ESPERANZAS
El más terrible de los
sentimientos, es el sentimiento de tener la esperanza perdida.
Federico García Lorca
Hernán caminaba dando saltos hacia la facultad de
medicina, esperaba encontrarse a su novia por allí ya que necesitaba un favor
de ella, saludo a un par de chicas con encanto antes de ver a unos no muy
agradables conocidos a pasos de distancia e incomodarse en el acto. Desde chico
había tenido ciertos problemas con determinados vicios que cada tanto le traían
aquellos líos… pero con Stefani de su lado, ya no le preocupaban tanto.
Karina examinaba el cadáver delante de ella con
indiferencia mirando la hora cada tanto, el día había pasado sorprendentemente
rápido y su jornada laboral estaba por extinguirse, miro con desinterés aquel
cuerpo empezando a escribir los últimos pormenores en su informe, la vida
humana consideraba ella era algo tan efímero…. Cubrió el cuerpo con la sábana
blanca girándose con calma.
Sus pensamientos en ese momento estaban orientados hacia
aquella exquisita jovencita que tenía su interés en pleno, tan joven y se
negaba a vivir, le parecía algo tan fuera de lo normal que alguien de la edad
de aquella joven se negara a disfrutar los placeres de la vida. Aquella chica
parecía tener la fuerza interna de un enorme volcán contenida en su interior,
una mente sagaz, un intelecto exquisito y una sensualidad natural. Y sin
embargo se limitaba por algo llamado amor, amistad y bondad, rio quedamente
mirando los cadáveres a su alrededor, la mayoría de esas personas habían tenido
eso y ¿Les había servido de algo?, al final acabaron muertos, quizás solos y
sin saber realmente lo que era vivir…
Ella no permitiría que Andrea continuara sufriendo por un
amor no correspondido, velando por amigas que no le valoraban, desperdiciando
sus capacidades y pasiones, le enseñaría a celebrar la vida, a disfrutar cada
placer que le regalara, claro cada uno lo disfrutaría con ella rio quedamente
porque obviamente primero le enseñaría a disfrutar adecuadamente a su cuerpo.
Stefani termino su oración mirando fijamente el crucifijo
delante de ella mientras su mano derecha escondía de nuevo entre sus ropas
aquel hermoso rosario de oro herencia de su madre, sentía una intranquilidad
creciente dentro de ella y esa iglesia le llenaba de paz. Su formación en el
sentido espiritual había sido muy rica gracias a su abuela, padre y madre, era
a fin de cuentas lo que le había llevado a ella y su hermano a tener fortaleza
cuando su familia entera desapareció en un atentado durante un viaje de
negocios de su padre.
Recordaba tener nueve años y estar en aquella iglesia
rezando cuando su hermano de dieciséis se había arrodillado a su lado con
lágrimas en los ojos, no tuvo que preguntar nada en el alma sentía la
intensidad de la pérdida; ¿Por qué? Un apellido prestigioso, una enorme
fortuna, y un mal movimiento de negocios
por parte de su padre, un apoyo a quien no debía ser apoyado… demasiada bondad,
eso había dicho el oficial de policía cuando ella estaba sentada en la mansión
al lado de su hermano, ser muy bueno y bondadoso le había costado la vida a su
padres fue cuando su hermano se levanto con decisión a su lado “Entonces nosotros
seremos igual de buenos con la ayuda de Dios” , lo miro como si fuera su héroe
aquel día y aun seguía siéndolo porque en todo discurso, regaño o conversación
que su hermano le dirigía el amor reinaba en cada palabra.
Se encamino hacia la salida cada uno de sus pasos
reflejaba seguridad, todo su dolor e intranquilidad había desaparecido luego de
una mañana de oración que le permitió calmar sus inquietudes, se detuvo en la
salida mirando de izquierda a derecha, aunque nunca los veía podía sentir los
ojos fijos de sus guardianes clavados en ella, bajo las escaleras a paso firme
y sin temor alguno. Tenía sus próximos
movimientos estructurados en su mente, cada uno de aquel día desde esa mañana
que aquellas dos bofetadas habían sido descargadas en su cara.
