Esperamos tu historia corta o larga... Enviar a Latetafeliz@gmail.com Por falta de tiempo, no corrijo las historias, solo las público. NO ME HAGO CARGO DE LOS HORRORES DE ORTOGRAFÍA... JJ

Sábanas frías - Saori


SABANAS FRIAS.

Durante horas fantaseando sin ser capaz de descansar, el sueño se niega a acompañarme, al menos la calma es total en el monte.

La brisa mece un par de abetos cercanos a la cabaña, una locura me trajo a este lugar ermitaño y dejado de la mano de dios, o como mínimo de la sociedad cibernética, ni siquiera cobertura para llamadas de emergencia, si se me antojara caerme muerta, hasta que el recepcionista pase no me entierran….

El optimismo  no me acompaña es algo innegable, un lugar así seria todo un placer disfrutar en compañía, pero no como un perro abandonado…


Ya cansada me vuelvo boca arriba resoplando de exasperación, semanas sin disfrutar de un poco de amor ajeno, de unas caricias y unos besos, se presenta la oportunidad y todo se va al traste justo en el momento de salir a este desolado paraje, no es que sea un desierto literalmente, pero figuradamente si en lo consistente vida humana.

Un movimiento en el exterior atrae mi atención, estoy sin luz apenas lucen ascuas en la chimenea asidua al dormitorio, y por la ventana llega el reflejo de la luna creciente, el cual luce en el espejo del tocador colocado frente a la ventana al otro lado del dormitorio, simplemente la luz de la luna es cubierta por una silueta, de curvas exuberantes que delata a las claras una mujer en medio de la nada, en plena noche y por el momento a solas, algo muy extraño si uno se para a pensar, cosa que ni cuestiono a esas horas y menos escuchando un ligero toque en la ventana, ella esta llamando…

Curiosa me cubro con una bata antes de exponerme al frío del exterior y por supuesto en paños menores a la vista de la desconocida, me pregunto si se habrá perdido o busca a alguien, o quizás tenga suerte después de todo.

Enciendo la lamparilla y salgo a la ventana, ya no está, eso es todavía más extraño, molesta mientras sospecho de una broma, cierro los cristales negándome a cerrar también las puertas protectoras,  todavía tengo la esperanza de que vuelva, apago la luz sentándome al borde de la cama recordando la figura y el como me ha fascinado la abundancia de sus pechos, sintiendo mas curiosidad por ver su rostro y ojos, siempre se ha dicho que los ojos son las puertas del alma…

Sumida en mis cavilaciones no me percato de que vuelven a llamar, esta vez desde la puerta principal, confundida en un principio con la idea de que fuera una rama golpeando la puerta pero el toque rítmico se hace distinguible desde la distancia, atrayendo nuevamente mi atención, levantándome de nuevo salgo apresurada a mirar si es ella, mientras no sea el acomodador asegurándose a esas horas de si falta algo…

Llego a la puerta y asomándome a una ventana continua miro de nuevo fuera, una mujer de cabellos largos y ondulados, con un vestido que es volteado por el viento y un abrigo sobre este y unas botas altas espera mi respuesta, bueno no exactamente de quien ocupa la cabaña o de alguien que espera ver, bueno, esperando lo peor abro sin encender esta vez la luz, así de paso no desvelo que no tengo compañía, se me queda mirando mientras una ligera sonrisa aflora a sus labios, algo tímida, en un principio no pronuncia palabra, hasta que con un gesto me pide permiso para entrar, se lo concedo, aún más extrañada por su silencio, cada vez me intriga más.

la acompaño al sofá tras cerrar la puerta, ella camina sumisa, despacio y algo encogida, no se si es frío o miedo, me siento cerca de ella sin saber su nombre, de alguna manera he de entablar conversación con ella así que me presento, ella me sonríe apreciando mi gesto y acaricia mi rostro con su mano derecha, mi cuerpo es recorrido por un escalofrío, sus manos están heladas, debe estar congelada y sigue sin hablar, tampoco parece que tirite, con todo me levanto de nuevo y me tomo la molestia de encender el fuego de la chimenea que comparte la salida de humos con la que está situada al interior del dormitorio, así que tengo que cerrar el paso del otro lado para que no se llene la habitación de humo, doy a la palanca y se cambia la placa de lugar, una ligera corriente me da en la cara mientras el fuego es agitado por esta, con todo en vez apagarlo lo aviva y una tenue iluminación romántica se apodera de la estancia.

Tras sacudirme y tomar aire, vuelvo a su lado, ella me mira con unos ojos dulces, en cierta manera tímidos, esa mirada me da ánimos a sentir y pensar que la noche puede ser muy distinta a lo que esperaba unos minutos antes, tras sentarme y fantasear en como besarla intento entablar conversación recibiendo gestos como respuestas o tenues risas, además de algún carraspeo, la situación se me hace mas interesante y su mirada cada vez me tiene mas cautivada, me perdía en ella cuando se acerca de manera inesperada y me besa en los labios tan suavemente, que sino fuera por que la miraba fascinada casi no habría percibido sus labios dulces rozar los míos.

Mientras parpadeo por lo inesperado del gesto, ella se retira temiendo haberme molestado, alcanzo a coger su mano antes de que se aleje más y le sonrío feliz de ver que comparte mis intereses, sus parpados caen seductoramente en un gesto tímido que me calienta más por dentro y si ella todavía sufre del frío exterior yo desde luego sufro de un calentón que desecharía todo el helor que ella sufriera.

Despacio se vuelve a acercar a mi, conociéndome es curioso que sea yo la seducida y no la seductora, con todo es algo que pienso disfrutar por completo, y mas con una mujer de belleza incomparable, no esperaba conocer alguien así en un lugar así, lo que lo hace más excitante, sobretodo desconocer su nombre, procedencia y cualquier dato que cree unos lazos más allá de un revolcón satisfactorio, al menos por mi lado, si es por ambas no me molestaría repetir tantas veces fuera posible.

