Capítulo 3.
Elección equivocada.
F:
y si no ¿qué pasa?
"No
querrás dejar de vivir a tan temprana edad o ¿si?
Fede lo pensó segundos, y tomo sus
prendas para vestirse, apresurada se colocaba la ropa, pensaba "si me quisieran matar, lo habrían hecho ya",
" sino me doy prisa mi familia estará involucrada en algo que ni yo tengo idea, quién me mando a salirme del
hotel"
F:
estoy lista
"Vamos" respondió la mujer, de estatura mediana, cabello oscuro y ojos café, tenia un
acento particular, lo que deducía que no era americana.
Salieron del hotel por la puerta de enfrente,
mientras Federikke con la mirada busco al recepcionista, le preocupaba lo que
le habría ocurrido, para su confirmación no estaba en su lugar de trabajo
F:
¿qué le han hecho?
"Sube"
fue lo único que obtuvo a cambio.
Era un auto color plateado, alcanzo a
notar el modelo, un toyota corolla del año, subió adelante había un hombre con
lentes oscuros conduciendo, uno de los hombres que subió por ella se colocó en
el puesto del copiloto y la mujer y el otro hombre la cercaron en la parte
trasera, quedando ella en intermedio
F:
¿a donde vamos?
"no
preguntes, ponte esto" pasándole una capucha totalmente cerrada, Fede
sintió como el miedo recorría cada centímetro de su piel, miro a la mujer con
desconfianza plena, pero le obedeció lo último que quería era ser asesinada
por unos extraños en un país ajeno al suyo.
Los minutos fueron pasando, el silencio
se hacia insoportable, solo el sonido del auto se escuchaba en conjunto con el
aire enfriando el ambiente, sintió como luego de unos veinte minutos según sus
cálculos mentales se habían detenido, escucho bajarse a los pasajeros, la mano
fuerte de un hombre le tomo del brazo e hizo que bajara también. La condujeron
aun con la capucha colocada en su cabeza,
"hay
escaleras, baja con cuidado" le indico el hombre.
Continuaron el andar unos metros más y sintió como la empujaban para que se sentara, en seguida le sacaron la capucha.
"
y bien, Federikke Heinsen, quién eres y que hacías en el lugar donde ocurrió todo" entre abriendo los ojos vio donde estaba,
un salón amplio, bien acondicionado con un mini bar, un plasma enorme,
alfombra, muebles, un sitio perfecto, noto que estaba dentro de un yate, por
como se movía levemente el espacio.
No
sé quienes son, no sé que paso, solo salí del hotel a dar un paseo, tome un taxi,
camine unas calles, entre a un bar, tome unos tres tragos, vi a la gente
bailar, y disfrutar, luego salí de ahí para seguir el recorrido y una calles
más adelante vi a eso dos tipos disparándole a quema ropa al otro, sentí miedo,
corrí a un callejón que estaba a una lado de mi por la distancia que había me
escondí entre unos tanques o cajones no sé bien… solo sé que estaban al final
del callejón esperaba que me siguieran y como eso no paso, varios minutos
después salí de ese lugar para irme, cuando llegue nuevamente a la calle donde
vi todo, el chico estaba tirado ahí su sangre lo bañaba, me acerque para ver
si tenia pulso, aún tenia pero estaba muy mal, tome el móvil para pedir ayuda,
pero me dijo que no tenia solución, dicto esos números, me dio ese mensaje y
dijo que tomara lo que estaba en su zapato izquierdo, luego murio, yo salí
despavorida del lugar y eso es todo. Los contacte para cumplir la voluntad de
ese chico, ¿ahora me puedo ir?
Todos escuchaban la historia sin hacer ningún gesto en sus rostros, era como si fuesen de otro mundo, el hombre la
miro mientras tomaba un trago de algo que parecía whisky
"No
tienes idea de en que estas metida ¿verdad?
F:
si la tuviera, quizás no estaría viva aún ¿cierto?
El hombre sonrío con sarcasmo
"Ese
hombre que asesinaron en tus narices, se llamaba Victor Petrov, era un agente
del servicio secreto ruso" se desplazaba y
tomaba otro trago de su bebida, sin que ella perdiera de vista cada movimiento
"Estaba
investigando un caso muy delicado, y por lo visto lo han descubierto, tú has
sido la única testigo, lo que significa"
Fede empezaba a entender el lio tan
grande en donde estaba implicada
F:
que vendrán por mi y me mataran ¿cierto?
El hombre se giro, la miro confirmando su
teoría. El silencio volvió a invadir la habitación, ellos esperaban un ataque
de nervios por parte de la desconocida, suplicas de auxilio para salvar su vida
y quizás la de los suyos, pero inmutados se quedaron a no ver ninguna reacción.
F:
bueno.... la vida es corta ¿no? observándolo con una
especie de mueca que lejos se asemejaba a una sonrisa.
"Tienes
dos opciones, Heinsen, la primera testificar lo que vistes y entrar en el
programa de protección de testigos"
Ella bajo la mirada, ahora lo entendía todo, esas personas eran seguramente del servicio secreto también.
"La
segunda, unirte a nosotros"
Giro su cabeza para que sus ojos buscaran
los de aquel hombre
F:
esto es una broma ¿cierto?
¿Tengo
cara de bromear Heinsen?
F:
no, bajo su cabeza en señal de arrepentimiento
"Esto
es muy serio, estuviste en el lugar equivocado, a la hora equivocada, y eso te
pone en una situación de riesgo", la
mujer se acerco, le entrego una carpeta al hombre, este saco de su bolsillo del
traje unos lente para leer el contenido.
"Federikke
annette Heinsen, nacida el 05 de abril de 1981 en Copenhague, Dinamarca, hija
del Ing. Fritz Heinsen y Marry Sorensen, estudias en la universidad de Columbia
medicina, vaya Heinsen, muy bien" ;
continuo leyendo en silencio, "cuanto
tiempo crees que tarden los perpetradores en localizarte?" cerrando la
carpeta y mirando la expresión de su rostro.
F:
15 minutos ¿quizás? nuevamente torno serio su
rostro.
"Tienes
una vida normal, al menos en el papel, tienes que tomar una decisión"
F:
no tengo muchas opciones o ¿si?
"Solo
dos"
F:
si tomo la segunda, no tendría que dejar todo? el programa de protección tengo
entendido que es prácticamente borrar tu vida, y la de mi familia, cual es la
diferencia entre ambas opciones?
"Que
en la segunda nosotros borramos las huellas que puedan conducir hasta ti, seras
normal ante la sociedad, pero tu vida estará compartida, entre la que decidas
tener y lo que te ordenemos hacer"
F:
que lindo… ¡suena al paraíso!
"sabes,
otra chica en tu lugar estaría llorando a mares, lamentándose pero se nota que
tienes madera para esto"
F:
debo agradecer sus palabras
"No,
claro que no"
Presente.
La tensión en el lugar crecía des proporcionalmente Se arre costo a la ventanilla del avión, su compañera
estaba sentada enfrente, "Fede,
hasta las heridas más profundas cierran, solo queda la cicatriz nena"
su voz era un forma de solidaridad, pero sus pensamientos le arrancaban el alma,
una lágrima recorrió el camino de sus mejillas, y el silencio se apodero del
viaje.
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La Teta Feliz Historias y Relatos ® Luzi Müller - Derechos Reservados
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