EMOCIONES
DESBORDADAS.
Hay dos formas de vivir la vida, Una
pensar que nada es un milagro. La otra pensar que todo es un milagro
Albert Einstein
La mañana despunto con suavidad sobre la ciudad generando
una bruma suave provocada por la última lluvia de la temporada y la decisión
del sol de imponer su mandato. Sasha se removió entre sus sábanas antes de
escuchar un quejido molesto soltando una suave risa para deslizar su cabello
sobre el varonil pecho y tirar con suavidad de la corta barba de su esposo -
Eres una mala mujer - le escucho decir con tono perezoso por lo que sonrió
suavemente.
-Eduardo- dejo escapar con sensualidad provocando que los
ojos se abrieran en el acto desencadenando un océano miel ante su mirada.
-Mamacita- vio las cejas moverse de arriba abajo por lo
que estallo en sonoras carcajadas que no tardaron en ser acompañadas por las de
su pareja.
-Tú si sabes asesinar mi lado seductor- dejo escapar
quedamente mientras se recostaba en el pecho.
-Bueno era una bromita matutina- sintió la barba por lo
que se aparto suavemente- has estado muy tensa, anda veras que podemos hablar
con nuestra hija… ya hablaste con tus hijos, solo nos falta la pequeña y estoy
segura que entenderá perfectamente.
-Si es tan testaruda como yo lo dudo mucho - se incorporo
paseando sus ojos por la recamara percibiendo aquella mirada posada en ella -
la abandone, la ha pasado mal… tiene todo el derecho del mundo a odiarme.
-Odiarnos- noto como Eduardo se incorporaba ubicando una
mano sobre su hombro con suma delicadeza - yo soy su padre y la deje con ese
tipejo, no procure su seguridad ni resguarde sus sentimientos… es mi hija y no
la cuide… así que de odiar que nos odie entonces a los dos.
-Le gustan las mujeres- soltó aquello de golpe generando
que su esposo palideciera brevemente antes de que empezara a formar una enorme
sonrisa - es verdad y tiene un mujeron de novia eso dice su amiga.
-Claro que si - miro a Eduardo sorprendida - es nieta de su
abuelo y mi hija, he de decir en su favor que en mi familia siempre hemos tenido
un gusto impecable con las mujeres - lo noto hacer una pausa como meditando
algo - hablando de mujeronas ¿Ya viste la oficial de la Avenida Central? - lo
miro sorprendida - es una hermosura, no tanto como tú querida - le afirmaron
ocasionándole una sonrisa_ pero si pasas por la departamental más grande es
imposible no mirarla… tiene una presencia abrumadora.
-Parece que te divertiste ayer - dijo quedamente a
sabiendas que el último comentario simplemente intentaba dispersarla de su
preocupación - Solo espero que Herendira entienda porque siento que de todas
formas no tengo justificante alguno para mis acciones.
-No fue tu culpa - escucho la voz de su esposo - en todo
caso fue mía por no poder protegerte ni a ti ni a los niños, de las absurdas
amenazas de ese gusano de hombre… le debí romper la cara sin importarme nada
más en lugar de dejarle el camino libre - sintió el fuerte abrazo que le
prodigaban - Así que si nos odia… compartiré tu dolor como siempre - cerró los
ojos reconfortada del todo, porque tenía a su esposo y a dos de sus hijos… pero
bien sabía ella que su victoria seria completa cuando tuviera a Herendira en
sus brazos.
Víctor Villafiel se revolvía inquieto en su silla viendo
a sus hijos mover cajas de un lugar a otro empacando sus pertenencias, les miro
alternativamente esperando alguna respuesta o explicación por parte de alguno
de ellos, sin embargo el silencio seguía reinando en el sitio - ¿Sera que puedo
saber que hacen? - noto todo movimiento cesar de golpe mientras ambos se
giraban a mirarlo.
-Obviamente Señor Villafiel - levanto la ceja derecha al
escuchar el tono que su hija había empleado al referirse a él - nos mudamos de
oficina.
-¿Y con permiso de quien?- afirmo poniéndose de pie
enfadado.
-Del nuestro_ escucho la voz firme de Miguel - ya sabemos
lo que le hizo a nuestra madre, cuanta vileza de su parte_ observo la vena de
la frente de su hijo saltarse en clara muestra de molestia.