Un beso va abriendo camino a otro, mis gemidos dan pie a caricias menos cautas, su cuerpo cada vez se estrecha más al mío, me es imposible resistir la tensión sexual y mis caderas se alzan presurosas contra las suyas, una risa cómplice resuena en la estancia con un tono cantarín, ya pensaba que sufría de la incapacidad de hablar, pero no lo parece…

El abrigo ya no la cubre y se descubren unos senos plenos con los pezones duros ya sea por la excitación o el frío, pero reclamando mis atenciones a las claras, como mínimo yo ansío darles todas  las atenciones pertinentes hasta hacerla gemir de gusto.

Nuestras manos corren ansiosas conociéndonos, en un momento dado tira de mi pierna echándome sobre ella, la sigo, mezo suavemente mis caderas sobre las suyas, frotándonos, ella gira su rostro en un gesto sensual mientras su boca se abre en un jadeo silencioso, para luego morderse los labios mientras alza sus caderas y empuja las mías en un contoneo que me enloquece, esta mujer es dinamita…

Entre besos y caricias desesperadas nos vamos desprendiendo de la ropa, mi bata ya hace rato que ignoro dónde esta, tampoco me preocupa, ella ya yace en bragas sobre el fofa, su mirada ya no es dulce, es candente unas ascuas en medio de la sala que me devoran con cada paseo de su lengua por sus labios, yo me levanto a la vez que tiro de su mano guiándola al dormitorio, el fuego ya no luce, como no lo avive más se apagó, así que el salón no se caldea y la comodidad  es lo primero… ella no pone objeciones y me sigue complaciente, entre caricias en lugares sensibles y besos que roban el aliento, vamos llegando al borde `presurosas las dos por dejarnos caer y disfrutar mas libres la una de la otra…

Si, esto es una fantasía echa realidad, no lo puedo negar y quien no aprovecharía una situación así, tener a una desconocida dispuesta y ansiosa por compartir el lecho y una noche de pasión.

Sus manos ahora algo mas calidas recorren mi vientre ascendiendo a mis pechos, los toma con ambas manos para luego devorarlos sin pudor alguno, un gemido se me escapa, ella se deja llevar entonces animada por mis respuestas inconscientes, ya no me reconozco, simplemente me entrego a ella y su capricho.

Su intuición es tan certera que es como si ya nos conociéramos de antes, la presión interna es mayor, el calor se vuelve sofocante, no es el ambiente soy yo, sudo bajo las caricias de sus manos y su lengua que me recorre insaciablemente evitando penetrarme pese a que si llegara a intentarlo se que alcanzaría el clímax descontroladamente, la necesidad fiera me  devora por dentro provocando una palpitación mayor, ya no me puedo contener, deseo ser suave dejarla hacer de mi cuanto desee, ya me es imposible ser tan sumisa, alzo mi cabeza del colchón y unas sabanas húmedas, la miro gruñendo intentando expresar todo lo que me controla, no alcanzo a pronunciar palabra alguna, al abrazo fuertemente mientras apoyo mi cabeza en su hombro, mis manos entre temblores, un pobre intento de controlarme, se clavan en su espalda y apretando descienden por su espalda, sacando así gemidos entrecortados de su garganta, un grito agudo sale de la mía en el mismo instante que su mano se introduce en mi sexo, en modo alguno es suave, su brusquedad es hermana de mi ansia y entrega, sus penetraciones en un principio bruscas y profundas van tomando el baile de mis caderas que la buscan desconsoladamente, un jadeo tras otro resuena en el dormitorio, un canto a la luna, sus dedos húmedos en mi entrepierna se deslizan mas rápidamente y su ritmo acelerado me enloquecen… ya no soy yo, un animal se apodera de mi conciencia y la muerdo el hombro sin recato, no la libero ni me arrepiento pese a que noto que ella se tensa por lo inesperado de mi gesto, la sujeto mas fuerte y para mi sorpresa ella no hace por desembarazarse de mi, se deja sujetar y atraer mas cerca, esta presa de mi y no se resiste, algo me embarga por dentro, la certeza de que ella se entrega en cuerpo y alma y lo que es más soy su dueña, pero puede que en secreto la entrega sea mutua, la liberación y esclavitud otorgue mismos poderes a las dos, deseo ser tan suya como ella es mía en esos instantes, si ella me posee pero soy yo su dueña…

Cuando unas lágrimas afloran a mis ojos en un gemido que desemboca en un alarido gutural, un último instinto se apodera de mi y deslizando en un último esfuerzo mi mano al interior de ella, mi sorpresa es grande, esta completamente mojada, con un solo roce ella se agita  y se encoge incapaz de controlarse, esta apunto, está tan entregada que alcanzara el coito al más mínimo roce mío….

Es imposible resistir a la experiencia de estar entre sus piernas cuando alcance el máximo de su placer sexual, temblando de la impaciencia que siento la recuesto y me coloco sobre ella, la intento calmar con mis besos y sus caderas me buscan insaciablemente, coloco una mano sobre su rodilla y sin retirar mi mirada de sus ojos entrecerrados, pendientes de cada gesto mío, me pongo entre sus piernas disfrutando de la flor húmeda que desprende un aroma tan intenso,  que mi propia boca se seca de necesidad por probar su sabor, ella alza las caderas al percibir un temblor en mis manos, y con un gruñido me lanzo hambrienta a su interior, en un principio no me paro a pensar, ella cada vez se corre en mi boca más, mi lengua no le da tregua y sus gemidos agudos y en ocasiones alaridos que me provocan ansias de morderla como un animal, sigo sin freno hasta de manera inesperada acompañarla en un clímax espontáneo cómplice del suyo, la sujeto con mis manos sin retirar mis labios de su interior, su espalda completamente arqueada y su cabeza echada para atrás dejando escapar un alarido que me sacude por dentro… no me importa quien sea, simplemente es mía.


