Capítulo 13.
Sorpresas.
Pasaron un par de días y el fin de año
llegó, sus padres preparaban la cena, su hermano veía televisión en el salón y
ella estaba arriba en su habitación, de pronto escuchó que le llamaban
"Federikke,
federikke"
Salió y asomo su rostro desde arriba
F:
Que ocurre
M:
baja cariño, trajeron algo para ti
Bajo sin ganas de hacerlo, camino hacia
el salón y vió que la puerta estaba abierta, un chico de pie esperaba del lado
de afuera
"Buen
día señorita, esto es para usted"
Su cara mostró desconfianza, pensó que se
trataba de la gente para la cual ahora trabajaba
F:
¿quién lo envía?
"Ahí
tiene una nota" entregándole en sus manos
una pequeña caja con un lazo y un sobre blanco.
Firmó la orden de entrega y cerró la
puerta quedándose pensativa sobre el contenido de la carta y de la caja
M:
¿Qué es cariño?
F:
no lo sé
P:
no lo abrirás
Decían sus padres mientras le observaban
curiosos desde la cocina
F:
luego... subiendo de nuevo las escaleras en
dirección a su habitación.
Abrió la carta
"Amor
este es mi regalo, siempre estás presente en mis pensamientos y en mi corazón,
Feliz Navidad y año nuevo.
PD. Asi evitaras quedarte parada al otro lado
de la calle.
Besos
Helena".
Quitó el lazo que sellaba la cajita y la
abrió, eran un juego de llaves, una sonrisa se dibujo en su rostro, Helena le
estaba entregando no solo aquel juego de llaves comunes, sino las llaves que la
conducían a su vida, a su amor, al único que en su vida habría tenido.
Pasaron las fiestas, y desde entonces no
sabía nada de ella, le marcaba a su número pero estaba sin cobertura, a veces
por las tardes se escapaba de la facultad y se quedaba horas esperando en su
departamento, o se acostaba en aquella cama que había presenciado la entrega de
sus cuerpos para fusionarse en uno solo; pero a pesar de ello no tenía señales
de su amada.
T:
hey... ¿qué haces? ¿Acaso quieres sufrir un accidente? tienes que concentrarte…
o terminarás lesionando a alguien o a ti misma
F:
lo siento
T:
Llevas días distraida, ¿qué te ocurre?
F:
nada.
Tom empezaba a preocuparse, observaba a
Federikke algo apagada y desinteresada en los entrenamientos, era como si sus
habilidades iniciales por mágia desaparecían. Entró a la sala donde se reunían
T:
algo anda mal con Heinsen
"¿Si?
soluciónalo entonces"
T:
si ¿ y cómo?
"Busca
el origen, y desaparécelo"
T:
sabemos cuál es el origen, pero también que es complicado hacer lo que
pides"
"Llevamos
años tras eso, y hemos logrado un cincuenta por ciento de avance, pero como no
nos interesa solo la mitad, hay que llegar al cien" le
decía aquel hombre mientras en su escritorio seguía firmando una cantidad de
papeles.
T:
Michael... el hombre alzó rápidamente su mirada hacia
él... no estarás planeando que sea ella
quién ponga el fin a ese cincuenta faltante o ¿si?
"Clark
es exactamente lo que quiero que haga"
Tom entendió el enojo de su jefe, jamás
solía llamarle a él por su apellido, pero hablaba de algo delicado, y no
existían opciones, tenía que terminar lo que ya estaba empezado.
Heinsen,
Silk, Fernández, Thompson a mi oficina ahora mismo,
decía Tom mientras con paso acelerado pasaba por la sala 2 de entrenamiento.
F:¿
y ahora qué le pasa?
J:
no lo sé, ya nos enteraremos
Entraron con paso cauteloso y con
desconfianza
T:
Tomen asiento
J:
bien, y ¿Cuál es la misión?
T:
salimos en dos días a Durban, se llevará a cabo una entrega de un fuerte
cargamento de armas, el destino de las mismas es hacia Suramérica pero las retendrán
unos días en el puerto de esa ciudad, la misión es desmantelar la carga antes
de que partan a su destino de entrega.
