Buen día a todos los que aún siguen la
historia, disculpen la tardanza, pero tengo un nuevo empleo y se me ha ido un
poco la inspiración, espero recuperarla pronto.
CAPITULO 14 SORPRESAS II
Dos días más tarde…
El silencio llenó la sala, las palabras de
Greer que en otra ocasión habrían sido motivo de vítores y celebraciones, salvo
que la posibilidad feliz del hecho ahora se miraba, imposible. Aun así, Keinji
comprendió la importancia del cuidado del manejo de la información en este
crucial evento, sería por demás cauteloso.
—Viejo amigo, son dichosas las noticias…—
Sonrió con audaz habilidad teatral, al parecer una habilidad ampliamente
desarrollada a lo largo de la vida, pero mucho más en ese mes y medio que durante
todo su reinado. —Tanto como para preparar un baile y dar la buena nueva al
reino, pero dado que las nupcias no han tenido lugar y sería inadecuado sin
añadir la bendición de los dioses a este nuevo linaje, espero sepas guardar la
buena nueva hasta que la ocasión sea propicia y podamos expresar nuestra
alegría como debe hacerse—
—Mi lealtad y mi voluntad son suyas… lo sabe
bien— Inclinó su cabeza de melena platino con adoración al monarca.
—Lo sé Koisuke, lo sé y no olvido lo que
prometí para la hermosa Miyu Greer Condesa de Lark, predio que le será
entregado la próxima semana. Sé que no puedo ofrecerte al primero de mis hijos,
como agradecimiento por la lealtad que me profesas y que no es, lo más adecuado
para una hija menor, pero ella se deberá a Natsuki como si de un príncipe se
tratara, incluso si no es la primera a sus ojos… aún es un honor inimaginable—
La mirada inescrutable del rey sobre su siervo añadió peso a la promesa
proferida.
—Y mi hija no podría ser más honrada de lo
que esto es… posible— Se inclinó más a través de su reverencia si es que era
posible.
—Ve pronto y prepara a tu hija, de ahora en
más dormirá en la habitación contigua, los sirvientes ya conocen estas
directrices.— Añadió antes de tomar asiento en la silla del despacho del Rey.
Una vez a solas, Arashi observó a su padre
con un desdén inimaginable. Si se había contenido de hablar era solo porque no
quería revelar su vergüenza más allá de lo necesario, ya que, si por él mismo
fuera la dama sería apedreada por adulterio como ocurría bastantes siglos
atrás. —¿Incluso ahora pretendes que se realice la boda? Puedo entender tu
juego con mi hermana, dadas las circunstancias incluso puedes entregarle a
Shizuru y no refutaré en lo más mínimo. Una cosa es que Natsuki por el deber la
hubiera tomado, pero ser el tercero o el cuarto en su cama, por decir
amablemente algún número. Eso es… repugnante—
—Hijo, ¿y piensas seriamente que fuiste el
primero en las faldas de Lady Nao Yuuki de Julieth?— Keinji no sabía si reírse
o parecer serio ante ese aspecto, como hombre no daba valor a la virtud de una
mujer cuando había sido conocida por otros, aunque la mayoría querían el trato
de una doncella.
—Es diferente padre, ella es solo una
concubina… y pobre de aquel que la despose. Pero estamos hablando de la zorra
amatista, la que supuestamente sería mi esposa y en cuyo vientre impío se está
gestando el bastardo de algún señor de la corte, solo por pensar en que al
menos tenga sangre noble… parece lamentable decir que los esmeros de mi hermana
por pretender ser un hombre, no fueron suficiente para saciar la pasión de
esta… mujerzuela— Reprochó.