De los tres golpes que le dio Andrea aquella mañana esas
dos últimas habían sido las más dolorosas, porque pudo sentir en ellas todo el
dolor que su mejor amiga llevaba dentro había sido descuidada, no había velado
por ella como debía aun cuando Andrea le había cuidado siempre, sonrió con algo
de tristeza estuvo siendo egoísta mucho tiempo y eso no era adecuado, se había
dejando distraer por sus preocupaciones, desatendiendo las de las personas que
amaba… había pedido perdón y ahora debía resolver aquello, “uno no podía ser
feliz causándole daño a los demás, por la simple razón que sería la muestra
clara que tal felicidad no existía siendo nada más un espejo para ocultar la
propia pena” repitió la ultima enseñanza de su madre mientras veía fugazmente
el cielo gris del todo.
Si no aceptaban sus disculpas era por la razón evidente
de que no sabía porque las pedía, ya se había despejado adecuadamente teniendo
una vaga idea de ello, pero necesitaba conversar con Herendira con tranquilidad
de aquello para organizar debidamente la disculpa que daría, con una razón
firme para la misma, con todo su cariño y claro que si no se la aceptaban
insistiría sin dar un paso atrás porque un del Valle nunca se retiraba, y ella
no se permitiría perder a un ser querido, por una tontería porque bien sabía
ella lo horrible de una pérdida real.
Virginia detuvo sus pasos al lado de su amiga de toda la
vida que estaba respondiendo un llamado en su radio, por la voz que resonaba
podía identificar a uno de los hermanos de Vanessa haciendo alguna broma antes
de cortar del todo la comunicación. Observo los ojos negros centrarse del todo
en ella y sonrió con malicia notando la expresión de la cara cambiar- ¿Cómo has
estado tu día?
-Maravilloso- vio la enorme sonrisa formarse antes de que
el rostro enfocara de nuevo la avenida.
-Debe serlo cuando te estrenas de pedófila ¿o no?- dejo
escapar en tono divertido sintiendo la mirada asesina sobre ella.
-Deja de decir taradeses- miró sonriendo la seriedad que
se acababa de formar en el rostro de su mejor amiga
-Entonces es mayor de edad- escuchando el suave carraspeo- ya veo, eso no te quita lo asaltacunas.
-No tengo nada con ella, simplemente conversamos es todo_
vio el rostro fijo al frente sin enfocarla en ningún momento.
-No quiero ser mala contigo, simplemente quiero que seas
consiente- dejo escapar con seriedad -ella es una paleta de helado…- dijo
suavemente -es pequeña, liviana y recién
sacadita al mercado, de esas inocentadas que compran todos porque es riquísimo comérselas-
dejo escapar con tranquilidad.
-¿Y qué tiene que ver el helado conmigo?- noto como la
boina ocultaba los ojos oscuros.
-Tú vendrías a ser un helado de - ladeo la cabeza con
seriedad - de…
-De colección, esos de sabor único e inigualable que no
puedes probar una sola vez porque creando adicción- Virginia escucho el tono
engreído y bufo pidiendo paciencia al universo.
-Ibas a decir un helado de medio galón- seria -para ver si tu cabecita que al parecer
esa niña está dejando hueca hace la comparación.
-Tu comparación es inútil- Vanessa seria - y la prueba clara de que no
me interesa la niña, porque si ella es una paleta y yo un helado de medio galón
seria canibalismo.
-¡Ah! no es que tu eres uno de chocolate y ella uno de
vainilla y serían la combinación perfecta- dejo escapar en tono de burla -y
querida no me digas que no te quieres mezclar porque desde el sitio de donde yo
lo veo, si lo deseas.
-Ella es una niña y yo una guardiana de la ley y el orden-
Vanessa se situó al lado de Virginia con seriedad -nunca y métetelo en la
cabeza, he pensado siquiera en tener algo con ella.
-Sí, se te ha pasado- Virginia se giro encarándola -te
conozco casi desde que tomamos biberón y quieres comerte a la paletita- levanto
las manos con algo de desesperación -te encanta esa niña, te gusta se te nota
por como la miras.
-Lo único que miro es a mi mejor amiga hablando
incoherencias durante mi horario laboral- Virginia la miro con sorpresa - ¿Desconfías
de mi buen juicio?
-Para nada, es a tu buen juicio a lo que temo- agregó enfadada - temo que tu buen juicio te
haga detenerte de hacer la combinación perfecta de la vainilla y el chocolate-
respiro profundo -temo no ver más la mirada que te genera esa chica por una
tontería como que ella es una paleta y tu un helado de medio galón… temo no
verte feliz…
-Yo temo que no te entiendo- Virginia levanto la mano
dando un fuerte golpe al hombro -ya entendí Virginia, pero yo soy feliz y ella
no me interesa de esa manera- repitió suavemente.
