Capítulo 25
El tiempo avanza lento.
Quiero que llegue la noche para poder salir de esta casa. Karla esta
acostada a mi lado metida en su trance regenerador.
Las imágenes de todo lo que
he vivido hasta ahora fluyen en mi cabeza uno tras otros pienso en cosas que
pude haber hecho diferente.
Me siento cansada, necesito
entrar al trance regenerador. Cierro mis ojos más profundamente. Parece que
estoy a punto de entrar al trance. Me dejo caer ante él. Todo comienza a
oscurecerse: mi visión, la habitación.
A mí alrededor todo comienza
a silenciarse. Una vez leí por ahí que: es en el silencio de todo lo que
nos rodea, que podemos escuchar más claramente nuestros recuerdos
-Los chupa sangre de la
noche- dijo la mujer de Aswad mirando las montañas hacia donde yo miraba-
esperan que los humanos cometamos el error de adentrarnos en su territorio.
-Si he escuchado de ellos-
afirme- se dice que Lilith y Caín viven por estos lugares.
-Si-respondió para después
agregar- Lilith recibió la terrible maldición, al corromperse su alma y
abandonar ah Adán.
-Oí que era al revés, que
Caín convirtió a Lilith, después de haber ser expulsado del edén por matar a su
hermano Abel.
-Eso es lo que en algunos
lugares se dice, pero Lilith es la primer vampira. Ella no acepto el designio
que el Alto le concedió. Y ante la imposibilidad de la igualdad entre el hombre
y la mujer. Abandono el paraíso y se marcho al destierro. Este la maldijo por
su atrevimiento condenándola a la prisión de oscuridad.
-¿Crees que lo que se dice
es verdad?
-No lo sé- dijo mirando el
cielo- solo sé que Dios nos dejo una plaga como recordatorio de lo que es ir en
contra de sus designios.
-¿Qué sabes de Nod?
Su rostro sonriente quedo
serio. Entre mi gente se decía que hablar de esa ciudad era hablar del pecado.
-Sabes que se no está
prohibido hablar de la ciudad maldita.
-Lo sé, pero lo único que
quiero saber es como llegar a ella.
-Tú estás loca - dijo algo
enfadada- ¿Por qué crees que yo sabría su ubicación? lo único que puedo decirte
es que no eres la única en querer llegar a esa ciudad. Conocí muchas personas
que salieron en busca de esa ciudad y nunca los he vuelto a ver.
-Si conocieras lo que estoy
pasando me entenderías- conteste
-¿Lo que estás pasando? no
sé nada de ti porque no has querido hablar cuando te lo pregunto mi marido-
dijo esta vez recriminándome- es tu culpa que no conozca nada de ti, has
llegado a esta casa y no has compartido nada con tus hospedantes.
Quede callada, esta mujer
que toda la hora estuvo en silencio, tenía razón. Era mi culpa, por no haberme
dado a conocer. Era descortés de mi parte. Pero no importaba que no me dijera
la ubicación de la ciudad. Sin darse cuenta ella medio bastante información.
La sed me saca del
trance regenerador.
Karla esta mirándome
atentamente y da un suspiro profundo.
-Tengo sed.
-En este vaso que traje hoy
tienes sangre- dice pasándomelo.
-Está bien. Como supiste
dónde tengo guardada la sangre?
-Llame a Josías con tu
celular. Él me dijo donde la guardas. No pongas esa cara jajá - dice riendo- se
que no es rica porque esta fría. ¿Mi muñeca o mi cuello?
-Si se enfrío. Sabes que
prefiero tu cuello.
Dicho esto se acomodo en la
cama a disposición mía.
-Habrá que disimular por si
alguien entra- haciéndome seña de que me tumbe arriba suyo- creerán que me
estas besando apasionadamente el cuello jajá.
-Jajá ya Karla esto no es
gracioso.
-Jaja me gusta verte así.
-¿Arriba tuyo o riendo? -
respondo acomodándome sobre ella.
-Ambas cosas jaja – dice
guiñándome un ojo.
-¡Estúpida! Esta posición no
me gusta para nada. Y tú te pones graciosa.
Pose mis labios a su cuello
y bebí de ella. Mientras mi sed se calma siento las manos de ella recorrer mi
espalda.
En un momento miro para la
puerta y ella esta parada ahí viendo la escena.
-Lo siento, no quise
interrumpir.
Me separo del cuello y miro
para otro lado mientras limpio de mis labios los rastros de sangre.
-Está bien Adriana no
interrumpes nada- respondo levantándome.
-Solo quería saber como
estas, pero ya veo que bien- contesta secamente.
-Si estoy mucho mejor.
-Si veo que si lo estas-
dice mientras se aleja de la habitación.
Puedo observar en el rostro
de Karla una sonrisa ampliamente.
-¿Qué es lo gracioso?
-Jajá que anoche estaba
haciéndolo con la doctorcita y ahora te cela.
-Ves eso es lo que provoco
jajá.
-No seas creída jajá-
mientras me tira una almohada- pero es cierto tu le gustas.
-No lo soy. No creo eso,
ella está con la doctora.
-Hazme caso tu le gusta,
solo que está confundida.
-¿Entraste en su mente?
-No, no lo hice. Podría
hacerlo si quisiera igual que tú también puedes hacerlo. Solo te dijo lo que
veo en su rostro. Los humanos no ocultan bien sus sentimientos.
-Si puedo hacerlo pero no
quiero entrar en su mente.
-¿Te interesa?- pregunta
seriamente mirando mis ojos.
-La verdad si Karla. Pero
tengo que mantenerme distante de ella.
No es necesario explicarle
el motivo de porque esa decisión.
-Miguel no nos va a dejar en
paz durante un tiempo y ahora está enojado conmigo por haberte salvado.
Entiendo que quieras estar algo distante con ella. ¿pero podrás eso?
-Si es por eso que es mejor
alejarme un poco. Miguel no dudaría en usarla. No sé si pueda pero tengo que
intentarlo.
- ¿Es ella? Esa es la
única razón para que te interesa tanto.
-Si es ella.
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