—Se cuidadoso muchacho, a las serpientes se
las decapita para eludir el veneno— Negó con la cabeza. —Este es un secreto que
debemos guardar, Natsuki no debe enterarse y dejaremos que piense que es tuyo…
ni a la madre habremos de informarle de este hecho por el momento, sabrá como
todos que está encinta, el día de la boda—
—¿Y aún esperas que me case con ella?— El
fastidio era palpable en su rostro. —Le cedo tal ‘honor’ a Natsuki, si es que
está tan obsesionada con esa cualquiera…—
—No se ofertó a otro que no fueras tú,
Akihiro no solicitaría menos para su única hija y cualquier otra cosa es guerra
segura—
—Siento decir padre, que eso no pasará… no me
encontrarás aquí para la fecha, esta vez seré mucho más cuidadoso sobre mis
pasos— Amenazó con una sonrisa altiva en su rostro, cualquier cosa por no ser
un cornudo y ‘padre’ de un bastardo.
—¿Quieres la libertad de un plebeyo?
¿Querrías entonces el trato de uno?— Keinji levantó una de sus cejas negras,
tan similares a las del muchacho frente a él, ahora en verdad se lamentaba de
haber malcriado a sus hijos, concediéndoles cuanto capricho… aunque a Natsuki
la cohibiera un poco más, era una princesa ¡Dioses!
—¿Qué?— Arashi pensó que el viejo tendría que
estar bromeando, sus razones eran justas, ¡por todos los cielos!
—Desobedeciste las órdenes del Rey, ¡Estarías
en la horca de no ser por tu hermana!— Increpó señalando acusatoriamente. —Yo
te exigí estar aquí para recibir a la princesa, pero elegiste cobardemente la
huida y Natsuki se llevó el honor de matar al Ogro que atacó a Lady Shizuru; si
hubieses estado aquí, tu hermana jamás hubiera tenido que tomar tu lugar,
entregar su doncellez ni tomar la de Fujino; si ella hubiera conocido un hombre
diestro en las artes amatorias como tú y no un pálido reflejo, es posible que
sus acciones infieles no ocurrieran en primer lugar y ahora yo estaría
celebrando que mi primer nieto estuviera en camino, ¡Pero no! ¡Salvo por las
incidencias del lecho, tu hermana se ha comportado mucho mejor que el hijo
varón, el príncipe heredero al que elegí por voluntad!—
—¡Es mi derecho! ¡Soy el primogénito!—
—No… no lo eres, Arashi— Admitió derrotado el
monarca. —Y si procuras escapar otra vez, aunque tenga que obligar a Natsuki a
tomar tu nombre permanentemente y tú tengas que permanecer en el exilio o una
podrida mazmorra hasta que lo reconsideres de una maldita vez. ¡Aprenderás que
soy el Rey y mi voluntad esta para ser obedecida!—
—No… tu no harías cosa semejante— Temió al
ver la cólera del padre, como nunca la contempló antes, más de la amenaza lo
primero fue lo que angustió al Hati Adamente… —Mientes…— Pensando en la
imposibilidad de ser el futuro Rey.
—El día del nacimiento, tu madre exigió que
su nana estuviera haciendo las veces de Dula, además claro de la presencia de
Koisuke… mi médico de confianza. Durante el parto la nana Mirash observó la
mano de uno de mis hijos salir lo suficiente y ella ató un lazo de seda azul en
la pequeña muñeca… se advertía que mi hijo sería un niño fuerte, era un augurio
maravilloso, simboliza “lo hacedores de caminos, aquellos que forjan su
propio destino”. Algunos minutos después, presenciamos el milagro de la
vida y ningún hombre en esta tierra fue más dichoso que yo al tenerte entre mis
brazos, fuiste mi orgullo y pese a que la seda no estaba en tu mano, supuse que
se quedó en el interior de tu madre… haría que Mirash lo retirara con
delicadeza. Sin embargo, a mi espalda oí el llanto de otro pequeño bulto de
alegría, y ella era una niña preciosa… mi felicidad podría ser, tan infinita
como las estrellas en el cielo, si no fuera porque la seda había sido atada a
