Esperamos tu historia corta o larga... Enviar a Latetafeliz@gmail.com Por falta de tiempo, no corrijo las historias, solo las público. NO ME HAGO CARGO DE LOS HORRORES DE ORTOGRAFÍA... JJ

La Estrella del norte - Amina - 3


3
Cuando los inspectores llegaron aquella tarde al Instituto Anatómico Forense, los familiares de la víctima ya esperaban junto a su abogado. Después de realizar todo el trámite necesario para que la familia pudiera recoger el cadáver, la inspectora quiso aprovechar la ocasión para hablar con el padre de la víctima.
     Si no le importa, nos gustaría que nos acompañaran su hija y usted a la comisaría para hacerles algunas preguntas sobre su hija Tania.
     Son ustedes unos desalmados, no respetan el duelo de una familia. ¡Déjennos en paz!
     Sé que es un mal momento, señor, pero es importante que nos acompañen.
Al final, y por recomendación de su abogado, Román Rota accedió malhumorado a las peticiones de la inspectora Castillo pero al llegar a la comisaría, solicitó hablar con el comisario. Pasó un buen rato antes de que el comisario Peláez les llamara a su despacho. Ordenó a Neira que acompañara a los señores a una sala para hacerles las preguntas pertinentes y a la inspectora Castillo, le pidió que se quedara en el despacho porque quería hablar con ella.
Cuando salió del despacho llevaba un cabreo morrocotudo, como siempre le pasaba cuando acudía al despacho del comisario. Esperó a su compañero sentada en su mesa con la piedra de toque entre sus dedos. Neira apareció al rato para decirle que no había sacado nada en claro, que esa familia era muy independiente y que nadie sabía nada de nadie.
     No saben quién es Navarro, tampoco saben decirnos qué compañías frecuentaba la víctima. En fin, nada que destacar aunque, no sé si te habrás fijado pero, no hay muy buen rollo entre padre e hija.
     Si, lo noté esta tarde en el instituto, vi que no hablaban mucho entre ellos.
     ¿Y con el jefe qué tal? – le preguntó Neira en voz baja.
     Como siempre, jodiéndome la vida. Mira, es tarde y no tengo ganas de hablar. Me voy a casa, mañana te lo cuento.
Antes de salir de la comisaría, Clara llamó a Eva para darle vía libre a la publicación de la noticia, dándole algunos detalles sobre el homicidio. Ya era oficial el asesinato de Tania Rota.
Esa tarde le tocaba gimnasio pero optó por pasar e irse a casa, había tenido un día difícil y necesitaba desconectar y dormir. Dudó entre coger el autobús o ir andando pero optó por lo segundo, quería sentir el aire frío de la noche en la cara, le vendría bien para despejar la cabeza. Empezó a caminar por la acera cuando alguien la llamó y al volver la cabeza, vio que se trataba de Vega Rota.
     Por favor inspectora, necesito hablar con usted.
     No se suele actuar de esta manera, señora. Si tiene algo que contar, venga mañana a la comisaría. Me imagino que mi compañero le habrá preguntado todo lo necesario para el caso.
     Lo que tengo que contarle no puedo hacerlo en una comisaría. Por favor, necesito hablar con usted. Suba, la invito a una copa.
     No voy a montar en su coche, señora. Si quiere, a dos calles de aquí hay un bar, podemos hablar allí.
Entraron en el Sonar, el bar que solía frecuentar con Neira. El local estaba medio vacío, pidieron unas cervezas y se sentaron en una de las mesas del fondo.
     No sé qué querrá contarme, espero que no me haga perder el tiempo porque estoy bastante cansada y quiero irme a casa – dijo la inspectora con seriedad.
     Veo que no es usted muy amable – le dijo la mujer mirándole a los ojos. – Quiero hablar con usted porque estoy asustada. La muerte de mi hermana puede que no sea tan pasional como ustedes creen, puede que haya algo más serio y turbio en todo esto, y tengo miedo.
     No la entiendo. ¿Por qué tiene miedo? ¿A quién tiene miedo?
     A mi padre. Lo que le voy a decir no lo diré nunca en una comisaría y mucho menos ante un juez, por eso quise hablar con usted de esta manera.
     Bien, cuénteme señora Rota por qué su padre puede estar implicado en la muerte de su hija – dijo expectante la inspectora.
     Me parece frío hablarnos de usted. ¿Puedo tutearte? Sé que te llamas Clara porque se lo oí a tu compañero. Me gustaría que me llamaras Vega, lo de señora Rota nunca lo he llevado muy bien.
     Perfecto Vega, ¿qué tienes que contarme? – preguntó la inspectora con sequedad.
     Mi padre no es trigo limpio. Cuando se hizo cargo de la empresa del abuelo comenzó a hacer unos negocios nada transparentes en el mundo de la construcción y, en cuanto me enteré de ello, le forcé a que me comprara las acciones que yo tenía. No quería saber nada de sus sucios negocios y menos, figurar como accionista. Aquella historia acabó con nuestra relación y no nos hablamos desde hace unos diez años.
     ¿Y qué tiene que ver todo esto con la muerte de tu hermana?
