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Serenpidia - Eldest88 - Capítulo 14

Buen día a todos los que aún siguen la historia, disculpen la tardanza, pero tengo un nuevo empleo y se me ha ido un poco la inspiración, espero recuperarla pronto.


CAPITULO 14 SORPRESAS II
Dos días más tarde…
El silencio llenó la sala, las palabras de Greer que en otra ocasión habrían sido motivo de vítores y celebraciones, salvo que la posibilidad feliz del hecho ahora se miraba, imposible. Aun así, Keinji comprendió la importancia del cuidado del manejo de la información en este crucial evento, sería por demás cauteloso.

—Viejo amigo, son dichosas las noticias…— Sonrió con audaz habilidad teatral, al parecer una habilidad ampliamente desarrollada a lo largo de la vida, pero mucho más en ese mes y medio que durante todo su reinado. —Tanto como para preparar un baile y dar la buena nueva al reino, pero dado que las nupcias no han tenido lugar y sería inadecuado sin añadir la bendición de los dioses a este nuevo linaje, espero sepas guardar la buena nueva hasta que la ocasión sea propicia y podamos expresar nuestra alegría como debe hacerse—
—Mi lealtad y mi voluntad son suyas… lo sabe bien— Inclinó su cabeza de melena platino con adoración al monarca.
—Lo sé Koisuke, lo sé y no olvido lo que prometí para la hermosa Miyu Greer Condesa de Lark, predio que le será entregado la próxima semana. Sé que no puedo ofrecerte al primero de mis hijos, como agradecimiento por la lealtad que me profesas y que no es, lo más adecuado para una hija menor, pero ella se deberá a Natsuki como si de un príncipe se tratara, incluso si no es la primera a sus ojos… aún es un honor inimaginable— La mirada inescrutable del rey sobre su siervo añadió peso a la promesa proferida.
—Y mi hija no podría ser más honrada de lo que esto es… posible— Se inclinó más a través de su reverencia si es que era posible.
—Ve pronto y prepara a tu hija, de ahora en más dormirá en la habitación contigua, los sirvientes ya conocen estas directrices.— Añadió antes de tomar asiento en la silla del despacho del Rey.
Una vez a solas, Arashi observó a su padre con un desdén inimaginable. Si se había contenido de hablar era solo porque no quería revelar su vergüenza más allá de lo necesario, ya que, si por él mismo fuera la dama sería apedreada por adulterio como ocurría bastantes siglos atrás. —¿Incluso ahora pretendes que se realice la boda? Puedo entender tu juego con mi hermana, dadas las circunstancias incluso puedes entregarle a Shizuru y no refutaré en lo más mínimo. Una cosa es que Natsuki por el deber la hubiera tomado, pero ser el tercero o el cuarto en su cama, por decir amablemente algún número. Eso es… repugnante—
—Hijo, ¿y piensas seriamente que fuiste el primero en las faldas de Lady Nao Yuuki de Julieth?— Keinji no sabía si reírse o parecer serio ante ese aspecto, como hombre no daba valor a la virtud de una mujer cuando había sido conocida por otros, aunque la mayoría querían el trato de una doncella.
—Es diferente padre, ella es solo una concubina… y pobre de aquel que la despose. Pero estamos hablando de la zorra amatista, la que supuestamente sería mi esposa y en cuyo vientre impío se está gestando el bastardo de algún señor de la corte, solo por pensar en que al menos tenga sangre noble… parece lamentable decir que los esmeros de mi hermana por pretender ser un hombre, no fueron suficiente para saciar la pasión de esta… mujerzuela— Reprochó.
