Capítulo 5.
La aprendiz.
Los días fueron pasando, aquella tarde
era nostálgica para ella, estaba sola en el lago, había salido antes de la
facultad, Helena estaba de viaje, sus días libres terminaron, y la rutina volvía a su vida, de pronto algo la saco de su ensoñación con ella
"Es
hora de empezar"
De un brinco giro a ver de donde venia
esa voz, y ahí estaba, nuevamente aquella mujer de estatura mediana, ojos café
"Pensaste que nos olvidaríamos de ti?"
F:
no estamos en navidad, así que semejante milagro en esta época es poco probable
"Wow,
si que eres sarcástica"
F:
algún día me dirá cómo se llama?
"Mi
nombre es Alice, y seré tu instructora junto con alguien más, ahora vamos que
no tenemos todo el día"
Entraron en un rustico y se marcharon.
A:
el es Tom, tu otro instructor
F:
genial, dos...
T:
será una etapa difícil, necesitaras ser constante
F:
instructor ¿de qué?
A:
ya lo verás
Ambos se miraron, y en silencio se
desplazaron hasta un lugar lejano a las afuera de la ciudad. Al llegar era como
un campus, enorme, con muchos arboles, piezas de entrenamiento,
F:
genial, un gym al aire libre... como me gusta...
T:
ya veremos... ya veremos
Esa tarde empezaron, tomaron su peso, estatura,
tallas, todo, un doctor la examinó le sacaron sangre para análisis, no entendía nada, solo se dejaba llevar, quizás por su propia inmadurez.
F:
bien, y ¿esto es todo?
A:
apenas empieza nena, vamos
Caminaron por una pasillo de aquella
enorme casa, abrió una puerta
A:
sobre la cama esta tu vestuario, colocatelo y te espero allá afuera
Ropa deportiva justo a su talla,
Federikke no entendía de que se trataba todo aquello, al fin de cuentas nadie
le daba explicaciones, solo ordenes. Se cambio de atuendo y salio.
A:
vamos
La siguió sin saber bien a donde, la
hicieron calentar y luego correr por una hora entre el bosque que había detrás
de la casa, el agotamiento se le notaba
A:
estas fuera de forma, pero con un par de semana eso pasara
F:
¿de qué va todo esto?
A:
no preguntes, ahora eres un agente en inducción, con eso te bastara...
continuo su camino corriendo
F:
¿agente en qué? se pregunto nuevamente en voz alta
A:
date prisa... escucho.
Asi pasaron los días, las semanas y luego
de 3 meses, Federikke se había convertido en otra persona, una chica de solo 21
años con doble vida, en las mañanas y tardes iba a la facultad, pero al salir
la recogían para llevarla a su entrenamiento, Alice la formaba en resistencia física y defensa personal, Tom empezaba a enseñarle el mundo de las armas,
ambos se convirtieron en su sombra, en casa había tenido que mentir, diciendo
que trabajaba en las noches como auxiliar de una clínica adscrita a la facultad,
se acercaba al cuarto año y pues de cierta forma eso cubría sus espaldas,
pronto vendrían las rotaciones y la mentira se desvanecería, a Helena no la había visto desde aquella comida en el parque, la echaba de menos
terriblemente, pero nada podía hacer, ni sabía donde vivía jamás pregunto sus
número, ni menos aún una dirección de email donde poder escribirle.
Ha:
Fede.. tenemos que hablar...
F:
pasa hermanito, que estoy terminando de ordenar algunas cosas
Ha:
¿qué te ocurre?
F:
de qué hablas
Ha:
no eres la misma de hace algunos meses, es más tengo la sensación que desde ese
viaje eres otra persona
Federikke solto sobre la cama la mochila
que estaba haciendo, lo miro con un reflejo de susto en su rostro ante tal
confesión
F:
soy la misma, solo que con muchas cosas encima
Ha:
no te recrimino por la falta de tiempo que tienes ahora, sino no sé... algo
tienes… no sé explicarlo, pero vamos te conozco desde que naciste, te llevo 7
años de diferencia, y sé que algo estas ocultando, ¿qué es federikke?
Su hermana sonrió para salir del paso se
acerco a él de un salto y lo abrazo, mientras besaba su cabeza, "me echas de menos hermanito"
Ha:
no me evadas... entre tanto la sujetaba para que no
se cayera.
Salio del paso con la excusa que se le
hacia tarde, se despidió de él y corrió rumbo a la calle,
F:
ciao má, saludas a papá de mi parte.
M:
hija cuídate... no le dio tiempo ni despedirse, ya se había marchado.
Con el ipod encendido caminaba, no quería
analizar lo sucedido en su habitación, de pronto algo la sobresalto
H:
¿te asuste?
F:
vaya, que si no... no sé… no puedes aparecer de otra forma que no sea asustándome siempre
H:
o arrollandote jajajaja
Fede la saludo con un beso en la mejilla,
al hacerlo sintió su aroma inundando su olfato, "huele a vainilla, se dijo para si"
H: teníamos tiempo sin vernos, ya te echaba de menos, con
una sonrisa que iluminaba su verde mirada
F: (y yo a ti, pensó), es cierto, hace 3 meses exactos que no nos
vemos
H:
uy si hasta los tienes contados, quiere decir que si me echaste de menos
aunque no me lo digas. ¿Quieres tomar algo?
