Es difícil de explicar, pero cada día que pasa es como un descubrimiento nuevo, sigo trabajando en la aseguradora, mi tío me mira raro porque me ve más feliz, me dice que quien es él afortunado, a lo que yo me río y callo, si estoy trabajando para él, no es cuestión que sepa de mi vida íntima, si no le gusta, lo mismo luego causa problemas en mi labor, o mejor dicho que me ponga a elegir entre ella o comer, que se haga sus propias ideas y así me evita dar explicaciones.
Al ver mi reticencia por contarle cualquier cosa de mi relación o pareja, empezó a quedarse hasta tarde y a cerrar el local, con la intención de ver quién me recogía, avisé a Sandra de las circunstancias, no se lo tomó a mal, gracias a Dios, más bien a risa, cuando se me acercaba me saludaba de un modo casual si estaba él a mi lado, y me proponía tomar un café si no tenía nada que hacer, entonces mi tío me miraba y preguntaba qué cuando vendría a recogerme para conocerlo, y yo me alzaba de hombros sonriendo.
Sandra, mi chica, cuando nos alejábamos no paraba de reír y yo sonrojada, su risa me provocaba un calor interno, con increíbles intenciones de besarla….
Algunas tardes nos reuníamos en un parque y nos sentábamos en el césped a charlar, nos tomábamos de las manos, en ocasiones me daba por pensar que nos asemejábamos a dos adolescentes, y era cómico ver como nuestras miradas se centraban la una en la otra intentando no comernos, con el hambre que sentíamos la una por la otra, desde ese fin de semana, a regañadientes nos fuimos conformando con vernos unas horas al aire libre o tomando algo. Yo empezaba a impacientarme, deseaba con locura abrazarla y besarla sin contenerme, de pensarlo me entraba mucha frustración.
Pasó otra semana en las mismas circunstancias y pese a mi felicidad, mi estado de ánimo comenzaba a resentirse, comenzaba a pensar que a eso se le llama frustración sexual, no cejaba de planear como llevarla a mi casa y dejar de dar vueltas y contenernos, si las dos nos gustábamos y nos deseábamos qué razón nos impedía complacernos y disfrutar la una de la otra, era de locos. Y por capricho del destino mi realidad en esos momentos y en la más absoluta ignorancia de hasta cuando…
En esta última semana, me han ofrecido dos ofertas de empleo, lo cual me ha distraído en parte de dichas circunstancias, en dos bufetes de renombre, las condiciones y beneficios son interesantes, aun así no me convence, cuando se lo comento a ella, esta baja la mirada, y me dice que es mi futuro y debo elegirlo yo, que ella es feliz a mi lado, pero empiezo a pensar que es una respuesta de conveniencia, para no decirme que no quiere alejarse de mí.
Esta noche mi hermana viene a cenar, ya hacia un par de meses que no quedábamos y bueno en parte se me hacia extraño, pero me alegra de que encontremos tiempo para quedar, su marido trabaja fuera y se siente sola, me dice que me echa de menos, que quiere saber de mí, bueno no le he dicho de que tengo pareja ni nada todavía, no sé bien, pero me pareció notar una nota de picardía en su voz, ¿y si invito a Sandra y las presento… qué cara pondría?, dios no puedo evitar imaginarme a mi hermana con cara de pasmada y ojos como platos, o mejor la boca desencajada, si la abrazo delante de ella me pregunto si sentiría incómoda, me parece que le doy demasiadas vueltas al asunto, mejor espero a la noche y veremos que me trae su picardía como postre, la verdad su tono me crea mucha curiosidad.
Cojo el teléfono sin poder resistirme a la oportunidad de ver a mi hermana cohibida, llamo a Sandra y le comento sin muchos preámbulos e invito a cenar y algo más ésta noche,.. Aprovecho que hoy la agencia cierra al medio día y ella trabaja toda la tarde, así que tengo tiempo de prepararlo todo, ella guarda silencio lo cual me incomoda y me crea inseguridad la idea de que rechace mi invitación, al final dice que bien, pero que si no es bien recibida se marchará, a mí eso me causa malestar, pero lo acepto, no creo que mi hermana actúe desconsideradamente y menos contra mí, además ella sabe de Sandra como lo que siento por ella antes que yo misma.
Tras quedar a una hora en mi casa y darle la dirección, llamo a mi hermana y simplemente le aviso de que tendremos compañía, y que traiga vino para la cena, le pregunto si se cambio de color el pelo de nuevo, no puedo evitar pensar en que color le veré el pelo cada vez que la voy a ver, para no tener otra sorpresa con su nuevo look, si sale con otro color extraño tampoco podré evitar mirarla como a un marciano.
Paso la tarde limpiando, en un descanso me acerco a una floristería a por flores, observo que tienen paquetes de pétalos de rosas, y compro uno, lo guardo en la nevera como me indican, tengo una idea muy particular para esa noche….
Va llegando la hora acordada, y estoy muy nerviosa, no sé quién llegará primero, espero que ella y pueda tener un rato de intimidad antes de que se una a nosotras mi hermana, llevamos dos días sin poder estar juntas, y de seguido paso las horas añorándola mirando por la ventana, a ratos con ansias por verla, mi tío no ha dejado de vigilarme y se ha pensado que teníamos problemas y ha querido entrometerse para averiguar algo del pretendiente, para que me dejara le he pasado el último balance concretado lo cuál le ha cambiado la cara instantáneamente, con la esperanza de que se olvide algo de mí he pasado a otros trabajos sin parar quieta en ningún sitio en concreto, deseando salir cuanto antes de allí.
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Suena el timbre sobresaltándome, las manos me tiemblan al tomar el telefonillo interno, éste se me cae como dos veces seguidas y no puedo evitar soltar varios improperios, al fin me lo coloco en la oreja y respondo, es ella y su voz es algo tensa, desde luego no soy la única que pasa un mal trago, dios… Pero qué pienso, ahora me siento mal y todo, le abro con el automático y la espero a la salida del ascensor, los minutos que tarda en subir se me hacen eternos, al salir me la quedo mirando, esta preciosa, una camisa blanca, con una falda de tubo, que estiliza su figura y a mi me hace sentir desesperada por desnudarla…
Suena el timbre sobresaltándome, las manos me tiemblan al tomar el telefonillo interno, éste se me cae como dos veces seguidas y no puedo evitar soltar varios improperios, al fin me lo coloco en la oreja y respondo, es ella y su voz es algo tensa, desde luego no soy la única que pasa un mal trago, dios… Pero qué pienso, ahora me siento mal y todo, le abro con el automático y la espero a la salida del ascensor, los minutos que tarda en subir se me hacen eternos, al salir me la quedo mirando, esta preciosa, una camisa blanca, con una falda de tubo, que estiliza su figura y a mi me hace sentir desesperada por desnudarla…
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Ella sonríe, y viene a mi, me abraza y me besa en los labios tiernamente, cada vez se me hace mas difícil guardar la compostura, carraspeo, intentado que me salga la voz, ella ve la puerta de mi piso abierta y me empuja al interior, besándome entrecortadamente, mientras me guía, apenas pasamos el umbral, empujo la puerta para que esta se cierre, y no noto si se cierra o no, sus labios se han apoderado de los míos, y yo me dejo llevar, nuestras manos nos recorren con ansia mientras nuestros cuerpos tiemblan de deseo, sólo escucho nuestras respiraciones, la acorralo contra la pared del pasillo, y la mantengo ahí, mi rodilla, se encaja entre sus muslos, mis manos se deslizan por debajo de la camisa, buscando su piel, o mas bien sus pechos, ella ha tomado posesión con su mano de mi nuca y mi parte más íntima y siento que estoy húmeda mas bien mojada, mis caderas se mueven por impulso al ritmo de su mano, desciendo mi mano para tomarla a ella de la misma manera, mientras mis labios recorren su garganta, escucho un carraspeo, pero no le presto atención pienso que es ella que también se le secó la garganta, vuelvo a escucharlo cuando ella tiene entre sus dientes mi oreja derecha, abro los ojos y me quedo paralizada, la puerta no se había cerrado, Sandra también a cesado en sus caricia y mira hacia el mismo punto que yo, mi hermana esta en el marco de la puerta con esta entornada, colorada, sonriente y con la mirada muy, muy brillante….