—Se cuidadoso muchacho, a las serpientes se las decapita para eludir el veneno— Negó con la cabeza. —Este es un secreto que debemos guardar, Natsuki no debe enterarse y dejaremos que piense que es tuyo… ni a la madre habremos de informarle de este hecho por el momento, sabrá como todos que está encinta, el día de la boda—
—¿Y aún esperas que me case con ella?— El fastidio era palpable en su rostro. —Le cedo tal ‘honor’ a Natsuki, si es que está tan obsesionada con esa cualquiera…—
—No se ofertó a otro que no fueras tú, Akihiro no solicitaría menos para su única hija y cualquier otra cosa es guerra segura—
—Siento decir padre, que eso no pasará… no me encontrarás aquí para la fecha, esta vez seré mucho más cuidadoso sobre mis pasos— Amenazó con una sonrisa altiva en su rostro, cualquier cosa por no ser un cornudo y ‘padre’ de un bastardo.
—¿Quieres la libertad de un plebeyo? ¿Querrías entonces el trato de uno?— Keinji levantó una de sus cejas negras, tan similares a las del muchacho frente a él, ahora en verdad se lamentaba de haber malcriado a sus hijos, concediéndoles cuanto capricho… aunque a Natsuki la cohibiera un poco más, era una princesa ¡Dioses!
—¿Qué?— Arashi pensó que el viejo tendría que estar bromeando, sus razones eran justas, ¡por todos los cielos!
—Desobedeciste las órdenes del Rey, ¡Estarías en la horca de no ser por tu hermana!— Increpó señalando acusatoriamente. —Yo te exigí estar aquí para recibir a la princesa, pero elegiste cobardemente la huida y Natsuki se llevó el honor de matar al Ogro que atacó a Lady Shizuru; si hubieses estado aquí, tu hermana jamás hubiera tenido que tomar tu lugar, entregar su doncellez ni tomar la de Fujino; si ella hubiera conocido un hombre diestro en las artes amatorias como tú y no un pálido reflejo, es posible que sus acciones infieles no ocurrieran en primer lugar y ahora yo estaría celebrando que mi primer nieto estuviera en camino, ¡Pero no! ¡Salvo por las incidencias del lecho, tu hermana se ha comportado mucho mejor que el hijo varón, el príncipe heredero al que elegí por voluntad!—
—¡Es mi derecho! ¡Soy el primogénito!—
—No… no lo eres, Arashi— Admitió derrotado el monarca. —Y si procuras escapar otra vez, aunque tenga que obligar a Natsuki a tomar tu nombre permanentemente y tú tengas que permanecer en el exilio o una podrida mazmorra hasta que lo reconsideres de una maldita vez. ¡Aprenderás que soy el Rey y mi voluntad esta para ser obedecida!—
—No… tu no harías cosa semejante— Temió al ver la cólera del padre, como nunca la contempló antes, más de la amenaza lo primero fue lo que angustió al Hati Adamente… —Mientes…— Pensando en la imposibilidad de ser el futuro Rey.
—El día del nacimiento, tu madre exigió que su nana estuviera haciendo las veces de Dula, además claro de la presencia de Koisuke… mi médico de confianza. Durante el parto la nana Mirash observó la mano de uno de mis hijos salir lo suficiente y ella ató un lazo de seda azul en la pequeña muñeca… se advertía que mi hijo sería un niño fuerte, era un augurio maravilloso, simboliza “lo hacedores de caminos, aquellos que forjan su propio destino”. Algunos minutos después, presenciamos el milagro de la vida y ningún hombre en esta tierra fue más dichoso que yo al tenerte entre mis brazos, fuiste mi orgullo y pese a que la seda no estaba en tu mano, supuse que se quedó en el interior de tu madre… haría que Mirash lo retirara con delicadeza. Sin embargo, a mi espalda oí el llanto de otro pequeño bulto de alegría, y ella era una niña preciosa… mi felicidad podría ser, tan infinita como las estrellas en el cielo, si no fuera porque la seda había sido atada a su mano, ella fue la primera en conocer este mundo y por derecho, a pesar de tí, sería la poseedora del trono y del tesoro. Fui necio y terco, me negué a esa verdad, no concedería a mi niñita preciosa tomar una espada en su mano o hacerse tan fría como la corona lo exige, yo tenía un vástago varón para tales fines, un hombre que cuidara el reino y a su hermana menor… así que exigí guardar el secreto a la nana, so pena de apartarla de Saeko y mis dos pequeños querubines. Fue por tal miedo, que ella jamás dijo nada…— Keinji bajó la mirada al suelo. —Natsuki es la legítima heredera de la corona de Fukka, el simple hecho de que posea el tesoro, el Arc Adamante que el Hati le concedió portar, le da la autoridad para retarte y saben los dioses que no estoy seguro de cuál de mis dos hijos sería el vencedor de un duelo semejante—