-¿Vileza?- dejo escapar una risa irónica - tuvieron todo
cuanto desearon de esta vida, ¿Ahora vendrán a quejarse por una cuantas
palmaditas que le di a su madre en el rostro? - noto como Miguel avanzaba hacia
el siendo detenido en el acto por su hermana.
-Déjalo Miguel… - miro a su hija fijamente - al final no
tendrá nada -la miro con sorpresa - solo su rencor y algo de su frío dinero y
eso si nuestra hermanita es atenta con él.
-¿Dónde está Herendira?- les cuestiono con seriedad antes
de escuchar las carcajadas de ambos mientras abandonaban la que era la oficina
familiar -¡LES ESTOY HABLANDO!- dio un grito frustrado mirando las notas sobre
su escritorio podía perder a esos dos pero a Herendira… no se podía dar ese
lujo.
Estiro su mano abriendo la última gaveta de su
escritorio, esa que cerraba con dos llaves diferentes para extraer aquella
libreta negra que no había vuelvo a usar desde que se deshizo de Sasha, era un
método algo sucio el que usaba pero ciertamente efectivo, levanto su teléfono
marcando el número que le señalaban para saludar suavemente - Hola viejo
amigo….
Andrea enfoco la espalda desnuda de Karina en su cama
ladeando la cabeza antes de revolverse el cabello con pereza encaminándose al
baño, mientras abría el grifo permitiendo a aquel líquido frio empapar su
cuerpo en su mente se arremolinaban imágenes de la noche anterior que nada
tenían que ver con la mujer que descansaba en su recamara.
Porque las imágenes de su mente llevaban un cabello rubio
y unos ojos azules intensos que le miraban con infinito cariño mientras la
trivialidad formaba parte de su conversación, junto con aquellas caricias que
durante tanto tiempo soñó recibir, toques suaves y gentiles, besos en las
manos, las mejillas, el cuello, aquellos ojos azules mostrándole que era el
centro del universo, que era ella el universo mismo. Sonrió suavemente
apretando ambas manos sobre su pecho al recordar los suaves te amo que le
prodigaban con infinita devoción, uno seguido de otro, cada halago sobre su
cabello, manos o cuerpo para regresar al te amo…. Tan profundo, sincero…
Recordaba los miles de besos que le había obsequiado
hasta que el taxista desesperado le cuestiono a Stefani si se subía o no para
llevarla a casa, la promesa de llamarla al día siguiente y enviar rosas, ahogo
un grito emocionado sonrojándose sola de golpe.
-Cuánta emoción - se giro para ver el cuerpo desnudo de
Karina invadir la ducha apretándose contra ella_ Eso me parece saludable…
-¿Qué es vivir?- cuestiono de golpe llevándose una mirada
intensa y extrañada de a mujer.
-Es la reacción biológica que hace que tu cuerpo en
general mantenga una funcionamiento adecuado para la sobrevivencia - sintió las
manos alrededor de las caderas antes de darle un suave empujón no muy
satisfecha por la respuesta -¿Por qué preguntas eso?
-Porque simplemente es algo que quiero saber… dijiste que
me enseñarías todo cuanto sabías_ acaricio el cabello que se empezaba a empapar
suavemente mordiéndose el labio divertida.
-Uno debe crearse su propio concepto de vida - hizo un
enorme puchero que genero una risa suave y gentil - bien… para mí vivir es
cuando tu corazón late - sintió como la atraían con fuerza hacia el seno
izquierdo escuchando el suave tamborilear del corazón de Karina - y que lata es
un verdadero milagro - ahogo una exclamación de asombro al escuchar la palabra
milagro en boca de Karina - respirar, caminar, correr, pensar, ver, oír,
sentir… es un milagro, tu cuerpo es capaz de hacerlo todo a la vez e incluso
cosas que no eres capaz de explicar, vivir para mi es ser consciente de ello,
agradecerlo no olvidarlo, vivir es apreciar desde la primera puesta de sol
hasta el último amanecer que veas, la cercanía de un cuerpo, la risa que
acompaña la tuya o las preguntas curiosas de tu amante de turno_ sonrió besando
la barbilla con devoción.
-Me gusto mucho tu respuesta - admitió quedamente - me
encanta en realidad - cerró los ojos escuchando aquel corazón latir con fuerza.
