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Entré
a la casa mientras aun me encontraba emocionada de lo que paso con Abril,
sentía que mi corazón no para de correr muy rápido. Todo había sido genial, la
conversación, la plática, sé que ella lo decía de broma.
“Tener
un hijo”
Su
imaginación y creatividad es lo que más me gusta de ella.
Llegue
temprano a la escuela, todo se miraba muy bien, los alumnos estuvieron
tranquilos, incluso salude a Raúl en la mañana.
Al
entrar a su salón la vi, sentada en su
lugar platicando con Judith estaba feliz, sonriendo, la vi por unos segundos
hasta que llegue al escritorio.
-Buenas
tardes chicos, para comenzar quiero que contesten las preguntas de la página
233.
Pase
lista y ellos siguieron trabajando, al final recogí libretas como siempre para
revisarles.
Los
trabajos no estaban tan mal. Al revisar el suyo pude ver que todo estaba
perfecto, al final había una nota “café
del centro a las 5 si, no”, en la opción si, dibujo una carita feliz, en la
opción no dibujo un plátano, levante la vista y la vi, miraba por la ventana
las nubes que aparecían en el cielo, decidí quitar la nota y la guarde en mi
bolso.
Entregue
las libretas, busco la contestación, pero no encontró la nota, en cuanto se
distrajo deje mi respuesta en su banca un enorme sí.
-Saldrás
con ella hoy- decía Sam mientras comía palomitas viendo una película que para
mi gran sorpresa no era porno, ¿se sentirá mal? Pensé sin decir nada.
-Sí,
iremos a tomar café, tú me dijiste que lo hiciera.
-¿Tú
la invitaste?- pregunto sorprendida.
-No,
ella lo hiso.
-Eso
quiere decir que le interesas- dijo mientras arrojaba una palomita para
atraparla con la boca.
-No,
eso quiere decir que quiere que seamos amigas. Además anoche hablamos sobre
hijos.
-¡Te
propuso matrimonio!- exclamo con asombro dejando de lado la película y
centrando su atención en mi contestación.
-No,
bueno, dijo que le hiciera un hijo. Además comento que le gustan mis ojos,
aunque solo bromeaba.
-Le
gustas- se levantó y se sentó a mi lado en el otro sofá- está enamorada de ti. Pero aun no me la
presentas, necesito conocerla, saber si te merece o no.
-No,
no creo que le guste, solo es amable, y sobre qué quieres conocerla, no lo
creo, por ahora no.
-¿Qué
más hicieron en su cita?- comenzó con su acoso.
-No
fue una cita, solo una salida amistosa. Y cantamos, ella canta hermoso, cantó
la canción esa de Sinbandera, la de te vi venir.
-Esa
canción es de amor- comenzó a mover las cejas ya moverme con pequeños golpes en
el hombro.
-Sí
un poco, pero su voz era maravillosa.
-¿Cuál
cantaste?
-Volverte
a ver de Chenoa.
-Uy, esa también es de amor, además como que
te queda, la conociste, o más bien la viste y te enamoraste, desde esa ves en
el parque, desde entonces soñaste volverla a ver y entre sus brazos te sientes
bien, cuanto esperaste volverla a ver- Sam estaba citando la letra de la
canción de una manera exageradamente dramática mientras movía sus brazos a los
lados como si estuviera espantando moscas, supongo que quería verse romántica
aunque más bien daba miedo.
-Exagerada-
le di un cojinazo en la cabeza para que se detuviera.
-Vamos
no lo niegues.
-Tal
vez, pero no tarde tanto en volverla a ver, de hecho la conocí oficialmente al
día siguiente.
-Si
pero la canción queda muy bien- seguía moviendo los brazos hasta que le arroje
un puñado de palomitas.
-Pero
ella salía con una tal Mariana.
-Te
hablo de sus ex preguntó con un ceño de disgusto.
-No
exactamente, lo escuche. Pero tal vez sale con Judith, las vi en la escuela,
muy juntas y sonrientes.
-Antes
o después de que te invitara.
-Antes.
-Pero
aun así te invito, así que no creo que
salgan, acepta tu felicidad, ¡vamos! Alégrate ¡me harás ganar la apuesta!- dijo
imaginándose con su recompensa en las manos- Un momento- dijo pensativa- ¿Y si
esa chica sale con las dos?
-No,
no lo creo, no es capaz de eso.
-En
ese caso, solo concéntrate en levarla a la cama- dijo giñando un ojo.
