Capítulo
25
Ojo
de Huracán
Alguien me dijo una vez que el mayor miedo contenido en nuestras
pesadillas, son realmente las sombras oscuras de nuestras propias culpas,
tenemos miedo... pero de nosotros mismos y de nuestros actos. Para mí, es como
si el ser oscuro que habitara en mi interior, ahora estuviera expuesto la mayor
parte del tiempo y mi ser de luz, encerrado en los barrotes de mi forma
material. Mi cuerpo es mi cárcel... porque no soy dueña de él. He llegado a
entenderlo con el paso de los meses, no es una casualidad que cada vez que
Shizuru retira un velo de mis ojos, el dolor y el sonido de un pitido me nuble
la vista, que entonces caiga en un sopor doloroso y al despertar me exalte por
la persona frente a mí, ella. Me aferro con vehemencia al recuerdo de aquella
noche, la que recuerdo fuera nuestra primera vez en el hotel, aunque ella
insiste en afirmar que estuvimos íntimamente antes, no quiso describir los
detalles de aquellas circunstancias por razones que ignoro, solo se sonrojó
mucho... es tan linda. Sin importar cuando ocurrió tan valioso momento, sé que
fue dulcísimo, perfecto, hice el amor con una extraña pero a la vez tan
conocida... alguien capaz de hacer recordar a mi corazón un sentimiento tan
fuerte, que trasciende las memorias que aun yacen en el olvido, es por eso que
mi amada Shizuru Viola merece absolutamente todo, incluso esta miserable vida
que llevo. Ella es mi polo a tierra y por nada del mundo pienso permitir que la
aparten de mí. Eliminaré todo aquello que se interponga en mi camino, seré el
monstruo de la pesadilla de alguien, si es que decide estorbar mi camino hacía
mi graciosa amatista. Y ahora... estos entrometidos me retrasan para ir a
verla.
-Zera... 5 a las 9 en punto- El
retroceso del arma golpea contra mi hombro, el sonido de las balas detonándose
en sus cartuchos, el silbido interminable de una guerra en las puertas del
capitolio Americano. Caen los hombres al
suelo, sus heridas son fatales... lo lamento, no tengo nada contra ustedes...
solo son órdenes. Disparo hasta que se acaban las balas, caminando por los
pasillos llenos de gas lacrimógeno, me escudo en una de las columnas. Zera
elimina 5 activos, cierro los ojos un momento para percibir el espacio en el
que no se ve nada, cosas de la humareda. Los pasos de las botas pesadas
ascienden por las escaleras de la derecha, sin embargo las estalactitas de
ámbar emergen del suelo. Oigo sus lamentos, pero eso no es importante. -Bien
hecho miel- Informo a través del comunicador, mientras un frío gélido electriza
mis manos. Mis elementos se materializan... me aparto de la seguridad de la
columna, los disparos remueven la niebla... presiono el gatillo... la fuerza de
mi ataque despeja por un segundo el humo, congelando el aire cuya humedad crea
copos de nieve y veo a un pequeño ejército ascender con dificultad entre los
obstáculos.
-Cargar cartuchos de plata-... Los brazales brillan intensamente en mis
manos y aquello da mi posición a los insulsos soldados. Salto desde el quinto
piso, sintiendo las balas rozarme la ropa... Zera es certera, los que
intentaban atacarme caen más lento que yo hacia el abismo, pero han muerto ya
segundos atrás.
Rayos azules emergen de mis armas mientras desciendo por efectos de la
gravedad, la corriente tras cada disparo retrasa la caída y una bola helada se
fragmenta en estalactitas de todos los tamaños. Aquello es una carnicería y al
menos 20 soldados han muerto cuando mis pies tocan la tierra, he dejado aboyado
el bello mármol del suelo, pero mis huesos ni siquiera lo han resentido. Me
miran con terror aún bajo las máscaras de aire... -¡Teman! tienen razones de
sobra para ello- Me levanto extendiendo los brazos, para eliminar los últimos
objetivos. Nuevas detonaciones y más gemidos, siento impactos sobre mí, pese a
que no me muevo ni un centímetro... mañana tendré unos lindos cardenales.
Detrás de mí, la gran puerta de la sala de reuniones del senado se
abre. El olor a fármacos delata la presencia del último miembro de nuestro
equipo. -He envenenado a todos los miembros del parlamento- Informa Yun, con lo
que se adivina una sonrisa bajo su máscara o es solo la burla que se escucha en
su voz, ella es la que más disfruta su trabajo.
-Despejado...- Habla mi voz sin emoción, sin culpa. -Vamos por las
valquirias... es hora de destruir la casa blanca- Disparamos ganchos hacía el
techo, y en cuanto alcanzamos la azotea, un jet deposita cuatro cajas
metálicas. Abordamos los enormes robots de metal con el procedimiento ya conocido,
lector de palma y reconocimiento de voz. Una vez dentro, con sus propulsores
nos elevamos hacia la inmensidad de los cielos.
