Primera
parte
Una
fila enorme de mujeres esperaban en la puerta de un casting, se iba a rodar una
serie de lesbianas, y necesitaban a dos chicas que se parecieran a las
protagonistas.
Una de ellas era alta, morena, bueno cuerpo y de ojos azules, y
la otra era rubia, de estatura más bien baja, de buen cuerpo también y ojos
verdes. En la parte de delante de la fila había una mujer que se parecía
bastante a una de las protagonistas, era alta, morena, de ojos azules y de
cuerpo atlético, ya no le quedaban muchas delante. En la parte de atrás había
otra joven que se parecía a la otra protagonista, de estatura baja, rubia de
pelo largo, cuerpo atlético y de ojos verdes, ella aun tenía para rato.
Por
fin llegó el turno de la morena, los allí presentes la hicieron unas cuantas
preguntas y haciéndola girar varias veces para ver su físico la hicieron pasar
a una sala. Tras dos horas de espera, la puerta de la sala se abrió dando a
paso a una pequeña rubia. La morena levantó la mirada y se encontró con unos
preciosos ojos verdes, en una carita tímida, la pequeña rubia se sentó delante
de la morena, y en un susurro la saludó.
-
Hola.
-
Hola.
Tras
mirarse unos instantes ambas apartaron la mirada, la morena se entretenía con
su móvil y la rubia con un libro. Tras estar solas una hora... la puerta de
abrió y entró una mujer con un cuaderno.
-
Anabeth Salazón?
-
Soy yo (la morena se levantó).
-
Sarilen Arroyo?
-
Yo (la rubia se levantó también).
-
Bien chicas, vosotras sois las seleccionadas, venid conmigo, el director os va
a explicar de que va la cosa.
Las
dos chicas asintieron y siguieron a la chica que las condujo a un despacho.
-
Pasen y siéntense.
-
Gracias (dijeron a dúo).
El
director entró por la puerta y se sentó delante de ellas.
-
Hola chicas, buenos os contaré un poco de que irá la cosa, luego aceptarla o no
eso ya es cosa vuestra.
-
Vale (dijeron las dos).
-
Bien, como sabréis la serie es de lesbianas, ahora han llegado al punto en el
que se tienen que acostar juntas, pero por motivos de ellas no pueden rodar esa
secuencia, así que la rodarían las dobles, o sea vosotras, la escena no será
muy explícita, simplemente tendríais que desnudaros, besaros y acariciaros. Si
estáis de acuerdo podemos firmar ya, qué decís?
-
Por mí no hay problema (dijo Anabeth).
-
Por mi tampoco.
-
Estupendo, pues mañana mismo empezamos a rodar, hasta mañana chicas.
El
director salió de la sala dejando a las dos jóvenes en un incómodo silencio, de
vez en cuando cruzaban miradas, hasta que la morena se dispuso hablar.
-
Bueno ya que vamos a trabajar juntas pues... soy Anabeth, pero llámame Beth.
-
Yo soy Sarilen, encantada.
Las
dos se dieron dos besos y sonrieron.
-
Bueno pues ya nos veremos mañana.
-
Si... (dijo la rubia ruborizándose un poco).
-
Oye... te... te da vergüenza lo de mañana?
Sarilen
se sorprendió por la pregunta, pero bajando la cabeza respondió.
-
Bueno... es la primera vez que hago algo así y...
-
Te entiendo... para mí también es la primera vez.
La
rubia agradeció el consuelo de su nueva compañera.
-
Tampoco... deberíamos avergonzarnos... es solo... trabajo.
-
Claro (dijo la morena con indiferencia).
-
Pues entonces mañana nos vemos.
-
si... hasta mañana.
-
Hasta mañana.
Se
iban a dar dos besos como despedida pero no se ponían de acuerdo con los lados
y estuvieron a punto de darse un beso en los labios.
-
Uy, pregón jejeje (la rubia se disculpó).
-
No pasa nada tranquila, total esto no será nada con lo de mañana.
-
Sí... tienes razón...
-
Bueno hasta mañana.
La
morena la dio un rápido beso en la mejilla y salió de allí, la rubia
sorprendida pudo sentir la suavidad de sus labios por unos instantes, lo de
mañana le daba vergüenza, pero en parte quería sentir lo que es estar con otra
mujer y la suerte que tuvo es que le tocó con una atractiva mujer, sonriente
salió de allí con destino a su departamento.
La
morena ya estaba en su casa, se acababa de duchar y estaba pensando en lo de
mañana, pensó que Sarilen era muy guapa y no le importaría hacer esa escena con
ella. Después de darle muchas vueltas decidió irse a dormir para estar
descansada para mañana.
El
día llegó y ambas chicas se encontraban en los estudios, el director entró y
llamó a la pequeña rubia.
-
Sarilen, puedes venir un momentito por favor.
-
Claro.
La
pequeña rubia salió de los estudios siguiendo al director, llegaron a un
departamento y se pararon en él.