—Padre no puedes permitir esto…— Se negaba a pensar que fuera la sombra de la más joven, estaba molesto por lo de la princesa de Tsu, pero sí observaba las circunstancias estaba consciente de que una gran porción de culpa reposaba en sus hombros, su hermana fue seducida por esa ingrata mujer. —Soy el heredero, Natsuki no es más que una niña que no tiene la menor idea de cómo gobernar un reino, está deslumbrada por Fujino… y cuando sepa de su embarazo, de su traición. La aborrecerá, y entonces todo volverá a ser como antes, podemos revelar esta infidelidad… sus padres suplicarán perdón por la falta de su hija y tendrán que respetar los acuerdos, meramente por resarcir su honor—
—Tal vez ella muera, puede ser juzgada por sus actos, pero no pasaran por alto la incapacidad de su esposo. Si conceden alguna parte del convenio, será… insignificante en comparación con lo que hoy tendríamos—
—Me niego a desposarla, tendría que yacer con ella para que al menos alguien pudiera creer que ese hijo es mío y no pienso tomar a una mujer tan miserable. Faltarle a mi nombre y peor aún, romper el lazo que había entre hermanos. Por esa desgraciada ahora Natsuki me detesta y ¿tú estás dispuesto a mandar a tu único hijo varón a un agujero para cubrir su desliz? ¿Porque? ¿Por un par de feudos?—
—Arashi… no comprendes que no se te dio por esposa a Shizuru porque fuera virtuosa o extremadamente hermosa, aunque son gracias que se aprecian y ahora resultan una falacia, no es más que su dote y la alianza que con su enlace ha traído lo que es apreciable del matrimonio, que fuera virgen me tiene sin cuidado, no cuando negocie con su padre, no lo fue entonces y ahora sigue sin ser un asunto de cuidado— Fruncía el ceño revelando ante el hijo mayor la cara más oscura que hasta entonces hubiera mostrado jamás el Rey. —Aprenderás que un monarca ve más allá de las circunstancias que nacen de la emoción, si he concedido una aberración tal que ha condenado a mi amada hija por tus impertinentes actos, ha sido viendo más allá de todo. Junto a Tsu, Fukka se ha convertido en el reino más grande del continente, los puertos de su país con el punto estratégico que permitiría a cualquier nación expandirse a las colonias de la tierra del sur, con el paso de Meng, el comercio será extraordinario puesto que poseemos ahora el mejor acceso a los dos océanos ¿y tú, sólo puedes pensar en el himen roto de una doncella?—
—Pienso en que, por ambición aceptarías que el futuro rey después de mí, sea el bastardo de otro hombre—
—Si es niña, la conservarán sus abuelos… si es varón, tendremos que prescindir de él, los niños son frágiles y las enfermedades toman a muchos de ellos en la edad temprana, no se ha visto en príncipes durante dos siglos, pero… puede darse la casualidad—
—Entonces me desposaras con ella, tendré que esperar a que nazca el hijo de otro, mientras este se burla a mis espaldas de mí… ¿realmente piensas que podemos esconder una cosa como esta?—
—Hijo, aún no hay rumores sobre esta traición, cualquier hombre que entienda el valor de su vida, hará bien en esconder el hecho de haberse acostado con la esposa del príncipe real, pues un rumor como ese le costará la vida al que osó tanto—
—No si se ignora quién fue el autor—
—Arashi, es evidente que no estás listo para reinar… ya he pensado en cada detalle. Haré que un Druida de Zet venga, sé que pueden encontrar un lazo de sangre, un artificio que usamos en esta casa para garantizar que nuestros hijos sean nuestros y no de otro hombre— Sonrió maquiavélico. —No dudaba de tu madre, pero tu abuelo sí… cuando ustedes vinieron al mundo, aunque el parecido era innegable, se hizo la ceremonia—