su mano, ella fue la primera en conocer este mundo y por derecho, a pesar de
tí, sería la poseedora del trono y del tesoro. Fui necio y terco, me negué a
esa verdad, no concedería a mi niñita preciosa tomar una espada en su mano o
hacerse tan fría como la corona lo exige, yo tenía un vástago varón para tales
fines, un hombre que cuidara el reino y a su hermana menor… así que exigí
guardar el secreto a la nana, so pena de apartarla de Saeko y mis dos pequeños
querubines. Fue por tal miedo, que ella jamás dijo nada…— Keinji bajó la mirada
al suelo. —Natsuki es la legítima heredera de la corona de Fukka, el simple hecho
de que posea el tesoro, el Arc Adamante que el Hati le concedió portar, le da
la autoridad para retarte y saben los dioses que no estoy seguro de cuál de mis
dos hijos sería el vencedor de un duelo semejante—
—Padre no puedes permitir esto…— Se negaba a
pensar que fuera la sombra de la más joven, estaba molesto por lo de la
princesa de Tsu, pero sí observaba las circunstancias estaba consciente de que
una gran porción de culpa reposaba en sus hombros, su hermana fue seducida por
esa ingrata mujer. —Soy el heredero, Natsuki no es más que una niña que no
tiene la menor idea de cómo gobernar un reino, está deslumbrada por Fujino… y
cuando sepa de su embarazo, de su traición. La aborrecerá, y entonces todo
volverá a ser como antes, podemos revelar esta infidelidad… sus padres
suplicarán perdón por la falta de su hija y tendrán que respetar los acuerdos,
meramente por resarcir su honor—
—Tal vez ella muera, puede ser juzgada por
sus actos, pero no pasaran por alto la incapacidad de su esposo. Si conceden
alguna parte del convenio, será… insignificante en comparación con lo que hoy
tendríamos—
—Me niego a desposarla, tendría que yacer con
ella para que al menos alguien pudiera creer que ese hijo es mío y no pienso
tomar a una mujer tan miserable. Faltarle a mi nombre y peor aún, romper el
lazo que había entre hermanos. Por esa desgraciada ahora Natsuki me detesta y
¿tú estás dispuesto a mandar a tu único hijo varón a un agujero para cubrir su
desliz? ¿Porque? ¿Por un par de feudos?—
—Arashi… no comprendes que no se te dio por
esposa a Shizuru porque fuera virtuosa o extremadamente hermosa, aunque son
gracias que se aprecian y ahora resultan una falacia, no es más que su dote y
la alianza que con su enlace ha traído lo que es apreciable del matrimonio, que
fuera virgen me tiene sin cuidado, no cuando negocie con su padre, no lo fue
entonces y ahora sigue sin ser un asunto de cuidado— Fruncía el ceño revelando
ante el hijo mayor la cara más oscura que hasta entonces hubiera mostrado jamás
el Rey. —Aprenderás que un monarca ve más allá de las circunstancias que nacen
de la emoción, si he concedido una aberración tal que ha condenado a mi amada
hija por tus impertinentes actos, ha sido viendo más allá de todo. Junto a Tsu,
Fukka se ha convertido en el reino más grande del continente, los puertos de su
país con el punto estratégico que permitiría a cualquier nación expandirse a
las colonias de la tierra del sur, con el paso de Meng, el comercio será
extraordinario puesto que poseemos ahora el mejor acceso a los dos océanos ¿y
tú, sólo puedes pensar en el himen roto de una doncella?—
—Pienso en que, por ambición aceptarías que
el futuro rey después de mí, sea el bastardo de otro hombre—
—Si es niña, la conservarán sus abuelos… si
es varón, tendremos que prescindir de él, los niños son frágiles y las
enfermedades toman a muchos de ellos en la edad temprana, no se ha visto en
príncipes durante dos siglos, pero… puede darse la casualidad—
—Entonces me desposaras con ella, tendré que