Pero unos minutos más tarde, al fin los estadounidenses quieren mostrar
de qué están hechos. -Tenemos 6 B-2 Spirit a las 12 en punto, punto de
encuentro en 10 segundos- Reporta Zera que yace
a la cabeza de la formación aérea. Puedo ver en la pantalla holográfica
de mi visor los 6 espectros negros ¿Cuánto valen 2.400 Millones de dólares?
-Es hora de ver la capacidad de estos trastos, pasen a visión
calorífica... formación Alfa Bravo, disparen sin contemplaciones- Ordeno
girando el cuerpo de metal antes de chocar con el primer casa de alta
tecnología. Nos dispersamos a gran velocidad, para separar al grupo de ataque
pero el tiempo apremia y mi paciencia es escasa, o de ello da fe, el gran cañón
de hielo que poco a poco se materializa en mi brazo derecho.
-Están sobrevolando espacio aéreo restringido, tienen un minuto para
bajar a 10 pies de altura, sujetándose a revisión militar... repit...- No pudo
terminar la frase del comunicado a través de la frecuencia oficial, quizás
entonces notaron que todo en el interior de la aeronave se congeló. El mismo
destino sufrió el siguiente B-2 spirit, destrozados por la lluvia de disparos, cortes
limpios y explosiones en el cielo. Desde lo alto, con la mira de alta
definición y cargando a la máxima potencia nuestros rayos de largo alcance,
apuntamos en la dirección de un edificio de impoluto blanco en el fulgor del
día.
-Zera, Miel... Yun... ¿Preparadas?- Preguntó a través del comunicador,
desde la altura y con los propulsores estabilizados.
-¡Sí!- Gritaron a coro.
-3, 2, 1...- Rayos de diversos colores, golpearon contra la edificación
que representara un icono para el mundo. La onda explosiva pudo sentirse varios
kilómetros a la redonda, aguardamos impasiblemente hasta que la humareda dejo
ver los escombros y un profundo orificio en la tierra, que fue escaneado desde diversos puntos por
cada uno de los miembros del escuadrón. Hasta que observamos un Bunker bajo
tierra... seguramente allí reposaría el presidente de aquella nación.
-Zera... es todo tuyo- Ordené antes de darme media vuelta con el resto
del equipo, sabía que ella usaría las capas de tierra para provocar un temblor
tan fuerte, que el metal se doblaría y aquella jaula blindada, sería el ataúd
de nuestro objetivo, un presidente menos.
.
.
.
El peso del destino en las manos, el golpe gentil del francotirador y
el silenciado sonido de un disparo.... a lo lejos, a través de la mira veo a
uno de los hombres más poderosos del mundo caer al suelo, con una herida
precisa en la cabeza, junto a su vicepresidente. Seguramente no sintieron la
muerte venir de mi mano o la de Zera, no tengo nada contra ellos, son
simplemente órdenes. No hay tiempo para pensar, solo correr hacia las escaleras
de incendio, bajar de un salto hasta una de las callejuelas más oscuras de
Moscú, entrar por la puerta al fondo del callejón... subir a la azotea, saltar
varios edificios, bajar a rapel hasta llegar a la salida de emergencias del
hotel central, subir por las escaleras del servicio, salir por la ventana del
cuarto de limpieza, saltar 5 balcones con el sistema de distorsión visual,
entrar a nuestra habitación, quitarnos las máscaras, la ropa de asalto en tiempo
record, doblarla y esconderla bajo el colchón. Zera se inclina sobre la cama
con apenas un trajecito de encaje muy, pero muy pequeño de color vino tinto. A
la par que yo tomo asiento en sus caderas, con el pecho desnudo a la vista...
-Que no te quede gustando Zafiro- Me dice con una mueca de molestia,
mientras mis brazos se ponen a cada lado de su cuello, para ajustarme a la
secuencia.
-Lo mismo podría decir yo...- Respondo sabiendo que debemos
sincronizarnos con el video montaje que hizo Azula, para darnos la coartada
perfecta. Mis cabellos caen sobre las morenas mejillas de Zera. No me va bien
hacer esto, pero es preferible a que nos sentencien a la pena máxima. -¡Ahora!-
La orden a través del comunicador en el pendiente de zafiro, me obliga a juntar
mis labios con los de Zera, siento sus manos aferrarse a mi cintura y es
terrible porque aún nos quedan al menos
5 minutos de actuación. Es parte del procedimiento de respuesta ante un
atentado terrorista, justo como el que acabamos de hacer.
Pese a todo una lujuria ausente de emociones, de sentimiento tiene
lugar entre nosotras... una honda culpa se siente en cada uno de las caricias
que le prodigo y por alguna razón intuyo que ella no se siente mejor. Creo que
piensa en otra persona cuando el tacto de sus labios en mi pecho se hace más
delicado, o sus manos tornan suave el movimiento de sus dedos en mi espalda.
Incluso su pasión se delata más que solo lujuria y sus ojos están cerrados,
ella se ha sumergido en su mundo de fantasías donde otra persona es la
protagonista de su idilio. Sin embargo, yo no soy capaz de hacer lo mismo,
muerdo sin piedad su cuello, cuando casi la desnudez de nuestros cuerpos yace
bajo las sabanas y agradezco al inventor de la ropa interior, es una fina tela
la que nos impide un contacto directo y vergonzoso cuando cada quien tiene a
una dueña en su corazón. Los movimientos incesantes de nuestras caderas
vulneran mi sensibilidad y no veo la hora de que los guardas hagan su
intromisión. Después de un tiempo que para mí se ha sentido demasiado largo,
siento su cuerpo temblar, sé que es el momento en que sus roncos gemidos
aumentaran de tono, sé que es el momento en que me abrazará con más fuerza
arqueando su espalda y sola tal vez...