Ella sonríe, y viene a mi, me abraza y me besa en los labios tiernamente, cada vez se me hace mas difícil guardar la compostura, carraspeo, intentado que me salga la voz, ella ve la puerta de mi piso abierta y me empuja al interior, besándome entrecortadamente, mientras me guía, apenas pasamos el umbral, empujo la puerta para que esta se cierre, y no noto si se cierra o no, sus labios se han apoderado de los míos, y yo me dejo llevar, nuestras manos nos recorren con ansia mientras nuestros cuerpos tiemblan de deseo, sólo escucho nuestras respiraciones, la acorralo contra la pared del pasillo, y la mantengo ahí, mi rodilla, se encaja entre sus muslos, mis manos se deslizan por debajo de la camisa, buscando su piel, o mas bien sus pechos, ella ha tomado posesión con su mano de mi nuca y mi parte más íntima y siento que estoy húmeda mas bien mojada, mis caderas se mueven por impulso al ritmo de su mano, desciendo mi mano para tomarla a ella de la misma manera, mientras mis labios recorren su garganta, escucho un carraspeo, pero no le presto atención pienso que es ella que también se le secó la garganta, vuelvo a escucharlo cuando ella tiene entre sus dientes mi oreja derecha, abro los ojos y me quedo paralizada, la puerta no se había cerrado, Sandra también a cesado en sus caricia y mira hacia el mismo punto que yo, mi hermana esta en el marco de la puerta con esta entornada, colorada, sonriente y con la mirada muy, muy brillante….
Retiro la mirada de mi hermana, y miro a mi chica, ella esta pálida, tengo la sensación de que si no fuera por que todavía la abrazo ella se deslizaría hasta el suelo, desciendo mi mano hasta la cintura, para estrecharla mas posesivamente y guiarla conmigo para que no tema, la miro a los ojos con calma dejándole claro que no ocurre nada, mi hermana sigue en silencio, cierra la puerta y mirando hacia sus pies y de reojo a nosotras, se ríe por lo bajo como si me hubiera pillado en una travesura, bueno si lo piensas, si fuera una adolescente mas bien si me ha pillado en tal circunstancia, no es posible que esté pensando en algo así, me dan ganas de acribillarla con la mirada y lanzarle cuchillos, por qué no ha tocado a la puerta y así tener aviso de que ya había llegado…
Bueno no me queda otra, ya casi cara a cara, la miro y espero algo, supongo que su aceptación o un saludo o dios sabe qué, en eso Sandra se desembaraza de mi e intenta marchar excusándose, mi hermana es mas rápida y la sujeta, para sorpresa de ambas sonríe, y sin mas abraza a mi chica, desde luego sólo ella sabe hacer las cosas sin palabras, eso me causa envidia tendré que preguntarle su secreto…
Aunque no sea yo quien la abrace, percibo que está tensa, como incómoda con la situación, mi hermana me mira y me da un aviso de esos que dicen “no te metas”, me revuelvo insegura de que hacer, y percibo que Carolina le susurra algo al oído, la tensión se alivia un poco, y mi chica abraza a mi hermana todo en completo silencio, como si las palabras sobraran, ahora soy yo quien se muere de curiosidad por saber que le ha dicho mi hermana para causar ese efecto.
Tas unos minutos así, Carol la conduce a la cocina, yo ando delante de ellas y me siento impotente y a la vez muy orgullosa, mi hermana lo ha sabido tomar y manejar a su antojo, sigo sin saber que le habrá dicho, espero que mas tarde me lo cuente alguna de las dos, dadas las circunstancias preparo té, hasta que el ambiente se distienda un poco, las dejo solas y me siento celosa de no estar ahí metida, pero entiendo que de alguna manera sobro, Dios si es mi chica y sobro, es ridículo y para colmo cierto.
Como no sé bien que hacer pues me dedico a preparar algo que tomar les pregunto estando de espaldas a ellas y sin prestar mucha atención ya que me siento como una intrusa o incluso una fisgona, si quieren café o té u otra cosa, ambas guardan silencio y primero mi hermana pide un té y luego ella, así que me pongo manos a la obra y esperando que se me pase esa incomodidad de encima…. En realidad si lo pienso ella se debe sentir así con mi hermana, bueno creo que puedo decir que me he puesto en su piel.
Cuando me giro para llevarles el té, Sandra me esta mirando de una manera que sólo puedo definir como franca, cariñosa y agradecida, me he quedado paralizada, me hace sentir llena con sólo mirarme así, bajo, no sé como mantenerle la mirada, agacho la mía, es como si me volviera vergonzosa, sólo con ver lo que ella siente, aun distraída escucho una risa baja y profunda, retiro la mirada de ella, que en ningún momento cesé de hacerlo hasta ese momento, sólo que lo oculte…
Mi hermana, no me quita ojo, y se la ve divertida, oh, Dios, ésta escena me es familiar, otra vez no puede ser, ahora que me fijo, no lleva el pelo naranja, dios pero lo lleva morado…. Por qué se hace eso en el pelo, no me puedo contener y echo a reír con sólo mirarla, no lo puedo aguantar es como si mirara a mi hermana pero con una berenjena en la cabeza, como se le ocurre… Cómo tiene valor seria la pregunta adecuada…Sus ojos verdes se clavan en mi, espero una réplica pero al final se ríe también, menos mal, al menos no nos vera Sandra amarrándonos en una lucha sin cuartel, así llamo a nuestras disputas.
No tarda en ambientarse el encuentro en un aire de bromas y cariño, mi hermana le lanza miradas de apreciación a mi chica, lo que me provoca ganas de saltarle encima, lo que no impide que además ella lo sepa, pues me lanza miradas picaras, mientras yo abrazo a mi chica, y esta se ríe mucho mas relajada, desde luego el moscatel que tomamos en la cena ayudó mucho, vaya con Carol, en vez un vinito me trae Moscatel, no si seguro que planeaba emborracharme y sonsacarme lo que paso ese fin de semana…..
- Carol ¿Por qué Moscatel?, que tendrías tu en mente celebrar, para no traer vino blanco, o rosado, viniendo de ti, no sé como tomármelo.