Sudorosos y exhaustas nos dejamos caer en la cama deshecha, mirándonos en silencio, sus ojos rebosan satisfacción, su respiración todavía agitada deja vaho en el aire, cuya temperatura hace rato dejó de ser cálida, el fuego no aguantó lo suficiente, yo sonrío con ese orgullo inconfundible tras un buen polvo y la satisfacción de haber dejado bien complacida a mi amante…

Sus ojos se van cerrando, está tan agotada que ni se ha molestado en cubrirse, con un esfuerzo que no creí que sintiera tan agudizado, me incorporo para cubrirla y evitar que se enfríe, me levanto con la sensación de que mis piernas se van a derrumbar pro el esfuerzo de sostenerme, alcanzo casi sin creérmelo la chimenea, busco la leña al lado y echo a las ascuas de ésta, también busco papel de periódico y arrugando en bolas las acumulo para que prenda rápido alrededor del tronco y las ramitas, poco a poco una llama tímida va prendiendo, aliviada vuelvo al lecho donde ella descansa, la observo paralizada por su belleza y lo arrebatadora que se la ve con los labios enrojecidos por los besos y mordiscos que le infringí…

Paso mi lengua por mis labios, todavía se denota un sabor a sangre de cuando ella me mordió a mi sacándome un grito de sorpresa, es tan fogosa como yo, la idea en si me roba una sonrisa divertida, no esperaba encontrar alguien que me igualara o como mínimo no cayera muerta enseguida….

Mil fantasías pasan por mi mente, el deseo de cumplir cada una de ellas con esta belleza me causa presión en el bajo vientre, echo a reír sin poder contenerme desde luego esta mujer me excita por completo.

Animada por la idea de despertar mañana con ella y repetir lo ocurrido me acuesto a su lado y me cubro sintiendo todo mi cuerpo adolorido, la miro una ultima vez y cierro los ojos.

 FRÍO

Mi cuerpo adolorido me hace volver en si de un sueño profundo del cual sino fuera por que me estoy helada no abandonaría, reticente abro los ojos para cerrarlos de golpe, la luz del sol a clavado un rayo en ellos… en esos instantes no soporto la luz en ellos, estoy como si hubiera pasado la noche bebiendo y padeciera una resaca de caballo.

Molesta por no haber echado las cortinas en la noche, me vuelvo con una mano cubriendo los ojos y tambaleándome llego a la ventana y tiro de la cortina con fuerza, esta se corre con brusquedad dejando un vuelo ondulante mientras se acomoda a su lugar, la corriente que hace me provoca escalofríos y ganas de correr de nuevo a la cama…. Me giro de golpe buscando con la mirada a la mujer, miro en derredor desconcertada por no verla, mi mente aturdida por el sueño todavía se hace preguntas, y un eco de perdida y rabia toma el lugar de la sorpresa inicial, ella se ha marchado tras disfrutar de una noche de sexo y punto, ni nombre, ni segundos encuentros, bueno al menos no pase la noche sola ni el fin de semana deprimente que esperaba.

Con paso mas firme me dirijo al armario asegurarme que no se llevara algo más que mis atenciones nocturnas y compruebo que no falta nada, me dirijo al salón y sus prendas han sido recogidas, algo me hace recordar que ella vino con un abrigo pero no traía bolso, una mujer con tan buen gusto para las prendas que vestía, no saldría sin uno, eso me hace pensar que ella no debió de venir de lejos, puede que de una cabaña cercana.

Vuelvo al dormitorio y miro de si dejó alguna nota de despedida, pero es hacerse ilusiones, por supuesto otra decepción, me vuelvo ya mas molesta por pensar en algo así y entro al baño, abro el agua caliente y la dejo correr en la bañera hasta que todo esta lleno de vapor, cierro la puerta tras traer mi neceser me saco de encima la manta y aun con la bañero a medio llenar me meto, estoy tan helada que el calor de ésta me quema, a saber cuanto tiempo estuve sufriendo el frío de la noche y el invierno, empiezo a tiritar y la mandíbula me castañea.

Me siento a la bañera encogida, y espero a entrar en calor con el agua, la mirada la tengo fija en la pared recomponiendo la noche pasada, tengo que admitir que ha sido increíble y va a ser imposible repetí algo así en mucho tiempo, un deje de frustración anticipada me recorre, tengo que aprender a no esperar repetir lo mejor de mi vida,  y volver a vivir con lo que me toque.

Tras 15 minutos cubierta con agua caliente, con la paciencia de ir vaciando un poco y sustituyendo por mas agua ardiendo, salgo recompuesta y sin entumecimiento y corriendo me visto, hace mucho frío, me pregunto si nevó, supongo que será mejor salir rápido al edificio de recepción donde sirven las comidas, lo mismo averiguo quien puede ser haciendo halagos a la camarera o sobornando al recepcionista.

Me asomo con cautela a la ventana y el brillo que me deslumbro antes es el mismo brillo de la nieve que en la ventana se acumuló en la noche, además el sol se refleja en ella no es que de para mucho, pero ilumina…

Doy un repaso a las estancias, asegurándome de que cojo cuanto necesito, al llegar al baño para comprobar el agua y si me dejé algo de por medio, el espejo llama mi atención, antes no me miré en el por que salí directa al dormitorio, pero ahí estaba lo que ya ni esperaba, un mensaje suyo, “vuelvo a la noche”, así que algo importante tendría que hacer o puede que ocultarse de otra persona, bueno al menos ya tengo la certeza de que volverá, un regocijo me recorre mientras camino con paso firme a la puerta de entrada, cojo del recibidor las llaves y salgo al exterior, ahora a pensar en lo que me espera a la noche y pasar las horas sin enloquecer de impaciencia.