-¿Tu rubia te hace feliz? - se separo mirando los ojos
con intensidad unos momentos - Estas sonriendo mucho de nuevo, supongo que
estas arreglando las cosas…
-Me pidió una
oportunidad y se la di - paso la mano sobre los hombros como si con ello
pudiera apartar el agua para bajarlas por la espalda - pero no significa que me
quede con ella…
-Es tu plato A - escucho que le decían - pero te diré al
ser humano en general no le gusta compartir - la miro extrañada - es por culpa
del amor romántico, esa estúpida idea que tienen que debes sacrificarte por
amor, ser una extensión de tu pareja y dejar morir una parte de ti con ella -
la vio mover la cabeza - por eso yo tengo un plato favorito pero nunca dejo de
probar… porque puede que A sea mi favorito pero C puede ocupar su lugar luego…
-¿Entonces no crees que puedas encontrar un plato
definitivo? - se separo mirándola con curiosidad unos instantes.
-Me estas pidiendo que encuentre un ser humano que me
diga que no me cortara mis libertades -
por lo que abrió los ojos con sorpresa - que me diga que puedo estar con
otras mujeres y no pasa nada… porque sabe que la amo - aquellas palabras eran
las que Stefani le había dicho la noche anterior - ese plato no existe… y si lo
encuentro un día, dejare todos los demás porque sabré entonces que es el
indicado…
-¿Y no te da miedo que te lastimen? - le cuestiono
quedamente sintiendo como tomaban su rosario entre los dedos jugueteando con
él.
-Sí sé que es la indicada… no niña… sería tonto tener
miedo - le afirmo - pero si lo tengo
disfrutare el miedo con intensidad porque me muestra que mi sentir es real y
que por primera vez en mi vida tengo deseos de quedarme en una sola cama, con
un solo cuerpo… disfrutaría mi miedo porque me indicaría que encontré un
verdadero hogar…
-Nunca pensé escucharte decir tal cosa - ladeo la cabeza
maravillada brevemente - pareces otra persona realmente.
-Un ser humano simple, es un ser humano aburrido -
le divertida - y yo siempre he sido muy
compleja no en vano te atraje desde el comienzo.
-No, yo te atraje -
tirando del cabello con suavidad - eres una engreída… mira que tú me
intentaste seducir, no al revés_ agrego viendo como le sacaban la lengua antes
de besarla con intensidad - oye…
-Disfrutare intensamente de ti - le escucho musitar
quedamente - de todo lo que ofreces antes de que regreses con tu plato adorado-
se separo mirándola seria.
-No volveré con ella… yo- observo cómo le negaban por lo
que bajo la cabeza algo apenada_ no quiero estar atada…
-Si es amor… como dices tú… ella nunca te hará sentir
atada… porque el amor es libertad…. ¿Entiendes? - sintió la mirada intensa que
la hizo estremecer de golpe - libertad… nunca cadenas… por eso no creo que
encuentre alguien a quien amar…. Porque mi amor necesita ser libre y dejarme
serlo… volar conmigo más allá de las nubes que tanto me gusta mirar y perderse
en una sonrisa sin notarlo siquiera… mi amor debe recordar como yo que cada que
escucha mi corazón latir es un milagro ya no solo porque late sino porque lo
hace para ella…- sintió una lágrima escapar de sus ojos y deslizarse por su
mejilla sin poder controlarlo siquiera ante la intensidad de aquello que le
expresaban - mi amor… debe saber llorar de alegría…. Y admirar en las estrellas
la infinidad que habita en su interior.
No tuvo más cuestionamientos ante tan intensa declaración
más que unir sus labios a los de ella en un beso entregado e intenso, mientras
sentía su cuerpo desnudo presionarse con el de ella, con su razón negándose a
ceder ante los ojos que su corazón deseaba ver al abrir los suyos… esos ojos…
devotos, entregados…. Ojos… ojos… intensos….azul intenso.
Herendira se cubrió el rostro con la sabana avergonzada
observando el cuerpo desnudo de Vanessa a su lado, extendió la mano con
suavidad pasándola por la piel suave y
tersa de la espalda para escuchar un suspiro de satisfacción que la hizo
enrojecer aun más si era posible. Si no la tuviera desnuda a su lado y ella
misma no estuviera en iguales condiciones le diría a cualquiera que lo había
soñado.