F:
¿y quiénes van?
T:
todos
N:
disculpa pero donde queda ese lugar?
Tom observó a Nacho con una sonrisa de
ironía
T:
en Sudáfrica, Durban es una ciudad ubicada a orillas del océano índico en la
provincia de Kwazulu, la tercera ciudad más importante después de Johannesburgo
y Ciudad del cabo. ¿Alguna otra pregunta de geografía?
Nacho a obtener una respuesta tan
sarcástica optó por quedarse callado
A:
a veces eres insoportable Clark.
J:
¿detalles de la misión?
T:
cuando estemos en camino
F:
¿algo que ver la familia Lanzerotti?
Tom se detuvo a observar a Federikke, la
pregunta estaba más que acertada
T:
se cree según nuestras fuentes infiltradas que hay nuevo jefe de familia, y sí
Heinsen, el cargamento valorado en unos cuantos millones de dólares pertenece a
la familia Lanzerotti.
F:
genial, eliminamos a uno y surgen otros de la misma estirpe.
T:
por eso hay que continuar, hasta acabarlos.
Esa tarde salió de aquel cuartel de la
intelegiencia canadiense y se marchó a caminar por el parque, el frío era
intenso, pero aún así sentía la necesidad de ir a donde en aquel verano se
sintió tan feliz.
"¿Helena
donde estas? te echo tanto de menos" sus
ojos no dejaban de contemplar aquel lugar con vista hacía el lago donde fue su
primera cita con la mujer que robaba su corazón.
F:
má, pá, Hal... tengo que salir de viaje
Ha:
¿de nuevo?
M:
hija, ¿y eso?
F:
voy a surámerica, hay una equipo de médicos voluntarios que harán una visita por
una semana, tal vez dos y pues me apunte para ir...
obedecía la orden dada por su jefe, tenía falsos documentos que así lo
certificaban, a veces ella misma se horrorizaba de la capacidad que alcanzaba
para mentirles a los seres que más amaba.
Sus padres una vez más creyeron aquella
cantidad de falsas explicaciones, pero Harald muy dentro de sí sabía que algo
estaba pasando con su hermana.
Ha:
algo me dice que no vas de ayuda a ningún lado
F:
vamos a empezar de nuevo Hal
Ha:
no me dirás la verdad ¿cierto?
Federikke preparaba su equipaje mientras
él le observaba
F:
investiga y verás que digo la verdad…
ella estaba segura de que todos sus pasos estaban cubiertos, al menos en la
facultad.
Ha:
¡Cuídate! sus ojos se cruzaron y de pronto sintió una
necesidad de un fuerte abrazo, corrió hacia él y se anclo en sus hombros
F:
Te quiero
Harald jamás la había visto tan vulnerable,
sintió una flecha en su estómago que le confirmaba que ese algo no era nada
bueno.
Ha:
y yo a ti hermanita… Apretándola más fuerte, como
si la quisiera salvar de caer en un abismo.
En el aeropuerto a bordo del avión
privado
N:
lista linda para transformarte, mientras colocaba su
bolso en un lado del su asiento
F:
supongo, volveré a ser Aleksandra Nicolic, observándolo
con una media sonrisa
T:
eso es por esta vez, la próxima no serás la misma,
dijo en tono casi apagado mientras se acomodaba en su asiento.
"Buen
día a todos, abrochen sus cinturones que despegaremos en breve" escucharon
por el alta voz obedeciendo todos la orden.
El recorrido era interesante, aquella
ciudad era diferente de las que antes había visitado, tenía un aire de
modernismo.
La habitación era amplia, decorada al
estilo minimalista, con su cama en el centro, espejos a ambos lados de la
misma, al fondo de la habitación una terraza donde se podía contemplar
perfectamente el océano índico, a la izquierda una pequeña mesa con tres
sillas, un florero con algunas rosas rojas y amarillas que servían de decorado
para el lugar.
