Guerra
Cuando se trata de amar el corazón
pierde la paciencia.
Materia Prima.
Cualquiera pensaría que trabajar de forense era
desagradable y asfixiante, pero para Karina era el trabajo ideal porque a su
criterio la única constante que tenía la vida era la muerte, y en aquel lugar ante sus ojos habían pasado prácticamente
todas las que una persona podía tener.
Para ella ver a los ojos a la muerte era comprender mejor
a la vida, aprender que cada instante era valioso como para perderlo en clases
de falsa moral, tristeza, fracasos o pasado… si pierdes en un intento te levantas
y sigues adelante, por eso tenía ese puesto, aquella era la misma razón por la
que disfrutaba su vida al máximo, no perdía tiempo mirando atrás o planeando
para mañana simplemente valoraba el ahora, con todo lo que le regalaba.
Algunos decían que deseaba demasiado que no sé medía en
ocasiones en lo que buscaba, para ella el método era indiferente para llegar al
resultado, su única norma de vida era invariablemente hablar con la verdad de
frente. Porque si algo definitivamente estaba perdido en ese mundo era la
capacidad de decir la verdad, tiro de la manta blanca que ocultaba aquel
cadáver de un hombre de edad avanzada leyó el apellido antes de mirarlo con
profundidad siempre les decía la misma frase antes de empezar su estudio
“espero que a la hora final estuvieras satisfecho con tu vida” porque de no estarlo a su criterio entonces
había vivido en el infierno.
A sus cuarenta
años podía afirmar que no se arrepentía de nada en su vida, que toda
experiencia vivida le había regalado una invaluable lección, cada persona con
que compartió un momento en el tiempo le regalo algo de sí misma que
simplemente la enriqueció, cada paso de su camino estaba marcado con firmeza
nunca regreso sobre sus pasos siempre avanzo, siempre disfruto de cada una de
sus decisiones… y eso sin duda era vivir.
Escucho al puerta abrirse dejando pasar a una mujer de
treinta y cinco años de cabellos negros que le miro unos instantes esbozando
una sonrisa divertida -Los análisis toxicológicos de tu amigo dicen que lo
envenenaron - noto como le movían el informe- tendrás que dejárselo a los
forenses periciales.
-Siempre eres tan aguafiestas- dejo escapar con suavidad
y algo de molestia antes de ver a un pequeño niño asomarse por lo que lo señalo
al ver la boquita abierta mientras ella tapaba el cadáver.
-Raúl - escucho la severidad en la voz de su compañera de
trabajo - te dije que te quedaras en el salón.
-Pero mamá quería ver a Karina- dejo escapar el niño
mostrando en su pequeño porte el hombre que llegaría a ser, cosa que hizo
sonreír a la persona a la que iba dirigida su atención.
-¿Qué hace la garrapata aquí Evelyn? - sacándose los guantes con elegancia mientras
se acercaba al pequeño que la miraba sonriente.
-No tuvo clases hoy, lo que me genera un infinito problema
de choque de horarios - vio la mano de
Evelyn enredar los mechones rebeldes de su pequeño hijo con suavidad - estará
conmigo en el laboratorio y se suponía que me esperaría allí.
-Pero mami quería ver muerto - el pequeño con emoción.
-Para eso solo debes mirar a las personas a tu alrededor
pequeño - Karina acaricio los cabellos del niño con suavidad - y hazle caso a
tu madre es la mujer más sabia que conozco y mira que conozco muchas…
-Karina- sintió el suave tirón en su cabello mientras los
ojos negros de Evelyn le dirigían una mirada severa.
-Pero si no hice nada -
guiñándole un ojo al niño.
-¿Qué es eso?_ dijo señalando la bolsa con comida.
-Ay, mamá, es comida ¿qué no ves? - le dio un golpe a su
hijo en la base del cráneo antes de enfocar a su compañera que levanto los
hombros restándole importancia.
-Sal a comer con nosotros yo siento que…- escucho una
envoltura para ver a su hijo comiéndose un chocolate salido de dios sabe donde
antes de enfocar a Karina comiendo uno a su vez - Ustedes dos son imposibles -
tomo a ambos de la oreja con fuerza - se vienen conmigo fuera de aquí, a saber
qué tanta bacteria hay en el aire y ustedes par de inconscientes comiendo como
si nada.
-Mamá duele - se quejo el pequeño Raúl al verse
arrastrado de la oreja con fuerza.
-Si Evelyn no seas bestia - le llego la queja de Karina
pero ignoro a ambos - además mi lugar de trabajo está perfectamente
desinfectado y limpio, siempre que puedo como…- aumento el tirón en la oreja al
escuchar la protesta.