Se levanto despacio mirando el reloj brevemente, la
mañana ya estaba algo entrada pero eso no tenía importancia, se ruborizo de
nuevo al ver su ropa esparcida por la habitación mezclada con la de Vanessa en
el suelo de la misma, estiro su brazo tomando aquella enorme camisa blanca que
en ocasiones Vanessa usaba para dormir y ubicársela notando que cubría lo
necesario, percibió el olor de la ropa encantada antes de abrir la puerta de
manera silenciosa encaminándose a la cocina.
Abrió apenas las persianas por aquello de los vecinos
curiosos, mientras empezaba a preparar todo para los panqueques, el ruido de un
plato detrás suyo la hizo voltear para ver a Tormenta sentada enfocándola - Lo
siento - dejo escapar quedamente antes de servirles sus croquetas en la esquina
y dejarla comer, juraría que el animal la miraba acusadoramente.
Miro el desorden sobre la mesa sonrojándose de nuevo, aun
no podía creer que aquello había pasado, se llevo una mano a los labios aun
podía percibir esa sensación de intenso calor sobre ellos… se giro empezando a
preparar la masa de los panqueques mientras sus ojos viajaban brevemente a la
noche anterior.
Vanessa la tenía apretada contra los gabinetes de la
cocina mientras le devoraba los labios con intensidad, ella por su parte
luchaba por imponerse en aquel beso que parecía más una lucha de fuerza y
voluntades que las tenia enredadas, sentía la calidez de los labios mientras su
lengua se sentía invadida por otra idéntica a la cual empujaba cada tanto
escuchando ahogados gemidos de molestia…
Finalmente sintió las manos sobre su cintura que la
sentaban sobre un gabinete al parecer dispuestas a acariciar con más comodidad
sus piernas provocándole suaves suspiros y una leve desconcentración en la
guerra que emprendían sus bocas, una que crecía a medida que aquellas manos se
aventuraban debajo de su playera creándole placenteras sensaciones que la
hicieron dar por perdida su batalla, provocando que Vanessa abandonara su boca
e invadiera su cuello logrando que echara para atrás su cabeza golpeándosela
con una gabinete, cosa que ciertamente le importo poco. Pero su futura amante
pronto demostró que a ella sí, cuando se dio cuenta su cabellera roja recibía
delicados y dulces besos que le provocaron una suave sonrisa, ahogo un grito
cuando la tomaron del trasero entrelazándose con fuerza a las caderas de
Vanessa por miedo a caer y terminando de esa manera recostada en la mesa de la
cocina.
-Vaya fantasía uno a punto de cumplirse - contuvo la risa
antes de sentir otro apasionado beso que amenazaba con desconectar del todo sus
neuronas - pero no para tu primera vez - sintió como la movían de nuevo
acabando entrelazada al cuerpo de su adoración - me encanta que te dejes hacer…
-Debería estar loca para resistirme a mi diosa - rió
cuando sintió un suave beso en el cuello y el sonido de la primer peldaño de
los escalones la hizo abrazarse con más fuerza a Vanessa - son muchos - quedamente.
-Por suerte no pesas nada y yo soy muy fuerte - le
afirmaron con calma y para su sorpresa así fue, más allá de la pasión que
sentía que inundaba su cuerpo, su alma se sentía completamente tranquila y
segura en aquellos brazos - a ver - sintió como uno de los brazos cambiaba de
posición y la puerta de la recamara se abría finalmente - Tormenta fuera no
estás invitada - rió quedamente estrechándose más - deja de reírte - le dijeron
quedamente - Herendira - río con más fuerza al escuchar el tono consentido con
que le hablaban antes de que la dejaran caer en la cama con fuerza.
-Es tu culpa- dijo mirando como la expresión de los ojos
de Vanessa había cambiado a una juguetona y no tan agresiva_ y de Tormenta me
hacen muy feliz- extendió la mano invitando a Vanessa a recostarse con ella
pero le negaron con la cabeza, por lo que se enderezo en la cama poniéndose de
rodillas para arrastrarse hasta el borde y erguirse levemente entrelazando sus
manos alrededor del cuello de la joven mujer delante suyo.
-¿No tienes nada de miedo?- le cuestionaron suavemente_
¿Estás segura de lo que vamos a hacer?, ¿Tal vez quieres un lugar especial?