En el comedor principal el ambiente estaba muy movido, varias grupos de alpinismo se reunían a desayunar antes de salir a disfrutar del recorrido programado, mi cabaña era una de las mas alejadas por que no iba con terceras personas y bueno me gusta la intimidad, suerte he tenido por que parece que el lugar se está poniendo de moda entre los excursionistas. Nota mental, buscar otro nido romántico sin tanta perdiz…

El desayuno pasó a ser un almuerzo fuerte, cuando llegué ya era algo tarde para un café, algunos montañeses de la zona que hacían de guías pululaban por ahí con las tradicionales historias de fantasmas, una en concreto llamó mi atención, el de una mujer fallecida en una cabaña y que sigue merodeando la zona esperando a alguien, muchos han huido al sentir su presencia o por meros cobardes, pero se dice que la dama fantasma se asoma de visita a otras mujeres, y claro el rumor general es venganza por celos a sus congéneres…. La idea en si me hizo sonreír pues me imagine en el limbo buscando una compañía agradable, o puede que esperando a la persona que hiciera latir mi corazón desbocadamente, eso si todavía fuera capaz de latir por amor.

Algo somnolienta me siento en un asiento cerca de la lumbre a escuchar las exclamaciones y sobresaltos de muchas chicas inocentes que habían venido en masa para una ruta en trineos, de vez en cuando paseo mi mirada por ellas cuando se agitan y sus atributos se balancean alegrándome la vista.

Una idea recorre mi pensamientos, la historia y el recuerdo pasado, siento ganas de partirme de risa por lo entupido de pensar tan ingenuamente, al fin y al cabo los fantasmas son mas que alusiones para dar miedo o crear ambientes de tensión e interés en las visitas.

Tras una hora a la lumbre un par de crías que no salen hasta el siguiente turno de trineos se mantiene a me vera jugando a las cartas, el juego me es muy conocido de cuando a sus edades compartía juegos similares con otras chicas al instituto,  finalmente me animo y consulto de si me puedo unir a la partida, estas muy animosas me reciben felices de conocer a alguien en el lugar, si lo pienso soy un lobo en un rebaño de corderos inocentes…

El juego tiene su picardía, si se mira de cierta manera, pues la que más puntos acumula ha de responder una pregunta de la vencedora, de vez en cuando te besaron por primera vez o quien fue, e incluso si fue la perdedora o la otra persona quien inició el beso, si siguen así no tardarán en ir a mayores, entonces si que seré descubierta y veré la cara que ponen algunas que son bastante remilgadas.


Por suerte mi habilidad sigue en pie en las cartas, y no me pudieron sonsacar mucho, tras decir que yo fui quien beso primero y me sacaron el nombre, eso fue digámoslo así glorioso, las caras de algunas de espanto me colmo de risas y las picaras de otras de regocijo, lo curioso fue una de ellas que ni la altero en lo más mínimo, no hubo vergüenza ni temor e incomodidad simplemente era como si ya lo supiera… bueno mas vale que me deje de incógnitas y más con adolescentes, ya oscurece así que me llevare unos víveres conmigo y una linterna por si acaso, no me gustaría volver a rechazar las proposiciones y halagos del encargado de turno como la noche pasada.

Tras despedirme y dejarlas mirándome con curiosidad y risas de algunas menos tímidas, pues el grupo había ido cambiando de compañía según las horas, y ya oscureciendo todas me rodeaban y con tantas y bueno a falta de cartas, la que perdía no jugaba la siguiente ronda y dejaba su lugar a otra incauta o atrevida todo según como se mire, la cuestión es que me ha sido mucho mas divertido de lo esperado, entre chocolates y galletas el rato se hizo tres o cuatro horas muy amenas y relajantes.

Al salir al exterior un exabrupto se me escapa tras un golpe de aire helado en pleno rostro, de estar a gusto en el interior ahora encogida de frío, evitando que otra ola de aire me vuelva a pillar desprevenida, con la cabeza gacha camino por el sendero abierto por uno de los empleados a la falda de la montaña que está rodeada de un bosque muy extenso y que son la delicia de muchos para perderse y realizar algunas fantasías, puede que me acerque a las aguas termales que descubrí el año pasado y seduzca esta noche allí a mi visita nocturna, desde luego me gusta bastante desde que vi su aviso, el mal humor paso volando.

Con mas ímpetu avanzo casi sin esfuerzo, la idea en si me regala unos ánimos que me refuerza en mi ascenso por la ladera hasta mi cabaña, en cuanto llegue me he de poner a caldear el interior, para no pase lo mismo de ayer.

Al llegar al portal las manos me tiemblan  y los dientes me castañean, da igual lo que me abrigara en la mañana nunca es suficiente a estas horas…

Abro presurosa, no pierdo el tiempo en mirar afuera con tal de cerrar la puerta y poner esa barrera entre yo y el exterior, palmeando las manos en mis piernas corro al dormitorio y prendo la llama para dejarla arder y caldear el cuarto, tras esto lo mismo al salón recibidor, y busco velas, ilumino el salón con ellas, al dormitorio prefiero aromatizarlo, dos ambientes distintos, para cuando volvamos de las termales que tengo a unos metros de la entrada trasera, coloco en unas fuentes los alimentos que tuve la precaución de traerme y no quedar tan desfallecida y débil por una noche tan intensa…

Apenas me pongo el pijama el toque que la noche pasada me sorprendió se repite, esta vez a la ventana continua a la puerta, con calma y no mostrando las prisas por volver a tenerla a mis brazos camino hacia el umbral en el que he colgado muérdago, recordando las miradas picaras de las adolescentes al ver algunos atrevidos besar algunas chicas al pillarlas bajo el adorno…. Y si es navidad para mi sigue siendo invierno.

