Capítulo 16
Por la tarde estaba revisando algunas notas, cuando se
presentó Fiona de lo más amigable.
-De verdad no puedes hacer un tiempo para ir a comer para
celebrar? Las reseñas en varios periódicos han sido estupendas para Gonzalo y
su obra, debo decir entre nosotras que también tu galería y mi diseño has sido
comentados.
-Que te parece comer aquí y ya que estamos hablando de
ello no tenemos que salir.
-Bueno déjame hacer un pedido. Y marcaba en su teléfono.
-Tienes muchas ocupaciones? Revolviendo las carpetas en
el escritorio, con un dejo de superficialidad y coquetería.
-No muchas en realidad, sólo que tengo que adelantar
esto, acomodando las carpetas de nuevo.
-Deberías salir a festejar, crees que podrías venir
conmigo el viernes, unas amistades abren un bar y está de lo más chic, se que
lo pasarías muy bien cerrando un ojo.
-No lo sé, tal vez pueda llevar a un amigo que recién se
divorció y necesita distraerse y…
-No estaría nada mal, aunque yo prefiero que me acompañes
a mí, quiero decir llegar juntas tú y yo…se ponía de pie rodeando el escritorio
y recargándose en él, dando la espalda a la puerta entreabierta…
-No creo que sea buena idea Fiona yo…
Fiona se inclino hacia ella tomándola desprevenida y
aprisionó sus labios y la sujetó de los hombros, Brenda levanto las manos e
intentó empujar para sacársela de encima, el agarre de Fiona era más fuerte
desde su posición…Brenda alcanzo a escuchar una voz conocida entre jaleos que
decía: Gracias.
-Oh! Dis…culpen, yo… lamento interrumpir…
Fiona soltó a Brenda quien se paró de inmediato con los
ojos desorbitados…-Espera, no es lo que parece…
-Disculpa en otro momento hablamos, permiso. Salió lo más
tranquila que pudo sin dejar ver la furia y tristeza mezcladas en su interior,
sus manos sudaban mientras las empuñaba con fuerza, la escucho caminar detrás…
-Tamara espera…tengo que hablarte.
-Ahora no Brenda, no sería cortés dejar a…Fiona sola.
-Fiona me importa un carajo, detente debemos hablar…
-No así.
-Escúchame por favor y estiraba el brazo para detener su
paso…
Se paró de golpe y quitó la mano suavemente sonriendo
delicadamente, había algunas personas cerca…hablando bajito:
-Es este momento no quiero verte ni hablarte, estoy muy
ofuscada y necesito espacio por favor. Sin siquiera mirarla salió a toda prisa.
En lugar de volver a su oficina, bajo al estacionamiento.
–Dijo que necesita espacio, se fue a la playa buscando espacio y paso casi un
mes, por Dios cuándo podré hablarte mi amor, sólo ha sido una confusión. Ya sus
ojos se llenaban de lágrimas, no sabía cuantos minutos habían pasado cuando
regresó a la oficina.
-Brenda, disculpa debí anunciar la visita, olvidé que
dentro estaba Fiona, se disculpaba Aída avergonzada.
-Aída, no te preocupes todo está bien. Aunque sus ojos
rojos la delataban, entró directo al baño…
-Te tardaste un poco Brenda, no sé qué decir, viendo
desde el escritorio. Todo está bien? Soy una tonta, cómo va estarlo si te
pusiste así, te metí en aprietos verdad?, siempre doy por hecho las cosas sin
preguntar antes…lamento este lío en el que te he metido, no sabía que estabas
con alguien, puedo hacer algo para arreglar las cosas?
-Fiona, este no es problema tuyo, además tuve la
oportunidad de decirte que tengo novia y no lo hice.
-Perdóname por favor. Recogiendo su cartera del
escritorio. Es mejor que ahora me vaya. Salió y cerró la puerta.
Se quedó un momento mirándose en el espejo, recogió su
bolso y salió -Aída me voy, mantenme informada si se ofrece algo por favor.
-Hola Madre, oye disculpa se ha suscitado un
inconveniente y no podremos pasar a verte, pero en cuanto haya oportunidad lo
haremos de acuerdo? cuídate, yo también, besos.
Estaba molesta, no quería llorar, le dolía el pecho, le
costaba respirar. Estaba sentada en el sofá junto al comedor, camino con
fastidio a la cocina por una cerveza, cerró la puerta sin sacar nada y se
acercó a la alacena bajó una copa y una botella de tinto y subió al estudio y
allí con calma la abrió, se sirvió y comenzó a tomar el agradable líquido.
