Episodio 3
Las cartas
sobre la mesa
-¿Has venido?
-preguntó una Ani con mejor aspecto que hacía una semana, desde un lado del
banco cercano a la arena de la playa en la que Gina se había sentado.
-No debiste
dudar de que lo haría, después de que no respondieras a mis llamadas durante
toda la semana. Calmadamente Ani se sentó a su lado. -¿Qué estás haciendo Ani?
¿qué significa todo esto?
-Lara tiene un
problema y estoy haciendo lo que siento en el corazón que debo hacer….Tratar de
ayudarla y estar ahí para ella.
-¡¿Ayudarla?!
-le preguntó mirando los pocos resquicios de la herida en su cara.
-Sí. Me
necesita y mi decisión es esta.
-Pero…
-No Gina -dijo
tomando sus manos entre las suyas y sintiendo el calor y la seguridad que
siempre le había trasmitido ese gesto-. Agradezco tu preocupación pero esto es cosa
mía -acabó de decir con su mirada clavada en sus ojos verdes, sintiéndose
intimidada por ellos como cada vez que los enfrentaba.
-¡No! ¡No lo
acepto! No puedo quedarme de brazos cruzados mientras te…
-¡Sí! , lo vas
a aceptar porque es lo que quiero. Y por primera vez en tu vida vas a respetar
mi amor -dijo con frustración. Luego se tomó unos segundos para tomar aire.
-Cuando
tuviste problemas con Tracy… yo me quedé al margen. Lo único que te pido es el
mismo respeto hacia mí. Y si sientes al menos eso por mí, vas a apartarte de mi
camino, de Lara y de mí.
-¡No sabes lo
que me pides!. ¿Pretendes que no haga nada al respecto?
-¡¡Sí, Gina!!
¡¡Sí!!
-No, lo siento
pero no puedo… -dijo la otra mujer negando con su cabeza y mirándola a los
ojos.
-No vine aquí
a discutir contigo -replicó Ani desviando su mirada de ella-. Vine a decirte
que te alejes de Lara. Te conozco y sé de lo que eres capaz, pero no necesito
que me protejas de ella. Va a superar su problema porque voy a estar ahí. Me da
igual que lo entiendas o no, la amo y no necesito estar preocupada porque le
inquiete algo más que no sea recuperarse.
-¡¿Todavía la
proteges?! ¡¡Pero si eres tú quien debe protegerse de ella!!
-Sí, la
protejo porque la amo. ¿Puedes comprender eso?
Gina se quedó
mirando sus ojos con la frustración y la rabia contenida. No comprendía como
Ani hablaba de protección con aquellas pequeñas marcas en su mejilla.
-Puedo
entender cómo te sientes. No es que yo hubiera pasado de largo si te hubiera
pasado esto a ti, pero esto es entre Lara y yo. No te preocupes por mí y
respeta mi vida y a mí -dijo esto último levantándose del banco y emprendiendo
su camino a lo largo de la avenida.
-No importa lo
que digas, voy a estar ahí te guste o no -dijo a la espalda de la otra mujer.
Se dio un instante
parada en aquel banco, evocando mentalmente las palabras de Ani en su mente.
Era verdad, ella tenía todo el derecho de tomar las decisiones que quisiera en
su vida. No tenía ningún derecho a interferir en su camino y el evidente amor
que sentía por Lara. Respiró sonoramente, expulsando el aire con violencia.
-¿Cómo
pretendes que permanezca impasible ante esto? -preguntó lanzando sus palabras
al aire. La amaba más que a nada en este mundo y hubiera dado su vida entera
por borrar todo el daño que pudo hacerle en el pasado. Y esa mujer ahora le
pedía que desapareciera de su vida.
Respiró hondo
maldiciendo la suerte de haberle puesto en esa situación.
Levantó sus
ojos del suelo y miró a Ani de espaldas, alejarse con sus manos en los
bolsillos, mientras sentía como si su corazón dejara de latir al verla alejarse
dejándola fuera de su vida como precio a su felicidad.
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Ani caminó
calle abajo rumbo a la tintorería. Parte de ella quería mirar atrás y
confesarle que tenía miedo, que su corazón le pedía estar junto a su pareja,
mientras su mente le gritaba que huyera de todo, pero seguir viendo a Gina no
iba a ser positivo para su relación con Lara y tenía que centrarse por entero
en ella.