Me asomo y ella me espera con esa pose que declara un estilo inconfundible, es como ver una modelo o una azafata bien preparada para actos de lujo, abro y la dejo pasar con una sonrisa cómplice, como reprimir si en mi mente no se repiten mas escenas que cuando ella me poseía o yo a ella….

Ella entra con la cabeza algo gacha y los cabellos cubren su rostro, ese gesto me preocupa y acerco un dedo hacia su rostro para apoyarlos a su barbilla y alzar así su cara a mis ojos, su gesto es algo triste y a la vez…. Una corriente crea ese magnetismo que la noche pasada me dejó en sus manos, esta vez yo la beso con algo de recato, intentando no olvidar que deseo llevarla a las termales, bueno el intento se queda en eso, sus manos frías toman mi rostro y nos fundimos en ese beso, que solo calienta mas nuestra sangre, el viento puede aullar nuestros alaridos lo pueden dejar sordo, y la noche promete mucho, en ése único beso.

En algún momento de la entrada y nuestras ropas recordé que llevaba en un bolso unos juguetes muy indicados para compartir en momentos así, las termales quedan descartadas y una nueva frontera toma forma en las ansias de tenerla en mi cama a mi merced.

Mis manos caen por su cuello y siguen la caída de su brazo, mientras su abrigo queda en la butaca, el mismo atuendo de la noche pasada, es extraño pero no le doy mas importancia, deseo verla de nuevo desnuda, y cuando rozo el traje ella toma mis manos y acerca sus caderas a las mías, meciéndose, provocando un baile sensual entre las dos, en medio de las velas, sus manos acaricias mis cabellos cortos, el contraste con los suyos claros y los míos tan oscuros es como un helado de chocolate y vainilla. Poco a poco me empuja hasta el sofá, y sus manos van retirando la bata que me protege de las corrientes, aunque de la suya no hay que temer mas que quemarme en el deseo.

Mientras mis manos se acomodan a sus senos, los cuales con los pezones erectos se dejan sostener con el aviso de los temblores que mi contacto le causan, sus manos se apoyan sobre las mías y al mirar su rostro ella se muerde tímidamente el labio, sus mejillas sonrojadas, es un delito supremo, ese pudor solo me provoca más.

La beso y con mucho cuidado hago deslizar sus tirantes por sus brazos y sin retirar mis ojos de los suyos voy desposeyéndola de toda prenda que cree una barrera entre ambas.

Su cuerpo es guiado bajo mis caricias a la parte interior del sofá, mientras mis caderas le recuerdan lo que a las dos nos tiene ahí, ella revela un gemido desprovisto de pudor y demostrando ese fuego indómito que me dominó anoche, sus piernas van dejando espacio para colocarme entre ellas, sus manos se aferran a mí desesperada, la lava que nos consumió entonces sigue palpitante en nuestro recuerdo e instintos, si de algo estoy segura es que la química que entre nosotras hay es un sueño echo realidad.

Ella no pierde el tiempo y la camisa del pijama es retirada entre tirones y arrebatos, ya sea un tiros o su boca contra mis pechos, la fuerza de su necesidad es casi agresiva si fuera otra ya le tendría miedo, pero no me importa pues si me lo permitiera a mi misma de igual manera actuaría, solo que, todavía no, primero deseo que sea completamente mía.

La ropa anda perdía por los rincones, las velas cada vez lucen menos, las voy apagando entre vuelta y vuelta de nuestros cuerpos, besos caricias mordiscos y gemidos ansiosos es la canción que va dando paso a mayores…

La brusquedad ya no es un problema por su parte, es algo que espero, es lago que incluso me agrada, la alzo abierta de piernas y la llevo hacia el dormitorio, la sostengo en el marco y ahí la voy meciendo a la vez que impulso mi pelvis contra la suya, un suspiro nace de su garganta y levanto mas sus piernas mientras le doy mas placer, sus manos se clavan en mis hombros, sus uñas como garras se hunden en ellos, y ella deja caer la cabeza hacia delante conteniéndose,  yo se que no podrá a le es imposible mostrar algo mas calmado, presiono con una mano en su vulva y la cabeza se alza de golpe tensando mas sus manos, el dolor es agudo y me esfuerzo en soportarlo, la miso y su cara desvela tan éxtasis que si me dolió antes ahora me causa placer.

La sujeto de las nalgas que quedan abiertas al entrar al dormitorio y el espejo refleja su imagen sujeta de espaldas por mi, ver esa parte de su ser expuesta a mis ojos, preparada para satisfacerla de un modo tan poco pulcro e indecente, despierta de nuevo esa fiera que duerme en mi, la pasión pura.

La extiendo a la cama intentando contenerme, no mostrar que la deseo de un modo tan indecente para muchas, y para mi, es como un nuevo cielo, abro los labios de su sexo y la acaricio con mis dedos, intento no tener prisa pero ella no tiene espera, levanta las caderas en mi busca, yo me retiro y la observo, no es consciente de su entrega, me retiro del todo, si voy a llegar mas lejos con ella que sea con su consentimiento y aceptación…

Saco de mi armario y lo dejo sobre una butaca cercana a la cama, la abro ahí y no sacó nada, lo dejo a la vista sin esperar usar nada, solo que ella decida si gusta ono, de miembros de silicona y arneses, si la atemoriza o incluso la incomoda, lo retiro y recuperare su atención y favores, suspiro a la espera de que comprenda, mientras mira alrededor y luego a mi fijamente, mi lengua se pasea nerviosa por los labios y me coloco al lado de la butaca, y doy un ligero pase con mi mano izquierda a aquello que pretendo preste atención, ella lo mira y luego frunce el ceño, mal gesto…. Se levanta de la cama, todavía le falta el aire, al andar contonea las caderas como una gata en celo, es divino, todo mi cuerpo se estremece y palpita ala vez con una visión así es para caer rendida a sus pies.