—Así sabré que infame tomó a la prometida del futuro Rey—
—Y será eliminado sin ninguna consideración, previa exposición de a quien pudiera haberle relatado sus hazañas—
—Y los otros? ¿Los que no son el padre de ese bastardo?—
—Seguramente hay otros trucos que un Druida pueda ocupar para revelar tal cosa… todos ellos morirán Arashi y tu honor estará restablecido—
—Y qué hay de ella, ¿no recibirá ningún castigo?—
—Su hijo muerto, o su hija entregada a los Fujino, a quienes les revelaremos esta situación convenientemente en el momento adecuado— Mantuvo un semblante adusto, no imaginó que tuviera que recurrir a artimañas semejantes cuando se hizo con la corona. —En este punto, exigimos al primer hijo varón de su casa para la nuestra y tu te asegurarás que sea tuyo, ella lo quiera o no—
—sigue siendo repugnante padre—
—Piensa en ella como la cualquiera que es hijo, no tienes que ser un caballero con una esposa, puedes darle la misma posición que a la “señorita Yuuki”—
—¿Y Mai?—
—Supuse que lo habías superado, entiendo que odias compartir con tu hermana, pero es muy posible que eso ya haya ocurrido…— El rey suspiró y tomó un sorbo de su copa de vino. —La doncellas que ordenan la habitación de Natsuki, me informaron sobre el hecho de que ambas ocuparon el mismo lecho, la noche en la que… Lady Tokiha se ofreció tan entusiasta para ser la prometida de Natsuki y ella al menos puede ofrecer enlaces importantes a nuestra casa, Miyu será concubina de tu hermana meramente para complacencia suya, sé que tarde o temprano se aburrirá de Mai como tú lo hiciste y no quiero que ella o el tesoro, consideren apartarse de Fukka, porque a diferencia de ti, el Arc Adamante no es reemplazable muchacho, su sola existencia mantiene a raya a nuestros enemigos y ahora la Kvinne Rød también nos pertenece, otra razón para conservar a Shizuru, aunque sea tan fogosa… intenta ser tú quien saque provecho de eso—
—Entonces será, rebajada a la posición de una prostituta… pues ese lugar se dio a sí misma— Respondió Arashi, ahora con la sensación de reivindicar su propio honor y colateralmente el de Natsuki, el hecho de que esa mujer hubiera sido infiel durante las actuaciones de su hermana, era un acto imperdonable igualmente y se aseguraría de ser, un esposo despreciable para hacerle pagar el daño que esa mujer le hizo a su familia.
—E intenta, recuperar a tu hermana… seguramente lo de Lady Tokiha no es más que un acto de celos pasajero y también intentará usar a tu hermana para atacar tu ego, haz que entienda la posición honorable que le diste ¿No tienes a cada doncella de este palacio interesada en meterse en tus pantalones? Procura recuperarla, dudo en realidad que tu hermana sienta algo más que fraternidad por ella y si ocurrió algo fue tal vez por un lío de copas— Informó el rey antes de beber su copa y levantarse para salir. —Ahora tengo una reunión con los Reyes Blan, acuerdos fructíferos que han surgido tras la voz de tus nupcias… así que no lo arruines hijo, porque será la última oportunidad que pueda darte… muéstrame que eres digno y a pesar del destino, la corona seguirá reposando en tu cabeza. Falla y serás rebajado a la posición de un plebeyo, arrastrándote a los pies de la Reina Natsuki Kruger el Arc Adamante… circunstancias que obligarían el que deba conocer un hombre con algún fin fructífero, ¿y en verdad podrías vivir con tal cosa en tu consciencia?—
—No padre, yo no fallaré— Reverenció al mayor, consciente de lo mucho que perdería. Extrañamente saber que su hermana pudo con el cargo había sido una espina inmensa en su orgullo, sin mencionar que ahora que ella parecía interesada en la posibilidad solo por la esperanza de poseer a Shizuru, por alguna razón extraña hacía más deseable el trono y a la mujer cuyo lecho asaltaría esa noche.
