Capítulo. 53
“Sentimientos”
Los
intensos rayos de sol torturaban su ya bronceada piel, misma que había sido expuesta
por un largo período al inclemente astro, tan solo vestía un diminuto y hermoso bañador
de dos piezas en color amarillo neón que hacía resaltar más su rojiza piel. La
brisa salobrese desvanecía sobre su rostro como el intenso oleaje lo hacía en
la playa al estrellarse contra las rocas a pocos metros enfrente de ellas… No cesaba
de correr tras la chica, que minutos antes hacía lo mismo con ella,
persiguiéndola incesante como dos chiquillas incansables y traviesas,
disfrutaba del espectáculo que les brindaba la naturaleza, correteaban,
saltaban… En la divertida persecución, quien llevaba la delantera por momentos
giraba su rostro a fin de burlarse un poco…
Tan solo un poco… De su rezagada
persecutora. Eran risas y gestos burlones por no poder darle alcance.Su traviesa
sonrisa sin duda era de lo más encantadora y radiante, que lejos de molestar
por la burla que hacía le provocaba un grato placer… Sabía que darle alcance no
era tarea fácil, a decir verdad lo complicaba su desastrosa condición física, aun
así no desistía en su persecución, tenía toda la intención de atraparla y
desquitarse de la buena zambullida que le había propinado minutos antes. Por ello
planeó una fantástica idea que esperaba diera resultado…
–Auch!
–Chilló con toda intención de que fuera escuchado su lastimoso quejido…
La
mujer que trotaba cual potro salvaje con elegantes zancadas delante de ella al
escucharla se giró a toda prisa y bajó el ritmo de su trote para observarla,
advirtiendo su expresión de dolor y continuaba escuchando sus lloriqueos mientras
se inclinaba para sobar su torcedura en el tobillo izquierdo, rengueó un par de
pasos más hasta quedar sentada sobre la arena… La otra quien la contemplaba
incrédula sonreía sin acercarse ni un milímetro, ya que no se creía nada aquella
patraña… Finalmente terminó por detener su correteo pero a pesar de ello no se
acercó a ella…
–¡Oh…
No! Kenia, muy buen intento pero no caeré¿Sabes?... No eres tan buena actriz
Ja-ja-ja… –Le
dijo burlona colocando las manos sobre sus caderas…
–Cristi...-
La nombro Kenia con el rostro afligido en un fingido rictus de dolor al extremo
de las lágrimas… “Vaya que SI soy buena actriz después
de todo” Se dijo para sí misma sorprendida por su magistral
actuación Agregó –creo me he fracturado el pie–Ana o mejor dicho, sí... “Ana” pero en su personaje de “Cristina” dudó de aquella dramatización pero
al ver aquel montado melodrama con rostro afligido y toque acuoso como
consecuencia de sus lágrimas y la vocecilla de Kenia en un bien articulado tono infantil,
terminó por convencer a “Cristina”…
–¿Es en serio que te has
lastimado? –Preguntó ya más persuadida, Kenia afirmó positiva en un ligero
movimiento de cabeza, haciendo gestos de lo más exagerados pero que a Ana le parecieron
de lo más lindos y encantadores– Vale veamos eso… –Dijo camino hacia donde Kenia
se encontraba y estando al pie de ésta se inclinó flexionando sus rodillas para
quedar frente a ella– Déjame ver ese pie –Indicó pero en el intento de agarrarlo...
–¡TE ATRAPE!...
La exclamación
de Kenia provocó el sobresalto de Ana y ésta en un acto reflejo al tratar de
incorporarse para huir de aquella, Kenia intentó retenerla afianzándose de sus
brazos y en el impulso perdieron el equilibrio llevando hacía a tras a Ana…
Kenia con aquello consiguió tirar a Ana de espaldas y ella quedar sobre ella en
una posición embarazosa o por lo menos de desventaja para Ana…
–Ja-ja-ja–
Reía burlona Kenia satisfecha de haber conseguido su propósito de hacer caer a
Ana en su farsa… Seguía festejando con sonoras risotadas sin notar la cara pasmada
que Ana tenía…
Siguieron
en esa posición por segundos que parecían horas… Por lo menos para una de
ellas, quien más afectación estaba experimentando por esa postura era Ana quien
de apoco comenzó a sentirun calor por dentro y un ardor que se manifestaban en
sus mejillas a causa del acomodo de sus cuerpos y en la posición en la que
había quedado Ana, quien lejos de reír por la broma, simplemente no reaccionó…
Se quedó quieta en silencio con su cuerpo inerte… De lo más reservada a causa
de las sensaciones que provocaban las piernas desnudas de Kenia en íntimo
contacto con las de ella, las cuales podía sentir perfectamente entrampadas
entre las de ella, el pecho de Kenia trepidaba sobre el de ella mientras continuaba mofándose de
ella, sin ser consecuente del afecto que estaba provocando en Ana… Mientras la
otra continuaba extasiándose…Los efectos de aquel cuerpo persistían como en un
fuerte caudal, le embriagaba su cálido aliento acariciando su ya ardiente rostro
que se encontraba a escasos centímetros del de ella… Verla y tenerla tan cerca
había perturbado sus sentidos y como un dínamo uno de los polos ejercía mayor
fuerza de atracción, su cordura se consumía y solo deseaba satisfacer las ganas
de acariciarla...
