Esperamos tu historia corta o larga... Enviar a Latetafeliz@gmail.com Por falta de tiempo, no corrijo las historias, solo las público. NO ME HAGO CARGO DE LOS HORRORES DE ORTOGRAFÍA... JJ

Así lo quiso el destino - Daniells





Capítulo 1


Prefería caminar antes que abordar el afolado bus en las mañanas y como aquella no era la excepción, se dirigia hacia la sede de la universidad sin mucha prisa, ya que tenía tiempo. Mientras caminaba por la acera, pensaba en lo afortunada que era por tener una vida simple y confortable, sus padres la adoraban, iba en tercer año de su carrera y tenía un novio que era un amor de chico, ¿Qué más podía pedirle a la vida? Se preguntó sonriéndoles a dos niñas de primaria que pasaron junto a ella. ¿Qué más podía pedirle a la vida? Nada, eso era cierto, pero tal vez la vida, si podía darle a ella algo que necesitaba sin siquiera saberlo.




Treinta minutos después llegó a la sede de la universidad y decidida a enfrentar un nuevo día subió las escalinatas, donde chicos y chicas de diferentes años se encontraban y saludaban con besos y abrazos. Ella también tenía amigos a los cuales vería unos minutos más tarde ya que antes tendría que pasar por la secretaria para entregar unos documentos. Mientras caminaba por el corredor de casi dos metros de ancho y largo más de lo que cualquiera imaginaba, se dispuso a sacar los papeles de su bolso para ganar tiempo al llegar a la secretaria. Ya casi llegaba a la puerta cuando su pulsera se atoro con las llaves y en un intento por sacarla del bolso no se percató de la persona que en esos mismos instantes salía de secretaria - el impacto fue inevitable y como si fuera  a camara lenta su bolso cayó al suelo liberando su mano de las llaves.
- Lo siento, lo siento mucho – Intento disculparse mientras recogía su bolso y se ponía de pies.
- No te preocupes, no me paso nada. ¿Pero estás bien? – Le preguntó la voz dulce y suave de una joven que sin ella advertirlo le observaba con curiosidad.
- Sí, sí. Tampoco me paso nada – Contestó ella al mismo tiempo que alzaba su mirada para quedarse perdida en uno ojo de color miel.
Durante una milésima de segundos permanecio en silencio, hechizada por aquella mirada tan profunda que le hicieron desear cosas prohibidas y absurdas en ese momento.
- Perdón yo, yo...- intento decir. Pero las palabras no salían de su boca mientras su mirada aun permanecia en la de aquella extraña y enigmática chica.
- Veo que no estás lastimada así que sí me disculpas tengo que pasar – Le contestó la joven haciendole ver que aun estaba en medio y le impedia el paso.
- Claro – Dijo haciendose a un lado para que su desconocida interlocutora pasase - Lo siento – Susurró mientras ésta pasaba a su lado y por un segundo creyó ver una sonrisa aparecer en los labios de color rosa de aquella mujer.
...
Tras aquel encuentro y luego de entregar los documentos en secretaria se dirigio al segundo piso donde se encontraban las aulas de periodismo, que era lo que ella estudiaba, pero mientras subía las escaleras, su mente regreso y recordó el rostro de aquella chica e inconscientemente se preguntó ¿quién era? estaba segura de no haberle visto antes por la sede, así que eso significaba que no estaba en la uni, además no era muy mayor, con lo mucho tendría dos o tres años más que ella. También tuvo que reconocer que era muy bonita y aun cuando a ella no le interesasen las mujeres, sabía reconocer la belleza fuera en un hombre o en una mujer.