-Bien- Virginia sonrió con travesura - digo porque
seguramente, no soportarías su ritmo de vida, las chicas de hoy son muy
diferentes, y ella deber hueca, superficial y de esas chicas que viven de la…
-¡ELLA NO ES ASÍ!- la sonrisa de Virginia se ensancho aun
más al ver la molestia en los ojos negros que le enfocaban.
-Perdón por insultar a tu futura esposa- canturreo
ingresando en la tienda antes de estallar en carcajadas, dejando a una Vanessa
con la mano en la cara fuera, para ella aquello no era más que un juego
divertido, si su amiga no quería aceptar que aquella chica le gustaba solo le
daba más armas a ella para divertirse a morir…
Herendira miraba fijamente a su padre delante de ella,
aquel hombre parecía empeñado en fastidiar su alegría sin duda alguna. Elegantemente
vestido, con esa sonrisa altanera e invadiendo el sofá de su departamento cuán
grande era, mientras le miraba fijamente. No era que ella no amara a su padre
es que se habían dejado de entender muchos años atrás cuando él empezó a
denominar todo en su vida con dinero y elegir cada movimiento de acuerdo a lo
benéfico para el bolsillo familiar de ello o no.
Aquel hombre que en un tiempo había sido el más cariñoso
del mundo con ella cambio notablemente luego de que su madre decidiera dejarlos
a ella, a sus hermanos y a él solos, para escaparse con su profesor de arte.
Luego de eso su padre había cambiado completamente convirtiéndose en un lobo
financiero con el único fin de en sus propias palabras “asegurar el futuro de
cada uno de sus hijos”, su hermana y hermano mayor no tuvieron problemas con
ello, cada uno estaba a punto de graduarse de dos carreras diferentes y con
novios que ciertamente eran de familias respetables que harían crecer las empresas
familiares.
Pero ella…. Ella solo era una niña en ese entonces, ella
no sabía nada que no fueran osos, juguetes y cocina porque a su madre le
encantaba enseñarle a cocinar, para que de pronto por la decisión de la “loca
esa” como le llamaba cariñosamente, le quitaran todos sus juguetes, peluches y
recetas de cocina, sustituyéndolas por clases de idiomas, de modales y
economía, artes bueno esa por claras razones la obvio su padre.
Paso de que su vida y decisiones fueran suyas a seguir
las de otro como un borrego a su pastor, sin protestar y rezando diariamente
para no acabar en el asador, sin embargo su padre al parecer estaba dispuesto a
sacrificarla con tal de darle estabilidad y tranquilidad, claro de paso
obteniendo el algo. El discurso que le daba mientras se acomodaba tanto la
corbata tenía que ver con el hijo de un amigo suyo, de su interés en ella, de
sus gustos parecidos y del buen partido que constituía.
Mientras le miraba organizar su futuro se preguntaba
¿Cuándo ese hombre se había vuelto un desconocido? Si realmente su padre sabía
algo de ella, negó con la cabeza dejando de mirarlo para continuar su larga
lista de requerimientos que culminaba con una salida el sábado, lo miro con
incomodidad sin negarse a nada de lo que le decía, le veía poco caso. Saldría
con el chico fingiendo interés y luego se olvidaría del asunto, para que él
siguiera feliz.
-Entonces vendrá por ti el viernes a las 8 p.m.- le el hombre por lo que le miro fijamente unos
instantes.
-Papá- le llamo divertida -a esa hora estoy en la
universidad- rió quedamente al ver la cara de confusión.
-¿En serio?- le vio llevarse la mano al mentón con
incomodidad.
-Tú mismo escogiste mi horario- le miro con seriedad - afirmabas que de esa forma no me iría de
parranda.
-¿Puedes faltar a esa clase?- con autoridad.
-Es química papá y el cuatrimestre esta por culminar-
Herendira se giro hacia la ventana -no quiero dejar una mala impresión.
