Capítulo 8.
Misión secreta.
Giro y ahí estaba, más bella que nunca,
su pelo se movía al compás del viento helado, sus ojos brillaban con el reflejo
de las luces de su entrada,
F: pensé que no volvería a verte
H:
ni por un solo día deje de pensarte…
avanzó rápidamente y sin pronunciar más palabras la tomo en sus brazos y la
beso, Fede sintió nuevamente el sabor de aquellos labios en los suyos, un
arrebato de pasión la invadió y continuo el beso, Harald quedó paralizado por
el lado de adentro de la casa, nunca se le cruzó por la mente que su hermana
tuviese una orientación sexual diferente.
Durante un par de minutos había perdido
la conciencia del lugar donde estaba, pero como un rayo de claridad, cayo en
cuenta de ello, se apartó velozmente de sus brazos
H:
¿Qué pasa? ¿no te gusto? le decía mientras la miraba sensualmente
F:
estamos en la entrada de mi casa, no es correcto
H:
oh, entiendo, no saben que eres... la interrumpió
bruscamente
F:
no, y no quiero que ...
H:
lo sepan.. termino la frase Helena.
F:
¿donde estabas?
H:
viajando por el mundo, es mi trabajo ¿lo olvidaste?
F: pensé que... no volverías a buscarme
H:
¿por qué?
F:
no lo sé… yo… en ese instante la puerta se abrió,
Harald camino hacia ellas y se instaló a su lado
Ha:
Hola, soy Harald Heinsen, su hermano le
decía mientras observaba fríamente a la desconocida
H:
Un gusto conocerte Harald, soy Helena... Helena Boelinger
Ha:
veo que se conocen bien, ¿no Fede?
F:
Harald ahora no, por favor
Ha:
el placer es mio señorita Boelinger, se
quedo en silencio unos segundos sin dejar de mirarle, entra pronto, te vas a helar, se giró y se devolvió por el mismo
camino.
H:
creo que tu hermano nos ha visto
F:
seguramente... mientras la confusión se apoderaba de
su cabeza
H: búscame mañana para almorzar, despidiéndose con un
beso en la mejilla y girando para marcharse
F:
te extrañe Helena le dijo en voz alta
H:
lo sé... alejándose por la calle, con una sonrisa
dibujada, en casi un susurro si supieras
que eres lo único que me motiva a seguir.
F:
¡el viaje! su
rostro palideció, no recordó su misión, su felicidad desapareció, dando paso a
la desolación.
Entro, saludo a su padres,
Ma:
¿te ocurre algo hija?
F:
no má, todo esta en orden, agarrando una manzana de la
mesa que estaba en la cocina
Ma:
si quieres hablar... estoy acá
F:
gracias má, beso su mejilla dulcemente y subió las
escaleras, temiendo encontrarse con su hermano, que seguramente le esperaba,
abrió la puerta, y sus nervios confirmaron sus pensamientos, ahí estaba Harald,
de pie observando una foto de familia
Ha:
¿cuándo paso?
F:
¿a qué te refieres?
Ha:
cuándo te enamoraste de esa mujer?
F:
Harald yo... no tenía el valor para dar una respuesta
Ha:
tú… ¿tú qué?, sabes siempre pensé que creceríamos cada uno formaría una
familia, nos volveríamos más unidos, te visitaría a menudo, iría a veces a
recoger a mis sobrinos y a veces tu a mis hijos, una familia feliz, pero...
F:
Harald, somos una familia
Ha:
ja, si es cierto una sonrisa de ironía salió de su boca, ¿como la conociste?
F:
camino al parque, me arrollo con su bici
Ha:
que romántico, entre tanto paseaba por su habitación
F:
Harald, mañana viajo, tengo que asistir a un congreso, puedes simplemente
guardar por unos días lo que has visto… antes de que corras a contarle a papá y
mamá?
Ha:
¿a un congreso? ¿que extraño no?
F:
es en serio, si piensas que me ire con ella, estás equivocado,
busco en su bolso y le entrego un sobre, su desconfiado hermano lo abrió, y ahí
estaban los folletos y las indicaciones de la universidad
Ha:
está bien, pero a tu regreso, tendremos una charla familiar…
colocando el sobre en la cama y saliendo sin decir nada más
Fede se paso la noche pensando en como
hacerle entender a Helena que quería estar con ella pero siempre algo la
llevaba al lado opuesto. Entraron los primeros rayos de sol por su ventana, su
cabeza estaba a un paso de estallarle, sus pensamientos parecían pájaros
revoloteando, atropellándose unos contra otros, de pronto su madre entro en la
habitación
Ma:
me dijo tu hermano que vas a un congreso de la facultad
F:
hola má, si anoche le dije
Ma:
¿cuántos días amor?