-Ustedes dos me van a entender de una buena vez - deteniéndose en seco y tirando de ambas orejas
con más fuerza - no se come en laboratorios, se respeta el horario laboral y la
comida es un rato de esparcimiento y sana entretención que no pienso pasar
entre muertos - arrastro de nuevo a sus dos víctimas hacia el comedor.
Karina Domínguez nunca daba un paso atrás, ni se
arrepentía de una sola decisión en su vida, aunque si existía una que deseaba
cambiar y era renunciar el mismo día que le presentaron a Evelyn Martínez.
El olor a rosas la despertó, giro con suavidad sobre su
cama para ver aquel ramo de rosas amarillas en un florero cerca de ella las
pocas que había puesto allí se estaban abriendo llenando la habitación de aquel
agradable olor, se irguió levemente antes de estirarse con pereza dirigiéndose
a la ventana observando aun el cielo oscurecido, al parecer serían víctimas de
un temporal.
Aspiro de nuevo el olor de las rosas había deseado
despedazarlas y lanzarlas a la basura, pero eran tan hermosas, frágiles y
delicadas que simplemente no tuvo corazón para ello. Enfoco con desinterés
aquella condenada tarjeta, también había intentando tirarla y tuvo el mismo
resultado, no porque fuera delicada, claro que no sino porque deseaba
tatuársela a Stefani en la cara.
¿De verdad esa idiota se creía que ella se tragaría todo
esa estupidez de que correspondía sus sentimientos?, claro que no le creía ni
media palabra y aunque así fuera ella había tomado la decisión de no volver a
alojar aquel maldito sentimiento en su pecho, se lo arranco de raíz el día que
la canto aquella canción y a su criterio no iba a dar marcha atrás, llevaba
toda la mañana durmiendo por culpa de Del Valle porque se sentía agotada,
porque a causa de esas condenadas rosas no durmió bien la noche anterior…. La
verdad era que su idiota corazón intentaba dar saltos alegres pero ella lo
tenía bien controlado.
Salió de la recamara solo para percibir mas de aquel olor
potente de las rosas, rebusco en el refrigerador las sobras de la noche
anterior, no tenía ganas para nada de prepararse la comida ese día tenía un
sentimiento de abatimiento bastante marcado en su cuerpo. Abrió el refrigerador
extrayendo aquel recipiente para mirar su contenido sin mucho interés antes de
vaciarlo en un plato y llevarlo al microondas en el momento que su puerta sonó.
Maldijo por lo bajo solo le faltaba que Herendira llegara a casa a comer o
Karina deseara algo más que su habitual emparedado - De verdad hoy no tengo…-
se quedo callada de golpe al ver la sonrisa encantadora de Stefani delante suyo
y como la chica ingresaba a su departamento como si nada, empujándola con
suavidad antes de tenderle su rosario de oro perfectamente reparado.
Era un sentimiento extraño ese de no poder ni siquiera
moverse cuando alguien estaba muy cerca de uno, el sentir sus manos rozando la
piel y encendiéndola a pesar de intentar desesperadamente controlar tu cuerpo
para que no reaccione ante ello, es aun más extraño sentir su aliento cálido
golpear tu rostro mientras deseas simplemente un beso… tan extraño y sofocante…
-Stefani- llamo quedamente al ver como al joven retrocedía acariciando el
rosario que finalmente colgaba en su pecho.
-Quería verte esta mañana- noto como los ojos azules
miraban alrededor con intensidad - asegurarme que habías recibido tus rosas -
agrego la chica sin dejar de acariciar el rosario que pendía firmemente sujeto
de su cuello - darte este rosario que está lleno de todos mis sentimientos
hacia ti, como una vez estuvo lleno de los de mi madre hacia mí - la sintió
separarse dejándole en los labios el anhelo de un beso como el que había
recibido de ella el día anterior - y recordarte que te amo, te extraño, me
agrada oír tu voz y me fascinan tus labios - y ahí estaba de nuevo aquel beso
devorador, anhelante, asfixiante, robándole la vida, la libertad… provocando
que deseara tener solo a Stefani en su vida, generándole aquel profundo dolor
en todo su ser.
El aire lleno sus pulmones de golpe mientras su corazón
latía con fuerza en su interior, recordándole que permanecía en su pecho, abrió
los ojos percibiendo la calidez de aquellas manos en su rostro y sintiendo
ganas de llorar - Vete - dejo escapar tragando grueso con molestia - vete ¿No
te das cuenta acaso que te odio? - antes
de volver a sentir un beso delicado y cariñoso que provoco que una lágrima
traicionera resbalara por su mejilla.
-Te amo- la escucho decir suavemente antes de girarse y
desaparecer cerrando su puerta mientras ella se llevaba las manos a los labios
sintiendo de nuevo aquel intenso cosquilleo, finalmente su mano descendió al
rosario acariciando el crucifijo al final de él “te amo” era la segunda vez que se lo decía….
