Tercera
parte
Sarilen
estaba en su casa pensando en lo que Beth la había dicho, no quería que se
fuera, habían pasado tres días desde que la dejó aquel día, la echaba tanto de
menos... de repente sonó el teléfono, Sarilen sin pensarlo dos veces fue a
contestar.
-
¿Si?, ah!, claro, no, no, claro que puedo, ¿cuándo?, ¿mañana?, ahí estaré, bye.
Sarilen
se había puesto de los nervios, le había llamado el productor, quería que fuera
a rodar otra escena... otra escena con Beth, una parte de ella lo deseaba, pero
por otra no quería, sabía que solo se enamoraría mas y mas, pero al fin y al
cabo no podía rechazar el trabajo.
Por
otro lado Beth estaba en su casa, no conseguía quitarse a la pequeña rubia de
la cabeza, varias veces estuvo enfrente de su puerta, necesitaba saber por qué
se fue así el otro día, a ella ya la habían avisado de que mañana tendría que
ir a rodar otra escena, estaba deseando verla y sobre todo sentirla, sentir sus
labios, su cuerpo, ver la pasión en sus ojos... deseaba que fuera mañana.
El
día llegó, Beth ya estaba en los vestuarios, ya la explicaron lo que tendría
que hacer y le parecía de lo más excitante, aun no había visto a Sarilen, y ya
se estaba poniendo nerviosa, la puerta de los vestuarios se abrió dejando ver a
una rubia de ojos verdes, parecía cansada, Beth la miraba atentamente, hasta
que la rubia alzó la vista y se encontró con esos ojos que tanto había hechado
de menos, sin dejar de mirarse la morena la saludo primero
-
Hola...
-
Hola Beth...
-
¿Qué tal estás?... ¿te encuentras mejor?, tienes mala cara.
-
Sí, estoy bien, solo que no he dormido mucho... - dijo con una leve sonrisa - ¿y
tu... qué tal con la oferta de trabajo?
-
Bien... lo están arreglando todo.
-
¿Cuándo te irás?
-
Dentro de tres días - dijo si dejar de mirarla - me han dicho que seré
protagonista y si la cosa va bien me dijeron que me planteara mudarme allí.
-
... ya veo... - Sarilen retenía las lágrimas que estaban deseosas de salir.
-
Te... te he echado de menos estos días... - dijo la morena con mirada tímida.
Sarilen
estuvo a punto de abandonarse y de lanzarse a sus brazos, pero ahora más que
nunca sabía que tendría que alejarse todo lo que pudiera, cerró los ojos con
fuerza para evitar que las lágrimas salieran, agachó la cabeza y en una huída
desesperada salió corriendo de allí, Beth intentó agarrarla pero no pudo, no
entendía lo que le pasaba a Sarilen, estaba muy triste, sabía que en este
último rodaje podría ser el último, la última vez que la sentiría, y algo le
decía que hoy se entregaría en cuerpo y alma a Sarilen.
Sarilen
ya estaba en la ducha preparada para rodar, totalmente desnuda y totalmente
mojada, Beth estaba lista para entrar en ella cuando el director se lo mandara.
-
Muy bien chicas, y... ¡ACCION!
Sarilen
estaba con las manos apoyadas en la pared con la cabeza mirando hacia arriba
para que el agua la diera de lleno en la cara, Beth se adentró en la ducha muy
lentamente, observó su desnudes y sus curvas desde atrás, poco a poco se acercó
a ella permitiendo que el agua le diera a ella también, pasó una de sus manos
por el vientre de Sarilen y tiró de ella hacia atrás, pegándola totalmente a su
cuerpo, la morena posó sus labios en el cuello de Sarilen, ésta dejó caer el
cuello hacia la izquierda para darle más espacio, sus labios acariciaban su
cuello con una suavidad infinita, Sarilen cerró los ojos y se dejó llevar por
ese mundo de sensaciones, la mano de Beth se movía sutilmente por el vientre de
la rubia, pequeños gemidos salían de la boca de Sarilen, la morena fue bajando
sus besos hasta el hombro, el agua recorria sus cuerpos, con la ayuda del agua
para deslizarse mejor la mano de Beth fue subiendo hasta acariciar su pecho, a
Sarilen le temblaron las piernas con ese leve contacto, para ella esto no era
un simple rodaje, se estaba entregando a Beth, la rubia elevó uno de sus brazos
y lo pasó por detrás de la cabeza de la morena, los dedos de Beth acariciaban
el pezón de la rubia una y otra vez, muy lentamente Sarilen se giró quedando
frente a frente, Sarilen pasó sus manos por la cintura de Beth pegándose más a
ella, no apartaron la vista ni un instantes de los ojos de la otra, Beth cogió
una de las manos de la rubia y la llevó hasta sus labios para darle un suave
beso, en ese momento Beth cerró los ojos saboreando de aquel momento, Sarilen
sonrió y se inclinó hacia adelante para apoyar su cabeza en el pecho de la
morena, esta le acarició la cabeza muy tiernamente, Sarilen no quería separarse
de ella, de su cuerpo, sabía que en unos días ya no estaría, al tener esos
pensamientos en la cabeza se aferró mas fuerte a Beth, la morena lo notó y la
abrazó con la misma intensidad, Sarilen subió la vista para encontrarse con
esos ojos azules y perderse en ellos, ambas se miraban con deseo, con pasión...