F:
cinco días má
Ma:
necesitas algo… ¿dinero? ¡supongo que si!
F:
todo me lo costean ellos, pero si quieres algo más no estaría mal
Ma:
ahora te dejo el dinero sobre mi mesa de noche... se
acerco, sentándose en la cama la abrazo y la beso en la cabeza te quiero nena, me estas avisando como te va. A Fede la invadió una profunda
tristeza, nunca antes había tenido que mentir, y desde ese viaje su vida se
convirtió en un abismo de engaños.
Dos horas más tarde salió de su casa,
mucho antes de la hora pautada del viaje, tomo un taxi y llego a la dirección
de Helena, se bajo y quedo pensativa mientras miraba desde la calle la ventana
de su departamento, suspiro y continuo su camino hacia su meta.
El timbre sonó tres veces, Helena abrió
la puerta, y ahí estaba, sus ojos azul cielo enterrándose en su mirada, una
sonrisa se dibujo en el rostro de la castaña
H:
¿Qué haces acá tan temprano?
F:
¿estás sola?
H:
claro, como siempre
Abalanzó su cuerpo hacía el de ella,
soltó la maleta en la entrada, mientras sus rostros quedaban a milimetros de
distancia, se dejo llevar por los deseos e impulso contenido desde meses atrás,
la beso con fuerza, un poco torpe al principio pero luego fue acoplándose perfectamente,
Helena apenas podía respirar, las manos de Federikke la exploraban deseosas de
pasión, con su cuerpo la fue llevando hasta el sofá que estaba en el salón, la
dejó caer delicadamente mientras se quitaba el sobretodo negro, Helena la
miraba absorta, se poso nuevamente sobre ella, su lengua paseaba por su cuello,
sus manos desabrochaban la camisa de su castaña amante, dejando libre su torso,
su pechos estaban endurecidos y los pezones erguidos por la excitación, las
manos frotaban aquellos pechos, su boca recorría uno y se pasaba al otro, Fede
podía oír los gemidos que salían de la boca de Helena, se levantó dejándola
casi sin respiración nuevamente, le saco el pantalón que llevaba puesto con
velocidad, se quito la blusa que tenía y volvió abalanzarse sobre ella, se
besaron con todo el fuego que llevaban dentro, salvajemente, Helena con un
movimiento hábil la giro y quedo encima de Fede, tomo sus manos y las llevo a ambos
lados de su cabeza, volvió a besarla más cálmadamente, sus lenguas se
entrelazaban en una lucha por el dominio, Fede sintió la pierna de su amante
colocarse entre las suyas, las abrió más para sentirla cerca, la mano de la
castaña se introdujo hasta su sexo por debajo de su pantalón dándole masajes
que la hacían arder de placer, sus gemidos fueron aumentando, la humedad fue
emanando a medida que el ritmo aumentaba, empapando su braga, volvió sobre si
para besarla de nuevo, un susurro escucho en su oído "me encantas Fed"
sus ojos se encontraron por unos segundos, en ese instante supo que la
deseaba con toda su alma, regresaron al beso que se intensificaba más y más,
Helena con su boca recorría su mentón dejando impregnada su saliva en ella,
saco sus manos de la intimidad de la rubia y como pudo retiro las prendas que
evitaban sentir su delicada piel, sus pechos los frotaba con los de ella, moviéndose
en vaivén, sus manos se fueron a masajearlos, su lengua recorría desde el
cuello hasta su bajo vientre, iba y regresaba por el mismo camino sin dejar de
masajearlos, gemidos constantes se escuchaban en el salón.