Dirá su nombre... -Aka..ne- Pero los negros ojos se abren y no soy yo
la persona que espera ver. ¿Quién es esa tal Akane? No hay tiempo para
sonrojarse, está hecho y yo me siento basura, noto que ella siente igual. Una
fuerte patada interrumpe, bendita providencia... un grupo de hombres armados
entra en escena, al mismo tiempo palidecen, se abochornan y puede que alguno
mire con más del interés necesario lo que hay por ver.
Que puedo decir, la cara entre estupefacta y libidinosa de los guardias
que nos encontraron teniendo 'sexo' bajo las sabanas no tuvo desperdicio, a la
vez que me sentí asqueada. Dañaron la puerta pero salieron de allí más rápido
de lo que entraron y apenados por la interrupción, pese a todo desviaron la
mirada sobre la ropa femenina tirada por todas partes, como preámbulo de lo que
'evidentemente' había pasado. Zera se cubrió lo mejor que pudo, nos separamos
'asustadas', si es que materializar mis armas bajo las sabanas fuera una forma
de temer. Las precauciones nunca están demás... un tono de disculpa, o algo así
escuché de los labios del último activo de inteligencia rusa, es todo lo que se
escucha antes de que la puerta cierre. -¡Brutos! ¿Que no les enseñaron a tocar
la puerta?- ¿Cómo es que Zera puede fingir esa voz tan aguda? -¡Que parte de
'no molestar' no se entendió!- Ahora caigo en cuenta que está hablando un
fluido ruso y peor aún, que le entiendo perfectamente lo que dice... que yo
sepa nunca hice un curso de este idioma, aunque tampoco es que recuerde mucho
de mi vida.
-¿Vamos a la ducha amor?- Dice con sumo esfuerzo la pelos de erizo, ese
es el único punto ciego del hotel que seguramente valorará la grabación casi
porno que les hemos dado, supongo que lamentaran grandemente las sabanas que
les impidieron la vista.
-Claro... después de semejante susto se me ha muerto la inspiración-
Con un fingido lamento y para más inri en ruso. -Te dije que hemos debido
alojarnos en el hotel del norte...- Me cubro con la sabana antes de salir de la
cama, casi olvidando darle la mano a mí 'mujer'. Sigo cuestionándome, ¿Estás
operaciones encubiertas a quien se le ocurren?
Una vez en la ducha. -No puedo creer que Iori nos hiciera esto- Zera me
pasa el jabón, como si nada hubiera pasado y mejor de ese modo. Comenzamos por
mojarnos un poco y después pasar el jabón por las partes urgentes, cada quien
mirando al techo. Que terrible pensar que le he sido infiel a mi amada por
un... polvo de segunda, el producto de aquello no es más que la culpa y la
angustia de una tacita traición. Si al menos contara a mi favor que no lo he
disfrutado ni un poquito... tengo la certeza que eso no sería suficiente
consuelo para Shizuru.
-Solo quiere vengarse de mí, porque lo he dejado con Azula- No hay otra
justificación para esto, ojala esa amnesia anterógrada me hiciera olvidar esta
operación.
-Pues a la próxima juega a dos bandas, es que solo a ti se te ocurre
dejar tirada a la hermana de la jefa... ¡me he prostituido en tu nombre!- Se
quejaba Zera, pero sin mirarme... estamos desnudas en la ducha y no es
precisamente el mejor lugar para tener este tipo de charlas.
-¿Prostituido? Si tú andabas pensando en esa tal Akane, tan mal no lo
pasaste... yo en cambio-
-Dejémoslo así Zafiro- Me silenció abriendo la regadera a todo lo que
da, se enjuagó, tomó una toalla y salió. Yo me apresuré en hacer lo mismo...
suspiro, no hay modo en que pueda quitarme esta sensación de suciedad del
cuerpo.
.
.
.
El abrumador sonido del helicóptero sabe embotar los sentidos, pero
estoy tan acostumbrada al barullo y los sonidos fuertes, que puede ser como un
arrullo que sosiega, que apaga la alerta sempiterna en mi cuerpo, esa que no me
da paz ni un solo momento y parece activa desde el momento de mi nacimiento,
mas no lo sé... de mí apenas conozco mi nombre y profesión ¿Qué habré hecho
para dedicarme a algo como esto? No lo sé, el problema es que soy terriblemente
buena en ello. Me llamo Natsuki Kruger, 'alias' Zafiro, tengo 18 años y soy
asesina profesional, aunque el papelón de hace un rato... puag. ¿Mi dilema?
Tengo amnesia retrógrada y anterógrada, he olvidado mi vida entera y el instinto
es lo único que queda para guiar mis pasos, por si fuera poco cada segundo que
pasa existe la posibilidad que vuelva a olvidar las cosas que son importantes
para mí, entre ellas... la más importante, Shizuru Viola.
