Capítulo 1.
Confusiones.
Su mirada estaba fija, sus pensamientos
por segundos quedaron en blanco, solo veía su mano debilitándose con la nueve milimentros
enredada entre sus dedos, veía como la sangre emanaba de aquel cuerpo, un
cuerpo sin vida, aquel cuerpo que más de una vez estuvo en su cama, el que
tantas veces le hizo feliz, el que le hizo sentir la mujer más especial del
universo.
Fede
tenemos que irnos... sentía como una presión
sobre su brazo la empujaba en contra de la dirección del cuerpo, solo se dejaba
llevar, para sí misma se decía todo aquello no era real, sino una pesadilla.
Sintió como la introdujeron en el rústico color negro, y lo siguiente que veía
era el vidrio ahumado desdibujar figuras en una oscuridad casi total.
No
lo sabias, solo hacías tu trabajo, era lo que su
cerebro alcanzaba a repasar... "está en shock" decía otra voz, "hay
que reportar lo que paso",
frases iban y venían, era como si no estuviese viva, no sentía su cuerpo, no
sentía dolor, no había llanto, no había pensamientos, solo voces en la
distancia que con el transcurrir de los segundos se desvanecían a su paso.
Primavera
del 2002. Vancouver.
Sus ojos azul claro como el mar
observaban el día levantar, si algo amaba era salir a trotar en tempranas horas
de la mañana cuando estaban en primavera, le encantaba el olor de esa temporada,
ver el color de los árboles, las tonalidades de alegría que cubrían y otorgaban
una armonía perfecta. Federikke era una chica de 21 años, de origen danés, que
desde temprana edad salió de su tierra para viajar con sus padres a Canadá,
donde creció, estudiaba medicina en la universidad de Columbia, sus padres eran
ingenieros de una trans-nacional danesa en esa localidad. Su personalidad
bastante complicada, se dedicaba en cuerpo y alma a los estudios casi no le
dejaban vida social, si así se puede llamar, con los chicos tenía mala suerte,
siempre se fijaban en su cuerpo atlético y bien definido, en sus cabellos
rubios y ojos color del cielo, pero no con intenciones de cuentos de hadas,
sino más mundanos, típico pensamiento de hombres, llevarla a la cama. Ella lo
sabia, y por eso evitaba que se les acercaran, le conocían como la
"ermitaña".
Ese mes era especial para ella, se celebraba
su cumpleaños el día cinco, y era lo único que le encantaba celebrar al lado de
sus padres y de su hermano mayor Harald.
¿Má
tienes las reservaciones hechas? entrando a la casa
algo cansada por el trote se dirigía a la heladera
Claro
querida, sabes que siempre arreglo todo, no te preocupes por nada.
¿por
qué tantos nervios hermanita? si cada año es igual, mamá, papa, tú y yo.
¿Cuando vas a invitar amigos de la universidad?
No
te hagas el listo, tu no me estas preguntando por "amigos".
Ambos se miraban y sonreían Harald sabia
que su hermana era anti chicos, siempre fue una niña solitaria, pero soñaba con
que algún día eso pudiera cambiar.
Es
tu padre, quiere hablar contigo, mientras le alcanzaba
el teléfono
Hola
pá, si, mamá tiene todo listo, salimos mañana. Ok. Besos, te quiero. Le
tendió el teléfono a su madre -Quería saber si todas las reservas estaban hechas-
Otro
desconfiado, a
veces me pregunto a quién te pareces tú (sonreía mientras salía en
dirección al salón)
A
donde vas? dirigiéndose a su hermana
¿Qué?
tengo que darte explicaciones? ja... saliendo de la
casa por la puerta de atrás.
Colocó sus auriculares y mientras
escuchaba "imaginary" caminaba en dirección al parque, la distracción
con la música no le alerto, y lo próximo que sus ojos vieron era su camisa
manchada de sangre, y su ipod en el suelo.