-
Sarilen, supongo que sabrás que la protagonista de aquí lleva el pelo corto no?
-
Si.
-
Pues ya que vas hacer de su doble tienes que cortártelo.
-
Vaya... bueno, si no hay más remedio...
-
Muy buen, Eva se encargara de ti.
Tardaron
poco tiempo en cortarla el pelo, cuando volvió al estudio se encontró con la
alta morena en bata, la morena se giró para ver quien entraba, el corte de
Sarilen la hacia resaltar mas sus preciosos ojos, le quedaba genial, era
incluso más guapa que la verdadera actriz.
-
Vaya corte (dijo sonriendo la morena).
-
Si... me ha dado mucha pena, me gustaba mi pelo.
-
Pues el corte te queda genial.
-
De verdad?
-
Si, mucho mejor que a la actriz verdadera (y le guiñó un ojo).
-
OH... pues muchas... muchas gracias.
-
Pues muchas de nadas.
-
Anabeth ¿por favor?
-
Sí, ¡aquí!
-
¡A plato! (dijo uno de los encargados).
-
¡Voy!, bueno... nos vemos en plato.
-
Claro...
-
Sarilen por favor, cámbiate y ve a plato.
-
Enseguida!
La
morena salió al plato y le fueron explicando más o menos la escena, Sarilen se
estaba cambiando, ya tenía puesta la bata y se fue directa para el plato, una
vez allí pudo ver que la morena ya estaba dentro de la cama desnuda, y tapada
con la sábana. El director le explicó lo mismo que le había explicado a la
morena.
La
pequeña rubia se sentó en el otro extremo de la cama dando la espalda a la
morena, poco a poco se quitó la bata dejando su espalda al aire libre, la
morena la miró por un momento pero enseguida apartó la mirada. La rubia ya se
metió en la cama y se tapó.
-
Bien chicas, empecemos. Sarilen ponte encima de Beth.
La
rubia la miró ruborizada y pudo ver que la morena estaba igual, poco a poco se
fue acercando a ella, la morena la ayudó sujetándola por la cintura y
poniéndola encima de ella. Beth sentía el peso de la rubia, le gustaba, tenía
una piel muy suave, y su olor le encantaba.
Sarilen
no paraba de pensar en si le pesaría mucho a la mujer morena, pero esa posición
le gustaba, la morena la tenía cogida por la cintura.
-
Muy bien chicas, cuando grite acción, tu Sarilen la besas lentamente, Beth, tu
le vas acariciando la espalda muy despacio y vais entrelazando vuestras piernas
ok?
-
Vale (dijeron ambas).
-
Muy bien pues... preparados, listos y... ¡Acción!
La
rubia se fue acercando mas a ella, hasta rozar sus labios con los de la morena
que los tenía entre abiertos, despacio volvió a besarla, primero fue un juego
de labios, pero después sus bocas dieron paso a sus lenguas, las manos de la
morena subían y bajaban por toda su espalda con total libertad, a medidas que
las caricias iban aumentando, el beso se fue haciendo más pasional, las manos
se Beth fueron a parar a sus costados, sus piernas se entrelazaron, un pequeño
gemido salió de la boca de Sarilen cuando unas de las rodillas de Beth presionó
en sus piernas. Entre besos y caricias Beth se fue poniendo encima de ella,
Sarilen la agarraba fuertemente de la espalda, la alta morena fue bajando sus
besos por su mandíbula hasta llegar al cuello de la pequeña rubia, Sarilen
gimió cuando la morena succionó en su cuello, Sarilen apretaba mas contra si a
la morena, poco a poco Beth fue subiendo hasta llegar a su boca nuevamente, la
rubia le cogió la cabeza con las dos manos y se miraron durante unos instantes
antes de besarse desenfrenadamente, tras unos besos mas y caricias la voz del
director rompió toda la pasión.
-
¡Corten! Excelente chicas, tomaos un descanso, en unos minutos volveremos hacer
la escena.
-
Está bien (respondieron ambas).
-
Chicas no os mováis.
Beth
aun seguía encima de la pequeña rubia, el fotógrafo se acercó hasta ellas para
sacarles unas fotos.
-
Bien Beth, acércate hasta Sarilen como si fueras a besarla.
La
morena hizo lo que le mandaron y cuando su labio inferior tocó el superior de
la rubia el fotógrafo las hizo quedarse así.
-
Muy bien, no os mováis.
Sacó
unas cuantas fotos y dando gracias a las chicas se despidió. Parecía que la
morena no tenía intención de levantarse, y a la pequeña rubia no parecía
importarle, se miraron fijamente, hasta que los labios de la rubia se movieron.
-
Ha... Ha sido increíble.
-
Si... besas de maravilla.
-
¿Qué?...
-
No que... besas muy bien.
-
Ah... pu... pues gracias, tu también.
-
Gracias..., será mejor que me quite de encima de ti.
-
Vale...
La
morena se apartó y se tumbó al lado de ella, la pequeña rubia ya echaba en
falta en calor de ese cuerpo y el suyo propio empezó a temblar.