Al llegar a su clase de historia se encontró de inmediato con Jessica, su mejor amiga desde la primaria y practicamente su hermana, ya que ella era hija única. Jessi era una chica simpática, medio alocada, pero de muy buenos sentimientos, y ella la adoraba. Se sentó junto a ésta y espero a que el profesor comenzase a explicar sobre la historia del periodismo investigativo, que era lo suyo, pero esta vez, aun y cuando historia era una de sus asignaturas preferidas, paso gran parte de la hora mirando fijamente la luz sobre el pizarrón. Su mente no estaba en la lección, ni pensando en su novio Jorge como a veces le sucedia, sino soñando despierta y recordando aquella mirada, aquellos ojos que habían literalmente traspasado su alma y llegado a lo más profundo de su ser, aquel lugar donde nadie antes había llegado, ni siquiera Jessi que era su amiga del alma.
- Oye Malu, ¿qué si vienes a tomar un café? – Le pregunto Jessi tocandola del hombro para sacarla de ese mundo de sueños en el que se encontraba.
- ¿Qué? – Preguntó sorprendida viendo como todos sus compañeros recogían sus libros y cuadernos e iban dejando el aula.
- ¿A ver dónde andabas Lunita? – Pregunto Jessi burlona mientras terminaba de recojer sus cosas y se colgaba su bolso del hombro – ¿Supongo que ni preguntarte si me has escuchado la última media hora verdad? – Volvió a decir su amiga y ella se sintió un poco avergonzada por no haberle prestado atención.
- Lo siento, no sé que me pasa esta mañana – Fue su respuesta mientras recogía sus libros y se ponía de pies.
- Esta bien, anda venga, vamos a tomarnos un café, yo lo necesito y creo que ¡tú más! – Dijo soltando una carcajada como sólo ella sabía hacer.
 Jessica era alta, tenía el cabello castaño oscuro y rizado, además de los ojos negros, era bonita y por ende tenía muchos chicos detrás de ella a los que por supuesto ella sabía controlar. Ella, por el contrario no era muy alta, tenía el cabello rubio con mechas doradas y de color miel, a diferencia de los rizos de Jessi, ella tenía el cabello lizo cosa que no le agradaba para nada, además de los ojos verde azulados que cambiaban a diferencia de su estado de ánimo y del estado del clima.
- Sí, es verdad – Afirmo mientras caminaban por el pasillo hacia la cafeteria de la sede, una amplia sala con mesas y un bar donde ofrecian un variado menu desde café, capuccinos, jugos, refrescos hasta pizzas y bocaditos, también tenían frutas frescas y ensaladas.
Mientras Jessi se encaminaba a la barra para pedirle dos cafés con pana al chico que atendía ese día, ella se sentó en una mesa cerca de los ventanales y se quedó mirando el parque de la sede y como si fuese una imagen pegada a su mente, volvió a recordar la mirada de la enigmática chica.
- ¿Malu te encuentras bien? – Preguntó su amiga al llegar a la mesa con los cafés en vasos de cartón, de esos para llevar.
- Sí, sí ¿por qué? – Contestó ella recibiendo el vaso y bebiendo el contenido, adoraba el sabor del cafe con la pana, se dijo mentalmente mientras bebía otro sorbo bajo la mirada interrogativa de Jessica – Que sí venga, no me pasa nada – Enfatizo con una sonrisa y Jessi asintió no muy convencida. Malu era una persona transparente y no sabía mentir muy bien, mucho menos dismular cuando estaba preocupada por algo, pero como siempre decidio darle espacio y esperar a que fuese ella misma a contarle.