—Bien… hasta pronto— Se acercó y le dio en beso en la frente al más joven, antes de marcharse al encuentro de los Blan.
*
*
*
Esa mañana era la peor para la joven princesa de Tsu, al despertar había encontrado en su cama la desagradable compañía de su esposo, el real, no el que en sueños había estado esperando ver al abrir sus bellos ojos sangría. Náuseas y aquella arruga en la frente como cuando tenía pesadillas, no sería la primera vez de casi vomitar sobre el príncipe Arashi en los dos días anteriores, para tranquilizarse pensaba en aquel olor a canela que provenía de sus largos cabellos cobalto, aquella piel nívea y suave; odiaba que todo había sido abruptamente cambiado, un ángel por un ser cuya barba se notaba no haber sido cuidada en varios días, un vomitivo olor a tabaco además de una más corta cabellera, que aunque era cobalto, no le generaba el mayor interés de siquiera tocarla. 
Cerró los ojos esperanzada en que todo aquello no fuera más que una pesadilla, pero al volverlos a abrir se había encontrado con el mismo cuadro por lo que con el mayor sigilo se levantó de aquella cama sin más opciones que salir a enfrentar su realidad, moría de hambre, ese día en especial, quería matar su depresión en el desayuno, algunos panquecitos, leche tibia y un poco de fruta, eso le haría mejorar su estado de ánimo, salió de la habitación media hora después ya ataviada con su vestido favorito, dejando aun dormido al príncipe, en el pasillo la esperaba con cara triste su prima quien había arribado el día anterior siendo informada de las terribles noticias directamente por la afectada, se miraron un instante incapaces de articular palabra alguna, un asentimiento por parte de las dos y en silencio continuaron su camino hasta el comedor donde toda la energía que había esperado se renovará había sucumbido ante lo que sus orbes rubíes observaban con sorpresa. 
—Di ah… — la pelirroja sostenía en su mano una cuchara con lo que parecía hojuelas de maíz con leche y se la ofrecía a una sonrojada Natsuki.
—Primero prueba mi pudin alteza...mi padre me ordenó hacerlo en la mañana— otra mujer de cabellos grises y mirada tan roja como la de Fujino, se hallaba sentada al lado contrario de la morena sosteniendo de igual forma una cuchara con lo que parecía pudin de chocolate.
—¿Enserio esto es necesario? tengo manos ¿saben?— los ojos esmeralda se detuvieron en la entrada de la estancia ignorando por completo la mirada de ambas mujeres —Shizuru...—
—Ara ara, veo que Kruger ya disfruta de las atenciones de sus dos mujeres— cerró los ojos procurando guardar la compostura mientras se giraba de regreso a la salida —Nina por favor le indicas a la servidumbre me lleven el desayuno a la sala, no quiero importunar está feliz reunión— a lo que la de ojos magma se inclinó para, posteriormente dirigirse a la cocina.
—Ya se me quito el apetito,— el diamante plateado se levantó de la mesa tirando la servilleta sobre esta —Voy a entrenar un poco— caminó hasta la puerta de la manera más tranquila que su corazón agitado le permitía, salió al pasillo y arranco a correr esperando poder alcanzar a la princesa de Tsu.
—Shizuru…¿podemos hablar?— Extendió el brazo tomando parte del volado del vestido color Borgoña que llevaba la castaña.