-¿No
deshicieron la apuesta?- pregunte con reproche por su osadía, me molestaba que
me usaran para divertirse, es como si no tuvieran nada con que divertirse y
solo les quedara mi vida “oh, apostemos a ver cuánto dura Daniela sin sexo”
“Apostemos si se queda soltera con 1953 gatos”.
-No,
pero si yo gano te conviene.
-Sam,
eres una…
El
timbre salvó a mi hermana de un regaño.
-Hola
Daniela, puedo entrar- como siempre Ricardo pedía permiso para entrar cuando ya
estaba adentro.
-Ya
que- conteste serrando la puerta tras él.
Sam
y Ricardo se quedaron viendo de una forma muy sospechosa, no decían nada, solo
se miraban y sonreían. Hasta que finalmente él se sentó en el sillón donde yo
estaba, así que me fui a un lado de Sam.
-Que
tal la cita de anoche- pregunto tomando un puñado de palomitas que le ofrecía.
-Hablaron
de hijos y cantaron canciones de amor- contesto Sam con excesivo sarcasmo.
-Wow,
así que son novias- dijo Ricardo arrojando una palomita para cacharla con la
boca como Sam lo había hecho anteriormente.
-No,
no somos novias, solo cantamos y charlamos- conteste dándole un codazo a mi
hermana.
-Pero
se gustan, y saldrán en dos horas- comunico la chismosa de Samanta.
-¿Vendrá
aquí para conocerla y ver si te merece o no?- Ricardo decía lo mismo que Sam
había dicho hace un momento, eso me comprobaba que son demasiado iguales.
-No,
la veré allá.
-¿Es
guapa?- preguntó mientras Sam le arrojaba palomitas por su pregunta.
-Sí,
mucho- conteste con toda sinceridad.
-Yo
la vi de espaldas y tenía buena pompa-
completo Sam antes de ser atacada con proyectiles de maíz.
-Yo
juzgare si es guapa o no- contesto Ricardo con tono de superioridad.
-Oigan,
ustedes dos se traen algo, andan muy juguetones- dije indagando lo que podría
estar sucediendo.
-¿Se
lo decimos?- pregunto Sam a Ricardo.
-Sí
quieres, sería justo que lo supiera- contesto él muy serio.
Por
su conversación mis sospechas de un romance entre ellos crecían.
-Daniela-
dijo Sam respirando muy hondo- estamos saliendo.
-¡Son
novios!- dije con tono meloso.
-No
oficialmente- continuo mi hermana- estamos saliendo, para ver qué pasa.
-Sí,
no queremos apresurar las cosas- prosiguió Ricardo.
-Ok,
vale, de acuerdo, estoy feliz por los
dos, ojala que les vaya bien, no se pongan el cuerno, y se los digo a los dos,
los conozco.
Ellos
solo se miraban y sonreían. Se veían tan lindos, no puedo negar que me
encantaría que ellos terminaran juntos, eran tal para cual con las mismas mañas
y trucos, ambos locos, la pareja más pervertida del mundo, adictos al porno,
los dos me molestan.
La
hora en la que encontraría a Abril en el café se aproximaba, salí en el coche a
las cuatro y media para que me diera tiempo de llegar.
Eran
las 5:15 y ella no aparecía, tal vez me dejaría plantada, espere y cada minuto
parecía eterno, 5:20 y pensé que no llegaría hasta que la vi correr atravesando
la calle.
-Lo
siento, se me hiso algo tarde, cosas de mi madre.
-Descuida,
lo entiendo, mi madre a veces es molesta- la salude con un beso en la mejilla.
-Si
las madres son difíciles, pero la mía se pasa.
Un
mesero se acercó para tomar la orden.
-Capuchino
de vainilla- dijo sonriéndole al mesero.
-Café
late descremado, por favor.
El
joven se fue para regresar unos minutos después con las bebidas.
-Muchas
gracias- dijo Abril al mesero que le contesto con un giño y una sonrisa.
-Tienes
pegue- le dije cuando el joven se fue.
-¿Por?
-Coqueteo
contigo- le dije antes de tomar de mi café.
-¿Enserio?,
no lo note- dijo indiferente al chico que observaba desde la caja.
-No
lo culpo.
-¿También
me coquetearas?- preguntó moviendo las cejas de forma picara.
-No
eres tu quien quiere que yo le haga un hijo- conteste dejando mi taza en la
mesa.