Capítulo 2


El resto de la mañana prosiguió como de costumbre, luego de la cafeteria se fueron a sus clases de Humanidad, inglés y español, y aun cuando Malu trato de concentrarse en lo que sus respectivos profesores decían, le fue bastante difícil. La tarde no fue menos difícil que la mañana, al salir de la sede, ella y Jessi se fueron almorzar en un restaurantico que quedaba muy cerca y en el que servían la mejor comida mexicana de la ciudad, como no habian ido solas, sino con otras dos compañeras de su curso, Jessi no quiso preguntar más acerca de lo que le preocupaba y lo dejo pasar, más al ver que ella comenzaba a relajarse y aparecía la chica de siempre, dulce, sonriente y hasta un poco ingenua..

Cuando salieron del “Rápido González” porque así se llamaba el local, se despidieron de sus compañeras y caminaron unas cuantas manzanas hasta llegar a la parada del autobus de Jessi, ya que su casa estaba distante de la sede y ella sí que no soportaba caminar. Con dos besos en la mejilla se dijeron hasta mañana y ella emprendió su camino a casa, pensando aun en aquella mujer y su misteriosa mirada.
La noche no fue menos abrumadora por aquel pensamiento mas después de cenar con sus padres como buena familia e irse a su cuarto para leer algunos apuntes que necesitaba para el otro día. Con los cuadernos sobre su cama y una música lenta de fondo Malu se sorprendió en más de una ocasión pensando otra vez en lo mismo.
- ¿Se puede saber qué te pasa? – se preguntó enojada consigo misma y esperando que hablar con su novio le calmase los pensamientos tomó su celular de la mesa de luz y marcó el número. Dos, tres tonos y la secretaria, Jorge no respondia y eso la enojó más. Se levantó de la cama, recogió los cuadernos y se metió bajo las sábanas esperando que dormir ayudase en algo, cosa que no sucedio pues nada más cayó en los brazos de morfeo, su mente comenzo a crear sueños prohibido y la vez deseados en su inconsciencia.
Pero  sin embargo ella no fue la única en tener esos sueños, ya que su misteriosa desconocida tambien. En su habitación, en su cama, Dani no lograba concentrar el sueño y no por falta de este sino por cierta imagen que había estado apareciendo en su mente durante todo el día. Los rasgos de niña y aquella ingenua mirada de ojos verde azulados la habían atormentado durante todo el día y no lograba entender ¿por qué? Ni siquiera la conocía y estaba más que segura que aquella joven no estaría interesada, así que lo mejor era olvidarse de ella antes de que pudiera sucederle de nuevo, cosa que no quería porque su corazón apenas estaba sanando. Por última vez se giró en su amplia cama matrimonial y suspirando profundamente se prohibió volver a pensar en eso.
Como si fuese tan simple se dijo, tres días después mientras revisaba unos documentos sentada en el comedor de su casa. La casa que estaba en completo silencio le susurraba una y otra vez el rostro de la chica y su corazón se aceleraba nada más de pensar en si pudiera ser...
Por su parte, Malu no lo había pasado muy bien en esos días por culpa de una mirada que la había desnudado dejándola con miles de preguntas sin respuestas. Para colmo no había visto a Jorge en esos tres días porque estaba en exámenes.
- Malu, ¿vas a venir esta noche? – le preguntó Jessi mientras caminaban a la salida de la sede esa tarde tras sus clases.
- ¿Esta noche? – preguntó con cara de no saber qué pasaría esa noche.
- Si, es el cumpleanos de mi prima, recuerdas, la que vive en Milano, vamos a celebrarlo fuera y quiero que la conozcas - le recordó Jessi entusiasmada con la idea. Ella no conocía a la prima de Jessi pero tenía entendido que vivía en otra ciudad y que solo pasaba algunos meses al año en casa. Jessi la idolatraba y tenía que ser alguien realmente fantástica porque eran pocas las personas a las que Jessi les demostraba tanto cariño.
- Supongo que sí, primero déjame decirle a Jorge, ya sabes que anda en exámenes – contesto sacando su celular de su bolso y marcando el número de su novio. Al segundo tono Jorge contestó y tras una plática de casi diez minutos Malu cerró la llamada. – Jorge no puede venir – fue lo único que dijo y se sintió triste, desde hacia ya varios días ella y Jorge casi ni se veían y sabía que era por culpa de los exámenes porque su novio la queria mucho, pero aun así se sentía sola.
- Pues ni modo, ¿pero tú si vas a venir? – más que una pregunta fue una afirmacion y ella se encogió de hombros.
- No lo sé, es que...
- Es que nada, no sólo seremos nosotras, tambien unos amigos de mi prima y la vamos a pasar súper – rebatió Jessi y ella acepto.
- Está bien.
- Bien, pasare a buscarte a las nueve, Dani nos lleva en su coche – añadió Jessi.
Al llegar a su casa, se encontraba un poco cansada por lo que se recostó un rato, sólo que no durmio una hora sino tres y para cuando su madre le desperto eran las ocho pasadas.
- ¿Malu no vas a cenar? – le preguntó su madre desde la cocina y ella asomando solamente su cabeza a la puerta le contestó.
- No, Jessi pasara por mi a las nueve y ya estoy tarde – y sin más se metió al baño, se duchó y se lavó la cabeza. Al salir se instaló frente a su armario y con ambas puertas abiertas se propuso encontrar algo adecuado para esa noche, por alguna razón sentía que debía ir bien aun cuando no conocia ni la mitad de las personas. Bueno ni siquiera conocia a la festejada. Optó por unos jean de color negro bien pegados al cuerpo, un top rojo con una cinta negra que pasaba bajo sus senos y les hacia realzar estos, escogió unos zapatos de tacón 10, rojos con piedras negras y completo con unos aretes que colgaban en forma de lágrimas y pulsera a juego. Cuando se miró al espejo le gustó la imagen, se soltó el cabello y se lo peinó con el secador tratando de darle un poco de forma, no logró mucho pero al menos no le habían quedado completamente lisos sino más bien un poco ondulado. Se maquilló delicadamente y se aplicó brillo natural para los labios. Estaba metiendo su celular y monedero en la cartera negra que llevaría cuando sonó el timbre de la puerta. Su madre recibió a Jessi con un beso y de inmediato le preguntó por sus padre, esta le contestó amablemente y tras preguntar por ella se dirigió a su cuarto.
- ¡Lista! – exclamó en la puerta del cuarto.
- Supongo – respondió ella girándose para que su amiga la viese.
- ¡Wuao! ¿Qué te has hecho? – preguntó Jessi que iba vestida con un vestido negro a forma de top, unos sapatos del mismo color y su cabello rizado libre al viento.
- ¿No estoy bien? – preguntó un poco insegura pero al ver que su amiga sonreia se relajo.
- Bien, no, estás genial, creo que Jorge se arrepentira de no haber venido esta noche – bromeo Jessi – pero venga, vamonos que Dani nos esta esperando.


