Capítulo 5
Durante
los próximos días la situación no mejora. Siguen sus fiestas y sus entrevistas
y yo languidezco cada día un poquito más, cada día más hundida en el sofá de su
casa. Siempre llega cansada y sin ganas de hacer el amor o llega tomada y
entonces soy yo la que no quiere
hacerlo. Y no es la falta de sexo lo que más me entristece. Es la falta de
afecto. Compartimos casa y probablemente
también compartamos amargura. Yo la aburro con mis demandas y mis reproches y
ella me aburre con sus excusas y su desatención. Estoy sumergida en un círculo
vicioso del que no puedo salir. No me gusta mi vida con ella, pero no me
imagino tener que vivir sin Amie.
Hoy es sábado
y he bajado a la calle a comprar el periódico y unos croissanes para el
desayuno, cuando veo su rostro en la portada de una revista. La compro y le
echo un vistazo. No puedo más. Cuando llego a casa, ella se levanta de la cama
en ese momento y al mirarme a la cara, sabe que algo no va bien.
Amie: ¡Oh, por
favor! ¡Qué pasa ahora! ¿Qué he hecho para que traigas esa cara de vinagre?
Como
respuesta, le alcanzo la revista que he comprado y paso de largo en dirección a
la cocina. Será mejor que me tranquilice un poco, porque como me ponga ahora a
discutir con ella, seguro que voy a decir cosas de las que me voy a arrepentir.
A los diez minutos entra en la cocina.
Amie: Vale,
relájate. Esto no son más que estrategias de promoción, técnicas de marketing
Yo: ¿Promoción?
Amie: Bueno,
los productores de la serie pensaron que la audiencia subiría si los dos
protagonistas comenzáramos también un
romance en la vida real. Es solo un montaje
Yo: ¿Un
montaje? ¿Y tenéis que hacer ese montaje besándoos en un restaurante?
¿Alojándoos en la misma habitación de hotel? ¿Pasando juntos la noche?
Amie: Te estoy
diciendo que es solo un montaje. No pasó nada. Sabes muy bien que a mí no me
gustan los hombres
Yo: No se
trata de que te gusten los hombres o no te gusten, se trata de hasta dónde
estás dispuesta a venderte para subir un peldaño más en el escalafón de la fama
Amie: No
entiendes nada. No quieres entender nada.
Yo: Lo único
que no entiendo es por qué mi novia aparece besándose con un hombre en la portada
de una revista
Amie: No, tú
lo que no entiendes es que si estás conmigo, debes de aceptarme tal y como soy,
debes apoyarme en mis decisiones
Yo: Y a mí
¿quién me apoya? Llevo meses viviendo tu vida, en la que cada vez hay menos
hueco para mí. No soy yo quien debe ordenar sus prioridades
Amie: Qué quieres que te diga…Haz lo que quieras
Yo: Pero yo lo
que quiero es estar contigo, estar como estábamos antes, salir a pasear contigo
de la mano, mimarte y dejar que me cuides, quererte y que me quieras
Amie: Mi vida
ahora es esto. Qué quieres que te diga. Haz lo que tengas que hacer, pero no me
vuelvas loca con tus lamentaciones y con tus exigencias
Desaparece furiosa de la cocina. Me derrumbo en una
silla y lloro. Me dirijo al salón donde ella se encuentra y le digo que voy a
alojarme en un hotel, que quizás nos vendrá bien estar un tiempo separadas y
como respuesta me tira la revista y me deja por segunda vez plantada. A los
pocos minutos oigo cerrarse bruscamente la puerta de la calle. Se ha ido.
Paso la
noche prácticamente en blanco en el hotel, dándole vueltas a nuestra vida.
Quizás estoy siendo dura con ella. Quiero recuperar a esa Amie dulce y amable de nuestros primeros tiempos, quiero ser para
ella esa Sara pasional y tierna que era. Así que, a la mañana temprano decido
volver a casa. Me colaré entre las sábanas con ella, y abrazaré su cuerpo dulce
y frágil. Le haré el amor. Tenemos que arreglar esto. Quiero arreglar nuestra
relación.
Cuando
entro, la casa está en penumbras y encuentro una botella de champán vacía tirada en el suelo del salón. Me dirijo a nuestra
habitación y lo que veo hace estallar mi alma en mil pedazos. Quizás no
distingo bien en la oscuridad, así que enciendo el interruptor de la luz y
confirmo que junto a Amie yace desnuda y
dormida en nuestra cama una jovenrubia.
Amie se despierta, se levanta y me arrastra fuera de la habitación
Yo: ¡Pero,
qué…!
Amie: No me
montes una escena. Dijiste que te ibas de casa
Yo: Dije que
me iba para que ambas tuvieramos un poco de espacio y de tiempo para
reflexionar y poder arreglar lo nuestro.
Amie: No
dijiste eso
Yo: Sí que lo
dije, pero en cualquier caso veo que no has perdido el tiempo en rellenar
rápido mi espacio
Amie: ¿Y qué
querías?
Yo: Pues
hubiera querido un poco de lealtad, hubiera querido un poco de sinceridad,
hubiera querido que tú también hubieras apostado por nosotras
Amie: Pero me
asfixio contigo…
Yo: De
acuerdo, lo entiendo, por fin lo
entiendo. Dime cuándo puedo venir a recoger mis cosas.