Avanzó
sintiéndose vulnerable y sola, Gina sabía perfectamente cómo hacerla sentir
mejor. A veces con sus concejos, a veces con solo escucharla o quizás fuera la
seguridad que siempre trasmitía la que le hacía sentirse fuerte si la tenía
cerca.
Llegó a su
casa con un nudo en el estómago que intentó deshacer respirando hondo antes de
abrir la puerta. Se encontró a Lara delante de su ordenador, concentrada en su
libro mientras comía galletitas saladas.
-Hola ¿dónde
has estado?
-Dando un
paseo y de paso he pasado por la tintorería-dijo evitando nombrar a Gina y ser
sincera con ella, como siempre había hecho.
-Estupendo
-respondió con tono bajo y comprensivo.
- ¿Y tú? Ya
veo que has retomado tu libro -dijo Ani mientras vertía agua en un caldero y lo
colocaba sobre la cocina.
-Sí. Cris me
ha animado con esto. Asegura que puede conseguir que mi editora me ofrezca un
nuevo plazo para la entrega.
-Eso es
estupendo -dijo tratando de mostrar una sonrisa sincera-. Me alegro por ti. Me
sorprende esa Cris.
-Tener una
madrina abogada tiene sus ventajas -dijo dedicándole una sonrisa. -En cuanto a
las posibilidades de tener otra oportunidad con mi editora es casi una
evidencia. He recibido un mail suyo esta tarde. No sé cómo lo ha hecho pero me
dice que ha reconsiderado la idea de volver a contratarme.
-No sabía que
Cris fuera abogada.
-Una de las
mejores de Nueva York antes de caer en…ya sabes -se levantó de la silla y se
apoyó en la barra mientras que Ani vertía los macarrones en el agua hervida.
-Comprendo.
Increíble cuánto daño puede hacer esto -dijo más lanzando un pensamiento en
alto que participando en la conversación.
Un silencio
incómodo se hizo entre ambas.
Lara se
levantó de su silla y se apoyó al lado de la otra mujer que se ocupaba en
preparar un café.
-Ani, te
agradezco todo lo que estás haciendo por mí. Sé lo que te está costando.
Ani se giró y
vio la media sonrisa de Lara hacia ella.
-Lo importante
es que ya lo estás superando. Yo…yo solo necesito…tiempo -dijo con una pequeña
sonrisa bajo una mirada triste.
-Dos semanas
sin beber alcohol. Ha sido duro, muy duro. No lo habría conseguido sin ti
-añadió, estirando su mano hacia la otra mujer y esperando que ese gesto le
trajese un poco de serenidad a su rostro.
Ani la tomó y
sintió como Lara tiró suavemente de ella para acercarla. Los brazos de Lara
rodearon su cuerpo en un abrazo, los de Ani hicieron lo mismo correspondiendo
al gesto. Lara olió su pelo y aflojó un poco la presión de sus brazos para
acercar su boca a sus labios. La besó y durante unos segundos podría haber
jurado que ya no quedaba vestigio alguno de la apatía de acercamiento físico
que Ani había sentido las últimas semanas. Sin sentir correspondencia por parte
de Ani, despegó sus labios de los suyos, momento que Ani aprovechó para acariciar
su rostro y luego alejarse de ella con la excusa de que los macarrones se le
iban a quemar.
Una expresión
de decepción se dibujó en la cara de Lara. Le estaba costando mucho recuperar
la confianza y la pasión de su novia. Cada día Ani se esforzaba por demostrarle
su amor de mil y una maneras. Y aunque se conformaba con ello, extrañaba
sentirla entre sus brazos. Seguramente con el tiempo, volvería a ser la Ani cercana que extrañaba.
Ani giró su
cabeza un instante percatándose de la mirada hacia el suelo de Lara. Soltó el
cucharón a un lado y se acercó a ella.
-Necesito
tiempo Lara. Entiende que…
-Lo entiendo
-dijo antes de dejarla continuar-. Tienes todo el tiempo que te haga falta.
