Capítulo 1.
Si Yolanda echaba la vista atrás su vida
le parecía una mala película, una pesadilla desabrida. Fue una niña feliz y una adolescente reservada. Desde que su
memoria alcanzaba a dibujar, sus padres
habían sido el pilar de su vida. Su padre hijo único, su madre hija única y
ella misma hija única. Yolanda, cuando era pequeña, envidiaba esas familias extensas, esas comidas
en torno a una larga mesa llena de familiares ruidosos y glotones, llenas de
niños alegres y abuelos amorosos. Sus padres tuvieron muchísimas dificultades
para concebir y su madre se quedó embarazada bien entrada en la cuarentena,
cuando las esperanzas de ambos detener descendencia ya casi estaban perdidas.
Los recuerdos navideños de Yolanda se reducían a una mesa excelentemente
decorada en la que se sentaban el padre de su madre (su abuelo Juan), la madre
de su padre (su abuela Julia), su padre, su madre y ella. Pero aunque fueran
pocos alrededor de la mesa, recordaba villancicos y juegos, matasuegras y
sombreros.
Todos los miembros de
su familia disfrutaban de una posición económica más que desahogada. Siempre se
sintió muy querida. Ambos abuelos la malcriaban considerablemente y aunque por
ese lado siempre corrió el riesgo de ser una pequeñaja consentida y caprichosa,
curiosamente sus padres siempre la condujeron con mano amorosa pero firme, muy
firme. Todo ello hizo de ella una niña alegre y cariñosa, educada y
equilibrada.Pero todo comenzó a torcerse cuando tenía 12años. Su abuela Julia
falleció repentinamente de un infarto dejando un terrible agujero en su alma,
pero lo peor llegó cuando contaba 14. Sus padres murieron en un accidente de tráfico y Yolanda se
convirtió en una adolescente retraída y taciturna. La había criado su abuelo
Juan y no podía decir que no se hubiera sentido querida, pero ese
tremendo hueco en su alma marcó su adolescencia por completo. Juan la
sobreprotegía hasta extremos casi insanos,es por ello que nunca tuvo muchos
amigos. Para acompasar sus soledades
ambos viajaban, viajaban mucho. Así despertó en Yolanda una tremenda afición
por el arte, que pronto hizo objeto de su formación y más tarde motivo de
profesión.
Natalia era la mejor
amiga de Yolanda. Sus familias se conocían desde hacía muchos años y ellas
también. Fueron juntas al colegio y al instituto y se movían en los mismos
círculos, por tanto fue un hecho casi natural que ambas se hicieran muy amigas.
Natalia era todo lo contrario a Yolanda, era simpática y extrovertida y siempre
estaba rodeada de una cohorte de chicas y chicos que querían ser sus amigos.
Pero ella siempre había preferido a Yolanda por encima de todos los demás.
Era el último año de Instituto y Natalia
comenzó a salir con Jaime. Hasta entonces ninguna de las dos chicas había
tenido novio, pero Jaime se encaprichó de Natalia y ella se dejó querer.
Yolanda tenía sentimientos contrapuestos. Por una parte deseaba que Natalia
fuera feliz, pero por otra, además de sentir una sensación extraña que no sabía
explicar, temía que la fuera dando de
lado para pasar cada vez más tiempo con su novio.
Natalia: Jaime
me ha dicho que a su amigo Daniel le gustas mucho
Yolanda: ¿Yo?
Natalia: Pues claro, tú. ¿Por qué no ibas a gustarle
si eres guapísima?
Yolanda :¿Yo? Soy alta, flacucha y desgarbada. No sé
dónde me ves la belleza
Natalia: ¿Será por ese precioso pelo negro ondulado
que luces? ¿Será por esos ojos verdes tan arrebatadoramente vivos que tienes?
¿Será por esa boca grande y de labios carnosos? ¿Será porque eres la chica más
inteligente que conozco? ¿Será porque eres terriblemente generosa y leal?...
espera, déjame que piense por qué será…
Yolanda: ¡Mira
que eres gansa!. De todas formas, Daniel no me gusta a mí
Natalia: ¡Cómo que no te gusta! ¡Pero si es
guapísimo! Y además es encantador.