con amor, la morena se agachó hasta juntar sus labios con los de la rubia,
ambas se besaban apasionadamente, sus lenguas se acariciaban lentamente, ambas
deseaban tanto este momento... por un momento ambas abrieron los ojos mientras
sus lenguas aun danzaban, ver los ojos de cada una en ese momento las hizo
estremecerse, la morena subió con su mano por toda su espalda en una caricia,
hasta enredar sus dedos en el pelo dorado de Sarilen y presionar para hacer más
intenso el beso, sus bocas se abrieron hasta no poder mas, se devoraban la una
a la otra, las caricias fueron aumentando, la morena giró a Sarilen para que se
apoyara en la pared, con una de sus manos acarició el muslo de la rubia y le
levantó la pierna metiéndose ella entre sus piernas, Sarilen quedó acorralada
entre Beth y la pared, el agua caliente aumentaba el calor en su piel, Beth
presionó con su centro el de la rubia, esta gimió pero fue callado por la boca
de la morena, los cámaras y el director no perdían detalle.
-
Estas chicas... son puro fuego - dijo el director.
-
Ya lo creo... - el camarógrafo no se perdía nada.
Beth
aumentó las acometidas, cada vez eras más rápidas y más profundas, Sarilen
sentía que se iba a desmayar, ambas estaban a punto de llegar al clímax, el
problema es que una vez llegaran no podían parar, tenían que continuar, cuando
la morena empezó a besarla el cuello pudo oír un leve susurro en su oído.
-
Más... - susurró la rubia con los ojos cerrados.
Beth
estaba encantada de que la pidiera mas, aceleró al máximo las acometidas,
Sarilen se abrazó fuertemente a ella, y ambas llegaron a la vez, casi no se
tenían, pero a Beth no le quedó más remedio que continuar hasta que oyera la
voz del director, que no tardó mucho en aparecer, ambas se besaban con todo el
amor que podían, hasta que la voz del director las hizo parar.
-
¡CORTEN!, bravo chicas, ha sido toma única, no hará falta repetir, podéis iros
ya, volved mañana para ver que tal quedo y eso, hasta mañana!
El
director ya se había ido, los cámaras de allí también, ambas quedaron solas,
Beth aun no se había separado, el agua ya había dejado de mojar sus cuerpos,
ambas se miraban con el mismo fuego en sus ojos, ambas tenían la respiración
agitada, la voz de la rubia rompió el silencio.
-
Hace... frío... - dijo la rubia.
-
Claro... perdona.
Beth
se apartó de ella y salió de la bañera, Sarilen la iba a seguir pero resbaló e
iba a caerse pero Beth fue lo bastante rápida y la agarró antes de que eso
ocurriera, la morena la abrazaba fuertemente, sus cuerpos estaba totalmente
pegados, en ese preciso momento pasó uno de los colaboradores que había
presenciado la escena anterior, al verlas se detuvo y sonriendo les dijo:
-
Chicas que el rodaje ya terminó - y se fue riéndose.
Ambas
sonrojadas se fueron separando, tras una última mirada ambas cogieron sus batas
y comenzaron a secarse, ambas ya estaban secas y vestidas, Beth está a punto de
irse, Sarilen aun estaba recogiendo unas cosas.
-
Tenía pensado... comer por ahí, ¿te... te gustaría venir? - preguntó la morena
con miedo a que la rechazara.
-
Bueno yo... si, vale, por qué no - dijo con una tímida sonrisa.
Ambas
amigas ya estaba en un restaurante, no habían hablado mucho, las escenas de la
ducha hacían presencia en la mente de cada una.
-
Bueno... ¿y qué al final te decidiste a escribir algo? - preguntó la morena.
-
Si, ya empecé a escribir - dijo con una sonrisa.