Su mano derecha migró hacía su rostro y en un
delicado movimiento más parecido a una caricia acomodó con suma ternura un mechón rebelde que
escapaba de su flequillo y continuó con la ondulada cabellera castaña que caía como
cascada cubriendo parte de la mirada del rostro de Kenia… A consecuencia de actos
tan inocentes como el agarrar su cabello, distrajo la atención de Kenia quien
seguía con su risa… En instante apenas fue consecuente de estar sobre el cuerpo
de“Cristina”y de la penetrante mirada que ésta
mostraba sobre ella…
Las sonrisas antes sonora se diluyeron a una tímidas
expresión, su mirada inquieta hurgaba sobre su rostro, luego se detuvo sobre
sus labios, después sobre sus ojos los cuales quería evadir pero no podía, y
volvía a ellos que parecían reclamar exactamente lo mismo… Como dos cronómetros
sincronizados, al unísono se acercaron lentamente sin prisas hasta sentir un húmedo
y dulce contacto…
La unión duró apenas lo que perdura el breve
aleteo de un colibrí… Kenia de pronto despertó del ensueño de ese efímero beso,
espantada se separó del contacto de sus ávidos labios y se incorporó con una
agilidad sorprendente, imitando a un objeto cuando ha sido sometido a una
tensión y se recupera tomando su forma original justo como un espiral…
Sin decir o agregar nada más Kenia retomó el
camino de regreso a casa a toda prisa. En cambio Ana se tomó un tiempo
demorando algunos segundos más en reaccionar e incorporarse.
Mientras caminaba de vuelta al hogar que la
había cobijado,intentaba analizar lo que había sucedido apenas hacía unos
minutos atrás, pero sin poder concluir algo más continuó su caminata… Cuando
llegó a la casa no pudo vera Kenia debido a que ésta se encontraba recluida en
su habitación y tenía la puerta cerrada, así que decidió no importunarla tenía
claro que al igual que ella debía entender “Eso” que había ocurrido entre
ellas…
Por la tarde después de algunas horas de
darle su espacio y transcurriera un tiempo adecuado para que pudiera conversar,
fue en su busca pero no logró verla pues ésta se había marchado y según lo
comentado por Zita tuvo que salir por un asunto relacionado a su trabajo… Por la
noche cuando hubo regresado a casa agotada de su empleo en la “Trattoria” sabía
de antemano que Kenia seguro estaría arrullando ala pequeña para que durmiera… La
espero por un buen rato sentadas en el asiento colgante colocado en el portal
de la casa,como aquella primera vez cuando llegó de manera casual… Bebía
pausadamente su fría cerveza a fin de hacer menos desesperante su retraso, terminó
su bebida y continuó con otra más… Pero Kenia no llegaba a su –Cita no acordada-
Ana aun no tenía sueño e
intentaba disfrutar la noche contemplando aquella bóveda celesta que le parecía
de lo más sombría y nostálgica que ni los trillones de estrellas que
laadornaban eran suficiente para darle alegría a la noche,ni hacerla lucirresplandecientes
como en otras ocasiones que tanto disfrutó. Elrugido del marla apartó de sus
pensamientos, todo le parecía más triste que hasta el estruendo del oleaje losentía
más como un lamento que el reclamo constante de supremacía contra las rocas y playas
por el espacio que le invadían…
Al notar que la noche avanzaba y Kenia no aparecía
decidió ir a buscarla, se levantó del confortable asiento colgante y se
introdujo a la casa con dirección a la habitación de Kenia, cuando llegó al dormitorio
la puerta se encontraba cerrada, con el nudillo de la mano derecha
golpeó pausadamente en tres ocasiones esperando alguna respuesta, pero no obtuvo
nada, pensó que quizás regresó agotada de su trabajo y ya se encontraba dormida