Y por
segunda vez en el periodo de unas pocas
horas desaparece y me deja sola en el salón. Esa noche duermo de nuevo en el
hotel y cuando al día siguiente aparezco en el Laboratorio, Claire rápidamente
presiente mi abatimiento. Que me arrastre fuera del Laboratorio tirando de mi
brazo se está conviertiendo ya en una costumbre.
Claire: ¿Qué
tienes Sara?
Yo: Nada,
estoy bien
Claire: ¡Sara!
Yo: Vale, está
bien, he terminado con Amie
Claire: No te
voy a preguntar qué ha pasado. Cuando te apetezca ya me lo contarás. ¿Qué vas a
hacer ahora?
Yo: Estoy
instalada en un hotel, mientras busco un apartamento.
Claire: ¡Ni
hablar, no te vas a quedar en un hotel! Te vienes a mi casa.
Yo: No.
Claire, gracias. Ahora no voy a ser buena compañía.
Claire: Es que
tú ahora no tienes que ser buena compañía. Tienes que tener buena compañía. Alguien que respete tus silencios cuando no
quieras hablar y alguien que quiera escucharte cuando quieras hacerlo. ¿Cuándo
vas a recoger tus cosas?
Yo: Esta misma
tarde
Claire: Deja
que te acompañe
Yo: Gracias,
porque no sé si podría hacerlo sola…
Me abraza y me dejo acunar entre sus brazos mientras
siento que la pena hace jirones cada
órgano de mi cuerpo. Esa tarde me acompaña a casa y me ayuda a empaquetar de
nuevo toda mi vida en mis tres maletas, aquellas que traje cargadas de amor e
ilusiones. Unos pocos meses han bastado para que el precioso castillo de naipes que había
construido, ese futuro apacible con el que soñaba se derrumbara con la primera
brisa adversa.
Claire
me lleva a su casa. Me ayuda con las maletas. No habla, no me interroga. Y se
lo agradezco. Mientras me instalo, prepara la cena. Le digo que no tengo
apetito y no insiste. Y se lo agradezco. Solo quiero estar sola, solo quiero
borrar de mi mente la imagen de Amie con otra mujer. Lloro. Siento a Claire al
otro lado de la puerta de mi dormitorio. Pero no dice nada. Y se lo agradezco.
Ya llevo
una semana en casa de Claire. No puedo ser peor compañera de piso. Sigo
ensimismada, recluida en mis pensamientos y lloro, lloro mucho. Claire me trata
con infinita ternura y mayor paciencia.
Me deja mi espacio, no me presiona. Soy afortunada de tenerla a mi lado. Es una
mujer deliciosa. Pero hoy está a punto de perder los nervios conmigo. En la
tele pasan un capítulo de la serie protagonizada por Amie y yo estoy en el sofá
viéndolo. Cuando Claire entra en el salón y ve lo que estoy haciendo, pierde la
paciencia.
Claire: Vamos,
Sara. No me lo puedo creer. ¿Por qué quieres torturarte?
Yo: Es que la
echo terriblemente de menos. La quiero.
Claire: Bueno,
a lo mejor solo necesitáis estar un tiempo separadas. Quizás esto os venga
bien a las dos para echaros demenos y daros cuenta en realidad de hasta qué
punto queréis arreglar lo vuestro.
Yo: Ya no hay
nada nuestro. Me engañó
Claire: ¿Cómo
que te engañó? ¿Qué quieres decir?
Yo: Discutimos.
Le dije que a lo mejor necesitábamos un poco de espacio y tiempo y me fui esa
noche a un hotel. A la mañana siguiente la encontré en nuestra cama con otra
mujer.
Claire: ¡Qué
cerda! Déjame que te diga, entonces, que no te entiendo.
Yo: ¿Por qué?
Claire: ¿No
sabes hasta qué punto eres estupenda, verdad? La mujer que esté contigo será
afortunada. Eres sincera, amable, inteligente, divertida y guapísima. Si Amie
no supo apreciar todo eso en ti, en verdad no te merecía. Y no entiendo por qué
pierdes el tiempo pensando en una mujer que no te valora, que no te quiere.
Mereces algo mejor que eso.
Y Claire
sale del salón mientras la imagen de una Amie sonriente me mira desde la
pantalla del televisor.
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mmm ya conocimos como es la verdadera Amie,pobre Sara.
ResponderEliminarsera que Claire siente algo x Sara? no lo se pero me da para pensarlo
seria lindo esooo
me encanta la historia segui asi Despistada
by:Lourdes
Creo que ya es el punto de dejar atras las cosas . Sara basta de llorar y es hora de ir adelante y vivir la vida.
ResponderEliminarNo vale la pena tener a alguien que antepone todo antes que al amor. Amie que se quede con su fama y no vuelva a buscar a sara. Ya que la belleza se termina rapido y lo que queda es un amor verdadero.
Gracias por los capitulos.
Maria Rene
Cada vez mas interesant la historia espero proximo capitulos besos
ResponderEliminarVeo ..un futuro con Claire! :����
ResponderEliminarBuena historia
Saludos
Jazz
Vaya esta historia es como un pequeño resumen menos dramático de lo que viví en su momento con mi pareja... mmmm, mucho trabajo, preocupaciones, siempre había algo entre nosotras menos tiempo.
ResponderEliminarEspero con ansias en próximo capitulo.
Cari-N
Sería bueno ver que Amie toque fondo tras su ruptura con Sara, a ver si esa relación tiene reparo, sino pues por lo menos que se reivindique con la vida.
ResponderEliminarSaludos desde Venezuela