Ella se pone a mí altura y se deja caer apoyándose en mi costado, me sujeta con una mano la cintura y mira de reojo la bolsa y a mi, va de una a otra, ahora algo me dice que no le causo repulsión ni nada parecido, ella estira su mano hasta el interior y saca uno de los penes, con el me marca un sendero entre los pechos  y luego me besa en los labios, vuelve a estirar la mano a la bolsa la agarra y lanza a la cama, vuelve a mirarme directamente y si antes ardían sus ojos ahora eran mas brillantes que el sol.

Sin poder resistir ya, la tomo del cabello sujetándola y la beso, vuelvo a mirarla a los ojos y ese fuego es tan fiero como el mío, sigo asaltándola con mis instintos y mi lengua acaricia su rostro, sus orejas son devoradas por mi, y ella no me lo impide, no hace por retirarse, la vuelvo a mirar y su mirada es intensa y a la vez parece miel derretida….

Me coge desprevenida en brazos, abrazada a elle en horcajadas me lleva consigo a la cama, me echa sobre ella y la lámpara de cristales refleja en mi escenas iguales nuestros cuerpos entrelazados, su mano bajo a mi vientre y sin detenerse alcanza mi sexo, lo presiona y sujeta, la presión va aflojando a ratos y en otros aumentando el placer que se apodera de mi de súbito rompe en gemidos y ansias por sujetarla a mi, por abrazarla y no soltarla, ansío infringirle dolor…. No se si esta soy yo, tampoco me importa, en un momento que no soy capaz de soportar el placer mis uñas se clavan en ella surcando su espalda y dibujando en ella un camino de sangre, un grito agudo atraviesa todos mis sentidos, la miro espantada pensando en el daño que le he causado, ella me mira sin un ápice de dolor o temor, acerca su rostro al mío, y con los labios entre abiertos sobre mi rostro, me penetra fieramente, mi cuerpo palpitante todavía la acoge, no sin pagar el precio de la fuerza con la que templa mi cuerpo.

La bolsa a mi lado es sacudida con un movimiento urgente, y su mano calida es sustituida por un miembro que alcanza la profundidad de mis entrañas, recordándome a cada entrada los límites de mi carne….

Sus manos respondieron expertas a las reclamaciones de mi cuerpo, su mirada siempre fija en la mía, aun cuando yo me dejara ir cerrando los ojos, ella no perdía detalle, eso era deseo, me hacia sentir deseada, hermosa y a la vez entregar mas allá de mis limites, llegando a plenitud una y otra vez al clímax… sus caricias quemaban de un modo que con un roce deseaba mucho más, sus besos me devoraban robándome el aliento, mi mente no tenia descanso en cada oleada que me poseía, simplemente era suya para cuando deseara.

Mi cuerpo ya sin fuerzas dejaba escapar un ultimo gemido abnegado en un suspiro que extinguía todo intento de dar más de sí, mis ojos atentos a los suyos denotaban cansancio y a la vez en mí vivía todavía un propósito, devolverle todos los placeres otorgados y alzarla al paraíso, y finalmente hacerla mía como un animal, pues si ella con forma humana me había devorado una y otra vez con todo su ser, yo deseaba mucho más.

Sus besos volvieron a mi tornándose dulces y apaciguadores, mi sangre ardía lo suficiente para voltear la situación, la sujeté por las nalgas con ambas manos y la mantuve prieta a mi pelvis  mientras mi cuerpo tomaba de ella sus primeros suspiros, sus ojos denotaban sorpresa, y mi regocijo fue completo pues la tenia donde deseaba, mi mano derecha se iba acercando a ése lugar prohibido que los griegos veneraban en los placeres livinidosos, un lugar poco acogedor para muchos,  pero todo una cumbre de nuevos placeres…

Sus pechos reposan sobre los míos mientras sus hombros se encogen, no voy a ceder deseo mas que nunca tomar a una hembra por detrás, si ella no gusta en un momento que vea que no disfruta la dejaré, no soy violadora, pero en esos momentos no va a escapar a mi presión.

Su cuerpo en un principio tenso a mi exploración va relajándose con una respiración entrecortada, la bendición ha llegado dotada de muchas sorpresas, ella no se agita con rabia ni patalea o grita, esta tomando aire y esperando a que intente penetrarla más, aparto mis manos de sus nalgas, si realmente es lo que presiento, que ella me suplique complacerla, sus gemidos cesan de golpe, me mira y en su rostro un deje de incomprensión que cambia en unos segundos a otro de frustración y rabia, sus manos caen sobre mi pecho una primera vez, a la segunda la sujeto de las muñecas, su rabia aumenta y gruñe con una especie de desesperación que me excita todavía más…. Tiro de ella y la tumbo debajo mía, intento contenerla pero me puede la excitación que ha despertado en mí la beso con su propia rabia y mis caderas van meciéndose sobre las suyas, una fricción animal, sin perdón ni freno…

Mis labios son mordidos mientras mi mano busca en la bolsa aquello que más falta me hace y deseo en esos instantes, al fin lo sujeto y tiro de él, una vez fuera dejo de besarla pero no de contonearme mientras sujeto en mis manos el arnés, lo coloco en mi cadera sujeto por detrás y voy sujetando el mismo desde sus otros puntos, un pene firme se yergue sobre mi pelvis, la sensación es imponente y una parte de mí se hace más dura y ardiente con la simple idea de poseerla con el fruto de mis delirios….