-
Ya me lo enseñarás ¡eh!
-
Claro, y tú qué, ¿ya tienes la maleta y todo eso?
-
Que va, aun me queda todo por hacer, la verdad es que no tengo ganas de nada.
-
Bueno, si necesitas ayuda ya sabes dónde estoy.
-
Claro - dijo sonriendo y perdiéndose en su mirada - Sarilen...
-
Dime.
-
¿Por qué te fuiste hoy así de los vestuarios?
-
Es que... no, no me encontraba muy bien y...
-
Dime la verdad - dijo a la vez que la agarraba una mano.
-
Yo... - la rubia se empezó a poner muy nerviosa - bueno... solo que yo también
te había hechado de menos...
-
¿Y por eso sales corriendo?
-
No quería que me vieras llorar - dijo sonrojándose.
-
Jajaja, está bien, pero me dejaste muy preocupada que lo sepas.
-
Lo siento - y la regaló a la morena una de sus preciosas sonrisas.
-
No pasa nada, tranquila - la devolvió la sonrisa.
Ambas
amigas ya estaban comiendo el postre, Beth una copa de chocolate con un montón
de nata por encima y Sarilen se estaba comiendo un sorbete de limón.
-
¿Qué tal está tu helado? - preguntó la rubia.
-
Compruébalo tú misma.
La
morena untó su cuchara en la copa y se la ofreció a la rubia que lo miraba con
los ojos haciendo chiribitas, la rubia comió el contenido de la cuchara y lo
saboreó.
-
Mmm, esta delicioso.
-
jajaja.
-
¿De qué te ries?
-
De nada... jajajaja.
-
Vamos dímelo - poniendo morritos.
-
Es que pareces una niña pequeña.
La
rubia se sonrojó y bajó la vista hacia el suelo.
-
No lo puedo evitar.
-
Y no quiero que lo hagas.
-
¿Por qué?
-
¿Por qué es una parte que... me encanta de ti - tímidamente la morena.
-
Gracias... - poniéndose aun mas roja - ¿quieres un poco del mío?
-
¿Está bueno?
-
¡Mucho!
-
Entonces si - le sacó la lengua.
-
Jajaja, ¿tú también pareces una niña sabes?
-
¿Yo?, que va... - dijo a la vez que ponía una postura de niña tímida.
-
Jajajaja, a mí también me gusta tu lado infantil.
-
Jajaja, gracias, - la guiñó un ojo.
La
rubia de de repente se puso la mano en la cabeza con cara de disgusto, de
dolor.
-
¿Te pasa algo? - pregunto la morena preocupada al ver su expresión.
-
No es nada tranquila, solamente me duele un poco la cabeza.
-
Vamos, será mejor que ir a casa y que descanses.
-
Me parece bien, estoy algo cansada.
Ambas
se fueron de allí con rumbo a casa, una vez que llegaron las dos entraron en
casa de la rubia, fueron al salón y Beth la tumbó en el sofá.
-
Descansa aquí, iré a buscar aspirinas.
-
Vale, gracias.
La
morena entró en la cocina y rebuscando por los armarios consiguió dar con
ellas, las cogió junto con un vaso de agua, volvió a la sala y se lo hizo tomar
a Sarilen.
-
¿Estás bien aquí o prefieres ir a la cama?
-
Preferiría ir a la cama - dijo cerrando a los ojos.
-
Muy bien.
La
rubia se iba a levantar cuando sintió unos brazos fuertes que la levantaban,
miró a la morena que con una sonrisa la calmó, la rubia pasó sus brazos por el
cuello y pegando sus labios al oído de la morena la susurró.
-
Gracias...
La
morena respondió con un beso en la cabeza, la llevó hasta la habitación
dejándola en la cama, después la tapó con una manta.
-
Beth... ¿tienes algo que hacer ahora?
-
No, ahora no tengo nada que hacer.
-
Te importaría... ¿quedarte conmigo?
-
Claro que no.
La
morena la sonrió y se tumbó a su lado, Sarilen la tapó con la manta.
-
Quiere algo mas la señorita? - preguntó con una sonrisa.
-
Bueno... ya que te ofreces un abrazo no vendría mal - dijo tímidamente.
-
Jajajaja, anda ven aquí.
La
rubia se pegó a su cuerpo abandonándose entre los brazos de la morena, apoyó su
cabeza en el pecho disfrutando de ese momento y de los latidos del corazón de
su amada se quedó dormida. Beth se quedó dormida también con la persona que
tanto amaba entre sus brazos, era una sensación única.