Sé que a veces puede parecer que a una persona sin escrúpulos como yo,
le resultaría imposible guardar sentimientos dulces por alguien, ya que mi
trabajo implica tener sangre fría y por lo visto, estar dispuesta a todo por
salvar el cuello. Niego con la cabeza, ¿Imágenes feas porque no se van de mi
cabeza? Suspiro... sin embargo ella es... mi talón de Aquiles, la Eurídice por
la que iría al inframundo y enfrentaría al dios de la muerte; La encantadora
Isolda de la que me he enamorado irremediablemente sin siquiera sorber una gota
de ninguna poción, a menos que hacerle el amor se considere algún tipo de
poción... en pocas palabras, la agraciada, bendecida por las divinidades con
tal belleza y carácter, mi querida Shizuru, ella es el universo entero para mí.
Buscó entre las prendas militares una foto de nosotras que ella me
regaló, a mi mente le cuesta creer, pero mi corazón sabe lo cierto de la imagen
contenida en la foto. En ella tenemos un uniforme colegial y yo uso el de
deportes, pareciera que acabara de terminar una competencia, pero eso es
irrelevante. La fotografía significa que Shizuru y yo nos conocemos hace mucho
tiempo, puede que años... en la imagen tengo una sonrisa tan sincera estampada
en la cara, aunque siendo mi amada amatista la que me abraza por la espalda, es
totalmente lógico. Incluso ese brillo en sus ojos es el regalo más valioso que
tengo... sus cabellos siempre perfectos sin importar la hora o el lugar, toda
ella es como un faro de luz en mi oscuridad. Si tan solo, pudiera confesarle lo
que hago para vivir... ¡No! Me repudiaría nada más saberlo. Y pensar que ella
sabe de mí bastante más que yo, que no puedo recordar y ello me frustra en cada
ocasión que la miro, es como tener un muro que tapa toda la panorámica de mi
memoria. Ni siquiera sé que le gusta comer, que cosas vivimos juntas, como es
un despertar más largo a su lado, mucho menos conozco a su familia, su vida...
es cruel amar sin conocer a alguien, solo me queda esperar y construir nuevas
memorias a su lado, para conocerla de verdad... pero ¡Hey! Por lo menos sé que
ama tomar té y es una experta en ello.
Ya Zera me está mirando más raro de lo habitual y es porque
probablemente tengo la vista perdida en algún punto fijo de este monstruo de
metal. No necesito más la foto para imaginar el momento en que fue tomada, pues
la he visto ya tantas veces... que es como si mi mente se grabara a fuego ese
fragmento de mis memorias perdidas, uno pequeño, pero muy valioso. Supongo que
debe ser tan obvio que yazgo en un mundo aparte y que por más que desee
ocultarlo, la preocupación se ha hecho visible en mi rostro. Tengo miedo... si
YO Natsuki, tiemblo de pánico en mi asiento, pues hoy la veré de nuevo y me
aterra pensar que me dé un no por respuesta, a la pregunta que quiero hacerle.
-¿Qué te pasa Zafiro? No estás tan concentrada como las anteriores
veces- Levanta una de sus cejas castañas con suspicacia, Zera suele ser un ogro
la mayor parte del tiempo, pero... esta es una de esas pocas veces que parece
importarle lo que me pasa.
-No te preocupes, en cuanto tenga a nuestro nuevo objetivo delante, mi
labor será tan impecable como siempre...- La seriedad y profesionalismo del
caso aparece en mi rostro. Iori y Nagi nos han solicitado con urgencia en
Kioto, al parecer un prospecto de 'irse a mejor vida', aguarda por mi mano verduga,
pues yo seré la parca que apague su último aliento. ¿Quién será mi víctima esta
ocasión? Esperemos que no un inocente.
-Eso lo sé... si no fuera así le hubiese pedido a Iori que me enviara
con otra persona- Me mira con una confianza y camaradería poco habitual ¿Acaso
le quedó gustando el Show del cuarto? Mejor que no. -Aprovecha para desahogarte
antes de que aterricemos, tienes 30 minutos para ello. Si no lo has logrado
para entonces, alguien tendrá que decirle a Nagi, que le asigne la próxima
tarea a otro miembro del escuadrón y en ese caso no querría estar en tus
zapatos- Se cruzó de brazos tirando la cabeza hacía atrás, con el objeto de
apoyarla en su asiento y descansar.
Nagi es nuestro 'jefe' por así llamarlo, lo cierto es que tengo grandes
reservas sobre él y no entiendo porque en el fondo, una voz de alerta grita
incansable que me aleje. Ja ¿Cómo si esas cosas fueran posibles en estos bajos
fondos? Me cazará como a una rata si se sabe traicionado o peor aún, podría ir
tras Shizuru para hacerme daño. Arggg... no permitiré que eso pase. Ahora es
obvio que si me he enamorado y no sé porque siento que eso... parecía muy
difícil hace largo tiempo.
-Zera... ¿Alguna vez te has enamorado de alguien?- Se me escapó la
pregunta, entonces caí en la cuenta, tampoco sé mucho de mis colaboradoras de
profesión.