- Jajajajaja, tómatelo como quieras, como si te tomas la botella entera, pero ya obtuve lo que quería, una cuñada y muy guapa, hermanita….
Una cuñada, eso es lo que buscaba, saber si al final quede en algo mas con mi chica que amigas, ella ya sabía que me gustaba Sandra, y antes que yo…
Me levanto con una sola cosa en la mente, me acerco a ella, una emoción que no se explicar me llena, y la abrazo, no sé pero no me puedo contener y no soy capaz de soltarla, ella me estrecha y es cuando me percato que se me escapan las lágrimas, dios, desde cuando soy tan emotiva…
Dejo de pensar, y disfruto del abrazo, es raro que nos pongamos tan sentimentales pero bueno el momento vale la pena, noto como Sandra se levanta y sale de la cocina, espero que no se marche…. Escucho la puerta del baño, y me da más tranquilidad, mi hermana me palmea la espalda y me retiro, pero sigo sin soltarla.
- Ya era hora Susana, estoy feliz, nunca te vi tan radiante, ni tan pendiente de nadie, se nota que te gusta mucho, o mas bien que la quieres, ¿sabes? he notado que tiene miedo al rechazo, por eso huía, se lo he notado enseguida, yo creo que pasé por lo mismo, Dios, y me he sentido mal por ella, así que tranquila, oye muy buen gusto, es una monada…
- si sigues así pensaré que te gusta de un modo distinto a adularla…
- jejejeje ¿Celosa hermanita?
- Borde, como te gusta picarme, así que tu idea era soltarme la lengua con el licor, tendrá mala sombra, ya es tener mala leche Carol…
- Bueno era mi recurso, en caso de que no hablaras, pero me ha sobrado con la
escena del corredor, dios me ha dado envidia a mi, ojalá me tomara así el mío…
Ya hace tanto que no actuamos como unos recién enamorados, que casi se me había olvidado lo que son esos momentos tan intensos…
- Pues nada, a soñar que es gratis.
Mi hermana se echó a reír, su risa se volvió contagiosa y ambas nos partíamos de risa sin podernos aguantar, Sandra salió del baño y nos observaba, nosotras la miramos y por la cara de sorpresa y curiosidad no pudimos reprimirnos y reírnos aún más, parecía que era imposible poder dejar de reír, llorábamos de la risa, yo me cogía del vientre de lo que me dolía, mi chica ya reía con nosotras, mi hermana no se podía contener y salía corriendo al baño, peor para mi que fue como ver una berenjena pegar saltos por el pasillo, era mas ridículo todavía que la mera idea de imaginarla como una berenjena rechoncha, caí redonda al suelo riéndome, Sandra se apoyaba en el marco de la puerta mientras se sujetaba y se reía, me miraba y yo admiraba lo hermosa que se la veía y más tan desinhibida por la risa.
Cuando por fin fuimos capaces de recuperar el control, nos encontrábamos tiradas las tres en el suelo de la cocina, habíamos soltado todo tipo de chorradas, criticado a los tíos, para escuchar a mi hermana decir “…están tan monos…”, dios la mirábamos y mas reír, al final nos costaba respirar, las caras rojas, no quiero pensar en el aspecto de Carol con el pelo morado y la cara roja, seria demasiado.
Pasaban de la media noche y Carol se despidió de nosotras alegando que la bebida hacia estragos…. Por favor y estar tan loca también, tengo que preguntarle el porque el morado, dios no me lo sacaré de la cabeza.
Apenas se marcha nos miramos, no se que hacer, dejo la entrada y voy a la cocina a recoger, estoy nerviosa, no quiero que se vaya, me lo he pasado genial esta noche y todavía no quiero que acabe, pero ahora no se que hacer, ella guarda las sobras en la nevera y se queda unos momentos con ella abierta, no me fijo en porque, ya que estoy recogiendo la loza y fregándola, tampoco voy a vigilarla lo que quiero es que se sienta a gusto en mi casa.
- ¿Te apetece ver una película o algo en la televisión?, así pasamos algo de tiempo a solas…
- Bien, -me mira de reojo, y noto que tiene una sonrisa en los labios, ahora si que me siento intrigada.
- si prefieres algo distinto me lo dices.
Ella niega con la cabeza, y se sienta a esperar que acabe, me siento impaciente por terminar cuanto antes e ir con ella al sofá, lo mismo podemos retomar lo que comenzamos horas antes.
Vamos juntas al sofá y ni siquiera hablamos, nuestras miradas lo dicen todo, nos deseamos, ella se detiene, como pensando algo y se va al baño, yo mientras pongo la tele por hacer algo, no me interesa mucho lo que ponen, pero tampoco voy a estar como si nada parada en medio de la sala, iba a hacer la cena ahí en la sala, pero de alguna manera hemos acabado casi toda la tarde en la cocina, entre bromas.
Ella sale del baño y va a la cocina a buscar algo, luego entra con su bolso, me mira y veo que sus ojos brillan me dan ganas de ir tras ella, recuerdo en ese momento que tengo lo que compré en la floristería en la nevera, pero creo que es mejor para más tarde, cuando tengamos mas intimidad.
Viene conmigo, yo la espero en el sofá, se sienta a mi lado y miramos un rato una peli, de aventuras, ¿Por qué el prota siempre es el galán?, ¿Por qué no puede ser dos tías?, madre, ya veo por donde andan mis pensamientos, yo quiero ser ese galán y ella la chica a la que rescato.
Sandra se levanta, estaba recostada en mi, va al baño de nuevo, me pregunto si se encontrará bien, espero a que salga, pero veo que no tiene mala cara, al menos no parece que este enferma, aun así me preocupa.
- ¿Te encuentras bien cariño?, si necesitas algo me lo dices, por favor...
- No te preocupes sólo estaba con algo, estoy perfectamente.
Ella se me acerca lentamente se mueve de un modo distinto, a mi la boca me cuelga, solo con mirarla los ojos se me salen, esa sensualidad…. Apenas pienso eso, ella se desliza sobre mi, me abraza y me besa, a principio con suavidad y con una ternura que desarma cualquier pensamiento que intente dar sentido a lo que ocurra, sus caricias hacen que sienta calor, tras mi primera sorpresa la correspondo besándola, cada vez con más ansia, la acaricio sin contenerme, deseo quitarle la ropa, como cuando estuvimos en el coche, mi mente ya no dice nada, sólo disfruto de su calor, de su respiración en mi cuello, me incorporo sin separarla de mi y me quito lo que llevo, dejando a su merced mi torso, y mis pechos que ella buscaba con desesperación, siento que me duelen con sus caricias y a la vez me gusta…
Con precipitación la ropa va saliendo de ambas, es inevitable, va a pasar… Está ante mi desnuda, como una sirena regalándome los ojos con su belleza, la miraba de arriba abajo, la boca se me secaba y sentía ganas de llenarla con sus senos, ella me miraba igual, sus ojos se oscurecían, y a mi se me antojaba mas hermosa, deseaba hacerla mía…
Acerco mis manos para acariciar su silueta, recorriéndola con admiración, ella vuelve a tomar mis labios, con pasión y furor no creo que haya capaz de frenar ese fuego que crece en mi, un fuego que sólo ella es capaz de amansar, sólo ella puede saciar esa voracidad que poco a poco hace presa de mi….