o peor aún quizás estaba evitándola… Después del fracaso de intentar tener una
conversación con Kenia y que estaba no apareciera en el pórtico, ni que
atendiera su llamado a la puerta, se dio por vencida y optó que lo mejor era
irse a descansar y que ya más descansada con cuerpo y mente despejada tendría
más claridad para conversar, porque eso de estar especulando solo la estaba inquietaba
y lo mejor era hablarlo sin dar por hecho nada…
Por
la mañana siguiente se despertó más descansada y sosegada, se dio una ducha
rápida, se vistió con una playera en color amarillo neón y un short azul añil,
el cabello lo dejó suelto sin secarlo para apresurarse y bajara preparar el desayuno,
estando en la cocina elaboró algunas tostadas con queso mozzarella, aceite de
oliva, prosciutto y rúcula fresca, un poco de fruta en trozos y zumo de pomelo,
puso la mesa y se sentó a esperar que Kenia bajara y tomaran el almuerzo
juntas, quiso sorprenderla con el desayuno en la mesa, pero quien se llevó la
sorpresa fue Ana al darse cuenta que Kenia se había marchado al alba… Después de
ese plantón no le quedaba la menor duda, que efectivamente Kenia la estaba
evitando y eso sí que dolió. Aunque no se arrepentía de haberla besado, temía
que eso estropeara la bella amistada que habían cultivado, estaba segura de que
Kenia había correspondido a ese beso, pero ese hecho no le garantizaba que
tuviera sentimientos hacia ella…
Aquella
noche como era habitual en casa cenaron juntas en compañía de Zita…Kenia al llegar la había saludado algo distante y
durante la cena estuvo en silencio y apenas si le dirigió alguna mirada, se
comportó como si fueran extrañas, estaba como ausente. Su cuerpo estaba ahí
pero sus pensamiento… Quien sabe…
Al
terminar la cena ambas se dispusieron a recoger la mesa, mientras tanto Zita se
ocupó de la niña, Ana fregaba la loza y los utensilios de cocina y Kenia terminaba
de limpiar la mesa, retiraba los manteles servilletas y los colocaba en uno de
los estantes del mueble de cocina.
–He
traído el vino que tanto te gusta –Comentó Ana mientras acomoda algunos platos
sobre el cedazo colocado en la tarja…
–Gracias
–Repuso Kenia concentrada en la limpieza de la mesa.
–Esta
noche hace más fresco de lo habitual, tú que eres tan friolenta sería bueno te
abrigaras y tomarás una frazada– Explicó pensando en continuar con la rutina de
cada noche en el pórtico, descansando en el cómodo asiento colgante…
–¿Para
qué? –Preguntó fingiendo no entender a qué se refería.
–¿Cómo…
Para qué? Pues para ahora que salgamos al corredor a conversar y beber el vino
que he traído –Dejó de momento la mesa que continuaba limpiaba incesante y se
giró para mirarla…
–Ahh...
Eso… Te parece que mejor lo dejamos para otro día, hoy estoy algo cansada –Expresó apenas mirándola por unos segundos…
–Ya...
–Manifestó con matiz de desaliento –Bien dejémoslo entonces para mañana…
–Umm…
Sí… Bien Cómo digas… He… Bueno yo… Este me marcho a dormir, buenas noches… Qué descanses…
-Se acercó vacilante para darle un beso de despedida, que al final en su
indecisión tan solo fue un efímero roce y se volteó para marcharse hacia su
alcoba.
–¿Kenia?...
–¿Sí? ¿Dime? –Se detuvo bajo el umbral del corredor y
apenas si la miró…
–Deja de evitarme –Señaló en un tono afligido…
–Yo, yo… No n.. Te estoy evi... –Y sin terminar la frase
guardó silencio ante la penetrante mirada de Ana, que luego de tomar una pausa
para exhalar un suspiro continuó hablando…
–Lo lamento pero quiero ser lo más honesta... Confieso que yo no me
arrepiento de haberte besado y creo que evadirlo y no hablarlo sea lo mejor.