¿Por qué le hacía eso ahora? ¿Por qué la atormentaba cuando ella no quería
amarla más?
Dio un grito fuerte y dolorido que provoco que el corazón
de Stefani se encogiera en el pasillo con fuerza, pero no iba a retroceder
porque eso sería perder a Andrea, sentía como se quería alejar de ella y no lo
podía permitir, necesitaba darle oxígeno a ese amor que la castaña tan
vehemente deseaba asesinar, cosa que solo lograría con paciencia, besos que la
dejaban a ella ardiendo y amor… tanto amor como le fuera posible expresar a pesar
de cada desplante que le fueran a estampar en la cara.
Hernán enfocaba la calle algo curioso notando a Stefani
salir del edificio de departamentos de Andrea con un gesto dolorido, sabía que
era mal momento para acercarse estaba seguro que en algún punto fuera de su
rango de visión estaban los guardaespaldas de su ex novia. Necesitaba un
segundo a solas con ella, era todo lo que requería suponía que la joven se
habría calmado ya y estaría dispuesta a escucharlo.
El era ideal para ella, su amor único y verdadero, pero
era necesario que Stefani lo recordara simplemente era darle su espacio para
que lo comprendiera, nada del otro mundo… consideraba él ya había corrido el
tiempo suficiente para ello, ahora solo debía escoger el momento adecuado para
su reconciliación. Sonrió con tranquilidad ya sabría manejar la situación a su
antojo como siempre, después de todo ella era tan frágil, dulce e inocente que
era casi un crimen permitirle estar en brazos de alguien más a ella o a su
dinero.
Vanessa y Tormenta miraban extrañadas a una Herendira que
a su vez las miraba pálida por completo con el celular pegado a su oreja, había
tocado a la puerta unos instantes antes con la comida en la mano y sonriendo
feliz tanto que Vanessa estuvo tentada de comérsela a besos antes de que el
aparatejo ese sonora. Porque al hacerlo acabo sosteniendo aquel paquete y
viendo la cara de infinito sufrimiento de Herendira delante suyo mientras
mencionaba “Hola papá”.
Papá, empezaba a odiar aquella palabra en boca de
Herendira infinitamente - Salir el domingo - la miro algo incomoda antes de
girarse dejando la puerta abierta - ¿Con Erick? - dejo caer el paquete en la
mesa de la sala con más enfado del que le hubiera gustado demostrar, escuchando
a Herendira cerrar la puerta - Si bueno me alegro que le cayera bien - la
escucho decir con suavidad - pero no saldré con él - se giro mirándola
sorprendida - porque no me gusta papá -
agrego la joven mirándola fijamente mientras le tendía una mano, notaba la
respiración alterada de la chica por lo que dio dos largos pasos para tomar la
mano con fuerza - deja de gritarme yo no
lo hago - escucho el tono maduro con completa sorpresa - no saldré con él, ni
con nadie más…. No me gustan, no me agradan y ya tengo alguien que me gusta….
No me importa papá haz lo que quieras…. ¿Es mi vida o no? - la vio colgar el
móvil antes de mirarla - fue más fácil de lo que pensé.
-Herendira - la llamo quedamente - Si esto te causa… - la
frase no la acabo antes pues los labios de Herendira se impactaron contra los
suyos necesitados provocando que cayera sentada en el sofá con la chica encima
devorándole la boca con ansias y desesperación, como rogándole que le
permitiera profundizar aquel beso y ¿Quién era ella para negarle un deseo a su
diosa de cabellos de fuego?
Víctor Villafiel enfoco su teléfono con sorpresa, su hija
le acababa de desobedecer solo porque si enfoco a su hijo mayor que le miro con
desinterés - Tu hermana me acaba de desobedecer - dijo con enfado notando que
le miraban con una media sonrisa.
-Ya se había
tardado - enfoco a su hija Georgina con enfado - es su vida papá - la escucho
decir - usted debería entender que ya es
mayor de edad y decide con quien sale o no_ vio a la joven pasar dejando unos
papeles en su escritorio_ déjala amar a quien desee…
-No dejare que
acabe con cualquier papanatas - cada vez
más molesto.
-Para papanatas los idiotas con los que la obligas a
salir - dio un fuerte golpe enfocando a su hija que le regresaba la mirada con
ira - estaba esperando que ella hiciera
esto para decirte que la dejes en paz.
-Georgina - la
miro reconociendo aquel porte idéntico al de su esposa a pesar de las
diferencias físicas, aquella intensa mirada era de su mujer y bien sabia él que
no podía traer nada bueno - yo se lo…
-Tú no sabes nada
de mi hermana - rebatió la joven -
¿Sabías que ni siquiera le gusta la medicina? - la enfoco con sorpresa -
que estudia eso para cumplirte el capricho y no decepcionarte… deja ya de
arruinarle la vida papá.
-Te estás
extralimitando - arrastro la voz.