esperar a que nazca el hijo de otro, mientras este se burla a mis espaldas de
mí… ¿realmente piensas que podemos esconder una cosa como esta?—
—Hijo, aún no hay rumores sobre esta
traición, cualquier hombre que entienda el valor de su vida, hará bien en
esconder el hecho de haberse acostado con la esposa del príncipe real, pues un
rumor como ese le costará la vida al que osó tanto—
—No si se ignora quién fue el autor—
—Arashi, es evidente que no estás listo para
reinar… ya he pensado en cada detalle. Haré que un Druida de Zet venga, sé que
pueden encontrar un lazo de sangre, un artificio que usamos en esta casa para
garantizar que nuestros hijos sean nuestros y no de otro hombre— Sonrió
maquiavélico. —No dudaba de tu madre, pero tu abuelo sí… cuando ustedes
vinieron al mundo, aunque el parecido era innegable, se hizo la ceremonia—
—Así sabré que infame tomó a la prometida del
futuro Rey—
—Y será eliminado sin ninguna consideración,
previa exposición de a quien pudiera haberle relatado sus hazañas—
—Y los otros? ¿Los que no son el padre de ese
bastardo?—
—Seguramente hay otros trucos que un Druida
pueda ocupar para revelar tal cosa… todos ellos morirán Arashi y tu honor
estará restablecido—
—Y qué hay de ella, ¿no recibirá ningún
castigo?—
—Su hijo muerto, o su hija entregada a los
Fujino, a quienes les revelaremos esta situación convenientemente en el momento
adecuado— Mantuvo un semblante adusto, no imaginó que tuviera que recurrir a
artimañas semejantes cuando se hizo con la corona. —En este punto, exigimos al
primer hijo varón de su casa para la nuestra y tu te asegurarás que sea tuyo,
ella lo quiera o no—
—sigue siendo repugnante padre—
—Piensa en ella como la cualquiera que es
hijo, no tienes que ser un caballero con una esposa, puedes darle la misma
posición que a la “señorita Yuuki”—
—¿Y Mai?—
—Supuse que lo habías superado, entiendo que
odias compartir con tu hermana, pero es muy posible que eso ya haya ocurrido…—
El rey suspiró y tomó un sorbo de su copa de vino. —La doncellas que ordenan la
habitación de Natsuki, me informaron sobre el hecho de que ambas ocuparon el
mismo lecho, la noche en la que… Lady Tokiha se ofreció tan entusiasta para ser
la prometida de Natsuki y ella al menos puede ofrecer enlaces importantes a
nuestra casa, Miyu será concubina de tu hermana meramente para complacencia
suya, sé que tarde o temprano se aburrirá de Mai como tú lo hiciste y no quiero
que ella o el tesoro, consideren apartarse de Fukka, porque a diferencia de ti,
el Arc Adamante no es reemplazable muchacho, su sola existencia mantiene a raya
a nuestros enemigos y ahora la Kvinne Rød también nos pertenece, otra razón
para conservar a Shizuru, aunque sea tan fogosa… intenta ser tú quien saque
provecho de eso—
—Entonces será, rebajada a la posición de una
prostituta… pues ese lugar se dio a sí misma— Respondió Arashi, ahora con la
sensación de reivindicar su propio honor y colateralmente el de Natsuki, el
hecho de que esa mujer hubiera sido infiel durante las actuaciones de su
hermana, era un acto imperdonable igualmente y se aseguraría de ser, un esposo
despreciable para hacerle pagar el daño que esa mujer le hizo a su familia.
—E intenta, recuperar a tu hermana…
seguramente lo de Lady Tokiha no es más que un acto de celos pasajero y también
intentará usar a tu hermana para atacar tu ego, haz que entienda la posición
honorable que le diste ¿No tienes a cada doncella de este palacio interesada en
meterse en tus pantalones? Procura recuperarla, dudo en realidad que tu hermana
sienta algo más que fraternidad por ella y si ocurrió algo fue tal vez por un
lío de copas— Informó el rey antes de beber su copa y levantarse para salir.
