Patricia se dirigió desconcertada hacia la puerta. Entre el comportamiento tan extraño de su amiga y los nervios que se habían apoderado de ella como por arte de magia, no la dejaban pensar con claridad.
Al abrir la puerta, la sorpresa y el desconcierto hicieron que el vaso que Patricia llevaba en la mano se estrellara contra el suelo. Tan solo le salió un “Hola”, no pudo articular palabra alguna, tan solo salió corriendo como si le fuera la vida en ello. En menos de lo que esperaba corrió el kilómetro que le dirigía hacia la playa. Cuando llegó, Patricia callo abatida al suelo. El cansancio, la falta de oxígeno y la figura de Cristina frente hicieron que se rompiera en mil pedazos. Decidió sentarse cerca de la orilla para pensar y procesar lo ocurrido.
-¿Se puede saber que coño te pasa? No hace falta que vuelvas a salir corriendo, se ha quedado en casa- dijo Elena jadeando por el esfuerzo de ir tras Patricia.
-¿Me puedes explicar que coño hace ella aquí? ¿Me puedes explicar que coño esta pasando Elena?-dijo Patricia enfadada.
-Tu querías respuestas, muy bien, aquí las tienes ,ahora que por fin puedes resolver todas tus dudas, coges y sales corriendo. Muy maduro por tu parte Patri. ¡No hay quien te entienda! Y te diré lo que hace ella aquí. Le dije que iba a pasar el verano contigo, así que le sugerí que se pasara por aquí. He de decirte que se va a quedar con nosotras a pasar el verano-dijo Elena con sonrisa burlona.
-¿Qué qué? ¿Qué se va aquedar todo el verano? ¿En casa, con nosotras?- dijo Patri exaltada.
-¡No, se va a quedar con el vecino, no te parece! Si, se quedará con nosotras, así que espero que te comportes y dejes de salir corriendo-dijo Elena.
-¿Y por qué narices no me has dicho nada? ¡Las cosas no funcionan así! ¡No tenías ningún derecho a mentirme de esta manera!-dijo Patricia enfadada.
-Contigo si funcionan así, no quería mentirte, pero si te lo hubiera dicho no habrías venido y no podía arriesgarme a eso. Ahora no lo ves, pero tarde o temprano me lo agradecerás-dijo Elena tirando de Patri dirección a casa.
La situación era demasiado tensa a la vez que extraña. Volver a tener cerca a Cristina después de tanto tiempo le hacía sentirse feliz a Patri, pero también la desconcertaba. ¿Por qué habría ido hasta allí? ¿Por qué razón habría vuelto aparecer de esa manera en su vida? Toda esta situación era una locura.
El día había sido largo y Cris decidió irse a dormir. Elena y Patri se quedaron solas y Elena comprendió que tenía que actuar y ponerle las pilas a su amiga.
-Se ha recorrido 400 kilómetros para llegar hasta ti. Lo ha dejado todo por venir hasta aquí y tu te dedicas a pasar del tema y a ignorarla. Estáis en la misma habitación pero tu estas a cientos de Kilómetros, ¿se puede saber por qué te comportas de esta manera?-dijo Elena enfadada.
-¿Y qué pretendes que haga? ¿Qué actue como si todo estuviera bien? Pues lo siento pero no puedo. Ella fue la que la que salió de mi vida sin decir adiós y se presenta de nuevo como un elefante en una cacharrería-dijo Patri alterada.
-¿Y no te has parado a pensar por qué ha dejado todo para venir hasta aquí? ¡Joder Patri, que ha dado la espalda a una beca de estudios por venir arreglar las cosas contigo!- dijo Elena.
-¿Qué ha hecho que? ¡No me lo puedo creer! ¡Yo no pedí nada de esto!-dijo Patri gritando.