-Bueno entonces estableceré otro día para la fecha y te
mandare un mensaje al celular- la chica asintió suavemente antes de escuchar a
su padre levantarse de su sillón -tengo cosas que atender, pasa una buena tarde-
escucho la puerta abrirse antes que el
hombre soltara una exclamación -¿Pero Señorita de Valle que le sucedió a su
rostro?- se giro para ver a Stefani en el pasillo mirando a su padre, le
divertía el respeto con que este le hablaba pero lo suponía natural en su
padre, después de todo la familia del Valle era de las más acaudaladas del
mundo.
-No debe usted preocuparse Señor Villafiel- aquello
también le sorprendía, su amiga que parecía distraída, ida y a veces hasta
fuera de lugar, en situaciones así realizaba un derroche de elegancia
incomparable -he tenido una desavenencia
que espero resolver a la brevedad posible.
-Comprendo- el hombre giro a mirarla sonriente, en ese
momento Herendira pensó que a su padre no le importaría que amara a una mujer,
siempre y cuando esa mujer fuera Stefani del Valle, sonrió divertida -me retiro
pásenla bien jovencitas.
-Que el resto del día le sea benéfico Señor Villafiel- notó
a Stefani despedirse con elegancia antes de enfocarla unos instantes notando en ese breve espacio el rojo intenso
en las mejillas - Andrea me golpeo- le dijo quedamente -está muy enfadada
contigo y conmigo.
Herendira se giro de nuevo hacia la ventana para ver la
ciudad con preocupación, la verdad sentía que Andrea había tenido una paciencia
apocalíptica con ambas, recordaba claramente las conversaciones que habían
tenido con ella sobre que no debía permitir a su padre manejar su vida. Dio un
suspiro pesado encaminándose a la cocina para regresar con compresas de hielo
para las mejillas de Stefani.
-Hernán- la miro con sorpresa al escuchar la voz seria
permanecer y no se sustituida por la relajada y payasa que usaba usualmente - por
eso está enfadada, porque a pesar de que me ha sido infiel sigo regresando con
él, a pesar de que me lastima vuelvo con él,
y ella siempre acababa abrazándome para hacer sentir mejor- suspirando mientras ella asentía levemente.
Stefani dejo el sillón enfocando ella la ventana en esta
ocasión, Herendira tenía clara que su amiga por ser una Del Valle era más de lo
que aparentaba, aunque no tenía un sondeo de que tanto y en momento así le
confundía y sorprendía realmente.
-Conmigo es que le dije que amaba a alguien, me enamore a
primera vista- sonrojándose violentamente al sentir los ojos
claros situados sobre ella- Andrea se lo tomo muy mal, es otra chica- termino
por admitir.
-¿Por qué amas a otra mujer?- notó aquel gesto profundo y
concentrado, se diría hasta decepcionado.
-No- se corrigió en el acto -creo que se enfado porque me
enamore…
-Y se supone que la distraída soy yo- Herendira la miro
con sorpresa aquellos tonos profundos y maduros en la voz de Stefani de verdad
la descolocaban - Quizás este enamorada de ti…
-Eso no lo pensé- miro a Stefani caminar con total
elegancia por su departamento, como si al hacerlo pensara profundamente - Deja
de hacer eso- le dijo suavemente.
-¿El qué?-
extrañada.
-Te comportas como una dama de sociedad, seria y madura y
puede ser bastante confuso- llevándose
las manos a la cabeza- Espero que no esté enamorada de mí, porque entonces de
verdad voy a perder su amistad.
-Andrea es muy madura- vio como la rubia respiraba
profundo pero aquella madurez no se iba con nada -así que esperemos lo pueda
manejar ¿Sabes donde tiene tocada?
-Mañana con su banda- respondió Herendira -tengo la
dirección del bar ¿Quieres ir?- vio como asentían suavemente -capaz que me deja la cara peor que a ti…
-No te preocupes, si veo que te quiere golpear me trago
yo sus golpes- quedamente - mi último
problema con Hernán creo que fue lo que la hizo estallar contra ti- agregó -además
Herendira no es tan malo que alguien como Andrea te ame, aunque es una pena que
tu ames a alguien más.