—Por favor no me toques, no estamos solas— la gracia Amatista continuó dándole la espalda a la morena sin ser capaz de observarla.
—¿Podemos hablar en privado un momento?— Natsuki se desprendió del agarre del vestido con visible tristeza, siendo consciente de la presencia de Akira a su lado y de algunos soldados que vigilaban los pasillos, ¿en qué momento los habían colocado allí?
—No creo que sea prudente alteza, su padre me ha ordenado no permitirles ningún tipo de acercamiento— musito la fiel guardiana mientras se inclinaba. 
—Tienes lo que querías, disfruta de la libertad al lado de dos mujeres que ahora se desviven por tus deseos— la castaña se giró sonriéndole con esa máscara que pensaba la morena, estaba en el olvido, luego volvió a emprender el camino alejándose lo más rápido que sus pasos le permitían pues las lágrimas se anegaban en la cuna de sus ojos sangría. Al llegar a la sala les ordenó a los soldados que la seguían, no fuera molestada más que por su prima, cerró la puerta recostándose en ella permitiendo que las lágrimas fluyeran sin ya esforzarse por controlarlas más, sintiendo que el pecho le quemaba se abrazó a sí misma deslizando su espalda hasta quedar sentada en el suelo.
—Hermanita, buenos días— Arashi se arreglaba la chaqueta al tiempo que caminaba hasta la morena muy sonriente.
—Genial, lo que me faltaba— el diamante plateado frunció el ceño al divisar la figura de uno que justo en ese momento estaba dispuesta a asesinar. 
—Mou, que son esas maneras de recibir a tu hermano— el mayor abrió los brazos de forma dramática hacia la joven princesa.
—¿Qué quieres?— la princesa siguió de largo ignorando los brazos abiertos de su gemelo.
—Solo quiero hacer las paces con mi hermanita menor— la siguió posando su brazo sobre los hombros de la Kruger menor.
—No tengo tiempo para estas estupideces— sacudió los hombros desprendiéndose de aquel mimo que la incomodaba —Tengo practica con la espada— 
—¿Tan temprano? y que se le va a hacer, son las cosas de no tener el talento para ello, te toca esforzarte demás,— el ojiverde encogió los hombros restándole importancia.
—¡Saca tu maldita espada Arashi!— la morena se giraba iracunda extendiendo el brazo hasta posar la mano sobre su arma.
—Alteza por favor, conténgase— “si esta es su manera de hacer las paces...está buscando más una muerte a lo pendejo” Pensó la guardiana que se interponía entre los hermanos mientras colocaba la mano sobre la de la princesa que ya tomaba la empuñadura de su arma.
—¿También te ordeno protegerlo a él Akira?— Posó sus ojos esmeralda sobre los amatista que se veían impasibles, más ninguna respuesta fue obtenida por parte de su ahora no tan fiel guardiana —Déjame sola, tu lealtad ya no está conmigo, solo sirve bien a quien te paga por tus servicios— mucho más molesta, le dio una última mirada fría a su hermano para luego girar sobre sus talones y buscar la salida de ese maldito castillo.
Corrió hacia el bosque olvidándose por completo de su práctica con la espada, necesitaba sacar de su sistema todo aquello que la estaba sobrepasando, se detuvo al notar la presencia de alguien más a su espalda.
—Te dije que me dejaras sola ¿porque diablos me sigues?—
—Mi deber es protegerla alteza— las palabras de Akira se notaban con mucha determinación.
—¡Déjame en paz! tú le debes fidelidad a tu amo, el futuro rey, no es conmigo con quien debes estar— 
—Yo...mi lealtad es para con mi señora, disculpe mis palabras, pero...su hermano es un imbécil con una corona que no merece— los ojos amatista brillaron de ira al saber injusto el trato que estaba recibiendo la princesa de Fuuka.