-No, no lo has pedido, pero ella lo necesitaba, si dejaba escapar esta oportunidad jamás se lo iba a perdonar. Patri, es la primera vez después de cinco años que he vuelto a ver a Cris con ese brillo en la mirada, ha recuperado la ilusión, la alegría. Ha vuelto a sonreír de la manera en que lo hacía cinco años atrás. Solo te pido que dejes el orgullo de lado y le des la oportunidad de explicarse. Todos nos merecemos una segunda oportunidad. Piénsalo.- Dijo Elena acariciando a Patri.
-Ele, no se trata de dar o no dar una segunda oportunidad, no se trata de tener orgullo o no tenerlo. Esto va mucho mas allá de todo. Se trata de desenterrar sentimientos que me costó años superar. ¿Tu sabes que me costó dos años superar todo esto? ¿Sabes de la manera en que me cambió?¿Sabes lo que lloré, lo que sufrí? Desde luego que no tienes idea de por lo que he pasado, sino no me estarías pidiendo esto, si lo supieras no la habrías metido en mi vida de esta manera- dijo Patricia con la cara bañada en lágrimas.
-Cariño, si te digo y hago todo esto no es por qué no me importes o por qué quiera verte sufrir. Lo hago porque te conozco, lo hago porque te quiero, porque quiero verte feliz y porque se que si no le das la oportunidad de explicarse jamás te lo perdonarás. Lo se, te conozco- dijo Elena abrazando a Patri.
-No quiero volver a perderla. No puedo volver a pasar por lo mismo. Sería incapaz de soportarlo nuevamente-dijo Patri sin soltar a Elena.
-Esta vez solo depende de ti. Piénsalo. Las oportunidades no pasan dos veces por la misma puerta-dijo Elena besando la mejilla de su amiga.
Tras la conversación de la noche anterior, Patri apenas pudo conciliar el sueño. Se dispuso a vestirse cuando vio sobre la mesita de noche un papel que decía:
Me he ido de compras al centro, no vendré hasta la noche y como se que volverás a salir corriendo, me he encargado de quitaros las llaves a ambas para que podáis hablar las cosas tranquilamente. Se que en estos momentos me odias, pero también se que me lo terminarás agradeciendo. Te Quiero. Elena.
-¡Maldita sea! ¡No puede ser verdad! ¡Yo la mato!-decía Patricia gritando.
Se terminó de vestir y se dispuso a bajar a la cocina. Con un poco de suerte Cris aun estaría durmiendo y ella podría intentar irse de alguna manera, pues no estaba preparada para una conversación con Cris.
Patricia se dirigió hacia la puerta pero estaba cerrada con llave y las ventanas de la parte baja de la casa tenían rejas, por lo que no tenía escapatoria alguna.
-¡Definitivamente estas bien jodida Patricia!- se decía así misma.
Finalmente se resigno, así que decidió sentarse a desayunar y después ya pensaría en algo, pero antes de que pudiera hacer nada, Cris apareció por las escaleras dirección a la cocina.
-Buenos días, ¿qué tal has dormido?-dijo Cristina nerviosa.
-Fatal, no he podido pegar ojo- dijo Patri sonriendo.
-Ya puedo notarlo, menudas ojeras tienes, pero te ves increíble-dijo Cris sonrojándose
-Gracias. La verdad es que tu también estas genial. Muy cambiada. Es lo que tiene ¿no?, cinco años dan para mucho- dijo Patrcia mirándola a los ojos.
Estas palabras rompieron en mil pedazos a Cristina. Por mucho que se esforzaba en ocultarlo, la tristeza inundó la cara de Cris. Patri comprendió que había hurgado en la herida y verla sufrir de esa manera le resultaba doloroso y mucho más si ella era la causante de provocar ese dolor. Nunca la pudo ver sufrir. Era algo que le podía.
-Lo siento, no era mi intención-dijo Patri.
-No, esta bien, cinco años dan para mucho tienes razón- dijo Cris con lágrimas en los ojos.