Pues opino que lo sucedido… No es algo que podamos resolver olvidándolo y hacer
como que nada sucedió… Porque si “Sucedió”
y fue uno instante que terminó
siendo un bello, puedes tomarlo como un error, un recuerdo o una anécdota
más...Es tu decisión tomarlo como tú quieras y si resuelves que lo mejor
es hacer como si nunca sucedió… Por mi está bien, solo te pido que no te alejes
de mí y por favor no me evites porque eso duele mucho– terminó de decir aquello
con la vista puesta en la otra mujer, quien no pudo sostenerle la mirada y
terminó bajándola como respuesta… Aguardó por un momento pero al notar que no expresó
nada, dejó el paño con que limpiaba los trastos, secó sus manos y salió de la
cocina…Cuando pasaba junto a Kenia sus manos se tocaron por centésimas de
segundas, provocando en ellas el inmenso deseo de estrecharse…
Minutos más tarde Ana se encontraba en el corredor sentada en el sofá
fumando un cigarrillo, cuando de repente la puerta se abrió y al volver la
mirada se encontró con Kenia que apenas la tuvo frente le extendió una de las
copas del estupendo vino que tenía en una de las manos, Ana sin preámbulos la agarró
y en su rostro escéptico se manifestó una mezcla de sorpresa y felicidad…
Kenia en silencio pasó
delante de Ana y se sentó en el sofá colgante tomando su lugar al lado de ella,
ambas con la vista en el lejanía mirando hacía un océano más oscuro que la noche
apenas con resplandores por efecto del reflejo lunar… El silencio reinaba y tan
solo era interrumpido por los sonidos naturales y los fenómenos acústicos de la
noche con el incesante retumbar del oleaje contra las rocas… De pronto el
silencio comenzaba a incomodar y ninguna de las dos sabía como actuar o que cosa
decir que no pareciera tonto o hiciera más embarazo el momento, algo que les resultaba
de lo más extraño era los meses que tenía disfrutando de una buena relación y
una amistad que crecía y se alimentaba día tras día, haciéndolas sentir de lo
más cómodas con la confianza de poder conversar de cualquier tema… Y mirarse
ahora enmudecidas sin poder articular palabra alguna, parecía de lo más absurdo…
–Te
he dicho que no me gusta que fumes –Dijo de pronto Kenia rompiendo el abrumador
silencio y retirando de sus dedos el cigarrillo que portaba Ana, lo cogió con
sus pulgar e índice y lo apagó contra el cenicero que estaba en medio de ellas,
para después colocarlo del otro lado.
–Lo siento pero hay ocasiones que no puedo evitar el deseo
de hacerlo –Explicó Ana girando su rostro para mirarla– ¿Tú crees que antes yo fumara?
–Preguntó espontanea intentando encontrar esas familiaridad que había entre
ellas…
–Bueno es muy probable que si, pues le has tomado gusto con
mucha facilidad... Aunque no puedo evitar pensar que es culpa de Dalila que te incitó
a probarlo…
–Ella no tiene la culpa, es solo mi responsabilidad, además
imagina si yo cogiera todo lo que ella me ofrece… ¡Uff! –Ambas se miraron y sin
más se echaron a reír…
–Ja-ja-ja… –Bueno ambas sabemos que es lo quiere que cojas de ella
–La verdad es que no sé cómo no he caído –Se preguntó en
voz alta, para luego darle un sorbo a su copa…
–Umm… ¿No lo sabes? –Preguntó con evidente señal de
sorpresa –Eso significa una solo cosa… Que lo has considerado o has estado
tentada a hacerlo…
–Bueno, yo he perdido la memoria pero no el sentido de la
vista y siendo objetiva debo reconocer que Dalila es una mujer guapa y muy sexy…
Y cómo no considerarlo… –Expresó intentado ver si Kenia mostraba alguna señal
de molestia o desacuerdo…
–Pues vaya que me has sorprendido... Y sí es así ¿Porqué
no lo has hecho? –Curioseó con interés…
–Porque no quiero que eso arruine una buena amistad.
–Ya…¿Y solo te abstienes por eso?
–No solo lo hago por eso… También lo hago por ti –Contestó
sin pensarlo mirándola directamente a los ojos, pero Kenia nerviosamente esquivó
su mirada apurando el sorbo de vino a su boca y volviendo su vista en dirección
al mar…–Pero Ana ya había empezado y no se detuvo… Siguió
adelante con aquello –La única razón es que no podría estar con ella, cuando tengo
sentimientos por ti…
–Cristina...
–Agregó mencionando su nombre, callándola con ello mientras pensaba en sus
palabras–Añadiendo;–esos sentimientos de los que hablas no pueden ser… Son
un error.