Ella me alza de un tirón y me lleva hacia sí, la abrazo su cuerpo pegado al mío, su calor provoca temblores en mi, de sentirla como parte mía, de disfrutar de su contacto, no puedo evitar estremecerme de placer, ella me besa y tira de mi, me arrastra lentamente con ella, no me fijo hacia donde, me toma de las nalgas en un momento y presiona en ellas hacia ella, mi cuerpo reacciona al estímulo, la busca por si solo, no se bien que hago sólo la sigo…..
Abro los ojos cuando ella rompe el contacto con mis labios, algo desorientada me doy cuenta de que estamos en el baño, y descubro por que iba y venia, ha llenado la bañera de agua caliente y derramado en ella los pétalos que compré esta mañana, con intención de ponerlos en la cama para ella…
Las palabras sobran, la bañera es para nosotras, huele a perfume, es embriagador y me doy cuenta que es el mismo que percibí en el coche, la miro sabiendo que es su aroma, no me resisto a todo lo que contengo dentro de mí, la tomo en mis brazos y la beso sintiendo la dulzura que en esos momentos siento por su gesto, es hermoso pensar que ella ha preparado todo esto para nosotras, me estremezco sólo con sentir todo lo que siento por ella.
Ella me toma de la mano y me guía al interior de la bañera, la sigo, el agua lame con suavidad mi cuerpo, calmando la carga de temblores que me sacude, en su interior mi cuerpo se relaja, como un bálsamo para mi piel y solo puedo pensar, que es una sensación maravillosa…
Como la sirena que es, ella se mueve por el agua arremolinando tras de sí los pétalos, me toma entre sus brazos haciéndome arder con su contacto más que el agua, mi cuerpo toma el control, la busco instintivamente, la abrazo y acaricio, ella toma con sus labios mis pezones, mi cuerpo se arquea voluntariamente, buscando mas el suyo, el deseo que siento es poderoso, mis labios la recorren por allá donde el agua no la cubra, ella desliza su mano hacia abajo, va por mi vientre, mientras asalta mi cuello con sus labios y sigue con mi lóbulo, se va acercando a mis labios, con su mano me acaricia cada vez más cerca…mi mente está ausente de todo pensamiento sólo existe su cuerpo y el mío, su contacto, el deseo y el ansia que me provoca con cada roce….
En un ligero roce mi cuerpo entra en una tensión placentera, su mano ya está en mi botón, acariciándolo, estimulándolo, no puedo moverme, lo que siento me absorbe, me domina, ella sigue y poco a poco sus dedos descienden mas hacia abajo, entrando en mí, al principio un poco, pero al ir a más, algo cambia, mi cuerpo se tensa, me duele, deseo moverme levantarme, ella esta sobre mi, con su peso me sujeta , cierra los ojos y frunce los labios, como si a ella también le doliera…. Siento algo de miedo, aunque soy consciente de lo que ocurre, no puedo evitar reaccionar ante el malestar con ganas de salir, pese a todo ella me mantiene ahí quieta, apenas puedo mirar sus expresiones, pues cierro los ojos por no gritar ante la impresión de una punzada mayor….
-Tranquila Susana, pasara, sólo será unos instantes….
Tomo aire, la escucho, y sé que es cierto, intento no tensarme, no tardo en notar un cambio, no es dolor sólo es algo mas…
Ella abre los ojos, su mirada es toda calma, sonríe suavemente como dándome ánimo, me besa con esa dulzura que me muestra en un principio me cuesta centrarme en sus besos, pero algo va a más en mi interior, no estoy segura qué es, pero es mayor cada vez, mi respiración se acelera como antes, la abrazo no se por que, su mano la que aun tiene en mi, se mueve, me provoca sensaciones que no sabría explicar, el ansia por ella aumenta, la acaricio mientras mis caderas van tras sus caricias…Me cuesta respirar deseo arquearme, cada vez mi cuerpo se tensa más, algo está por venir, su cuerpo su cariño me guía, está sobre mí y se mueve, siento su fricción, y no sé si atreverme a hacerle lo mismo, no me da tiempo, me agarro a ella con desesperación al sentir como me rompo de placer, y me siento deshacerme como otra capa de agua en la bañera…
La escucho gemir entre mis brazos y sonrío, mi cuerpo la siguió a ella pese a llegar al final, buscando que ella compartiera esos momentos, me besa, me acaricia mis cabellos cortos y húmedos…
- Tenemos que salir cariño, o nos quedaremos heladas, y el esfuerzo nos ha superado a ambas, me siento agotada…
Intento levantarme, me siento sin fuerzas, pero la sigo, me pongo el albornoz, y a ella la toalla, salimos fuera y la guió a mi dormitorio, ahí le doy la bata, vamos a la cama, el paraíso de las sabanas, ella abre la cama, dios parece como si no me valiera, en cierta manera me siento torpe… Apenas me deslizo en ella, la tomo de la mano atrayéndola hacia mí, no quiero que se aleje de mi lado, Sandra accede, con una sonrisa me mira y se mete conmigo, tal como estamos con bata y albornoz, nos dejamos caer en el sueño sin soltarnos…
Me estoy despertando, aun me encuentro entre las brumas del sueño, me noto relajada sin prisa por levantarme, noto una calidez a mi costado, es extraño, no sé bien de que se trata aún así no siento prisa por averiguarlo, despacio voy abriendo los ojos, la luz me es molesta, y me tapo la cara con un brazo, el otro lo tengo bajo un peso…. Pienso, recordando la noche pasada y me acaloro ante la experiencia nocturna, y caigo en cuenta que ese peso, esa calidez es ella, que duerme a mi lado.
Desde luego a veces me cuesta volver en mi cuando despierto, no recordaba nada, termino de abrir los ojos y bajo la mirada, ella aún duerme, su aroma vuelve a llegar a mi olfato, el cual inhalo con placer y mi cuerpo reacciona ante los recuerdos y su olor, me siento estremecer, un fuerte palpitar en el bajo vientre, nunca había sentido esto, hasta la noche pasada en la que hicimos el amor…
Siento un gran orgullo, no se bien por qué, pero la miro y el pecho se me ensancha por esa sensación, si tuviera que explicarlo diría que es por tenerla, por lo que compartimos, por como llevó la situación, por lo que sentí y siento a su lado.
Vuelvo a mirarla y así me quedo, dejando pasar el tiempo, disfrutando de su calidez al lado de mi cuerpo, su bata se ha abierto y puedo mirar su desnudez, siento un fuerte deseo de tocarla, me reprimo ya que la despertaría, prefiero que descase cuanto le haga falta en mis brazos, solo esa sensación con el hecho de tenerla así a mi lado, me llena, me completa aun más de lo que ya me sentía. No puedo dejar de admirar su belleza y esa sensualidad innata que desprende, aun durmiendo la puedo apreciar…
Cierro los ojos mientras rememoro todo lo que hemos pasado juntas una sonrisa aflora a mis labios, ante cada recuerdo, mira que he hecho o pensado estupideces, a su lado llego a perder la compostura como una tonta.