Yolanda: Tienes razón, pero no me veo de novia con él
Natalia: ¿Cómo vas a saberlo si ni siquiera lo
intentas? ¡Mira que eres sosa! Sería perfecto, Jaime y Daniel amigos, nosotras
amigas, los cuatro juntos…
Yolanda: No sé yo…
Natalia: A ti lo que te pasa es que tienes miedo.
Nunca has tenido novio y te da pánico no
saber qué hacer con él
Yolanda: Pues a lo mejor es eso, no sé
Natalia: Eso lo arreglo yo fácil. Ven, te voy a
enseñar cómo se besa y así cuando Daniel lo haga, tú no te sentirás como una auténtica pardilla
Yolanda: No sé…
Natalia: ¡Cómo que no sabes! Ven aquí. Cierra los ojos y entreabre tus
labios
Yolanda obedeció. Se mojó los labios y
entreabrió su boca. Sentía la respiración de su amiga muy cerca y enseguida
notó cómo los labios de Natalia se posaban en los suyos. Sintió una agradable
sensación cálida en su cuerpo. Enseguida sintió la lengua de Natalia abriéndose
paso en su boca y cuando ambas lenguas se juntaron notó un chispazo en su
vientre. Sintió un cálido flujo de dopamina
regando sus músculos, una corriente de endorfina inundando su cerebro y
una sensación de bienestar adueñándose
de su cuerpo. Abrió los ojos y la vio frente a ella, volvió a cerrarlos y
respondió juguetona con su lengua. No se tocaban, pero ninguna dejaba de besar
a la otra. Se mordían suaves los labios, jugueteaban con sus lenguas
manteniendo el contacto húmedo y la profundidad del beso, más allá de lo que
hubiera sido una simple demostración. Cuando se separaron apenas podían respirar.
Yolanda todavía sentía un intenso hormigueo por todo su cuerpo y cuando abrió
los ojos para mirar a Natalia observó cómo ésta bajaba la vista.
Natalia: Ves, no es tan difícil. Ya sabes hacerlo.
Voy a llamar a Jaime y decirle que esta noche vamos a quedar
los cuatro.
Antes de que Yolanda pudiera abrir la
boca Natalia ya estaba hablando con Jaime y concertando una cita para esa
noche.
Natalia: Listo.
Esta noche saldremos a cenar y a bailar con los chicos. Jaime y Daniel pasarán a buscarme a
las nueve de la noche y después pasaremos a por ti. Estate preparada para las
nueve y cuarto. Adiós
Antes de que Yolanda
pudiera articular palabra Natalia ya
estaba fuera de su vista. El beso la había dejado terriblemente
confundida. No sabía qué pensar. Le
había gustado, y mucho, sobre eso no tenía duda, pero se había sentido tan
extraña besando a su amiga. Y se había sentido tan bien. Decidió espantar los
pensamientos de su mente y centrarse en la cita doble que tendrían a la noche.
Tampoco sabía muy bien cómo se sentía respecto a eso. Es cierto que Daniel era
un chico guapo y amable, pero le costaba imaginarse con él. Pero claro, si no
probaba nunca sabría.
Fue a su casa y le comentó a su abuelo
que esa noche saldría. Él, como es lógico se interesó por ello y cuando le
comentó que había quedado con Natalia, Jaime y Daniel, a su abuelo se le
iluminó la cara. Daniel era un chico de muy buena familia, decía, educado y
buen chaval y estaba encantado de que, por fin,con casi dieciocho años estuviera
barajando por primera vez en su vida la posibilidad de echarse novio.
Yolanda: Vamos a ver, abuelo, Daniel no es mi novio
Abuelo: Bueno, no lo es pero podría serlo. Y ya iba siendo hora de que
le echaras el ojo a alguno. Ya estaba empezando a preocuparme
Yolanda: ¿A preocuparte de qué?