–¿Cuestionas
mis sentimientos? –Preguntó realmente asombrada– Mira Kenia el hecho que tú no
sientas nada por mí, no es motivo para que señales de “Erróneos”mis
sentimientos… Creo que son respetables por el solo hecho de sentirlos, aunque
solo sea yo quien los reconoce…
–Por
favor de que hablas… ¿Sentimientos?
¿A qué sentimientos te refieres? –Ahh
si lo olvidaba… ¿Los de gratitud? ¿Los de amistad? ¿Los de
la “química”?
–¡No…
No… Noooo! … Expresando los que yo siento cuando te miro…
–Y se colocó frente a ella
acorralándola entre el respaldo del sofá y ella –Lo que siento cuando te tengo
cerca y lo que experimenté cuando te besé…
–Cris...
–Intentó apartarla, para alejarse de ella, pero de nuevo se quedó inmóvil como en
aquella ocasión cuando la besó…
–Me
he negado a mi misma estos sentimientos, no he querido admitirlos pero por más
que los evito, siguen aquí. Y ya no quiero engañarme, la realidad es que me
gustas mucho, me disculpo porque no puedo seguirlo callando más. No puedo fingir
que no haya cambiado mi forma de verte, pero es la verdad y sí lo preguntas ni
yo misma se cuándo fue que comenzó todo esto… Solo sé que me gustas, que hay ocasiones
que deseo más que un simple abrazo,que no me es suficiente el cándido saludo de
un beso en la mejilla y que no es suficiente el verte soloc omo un amiga –Con cada
palabra fue acortando la distancia se sus cuerpos, quedando a escasos
centímetros de sus labios… Labios de deseaba volver a besar…
–Cris...
–La llamó de nuevo tragando saliva –Yo entiendo lo que sientes pero debes comprender
que para mí no es lo mismo…
–Los ojos de “Cristina” se cerraron como un gesto de
derrota, apretó su maxilar para evitar decir una estupidez más y en un acto de sensatez
y respeto por los sentimientos de Kenia, se apartó de ella para liberar su
cuerpo del asedio del que estaba haciendo objeto…
–Colocó su dorso en el
respaldo del asiento en posición erguida con la mirada al frente, sin atreverse
siquiera a mirarla, cogió su copa y en un intento de serenarse bebió el último
sorbo que aún restaba del vino…
–Discúlpame
por ser tan egoísta, por un momento he actuado como Dalila en sus fallidos intentos
por querer meterme en su cama…
–Aprecio mucho
tus sentimientos... Pero no deseo que salgamos lastimadas, siento que “Nuestros
sentimientos” aún son confusos- Mentalmente se interrogó “Cristina” ¿Nuestros
sentimientos? Y con esa frase quizás dicha sin pensar por Kenia, hizo albergar
la esperanza en su interior…
–Tienes
poco más de seis meses en esta isla, sin recuerdo alguno de nada ni de nadie,
excepto la presencia de una bebé de casi un año, la de una mujer sexagenaria y
la mía. Que soy con la única persona con quien compartes más tiempo. Es cierto
que ha surgido una empatía entre ambas llamada “química” la cual me sorprende
sobremanera debido a mi escepticismo y lo distante que soy con las personas…Hace muchos años que no “conectaba” con alguien y debo
reconocer mi asombro, porque como bien sabes no soy nada sociable, disfruto mi soledad
y no permito la entrada de extraños en mi vida privada. Las única persona que les
he permitido entrar en mis espacios han sido Zita y Dalila pero con sus debidas restricciones,
mismas que contigo no he incluido, quizás en el afán de protegerte, de ayudarte
y hacerte sentir bien. Para que no te sintieras más sola en una isla desconocida
casi imaginario en el mar Mediterráneo… El verte desvalida me llevó abrirme por
completo ante ti y dejar de par en par las puertas de mi vida que por mucho
tiempo permanecieron clausuradas– Guardó silencio para beber un sorbo de su copa
de vino y saborearla vibrante bebida con notas de cerezas negras, cedro y un
toque de vainilla y tabaco…
–¿Acaso
te arrepientes de haberme permitido entrar? –Preguntó Ana mientras observaba
como degustaba la bebida…
–Aunque
acepto que me asusta bastante–No me arrepiento– Hace ya tanto tiempo que no sentía esto por alguien, cómo lo estoy sintiendo
contigo. Como tampoco compartía con nadie como lo comparto contigo… Llevo años
siendo una ermitañay era feliz de serlo, porque estaba en una zona de confort
donde todo está bajo control y no me causaba conflicto alguno, pero de la nada apareciste
tú... Y –Guardó silencio buscando la palabra precisa y la expresión perfecta
para aligerara el momento que le permitiera continuar sin hablar más de lo necesario…
–Me encanta tú compañía, me agrada conversar contigo de todo o de nada,
me gusta levantarme por las mañanas y disfrutar ese delicioso desayuno que tú
cocinas para mí… Pero sin duda lo que más me complace es que seas tú quien me
acompañe, es tan lindo saber que estas aquí y que cada noche puedo sentarme a
tu lado y disfrutar de tu lectura, de tu voz, de tus silencios… Qué más podría
agregar –Me gusta estar contigo… Por eso no quiero arruinarlo asignándole un
nombre a este sentimiento que un no consigo descifrar... –Por ellos te pido que
sigamos como hasta ahora…
–¿Cómo podemos aventurarnos a un sentimiento que ni siquiera tiene respuesta alguna?