Puedo escuchar su respiración acompasada y como poco a poco esta va cambiando, va despertando, es dulce sentir como va despertando entre mis brazos, como se tensa unos instantes al percatarse de donde está y luego como se vuelve a relajar como suspira, yo no he abierto los ojos, solo la escucho, se acerca más a mí y me abraza, yo la correspondo tomando su peso entre mis brazos y arrimándola más a mí, es entonces cuando abro los parpados y la miro, ella sonríe, sólo ése gesto me hace feliz, y el estar así juntas aún más.
Aún me pesa una pregunta en la conciencia desde anoche, mas que pesarme me pica la curiosidad, no estoy segura de si hacerla ahora, me parece que mejor la dejo para cuando comamos algo, Dios me siento el estómago encogido, si no fuera por que estoy segura de que cené anoche, creería que no he comido en días. Desde cuando no me habré sentido tan famélica, de normal no tengo casi apetito de buena mañana, supongo que será lo que compartimos, y que será cierto lo que se dice, que el acto sexual abre el apetito…
Acaricio su espalada, noto en ella un ligero temblor, me pregunto si tendrá cosquillas en la espalda…
- Susana, si me acaricias más la espalda, te aseguro que no tardare en repetir lo de anoche, y no sé, creo que lo mismo es pronto para ti repetir, o mejor dicho prefiero tomar algo de comer primero….
- Jajajajaja, vale…
Ella se incorpora sobre mí, su bata queda totalmente abierta ante mi mirada y no puedo reprimir el recorrerla y desear tenerla de nuevo entre mis brazos, su rostro se sonroja, hace amago de cubrirse, no se lo permito, con lo bella que es no debería esconderse, si no disfrutarlo, al menos cuando estamos solas…
Sandra me mira a los ojos, dubitativa y termino de descubrirla, deseo verla desnuda, sin prisas, solo mirarla, ver como su cuerpo su mueve sinuoso, sensual, ante mis ojos…
Su lengua recorre sus labios y mis ojos siguen ese sutil movimiento, con un feroz deseo de atrapar esa lengua con mis labios, sé que si lo hago, no sabremos contenernos, ella está sobre mí, y la tensión sexual late entre ambas, como un corazón que palpita al son de nuestras ansias…
Cierro los ojos, intentando no perder el control, no dejarme llevar, me sorprende ella besándome en los labios, los abro dejando que su beso profundice, mis ojos se entreabren, la miro, sus ojos se han oscurecido, que hermosa, el deseo es como una llama que crece entre ambas, sus manos terminan de retirar el albornoz de mi cuerpo, dejándome a merced de su mirada, mi cuerpo se estremece ante su atención es como si me acariciara, teniendo en cuenta que ni me ha tocado.
Su rodilla se acomoda entre las mías, vuelve a descender su rostro para besarme, cada vez siento más ansia de ella, mis manos toman posesión de su cuerpo, acariciándolo, palpándolo, sin poder contenerme ya interrumpo el beso y tomo sus pechos con mis labios, mis manos mientras se sacian acariciándola por doquier, como si nada fuera suficiente, deseo hacerla mía, verla disfrutar en mis brazos, satisfacerla en cualquiera de sus deseos…
Ella gime y alzo mis caderas buscado su contacto, ni siquiera yo se lo que hago, pero hace rato que dejo de preocuparme por ello, sólo sigo mis instintos y me dejo llevar… Sus caderas se contonean en pos de las mías, va marcando un ritmo, ese movimiento me enloquece, arrancando de mi garganta un gemido de desesperación, instintivamente sigo sus movimientos y sin saber bien, nuestros cuerpos van acoplándose en una postura algo enredada, pero mas accesible para ambas, nuestras respiraciones resuenan en mi mente al igual que en mis oídos descompasadas, y cada vez más desesperadas, se escuchan entre gemidos y ligeros gritos de urgencia… Los besos son urgentes ansiosos, nos devoramos la una a la otra, nos incitamos con caricias cada vez más atrevidas, más insistentes, su mano va desplazándose de nuevo a ese punto, no lo puedo evitar sé que estoy llegando…. De alguna manera tomo una determinación y adentro mi mano en la misma dirección, conteniendo la suya, ella me mira a los ojos, no es que no lo desee, la necesito con urgencia, mi cuerpo lo reclama a gritos, deseo que ella se adentre en mi, pero otro deseo mayor me domina, el de tomarla yo a ella…
La beso profundamente como si mi vida dependiera de ello, mientras voy desplazando mi mano al corazón de su excitación, noto que desprende mucho calor, ligeramente la acaricio y ella responde con fuerza, buscando más de lo que he hecho, sólo con esa indicación de su cuerpo, de su deseo, el instinto me guía a repetir con una mayor constancia a acariciar ese punto con más determinación, ella responde acompasándose a mis movimientos, me siento anonadada y mas animada en lo que hago de igual manera que una excitación tan distinta a la vivida la noche pasada… voy dejándome llevar, sus gemidos aumentan y de alguna manera los míos la siguen, es como si pudiera sentir cuanto ella siente en estos momentos, su mano vuelve a mi, me toma igual que yo a ella, y ahora vamos a la par, buscándonos, percibiéndonos, comprendiéndonos de un modo como nunca pensé…. No estoy segura cuando, pero no era capaz de aguantar la tensión que me consumía, cada vez era mayor, la abrazaba con más fuerza, como si con ello pudiera aliviar ese fuego que nos consumía, su mano se adentra a la vez que yo la tomo y me adentro en su interior, su cuerpo hace como de contener algo, gime, no parece dolor, yo en cambio me alzo hacia ella buscándola, ella gime y se estira, yo cierro los ojos por instinto y mi cuerpo se deja llevar entre temblores de placer, ella tiembla y eso me hace sentir un gozo inexplicable, entreabro los ojos, y comprendo, ha llegado al orgasmo al igual que yo….. Éso me hace sonreír, he cumplido mi deseo, me incorporo cuanto puedo con su peso sobre mí, y la abrazo con un suspiro de complacencia, no me sale nada más, sólo un suspiro como si mi meta hubiera sido cumplida.
Nuestros cuerpos quedan sobre la cama exhaustos tras momentos tan intensos pero con una gran satisfacción, quiero cambiar de posición y acomodarme mejor y siento un agotamiento tan placentero que me limito a tumbarme dejándola recostarse sobre mí, sintiendo su peso y su dejadez, solo me viene una idea a la cabeza, “mía”, dios ni que fuera una posesión, desde luego la idea persiste, y un cariño sincero me llena, como si algo distinto hubiera acabado de ocurrir.
No siento ya ganas de moverme, aunque mi estómago me indica lo contrario gruñendo, ella comienza a reír, yo me tapo la cara avergonzada, se incorpora y me destapa el rostro, me da un ligero beso, se levanta soltándome una palmada el muslo, y alejándose de mi camina desnuda hacia el baño.
Mis ojos la persiguen recorriéndola, admirando su silueta, disfrutando de su contoneo, salivando por ella, madre mía, iría tras ella como un perrito y la lengua colgando, solo la idea me provoca risa, ella echa a reír cuando me mira y corre hasta la puerta del baño, recuerdo que la bañera estará llena de agua y pétalos y no puedo evitar un sentimiento de tristeza, por que el agua no esté caliente, sino me metería con ella dentro….