J:
bueno... parece que nos toco compartirla ¿no?
F:
la habitación ¿o la cama?
J:
ambas?
F:
ni lo sueñes, dormirás en el piso
J:
¿qué? te has vuelto loca, eso afecta mi espalda
F:
me importa cinco tu espalda
J:
¿y si me rehusó?
F:
una baja más una baja menos para el servicio... qué más da
Ambos se miraron y sonrieron
Colocaron el equipaje en un pequeño
armario
J:
¿Qué te parece si empezamos a trabajar?
F:
es lo mejor que has dicho en las últimas horas
Salieron del lobby del hotel en dirección
a un taxi que habían contratado,
F:¿
a dónde vamos?
J:
¡a divertirnos!
Fede lo miro, sonrío "cierto, puede ser nuestro último viaje",
Joe giro su vista encontrándose con el azul intenso que le miraba
J:
será el tuyo, porque yo pienso seguir viajando... ambos
rieron y el auto arrancó hacía su destino, pasearlos por la ciudad.
Visitaron por los principales shopping de
la ciudad, entre risas, observando las vidrieras de los comercios, pararon en
un lugar para practicar surf artificial,
F:
¿estás loco?
J:
anda, ¡vamos! no me digas qué tienes miedo
F:
¿miedo? ¿Cuánto apuestas?
J:
unos 1000 dólares ¿tal vez?
F:
wow… te gustan los retos ¿no?
J:
¿a quién no?
Federikke fue vestida con un traje
ajustado para surfistas, le entregaron la tabla y se dispuso a entrar al agua,
veía de forma divertida como aquellas olas artificiales se formaban, algo en
sus venas corría, un deseo a experimentar la adrenalina la invitaba a probar
algo nuevo y en otro punto de la geografía mundial.
J: vamos
Aleksandra, tu puedes… gritaba mientras con ambas manos trataba de
equilibrarse en la tabla resbaladiza que con furia empujaba el agua.
Federikke logró sostenerse y no caer, al
salir de la emoción se abrazo sobre él
F:
me debes mil
J:
claro por dinero todo vale ¿no?
F:
tu apostaste querido, no yo
J:
venga, vamos a comer, tengo hambre. Empujándola
suavemente para que fuese a cambiar de ropa. Te espero.
Federikke veía cada detalle de aquel
lugar que le parecía sacado de películas, la decoración peculiar, las mesas
coloridas, a juego con las paredes azules del restaurant, predominaba la madera
en la arquitectura, al fondo una tarima con músicos tocando acordes autóctonos sudafricanos,
desde su lugar podía observa hacía afuera, sillas de madera casi tocando el
piso con pequeñas mesas en el centro al aire libre
J:
es lindo lugar ¿no?
F:
un poco raro… pero si, es lindo
El camarero llegó con la orden, ella no
había pedido nada, le dejo a su compañero la labor, "Qué es?"
J:
traditional durban curries/lamb served, un plato típico de acá
Federikke miró con desconfianza, bebió un
sorbo de su copa, pero cuando miro su plato, tomó dos sorbos más
F:
¿qué se supone que ordené?
J:
african starter platter
F:
¿y eso es?
J:
no tengo idea… pero suena delicioso ¿no crees?
Volvió la vista a su plato, tomó su
bebida nuevamente y de un sorbo dejó la copa totalmente vacía.
"Priscilla
debemos hablar"
P:
ahora que ocurre Tony
"Sabes
que es la primera operación que comandas ¿no?
P:
¿y qué con eso?
"Si
algo sale mal, las familias te podrán quitar el poder que te dieron"
P:
nada saldrá mal
"Es
una corazonada Pris, algo me dice que las cosas no van bien"
P:
irán bien, vamos… déjate de temores, y ve a descansar,
entre tanto tomaba una copa de vino para calmar su ansiedad. Sus ojos se
perdieron en la inmensidad de la noche que caía sobre la terraza de su mansión
"Si
solo pudieras estar aquí conmigo Fede, me harías tan feliz".
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