-¿Qué?- Poco le ha faltado para escupirme en la cara o ahogarse con su
propia saliva. Ladeó el rostro con un ¿Sonrojo? -Si... no soy de piedra- Eso no
me lo esperaba, ella realmente parece de piedra.
-¿Se puede saber quién es la afortunada?- Levanté una ceja, sabiendo
que probablemente era esa tal Akane con la que anduvo teniendo sueños húmedos a
mi costa.
-Métete en tus propios asuntos- Se cruzó de brazos con la cara aún más
roja y al mirarla con detenimiento, su barbilla... su cuello y ¿Ese parche
rojo? Si yo la mordí al otro lado...
-Por lo visto... hasta se ha consumado el asunto- No evité un poco
disimulado tono de mofa.
-¿A qué viene todo esto Zafiro?- Bufó cual gato queriendo centrar el
tema en mi persona.
-Yo también tengo una persona- Fruncí el ceño queriendo denotar la
seriedad y preocupación del asunto. Si osara reírse, le rompería la nariz sin
contemplaciones. -Quiero hacerle una importante pregunta pero...-
-No sabe sobre esto ¿Verdad?- Negué con la cabeza ante la pregunta de
Zera. -Has hecho bien en mantenerlo oculto, si ella supiera las cosas que hemos
tenido que hacer en esta operación... estarías soltera de nuevo- Acarició sus
agudos cabellos con un ademán tranquilo. -Supongo que ella es la persona por la
que dejaste Katsuya, así que respeto los sacrificios que estés dispuesta a
hacer... pero sabes que Nagi nos enviara a casarte cual perro, si es que
decides dejar el trabajo- Frunció el ceño. -Y no quiero ir tras de ti... menos
aun sabiendo las valiosas razones que te mueven, así que si hay algún consejo
por dar. Es que le preguntes a tu chica lo que tengas que preguntar, vive cada
segundo como si fuera el último, ya que en nuestros oficios... puedes morir en
cualquier momento- Apoyó su mano en mi hombro con total sinceridad, aquellos
luceros negros me miraron con determinación, incluso entendimiento. -Trata de
vivir lo mejor que puedas cada momento junto a esa joven y si más adelante las
cosas salen bien, tal vez podrás confiar en ella lo suficiente para decirle la
verdad, si te quiere de verdad... creo que sabrá entenderlo-
-Gracias Zera- Es bueno contar con alguien de vez en cuando.
-Me llamo Kaoru Matsuda... que sea un pacto entre tú y yo. Ser felices
a toda costa con las personas que amamos- Estiró su mano ante mí en una abierta
invitación de camaradería y amistad sincera.
-Me llamo Natsuki Kruger... y es un pacto- Estrechamos nuestras manos
con una sonrisa.
El helicóptero descendió sobre el helipuerto del edificio principal de
Kioto, es la cuarta torre propiedad de la familia Margueritte, allí vivimos en
el anonimato los miembros del escuadrón Valquiria y para mi suerte, queda
bastante cerca del trabajo de mi Shizuru. Mi cabello se mece con el viento al
bajar la aeronave, retiro los mechones escurridizos de mi cara, para contemplar
la primera torre, yace a unos 15 minutos al norte según mis cálculos
personales.
La torre purpura como la llamamos nosotras, es un edificio de grandes
ventanales y reflectores morados al anochecer, allí las grandes directivas de
la corporación aprueban o deniegan los proyectos de ese monstruo corporativo.
Siento una contradicción al mirarlo, me agrada porque me hace sentir más cerca
de ella, mi amada trabaja de secretaria en ese lugar, y es una pena que menosprecien
tanto su admirable capacidad. No me atrevo a mover los hilos para que le den un
ascenso, solo porque Shizuru es muy competitiva y le gusta ganarse las cosas a
través de su propio esmero, si interviniese ella se enfadaría conmigo, eso es
seguro.
Aun con todo temo, si trabajara en otro lugar yo estaría más tranquila,
ella no estaría involucrada en esta podredumbre y más segura. Según entiendo,
Sears y la Corporación Margueritte son las vistas legales, la tapadera de los
truculentos planes de 'Ragnarök', que es como se hace llamar la organización de
trasfondo al mando de Nagi y otros tantos directivos de Sears. Es como si
Ragnarök realmente quisiera llevar al mundo a su final, y yo... yo les he
estado ayudando, con cada objetivo que elimino, están más cerca de ver cumplido
su objetivo, no soy ciega para no ver como las noticias anuncias, crisis
económicas y coyunturas políticas, tras cada uno de los asesinatos que realiza
el escuadrón.
Sigo contemplando la gran muralla de cristal que compone a la torre
purpura, ahora con culpa, cierro los ojos y me doy cuenta que no me importa en
lo absoluto la humanidad o el mundo mismo. Lo sacrificaría por entero en su
nombre y sigo temiendo, más hondamente, cuan ruin habría de parecerle a Shizuru
si lo supiera, temo ser un monstruo ante sus ojos... pero es que yo... ya no
puedo escapar, tengo que fingir para no traer la vista de Nagi o Iori sobre mí,
porque empiezo a sospechar que mi falta de memoria tiene que ver con ellos. No
de nuevo... maldito pitido...