-No tengo miedo porque estoy contigo - besando las mejillas con suavidad - y Vanessa
es especial porque precisamente es contigo… no me imagino nada mas especial que
eso en todo el mundo - la vio moverse con delicadeza le parecía insoportable
que ella se estuviera controlando de aquella manera cuando escaleras abajo
parecía estar ardiendo en llamas, la vio ubicar unas velas con atención en
cámara lenta antes de que de su boca escapara un gemido involuntario que hizo
detener todo movimiento y provoco que ella se tapara la boca avergonzada.
-Que rico- escucho que le decían con una media sonrisa
mientras ella deseaba que se la tragara la tierra ¿Qué diablos había sido eso?,
movió los ojos nerviosa - ya casi voy no seas impaciente - abrió los ojos al
escuchar aquello ¿Impaciente?.. ¿Ella? Díselo… negó con la cabeza… “díselo” le
repitieron en su interior por lo que volvió a negar “anda díselo”.
-Como impaciente condenada mujer - se volvió a tapar la
boca justo cuando Vanessa se dirigía a apagar las luces de la recamara
mirándola con extrañeza - llevo viviendo contigo un buen tiempo, comparto tu
ca…ca…ca… - “deja de tartamudear… yo no tartamudeo, porque no soy una niña
asustada” - cama contigo y es una tortura digo ya te viste - afirmo de pronto
tragando grueso - sales medio desnuda del baño, te paseas en pantaloncillos o
llegas de correr y vamos que… que…
Los pensamientos o argumentos racionales se esfumaron de
golpe cuando vio la blusa de Vanessa volar siguiendo su trayectoria en cámara
lenta antes de enfocar el torso delante de ella solo con el sujetador blanco y
delicado - ¿Dijiste algo? - negó con suavidad varias veces - Eso pensé - la vio
acercarse en cámara lenta por lo que irguió de nuevo en la cama - Herendira no
seas desesperada - le repitieron por lo que soltó un suspiro entre frustrado y
deseoso.
-Vanessa - la llamo suplicante antes de ver como pasaban
a pasos de ella y sentir aquel olor agradable invadiendo el cuarto al parecer
las velas no solo alumbraban - deja de hacer eso… es especial porque estás
tú…ven - suplico inclinándose levemente
hacia adelante y notando aun en la penumbras una dilatación en las pupilas ante
aquel movimiento - ¿Te gusta lo que ves? - cuestiono quedamente.
-Mucho- le respondieron uniéndose de rodillas a ella en
la cama- pero me gustara más lo que hay debajo de esta ropa_ le afirmaron a
punto de besarla separándose ella divertida al notar la cara de desconcierto
-Creo que tengo que ir al baño.
-¿Eh?- rió con fuerza al ver el gesto entre desesperado y
confundido.
-¿Quien es la desesperada ahora? - antes de sentir el beso firme y apasionado
que le creó un leve colapso neuronal mientras acababa recostada en aquel
colchón que bien conocía, sus manos estaban entrelazadas con las de su amante
que presionaba con fuerza su cuerpo junto al suyo sobre el colchón.
Calor era lo que sentía extendiéndose por todo su cuerpo,
uno tan inmenso que generaba que cada prenda que continuaba en su cuerpo le
estorbara de manera espantosa, necesidad era la única palabra que se formaba en
su cabeza, necesidad de sentir más de aquella piel que deleitaba a sus manos,
necesidad de arrasar con cualquier obstáculo que se interpusiera entre ella y
lo que deseaba - Respondí tu pregunta_
escucho la voz en un matiz más oscuro y agitado por lo que acaricio el rostro
con cariño, intentando calmar su respiración mientras su mano descendía por el
cuello cremoso y tentador.
-Sí- logro articular finalmente - Savedra - la llamo con
suavidad y sensualidad, con una voz que no conocía suya pero al parecer
despertaba las más bajas pasiones en la persona que la tenía entre sus brazos
que tomo la pronunciación de su apellido como un mandato para empezar un camino
de besos por el cuello antes de sujetar la playera de Herendira y apartarla de
su camino, generando en su dueña la reacción primaria de cubrirse - ¿Si yo te
enseño tu me muestras? - la miro unos instantes antes de ver el sujetador volar
bajando las manos en el acto para darles una mejor ocupación.
A Vanessa al parecer el movimiento la tomo por sorpresa,
lo poco de racional que había en ella acababa de volar junto con su sujetador
bajo el contacto despiadado de la boca de Herendira que le genero el primer
gemido de la noche - Herendira espe… - gimió de nuevo con fuerza sin poder
contenerse siquiera para sentir como le sacaban los pantalones o poder oponer
resistencia, era como si aquella joven
apacible y tranquila se hubiera convertido en un incendio que no podía siquiera
controlar.