-
¿Vaya tienes frío?
-
Un poco.
-
La sábana es muy fina y... bueno que si quieres puedes acercarte a mi para
tener mas calor.
-
Gracias...
Los
ojos esmeralda se expresaron agradecidos y con una sonrisa, Sarilen se fue
acercando al cuerpo de la morena hasta quedar pegadas.
-
Gracias (dijo la rubia).
-
No hay de que, además yo también tenía frío.
-
Entonces ganamos las dos.
-
Si.
Ambas
se miraron y sonrieron, el director volvió a aparecer.
-
Bien chicas, vamos a rodar la siguiente escena.
-
Bien (dijeron ambas).
-
Bien, sentaos una delante de la otra, y pasad vuestras piernas por la cadera de
la otra, haciendo que vuestros cuerpos queden totalmente pegados.
Las
dos hicieron lo que las mandaron, la pequeña rubia estaba algo mas nerviosa, se
esta excitando de verdad, estar tan pegada a la otra mujer, y sentir el centro
de la morena en el suyo propio era... demasiado, la morena no estaba mejor que
ella, se estaba acalorando, y le gustaba tener asi a su compañera, pensó que si
le estaba gustando de verdad, pero ahora no podía pensar en eso, se quitó ese
pensamiento lo antes posible.
-
Muy bien, cuando yo os diga, tendréis que besaros, después Sarilen tu empezaras
a bajar hasta llegar a su cuello, cuando eso ocurra tu Beth echa la cabeza para
atrás, que se vea bien de acuerdo?
-
Si (respondieron ambas).
-
¡Y... Acción!
Los
besos comenzaron y con ellos la pasión, no se besaban por que las se lo habían
mandado, si no porque ellas lo deseaban, ambas saborearon cada rincón de la
boca de la otra. Poco a poco la pequeña rubia comenzó a bajar por su cuello y
la morena echó la cabeza hacia atrás, disfrutando de los besos, acariciaba su
cuello con sus labios y con su lengua, sin pretenderlo la dejo un pequeño
chupetón, en cada beso aspiraba la piel de la morena, le gustaba... le gustaba
demasiado, la morena la apretó más contra sí y pudo sentir la humedad de la
rubia, la morena se excitó muchísimo más y los besos se volvieron más
apasionados, las caricias más intensas, sin darse cuenta empezaron a mover sus
caderas la una contra la otra, sus humedades se hicieron una, justo cuando sus
movimientos empezaron a acelerarse la voz del director las hizo frenar.
-
¡Corten!, chicas... soy maravillosas, un trabajo excelente!, bien podéis iros a
vestiros y ahora os enseñaremos como ha quedado.
Las
chicas bastante excitadas se pusieron las batas y fueron a cambiarse, ninguna
dijo nada, evitaban mirar a la otra, se habían dado cuenta que lo ocurrido no
fue solo una escena, si no que fue pasión de verdad, fue deseo.
Ambas
vieron como quedaron las escenas y sonrojadas aceptaron los halagos de los allí
presentes.
-
Bien chicas, ha sido un placer trabajar con vosotras, si en algún momento
tuviéramos que hacer alguna escena de este tipo queréis ¿qué os llamemos?
-
Por mi vale (dijo la morena).
-
Por mi también.
-
Muy bien, pues aquí tenéis lo que os corresponde.
El
hombre les dio un cheque a cada una y con eso se fue, las dos se quedaron solas
y en silencio.
-
Bueno pues... yo ya me voy (dijo la rubia).
-
Vale, yo también me voy ya.
-
Tal vez... nos volvamos a ver.
-
Tal vez... ha sido un placer trabajar contigo.
-
Ha sido más que eso (lo dijo en un susurro casi inaudible).
-
¿Has dicho algo?
-
No, no, solo que... lo mismo digo.
-
Bueno pues... adiós.
-
Adiós Beth.
Sarilen
se inclinó y la dio un beso en la mejilla.
Pasó
una semana, y Beth estaba de mudanza, se había comprado un departamento muy
acogedor, la zona era tranquila como a ella le gustaba, y según antiguo
propietario los vecinos eran muy amables. Le toco el piso 4-b, estaba sacando
las cajas del ascensor, ya había metido unas cuentas, pero aun tenía muchas, fue
a coger una de las cajas más pesadas, aun que ella era fuerte la había costado,
justo cuando iba a entrar en la casa, se abrió la puerta de al lado y tras ella
salió una rubia de ojos verdes muy familiares para la morena.
Publicado antes en fatorx
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Excelente principio,espero seguir leyendo tu historia!
ResponderEliminarJuly
hahaha xq me dejan en ascuas!!!!! jajaa muy buen capitulo
ResponderEliminarGia-Ecuador
Mi nueva historia a seguir, me gusto ese inicio quiero mas xD
ResponderEliminarsaludos desde venezuela
Uffffg me gusto ahi hubo quimicaaa a full muy buena historia grasias por compartitla
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