Así me mantengo frente a ella, sus ojos fijos en ese miembro sujeto a mi ser y en cierta manera parte de mi ser de una manera casi indescriptible, sus manos tímidas se acercan a este, lo rozan, lo presionan, su lengua acaricia sus labios y esa palpitación ya familiar se apodera de nuevo de mi para estallar en un rugido en el mismo instante que ella toma con su boca mi miembro y lo saborea y masajea, lo acaricia con su lengua dejando escapar ligeros gemidos, no aguanto más, la empujo de los hombros al lecho y me echo tras ella encima, mi cuerpo hace presión sobre el suyo manteniéndola donde deseo, y con cuidado busco la entrada a su sexo, sus piernas se abren acogedoras y la penetro, primero hasta donde puedo y luego tras varios intentos lo más profundo siendo recibida con gemidos de placer, me mezo de dentro para fuera en un baile constante, sus caderas se alzan y mi ritmo se hace más cruel y fortuito, sus manos se ciernen a mi espalda y sus dedos me arañan en un fiero intento de agarrarme con todas sus fuerzas hasta que un grito profundo y fuerte resuena apagando el silencio de la noche con su voz, no paro todavía sigo pero dejando poco a poco ese ritmo tan enloquecedor y volviendo a uno mas lánguido, tras su cuerpo dejarse caer extenuado, salgo de ella y con mis manos abro sus piernas alzando las rodillas, saboreo el éxito de mi esfuerzo mientras paseo mi lengua por ese punto que todavía me obsesiona….

Sus caderas de un modo instintivo responden a mis incursiones con suavidad, luego mis dedos exploran con mas revelación de mis intenciones y un gemido me atraviesa por dentro, esta muy excita y me recibe complaciente, me coloco sobre ella y lo intento, no se niega pero cuesta, poco a poco lo intento y en una que ya meto un poco y ella gime, alza las caderas empujando y sola se penetra, dejando las mías bien unidas a su ano…..

Sus caderas rotan de un lado para otro, yo aguanto no me muevo, estoy hechizada por sus movimientos y sus gemidos, cuando una embestida firme me coloca totalmente en su interior me mezo, probando que puedo hacerlo sin dañarla y…. no tardo en estar cabalgándola sin apremio, sus gemidos me guían, me incitan y provocan, no mando, es mía y a la vez ella manda…..

El tiempo es insustancial, el agotamiento no tiene poder, simplemente su cuerpo entregado y sudoroso dejándose tomar por detrás y el goce supremo existe, cuando mi cuerpo esta apunto de darlo todo de alcanzar el cielo, el infierno, la plenitud, la abrazo y un grito fiero arranco de mi pecho como si mi alma dejara escapar todo cuanto llevase en su interior, la llama que me sujetaba antes de caer sobre su cuerpo exhausto, ya no arde, pero si una calidez y felicidad que jamás conocí antes, deseo seguir así con ella, deseo mas que unas sabanas frías a la mañana, deseo un lecho lleno de carias y cariño y entrega a su lado.

La miro mientras ella descansa de nuevo con los ojos cerrados, es mía esa noche, es increíble, una diosa, un ángel y un demonio en la cama, y ni siquiera conozco su nombre… mañana he de saber mas de ella no la he de dejar ir sin conocer su nombre, si tiene a alguien, si gustaría de pasar mas tiempo a mi lado, no se si la deseo, si la ambiciono, o si quiero algo mas importante a su lado, pero lo que si es seguro es que no deseo perderla.
  
TRANSITO

Frío, otra vez mis ojos se niegan a abrirse, mi mente a reconocer que siento mucho frío, que ya no hay calidez a mi lado, que el fuego se extinguió el de leña y el de mi interior…

No me atrevo a abrir los ojos y descubrir su ausencia otra vez, a volver a esperar a la noche para tenerla en mis brazos unas escasas horas, y luego volver a sufrir este frío que es martirio de su marcha….

¿Qué la aleja de mí?, otras obligaciones quizás, puede que una pareja inocente de sus preferencias, puede que secretos o quizás el no querer ligarse a mí…

Un retazo de recuerdos atraviesa mi adormilada mente, puede que tan entumecida como mi cuerpo, las fábulas de muertos del día anterior, los intereses del espíritu errante, una sonrisa se me escapa al pensar en deleitarme en una fantasía tan infructuosa, pero bueno una respuesta muy imaginativa por no reconocer la verdad, no le importo nada.

Abro finalmente los ojos y no me equivocaba, la habitación aparece vacía a excepción de mi, fría como ella que va y viene sin mostrarme mas allá que su ansia de mí, con renuencia me levanto, el dolor me sorprende, todo absolutamente todo me hace crujir y respingar de dolor, estoy rota de agotamiento, me ha chuflado la vida, toda mi energía se fue en sus brazos a cambio de sus caricias, y con todo se marchó, miro el baño dudosa, y me niego a bañar de nuevo, busco prendas de abrigo apenas me arreglo los cabellos y los oculto bajo un gorro de lana, casi sin mirar a mi alrededor cojo las llaves y vuelvo al comedor en busca de ella o de alejarme de los restos de una noche de pasión….

Casi sin darme cuenta he llegado de nuevo al gran comedor, ya no parece el mismo lugar acogedor del día anterior, la gente pasa a mi lado sin saludarme siquiera, las chicas de las cartas ni reparan en mi, se podría decir que soy ignorada por completo, tampoco es que me preocupe, paseo de un lado para otro, me acerco a tomar un café pero miro al camarero y se me quitan las ganas, está mirando con lascivia a una cría de unos 16 años y ésta lo rehuye intuyendo el peligro, me dan ganas de romperle la cabeza, desisto mientras ese calvo no la toque, no veo razón para hacer que me echen….