—Ahora tengo una reunión con los Reyes Blan, acuerdos fructíferos que han
surgido tras la voz de tus nupcias… así que no lo arruines hijo, porque será la
última oportunidad que pueda darte… muéstrame que eres digno y a pesar del
destino, la corona seguirá reposando en tu cabeza. Falla y serás rebajado a la
posición de un plebeyo, arrastrándote a los pies de la Reina Natsuki Kruger el
Arc Adamante… circunstancias que obligarían el que deba conocer un hombre con
algún fin fructífero, ¿y en verdad podrías vivir con tal cosa en tu
consciencia?—
—No padre, yo no fallaré— Reverenció al
mayor, consciente de lo mucho que perdería. Extrañamente saber que su hermana
pudo con el cargo había sido una espina inmensa en su orgullo, sin mencionar
que ahora que ella parecía interesada en la posibilidad solo por la esperanza
de poseer a Shizuru, por alguna razón extraña hacía más deseable el trono y a
la mujer cuyo lecho asaltaría esa noche.
—Bien… hasta pronto— Se acercó y le dio en
beso en la frente al más joven, antes de marcharse al encuentro de los Blan.
*
*
*
Esa mañana era la peor para la joven princesa
de Tsu, al despertar había encontrado en su cama la desagradable compañía de su
esposo, el real, no el que en sueños había estado esperando ver al abrir sus
bellos ojos sangría. Náuseas y aquella arruga en la frente como cuando tenía
pesadillas, no sería la primera vez de casi vomitar sobre el príncipe Arashi en
los dos días anteriores, para tranquilizarse pensaba en aquel olor a canela que
provenía de sus largos cabellos cobalto, aquella piel nívea y suave; odiaba que
todo había sido abruptamente cambiado, un ángel por un ser cuya barba se notaba
no haber sido cuidada en varios días, un vomitivo olor a tabaco además de una
más corta cabellera, que aunque era cobalto, no le generaba el mayor interés de
siquiera tocarla.
Cerró los ojos esperanzada en que todo aquello
no fuera más que una pesadilla, pero al volverlos a abrir se había encontrado
con el mismo cuadro por lo que con el mayor sigilo se levantó de aquella cama
sin más opciones que salir a enfrentar su realidad, moría de hambre, ese día en
especial, quería matar su depresión en el desayuno, algunos panquecitos, leche
tibia y un poco de fruta, eso le haría mejorar su estado de ánimo, salió de la
habitación media hora después ya ataviada con su vestido favorito, dejando aun
dormido al príncipe, en el pasillo la esperaba con cara triste su prima quien
había arribado el día anterior siendo informada de las terribles noticias
directamente por la afectada, se miraron un instante incapaces de articular
palabra alguna, un asentimiento por parte de las dos y en silencio continuaron
su camino hasta el comedor donde toda la energía que había esperado se renovará
había sucumbido ante lo que sus orbes rubíes observaban con sorpresa.
—Di ah… — la pelirroja sostenía en su mano
una cuchara con lo que parecía hojuelas de maíz con leche y se la ofrecía a una
sonrojada Natsuki.
—Primero prueba mi pudin alteza...mi padre me
ordenó hacerlo en la mañana— otra mujer de cabellos grises y mirada tan roja
como la de Fujino, se hallaba sentada al lado contrario de la morena
sosteniendo de igual forma una cuchara con lo que parecía pudin de chocolate.
—¿Enserio esto es necesario? tengo manos
¿saben?— los ojos esmeralda se detuvieron en la entrada de la estancia
ignorando por completo la mirada de ambas mujeres —Shizuru...—
—Ara ara, veo que Kruger ya disfruta de las
atenciones de sus dos mujeres— cerró los ojos procurando guardar la compostura
mientras se giraba de regreso a la salida —Nina por favor le indicas a la
servidumbre me lleven el desayuno a la sala, no quiero importunar está feliz
reunión— a lo que la de ojos magma se inclinó para, posteriormente dirigirse a
la cocina.
—Ya se me quito el apetito,— el diamante
plateado se levantó de la mesa tirando la servilleta sobre esta —Voy a entrenar
un poco— caminó hasta la puerta de la manera más tranquila que su corazón
agitado le permitía, salió al pasillo y arranco a correr esperando poder
alcanzar a la princesa de Tsu.
—Shizuru…¿podemos hablar?— Extendió el brazo
tomando parte del volado del vestido color Borgoña que llevaba la castaña.