-Y me importa un
nabo hacerlo - escucho los papeles impactar el escritorio con violencia - déjala
en paz papá, no me obligues a demostrarte de lo que soy capaz por defender a mi
hermana…
-Ya basta Georgina
- sonrió al escuchar la voz de su hijo mayor - papá ya entendió - lo miro con
sorpresa - además Herendira le acaba de
demostrar que no dejara que maneja más su vida.
-Sera mejor que ustedes dos recuerden su lugar - molesto.
-Somos los accionistas mayoritarios papá - escucho la voz
de su hija mayor sorprendido - y tú sigues sentado allí porque Herendira lo
permite… - los miro a ambos con sorpresa antes de soltar un gruñido y tomar de nuevo
su lugar en el escritorio con enfado.
Herendira se separaba lo necesario para tomar aire antes
de regresar sobre los finos labios de Vanessa sin darle tregua para nada a sus
bocas, deseando ahogar su temor en la miel de aquellos labios que la enloquecían
y que ahora sabía suyos porque le gustaba a su adorada oficial Savedra, porque
la quería al menos cuando le cocinaba río dentro de un beso al recordar aquella
frase, antes de morder el labio inferior con suavidad escuchando un gemido de
gusto - Que lindo - dejo escapar con sensualidad notando la mirada algo
sorprendida delante de ella para cerrar sus ojos regresando a aquella guerra de
besos que no estaba dispuesta a perder.
-Espera- le escucho murmurar antes de gruñir con enfado
sintiendo como la separaban levemente -
mi brazo duele - abrió los ojos con sorpresa al ver el brazo
inmovilizado de Vanessa bajo su peso, se intento levantar pero la mano sana se
lo impidió para sentir como la guiaban a una posición más cómoda antes de que
Vanessa regresara a su labor, pero llamándola a la calma con cada beso que le
regalaba - tranquila no voy a desaparecer - le escucho decir quedamente - todo
está bien rojita - rió al escuchar aquel apodo seguido de otro dulce y cálido
beso mientras sentía su cuerpo relajarse notablemente - Eso es - sonrió al
escuchar aquello aspirando aire antes de fundir sus labios en un nuevo beso.
Vanessa dejo escapar aire con suavidad al sentir como
Herendira cambiaba el ritmo de sus besos siguiendo los suyos, por un instante
sintió que todo el cuerpo se le salía de control nunca le había pasado aquello,
ni siquiera en su primera vez pero esa chiquilla que la besaba con infinita
dulzura en ese instante se lo había generado de una manera abrazadora, acaricio
la cabellera fuego con delicadeza antes de sentir a la joven recostarse en su
pecho delicadamente mientras ella cerraba sus ojos buscando calma para regresar
su respiración a la normalidad - Te quiero - le escucho decir de nuevo - de
verdad te quiero…
-Todo está bien cariño- repitió suavemente - sabes que
también te quiero - la abrazo suavemente - de verdad te quiero Herendira - casi en un suspiro pidiendo calma y
auto-control - tranquila aquí estoy.
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Hermoso
ResponderEliminarojalá Stefani deje que su corazón siga latiendo por Andreac:
Cielos! Q historia; me vuelve loca de emoción, eres sin duda otra de mis escritoras favoritas, agradezco tanto a tu amiga el haberte incitado a compartirlas con nosotras. Gracias mil Sombra. Paky
ResponderEliminarMuy buen capitulo ojala que andrea se de cuenta de que stefani en verdad la quiere ^.^
ResponderEliminarme pasa con esta historia lo que no me ha pasado nunca, lo leo una vez y al rato lo vuelvo a leer ,me encanta
ResponderEliminargracias a la autora por hacerme pasar un buen rato..buenisimo
Hasta que por fin Herendira le dijo no a su padre ya era hora de que tambien sus hermanos la defendieran, que lindo que Estefani le diera flores a Andrea y le robara otro beso eso!! que siga luchando, con respecto a Karina parece que no esta tan mala como parece.
ResponderEliminarSombras mil gracias x compartir esta historia, es muy buena, me encanta me tiene enganchadisima, la leo todos los dias, los perssonajes me encantan. Felicitaciones
ResponderEliminarAbrazos desde colombia, Pao.
¡CARAMBA! ¡QUÉ HISTORIA TAN BUENA!... ME GUSTA LA PAREJA PRINCIPAL, PERO ME ENCANTA LA CONFORMADA POR ANDREA Y STEFANI Y QUÉ BUENO INGRESAR EN LA VIDA DE LA "MALVADA" DE KARINA, QUIEN AL PARECER TAMBIÉN TERMINARÁ GUSTANDO.
ResponderEliminarFELICITACIONES A LA AUTORA.´
ELY.
Me encanta, ya espero leer el siguiente ... felicitaciones
ResponderEliminar