Qué estoy sintiendo? - M.G.M - 18

18

El lunes por la mañana comencé mis clases como normalmente, todo estaba marchando hasta cierto punto normal. Era el turno de dar clase en el salón de Abril, al pasar por el pasillo escuche algo de alboroto, conforme caminaba pude comprobar que el alboroto provenía de mi salón de clases, entre lo más rápido que pude. Al entrar todos se encontraban en círculo, conforme me abrí paso entre los alumnos pude notar  que se trata de una pelea, pedí que se tranquilizaran, al llegar al lugar exacto donde el conflicto se estaba llevando a cabo vi de quien se trataba, Abril estaba sobre Judith, la tenía sujeta del cabello y no la soltaba, la otra chica luchaba por tratar de quitarse a la enfurecida Abril  de encima, por más que manoteaba no lo conseguía.

-¡Alto! ¡Deténganse!- grite tratando de que estas se separaran, pero no fue suficiente, Abril no parecía querer detenerse y estaba decidía a quitarle todo el cuero cabelludo a punta de jalones- Abril ¡ya! suéltala.

Abril lentamente se fue separando de ella hasta que se paró y se apartó, unas chicas ayudaron a Judith a ponerse de pie y Abril salió corriendo del salón.

-¿Qué paso aquí?- pregunte a Judith que se encontraba despeinada y adolorida después de su encuentro con Abril.

-Solo fue una pelea- contesto con la mirada clavada en el suelo.

-Pues no quiero más peleas, no llamare al director por esta vez, pero es la última. Quiero un resumen de los próximos tres capítulos, rápido.

Salí del salo corriendo buscando a Abril, fui corriendo al baño esperando encontrarla allí, pero fracase, me dirigí hacia la biblioteca, pero el resultado fue el mismo, no tenía ni idea de donde se podría encontrar, tal vez se fue a su casa fue lo que pensé, pero un extraño impulso de ir a la azotea me inundo.

Al llegar a esta la vi, sentada en un balde viejo que allí se encontraba.

-¿Qué pasó?, ¿estás bien?- pregunte acercándome a ella.

-Sí, estoy bien, ella se llevó la peor parte- dijo para después lanzar una risa fría- fue solo una pelea.

-Tú no eres de la clase de persona que pelea, tú eres diferente, dime que ocurrió- me pare frente a ella y me incline para quedar de frente.

-Fue, solo que ella demostró ser diferente a como lo esperaba y  no podía permitir que digiera todas esas tonterías- me miro a los ojos- de mí  puede decir lo que quiera, pero no de las personas que amo, sé que es un enorme defecto, pero no me contuve, deberías de llevarme por mi reporte.

-No te pondré ningún reporte- dije tomando su mano- solo tranquila, las cosas no se solucionan de esa forma, no hay nada que las personas digan que sea suficientemente malo como para recurrir a la violencia.

-Lo sé, siento causarte problemas, maestra Botello.

-No causas problemas- la ayude a levantarse- vamos al salón.

-Ok, profesora.

-Pero, Daniela dice que puedes confiar en ella- Abril sonrió- y te manda algo- me acerque a sus labios y la bese, corriendo el riesgo de ser descubiertas.

-El salón espera- dijo tomando mi mano para caminar juntas.

Bajamos las escaleras y caminamos hasta el salón tomadas de la mano, al llegar todos estaban leyendo para realizar su tarea, Abril tomo un asiento bastante alejado de Judith y continúe con la clase. 

Antes de salir decidí hablar con ellas antes, como debe de ser en estos casos.

-¿Qué ocurrió?- pregunte a las dos que permanecían en silencio.

-Solo una pelea- dijo Abril.

-¿Qué  fue lo que desencadeno la pelea?- pregunte mientras ellas se sentaban en unos pupitres vacíos.

-Una de las dos resulto ser una…

 -Alto- detuve a Judith antes de que terminara- no quiero insultos.

-Ok- continúo la chica- mentirosa, traicionera y golfa- soltó sin contenerse.

-No soy ninguna golfa, acepta que ¡no te amo!- le grito Abril completamente enfurecida- y no quiero que vuelvas a insultar a las personas que quiero.

-¡Ya!- exclamó Judith- ahora resulta que quieres a esa zorra que se te metió por los ojos y quien sabe por dónde más, solo eres una perra, al igual que ella.

-¡Estás loca!- grito Abril levantándose de su asiento- no vuelvas a insultarla o no respondo.

-Dime quién diablos es- Judith se paró de su asiento y se puso frente Abril- quiero conocer a tu puta, se trata de la misma con la que me engañaste cuando fuiste  a ver a tu tía, te perdone esa, y ahora de la nada me dejas por otra poniendo como excusa mi miedo, que créeme es razonable, tú no sabes lo difícil que es estar con esto, crees que no tengo sentimientos, me dañaste Abril, y lo peor es que aun te amo.

La situación se me había salido de las manos, no me dejaban hablar y ¿Qué diría?, estaban hablando de mí,  no podía decir “yo soy eso zorra”, no podía  intentar defenderme sin echarme de cabeza.

-Pero creí que es más importante lo que  tus padres y tus amigos piensen, yo también te amaba, hice estupideces por ti, recibí una de las peores palizas de mi vida disfrazada de hombre para que  no sospecharan nada de ti.

-Yo no te  obligue a hacerlo.

-Entiende que yo no podía  estar con alguien que siente vergüenza de lo que es, con alguien que sentirá pena de darme la mano por la calle, de alguien que no quiere ser ella misma porque le importa más lo que la gente crea.

-La gente, eso ya no me importa, me importas tú- dijo Judith mirando a Abril, de un momento a otro mi presencia se había desvanecido en la discusión.

-Lo siento- dijo Abril, me miro a los ojos y repitió- lo  siento- antes de salir corriendo al igual que Judith.

Ambas se fueron por caminos distintos.

Mientras yo me quede para en silencio sin saber qué hacer, Judith estaba dispuesta  a salir del closet por Abril, Abril sentía algo por ella aun, se atrevió a engañarla cuando fue a ver a su tía, mi mente estaba llena de preguntas y ninguna parecía tener una respuesta clara.

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