Te amé, y tu a mi, no... - Sonia

A la luz de unas velas me juraste tu amor... y me lo quitaste con el primer rayo de sol.

Te entregaste en cuerpo y alma, y me diste un pedacito de cielo con el cual soñar.

Lindo sueño, que aunque sólo duró unos horas me hizo vibrar.

Y me sumergí en ti. Tu cuerpo, tu alma, rozaron mi pecho, mientras tu pelo se enredaba con sumo cuidado en mi piel.

Y en aquella cama que nos vio enloquecer, no cabía nada más que la pasión que nos devoraba y nos hacía totalmente libres de nuestros actos.

No, no había en mi mente rastro alguno de duda, que me hiciera pensar que tu amor no era real.

Era una balanza que pesaba más de mi lado que del tuyo.

Mientras yo te entregaba mi amor, tú mientras tanto sólo querías un poco de calor.

Jugabas con ventaja, y de eso se encargó tu pasión, que confundió a mi pobre corazón.

Y cuando todo terminó, y quedamos exhaustas de tanto amor, cogió su ropa y se marchó.

No me dijo palabras, ni excusas que calmaran mi confusión; yo la había amado y ella a mi no.

Y se fue dejando tras de si una estela... pero tan rápido pasó, que pronto desvaneció.

Y comprendí que me había utilizado, pero ya no me importó.

Porque, aunque sólo fuera una noche, mi corazón amó y por mucho que su frialdad se impusiera, en aquella cama, ella no mintió.

Se quemó con mis caricias y se arropó en mi corazón. Y cuando las dos llegamos al límite de la pasión, ella también se desbordó.

Y aunque a la mañana siguiente, prefirió mentirse y huir, me quedó con la esperanza de que al menos, en unas horas, en unas pocas horas, la hice feliz.

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La Teta Feliz Historias y Relatos ® Sonia Derechos Reservados

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