-Savedra- observo maravillada los ojos verdes oscurecido
¿Esa era la mujer que era Herendira?- definitivamente quiero todo contigo - la
vio inclinarse de nuevo hacia ella deteniéndola en el acto e intentando
recuperar el control en el sencillo acto de tirar ella de los pantaloncillo
lanzándolos lejos junto con la ropa interior que le quedaba encima a Herendira
-¿No enseñabas tu primero?
-Cambie las reglas-
afirmo tirando de ella para pegarla a su cuerpo soltando un gemido de
éxtasis al sentir la piel desnuda en contacto con la suya y escuchando uno
similar brotando de ella, devoro la boca con premura una igual a la que le
regresaban para separarse y descender hasta las piernas para empezar a surcar
un camino de besos por ellas con completa calma, notando cada tanto como el
cuerpo de su amante se arqueaba suplicándole algo que aun no le pensaba dar -
no seas desesperada - murmuró divertida.
-Savedra- escucho como la llamaban en algo que ponía
definir entre la agonía y el éxtasis, una voz excitada pero demandante - se separo
del muslo interno de la pierna derecha que besaba con suavidad desde hacía un
rato para mirar a la cara de Herendira con completa inocencia - ¿Y si dejamos
de jugar? - asintió aceptando el desafío por completo.
Se incorporo en la cama enfocando los ojos verdes con
profundidad antes de marcar un beso diferente, uno que Herendira sintió que
rayaba en lo perezoso, tan lento y calmo pero a la vez tan profundo y excitante
que hizo a su cuerpo empezar a desear más, para cuando Vanessa se separo los
besos empezaron a llover en el cuello delimitando un camino deseoso por la
barbilla y las mejillas antes de regresar a la boca, cada tanto Herendira
ahogaba algún gemido pues mientras la sometían a una sesión de besos podía
sentir el resto del cuerpo de Vanessa haciendo una placentera presión sobre el
suyo.
Pronto sus manos inquietas empezaron a delimitar aquella
silueta que tanto había deseado, la culminación de un sueño que hacia un tiempo
atrás se le hacía más que imposible, percibía la fragancia que despedía el
cuerpo, la calidez y la suave transpiración que empezaba a embargarlo, sus
manos descendieron deseosas antes que su dueña soltara un gemido de éxtasis
dentro de un beso al ver que la cintura de Vanessa era de la medida exacta de
sus manos, el tamaño ideal la sujeto de aquella parte para incitarla a pegarse
más a su integridad.
La sintió separarse y arquearse levemente cosa que
aprovecho para incorporarse del todo dejándola entrelazada a su cuerpo mientras
la miraba momentáneamente antes de decidir devorar sus pechos, no tenía idea de
lo que hacía pero poco le importaba siempre y cuando la escuchara gemir como lo
hacía su nombre… al final su madre tuvo la perfecta idea al ponerle ese nombre
porque en la boca de Vanessa sonaba perfecto -Herendira dame más- se separo mirándola con intensidad ¿Fue una
súplica?, sonrió besando la base del cuello con suavidad haciendo una pausa sin
saber exactamente como le daría más - Herendira…
-No sé qué hacer - admitió quedamente notando como la
miraban con agitación unos instantes antes que una sonrisa triunfante de
superioridad se formara en el rostro de Vanessa.
-Entonces déjame enseñarte - sintió como la recostaban de
nuevo para sentir a Vanessa sobre ella de nuevo - presta atención - le escucho
decir con agitación - el cuerpo tiene puntos sensibles - sintió una mano
pasearse por su pierna para elevarla enganchándola del todo a las firmes
caderas de su amante mientras que ella se sujetaba a las sabanas algo le decía
que era mejor quedarse quieta y dejar que hicieran lo que quisieran - tus
muslos por ejemplo - arqueo la espalda del todo a pesar de que la tenían
firmemente sujeta al sentir los dedos jugar levemente con su pierna elevada y
la parte interna del muslo de esta - son muy sensibles… pero los debes dejar
para el final - la miro intensamente - lo demás mi amor es practica - la miro
extrañada al escuchar el mi amor momentáneamente pero quizás era solo una
expresión.
