su mano indicó que se los colocara
F:
¿son diferentes?
A:
son para evitar dejar huellas.
Al terminar de entregar a cada agente las
instrucciones marcharon a habitaciones individuales en ese lugar, tenían que
descansar, la operación comenzaría en horas de la noche.
El lugar era acorde a la arquitectura de
Marsella, un restaurant elegante en medio de un barrio antiguo, donde se
erguían construcciones de hace cuatro siglos. Tom la tenía del brazo, se sentía
extraña, su apariencia totalmente diferente, igual que la de su entrenador, un
hombre bien vestido les indicó la mesa donde tenían reserva, Tom le quitó el
sobretodo, le acomodo el asiento, como si fuese una cita romántica, ordenó
bebida y comida
T:
bien, ¿de qué quieres hablar mi vida?
F:
¿estás loco? ¡No soy tu vida! tomando un sorbo de agua que
estaba recién servida sobre la mesa
T:
en este viaje lo eres, la señora de Casey... de
nuevo otra sonrisa irónica, en ese instante llegó el camarero con el vino, le
sirvió dos copas y se marcho.
F:
¿a quién vigilamos querido?
T:
a las once desde tu asiento amor
Disimuladamente giro la mirada, cuatro
hombres en una mesa charlaban, volvió la mirada a Tom
F:
¿Quién es nuestro blanco?
T:
el hombre con entradas, de ojos claros
F:
no parece mal hombre
T:
¿en serio?
F:
claro…
Tom observó minutos más tarde que el
hombre tomaba una llamada, sus gestos eran de despedida,
T:
se nos va, ¿preparada?
Su corazón se aceleró, sus manos las
sentía helada, Tom coloco el pago por las copas y salieron dos minutos más
tarde, el agente Alice le giraba indicaciones de por donde había ido su blanco,
llegaron a una avenida y Joe los subió a un auto, "¿por dónde va?"
J:
tomo ésta avenida, tranquilo no lo perderemos, va rumbo al viejo puerto
T:
huirá, ¡acelera!
El auto cobró velocidad, y con ello los
latidos de Fede, de lejos alcanzaron ver el vehículo del mafioso, algo había
alarmado al capo, su auto comenzó a tomar gran celeridad
T:
¡lo sabe!
La persecución comenzó, el auto tenía a
tres tripulantes, el sonido de las balas impactando el vehículo donde estaban
la hizo reaccionar, debajo del asiento saco la skorpion, bajo la ventana y
empezó a responder, Tom hacía lo mismo desde el asiento del copiloto
J:
¿a dónde vamos?
T:
al puerto... no lo pierdas
Un par de minutos pasaron, balas iban y
venían, parecía una celebración de año nuevo, sólo que el sonido no eran de
juegos pirotécnicos, sino de armas que podían causar la muerte, el auto que
seguían se detuvo en el puerto como lo predijo Tom, los hombres bajaron a toda
velocidad mientras una lluvia intensa de fuego cruzado iniciaba
J:
baja, cúbreme... le decía a Tom
Federikke bajo por la puerta de atrás del
mismo lado de Tom, abría fuego por segundos y paraba, tomó su bolso y saco la usp
que le habían entregado en el avión, se la ajusto en la cintura y en medio de
la balacera corrió para refugiarse tras unas enormes cajas de madera, la
adrenalina podía sentirla a través de su agitada respiración, de pronto observó
a Tom correr por entre las cajas y hacerle señas, lo siguió, entre disparos y
sonido de casquillos cayendo no paro de correr, lo vió saltar a un pequeño
bote, rápidamente tomo la cuerda aflojándola del anclaje,
T:
¿Qué estas esperando? ¡Salta!
Federikke obedeció y cayó al bote, arrancó,
al salir en la oscuridad divisaron una embarcación grande, era un yate lujoso
marchando por las aguas a velocidad máxima,
F:
está escapando
T:
no, no lo hará
La velocidad del bote era tan potente
como al que perseguían, no dejaba de mirar su objetivo
F:
¿Qué haremos al llegar a su nivel?
T:
entraremos, tenemos que llegar a él
F:
¿Cuántos crees que vayan a bordo?
T:
muchos seguramente… elevando la voz para que
ella lo escuchara, el sonido del motor era ensordecedor.
La distancia que había entre ambas embarcaciones
serían de unos quinientos metros, del piso del bote tomó un arma en forma de
arco y la disparo, perforó el borde inferior del yate, casi al nivel de la
aleta, en seguida el bote comenzo a tomar una velocidad mucho mayor, Tom perdió
el equilibrio y cayó al piso.
F:
¿estás bien?
T:
lo estaré cuando terminemos con esto
mientras sostenía la parte final de la cuerda y rápidamente la ataba al bote.
La distancia se acortó, Tom se lanzó al
agua, y nadando se enredo a la cuerda que sujetaba a las dos embarcaciones, de
una pequeña mochila que llevaba consigo saco unos aparatos parecidos a los
piolets desconocidos por Fede que le permitieron subir a escaladas por el
costado del yate.
Ella se quedo en el bote, sus pensamientos
le llevaban con Helena, temía no volver a verla, pasaron los minutos, no se
escuchaban sonidos de disparos, algo pasaba, logró ver a Tom hacerle señas para
que subiera por otro lado, tomó los remos y con fuerza comenzó a desplazarse
hasta el lugar indicado por su instructor, observó en medio de la oscuridad, el
brillo de las escalerillas colocadas para su acceso, subió sigilosamente y al
poder tener vista del interior del lugar, saltó hasta quedar dentro tomando
nuevamente el arma que había sujetado a su espalda.
Una mano bloqueó su boca, los nervios que
ya tenía casi le producen un colapso, No
hagas ruido
Tom le daba indicaciones a la vez que le
entregaba un silenciador para su arma, ya la de Tom estaba bloqueada, había
dado de baja a varios de los tripulantes, dos señas con sus dedos y ella sabía
que debía hacer, tomó el arma pequeña y lo ajustó, dispuesta a completar la
misión, sus pasos eran casi imperceptibles, paso por uno de los tres camarotes
que contabilizo de un vistazo, la puerta estaba entre abierta, se escuchaban
dos voces charlando, no entendía lo que decían, parecía como ruso o alemán, no
diferenciaba entre estos idiomas, contó en su cabeza hasta tres, y lo siguiente
que vió fue los dos hombres en el piso bañados con su propia sangre. La imagen
la fijo, fue como detener el tiempo, había cruzado la línea, ya nada la haría
regresar, aquella tímida chica en ese instante había muerto junto con sus dos
primeras víctimas.
T:
¿Qué haces? le susurro al oído mientras le tomaba por
el brazo para sacarla de ahí
F:
no hay retorno ¿verdad?
T:
los lamentos para luego... le hizo otra seña y salieron
separándose, el objetivo no estaba visible para ninguno de los dos, de pronto
su mirada se encontró con la de un hombre, al mismo tiempo halaron del gatillo,
la bala le impacto haciéndola caer, vio desde el suelo a Tom descargar una ráfaga
de balas en su dirección.
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