–¿Respuestas
cómo cuáles?
–Por
supuesto las tuyas, por ejemplo aun no sabes nada sobre ti, desconoces si existe
alguien que ames, puesto que no puedes recordarlo...
Mis objeciones serían que aún no puedo llamar amor a algo que ha surgido
de repente, algo que puedo estar confundiendo con otras emociones…
–Yo;
por ejemplo debido a mi auto encierro, me he tomado demasiado tiempo para mí y
permanecer sola sin compartir “mi vida con alguien…
–Tu;
quizás por tu condición de orfandad y gratitud hacia mí, por la protección que
te he brindado, por la empatía surgida… Bueno podría argumentar una o mil
razones para explicar el porqué de esto o engañarnos y confundir nuestros
sentimientos…
–Disculpa
–La interrumpió…¿Te han dicho alguna vez que analizas
demasiado tus sentimientos? –La interrogó elevando una de sus cejas mientras se
acercaba enigmática hacía ella…
–Si,
en repetidas ocasiones…
–Esa
quizás sea una de las razones por la cual nos atraemos, tú lo razonas todo,
mientras yo me dejo sentirlo– apenas terminó de expresar esa última frase,
acortó la distancia entre ellas y besó sus labios que en un principio parecían apáticos
pero ante el ímpetu y pasión que Ana imprimía al beso, abriéndose paso entre sus
labios, saboreándolos, adueñándose de su interior, no pudo resistirse más y se
abandonó a la húmeda y cálida caricia dejándose arrastrar hasta terrenos
inciertos, pero llenos de pasión y deseo, casi olvidado por ella…
Fue un fugaz e intenso beso que ninguna de
las dos quería se detuviera, pero en su conciencia ambas sabían que era mejor parar
antes de hacer estupideces que complicaran aquella revoltura de emociones...
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autor.
Que va hacer Cristina ahora que Ana tiene sentimientos por otra mujer?!!!
ResponderEliminarel otro capitulo ya !!! jajaja
NOOO! Yo quiero a Ana y Cris juntas, que mala May Espero que pronto se rencuentren estas dos
ResponderEliminarOMG de nuevo un triángulo amoroso como que a la escritora le gusta mucho los tríos o es mi imaginación jajajaja seguro solo lo imagino ¿Que dices Mayra?
ResponderEliminarAle
Hola gracias por seguir con la historia, me gustaria que Ana se quede con Cristina, por favor.
ResponderEliminarSaludos
Jess
hay por favorrr no me tortures así,,, has qeu se reencuentre con cristina por favor.. aunque cristina tiene qeu liberarse primero de sus demonios internos que la perturban pero no la alejes de ANA¡¡¡¡¡
ResponderEliminarImagino que es normal Ana tenga sentimientos por Kenia... el tiempo juntas, la complicidad, pero que pasara cuando se encuentre de nuevo con Cristina. Muero por saber!!!
ResponderEliminarAggie
ana y cristina pleaseeeeeeee votos a favor??? tanto ana como cris han pasado cosas y es hora q ambas se hagan felices mutuamente... ana y cristina!!!
ResponderEliminarCreo lo mismo Ana y Cristina deben terminar juntas
Eliminarotro voto por Ana y Cristina
Eliminarsiiiiiii ana y cristina!!
ResponderEliminarmi voto como todas las anteriores ana y cristina un amor profundo fuerte y q las unio en todo sentido
ResponderEliminarMayra:
ResponderEliminarPor favor danos de regalo de san valentin un capitula de Ana y Cristina,
gracias
Jez