Capítulo
Uno.
Como
ocurría el último jueves de cada mes Andy levantó su vista y la vio entrar,
como siempre elegantemente vestida con su traje sastre a medida, su falda gris
metálico apenas a la altura de las rodillas, sus zapatilla negra de tacón, con
medias cubriendo sus torneadas piernas, una camisa de seda blanca se asomaba
por debajo de su abrigo del mismo color de su falda; en su brazo izquierdo
colgaba su bolso negro a juego con sus zapatos, su cabellera negra y lacia caía libre por sus hombros, de sus
orejas se alcanzaban a percibir discretos aros dorados, en su dedo anular destacaba
su sortija de matrimonio y sobre su muñeca izquierda su reloj, por su cuello se
alcanzaba a ver el brillo discreto de su gargantilla;
su rostro tenia la combinación
perfecta de maquillaje que acentuaban los rasgos cincelados de su cara,
discreto brillo labial hacía resaltar sus labios carnosos y perfectamente
formados, sus ojos verde intenso destacaban de entre sus pestañas risadas y su
sonrisa cálida que siempre regalaba como agradecimiento cortes al camarero que
la dirigía hacia la mesa que tenía reservada para ella. Siempre era la primera en llegar de su grupo
de amigas, ellas se reunía una vez al mes en este mismo lugar. Desde que Andy
comenzó a laborar en el bar hacia ya más de un año, recordaba el mismo ritual; por
lo general a la distinguida mujer no le gustaba ocupar una mesa y esperar a las
demás mujeres sola, así que cuando no había muchas personas en la barra llegaba
directo a sentarse en uno de los bancos del rincón de la barra de madera que
ocupaba el centro del lugar, tratando de
pasar lo mas desapercibida que le fuese posible aun que por su singular
belleza, su porte y elegancia era imposible.
En
el tiempo que la Sra. Barraza frecuentaba el bar, habían tenido la oportunidad
de cruzar algunas conversaciones mientras consumía su acostumbrada copa de vino
en espera de las demás amigas, Andy sabía que
era hija única, era casada con uno de los empresarios más importantes de
la ciudad por los últimos 22 años, con dos hijos, el mayor estudiaba en una de
las universidades más importantes del extranjero y su hija menor esperaba hacer
lo mismo en el próximo verano que se graduara. Sus padres habían muerto un par
de años antes heredándole una pequeña florería que había pertenecido a su
familia por generaciones, ella desde entonces se había dedicado a administrarla,
cosa que según conversaciones a su esposo no le hacía ninguna gracia, pero a
ella le gustaba sentirse útil y preservar un legado familiar.
En
esta ocasión una decepción invadió el pecho de Andy cuando la vio sentada en la
mesa de siempre y no el banco a su costado derecho. En todo el tiempo que tenia
de conocerla Andy nunca había puesto atención a la emoción que le provocaba la
Sra. Barraza cuando hablaba con ella, siempre la atribuía a que era por su
educación, calidez y conversación amable que tenían oportunidad de intercambiar;
aun que la mayoría de las veces ella solo escuchaba como todo cantinero que se
precie de ser bueno en su labor, ahora solo se conformaría con observar a la
bella mujer a escondidas.
***
Alejandra Barraza terminaba de agradecer al
camarero quien la había escoltado a su mesa de costumbre, tenía la manía de
siempre llegar 15 minutos o mas antes de cada reunión, aun que ya sabia que con
sus amigas eso implicaría más de 30 minutos de espera, pero por más que deseaba
desterrar esa costumbre le era imposible de lograrlo, nunca le gustaba esperar
en la mesa por ellas porque sentía que todos le miraban, por eso acostumbraba
el mismo banco en la esquina mas escondida de la barra del lugar, pero ahora la
barra estaba siendo bastante concurrida por varios caballeros que seguramente
al verla sentada ahí intentarían como su experiencia le decía cortejarla, como
si ella fuese una veinteañera que podrían llevarse a la cama con facilidad.