—Por favor no me toques, no estamos solas— la
gracia Amatista continuó dándole la espalda a la morena sin ser capaz de
observarla.
—¿Podemos hablar en privado un momento?—
Natsuki se desprendió del agarre del vestido con visible tristeza, siendo
consciente de la presencia de Akira a su lado y de algunos soldados que
vigilaban los pasillos, ¿en qué momento los habían colocado allí?
—No creo que sea prudente alteza, su padre me
ha ordenado no permitirles ningún tipo de acercamiento— musito la fiel
guardiana mientras se inclinaba.
—Tienes lo que querías, disfruta de la
libertad al lado de dos mujeres que ahora se desviven por tus deseos— la
castaña se giró sonriéndole con esa máscara que pensaba la morena, estaba en el
olvido, luego volvió a emprender el camino alejándose lo más rápido que sus
pasos le permitían pues las lágrimas se anegaban en la cuna de sus ojos
sangría. Al llegar a la sala les ordenó a los soldados que la seguían, no fuera
molestada más que por su prima, cerró la puerta recostándose en ella
permitiendo que las lágrimas fluyeran sin ya esforzarse por controlarlas más,
sintiendo que el pecho le quemaba se abrazó a sí misma deslizando su espalda
hasta quedar sentada en el suelo.
—Hermanita, buenos días— Arashi se arreglaba
la chaqueta al tiempo que caminaba hasta la morena muy sonriente.
—Genial, lo que me faltaba— el diamante
plateado frunció el ceño al divisar la figura de uno que justo en ese momento
estaba dispuesta a asesinar.
—Mou, que son esas maneras de recibir a tu
hermano— el mayor abrió los brazos de forma dramática hacia la joven princesa.
—¿Qué quieres?— la princesa siguió de largo
ignorando los brazos abiertos de su gemelo.
—Solo quiero hacer las paces con mi hermanita
menor— la siguió posando su brazo sobre los hombros de la Kruger menor.
—No tengo tiempo para estas estupideces—
sacudió los hombros desprendiéndose de aquel mimo que la incomodaba —Tengo
practica con la espada—
—¿Tan temprano? y que se le va a hacer, son
las cosas de no tener el talento para ello, te toca esforzarte demás,— el
ojiverde encogió los hombros restándole importancia.
—¡Saca tu maldita espada Arashi!— la morena
se giraba iracunda extendiendo el brazo hasta posar la mano sobre su arma.
—Alteza por favor, conténgase— “si esta es
su manera de hacer las paces...está buscando más una muerte a lo pendejo”
Pensó la guardiana que se interponía entre los hermanos mientras colocaba la
mano sobre la de la princesa que ya tomaba la empuñadura de su arma.
—¿También te ordeno protegerlo a él Akira?—
Posó sus ojos esmeralda sobre los amatista que se veían impasibles, más ninguna
respuesta fue obtenida por parte de su ahora no tan fiel guardiana —Déjame
sola, tu lealtad ya no está conmigo, solo sirve bien a quien te paga por tus
servicios— mucho más molesta, le dio una última mirada fría a su hermano para
luego girar sobre sus talones y buscar la salida de ese maldito castillo.
Corrió hacia el bosque olvidándose por
completo de su práctica con la espada, necesitaba sacar de su sistema todo
aquello que la estaba sobrepasando, se detuvo al notar la presencia de alguien
más a su espalda.
—Te dije que me dejaras sola ¿porque diablos
me sigues?—
—Mi deber es protegerla alteza— las palabras
de Akira se notaban con mucha determinación.
—¡Déjame en paz! tú le debes fidelidad a tu
amo, el futuro rey, no es conmigo con quien debes estar—
—Yo...mi lealtad es para con mi señora,
disculpe mis palabras, pero...su hermano es un imbécil con una corona que no
merece— los ojos amatista brillaron de ira al saber injusto el trato que estaba
recibiendo la princesa de Fuuka.