Una efusiva joven castaña llega a nuestro encuentro, tan efusiva que
nos abraza a Zera y a mí al mismo tiempo. Entonces notó un disimulado sonrojo
en la cara de mi compañera de batallas, ¿Acaso esta jovencita se llama Akane? La
cara llorosa, los ojos vacíos de brillo, la expresión demente, sin alma de una
Miel más joven y de cabellos cortos, surcó mi mente. Tenía un atuendo propio de
los hospitales psiquiátricos... ella montaba en un fiero leopardo mecánico con
púas, elevada sobre los cielos a mi lado, solo que yo montaba un lobo plateado
de dimensiones más grandes... un pitido en mi cabeza y al pestañear...
-¡Bienvenidas chicas!-
¿En que estaba pensando? No importa... -Hola Miel ¿Qué tal te fue en
China y Arabia?- Sonreí acariciando sus largos cabellos castaños, ante una
mueca gruñona de Zera ¿No estará celosa o sí?
Miel se apartó un poco de nosotras. -Misión cumplida Zafi- Hizo una
divertida pose militar con la mano en la frente. -Fue pan comido- Pero Miel fue
interrumpida por una melodramática voz chillona.
-Hooo como siempre se olvidan de preguntar por mí... vamos a quien le
importa la última valquiria... a Yun que la atropelle un tren, le caiga un
edificio encima, da igual- Se quejó la última, una de melena rosa con un mohín
enojado en su rostro.
-Tú siempre tan dramática Yun- Le mira con sorna Zera. -Ten cuidado, no
sea que te parezcas a la traidora de Piro...-
Nuestros rostros se ensombrecen. -¡No me compares con esa zorra!- Una
vena asomó en la cabeza de Yun.
-Hey... cálmate mujer, que te vas a reventar un día de estos con tantos
corajes- Miel le palmeaba el hombro a Yun con el afán de darle ánimos.
Levanté mi puño al aire. -Nuestra lealtad siempre estará con Ragnarök-
Dije con voz seria frunciendo el ceño, aquello fue de forma automática y sin
siquiera pensarlo, mucho menos desearlo.
-Bien dicho Zafiro...- Esa voz cantarina incluso ponzoñosa, se escuchó
a nuestras espaldas... Nagi. -Estoy orgulloso de su labor, ahora mismo
todos los gobiernos del mundo temen por su estructura y sus vidas, una estructura
en exceso frágil cuando han hecho de sus gentes masas de homínidos ignorantes,
esos que sucumben al miedo y a la zozobra con demasiada facilidad... las
revueltas en todos los puntos del globo apenas comienzan, solo nos falta la
última pieza- Mis ojos se cruzaron con la sangre cristalizada que eras los
suyos, pese al rencor que sentí de solo verlo, incliné la cabeza con sumisión y
pude verlo sonreír de soslayo. -Ustedes son la pica que el escultor necesita
para dar forma al mundo, son superiores... por eso los más evolucionados
sobrevivirán, las hijas de la estrella serán la masa maleable para crear un
mundo perfecto...-
-Me preguntó con humildad- Incline la cabeza aún más. -¿Qué es la
perfección?-
-Les daré un breve ejemplo- Caminó hacía nosotras con Azula a sus
espaldas... los ojos lila de la chica me miraban con amargura y yo no tenía el
valor para verla de frente. -Mi hija- Nagi acarició los cabellos plata de
Azula, pero esta no se inmutó. -... ama a aquellas que le son congéneres y ha
tenido que soportar el peso de este tipo de amor sobre sus hombros, como muchas
de ustedes. Las niñas temen en el Instituto a mostrarse como realmente son,
porque estarán sometidas a los prejuicios... pero, si hubiese un ojo vigilante
que castigase con mano estricta tales actos, no se repetirían... porque será un
mundo para iguales querida Zafiro- Pude comprender su esmero por agradarme,
sabe más de lo que dice ¿Acaso temí yacer con Shizuru en el Instituto por las
represalias?
-¿Un ojo vigilante?- Preguntó Miel inoportunamente, todas intuíamos que
tipo de mirada sería aquella. Un mundo regido por la fuerza de un solo hombre,
alguien a quien nadie pudiera cuestionar y cuya verdad, sería la única. Sentí
asco de imaginar un mundo así... pero la sensación se evaporó más pronto de lo
que imaginé, siendo reemplazada por una fantasía. Un mundo en el que pudiera
yacer con Shizuru en un parque, sin las inoportunas miradas de reproche; sin
los desplantes en restaurantes cada vez que nos damos un beso, sin el
infortunio de tener que implorar o sobornar a un funcionario para adoptar a
nuestras niñas, incluso me alegraba un mundo en el que pudiera desposarla más
que solo por medios legales...
Nagi miró con la falsa expresión de un padre amoroso a Azula. -No
podemos crear un nuevo mundo sin control querida Miel... a veces las manzanas
podridas pueden contaminar a las demás y es por eso que debemos retirarlas,
antes de que puedan obrar mal intencionadamente contra los honestos- No lo dijo
claramente, pero no distaría mucho de algún dictador y para ello se haría de un
ejército completo, de seres como los Slave.