Tenía
ya tres años que sus amigas y ella frecuentaban este mismo lugar pero más de 26
años celebrando reuniones de solo chicas el último jueves de cada mes, desde
que estaban en el colegio habían hecho el habito de hacerlo y cuando empezaron
a tomar caminos diferente pactaron seguir con la costumbre para no perder la
gran amistad que les unía, habían sido 5 amigas inseparables, siempre como
hermanas, esas 4 mujeres habían constituido como otra familia, habían sido su
apoyo en muchos momentos difíciles de su vida, en los momentos más tristes
ellas habían estado y los momentos de felicidad también formaban parte de sus
recuerdos, ya no eran las jóvenes inocentes soñadoras de antaño, ahora eran
mujeres con un camino recorrido, con experiencia de vida y con cicatrices que
cubrían las heridas que habían recibido en sus vidas durante todo este tiempo. Desde
hacía 4 años una de ellas había fallecido de cáncer de mama, ese monstruo
silencioso y malévolo le había arrebatado de su vida a una de sus mejores
amigas, Alma era la mujer siempre
comprensiva y sabia que parecía que había vivido más que todas ellas,
prácticamente desde adolescentes había hecho una labor de madre sustituta de
todas, durante todo el tiempo que compartieron era la que escuchaba,
aconsejaba, la amiga perfecta para desahogarse sin temor a ser juzgada, Alma
conocía sus más recónditos miedos, sus secretos y segura estaba que no solo de
ella también de las otras tres mujeres, cuando Alma falleció las cuatro
sufrieron mucho su pérdida; el resto del
grupo lo conformaba Soledad, nunca le había gustado su nombre así que les tenía
prohibido que la llamaran así, ella era simplemente Sol, una mujer segura de sí
misma que gozaba la vida sin restricciones, siempre había disfrutado de los
lujos por la posición de su familia, de los amantes ocasionales, no le
importaba el que dirán solo le gustaba ser libre y vivir, recién había firmado
los papeles de su tercer divorcio y se podría apostar que ya tenía un nuevo
amante en turno, Perla por el contrario era una mujer que se había hecho cargo
de los negocios de su familia, casada con un hombre mucho mayor que ella al que
no amaba y con el que compartía simples intereses monetarios, no se divorciaba
para no comprometer sus empresas ni su posición, pero tampoco se privaba de
aventuras ocasionales, sabiendo que su marido seguramente también lo hacía y
por último la siempre ocupada Angélica, ella había enviudado muy joven quedándose
con su hija pequeña, se había sumergido en su carrera como abogada para poder
sacar a su pequeña adelante, ahora era parte de uno de los bufet de abogados
más prestigiosos de la localidad y bastante reconocida por su inigualable
capacidad, después de Alma con Angélica se sentía identificada por ser muy
parecidas en la forma de crear a sus hijos y de enfrentarse a la vida.
Siempre
Alejandra se había preguntado como siendo tan diferentes habían logrado
permanecer como amigas por tanto tiempo y siempre llegaba a la misma
conclusión, la amistad es el lazo que une a pesar de las diferencias. Sumergida
en sus pensamientos estaba, cuando llego el camarero con su habitual copa de
vino que acostumbraba beber pero con la clara diferencia de que ahora ella no
la había ordenado.
–Cortesía
de la casa– dijo el joven señalando a la guapa mujer situada atrás de la barra.
Alejandra
alzo la vista para encontrarse con la cálida mirada de Andy que la saludaba con
una leve inclinación de su cabeza y una bella sonrisa
–Gracias–
dijo al camarero, acto seguido levanto la copa en señal de gratitud para la
joven que le miraba desde el otro lado del lugar y sin poder controlarlo le
regalo además una amplia sonrisa.
Cuando
el camarero se retiro, sin ser completamente consiente Alejandra observo a la chica
quien ahora atendía y conversaba con un hombre sentado en la barra. Andy
siempre le había parecido una joven atenta y agradable a quien por alguna
extraña razón lograba platicarle cosas que seguramente a ningún otro
desconocido comentaría en la charla habitual, la joven tendría apenas unos 24
años de edad, siempre vestía con el uniforme del lugar camisa azul cielo con corbata
negra al igual que los pantalones, su cabello era recogido habitualmente en una
coleta de caballo que dejaba libre las hermosas facciones juveniles de su
rostro, ojos color miel, cabello castaño claro, mediría cerca del metro con
setenta centímetro si no es que un poco más alta considerando que ella apenas
llegaba al metro sesenta y con los tacones generalmente quedaba por debajo de
la estatura de la joven mujer.
Alejandra sabia que la chica nunca había
conocido a su padre, que su madre había muerto en un accidente de autos cuando
ella era una niña, desde entonces se había mudado con su abuela, quien hacía
dos años había muerto dejándola prácticamente sola en el mundo, sabía que
estudiaba arquitectura y trabajaba muy duro para poder salir adelante.
Hasta
el día de hoy no se había dado cuenta que además del ritual de ver a sus viejas
amigas, también empezaba a disfrutar de la conversación previa con Andy quien a
pesar de su edad parecía estar en un nivel de madurez parecido al de ella por
la profundidad de las conversaciones que en ocasiones sostenían y en ese mismo
instante estaba lamentando no haber sido capaz de vencer sus inseguridades y
ocupar el banco de siempre para disfrutar de la compañía de la joven, sumergida
en sus anhelos tropezó con la cálida pero profunda mirada de la joven mujer que
hizo sacudir sus pensamientos y centrarse solo en esos ojos color miel que la
observaban...
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interesante la historaia haber que sucede
ResponderEliminarBlack Moon siguiendo tu historia, esperemos la segunda parte..
ResponderEliminarAli.
Comienzo muy interesante.... N
ResponderEliminarhaahahaha... el inicio de una historia muy interesante!! :)
ResponderEliminarGia/Ecua
Me has enganchado por completo a la historia Black Moon!!
ResponderEliminarEstare esperando con ansias la siguiente parte!!
Andy (Guatemala)
parece que va a estar muy interesante la historia, me gusta el comienzo.
ResponderEliminarSuena bien... habrá que tener paciencia para saber como se desarrolla.
ResponderEliminarMe encantó la descripción de Alejandra. Me la imaginé por completo sentada en el bar.. esperando. Muy interesante. Gracias por escribir y dejar la
imaginación trabajar
Javi
Chile
SABEN ALGO DE BLACK MOON? VA A CONTINUAR CON LA HISTORIA?,,,,,,,,,,,SI SE COMUNICAN DIGANLE QUE SEGUIMOS ESPERANDO PARA QUE TERMINE LA HISTORIA.
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