     No lo sé, pero puede que tenga que ver. Mi padre trata con la mafia rusa y con otros estafadores. Desde hace un tiempo, mi hermana tenía deudas de juego, se dejaba un dineral cada vez que iba al casino y llegó un momento en que papá se negó a pagar una deuda más, le dijo que se buscara la vida, que no quería saber nada más, que bastante hacía con tener a su hijo a su cargo. Tania tiene un hijo que viven con mi padre aunque en realidad está estudiando en un internado en Inglaterra. Esto que te cuento, me lo contó Tania la última vez que hablamos, me llamó para pedirme dinero porque papá se lo negó.
     Sigo sin ver la relación de tu padre con la muerte de tu hermana. Me cuentas que tu padre es una mala persona pero no podemos acusarle por eso, no hay pruebas para inculparle.
     Mi padre actúa como un auténtico mafioso, tal vez la muerte de Tania sea por venganza de otro mafioso estafado por él. No sé, no me fío y temo que puedan venir a por mí, por eso tengo miedo – dijo la mujer con una expresión de temor en su rostro.
     Tal vez sea una posibilidad, pero, ninguna prueba, hasta ahora, apunta a ello. Si tienes miedo, puedo pedir vigilancia en tu casa, no hay ningún problema si eso te hace sentir más segura.
     No, no quiero. Tal vez tengas razón y puede que todo sea una película que me he montado yo solita. La muerte de Tania me ha afectado, no se merecía morir así y tengo miedo de que me pase lo mismo a mí.
Se quedaron calladas un rato, mirándose, mientras la mujer se calmaba. Clara se sentía incómoda en esa situación, siempre le pasaba, no soportaba esos silencios, se sentía torpe, no sabía qué decir y al final, siempre era la otra persona la que rompía el hielo.
     Me imagino que, siendo mujer y tan guapa, en tu oficio tendrás que aguantar muchas estupideces – dijo la mujer con un tono sensual mientras apoyaba el codo en la mesa y sujetaba su cara con la mano para mirarla fijamente.
Clara se puso nerviosa, se dio cuenta de que esa mujer intentaba flirtear con ella, el tono de su voz y esa mirada que había subido desde sus pechos hasta sus ojos, pasando por su boca, se lo delataban.
     No hay día que no tenga que oír los comentarios de algún cretino – dijo intentando demostrar normalidad en su tono de voz aunque su cuerpo se iba excitando por momentos.
     ¿Cuál ha sido el de hoy? – preguntó la mujer sin dejar de mirarla a los ojos.
     Pues hoy, he tenido que oír a mi jefe decirme que tu padre, duda de mi capacidad para resolver el caso y que prefiere que sea un hombre el encargado de la investigación. Me ha comunicado que el responsable del caso pasa a ser mi compañero. Después de todos estos años, no sirve de nada demostrar que vales, mientras siga teniendo jefes como este, siempre seré ninguneada. Es lo que tiene ser mujer en este oficio, no creo que afecte mucho lo de ser guapa.
     Siento el comentario de mi padre, es muy propio de él.
Vega Rota se ofreció a llevarla en coche y, aunque la inspectora dudó en un principio, accedió porque ya era muy tarde. Durante el camino, Clara le ofreció su ayuda si en algún momento se sentía amenazada, le pidió el número de teléfono y le hizo una llamada perdida para que tuviera el suyo. La mujer la llevó hasta la puerta de su casa y se despidieron.
     Gracias por escucharme, inspectora. Me hubiese encantado haberte conocido en otras circunstancias.
Cuando Clara entró en su casa se fue directa a la ducha, había que enfriar el calentón que tenía, Vega Rota la había excitado con solo mirarla, el poder de seducción de esa mujer era subyugante.
No tenía ganas de cenar, se sirvió en una copa el resto de vino que quedaba en la botella de la otra noche y se tumbó en el sillón con los pies en alto. No quiso pensar en toda la mierda del trabajo y le fue fácil porque su mente, solo quería ocuparse de ella. Estaba cansada pero no conseguía dormirse, esa mujer que intentaba seducirla le quitaba el sueño. Al final, el agotamiento pudo con ella y se fue quedando dormida, al son de Alicia Keys,           mientras pensaba que Vega Rota era como esa mujer fatal de las películas de cine negro, bella, glamurosa e interesante, y con una mirada que derretía a cualquiera.

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2 comentarios:

  1. No me imaginaba que Ramon Rota fuera un mafioso aunque viendo lo poco que se ha hablado de él es para confirmarse si de verdad lo es (ahora esperar si es cierto que es culpable indirecto del asesinato de Tania), por otra parte se ve que Clara se puso nerviosa con la mirada de Vega (hasta la dejo pensando, espero más avance entre ellas.

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  2. Espero que Vega en verdad tenga buenas intenciones con Clara ya que para esta no le fue nada indiferente.

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