Sintió los besos en el cuello de nuevo, suaves mordiscos
que amenazaban con hacerla enloquecer mientras las piernas de Vanessa
presionaban cada tanto contra su intimidad amenazando con volverla loca, fue
cuando sucedió sus caderas se movieron solas buscando más contacto, con más
necesidad mientras sentía como sus pechos eran atacados sin piedad, sentía que
era un tortura en extremo larga para ella aunque se sentía desfallecer de gusto
y placer, parecía que todo su cuerpo de golpe se había transformado en un
cúmulo de sensaciones que se concentraban en aquel momento en la parte baja de
su vientre donde una de las piernas de Vanessa hacia presión sin piedad –Más-
musito quedamente observando la mirada dulce y apasionada que le dirigían para
sentir algo más que la pierna de Vanessa presionando en aquel sitio y
provocando que se aferrara a ella con fuerza.
¿Cómo alguien podía conocer también sus necesidades?, sin
duda la palabra “más” acababa de convertirse en su favorita, tan solo
pronunciarla y las manos de Vanessa sustituían a su pierna ejerciendo un
contacto más preciso y placentero, mientras ella cerraba los ojos
momentáneamente solo para abrirlos y dar de lleno en la noche sin estrellas que
constituían los ojos de su amante completamente concentrados en ella y en su
necesidad mientras su cuerpo actuaba por si mismo moviéndose a un ritmo y
compas, buscando un mayor contacto y si lo decía de nuevo ¿Que pasaría? -Vanessa
más- murmuró de nuevo sintiendo una presión mayor en el límite entre su
interior y su exterior por lo que la miro momentáneamente antes de asentir y
mover de nuevo las caderas buscando un mayor contacto con la mano de su amante
y con todo lo que estuviera dispuesta a darle.
Sensaciones que invadían su cuerpo mezclándose con
sentimientos que siempre amenazaron con desbordarla, pero en aquel momento todo
se sentía tan perfecto, tan único se movió con más necesidad provocando que
ella hiciera lo mismo, sus ojos fijos en ella cuidándola en todo momento,
guiándola por aquel sendero de placer infinito que ella misma había creado y
estaba por culminar con aquel calor que se extendía por todo su ser, con cada
musculo de su cuerpo tensándose con fuerza, con ella entrelazándose del todo a
su amante deseando fundirse en ese momento mientras juraba que su cuerpo se
había vuelto electricidad pura y el universo en pleno había desaparecido
dejándola desamparada pero a la vez extrañamente segura.
Una descarga tan infinita acompañada de su voz ahogada y
deseosa mientras su cuerpo se relajaba de lleno dejándola rendida y agitada
para cuando fue capaz de enfocar de nuevo, dio de lleno con los mismos ojos
negros que le habían cuidado, el universo entero en ellos… eso eran el universo
que necesitaba, unos hermosos ojos negros que le mostraban cuan hermosa era en
realidad… sintió la mano pasearse por su mejilla con suavidad - ¿Te lastime?-
le cuestionaron con una suavidad y dulzura que la había maravillado.
-No-
entrecortadamente - es que por primera vez en mi vida… me sentí
realmente amada - se paso las manos por la cara dejándose de aferrar a los
hombros para limpiarse la cara varias veces intentando detener las lágrimas que
continuaban brotando – perdona - sintió como ella la hacía girar para acabar
recostada en su pecho sintiendo como la abrazaban con fuerza.
-Llora- le dijeron con firmeza - llora todo lo que
necesites para que nunca más lo hagas y hazte a la idea de que de ahora en
adelante te vas a sentir amada todos los días… así que no puedes ir llorando
por allí- asintió con suavidad apretándose con fuerza dejando al llanto fluir
sin contención alguna - llora amor… y olvídate de todo eso, de ahora en
adelante es borrón y cuenta nueva… porque eres mi mujer…
¿Sentirme amada siempre? Herendira se detuvo antes de
voltear el panqueque, no se atrevía a hacerse a la idea siquiera pero Vanessa
la hizo sentirse amada tantas veces la noche anterior de una manera que no
imagino, sintió las lágrimas resbalar por su mejilla por lo que levanto la mano
limpiándosela en el acto había prometido no llorar más pero le era casi imposible no hacerlo - ¿Qué
dijimos anoche luego de que te hice al amor por decima quinta vez? - dio un
salto asustada antes de sentir como la sujetaban por la cintura con fuerza -
calma solo soy yo…
-Amor me asustaste - dejo escapar con naturalidad
sintiendo el beso cálido en el cuello- Te iba a llevar el desayuno a la cama.