Al poco sale y me mira, no puedo dejar de sonreír, se cruza de brazos mirándome algo altanera, con una sonrisa picara, pienso que algo espera, la verdad cuando hace eso, juro que no se como reaccionar.
Me muevo inquieta, mirando a mí alrededor, y ella echa a reír a carcajadas….
- Bueno no sólo tú te vas a deleitar mirándome andar desnuda…
- Ejem, no lo había pensado, ¿quieres verme, no?...
- Claro, seria todo un placer, mujer.
Agacho la cabeza algo tímida, me levanto lentamente, se me antoja complacerla pese a la vergüenza que siento en esos momentos, llega a mis oídos como contiene una exclamación, la miro de reojo, esta colorada y la mirada es brillante, dejo asomar una sonrisa de placer al ver que le agrado, con más confianza termino de alzarme y ponerme derecha…
Camino despacio hasta donde se encuentra ella, nuestras miradas se sostienen la una a la otra sin vacilar, me toma de la mano y volvemos al baño, como la noche anterior pero sin dudas tras cada recuerdo de la noche pasada aún ardiendo en mi memoria, la bañera se vuelve a llenar, con agua caliente, la miro y ella sonríe con socarrona suficiencia, no me puedo contener, me destornillo de risa.
- Pensé que un baño más relajado nos vendría bien antes de desayunar…
- Me parece bien, aunque me va a costar evitar no pensar en anoche, Sandra.
Ambas nos sonrojamos y evitamos nuestras miradas, nuestra primera vez juntas, se nos hace como algo tan íntimo y especial, que no sabría explicarlo.
Esperamos a que se termine de llenar media bañera, sin saber que decir las dos, cerramos el agua y cuando echo sales para el baño, ella viene con algo entre las manos, yo ya me metía dentro, es cuando sé de que se trata, son los pétalos, parece que guardó algunos, los desparrama sobre mí y el agua, luego se mete conmigo divertida con el gesto de mi rostro, me ha dejado sorprendida, así que disfruto mirando como va sumergiéndose en el agua hasta los hombros.
El baño transcurre entre risas y miradas íntimas, nos frotamos la una a la otra, hasta que el agua dejó de ser agradable por la temperatura, tuvimos que salir tiritando, lo que provocó más risas, era como tener una compañera de juegos, al menos en ese momento, ella fue con una toalla al salón a buscar sus pertenencias, yo a mi dormitorio a vestirme, mientras pensaba que desayunar…
Al salir ella me esperaba vestida y preparada para ir a algún sitio a tomar algo, con la excusa de que yo cocine anoche, no me importa, la sigo a la puerta y tomo las llaves, antes de salir la retengo, ella me mira con curiosidad, pero no más de la que yo tengo en lo que mi hermana le dijo ayer, en el mismo lugar en el que nos encontramos en ese momento.
-Ayer mi hermana, cuando quisiste marchar, te retuvo y te dijo algo al oído…
- Si.
- Bueno, es que me causa curiosidad, porque te tranquilizó, y no te fuiste.
- Pues veras, me dijo lo siguiente…. “Bienvenida a la familia cuñada”, me dejó descolocada, y yo me marchaba por miedo al rechazo, pero tu hermana me recibió con los brazos abiertos Susana, me impresiono sobremanera y me hizo sentirme acogida y en familia…
Baja por unos instantes la mirada como evitando que vea algo en sus ojos, me intriga pero no voy a presionarla ya que me ha respondido y no quiero preguntar que piensa, no me parece que deba presionarla cuando me ha dado una respuesta tan evidente viniendo de Carol. Pero algo me dice que no me lo ha dicho todo….
- Bueno, tengo que darle las gracias a esa pícara, pero no lo puedo negar, así es ella, si te digo algo no te lo creerías, ella supo antes que yo lo que sentía por ti y sin decirme nada lo aceptó, bueno me dejo una pista, pero no supe a que se refería hasta nuestro primer beso.
Ella me mira perpleja, no dijo nada, solo sonrió y asintió, salimos de mi piso y marchamos a desayunar, la verdad para ambas mi hermana es como una sorpresa andante, sólo le falta el lazo decorativo…
Muchas ideas nos rondaban la cabeza, las experiencias recién vividas, aun se hacían notar en cada poro de nuestra piel, el cosquilleo eléctrico que me recorría cada punto nervioso de mi cuerpo con un solo roce suyo, me provocaba mil sensaciones y una cantidad de impulsos a los que no sabía cómo reaccionar, aparte de ir como ausente sumida en mis pensamientos y por como me miraba ella, era consciente de que estaba colorada, cualquiera que me mire, su idea será que soy vergonzosa hasta la médula, lo peor era saber que parecía una adolescente en ese estado…
Cuando pasábamos por una chocolatería, no me pude resistir a la tentación y mi delirio por el dulce, mi línea se va a resentir y mi guardarropas, entramos a petición mía y tomamos chocolate con churros, y me supo a gloria, nuestras miradas se encontraban a cada rato, cómplices en su sentir, íntimas y penetrantes, esa corriente que nos tomaba y manejaba a su antojo, seguía ahí latente, esperando la menor oportunidad de dominarnos con un deseo insaciable y que nos dejásemos llevar de nuevo.
Sólo al acabar pudimos respirar de alivio y satisfacción, no pude evitar ver un ligero rasgo de tristeza en su rostro, sentí lástima, no sabía bien por qué pero tenia la sensación de que todavía no me lo había contado todo, era mi intuición, pero aún sólo con eso estaba segura, el inconveniente es que no podía involucrarme sin su permiso, y menos preguntar sin saber bien de que…
Sandra se levanta, sin apenas mirarme ya a los ojos se retira de la mesa, va a la caja y paga, no debería, pero no me opongo, en otra ocasión yo me ocuparé de la cuenta, hoy no la veo como para poner pegas, espero poder hablar pronto sin que se sienta a la defensiva ya que algo me dice que si digo algo esa será su reacción, vuelve al lugar donde la espero algo cabizbaja, me da un ligero beso en los labios, apenas ha sido un ligero pestañeo de sus ojos, pero suficiente, para saber que tiene miedo, que algo la atemoriza, se marcha con prisas casi sin apenas susurrar una despedida, siento deseos de seguirla, de correr tras ella y averiguar cuánto le pasa…
¿De qué huye una chica como ella?, nunca he podido percibir en ella duda alguna, que por lo que he podido comprobar persigue sin pudor cuanto desea, para que de pronto, actúe como un animalito asustadizo.
Me cuesta contener el impulso, pese a todo la observo en silencio mientras se aleja corriendo, como llega a la parada de autobús y se sube al primero que pasa, justo cuando ella llega a la parada, si no fuera por lo que ha ocurrido esta mañana mis pensamientos serian que huye de mí, sé que no es así que su actitud cambió al mirar el móvil…
De pronto me siento extraña, un desconsuelo me inunda sin que yo pueda comprender, con sólo su marcha, me siento sola, abandonada.