Ya
eran las once de la noche, Beth empezó a despertarse poco a poco, sentía un
peso encima suyo, abrió los ojos y lo primero que vió fue la sonrisa de
Sarilen, estaba dormida pero sonriendo, la morena la apretó mas contra si
sonrió ampliamente, estaba muy feliz, poco a poco la rubia se fue despertando,
no quería abrir los ojos, estaba demasiado cómoda, pero una voz hizo que los
abriera.
-
¿Haz dormido bien?
-
Mmm, de maravilla, ¿y tú?
-
Igual - dijo riendo.
-
¿Qué hora es?
-
Las once.
-
¡Vaya!, seguro que tú tienes cosas que hacer y yo aquí encima de ti.
-
Jajaja, tranquila, ya te dije que no tenía nada que hacer, lo que si tengo es
hambre.
-
¿Yo también, quieres que pidamos una pizza?
-
Eso estaría genial.
-
¡Pues vamos!
Ambas
amigas se levantaron y fueron al salón, mientras Sarilen pedía la pizza Beth
miraba en la tele alguna película para ver. La pizza no tardó en llegar, ambas
la comían y hablaban animadamente, comentaba la película que estaban viendo. Una
vez que terminaron Beth iba a pasar a su casa ya.
-
Bueno, será mejor que me vaya y que tu descanses.
-
Bueno...
De
repente se escuchó un gran trueno y con ello se fue la luz, ambas quedaron
totalmente a oscuras.
-
¿Me quedo no? - dijo la morena divertida.
-
Por favor - dijo Sarilen en suplica casi.
-
Jajaja, pues vamos.
-
Muchas gracias.
Las
dos volvieron a la habitación, y se metieron en la cama, nada mas tumbarse la
rubia volvió a su posición actual, era como si fuera lo más normal del mundo,
Beth estaba asombrada, pero muy feliz, la encantaba dormir así, cuando Sarilen
se dio cuenta de lo que acababa de hacer intento levantarse de golpe.
-
Lo siento!, no sé por qué...
La
morena la agarró y la volvió a tumbar encima suyo, la abrazó y la calmó.
-
Tranquila, así está bien - y la dedicó una sonrisa.
-
Buenas noches Beth... - la rubia le dio un beso en la mejilla.
-
Buenas noches Sarilen...
Se
quedaron profundamente dormidas, cada una abrazada el cuerpo de la otra, sus
respiraciones iban al compás.
El
amanecer llegó y con dos cuerpos abrazados, Sarilen ya estaba despierta, la
morena seguía dormida, la rubia jugaba con una cadenita que llevaba Beth en su
cuello, de vez en cuando hundía su nariz en el cuello de la morena para
llenarse de ella.
-
Me haces cosquillas - dijo la voz de la morena.
La
rubia sobresaltada se levantó un poco y se la quedó mirando.
-
¡Vaya!, ¿te desperté?, perdona yo...
-
Jajaja, eres una ricura cuando te pones así.
Ricura,
sonaba tan bien saliendo de sus labios, la rubia la sonreía tímidamente, Beth
no lo pudo evitar y la dio un beso en la punta de la nariz.
-
Me has dado un beso en la nariz - dijo la rubia divertida.
-
Por infeliz - la morena se empezó a reír.
-
¡Serás!
Ambas
empezaron una batalla de cosquillas, tan pronto estaba una encima como estaba
la otra, ahora estaba Beth encima de ella.
-
¡Para, para!
-
¿Te rindes???
-
Siii, siii, me rindo.
La
morena se quitó de encima y empezó a reírse, las dos estaban boca arriba en la
cama, sin darse cuanta ambas tenían agarrada la mano de la otra.
-
Dentro de poco tendré que irme, tengo que preparar las cosas.
-
Si quieres te ayudo.
-
Gracias.
-
Beth...
-
Dime.
-
¿Segura qué quieres irte?
-
¿Es lo que debo de hacer, por qué?
-
Porque yo no quiero...
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ayyyy!!! mejor no puede serrr!!!
ResponderEliminaro váyanse juntas o quédense juntas pero no se hagan las locas
que esto está muy buenooooooooo!!!!
Javi
Chile
yo tampoco quiero q se vaya!!! hahaha :( bueno espero q no... bueno muy buen capitulo.. espero el sieguiente con muchas ansias.. aunque va a ser elago desesperante pasar el fin de semana sin saber la continuacion... bueno en fin muy buena historia!!
ResponderEliminarGia-Ecu
Geniaaaa que hermosos escribes muy burnaaa felicidades sigue asi
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