-Eso pensé cuando no te encontré en ella - sonrió al
sentir otro beso suave cerca de la mejilla - pero la cama es muy solitaria y
fría sin ti - rió quedamente al sentir las manos empezarse a colar debajo de su
playera.
-¿Amor no tenias que trabajar?- cuestiono algo alarmada
cayendo recién en cuenta de ello, se separo mirándola preocupada.
-Sí y no- la enfoco extrañada al ver la sonrisa suave
formarse mientras apartaban unos mechones pelirrojos de su rostro- me reporte
enferma a la estación anoche antes de venir, tanto Tormenta como yo comimos
alimentos en mal estado- vio los ojos pasearse traviesos antes de escuchar un
quejido de Tormenta como si el animal estuviera enfermo realmente, se le hacía
que no era la primera que ese par faltaba a su trabajo con aquella excusa- Así
que me tendrás que cuidar mucho, mucho, mucho…
-Si mi amor te cuidare mucho- afirmo besándola con devoción antes de girar
el sartén provocando que el panqueque volara y cayera al centro de nuevo para
continuar atendiendo los labios de Vanessa.
-Ya no llores- le escucho decir por lo que asintió
suavemente abrazándola- mañana me reportare enferma de nuevo por exceso de
actividades placentera- se ruborizo de golpe al recordar de nuevo todo lo hecho
la noche anterior -¡oh vaya! Qué pervertida te acabas de acordar de todo y
¿Quieres más? - sintió como subían levemente su camisa.
-Creo que siempre querré más - admitió quedamente
avergonzada.
-¡TOCA EN LA MESA!
-¡VANESSA ESPERA!
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Jajaj me encanto el capi diosss cada dia mucho mejor felicidades ... Atten lis desde vzla
ResponderEliminarUff!! capitulon, la verdad de que a como lo describes y con la imaginacion tremenda que me cargo esta noche me toca baño helado como lo hacia la Vane, jajaja!! si me emosione toda cuando describiste los primeros besos de las chicas ya sabia que te hibas a volar la barda con la "primera vez"
ResponderEliminarNecesito encontar a alguien como Vanessa como dicen los americanos ASAP!! Saludos ;)
Muy buena continuación... intenso donde debía serlo.
ResponderEliminarQue bien que todo va muy bien entre vanessa y herendira pero que mal por andrea cuando se desidira definitivamente por stefani aunque karina ahi esta calentandole las sabanas excelente capitulo como siempre ^^
ResponderEliminarComo odio a karina deberias asesinarla en la historia jajajajaja... Heyy excelente final "Toca en la mesa" de verdad estaba esperando este capi, me encanta, gracias por compartir.! Espero pronto el proximo capi nunca es suficiente
ResponderEliminarExcelente capitulo, Vanessa y herendira muy bien me encanto pero que pena por stefani ahora tendrá que chupar se sus miedos e inestabilidades de Andrea no suelo merece ojalá, por yo Andrea siente cabeza y ande bien con stefani... Saludos desde México, y gracias por deleitarnos con esta historia.
ResponderEliminarUfff esta historia después de cada capítulo me deja sin aliento, la manera en la relatas hace. Me transporte y viva cada detalle...hermosa historia
ResponderEliminarISA Nic
Uyy muy bueno excepto por Andrea (uff deberia dejar tanta pendejada, aceptar y vivir el amor de Estefani) ufff no me gusta esa llamada que hizo Victor (ojala no le pase nada a Herendira) (tambien es tiempo que sepa la verdad).
ResponderEliminarPdta: Que gran escena relataste de Vanessa y Herendira (*.* wauo quede muy... ahora tendre que ir al baño).
SIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII GRACIAS POR EL CAPÍTULO, CREO QUE COINCIDIMOS TODAS QUE ESTUVO MUY HOT, Y ESPERANDO POR OTRO LADO QUE LO DE ANDREA Y ESTAFANI SE CONCRETE POR FIN Y EN CUANTO A KARINA ME PARECE GENIAL SU FILOSOFÍA DE LA VIDA ES MUY SABIA OBVIAMENTE POR SUS AÑOS VIVIDOS.
ResponderEliminarBESOS, DESDE PERÚ.