Patri no podía aguantar la situación, deseaba abrazarla y eliminar todo ese dolor, como sucedía siempre en un pasado. Pero no podía, algo le frenaba. Una barrera invisible las separaba.
-Lo siento. Siento aparecer en tu vida de esta manera. Siento ponerte en esta situación. Siento como me comporté cinco años atrás. Siento haberte hecho daño- dijo Cris llorando.
-¿Pero por qué? ¿Por qué lo hiciste?-dijo Patri intentando controlar las lágrimas que se agolpaban en sus ojos.
-Estoy aquí para contarte el por qué de todo, para darte respuesta a tus preguntas si aun quieres escucharlas-dijo Cristina.
Había llegado el momento, lo que Patri llevaba deseando desde hacia ya cinco años, y esta vez no iba a salir corriendo.
-Dejarte ir Patri, ha sido lo más difícil que he tenido que hacer en mi vida. Cuando te fuiste, parte de mi se fue contigo. No solo perdí a mi amiga, si no a la persona que me hacía sonreír, la persona que me enseño el significado de esa palabra cuando ya lo tenía olvidado. Se fue la persona que me daba una razón por la que levantarme cada mañana. Creo que después de tanto tiempo te mereces toda la verdad. Con el paso del tiempo, me di cuenta de que te quería más de lo que imaginaba. Me enamoré de ti y no tuve valor para aceptarlo. Me entró pánico y salí corriendo. No quería perderte porque mis sentimientos te asustaran y cuando te fuiste mi mundo se vino abajo. La sola idea de estar enamorada de ti y pensar en no volver a verte me mataba, y desaparecer de tu vida pensaba que sería lo mejor para ti y para mi. Dejarte creer durante todo este tiempo que nunca me importaste, ha sido algo que me ha ido matando poco a poco. Lo siento, y se que estas disculpas llegan demasiado tarde. Pero no podía vivir por más tiempo dejándote pensar que nunca me importaste-dijo Cris llorando desconsoladamente.
-¿Por qué lo hiciste Cris? ¿Por qué lo has callado durante tanto tiempo? Yo jamás habría salido corriendo. ¿Tienes idea de lo que ha sido vivir pensando que nunca te importé?¿Vivir con la pregunta de que hice mal?-dijo Patri sin poder aguantar mas las lágrimas.
-Hacerte daño es algo que nunca me perdonare. No puedo cambiar lo que hice, ojala y pudiera dar marcha atrás y actuar de manera diferente ¡Pero no puedo!-dijo Cris desconsolada.
Patricia no lo pudo resistir. Verla de aquella manera, tan vulnerable, tan rota, le pudo. Se acercó hacia ella y la abrazó con fuerza. Todos los miedos, todas las barreras que habían, desaparecieron con ese abrazo. Sentirla tan cerca le rompía los esquemas, a la vez que le llenaba de paz. Seguía causando ese efecto sobre ella. Ahora entendía muchas cosas y le asustaba los sentimientos que Cristina despertaba en ella. Quizás, ahora si podía contestar a la pregunta que nunca supo dar respuesta. Siempre, estuvo enamorada de Cris, solo que nunca supo verlo.
La situación había cambiado y ambas lo sintieron en ese abrazo. Pero ninguna se atrevía a dar el siguiente paso. El día fue espectacular, la conexión que en un pasado les unió estaba presente y nuevos sentimientos aparecieron con gran fuerza entre ambas chicas. Llegó la noche y con ella Elena y al ver la sonrisa de Cris supo que su plan había funcionado, se notaba en el ambiente.
Tras la cena, Patricia decidió irse a dar un paseo por la playa, necesitaba estar sola para así poder poner en orden sus sentimientos y pensar acerca de todo lo que había pasado en los últimos días.
-Lo hice Elena, le conté toda la verdad- dijo Cris.
-¿Y, como ha reaccionado? ¿Qué te ha dicho?- preguntó Elena con curiosidad.
-Simplemente me abrazó y se quedó a mi lado toda la tarde conversando- dijo Cris.