Salgo del local, en vez de volver a mi piso, sigo caminando dando un paseo, de algún modo, voy a parar a un parque con una fuente en el lado oeste de éste, una ráfaga de brisa me roza el rostro, rociándome con la frescura de la mañana pese a lo avanzada de ésta, no tardo en sentirme reconfortada, busco a mi alrededor un banco, donde acomodarme y disfrutar de esa sensación tan agradable.
Cierro los ojos, intento dejar la mente en blanco, al final no me es posible, no puedo evitar rememorar nuestro último encuentro, me parece increíble que haya sucedido, es más casi sin pensar, desde luego pierdo la cabeza y dejo de ser yo… Bueno, genial, si que puedo desconectar al fin y al cabo mi cerebro…
-¿Por qué será esta sonrisa?
Pego un respingo al escuchar esa voz, abro los ojos y me giro en redondo, me lo quedo mirando como si en verdad mirara a un fantasma, no me lo esperaba, hace tiempo que tampoco le veo.
- Hola, me has sorprendido.
- Por tu reacción mejor decir, que te he pegado un susto cuñada, bueno a que se debe que tu pases tiempo al aire libre, de normal no hay quien te saque del ordenador o de tu casa, supongo que ya no cabrás en ella con la cantidad de libros que tienes.
- Jajajajaja, si un buen número de ellos son tuyos José, mi hermana duerme o sigue con las pilas bien puestas.
- Si miras en los columpios la veras con Marina.
- ¿Me estás diciendo que mi sobrina está aquí?
- Creo que es evidente, estamos en el parque cerca de mi casa, algo despistada si que andas…
- Ehhhhh, adiós cuñado, me voy a buscarlas.
El me toma del brazo en plena zancada, cuando echaba a correr y me sujeta, parece que algo mas me tiene que decir, no puedo imaginar de que, nunca me sentí cómoda del todo con él.
- Susana, me alegro mucho por ti, cuando quieras venís a cenar a casa, y me la presentas.
- José…
- Corre, ya veras como se alegra Marina.
No tengo palabras, mi hermana se lo ha contado y él se lo ha tomado a bien, aun no me hago a la idea de que lo sepa o que me puedan mirar de un modo distinto, pero lo mas difícil de asimilar es el hecho de que él lo sepa y si soy sincera aún no estaba lista para ello, en mi opinión parece un hombre cerrado y tengo que admitir que me equivocaba con él, no lo es tanto, incluso nos ha invitado a ambas, un momento mi hermana le contó y yo sin saber, tendré que hablar con ella, antes de que todos sepan y me vea a disgusto o bajo vigilancia con sus miradas, como me paso en la playa y eso que eran desconocidos.
Apenas doy unos pasos hacia los columpios paro en seco e impulsivamente me giro y voy cara a él, dándole un abrazo y un sonoro beso en la mejilla y esta vez si salgo corriendo, su cara de estupefacción es para no olvidarla, sólo con ver como se ha quedado ha valido la pena, ya comienzo a alejarme cuando le escucho reír a mandíbula abierta, dios lo mismo se la desencaja, ¿Cuándo me he vuelto besucona…?
Ya estoy alcanzando a la carrera la zona de juegos de los jardines, sigo sin comprender por qué he ido a parar aquí, de todas formas es un gusto tener la oportunidad de ver a mi sobrina, jugar y pasar otro rato con Caro, puede que me permita darle alguna colleja por no avisarme.
La estoy buscando con la mirada, pensando en ella como una berenjena andante, cuando algo morado se agita, a mi derecha, es ella pegando saltos y agitando los brazos, parece que José la avisó con el móvil o me vio, miro a mi alrededor y me fijo en la atención ajena a la escena que ella está provocando, por favor, todo el parque la está mirando, el sol le pega de lleno en el cabello y este destella como si fuera un prisma, sólo se ve un brillo morado…
Tengo que reconocer que sabe como llamar la atención, ya puestos a decir, como ser el centro de atención y que me sienta ridícula e intimidada por las miradas.
Me acerco a ella, andando con calma, ahora todos me miran a mí, con todo el jaleo que ha armado no es de extrañar que tengan curiosidad por ver quien es el otro mono de feria, tengo que hablar con ella, estas situaciones se me hacen muy violentas en público, por favor, unos me miran con la boca abierta, lo mismo llevo chicle en el pelo, otros ríen por lo bajo, ya me gustaría saber la razón de tanta risa y mientras me miran , es algo que me enoja mucho…
Llego a su lado, colocándome delante de ella en jarras y la miro fijamente, no tengo ni idea de que soltarle, pero no es para quedarme ahí parada en plan sargento…
-Carolina, sobraba el ponerte a dar saltos como un payaso de circo, con tu color de pelo me sobra para distinguirte en una multitud, y sobra decir que con la que has armado ahora somos el centro de cotilleo, no es que me importe, es mas incomodidad de ver una ciruela pegando saltos y todos mirando…… ejem, ¿Dónde está esa ricura de niña? Me muero por darle un beso.
- Detrás de mí, hermanita, en el tobogán, me avisó José que venías, así que ya ves, me aseguré de que no me buscaras.
- Si ya te vi, yo y todo el parque Carol, por favor, morado, por qué tiene que ser morado tu pelo, no podría ser de un color normal, o algo más corriente.
- Supongo que si pero sería más insulso, además me encanta la cara que pones cuando me ves, es muy graciosa, a veces me gustaría saber que piensas, cuando la pones…
Me la quedo mirando, desde luego si lo hace por picarme y provocarme un acceso de vergüenza ajena, lo consigue con creces.
Busco a Marina, pidiendo a los cielos que no le haya tintado los cabellos a ella también, si lo hace la mato, la descuartizo y me olvido de ella… Hasta ahora no he temido que lo hiciera pero hoy no sé por qué tengo ese mal presentimiento…. Supongo que tras lo de Sandra ando algo pesimista y desconfiada.
La encuentro corriendo en mi dirección, y los ojos se me salen de las orbitas, por favor, no puede ser cierto, en sus lindos cabellos lleva una inconfundible trenza del mismo color que los pelos de mi hermana, aguanto el tipo, sonriéndola, y la recibo en mis brazos, me dejo caer en la arena con ella entre risas, besos y mimos, es una dulzura.
Me paso como una hora haciendo el payaso literalmente, riéndome hasta de mí misma, diciendo estupideces, jugando con ella, me he llegado a subir al tobogán y tirarme con ella en brazos, ella gritaba con todo el gozo del momento y mi hermana se reía de mi bien a gusto, no creo que se ría tanto, cuando le abra la cabeza y averigüe si en ella lleva cerebro o guisantes…
Marina cae rendida, no se separa de mí y mi hermana dice de ir a su casa, asiento transportando a mi sobrina en brazos, la cual se ha quedado dormida y bien sujeta a mi ropa.
Nos reunimos con mi cuñado apenas salimos de los columpios, lleva unos helados en las manos, mi hermana echa a reír es como una broma entre ellos, se conocieron en este parque cuando él la invitó a un helado, y cuando le pega repite la escenita, al menos esta vez varia la tradicional broma, me ha traído uno a mi y todo, me viene genial, me caigo de calor.