-Mi lord... si no, nos requiere para algún otro deber ¿Podríamos tener
un día libre?- Preguntó Zera con expresión temerosa.
-Claro...- Sonrió el peli plateado. -Por ahora solo tenemos que esperar
a que el caos someta a los países que hemos atacado, gracias a eso tendrán unos
días para reponerse y disfrutar... para eso les hemos consignado sus
respectivos y muy generosos pagos- Hubo un barullo colectivo de alegría, al que
no me uní, solo porque Nagi me miraba con detenimiento. Seguí en silencio a las
demás, ocultando mi alegría porque no deseaba revelar ante él, que tan valioso
tiempo tengo planeado compartirlo con Shizuru. Mis planes se aguaron en cuanto
sentí la fría mano de él en mi hombro. -Una semana Natsuki, al volver... Iori
te dará una misión aún más importante, pero esta vez... irás sola- El tono era
muy serio, ronco y frío.
-Como ordene mi lord- Afirmé con un asentimiento.
-Si logras hacerlo... serás libre Kruger- Su mano se separó de mi
hombro y escuché sus pasos alejarse hacía el helicóptero que nosotras habíamos
usado con anterioridad.
Me detuve, tragué saliva ¿Acaso prescindiría de mí eliminándome o
realmente me dejaría en libertad? Me di la vuelta para verlo subir a la
aeronave, su sonrisa de evaporó tras la puerta y el vidrió blindado. -Ojalá
fuera cierto- Susurré con el viento en la cara y el atronador sonido de las
hélices acallando mi voz. Nagi nunca me dejará ir, no sin que mi espíritu
abandone primero mi cuerpo. Me di la media vuelta recordando las palabras de
Zera, tengo que vivir este presente mientras pueda y luchar por el futuro que
deseo, pero de momento... me concentraré en hacerle esa pregunta a Shizuru.
-0-0-0-
Si tan solo tuviera el valor de hablarle, no ser tan cobarde cada
mañana cuando despierto y su bello rostro es lo primero que veo, siempre sus
cortos cabellos rubios sobre su cara y ese gesto natural de apartarlos con mis
dedos... si ella supiera que despierto antes para acariciar sus claras mejillas,
dar un beso a su frente cuando me da miedo tocar sus labios y despertarla.
Siempre estoy deseando besarla, sentirla junto a mí, no vivir con este algo por
dentro que me sugiere voy a perderla y me destroza con la sola idea. ¡Me odio!
Porque todas estas emociones están encerradas dentro de mí. Puedo enfrentar a
un equipo perfectamente armado que no se tentaría el corazón para matarme,
pero... no soy capaz de confesarle a la chica que amo lo que siento por ella.
Parece una maldita broma de mal gusto... sería tan fácil, después de todo
estamos casadas y...
-¿Si solo por esa razón se forzara a estar conmigo...?- No quiero
pensar que sea eso ¿Pero por qué otra razón estaría conmigo? No soy una persona
romántica y mi humor es difícil de tolerar, o eso dice Arika constantemente;
Erstin tiene una increíble delantera... a mí en cambio, me engañaron con los
genes.
De todos modos este no es el momento para pensar en eso, levanto la
vista y el enorme contenedor frente a mí revela un tremendo cargamento de joyas
fabricadas por la corporación Margueritte, pero transportadas por Sears.
-Blan-sama...- Una de los miembros de inteligencia de Garderobe me tiende una
de las gemas, la sujeto entre mis dedos y
la acercó a mi rostro. El orificio por el que asoma el cristal negro es
apenas perceptible a la vista. -Takato-san... ¿Cuántos cargamentos similares
han sido movilizados en los meses pasados?- Cuestiono a un hombre mayor que
lleva los registros de la carga en el puerto principal de Honshu en Osaka.
-100 embarques en el último mes, tengo que revisar los registros para
saber hace cuánto tiempo se mueve esta referencia- El anciano acomodó sus
lentes pensativo, antes de darse media vuelta para ver los registros dentro de
la oficina en puerto.
-Irina ¿Cómo se comportan en el mercado mundial estas cosas?- Continué
mirando la gema con detenimiento, era un diseño hermoso, una rosa esculpida en
oro blanco y plata, la bellas inscripciones dentro del anillo.
-Muy por debajo, son el último grito de la moda en Estados Unidos, Europa
e incluso en Asia, ni que decir en América latina, se venden casi al costo...
prácticamente no tienen margen de beneficio para el vendedor-
-Haré que Shinobu-san te remita una muestra, quiero que analices las
inscripciones en los anillos- Dije antes de caminar hacía la limusina que
aguardaba por mí, guardé el anillo en mi bolsillo, yo haría mis propias
averiguaciones.
-¿A dónde desea ir Blan-sama?- Preguntó el conductor, mirándome por el
retrovisor.
