Esperamos tu historia corta o larga... Enviar a Latetafeliz@gmail.com Por falta de tiempo, no corrijo las historias, solo las público. NO ME HAGO CARGO DE LOS HORRORES DE ORTOGRAFÍA... JJ

Amor Inmortal - Ve.C - 39

Capítulo 39     
 Karla y Natalia se miran, noto como se entienden sin palabras y siento que no llegue en un buen momento a esa charla.
Natalia se levanta y me mira. En su rostro hay cierta preocupación, me pregunto si eso se debe a que es lo que escuche o a algo más.
-      Le tengo miedo al pasado que se encuentra con el presente- fue su respuesta acercándose a mí y mirando desde allí a Karla- seguimos después.


Se aleja rumbo a la habitación. Voy detrás de ella con mis pensamientos ¿tan malo es su pasado? quizás por eso su misterio.
-      Perdón si interrumpí la conversación que tenías con Karla.
-      No interrumpiste nada pero ¿Qué haces despierta?
-      No te sentí a mi lado y pensé que ya era de día por eso fui a buscarte.
-      Falta unas horitas todavía para que salga el sol, puedes acostarte y descansar un rato más.
-      Si voy acostarme pero esta vez ¿te quedas conmigo?
-      Ven que no me voy a ningún lado esta vez.

Su rostro dibuja una hermosa sonrisa desde la cama.
Me acuesto a su lado y desde mi posición la observo detenidamente.
¿Qué es lo que me atrae tanto a ti? Que por más que algo en mi me dice que tenga cuidado no puedo resistirme.
El sueño vuelve a vencerme.

Algunas imágenes como flashes asoman en mi sueño.
Estoy vestida como las personas de Irak y esos lugares.
Los hombres tenían una especie de camisa hasta los pies cubierta por un manto parecidas a los kalasaris.
Otras dos mujeres más están vestidas como yo con  una  pieza rectangular de tela, con una profusa ornamentación, que se envolvía alrededor del cuerpo y se sujetaba al hombro y velo que ocultaba nuestro rostro.
Parecía ser una cena importante. Mientras las mujeres acomodábamos todo en una mesa llegaron varios hombres acompañando a un  hombre un gordo, y calvo, parece ser alguien importante porque todos agachan la cabeza ante su llegada. Su vestimenta y porte lo identifican como uno de los tantos consejeros del rey.
Cuando terminamos de servir la cena nos sentamos junto a los hombres que llevaban un rato bebiendo. Hablando y riendo.
-      ¿Qué le trae por aquí?- pregunto el hombre más anciano de la mesa
-      He venido- contesto el calvo parándose y acercarse a mi- a pedir la mano de Istar.

Ese nombre hizo que me despertara. Lo he oído o leído  antes a ese nombre en alguna parte pero no recuerdo de donde.
Me da rabia el no poder recordar muchas cosas debo prestar más atención a las cosas para no olvidarme tan rápido pero lo que más bronca me da es no saber qué significan estos sueños raros que tengo últimamente.

Observo la ventana y está a punto de amanecer algunos rayos matinales empiezan asomar.
Miro a Natalia durmiendo a lado Mío se la ve tan tranquila. Acaricio su rostro y me percato de que su cara parece como la de alguien ¿muerta? y más al sentir su piel fría.
No es la primera vez que la siento así, tal vez sea alguna enfermedad. Se que hay personas que son de tener la piel fría pero la de ella parece estar helada. No es normal.

Sigo observándola y tratando de ponerle un nombre a lo nuestro.
-      ¿vas a seguir mirándome?- dice con una sonrisa en el rostro sin abrir los ojos.
-      No sabía que estabas despierta pero si no te molesta si, además me gusta mirarte.
-      Solo tenía los ojos cerrados no he podido dormir- acostándose de costado y mirándome- no me molesta que lo hagas.
-      Qué bueno porque si te molestaba igual seguiría mirándote.
Nos quedamos un rato más en la cama solo mirándonos en silencio.
     Esos ojos color cielo que siguen alterando mi corazón de una manera que no conocía hasta ahora.
Quiero quedarme así con ella pero el deber llama y abandonamos la cama.
Al servir el desayuno se acomoda tras de mi coloca ante mis ojos una hermosa rosa roja.
Le regalo una sonrisa mientras que con mi mano la traigo hacia mí para juntar mis labios a los suyos.
-      Gracias – le digo al despegar mi boca de la suya y sonreír- es mi favorita.
-      De nada señorita- contesta después de volver a besarme- lo sé en tu casa vi muchas rosas.
Empiezo a darme cuenta  el porqué en tanto poco tiempo ha logrado enamorarme como nadie antes. Son estos pequeños detalles que tiene hacia mí, con el que me roba el corazón.
-      Yo no tengo nada para darte- le comento mientras miro la rosa- ni siquiera sé que te gusta.

-      Yo voy a decirte que es lo que más me gusta- dice al pegar su cuerpo al mío y susurrando en mi oído- tu sonrisa, es mi cosa favorita.

 Siento vibrar mi cuerpo al suyo. Me levanto de la silla y me giro hacia ella. Veo en sus ojos amor al mirarme. Paso mis manos detrás de su cuello y busco su boca.
El beso empieza suave y tierno y a cada segundo va aumentando. Mi lengua juega con la suya y sus manos en mi cintura me alzan a la mesa.
Sus besos húmedos bajan por mi cuello cuando sus dedos empiezan a desbotonar mi camisa.
-      Para – alcanzo a decirle entre jadeos- cariño por favor.
Alza la vista encontrándose con mis ojos y puedo notar el brillo del deseo en ellos.
-      Quisiera quedarme contigo y terminar esto- digo al salirme de sus brazos y acomodar mi camisa- pero debo trabajar.
-      Lo sé puedo notarlo en tu mirada eso-contesta sin moverse de su lugar- pero esto lo continuaremos en otro momento- dice sonriéndome pícaramente.
Después del momento del pequeño momento de pasión junto mis cosas y bajamos en silencio el ascensor.
En la planta baja se para en un lugar medio oscuro.
-      Adriana yo no podre llevarte- escucho decirle- lo hará Benjamín- dice señalándome al portero.
-      Y tú ¿Por qué no?
-      No puedo salir al sol me hace mal- responde
La miro detenidamente, tratando de entender. Debe ser una enfermedad cutánea por el que no quiere exponerse al sol.
-      Mira –dice sacando una mano- para que veas que no te miento.
Al instante de su mano estar al sol empieza a ennegrecerse como si se estuviera quemando. Tras unos segundos de exposición la saca de allí y me la muestra.
Su piel tiene un color negro con gris y unos tajos como si se hubiera rasgado la piel expuesta.
-      ¿Qué tienes? Pregunto todavía sorprendida e intrigada.
-      Es que soy un vampiro.


----------------------------------------------------------------------------------------------------------
La Teta Feliz Historias y Relatos ® Ve.C - Derechos Reservados
© Todos los derechos reservados. Esta publicación no puede ser reproducida, ni en todo ni en parte, registrada o transmitida por un sistema de recuperación de información, en ninguna forma ni por ningún medio, sea mecánico, fotoquímico, electrónico, magnético, electroóptico, por fotocopia o cualquier otro, sin el permiso previo, por escrito, del autor.

3 comentarios:

  1. Linda la historia...sigue escribiendo asi...esta super interesante

    ResponderEliminar
  2. interesante los vampiros, continua

    ResponderEliminar
  3. Oh por Dios le dijo la verdaddddddddddddddddddddddddddddddd!

    ResponderEliminar

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...