Esperamos tu historia corta o larga... Enviar a Latetafeliz@gmail.com Por falta de tiempo, no corrijo las historias, solo las público. NO ME HAGO CARGO DE LOS HORRORES DE ORTOGRAFÍA... JJ

La Estrella del norte - Amina - 5


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A lo largo del día, se fueron recibiendo los distintos informes periciales de las huellas y de algunos efectos recogidos en el lugar de los hechos. No esperó a Neira, que estaba en los juzgados, y se reunió con los agentes Salcedo y Estévez para analizar los informes. Los estudios sobre las huellas encontradas revelaban que podrían ser de cinco personas distintas, de la víctima, de la criada y tres más no identificadas.

     Tenemos que cotejar esas huellas para ver si pertenecen a alguien con antecedentes. ¿Qué sabemos de las grabaciones, la asistenta a reconocido a alguien? – dijo la inspectora dirigiendo su mirada a los dos agentes.
     En las grabaciones de la sucursal, la asistenta ha reconocido a Navarro y a la hermana de la víctima. La mujer entró en el portal a las dieciocho cero siete y Navarro lo hizo a las veinte veintitrés horas. Hemos sacado unas fotos de las imágenes, aunque no son muy buenas, la de Navarro no se ve muy bien porque ya era de noche, la de la mujer se ve algo mejor – dijo Estévez mientras le entregaba las fotografías.
     Encargaros de solicitar un retrato robot de Navarro, a partir de la imagen y de lo que describa la asistenta, para ver si hay alguien parecido con antecedentes. Buen trabajo, chicos. Yo me encargo de hablar con Neira.
Las imágenes no eran muy nítidas pero contempló detenidamente la foto de la mujer. Efectivamente era ella, Vega Rota, vestida de manera elegante y con gafas de sol, como había descrito aquella vecina que la vio en el ascensor. No sabía qué le estaba pasando, por qué le enfadaba tanto el hecho de que esa mujer la hubiera mentido si no la conocía de nada, no debería importarle.
Cuando se reunió con su compañero le habló del tema y le propuso retrasar la actuación sobre Vega Rota unos días, quería hablar personalmente con ella antes.
     Ten cuidado Clara, estás jugando con fuego.
Antes de salir de comisaría, llamó a Vega y se citaron en su casa. De camino a su cita, Clara se fue infundiendo valor para no sucumbir a los encantos de esa mentirosa.
     Me imagino que vienes en plan oficial. Antes, por teléfono, me has hablado de usted y eso me indica que no son buenas noticias.
     Me has mentido y quiero saber por qué – le dijo Clara en un tono de enfado – El otro día me dijiste que llevabas tiempo sin ver a tu hermana y resulta que sales en una grabación del pasado viernes entrando en su portal. ¿En qué más me has mentido, Vega? De todo lo que me contaste el otro día, ¿qué es verdad y qué es mentira?
     Si mentí fue porque no creí necesario que se supiera. Tania me pidió dinero porque tenía una deuda de juego y estaba recibiendo amenazas por no pagar. Tania tenía miedo. Ya te conté que papá le negó el dinero y me lo pidió a mí. Aquella tarde fui a su casa para entregarle los cincuenta mil euros que me pidió. Discutimos, le dije que era la última vez que la sacaba de un lío así y le eché en cara sus estupideces y nos acabamos gritando. Me fui enfadada con ella y pocas horas después, estaba muerta. ¿Qué importancia tiene si la vi ese día o no? Yo no la maté, era mi hermana pequeña y la quería a pesar de todo – dijo la mujer mientras se secaba unas lágrimas que habían asomado en sus ojos.
     Tendrás que ir a comisaría a declarar todo esto.
     Está bien, lo haré.
Después de esa conversación se hizo un silencio que empezó a poner nerviosa a Clara y se atrevió, raro en ella, a ser la primera en romperlo.
     Bueno, si no tenemos más que decir, tengo que irme – dijo frotándose las piernas algo nerviosa antes de levantarse del sillón donde se había sentado durante la discusión.
     ¿Por qué tienes tanta prisa? Por favor, quédate y tómate una copa conmigo.
Clara tardó en responder unos segundos, los que aprovechó su cerebro para disparar, a la velocidad de la luz, miles de pensamientos a la vez. De todas las voces interiores que le hablaban al mismo tiempo, había una que sobresalía entre las demás, la que le decía que aprovechara la ocasión, que era lo que deseaba, que no fuera gilipollas y aceptara esa copa, aun sabiendo lo que significaba aceptar esa invitación.