-¿Y, a qué esperas para dar el siguiente paso? Ambas sabemos que sigues enamora de ella, nunca has dejado de estarlo. No te mientas Cris y si no lo intentas, jamás te lo perdonaras. Además, puedo decirte que ella siente lo mismo. Es algo muy evidente. La manera en que habla de ti, como te mira, ella también te quiere. Estáis destinadas a estar juntas y lo sabes-dijo Elena con rotundidad.
-¿ Y si no es así? ¿Y si te equivocas y solo me ve como una amiga?- preguntó Cris-
-¡Y si, y si! ¡Déjate de tantos y sis Cris. Yo soy tu amiga y te quiero, pero desde luego no te miro de la misma manera en que lo hace ella. Mira Cris, quien no arriesga no gana, y si la dejas escapar por miedo, no lo podrá soportar y la perderás y esta vez para siempre-dijo Elena.
Cris se que quedó pensativa, reflexionando acerca de lo que su amiga le había dicho. Ya la perdió una vez por miedo y esta vez no volvería a cometer ese error.
Cuando Patri llego de su paseo por la playa, se encontró con Cris dormida en el sofá. Realmente parecía un ángel, la paz que le transmitía era inmensa. Se dio cuenta, de que ella, era lo que siempre había estado buscando. Antes de irse a dormir decidió dejarle una nota que decía:
"Estas realmente preciosa cuando duermes. Has sido, eres y siempre serás mi ángel."
Al día siguiente, las tres se levantaron temprano para ir a pasar un día de playa. Cris al ver la nota no pudo reprimir las lágrimas, sintió un fuerte impulso de coger a Patricia y besarla con todas sus fuerzas, pero ya llegaría esa ocasión.
Tras la comida, Elena fue hablar con Patricia, la cual se encontraba en el porche sumida en sus pensamientos.
-Pequeña, tengo que darte una mala noticia. Me acaban de llamar del trabajo y me tengo que volver hoy mismo. Además, mi trabajo aquí ya esta terminado-dijo Elena con una gran sonrisa.
-¡Estás mintiendo! ¡No te atrevas a negármelo! ¿Por qué diablos quieres irte? ¿Y de qué trabajo cumplido hablas?- dijo Patricia con frustración.
-Es cierto, te estoy mintiendo, pero tenía que intentarlo jaja. Mira Patri, mi función era juntaros a las dos y lo he conseguido. Lo que pase de aquí en adelante es cosa tuya. Mira pequeña, el destino con un poco de mi ayuda, os ha juntado después de cinco años. No la dejes escapar. Se que estas enamorada de ella, te conozco. Así que no dejes escapar esta segunda oportunidad. Estáis destinadas a estar juntas-dijo Elena abrazándola.
Y Elena se fue. Dejando que la vida hiciese su trabajo y que el destino actuase. Pasaban los días y la complicidad entre ellas aumentaba por segundos. El deseo que sentía Patricia hacia Cristina, crecía con una fuerza abrumadora, deseaba besarla, hacerla suya, pero ya llegaría ese momento.
Era Sábado por la noche, ambas chicas se encontraba en casa cuando en la radio sonó la canción que cinco años atrás, ambas bautizaron como suya. Sus miradas se cruzaron, ambas reconocieron la canción al instante. De repente, Cris salto del solfa y se plato frente a Patricia.
-¿Bailas conmigo?-dijo Cris mordiéndose el labio inferior.
-Es nuestra canción- dijo Patricia tomándola por la cintura.
-Pensé que no lo recordarías- dijo Cris atrayéndola mas hacia su cuerpo.
-Jamás podría olvidarlo, como jamás he dejado de pensar en ti- dijo Patri mirándola a los ojos para finalmente terminar besándola en los labios.
Ambas se fundieron en un beso que fue acompañado de tiernas caricias. Por fin la vida les devolvía lo que cinco años atrás les robó.