Con todo sigo vigilándolo, la luz es mortecina y el ambiente se me hace triste dirá incluso que decadente, es como si no fuera parte de esa escena, sigo a la chica a un salón adyacente donde se aleja de la vista del pervertido, ahí se reúne con unas chicas que escuchan con atención la incomodidad y temor de la muchacha ante el individuo que la vigila, las otras alzan la vista contra éste y abrazan a modo de protección, una de ellas se ríe como si la cosa fuera broma, una incrédula, presa fácil para un depravado como ése.

El mal nacido se ha percatado y se aleja no sin antes echar una mirada a la otra chica que se ha reído, ya puesto su atención en la otra y por supuesto sus intereses, una cólera interior me recorre por dentro pero he de aceptar que si el no se expone nada puedo hacer. Sólo estar pendiente, supongo que me es imposible evitar sentirme protectora con las más jóvenes…

Una sombra recorre la estancia como un resplandor, sus cabellos, juraría que he visto lucir bajo la lámpara los cabellos que acaricié la noche pasada, un impulso me guía tras su presencia, buscándola, en un principio no lo consigo pero al cabo de un desquiciante ir y venir me topo con su mirada, es como ausente, como si nada de lo que nos rodea estuviera realmente, los colores son tristes ya no poseen ese lujo de alegría de antes, algo ha cambiado.

Ella posa sus ojos en mi, su mirada es fija e inexpresiva, es como si supiera que aquí estoy y a la vez ya nada importara, me acerco, abro la boca para saludarla pero me es imposible pronunciar palabra, una tenue sonrisa con aire triste asoma a sus labios, mientras me observa con un deje de comprensión e intriga, ese ultimo efecto me inquieta….

“piensa en las palabras e imagínate pronunciándolas….”

Es como un pensamiento que se repite, sin embargo no es mi voz, posee un tono de dejadez y melancólico, con un toque dulce y muy tierno… será su voz…. ¿cómo podrá ser?, una sonrisa cómplice sustituye la anterior, sin hacer ruido se ha situado delante mío rozándome sus labios prácticamente besando los míos, tentándome….

“piensa en las palabras e imagínate pronunciándolas….”

Obedeciendo sin realmente saber por que sigo los pasos como una niña sigue las instrucciones de su profesora…

“Dime tu nombre….”~ es mi voz, carece de la acentuación y potencia de antes, como si me faltaran las fuerzas, el aire, la vida…

“Ariadna, volvamos a la cabaña.”

Es una afirmación, como si no hubiera contradicción a una orden no pronunciada, bajo un tono cómplice. Toma mi mano y sujetándola tira de mí, casi sin poder frenar el avance ella me arrastra, los escenarios pasan casi sin ser advertidos ante mis ojos, a una velocidad vertiginosa, de pronto ella para en seco conmigo a su lado, volvemos a estar en la sala dónde nos conocimos, no recuerdo abrir la puerta, tampoco que ella lo hiciera… su mano se deja caer en mi hombro empujándome, me guía al dormitorio y un miedo casi indescriptible me atenaza, no tengo valor algo muy malo ha sucedido en ésa habitación,  algo que presiento y a lo que no quiero poner nombre, tampoco reconocer, me giro y la miro dubitativa casi pidiendo a gritos socorro, deseando que ella me acompañe, posiblemente por que algo me dice que es la única a laque puedo acudir…

Ella se acerca de nuevo con su rostro pétreo, casi ausente de emociones excepto por esos ojos repletos de tristeza, vuelve a guiarme al dormitorio apoyando sus manos en mis hombros, su voz resuena como un susurro triste en mi mente, casi igual que la primera vez pero esta vez con más claridad.

“Lo siento, tras dormirte te uniste en alma a mi, dejaste la vida abrazándome… acudí cada noche por que en tu aura se definía pocos vestigios de vida, y yo siempre…. Siempre te miré de lejos sintiendo todo mi mundo en ti y a la vez perdiéndote cada vez que volvías a tu vida, te espere cada anochecer a que volvieras aunque fuera a conformarme con mirarte, y al percibir tus escasos momentos los quise pasar a tu lado, perdóname si te he hecho sufrir.”

Mi rostro formó una mascara de incredulidad ante la palabra que se formaba en mi mente, luego desesperación y terror y en ése mismo instante sus brazos me rodearon, era como si me protegiera de mi misma y a la vez temiera perderme, luego me sentí tan reconfortada comprendiendo algo, no fallecí sola, ella se quedó a mi lado y lo que es más ella seguiría a mi lado en esta segunda vida, quizás distinta pero a su lado y lo más importante era lo único que yo de verdad quería, parece que me enamore de un fantasma para caminar a su lado en mi extinción.

“Mariam, ¿éstas bien?”

“Sí, simplemente he descubierto que desde que te conocí hace un par de noches, comparto el mismo sentimiento y me frutaba que desaparecieras cada mañana, yo ya quería estar contigo, aunque me cueste todavía comprender”.

“date tiempo”

Me saca de allí evitándome seguir mirando mi cuerpo sin vida y azulado sobre las sabanas, toda una escena para quien me encuentre, pues sigo totalmente desnuda. Me vuelve a arrastrar y el siguiente lugar que descubro ante mi son las aguas termales casi ocultas en la montaña, está amaneciendo y unos tonos anaranjados se reflejan en sus aguas, a ésas horas no hay nadie en los alrededores y con una sonrisa se sumerge invitándome a acompañarla, bueno a fin de cuentas voy sin ropa y tampoco la necesito… 

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