-Vamos al Umeda Sukai Biru- Aun desde semejante distancia podía ver las
dos imponentes torres negras del edificio 'construido en el cielo', ambas
unidas por grandes puentes de metal y un cielo raso en la parte superior de los
puentes en forma circular. No tardé demasiado en llegar, bajé del auto, entré al
edificio y subí por el ascensor a la parte superior donde Erstin, Nao, Alissa y
Miyu aguardaban por mí. Un poco de turismo ese último día de su viaje a Osaka
no iría mal, tal vez con algo de valor y el escenario propicio me atrevería a
decir mis sentimientos a cierta rubia amada.
-0-0-0-
El cálido vapor que mana desde mi tasa, la vista translucida de ese
pequeño hecho, antes de posar sobre mis labios el tibio líquido es la no tan
secreta fuente de mi tranquilidad. Es uno de esos pequeños momentos que me
permiten tomar un respiro de la vida diaria y sus penurias. La voces son como
ecos en mi mente, presto sin prestar atención a la exposición de proyectos de
la corporación Margueritte, pero nada de lo que dicen los expertos me es de
utilidad en aquello que deseo saber, salvo que se vendería bien un cristal
capaz de almacenar información y que con esto el tamaño de las computadoras
quedará reducido a una simple placa de vidrio.
-¿No te parece una buena idea?- La voz quisquillosa de Tomoe, me obliga
a mirarle con la serenidad de la que carezco en momentos así... cuando el
tiempo se agota y yo lo pierdo en tonterías como esta.
-Cuando pueda producirse en masa y podamos bajar los costos de un
millón de dólares por unidad, solo entonces podría decirse que es un buen
negocio. De momento solo nos limitaremos a ver qué gobierno está interesado, ya
que en actualmente el mercado es... muy reducido- Me puse de pie, di la mano al
expositor y lo despedí amablemente, con una de esas sonrisas patentadas de
anuncio de revista.
En cuanto aguardamos a solas, siento los brazos de la chica sujetarme
desde la espalda. Contengo una mueca de disgusto, sé bien sus intenciones. -Qué
te parece si nos tomamos el resto del día libre Shizu-chan- Susurra melosa en
mi oído.
-Me encantaría pasar tiempo de calidad con mi Tomo-chan, pero ella sabe
que ese es un lujo que no puedo darme en este momento- No cuando he quedado a
almorzar con mi Natsuki. -De hecho tendría que estar saliendo en este momento
para un almuerzo de gran importancia con uno de nuestros clientes- Me libero
lentamente de sus manos, me doy la vuelta y posteriormente deposito un beso
quedo en sus labios. Tomo mis cosas del asiento y antes de salir por la puerta.
-Nos veremos en casa mi amor- Sonrió secretamente al ver su rostro de
desconcierto.
Camino por el pasillo, como si no supiera que una bomba está a punto de
explotar, tomo el ascensor y finjo no escuchar los gritos de contrariedad que
provienen de mi oficina, pero que sobrepasan las paredes. Presiono el botón del
estacionamiento y de cerrado inmediatamente después, me despido con la mano y
una linda sonrisa, cuando sé que pese a su carrera por el pasillo Tomoe no
podrá llegar a tiempo para entrar en el mismo ascensor. Suspiro aliviada cuando
la música de fondo me hace saber que por ahora me he librado de ella. Acomodo
un poco mis castaños cabellos, antes de salir y buscar mi auto, sin embargo una
linda motocicleta aparcada a un lado, así como una aún más hermosa figura me
deja estupefacta en mi sitio, extasiada con la contemplación de su cuerpo,
siempre es un gran espectáculo ese traje de cuero enterizo en curvas tan sexys
como las de mi Natsuki.
-Ara... no imaginaba que Natsuki quisiera darme tan grata sorpresa- Es
fácil olvidar al resto del planeta, mientras contoneo las caderas en un sensual
caminar exclusivo a la vista de mi amada. Pero no soy tan descuidada como para
olvidar que Tomoe está en la planta de arriba esperando el siguiente ascensor.
-Pensé que mi espera sería menor si venía a recogerte- Sus dedos índices
chocan uno con el otro en una expresión tan tierna, que me embeleso con tan
linda vista.
-Mi Natsuki no tiene que justificar sus esmeros por verme más pronto,
yo siempre lo encontraré tan lindo de su parte- La sonrisa más sincera mano de
mis labios y con ello mi amada se animó a tenderme el casco para mi seguridad.
Es este un placer personal que no me niego a mí misma bajo ningún concepto, a
pesar de la loca forma de conducir que tiene mi Natsuki. Bueno siempre es una
buena excusa para abrazarla más fuerte.
------------------------------------------------------------------------------------------------------
La Teta Feliz Historias y Relatos ® Cristalsif - Derechos Reservados
©
Todos los derechos reservados. Esta publicación no puede ser
reproducida, ni en todo ni en parte, registrada o transmitida por un
sistema de recuperación de información, en ninguna forma ni por ningún
medio, sea mecánico, fotoquímico, electrónico, magnético, electroóptico,
por fotocopia o cualquier otro, sin el permiso previo, por escrito, del
autor.
Muy bien excelente. Kisiera ke Natsuki recuerde su pasado para ke así Tomoe deje de molestar. Ahora estas haciendo ke las valquirias tengan grandes problemas a futuro por asesinar a sangre fría.
ResponderEliminar