—Entonces...porque no me dejaste hablar con
ella...—
—En verdad lo siento alteza, pero ahora mismo
el rey ha ordenado una estricta vigilancia sobre ambas, y no solo se teme a lo
que pueda causar su proximidad, los rumores son los que su majestad intenta
evitar—
Lo había imaginado, de todos modos, allí
estaba esa miserable inquietud. —Ayer…¿sabes dónde pasó mi hermano la noche?—
—No le hará bien saberlo, Alteza— Entristeció
un poco la pelinegra en armadura.
—Con ella, es evidente...— No era idiota,
claro que sabía cuánto tardaría en reclamarla a ella y a su cuerpo ese maldito
imbécil.
—Pero dicen que su salud no... ha mejorado,
las doncellas la escuchan devolver los alimentos no mucho después de que los
consume y que su estado— se aclaró la garganta. —Desalentaría el ímpetu de
cualquier hombre—
—Sugieres que ella no ha...— Tragó saliva.
—¿intimado con él?—
—Del mismo modo que usted, tampoco ha tomado
a sus doncellas— Se atrevió a decir con una sonrisa pícara en los labios.
—Pero nada significa si no me dirige al menos
la palabra, necesito saber que pasa... necesito respuestas con tal
desesperación— Golpeó la primera cosa que encontró en su camino y resultó ser
la corteza de un árbol, la cual no fue muy gentil con sus nudillos.
—Si tanta es su pena...— Sopesó la guardiana,
sabiendo que se jugaba la orca si el Rey llegara a saberlo. —¿Por qué no acude
a ella cuando nadie las vea? La noche es sigilosa por una razón y no
permanecerán despiertos todos en el castillo al llegar la madrugada—
—Hay apostados guardias a la entrada, no
creas que no he intentado colarme— Claro que había ido, incluso volver al
disfraz de su hermano, pero con él vagabundeando por ahí, era muy arriesgado.
—Nadie dijo que use la puerta, dicen alteza, que
cuando la puerta se cierra, una ventana se abre— Mantuvo su sonrisa la joven
Okuzaki.
—Je, eso queda a considerables pies de altura
junto a un barranco, en un lugar un tanto escarpado; un paso en falso y vería
mi irremediable muerte— Frunció el ceño pensando en sus posibilidades, aun
quería existir para conocer la respuesta de la joven, de ser preferible viva y
enterita.
—¿No es lo que sueñan todas las doncellas?
¿Un acto loco y atrevido que muestre a la dama su amor? Así al menos tendría
con que disimular el asunto del desayuno, ella en realidad parecía agraviada—
Añadió.
—Bien Okuzaki, veo a quien has servido tu
lealtad y no puedo más que estar agradecida, pues no puedo aportar a nuestro
convenio los beneficios que un Rey si podría... así que te ofrezco mi amistad
genuina— No iba a ocultar esa verdad, pero por los dioses que Natsuki era
demasiado leal cuando alguien se ganaba su confianza. —Iremos esta noche, y si
es mi destino morir presa de las rocas en la base del peñasco, así será.
—Le aseguro que no pensé en riqueza cuando me
alisté para aspirar ser caballero— Inclinó la cabeza. —Si lo dice así, será un
honor escoltarle, sea el amor o la muerte, no hay empresas más valerosas—
—Preparemos todo entonces... necesito una
cuerda lo suficientemente larga y el Arc Adamante, ropas para la noche,
descansemos entonces para estar alertas cuando la diosa luna adorne el
firmamento— Palmeo el hombro de su custodia y se encaminaron hacia el mercado
para conseguir lo necesario sin despertar sospechas en el castillo. —“Esta
noche te veré lo quieras o no y me dirás la verdad... princesa”—
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que se entren del embarazo antes que el plan del rey llegue a su fin
ResponderEliminarNo nos abandones plis... Todos los días miro a ver si actuañizaste. Que no se vaya esa inspiración vamooos.!
ResponderEliminarEspero que puedas seguir escribiendo tú historia. En espera de más capítulos
ResponderEliminarLo siento, yo actualice hace algunos días, me preocupa es la salud de Jjaxxel, ojalá se encuentre bien, me puedes encontrar en wattpad 🙃
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