Ani bajó sus
ojos y miró las manos de su novia entre las suyas. Reconociendo que no sabía
cuánto tiempo le llevaría superarlo, en olvidar el rostro y la forma en la que
la había tratado aquel día. En honor al amor que tenía por Lara, se había
propuesto dejarlo atrás y apoyarla frente a todo y a todos, pero no contaba con
que su peor bache, fuera enfrentarse a las visiones de Lara, empujándola,
apartándola y no permitiendo ser su ayuda. Sintió como si eso fuera un estigma
que debía sufrir una y otra vez…como con Gina.
Lara soltó sus
manos y se encaminó hacia su ordenador. Se sentó en la silla y procuró dejar
atrás ese momento y centrarse en lo que estaba haciendo. Lo peor había pasado,
Ani estaba a su lado y si necesitaba tiempo ella tenía todo el del mundo para
dárselo. Comenzó a leer los últimos párrafos que había escrito y continuó
escribiendo. No permitió que Ani fuera testigo de la culpabilidad que sentía
una vez más, porque el sentimiento hacía que rememorara cada instante de ese
día.
La cena
transcurrió en silencio. Lara comenzó a hablar de Cris, evitando así que el
momento incómodo de la conversación de esa tarde dejara más secuela que la
petición sincera de Ani de más tiempo.
Ani no tenía
la menor duda de que la presencia de esa mujer en la vida de Lara, la estaba
haciendo dar un giro importante, encontrando en ella no solo un soporte sino
una ayuda legal a sus problemas. Sonreía del modo en el que su novia le contaba
acerca de cómo conocía cualquier artimaña legal para salir victoriosa de
cualquier problema y la cualidad que tenía para solucionarlos antes de que
llegaran a los tribunales.
A Ani no le
quedaba ninguna duda de que Cris era una mujer con una alta experiencia en la
vida aparte de temas legales.
Ani colocó su
plato en el fregadero y se alejó de la cocina.
- ¿Un café?
-preguntó Lara queriendo retener un poco más la sonrisa de aquella mujer.
-Luego, voy
por una ducha -dijo caminando hacia el baño.
Lara se quedó
preparando un café al tiempo que escuchaba el agua correr desde el baño.
No tardó en
tener ante ellas un par de tazas de un humeante café.
-¡Ani! ¡Tu café!
El sonido del
agua ensordeció su voz hasta para ella misma, pero habían pasado varios minutos
y de un momento a otro Ani saldría de la bañera. Esperó hasta que paró el ruido
y se acercó a la puerta con la taza en sus manos. Tocó levemente en la puerta,
un segundo antes de abrirla.
-Tu café -dijo
mostrando la taza en al aire a la otra mujer que envuelta en una toalla se
ocupaba de torcer su pelo.
-Gracias,
déjalo donde puedas -le agradeció el detalle con una sonrisa.
Lara se acercó
al lavamanos y lo depositó a un lado. A través del espejo notó los movimientos
de Ani tras de ella. Sus ojos siguieron cada curva, cada tramo de piel que
quedó al descubierto bajo la toalla que Ani apartó el tiempo necesario para
secar las zonas aún empapadas de su cuerpo.
Los ojos
azules de la otra mujer la miraban furtivamente a través del cristal que le
devolvía una visión casi surreal de las curvas del cuerpo de su novia.
Extrañaba el calor de su cercanía, pero sobre todo la entrega y la
espontaneidad con que Ani solía entregarse a ella. Durante un segundo recordó
las palabras de Ani al respecto y simplemente bajó sus párpados hacia la taza
aún en su mano. Cuando volvió a levantar sus ojos, se encontró con la mirada de
Ani reflejada en aquel espejo.
Con cierto
titubeos en sus movimientos y esquivando los ojos de Lara, Ani tomó de nuevo la
toalla y se cubrió con ella en un disimulo nervioso de secar su cuerpo ya seco.
Lara se sintió
descubierta pero actuó pausadamente, desviando la mirada y dando unos pasos
hacia la puerta.
-Te espero
-dijo de forma natural sabiendo que Ani entendería que se refería a esperarla
para tomar juntas en el salón el último café del día, como siempre solían
hacer.
Cuando Lara
cerró la puerta tras de sí, Ani no pudo evitar parar con la acción de secarse y
se quedó mirando hacia el lugar por donde había desaparecido su novia.
Masajeó sus
sienes, intentando relajarse, buscando un modo de combatir su actitud consigo
misma.
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