Fede volvió a tomarla y girarse sobre
ella, quedando una vez más encima, introdujo su lengua en la boca de su amante,
masajeaba con fuerza los pechos de la castaña, provocando más frenesí en la
chica, fue bajando por su torso, con su lengua en su vientre lo acaricio, y
siguió su camino, bajo a su sexo y acaricio con dulces besos, cada gemido que
oía le imprimía más energía de apoderarse de los más intimo de Helena, la
humedad bañaba el bajo vientre de la castaña, su boca se deleitaba, atrapo su clítoris abultado, los gemidos fueron aumentando, metió su lengua dentro de su
vagina, y comenzó a meterla y sacarla, cada
vez más rápido, de pronto las manos de ella le sujetaron la cabeza, haciéndola subir hasta sus labios, se besaron fogosamente, mientras con sus
manos Helena abría las piernas de Fede y acoplaban sus sexos tomo la mano de
ella y la llevo al suyo, Fede comprendió lo que quería, introdujo dos de sus
dedos en su vagina mientras sentía los dedos de Helena en el suyo, aprisionaron
sus cuerpos rodeando cada una con sus piernas a la otra y al mismo ritmo se
movían, la mano libre de Helena apoyaba la desnuda espalda de Fede causando más
presión contra sí, ambas jadeaban de placer, una explosión de sensaciones las
dominó, hasta caer exhaustas la una sobre la otra, el silencio les acompañaba,
así se quedaron por algunos minutos, sumergidas en el más absoluto placer que
les brindaba la fusión de sus cuerpos.
H: deberíamos comer algo cielo
F:
me tengo que ir
H:
ir… ¿a dónde? intentando sentarse en el sofá para
contemplar su rostro con una expresión de confusión
F:
tengo que partir a las catorce horas a un congreso en Otawa
H:
¿Qué? giro la mirada hacia la chimenea decorativa
que tenía, vaya, parece que nuestros encuentros siempre deben terminar así
F:
preciosa atrayendo su rostro con la mano, no puedo quedarme, es importante
H:
siempre desapareces en el momento menos indicado ¿no?
se levanto desnuda buscando su ropa. Las manos de Federikke la bordearon por la
cintura mientras fundía su nariz en el cuello,
F:
te ves hermosa, te haría mía una y otra vez
tomando sus manos y llevándolas hasta su pecho
H:
entonces quedate y hazme tuya las veces que desees con
voz sensual que invitaba al deseo
Fede sintió el calor que aquellas
palabras producían en su intimidad con su lengua repaso desde el borde del
cuello hasta la última vertebra de aquel hermoso y desnudo cuerpo, pero su
mente la llevo a la mirada oscura de aquel que se hacía llamar "el
jefe", reaccionó y volvió a su posición inicial, en un susurro al oído
F:
te deseo como nunca he deseado algo en la vida, pero no puedo.
La soltó busco sus prendas y se arreglo, Helena la contemplaba seriamente, no podía
creer lo que veía, agarro sus cosas, se acerco a ella, le dio un beso suave en
los labios sin ser correspondido, y se marcho.
H:
vaya destino el nuestro.... una amarga lágrima asomo
su recorrido, pero la fuerza de su ego le impidió abrirse paso.
A toda prisa llego al aeropuerto de Abbotsford,
bajo su equipaje y Tom la estaba esperando, extendiéndole el sobre
T:
tu pasaporte
F:
tengo el mio
T:
abre el sobre respondió secamente
Fede abrió el contenido, un pasaporte "Tifanny Casey" ¿Qué
es esto?
T:
tu nueva yo sonriendo con sarcasmo, mientras la
tomaba del brazo para que andará
F:
voy a ir a otro país haciéndome pasar por otra persona? ¿estás loco?
T: acostúmbrate, esto apenas empieza, o no echaste un ojo a la foto?
Su cara palideció, la foto era un rostro
totalmente diferente, una chica con pelo oscuro, ojos café y de facciones muy
distintas a la suya. Sujetaba el pasaporte mientras por inercia seguía el paso
de Tom, el camino los condujo a otro lugar, los dejaron pasar sin interrogar,
subieron a un coche y bajaron a una distancia considerable de las
instalaciones, su mirada quedo pérdida al ver un avión estacionado en la pista,
F:
¿es privado?
T:
digamos que nos gusta cierta intimidad bajo
el equipaje y subió, al pie de las escaleras pensaba en cual sería el motivo de
esa misión
A:
¿te quedarás ahí?
Subió la mirada y Alice le indicaba que
ascendiera por las escalerillas, cada paso que daba le asustaba, algo dentro de
sí le decía que de ese abismo, no tenía retorno.
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La Teta Feliz Historias y Relatos ® Luzi Müller - Derechos Reservados
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Luzi; Me super encanta!! Te cuento q la he seguido cada día con la misma emoción y justo así; espero con ansiedad el nuevo capítulo. Gracias mil. P.
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