Abuelo: Ya sabes
Yolanda: No, no lo sé
Abuelo. Venga, vale, no te pongas así. No se puede
hablar contigo
Yolanda: Todo lo contrario. Lo que quiero es que hables
conmigo y me expliques de qué estabas empezando a preocuparte
Abuelo: Yo ya me entiendo. Déjalo, anda y sube a prepararte que al final vas a llegar tarde.
Su abuelo salió del
salón y allí se quedó Yolanda por segunda vez ese día sola y desconcertada, no entendiendo nada de lo
que estaba pasando. De nuevo.
Subió a su habitación y se metió en la
ducha. Estaba nerviosa y no sabía exactamente por qué. Entonces sonó el
teléfono.
Natalia: Hola, guapa. ¿Qué tal?
Yolanda: Bien. Acabo de ducharme. Oye, Natalia, no
tengo muy claro lo de salir esta noche los cuatro juntos
Natalia: Pero, ¿por qué?
Yolanda: Es que no creo que Daniel me guste. Y si de
verdad yo le gusto a él como tú dices, no quisiera darle falsas esperanzas
Natalia: ¡Ay, eres una agonías! ¿Por qué tienes que darle
tantas vueltas a todo? Solo vamos a
salir, vamos a divertirnos y lo que tenga que pasar pasará.
Yolanda: Vale
Natalia: Nos
vemos luego. Recuerda que pasaremos a
buscarte a las nueve y cuarto. No nos hagas esperar. Por cierto, lo mejor será
que esta noche me quede a dormir en tu
casa para que me lo cuentes todo.
Yolanda: ¡Pero qué gansa eres! La verdad es que no sé
si va a haber mucho que contar. Además estaremos los cuatro juntos, así que lo
que sea que pase lo vas a presenciar en vivo y en directo. Pero si quieres
quedarte a dormir en casa, por mi encantada.
Eligió un vestido negro corto de media
manga y se dejó el pelo suelto. Se
maquilló suavemente y mientras se colocaba los pantys negros se seguía
preguntando cómo se había dejado convencer
por su amiga. Eran las nueve y
diez. Se calzó unos zapatos negros de tacón, se puso un pañuelo rojo al
cuello, cogió un bolso del mismo color y bajó al salón donde se encontraba de nuevo su
abuelo.
Abuelo: ¡Qué guapísima estás, hija mía!
Yolanda: Gracias abuelo
Abuelo: Mirándote me doy cuenta de lo mayor que te
has hecho. Ya eres toda una mujer
Yolanda
(sonriéndole): No sé a qué hora volveré. Pero tranquilo, seguro que los chicos nos
acompañaran a casa. Ah, por cierto, Natalia se va a quedar a dormir aquí
conmigo
Natalia: Estupendo, cariño. Pásatelo bien
Entonces sonó el timbre. Yolanda miró al
cielo, resopló y se dijo mentalmente“bueno,
allá vamos”.
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Hola que bueno leer otra vez una historia tuya gracias eres genial
ResponderEliminarHola, las vacaciones ya se van acabando. la semana que viene vuelvo a la rutina. Mientras tanto, a ver si te gusta la historia. Un abrazo
EliminarParece interesante la historia esperamos anciosa otro capitulo y por faaa no nos hags esperar si ???besos
ResponderEliminaruyyy se me hace interesante esta historia,encantada tambien de poder leerte de nuevo,espero mas capis jeje besos desde Argentina Despistada!!!
ResponderEliminarBy:Lourdes Avalos
Hola Lourdes. Gracias por comentar. He estado en el Mediterráneo y ha hecho peor tiempo del que esperaba, así que encontré el momento para terminar esta historia que ya tenía empezada. Un abrazo
Eliminar¡Uyyyy !!! Comenzamos bien Despistada
ResponderEliminarMe gusta mucho como escribes tus historias
Buen primer capítulo felicitaciones 😤 desde chile Gladys Urzúa
Gracias Gladys. Espero que, después de todo, te guste la historia. Es la más larga de las que he escrito. Un abrazo
EliminarDespues de muxo entro a la pagina se ve muy interesante tu historia saludos desde perů
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