"Disculpa,
no te ví, no me di cuenta que ibas a cruzar, lo siento, estás bien?"
bajando rápidamente de la bicicleta
Sus ojos aún aturdidos por la conmoción del golpe se encontraron, eran alargados, sus pestañas enormes color café que hacían resaltar el verde de sus ojos, sus cabellos a juego con las pestañas era
aireado por el viento, la imagen perfecta que jamás había contemplado, sintió
que su corazón saltó, se olvidó del dolor que producía la herida por la cual
sangraba.
Estoy
bien, haciendo el esfuerzo para levantarse
Dejame
ayudarte, mientras le sujetaba por el brazo Me llamo Helena
Soy
Federikke, pero me dicen Fede.
Lindo
nombre, poco común. Mientras le regalaba una
sonrisa, uy estas sangrando, mira como te
he dejado, te voy a llevar al centro médico,
¡No! estaré bien, fue solo un rasguño, con la mano trataba de presionar la herida, a
veces la sangre es más escandalosa que la herida
¿Estas
segura? intentado de ayudarle
Si,
continúa tu camino, pero evita llevarte a otra persona por delante
Mejor
te llevo a casa, ¿dónde vives? ¿te acompaño?
A
dos manzanas, pero te dije que estoy bien
Pues
hasta que no pare esa herida de sangrar no te dejare, ¿vale?
Federikke se quedó paralizada, al sentir
la mano de aquella desconocida sobre su piel, un onda de frío recorrió su
cuerpo mientras sus ojos no apartaba la mirada de los de su acompañante.
Ambas marchaban a paso lento, Fede aún
estaba un poco aturdida por el golpe, Helena sujetaba con una mano su bicicleta,
el instrumento responsable del accidente y con la otra bordeaba la cintura de
la recién conocida.
¿interrumpí alguna cosa? lo digo porque luego de arrollarte ahora me entra otro cargo de
conciencia...
No,
solo iba a buscar algunas cosas a la facultad
¿estudias?
claro, tu ¿no?
Soy
agente de viaje, ando por el mundo, pero estoy de vacaciones ahora
Fede se sorprendió, la miro como en busca
de otro comentario pero a cambio una sonrisa fue lo que recibió.
¿qué
estudias?
Medicina
Wow,
eso es genial, cool, ¿qué semestre?
Año…
tercero
¿y
eso es?
Que
apenas empiezo...
Tomo las llaves de su bolsillo, y abrió la puerta, con un gesto le hizo entender que la invitaba a entrar, ella
observaba como colocaba la llave manchada con sangre sobre la mesa de la cocina.
Presente.
"Fede"
baja del auto, llegamos... nuevamente escuchaba las
voces murmurando, casi imperceptibles, con ayuda bajo del rústico, y se dispuso
a caminar, estaba viva, pero sentía que no respiraba, era como estar soñando.
Entraron a un lugar que parecía un túnel con baja luz, y largo, no se divisaba
nada al andar.
"Sé
que no estas bien, pero no lo sabias, como podías saberlo"...
seguía la voz acompañándola en el recorrido, de pronto se detuvieron en una
puerta, su acompañante la abrió y entraron, en aquella habitación, todo era
confuso, había un espejo, un mesón, un sofá de descanso en un extremo, cajas en
el suelo, un armario abierto con muchas prendas de vestir, todas color negro,
avanzó con pasos pesados hacia el espejo, y quedo perdida en el reflejo que le
devolvía, no era su rostro el que veía, parecía una mujer como de 35 años, su
color era blanco pero no exactamente el de su piel, sus ojos no se mostraban
azules como el mar sino castaños, igual que su cabello, lucia un cuello de
tortuga negro, una chaqueta de cuero del mismo color, se notaba más rellena que
su contextura, quizás por el chaleco que tenía entre la camisa y la chaqueta, y
sus manos que medio se veían estaban cubiertos por unos guantes todo a juego.
¿No
piensas cambiarte? tenemos unos minutos para irnos.