-Sí- la joven
recordando cada gesto cariñoso de su amiga - es una pena…. Porque con ella
sería tan fácil…
Andrea se giro a ver a Karina que jugueteaba divertida
con un mechón de su cabello mientras ella tocaba el piano en su departamento,
la noche había caído ya hacia un rato y
ella practicaba algunas canciones de la tocada del día siguiente, hizo una
pausa respirando profundo unos instantes - La música de un piano es tan hermosa
que bien debería ser escuchada por todos los oídos- ladeo la cabeza a su
derecha para enfocar aquella mirada oscura y profunda que le regalaban - sería
ideal que las manos de la pianista pudieran ser experimentadas por igual… al
ser consientes de los sentimientos que expresan - desvió el rostro dirigiéndolo
de nuevo al piano para juguetear con sus teclas creando una suave melodía antes
de sentir el peso de la cabeza de Karina en su hombro, cerró los ojos dejándose
llevar por las delicadas notas creando de a pocos y de la nada una melodía algo
melancólica y a la vez alegre - Sin duda - le escucho decir por lo que abrió
los ojos de nuevo - acabaríamos diciendo quien pudiera ser tecla para recibir
tales emociones - sonrió fugazmente mientras continuaba tocando.
-Y sin embargo yo solo quiero que una persona escuche el
llanto de mi piano- dejo escapar quedamente -pero a ella mi piano no le puede
alcanzar.
La suave música empezó a envolver el lugar por completo
mientras la fuerza impresa en las teclas aumentaba y disminuía de acuerdo al
mandato del corazón de quien lo tocaba, para Karina fue inevitable no dejarse
envolver por lo profundo de aquella melodía y lo sincero del sentimiento que
expresaba, estaba sonriendo recostada en aquel hombro, por ese momento mágico
en el limbo del tiempo que le regalaban, escuchaba las notas ir y venir como
una caricia que le llamaba a perderse a sí misma en aquel sentimiento…. ¿Cómo
era posible ignorar aquello?, abrió los ojos enfocando el rostro de su
acompañante que derramaba suaves lágrimas, las manos continuaban moviéndose entre
sentimientos alegres y tristes… tal cual como un amor no correspondido,
amenazando con morir para resurgir con fuerza y melancolía en medio de aquella
suave melodía.
-Niña boba- dejo escapar con suavidad antes de regresar a
su posición sobre aquel hombro - nadie merece tu hermoso corazón, el merece ser
libre- quedamente mientras el piano
seguía declarando su tristeza sin cesar, su fugaz alegría y su imperecedera
esperanza…
Karina suspiro quedamente al escuchar la lluvia en el
exterior hacer acto de presencia, parecía que aquel elemento estaba dispuesto a
hacer compañía a aquel piano en esa noche, acaricio los cabellos castaños
apartándolos con suavidad, para ver el cuello níveo besándolo con devoción y
sin ser rechazada en ese instante -Que oportuna- enfoco el rostro creyendo que
le hablaban - la lluvia… conmigo siempre es tan oportuna - sonrió quedamente al
escuchar a la melodía finalmente empezar a morir.
-Deberías obligarla a escuchar tu piano - le quedamente.
-El amor no es algo que se imponga - le declararon
empezando a disminuir el volumen de la melodía haciéndola agonizar.
-Pero si debe ser declarado aunque sea buscando olvidarlo
- volvió a besar el cuello con suavidad.
-Si lo declaro creo que…. Que… - noto como el tecleo del
piano cambiaba de golpe creando una melodía más agresiva, se aparto del hombro
sorprendida ante la agresividad que despedía la canción, las manos se movían
sobre el piano con ira de un lugar a otro, dejando salir la rabia y la
frustración de golpe, vio los labios suavemente moverse “yo era muy feliz pero
te encontré” escucho la caída casi maniaca de las notas antes de que regresaran
a la melodía de nuevo, escapando con rabia una y otra vez… sin duda aquella
chica era una artista nata.
-Serás libre- le musito quedamente -libre para vivir como
desees… para disfrutar hasta el último de los placeres que la vida te regala.
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Gracias, gracias, gracias!!!! Excelente este capitulo. Sos genial! Gaby Arg
ResponderEliminarMUY BONITO CAPITULO ME ENCANTA LEERLOS FELICIDADES ATTEN LIS DESDE VZLA
ResponderEliminarEres una encantadora de lectores!!! Creo que podría ir hacia cualquier lugar que decidas narrar...lo mejor de todo es que siento cada una de las emociones que llenan tu historia.
ResponderEliminarMuy buen capitulo karina es una persona muy suspicaz para ganarse a andrea...
ResponderEliminarMil gracias por compartir la historia, hacia tiempo que no leia algo que me gustara.
ResponderEliminarMakeys.