-No
crees que hay mucha gente- dijo mirando a los lados- pero si tú quieres…
Sonreí
ante su cara de seducción tan exagerada.
-No
seas tan adorable- le dije acomodando un
mechón de su cabello detrás de su oreja.
Sus
ojos se clavaron en los míos, y sus labios se entreabrieron para mostrarme una
sonrisa.
-Lo
siento- dijo antes de desviar la mirada a la ventana.
-Descuida,
yo lo siento si te incomode.
-No,
no me incomodas al contrario- dijo tomando de su taza.
-Y
tu madre te desespera- dije cambiando de tema.
-Sí,
ella no me acepta, es duro para ella- dio un sorbo con cuidado a su café-
cuando se lo dije, me golpeo, me dio una cachetada que me tiro al suelo para
después gritarme “preferiría que fueras puta”, puede que no lo tomara bien
verdad- dijo sonriendo secamente.
-Lo
siento, debió de haber sido difícil- tome su mano con fuerza- ¿aún sigue igual?
-No
del todo, mi papá me ayuda con ella. Él es su lado opuesto, pero sé que algún
día lo entenderá, o eso espero- sus ojos reflejaban tristeza, era horrible
verla así, me estire y le di un abrazo.
-Detesto
verte triste- le dije cuando la solté- tu sonrisa es divina y me encanta verla,
sonríe.
-Gracias-
sonrió- ¿quieres subir y bajar?
-¿Perdón?
No entiendo que me propones.
-¿Terminaste?
-Sí.
-Vamos-
llamo al mesero y pago la cuenta de las bebidas sin darme tiempo de nada.
-Abril,
¿A dónde vamos?
-A
subir y bajar- me tomo de la mano, nos fimos por una calle y legamos a un
parque, nos dirigimos a la zona de juegos infantiles, nos detuvimos frente a un
subibaja de color rosa y dijo- ¡juguemos!- se sentó en uno se los extremos del
juego- vamos no peso tanto como crees.
La
complací y me subí al otro extremo.
Cuando
subía decía “yupi”, como si fuera una niña pequeña. Oírla tan feliz me alegraba,
aunque las alturas no son mi fuerte.
-¿Por
qué no festejas cuando estas arriban?- pregunto de pronto.
-No
soy una niña- conteste dándole a entender que ella sí lo era.
-Vale,
te dan miedo las alturas.
-No-
dije indiferente.
-Ok-
cuando llego abajo se puso dura
suspendiéndome en el aire- ¿segura que no temes?- dijo mientras se acomodaba
para permanecer más tiempo en esa posición.
-Vale
les temo- grite guiada por el miedo.
-Lo
sabía, lo siento- se levantó lentamente hasta que quedamos a la misma altura- cambiemos
de juego- se levantó me tomo de la mano y me llevó hasta la resvaladilla más
alta.
-¡Dios!
No podré subir es muy alto.
-Lo
supuse- me tomo de las dos manos- pero no lo harás sola, yo estaré contigo-
acaricio mi mejilla- no dejare que te pase nada.
Sus
ojos me absorbieron por completo –Vale, solo si estarás conmigo.
-Nunca
te dejare.
-Pero
tu primero.
-Vale,
pero vienes conmigo- subió los escalones, cuando avanzo lo suficiente la seguí-
no mires nada que no sea mi trasero- me dijo cosa que ni tarda ni perezosa
realice con placer, como bien dicen si la vida te da la espalda… aunque en este
caso no podía, si no me sostenía corría el riesgo de caer, aunque valdría la
pena por su trasero.
-Es
muy alto- dije mientras mis ojos seguían clavados en la forma de sus redondas
pompas.
-Pero
llegamos- me dio la mano y subí con ella el último peldaño, al estar en la sima
ella se sentó para tirarse- vamos- dijo haciéndose hacia adelante para que me
sentara con ella, me senté detrás de ella- vamos- se dejó caer y me tomo de la
mano para que me deslizara con ella. Entre mi temor la sujete de la cintura sin
darme cuenta, mientras ella decía- yo te cuido, no temas, disfruta.
Sentí
el viento que movió mi cabello y abrí los ojos, el miedo se esfumo pero no
desaproveche la oportunidad para seguir aferrada a ella.
-¿Estas
bien?- pregunto al llegar al fin de la resvaladilla.
-Sí,
gracias- después de unos segundos me di cuenta que aún no la soltaba por ello
no se paraba- lo siento- dije después de soltarla.