—Entonces...porque no me dejaste hablar con ella...—
—En verdad lo siento alteza, pero ahora mismo el rey ha ordenado una estricta vigilancia sobre ambas, y no solo se teme a lo que pueda causar su proximidad, los rumores son los que su majestad intenta evitar—
Lo había imaginado, de todos modos, allí estaba esa miserable inquietud. —Ayer…¿sabes dónde pasó mi hermano la noche?—
—No le hará bien saberlo, Alteza— Entristeció un poco la pelinegra en armadura.
—Con ella, es evidente...— No era idiota, claro que sabía cuánto tardaría en reclamarla a ella y a su cuerpo ese maldito imbécil.
—Pero dicen que su salud no... ha mejorado, las doncellas la escuchan devolver los alimentos no mucho después de que los consume y que su estado— se aclaró la garganta. —Desalentaría el ímpetu de cualquier hombre—
—Sugieres que ella no ha...— Tragó saliva. —¿intimado con él?—
—Del mismo modo que usted, tampoco ha tomado a sus doncellas— Se atrevió a decir con una sonrisa pícara en los labios.
—Pero nada significa si no me dirige al menos la palabra, necesito saber que pasa... necesito respuestas con tal desesperación— Golpeó la primera cosa que encontró en su camino y resultó ser la corteza de un árbol, la cual no fue muy gentil con sus nudillos.
—Si tanta es su pena...— Sopesó la guardiana, sabiendo que se jugaba la orca si el Rey llegara a saberlo. —¿Por qué no acude a ella cuando nadie las vea? La noche es sigilosa por una razón y no permanecerán despiertos todos en el castillo al llegar la madrugada—
—Hay apostados guardias a la entrada, no creas que no he intentado colarme— Claro que había ido, incluso volver al disfraz de su hermano, pero con él vagabundeando por ahí, era muy arriesgado.
—Nadie dijo que use la puerta, dicen alteza, que cuando la puerta se cierra, una ventana se abre— Mantuvo su sonrisa la joven Okuzaki.
—Je, eso queda a considerables pies de altura junto a un barranco, en un lugar un tanto escarpado; un paso en falso y vería mi irremediable muerte— Frunció el ceño pensando en sus posibilidades, aun quería existir para conocer la respuesta de la joven, de ser preferible viva y enterita.
—¿No es lo que sueñan todas las doncellas? ¿Un acto loco y atrevido que muestre a la dama su amor? Así al menos tendría con que disimular el asunto del desayuno, ella en realidad parecía agraviada— Añadió.
—Bien Okuzaki, veo a quien has servido tu lealtad y no puedo más que estar agradecida, pues no puedo aportar a nuestro convenio los beneficios que un Rey si podría... así que te ofrezco mi amistad genuina— No iba a ocultar esa verdad, pero por los dioses que Natsuki era demasiado leal cuando alguien se ganaba su confianza. —Iremos esta noche, y si es mi destino morir presa de las rocas en la base del peñasco, así será.
—Le aseguro que no pensé en riqueza cuando me alisté para aspirar ser caballero— Inclinó la cabeza. —Si lo dice así, será un honor escoltarle, sea el amor o la muerte, no hay empresas más valerosas—
—Preparemos todo entonces... necesito una cuerda lo suficientemente larga y el Arc Adamante, ropas para la noche, descansemos entonces para estar alertas cuando la diosa luna adorne el firmamento— Palmeo el hombro de su custodia y se encaminaron hacia el mercado para conseguir lo necesario sin despertar sospechas en el castillo. —“Esta noche te veré lo quieras o no y me dirás la verdad... princesa”


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4 comentarios:

  1. que se entren del embarazo antes que el plan del rey llegue a su fin

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  2. No nos abandones plis... Todos los días miro a ver si actuañizaste. Que no se vaya esa inspiración vamooos.!

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  3. Espero que puedas seguir escribiendo tú historia. En espera de más capítulos

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    1. Lo siento, yo actualice hace algunos días, me preocupa es la salud de Jjaxxel, ojalá se encuentre bien, me puedes encontrar en wattpad 🙃

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