Será lo mejor? - Poot - 4

Capítulo 4

Antes de cerrar la cajuela me pregunta a mi misma si era mi mejor decisión, ¿Qué tal si ella cambiaba?, pero yo la amaba, la amo, no sé si dejare de hacerlo, pero ella me ah herido mucho y no sé si de verdad pueda perdonarla.

Quizá con el tiempo la pueda perdonar, pero aun duele mucho al siquiera recordarlo.

Me fui a un parque cercano. Donde solía ir con mariana cuando apenas salíamos. Me senté y compre un helado y un cigarrillo, prendí el cigarrillo y observe el helado pero no lo consumí, solo lo observe como se derretía lentamente. Con cada fumada el indefenso helado se derretía aun mas y mas.

El no tenía la culpa, me sentí culpable al ver al pobre helado morir lentamente, luego empezó a reír con fuerza al ver que sentía lastima por un helado, hasta que ese helado tomo un significado para mí.

Lentamente empezó a dejar de ejercer presión cobre el cono, dejando cada vez más floja mi mano, decidiendo en si lo dejaba caer a vacio o no.

Levante mi mirada buscando una solución en mi inconsciente. Me sentía triste pero decidida. Yo, Mirando el vecindario por última vez, sola, decidiendo que sería lo mejor.

-         hola - dijo una voz a mi espalda.

no respondí, no tenia porque hacerlo, no tenía ganas ni fuerzas.

-         ¿Cómo estás? - volvió a decir acercándose cada vez mas. - vaya, pensé que no te gustaban los helados -

Me dolía su presencia pero no la sentía en su totalidad, parecía una completamente extraña, me dolía su voz, pero a pesar de todo, no tenía ya lagrimas, no quería ni podía llorar, me sentía vacía. Me sentía lejana a ella.

Se sentó a mi lado y pasaron unos minutos en silencio.

-         ya mire tu nota, no hace falta que me dejes la casa - dijo y sentí su mirada en mi rostro, pero no podía… no quería voltear a verla - mira, yo quiero aclarar todo, no puedo hacer como si nada hubiera pasado, con ella no significo nada, perdóname, me equivoque no me di cuenta a la hermosa mujer que tenia a mi lado y por imbécil la perdí, tú me encantas, perdóname, sé que no me crees pero si me das una segunda oportunidad yo cambiare, ella fue una aventura de unos días, contigo no quiero días, quiero meses, años, quiero siglos a tu lado, tu eres mi vida entera -

No la mire, sus palabras entraron por mi oído y salieron por el otro. Mire de nuevo mi helado ya más débil.

-         ¿será lo mejor? - dije en un susurro para mí misma.

-         ¿perdón? - dijo acercándose para escucharme mejor.

-         ¿será lo mejor? - dije un poco mas lato, pero con la misma voz quebrada, ¿de verdad estaba haciendo lo mejor?.

Metí la mano a mi bolso y saque de él un anillo, uno de compromiso, de oro y con un diamante en medio, lo había comprado desde hace tiempo, sin embargo no estaba segura de si ella era el amor de mi vida, lo había mantenido en secreto, tal vez por eso nunca me atreví a dárselo, quizá ella este destinada a estar con Leslie, y yo… yo solo les estorbe en su felicidad.

Mire el anillo y sentí la mirada de ella en el mismo.

-         ¿de verdad lo harías? - dijo sorprendida - mi amor, perdóname de verdad, démonos una segunda oportunidad de ser felices - sentía como su voz se empezaba a cortar y escuchaba sus pequeños gemidos al salir sus lágrimas.

-         yo… - fue lo único que dije a sus suplicas - te perdono - dije más calmada.

-         ¿volverás a la casa? - dijo tocando mi mano que sostenía el anillo, la mire y entonces supo descifrarme, aparto su mano de la mía y trago el nudo que sentía con fuerza - ¿Angélica? - dijo llamando mi atención.

Mire al anillo y lo introducir al helado hundiéndolo hasta que ya no quedaba nada de  él a la vista, el helado que poco a poco empezaba a querer soltar unas gotas se deformo cuando entro el anillo.

-         esto es nuestra vida… juntas… pero podemos remediarlo, estamos a tiempo, ¿sabes que me enamore de ti por tu sonrisa? - dije sonriendo al recordar su primera sonrisa - amo tu sonrisa, pero también amo la mía, y de entre las dos elijo la mía, elijo que la tuya sea de alguien más, yo te estoy perdonando, ¿me duele? Si… como no tienes idea, pero si nos hubiéramos amado tanto como prometimos esto no hubiera pasado - dije soltando mis sentimientos frustrados.

Me sentía más libre y más completa, con una carga menos.

Mire el helado como si mi vida dependiera de ello. Solo lo deje resbalar de mi mano, dejando que cayera al suelo. En cuanto el pobre toco el suelo sentí una satisfacción, entonces todo se aclaro un poco más. Mire al helado lejano a mí, vacio, sin vida, entonces entendí que ese heladito era mi vida.

Quizá el helado se derretiría, lento, muy lento, pero al final lo haría, como mis sentimientos por mariana, me sentí complacida por haberlo soltado, por haberme desprendido de él, ya que sabía que inconscientemente ya había decidido que era lo mejor para mí y para ella.

El haber tomado la decisión en si tirarlo o comérmelo era como seguir con mariana, odiaba los helados, así como las infidelidades, mariana era ese heladito, que me llamaba la atención, pero al probarlo ya no me gustaría tanto, me atraía de vista, su cono, su forma, su color, su olor, pero no me gustaba en su totalidad ya que al probarlo me repugnaba.

Deje caer el helado, así decidí en dejar caer a mariana, me gustaba pero me hacía daño, al igual que el helado, que parecía tan inocente al igual que ella, quizá pasen minutos para que se derrita al igual que pueden pasar años en que la olvide, pero sé que ambos se irán, tarde o temprano, y de la misma forma en que decidí no comer el helado ya que no sería feliz, decidí dejar a mariana ya que no iba a ser feliz.

-         no sé si decirte hasta pronto… - me levante de la banca del parque - hasta luego o hasta nunca, pero es mejor un simple adiós -

Mire que mariana estaba pérdida con los ojos llorosos, parpadeo un par de veces dejando escapar miles de lagrimas que ya no quería recoger.

-         adiós Ange… - vi como se quebró al decir mi nombre - Angélica - dijo firmemente respirando profundo.

-         adiós… - dije dándome la vuelta y comenzando a caminar en dirección a mi camioneta - … mi amor - dije y una lagrima corrió por mi ojo rápidamente, me quería morir, solo subí a mi camioneta sin mirar atrás.

Una vez arriba mire en la dirección de la banca, mariana se había marchado, me sentía triste, ¿y si estaba dejando ir al amor de mi vida?, mire el suelo y vi el helado totalmente derretido, y me convencí que seguiría adelante aunque doliera, me cuestione en si bajar y alcanzarla, y volvió a mi mente… “¿será lo mejor?”… me limpie la última lagrima y respire profundo… “es lo mejor” me dije a mi misma y me marche dejando atrás todo.

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