Capítulo 32
Hablando con el amigo de mi padre llegamos a la conclusión de que teníamos que buscar un juez que diera la orden de arresto para Politari y que no se deje convencer por este que no tiene nada que ver. Lo mismo con los policías que irán hacer el arresto y por supuesto que no le avisen, no por el hecho de que pueda escaparse sino para que no mande a sus sicarios atrás del juez así como de Natalia y de mi.
Después de que el señor Smith se fue quede chequeando algunos papeles más.
No veía la hora de llegar a casa y por supuesto estar con ella. la mujer que hace dias se adueño de mis pensamientos.
Ordeno algunas demandas y casos que tengo que resolver esta semana y agrego a lista buscar gente que no sea corrupta para atrapar al candidato a senador Politari.
Al salir de la oficina ya es de noche. Intente terminar lo más rápido posible mis papeles para volver a estar con Natalia pero igual me llevo tiempo.
Llego a la vereda y me dirijo a mi auto cuando siento una mano que me sujeta.
Me doy vuelta rápidamente para ver quien es.
- Mierda Shannon me has asustado.
- Que vocabulario- dice acercándose provocativamente a mi- ¿no vas a darme un beso?
- No vuelvas hacer eso- le dijo mientras besos su mejilla.
- Yo esperaba un beso más romatico después de lo que paso la otra noche- responde poniendo cara triste.
- Lo siento Shannon.
- ¿Qué ha cambiado de la otra noche a hoy? Ese día parecía querer estar conmigo ¿solo ha sido sexo?
- Vayamos hablar algún lugar tranquilo ¿quieres?
- Está bien vayamos a un bar cerca de mi hotel.
Sube al auto conmigo y puedo notar en su rostro cierto enojo y decepción.
Realmente me siento mal por ella, porque lo de la otra noche le habrá dado esperanza a que yo volvería con ella.
Error mío el haber acostado con ella aunque lo haya disfrutado.
Llegamos a un bar llamado Karla cerca del hotel donde ella se hospeda.
Nos sentamos en una mesa bastante apartada de la poca gente que hay en el lugar.
La tensión que hay entre las dos puede sentirse. Mi mirada esta fija en la ventana hacia la calle.
- ¿Qué van a tomar?- pregunta una voz familiar.
Me doy vuelta y la veo a ella. La enamorada de la mujer que yo amo.
- Yo Martini- le contesto Shannon - ¿tu?
- ¿Tendrás algo sin alcohol?
- Te puedo traer una coca cola o algún café, lo que tú prefieras.
- Un café estaría bien.
- En un momento les traigo su pedido- dijo retirándose.
La observo alejándose. Seguramente es su bar porque lleva el mismo nombre que nos dijo el día que llego con Natalia herida. Me pregunto de donde se conocerán.
Porque por lo que alcance a observar y escuchar ese día parecen conocerse bastante.
- Vaya – dice mirándome Shannon- quien diría que nos la encontraríamos aquí.
- Si lo que es la casualidad.
Me pierdo mirando nuevamente la ventana. Lo único que quiero es hablar rápidamente con Shannon y aclarar las cosas para poder irme. No veo la hora de llegar a casa.
- Acá están sus pedidos- dice Karla acercándose a la mesa y dejando el Martini y el café sobre ella- si necesitan algo más solamente llámenme.
- Está bien, gracias
Para intentar relajar la atmosfera que se ha formado a nuestro alrededor hablamos de cómo ha sido nuestro día.
Ella me comenta como le va con sus conferencias y que ya está cansada de moverse de aquí para allá. Que quiere volver a su casa y por supuesto que yo vuelva con ella.
Yo le comento el caso del senador Politari y ella no parece sorprenderse y menos con que me andan siguiendo sicarios de él.
Esto es algo que me llama la atención porque cualquier persona tendría alguna reacción de sorpresa o alguna reacción y no estaría como si nada como lo está ella.
La noche avanza lentamente hasta que llegamos al tema por el cual vinimos al bar.
- Y Adriana vas a decirme que ha cambiado de la otra noche?
- Mira Shannon yo te quiero muchísimo pero…
- ¿pero qué?
- La verdad es que no quiero lastimarte pero he conocido a alguien y me enamore. La amo y solo quiero estar con ella. Y lo de la otra por supuesto que no fue solo sexo como me lo has dicho hoy, simplemente que en eso momento no sabía que lo que sentía por ella es amor.
- Entiendo-dice cabizbaja- creí que había recuperado tu amor y que por eso habías estado ese día conmigo. Sabes que te amo y la verdad me arrepiento de no haberte valorado cuando estábamos juntas. No sabes cuánto Adriana.
- En verdad Shannon yo lo lamento- respondo acariciando sus mejillas- cometí un error el otro día y fue acostarme contigo, no pensé que eso podría darte esperanzas conmigo.
- ¿Quién es?¿es ella?
- ¿ella quien?
- La mujer que llego sangrando la otra noche cuando estuvimos juntas. No me mientas. Pude notar cómo te preocupaste por ella y más al ver a la chica que nos ah atendido recién cerca de ella. Ahora puedo decir que estabas celosa.
- Estoy siendo sincera contigo y no voy a mentirte. Si es ella. Por supuesto que me preocupe pero vuelvo a repetirte en ese momento no sabía que estaba enamorada de ella.
La charla continuo un rato más con ella. Me dio pena verla triste y herida por mi culpa. Pero el amor es así a veces se gana y otras se pierde.
Pagamos la cuenta y salimos del lugar.
Una vez cerca de mi auto nos despedimos y dice.
- Dile a esa mujer que tenga cuidado y tu también por lo que me has dicho es ella la que te ha metido en problemas con el senador. Deberías alejarte de ella.
Dicho esto se alejo de mí. Quede sorprendida por lo que me dijo. Esperaba otra reacción de su parte. Tal vez que dijera un suerte con ella y no que me aleje. Siento un escalofrió recorrer mi cuerpo.
Pero creo que solo lo dijo porque está dolida.
Subí al auto y maneje rumbo a casa.
Llegue a casa y eran pasada las diez de la noche al mirar la hora.
Parece no haber nadie está todo ordenado y limpio.
Me asomo a la habitación de Natalia y ella esta acostada parece dormida. Me saco la ropa hasta quedarme en interiores y me acuesto a su lado.
Al apoyar mi cabeza en sus pechos sus brazos me rodean.
Sonrió ante tal gesto. Ella sigue sin abrir los ojos.
- ¿Has cenado? Pregunta.
- No. No he cenado y no tengo hambre solo quiero estar así contigo y dormir en tus brazos una vez más.
- Mmm tienes que alimentarte mejor pero está bien no hay problemas que duermas conmigo- dice sonriéndome.
Me acerco a ella y deposito unos tiernos besos en sus labios y vuelvo a mi anterior pose y cierros mis ojos.
Estar con ella así es todo lo que necesito para ser feliz.
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