Bueno qué debía hacer, pedirle una explicación?, con
quien pudo la presentó como su novia, pero al parecer para ella no era
importante, ni su secretaria sabía que pitos tocaba ella. Dejarla hablar? Que
le diría? Estaba dando muchas vueltas mejor ahogarse, maldita la hora en que
dejó el cigarrillo, diablos! Había sido demasiado perfecto.
Con tres copas ya daba vueltas su cabeza, al terminar la
cuarta, aventó al cesto de la basura la copa sin tino, se estrelló contra la
pared. Sin moverse quedó ahí en el sofá acurrucada y se quedó dormida.
Intentó llegar al departamento. Se estacionó en un parque
del rumbo y simplemente se quedó ahí en shock, sintiendo como salían de nuevo
las lágrimas y un profundo dolor en el pecho.
Tomó el teléfono y le marco, nada, no contestó. Intentó
de nuevo y escuchó del otro lado:
-Qué hay de nuevo nena?
-Pato, te necesito puedo ir a verte?
-Estoy en la oficina, todavía tengo que estar aquí un
buen rato, quieres venir?
-De acuerdo voy para allá. Se estacionó cerca y caminó.
Subió hasta el tercer piso y pidió a su secretaria la anunciara. Abrió la
puerta él mismo dejándola pasar y cerro tras de sí.
-Que sucedió Brenda? Sintió sus brazos atrayéndola hacía
él. De inmediato la sintió temblar y llorar, con cariño acarició su cabello.
Estuvieron así por largo rato hasta que ella pudo hablar.
-He mojado tu hermosa corbata, lo siento.
-Eso no importa, importa lo que te sucede a ti. Me
quieres contar ahora?
-Tamara entro a mi oficina justo cuando Fiona me besaba.
A la fuerza por cierto y en mi defensa, pero eso no lo vio Tami, sólo no me
permitió explicarle nada, mientras recibía un pañuelo para secar sus lágrimas.
-Y…
-Me dijo que necesitaba espacio, y cuando la conocí
buscaba espacio y desapareció de la ciudad casi por un mes. Yo no podría
soportar tanto tiempo sin ella de nuevo, sin que permita explicarle lo que
realmente sucedió, la llamé antes que a ti y me mandó directo al buzón, la amo,
no tienes idea de cuánto y moriré sin ella.
-Ven aquí, la llevó al sofá y la mantuvo abrazada. En
este momento debe estar enojada, no puedes presionarla si te pidió espacio,
dáselo verás que eso la tranquilizará y hasta entonces no antes, te escuchará.
-Pero siento que me ahogo…
-Lo sé cariño, te entiendo, duele respirar, pensar
siquiera que no podrás abrazarla esta noche, te faltará su olor, sentir sus
labios, lo sé y duele mucho, se lo que sientes…
Cuando despertó revisó el teléfono tenía sólo una llamada
de ella. Sólo una. Ella la hubiera ido a buscar hasta obligarla a escucharla,
habría caído en el acoso de ser necesario. En realidad esa era ella en otra
época, cuándo perdía los estribos en un abrir y cerrar de ojos, cuando
explotaba a la menor provocación, pero ahora estaba rehabilitada había ido a
terapia para superar esa parte negativa de su persona. Además lo mejor era que
su madre y ella ahora tenían también una mejor relación a raíz de que dejaron
de vivir juntas. Se levantó, bajó a ver que había dejado Sandy para comer, se
sirvió y tomó una cerveza para ir donde la televisión, sintonizó una película
dónde un ángel se enamora de una doctora, agh! le pareció tan cursi como su
situación. Lo apagó, decidió aprovechar su irritación para trabajar con sus fotografías.
Pasaron tres días y Tamara empezaba a sentirse culpable.
Porque sentirse miserable si podía estar feliz al lado de su mujer. Sonó el
teléfono y contestó.
-Hola Alma, cuéntame cómo estuvo lo de la editorial.
-Todo bien, ya está en revisión debemos esperar noticias,
sólo hablo para saber si te apetece salir mañana por la noche, puedes traer a
Brenda, se trata de una reunión con el personal del despacho de Martín y
algunos clientes, nada formal más bien celebran el resultado favorable de un
caso.
-No me apetece, gracias. Espera…creo que mejor si, pero
voy sola. Pasas por mí?
-Excelente, te aviso antes de salir de casa para que
estés lista, cuídate.
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