Mi cuñado acaba el suyo en un santiamén, y me coge a la niña de mis brazos, yo ya tenía problemas para tomarlo sin pringar a mi sobrina, así que me siento agradecida, antes de eso… le pego una colleja a mi hermana, la miro bien seria, le cojo los pelos, y miro a mi sobrina que duerme dulcemente en brazos de su padre, evitando alzar la voz me dirijo a ella con muy mal talante…
- Tengo que comprobar un día si tienes cerebro o guisantes en la cavidad craneal, o si simplemente te comiste el entendimiento, sobraba ver a mi hermana morada como una berenjena para ver a la cría con una trenza del color de cabellos de su madre, ¿La próxima qué será el pelo entero o una cresta multicolor…?
- Ah, vale Susana, no es para tanto, no te pongas así, que daño me has echo, no, no otra no, por favor, que te he entendido, pero escúchame por favor, ¿Y cómo se te ocurre?, para nada haría tal cosa a mi hija, no quiero que se rían de ella.
- ¿Estas segura? por que bien poco te importa que todo un parque te mire, pegando saltos con tu pelo brillando en ese tono y todos riéndose a nuestras expensas, para que luego vea a mi sobrina que va tan campante con la trencita.
Mi cuñado me miraba con la mirada brillante, y contenía la risa, intentaba girarse, para que no le viera…
- ¿Y tu de qué te ríes?, o me vas a decir que no tengo razón.
- Toda la razón, cuñada, pero me encanta ver que tu la puedes enfrentar.
- Susana no me pegues más por favor, yo no se lo iba a hacer, ella miró mi pelo y le gustó, me pidió lo mismo, insistía , y bueno para que se calmara le hice la trenza, nada más, ahora es la envidia de su clase.
- Si ya, y cuando sea mayor sus cabellos estropeados por los químicos, te luces hermana, de paso la próxima que será, ¿Qué te pida veneno a probar y se lo des? Será tu hija, pero no es cuestión de que la consientas así, es muy niña, y conforme crezca no se conformara con nada.
Apenas acabe de decir esto, ella me cruzó la cara con una sonora bofetada, la miro bastante sorprendida, me callo, me giro y me marcho, no pienso decir nada más.
- Carolina te pasaste, sabes que tenía razón no es que se exprese dulcemente, pero la tenía, y más aún sabiendo que es muy protectora con ella y la adora. Deberías disculparte, pero sabes haz lo que quieras, me voy con la niña a dar una vuelta y comeremos fuera, así te calmas y reflexionas, no pienso escuchar tus razones, y menos sabiendo la causa, y que ella tenía razón, yo mismo te dije algo parecido, por si lo has olvidado.
Yo había parado al oír el tono de mi cuñado y escuchado sin girarme, aún así no pensaba quedarme a escuchar sus disculpas, nunca le levantaría la mano, pero tampoco perdono que me la pongan encima.
Sigo andando mirando hacia el suelo sin mirar nadie de frente, la cara me arde y duele, las lágrimas se me saltan, me ha herido mucho que me golpeara, además no quiero que me vea llorar.
Escucho unos pasos apresurados y acelero los míos, entonces escucho la voz de mi cuñado que me llama y freno, no estoy de humor para nada, guardo silencio y cuando me alcanza lo miro de reojo, no me dice nada, solo con un gesto me indica que lo siga, le sigo reticente sin muchos ánimos, más bien daría media vuelta y me marcharía, pero ha dado la cara por mi, contra su esposa, y no me atrevo a negarme.
Me hace seguirle hasta una cafetería, me pasa a la niña apenas llegamos a una de las mesas de la terraza y entra al local él sólo, Marina sigue en la gloria soñando, es como tener a la cosa mas tierna del mundo en tus brazos…
Vuelve José a nuestro lado, le he notado llegar pero no le he dado mayor importancia, estoy ensimismada mirando a mi sobrina, más bien mi mente anda mas perdida en lo que acaba de ocurrir con mi hermana, evito decir cualquier cosa lo único que siento en ése momento son ganas de llorar, me contengo con toda mi alma, no es ningún placer llorar delante de nadie, me hace sentir más vulnerable, y es algo que me hace sentir muy, muy incomoda.
Cierro unos instantes los ojos, tomo aire y tras abrirlos enfrento la mirada de mi cuñado, que se ha sentado en el sitio libre y guarda silencio, él me mira con calma, me sonríe, este hombre me inquieta cuando actúa así como si no pasara nada…
El camarero aparece con una bandeja repleta de varios platos y bebidas, viene a nuestra mesa, nos sirve unas bravas, sepia, ensaladilla, y pinchos morunos, cerveza para él, para mí una Coca Cola, en realidad se me apetece más una cerveza, no suelo beber, ni es que tenga costumbre, bueno, miro al camarero y cambio ésta por otra cerveza, mi cuñado fija los ojos en mí mirándome como si pensara que me he bebido yo ahora el entendimiento, alza una ceja a modo de pregunta y sorpresa, le hace un gesto tan cómico, que si estuviera de humor no podría parar de reír…
Sigo pensando qué narices hago ahí, él sin mediar palabra comienza a comer y beber de lo que ha pedido, lo miro de reojo, sigo sin palabras, miro la cerveza, antes se me antojaba tomarla y ahogar mi malestar en ella, ahora me quedo con la idea de por qué la pido sino suelo tomar, bueno la he pedido pues a callar, que por mas vueltas que le dé la cuestión es que es para mí, por mucho que ahora me desagrade mi decisión…
José me hace un gesto hacia la comida, no creo que pueda con todo lo que ha pedido él sólo, tomo el cubierto y voy picando sin muchas ganas, el móvil de él suena, le mira la pantalla y contesta, parece que es mi hermana, tras colgar me mira y sonríe, asiente con la cabeza, que mal presagio estoy sintiendo, le miro entrecierro los ojos, algo no me dice.
- ¿Qué quería mi hermana?
- Nada Susana, solo disculparse, le he dicho que dónde siempre.
- Disculparse, o sea que viene….
- Si.
- Lo siento, no quiero hablar con ella, deberías haberme consultado.
Me levanto cargando a la niña, apenas mirándole le devuelvo a Marina, le doy las gracias por todo, tomando dirección contraría a la que llegamos aquí, ando con prisa, sin mirar atrás, casi como si yo huyera, más bien no quiero cruzarme con ella…
Como si fuera tan fácil perdonarla en estos momentos, si se arrepiente bien sabe que esto no es algo que yo le perdone a nadie, si tanto le duele lo que digo, para empezar sabe como soy, lo que pienso y sabía de sobra mi reacción cuando viera a Marina así y en vez darse cuenta de mis motivos y de que la quiero, coge y me abofetea, pues tranquila si no me quiere escuchar no me tendrá que volver a oír, no me involucraré en su vida, ni siquiera hablaré con ella…
Soy consciente que estoy muy dolida, pero jamás la habría puesto la mano encima y ella lo sabe, sabiendo que es algo que me es imposible perdonar así como así, lo hace.
Dejo de pensar, siento que la sangre me bulle, que me da igual a donde vaya, solo ando, camino y camino sin cesar sin rumbo, cuando me doy cuenta estoy casi en mi casa, no quiero subir, miro mi coche, sin pensar tampoco, lo abro y me pongo al volante, no tengo claro donde ir aunque tampoco me importa, ya lo decidiré, ahora sólo quiero alejarme de todo, nada más…
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