     Está bien, acepto esa copa, me vendrá bien. El alcohol es la droga que nos podemos permitir los legales – dijo Clara mientras pensaba que acababa de decir una gilipollez.
     ¿Qué quieres tomar, whisky, algún combinado?
     Vino. Si tienes, me gustaría tomar una copa de vino.
Clara se quitó la chaqueta y se quedó de pie, contemplando los cuadros de la habitación mientras frotaba con avidez la escurridiza piedra del bolsillo. Para romper la tensión que había entre ellas, Vega puso música y empezó a hablar de las características del vino que intentaba abrir. Sirvió dos copas y caminó por la estancia lentamente y de manera sensual hacia la inspectora, mientras sonaba suavemente No Ordinary Love de Sade por los altavoces. Al entregarle la copa, la mujer se le acercó tanto que Clara notó el leve roce de sus pezones con su blusa, lo que la excitó sobremanera, erizándose la piel de todo su cuerpo.
     Sabes, me gustaba mucho más la blusa que llevabas el otro día, dejaba entrever un mundo maravilloso dentro de ella – dijo Vega con una voz sensual y una mirada libidinosa hacia el escote.
     La blusa del otro día perdió su casto botón – dijo Clara sin saber lo que decía por su estado de excitación.
Vega le desabrochó el botón de la blusa y abrió el escote, rozando suavemente su piel con los dedos.
     Me gusta mucho más así, inspectora – le susurró al oído para después buscar sus labios y besarlos.
Y la inspectora, no opuso resistencia a ese beso y se dejó llevar por la pasión. Según se fueron encadenando los besos y las caricias, Clara sentía cómo su pecho le iba a estallar de un momento a otro y, cuando la mujer le acarició el sexo, su grado de excitación llegó al eretismo. Fue cuando Vega la cogió de la mano y la condujo a su dormitorio.
Vega le dijo que se relajara y se dejara hacer y Clara, cerró los ojos para sentir el placer que le concedieron las expertas manos de esa seductora mujer, que desnudaron su cuerpo a base de caricias.
     Quiero hacerte ver las estrellas – le susurró Vega al oído cuando la tumbó completamente desnuda en la cama.
Y Clara, sin resistencia alguna, le entregó su cuerpo a esa fogosa mujer para que lo besara, lamiera, chupara, mordiera, acariciara, tocara, penetrara… y otorgara a sus sentidos el placer de entre los placeres, el orgasmo más sublime que jamás haya experimentado.
Cuando Clara recuperó el aliento, intentó incorporarse para corresponder a su amante pero Vega la empujó con suavidad para que se volviera a tumbar.
     No tengas prisa, disfruta de las sensaciones de ese inmenso orgasmo que acabas de tener, ya tendremos tiempo para mí. – le susurró mientras le besaba los labios.
Después del placer supremo que había experimentado, su cuerpo hormigueante y su sexo aún palpitante arrastraron a Clara a un estado de relax que la hizo sucumbir al sueño.
Se despertó aún de noche y cuando se ubicó en la realidad se sintió mal. ¿Qué estás haciendo Clara?, se preguntó a sí misma, el error que había cometido no era perdonable en su oficio. Clara se incorporó y se sentó en el borde de la cama para intentar localizar su ropa y sintió que la mano de Vega le acariciaba la espalda.
     Sabes, lo que he hecho esta noche contigo, es una falta muy grave que me puede costar caro – dijo sin mirarla.
     ¿Te arrepientes? – le dijo Vega mientras sus dedos recorrían con suavidad la columna vertebral de Clara.
     No, no lo sé, y eso es lo grave – dijo Clara mientras intentaba encontrar a tientas la ropa esparcida por el suelo.
     ¿Por qué te vistes? Quédate un rato más.
     No, me voy a casa, tengo que asimilar todo esto. Además, deberías de dormir un poco, mañana tienes el funeral de tu hermana.
Clara se levantó de la cama y se fue vistiendo según iba localizando las prendas. Cuando acabó, se giró hacia su amante y levantando una mano, se despidió de ella, tomando dirección hacia la puerta.
     Clara – le dijo la mujer para que ella girara la cabeza y la mirara – No quiero perderte.
     No me vuelvas a mentir.

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3 comentarios:

  1. Bueno Vega es una mujer de armas tomar pero preciento que hay algo oculto y no se porque todavia no le creo mucho a Vega aunque espero equivocarme, Muy buen capitulo.

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  2. Uffff !!!!se puso quenchi la cosa caliente me encanto la historia besos ARGENTINA

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