Cris comenzó a desabrochar la camisa de Patricia mientras recorría su cuello dándole dulces besos. La ternura poco a poco fue dejando paso a la pasión. Las ganas de ser solo una aumentaban con cada beso. Los gemidos se intensificaban con cada caricia, con cada mirada, con cada beso. Cris, tumbó sobre la cama a Patricia y la empezó a besar con más pasión aun si cabe que antes.
-Por fin voy hacer lo que llevo cinco años deseando. Te voy hacer mia hoy y para siempre-dijo Cris susurrándole al oído.
Cris empezó a recorrer el cuerpo de Patri con su lengua, recorriendo cada rincón de su cuerpo. La excitación de Patricia era inmensa, incontenible. Las caricias cubrían su cuerpo. Nunca le habían hecho el amor con la ternura y pasión que Cris lo estaba haciendo. El poco control que quedaba en Patricia, desapareció cuando Cris llego hasta su sexo para hacerla perder la cabeza. Fue el momento más mágico e increíble que Patricia había vivido nunca. Se pasaron la noche haciendo el amor, disfrutando de todo el deseo, la magia y el amor que el tiempo les había robado.
A la mañana siguiente, cuando Patricia despertó abrazada a Cristina supo que estaba enamorada de ella, que era lo que realmente quería en su vida. Deseó poder detener el tiempo en ese instante y que durase para siempre, pero supo que el verano no iba a durar eternamente, y que tarde o temprano tendrían que volver a separarse. Tan solo el hecho de imaginar perderla de nuevo, destrozo el corazón de Patricia.
Cuando Cris se despertó, a su lado no había nadie. Tembló ante la idea de pensar en que todo había sido un sueño, pero no podía ser así, todo había sido demasiado real. Bajó corriendo a la cocina y se encontró con una Patricia desolada, llorando sin consuelo alguno. Cris no lo podía soportan, no podía verla llorar.
-Cariño, ¿qué sucede? ¿por qué lloras?-dijo Cris preocupada.
-Porque te quiero. Porque siempre he estado enamorada de ti y nunca quise verlo o no supe hacerlo. Porque solo contigo puedo ser realmente feliz. Porque te perdí hace cinco años y no puedo y no quiero volver a perderte. Porque tengo miedo. Porque te amo-dijo Patri con los ojos hinchados de tanto llorar.
-Mi vida, esto no se termina aquí, ni esta noche, ni cuando termine el verano. Porque mi felicidad esta donde tu estés, porque solo contigo puedo ser feliz. Porque no pienso volver a dejarte escapar. Porque tu eres mi vida. Porque te amo, y siempre ha sido así-dijo Cris abrazándola.
Ambas se fundieron en un abrazo en que el tiempo de detuvo y solo existían ellas dos y ese momento.
-Nunca podría volver a separarme de ti. Ya no-dijo Cris mirándola a los ojos.
-¡Vayámonos a vivir juntas-le salió como de la nada a Patricia.
-Pense que jamás me lo propondrías. Lo único que quiero es estar a tu lado-le dijo Cris sonriéndola.
Ha pasado un año desde aquel verano en que el destino las volvió a unir. A día de hoy, Patricia y Cristina viven su amor con la fuerza y pasión que el pasado, los miedos y la juventud les robaron.
----------------------------------------------------------------------------------------------------------
La Teta Feliz Historias y Relatos ® Naiara Derechos Reservados
©
Todos los derechos reservados. Esta publicación no puede ser
reproducida, ni en todo ni en parte, registrada o transmitida por un
sistema de recuperación de información, en ninguna forma ni por ningún
medio, sea mecánico, fotoquímico, electrónico, magnético, electroóptico,
por fotocopia o cualquier otro, sin el permiso previo, por escrito, del
autor.
Bonita historia!
ResponderEliminarDifinitivamente esta historia me encanto..!!!
ResponderEliminarDaniella
Hermosa historia y muy real .. felicitaciones...por tan lindo relato
ResponderEliminar