-Descuida,
¿funciono lo de mi trasero?- pregunto sonriendo.
-Sí
bastante- conteste algo sonrojada.
-Vamos
al mundo- dijo tomándome de la mano y llevándome de nuevo.
-¿Cómo
que al mundo?- pregunte confusa.
-Te
marearas- dijo sonriendo.
Me
llevo a un juego que consistía en una esfera de metal en la que te metías,
adentro tenía un manubrio que al girarlo movía el juego.
-Dijiste
que me marearía- reproche mientras
girábamos lentamente el manubrio.
-Estaba
siendo compasiva- comenzó a girar el manubrio con mucha más fuerza, lo giro lo
más rápido que pudo- suéltalo- me dijo.
Al
soltarlo la esfera comenzó a girar más rápido, mientras ella y yo chocábamos en
el interior.
-Así
está mejor- dije, mientras ella se sostenía de un extremo del juego.
-Vale-
contesto para después darle más vueltas al manubrio para aumentar aún más la
velocidad.
-Te
marearas- le advertí.
-No
importa, me levantas del suelo.
-Pero
estaré igual- repuse mientras le ayudaba a aumentar la velocidad.
-Bueno
nos acompañamos en el suelo.
Después
de quien sabe cuántas vueltas, nos detuvimos y salimos lentamente del juego por
que unos niños querían entrar.
-Creo
que me caigo- dijo balanceándose.
-¡Cuidado!-
trate de detenerla, pero mi mareo no ayudo y termino llevándome con ella al
suelo.
Su
cuerpo callo sobre mí, mientras ella seguía desorientada, cuando se recuperó un
poco nuestras miradas se unieron, sus ojos eran dos esmeraldas que no podía
dejar de admirar. Sus labios se acercaron un poco, yo deseaba que llegaran a
los míos, pero se detuvo poco antes.
-Lo
siento- se paró de prisa y me dio la mano para ayudarme.
-Descuida-
dije aceptando su ayuda.
Ella
parecía apenada por lo que casi pasó, yo sentía decepción, si hubiera tenido el
valor de acercarme para acelerar el encuentro, otra cosa hubiera pasado.
-Nos
sentamos- sugirió.
-Claro-
nos dirigimos a una banca a contemplar a los niños que jugaban.
-Tenía
mucho que no me divertía así- dije viendo a una niña en un columpio.
-Yo
igual- se acercó a mí y me dio un abrazo- lo siento- dijo al soltarme.
-¿Por?
-Por
no ser fuerte.
-No
te entiendo- dije desconcertada.
-Soy
mujer, eso es normal- dijo sonriendo.
-Creí
que entre nosotras nos entendíamos- dije con tono de ofendida.
-Ahora,
ni yo misma me entiendo- apoyo su cabeza sobre mi hombro.
-Tranquila-
dije mientras jugaba con su cabello.
Después
de estar sentadas por un rato el cielo comenzó a hacerse más oscuro.
-Te
llevo a tu casa- ofrecí mientras nos levantábamos para irnos.
-No
quiero molestarte-dijo un poco apenada.
-No
es molestia, además podría ser peligroso que una chica linda ande sola por la
noche- dije tomando su mano para caminar.
-¿Enserio?-
preguntó seria.
-Sí,
hay muchos psicópatas por allí, no viste las noticias, todo lo del caníbal de
La guerrero, la mata viejitas, él mocha orejas.
-No,
no me refería a eso, y ¿por qué le temería yo a la mata viejitas?
-Era
un ejemplo, pero ¿a qué te referías?- dije mientras cruzábamos la calle.
-Me
refería a si crees que soy linda.
-No
lo creo- dije mientras observe algo de tristeza en su rostro- lo afirmo.
-Ahora
seré yo quien te pida que no seas tan adorable- dijo sonriendo mientras subía
al auto.
La
lleve a su casa, nos despedimos con un abrazo rápido y entro a su hogar, y yo
me fui al mío.
Mi
casa estaba hecha un desastre, Ricardo y Sam dejaron palomitas por toda la casa
después de su pelea, pero no me quise molestar en recoger, me di un baño y me
metí a la cama.
Mientras
observaba la pared sin vida de mi cuarto “Debería de pintarla, para darle más
vitalidad, como Abril a mi vida”
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Va súper espero el siguiente capitulo sentada estar parada caansa jaja jaa
ResponderEliminarEstos capitulos son muy interesantes, esperando el prox cap con ansias ^^
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