Nuevamente recibía instrucciones de que hacer, pero si no tenía idea de quién
era ella en ese momento, ¿como obedecer? sintió unas manos sobre sus hombros.
"Es
duro, pero no lo sabías, no puedes culparte por ello, fuiste tu la engañada,
un pésimo final, pero después del dolor, solo quedará una herida"
, saco la peluca que cubría su verdadero cabello, luego el borde con cuidado lo
fue despegando de su piel evitando lastimaría fue en ese instante que
Federikke volvió a ver su rostro sin la máscara que lo ocultaba, su compañera
le ayudo a volver a la realidad, "ya
esta, las lentillas te las quitas tu, igual que lo demás, pero date prisa".
Su mirada clavada en si misma la hizo sentir la mujer más desdichada del
planeta.
Vancouver, 2002
¿por
qué te quedas así?
Cualquiera diría que te hice una herida atroz... mira cuanta sangre, acercándose a tomar la llave... ¿puedo lavarla?
Claro,
Busca
algo con que curarte, abriendo la llave del
fregaplatos, eliminaba la sangre que había en ella
Me
puedo curar yo sola, no tienes de que preocuparte
Vamos,
te hice eso, al menos déjame recompensarte de alguna forma
En ese momento su madre entro a la
cocina, y con un gesto de asombro
M:
Que ha pasado acá?
Nada,
me caí y esta chica me esta ayudando
¡eh!...
no es del todo cierto, no la vi y con la bici la arrolle... lo siento
M:
oh dios… estás sangrando mucho… voy por el cajetin de auxilios.
Entro a toda prisa al salón para
buscarlo, ella solo estaba parada soportando su cuerpo contra la pared, veía
sin perder detalle de su recién conocida "amiga", en eso su madre
regreso,
Qué
velocidad má
M:
ven aquí, te limpiare eso
H:
¿puedo ayudar?
M:
no, ya has hecho mucho… con un tono de cierta ironía
que hizo incomodar a Helena, noto que su presencia estaba demás, se disponía a
despedirse para retirarse mientras la madre de Fede le curaba
H:
será mejor que me vaya
¡Espera!
Se detuvo unos segundos para mirar una
vez más el azul cielo de esos ojos que se anclaron en ella como un clavo en la
madera
Mamá
ella es Helena
M:
un placer Helena, lamento lo que dije anteriormente… esto esta casi listo…
te dije que la sangre es muy alarmante
comparado con la herida real
H:
me alegro que no sea profunda, ahora debo irme
¿En que dirección vas?
H:
pues sin ninguna, solo paseaba un poco, ¿por qué? ¿quieres que te lleve en mi
bici? mientras sonreía por la ocurrencia
Es
lo menos que puedes hacer.. auch..
M:
listo... unas dos o tres curas y estarás bien... Un gusto Helena, cuando
quieras volver…
Recogió las cosas y se marcho hacia el
salón, ambas chicas salieron de la casa nuevamente por la puerta de atrás
¿
te volveré a ver?
H:
no lo sé, siempre y cuando no te haga daño otra vez… puede ser cualquier día de
estos
Federikke soltó una pequeña risa, cuando
gustes entonces
Presente.
Se subieron a otro auto, iba en el
asiento trasero, no tenía claro a donde, sus pensamientos seguían apartado de
la realidad, nadando en el pasado, viendo la película de su vida, sin sentir,
sin analizar, sin llorar.
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La Teta Feliz Historias y Relatos ® Luzi Müller - Derechos Reservados
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dios amo esta historia, amo como escribes.. pero aun así no me acuerdo donde la leí? me parece q fue en jemmaesparta pero no esta, bueno en fin espero la continuación :D saludos desde ecuador
ResponderEliminaryo también la leí en jemmaesparta y creo que es una de las historia sin final que sacaron... espero que luzi muller ya tenga su final, porque seria una pena ya que sus historias me encantan
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