F:
voy a la facultad, tengo una clase
H:
¿ni un ratito?
F:
te parece si al salir
H:
seguro, paso por ti
F:
observando la bici, sonrió seguro que si.
Solo había olvidado una cosa, siempre al
salir la recogían para sus entrenamientos, como haría para evadir aquello y
estar lista para irse con su amiga, si es que se podía llamar así.
La horas fueron eterna, miraba el enorme
reloj que había en el paredón y cada vez le parecía que las agujas giraban en
sentido opuesto,
"hey
Fed, tienes una cita?" le susurro uno de sus pocos
amigos en la facultad,
F: quizás Crist
C: pues queda poco, sino quieres llegar tarde tendrás que correr
"Señor
Cristhopher, dígame que pasaría si un paciente tiene un contaje elevado de
linfocitos, y bajo de plaquetas, dígame al menos dos posibles diagnósticos con
solo esos análisis alterados"
El profesor de la clase lo saco de su
charla con Fede de una manera bastante vergonzosa. Al final de la clase, salio
a toda velocidad, los chicos la observaban y murmuraban en los pasillos por
donde atravesaba, tenía que llegar antes que ella y ellos a la salida.
A la entrada estaba ella, sentada viendo
hacia el pasillo central
H:
sabia que me echabas de menos, pero no tanto como para que vinieras corriendo hacia
mi –soltaba una sonora carcajada-
Federikke freno su velocidad se detuvo,
aterrada de que se encontrase ella con sus nuevos amigos, para su sorpresa con
la vista busco por todos lados, no había nadie más que ella.
H:
hey, estoy acá... ¿o esperabas a alguien más?
F:
no, no, ... no es nada... se acerco y le dio un tímido beso nuevamente en la mejilla Nos vamos?
H:
claro.
F:
¿en tu bici? sonrió
H:
no me pareció apropiado traer ese transporte, sígueme
Caminaron hacia el estacionamiento, sus
ojos se quedaron en shock,
F: un
deportivo lamborghini murciélago del año…
H:
digamos que tengo gustos un poco costosos
F:
¿sabes cuanto vale un auto de estos?
H:
seguro, lo pague –río-
F:
¿quién eres realmente? no creo que un sueldo de agente viajero pague esto
H:
te quedaras parada preguntándome tonterías o subirás a dar una paseo conmigo...
su mirada seductora la recorrio de arriba a bajo.
Al subir encendió el motor, sintió como
la velocidad del auto producía la sensación de volar, "Quién eres en realidad Helena?
H:
una chica que le encanta disfrutar de las cosas buenas de la vida... volvió a regalarle otra sonrisa
Recorrieron la cuidad, aquella atardecer
fue inolvidable, cayendo la noche la invito a comer, para su sorpresa llegaron
a un pequeño complejo de departamentos, subieron dos pisos, el elevador las
dejo justo frente a la puerta de su casa. Federikke no perdía detalle del
lugar, ni de la chica que tantas veces robaba un lugar en sus pensamientos.
Abrió la puerta, vio lo amplio del lugar,
las paredes estaban pintadas de blanco, dos cómodos muebles color negro a cada
lado en el salón con una mesa del mismo color en el centro, dos enormes cuadros
adornaban las paredes más largas, al otro lado un pequeño juego de comedor, en armonía con el color de la decoración, al fondo una terraza se divisaba y a la
derecha la cocina, tan amplia como el resto del lugar.
F:
es bonito lugar
H:
gracias, cuando gustes venir, serás siempre invitada
Ambas se miraron, y una chispa salto
entre ellas, no lo notaron porque cada una la llevaba dentro de sí.
Prepararon de comer entre las dos,
charlaban, en descuidos buscaban contacto entre sus pieles, que empezaban a
gustarse entre roce y roce, sonrisas iban y venían miradas fugaces que
invitaban a algo más.
Helena se levanto, ya habían terminado de
comer hacia casi una hora, fue al salón y coloco algo de música, encendió algo
que simulaba una chimenea, y la invito a sentarse a su lado en el sofá
H:
me gusta la música, ¿y a ti?
F:
por supuesto, a quién no le gustaría
H:
a mi ... detuvo las palabras... y concluyó primo
F:
¿primo? ¿o novio?
H:
te dije que no tenia novio
F:
ya... eso le pareció extraño, como todo lo demás,
pero se sentía bien con ella, así que no importaba a ciencia cierta quién fuera
en realidad, quizás era una chica adinerada que no tenia otra cosa que hacer
que gastarse el dinero en lujos, pensaba para su interior.
Terminaron la quinta copa, ya Federikke
estaba algo mareada,
H:
¿te llevo a casa?
De
pronto pensó .. ¿casa? cual casa? se supone que iría de excursión con unos
amigos… lo que tengo que hacer por esos imbéciles...
F:
no, no tengo ganas de ir a casa...su preocupación fue
confundida con otra cosa
H:
entonces vamos a mi habitación... levantándose y tomándola de la mano para subir las escaleras al segundo nivel
F:
¿qué estoy haciendo? se interrogo mientras seguía los pasos de Helena.
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La Teta Feliz Historias y Relatos ® Luzi Müller - Derechos Reservados
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quiero masssssss!!!!
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tara.