Capítulo 3

Por extrañas razones Malu se sintió nerviosa de conocer finalmente a la prima de Jessi y tras despedirse de su madre con un beso en la mejilla salió de la casa. Un auto de color azul intenso estaba estacionado frente a la acera de su casa y cerca de este había una joven hablando por su celular.
- Si ya estamos en camino – decía la mujer que aun no había reparado en su presencia. Mientras más se acercaba Malu sintió como le temblaban las manos y se llamo “tonta”. La prima de Jessi no le iba a comer ni nada por el estilo, era una joven como cualquier otra, eso si súper elegante. Llevaba un vestido azul oscuro, con mangas tres/cuarto, su cabello suelto le caía en ondas bien definidas por toda la espalda y calzaba unos zapatos de tacón alto a forma de botas al tobillo, eran extraños pero muy elegantes.

- ¡Listas! – exclamó Jessi y su prima terminó la llamada y mientras guardaba su teléfono celular en una pequeña bolsa a juego con los zapatos se giró hacia ellas. El tiempo tuvo que haberse detenido por lo menos unos diez segundos en el momento en que su mirada se encontró con la de Malu, no podía creerlo, era la misma chica de la secretaria y estaba hermosa en aquellas ropas.
- Dani, María Luna – presentó Jessi sacándolas a ambas de su sorpresa.
- Mucho gusto – dijo Dani y estirando su mano espero a que esta la estrechase.
- Malu, ella es Daniela, mi prima – Aun sorprendida y maravillada de lo pequeño que podía ser el mundo estiró su mano la estrechó con la de Daniela. Su piel era suave, pensó en los segundos que tuvo estrechada su mano, mientras su piel experimentó una sensación de frio.
- ¡Felicidades! – fue lo único que pudo decir Malu retirando su mano para calmarla bajo la otra.
- Gracias – respondió Daniela sonriendo fugazmente mientras caminaba al lado del conductor – ¿Nos vamos? – preguntó y Jessi tomándola de la mano le hizo entrar en el auto.
Mientras el auto se movía por las calles, las luces de neón iluminaban el interior y en esas ocasiones Dani aprovechaba para mirar hacia el asiento trasero donde la niña con cara de ángel iba sentada, en más de una ocasión sus miradas se encontraron y Malu fue la primera en retirarla de espejo, no sabía porque pero verse en los ojos de Daniela le provocaba que su cuerpo temblase y no porque sintiese frio.
Al llegar al local, Dani estacionó el coche en el parking privado y juntas se encaminaron a la entrada de la disco. Daniela iba delante y ella y Jessi la seguían muy de cerca. Entonces al llegar frente a la puerta un grupo de jóvenes más o menos de la edad de Daniela se abalanzaron sobre ella, haciéndole explotar serpentinas y sonando trompetillas de cumpleaños.
- ¡¡¡Felicidades!!! – gritaron todos en coro y luego uno a uno fue besando a la festejada. Jessi le hizo apresurarse para unirse al grupo pero ella se quedo un poco apartada cuando su amiga comenzó a saludarlos.
- Esta es Malu, mi mejor amiga – dijo tras haber saludado a cada uno de los presentes.
- Hola – saludo ella tímidamente y para su sorpresa los amigos de su amiga la acogieron con besos. En tan sólo unos minutos ya conocía el nombre de todos. Marcela, Isabel y Sara eran las amigas de infancia de Daniela, mientras que Ricardo y Rafael los novios de Marcela e Isabel. También estaban David y Sasha, dos colegas de trabajo de Daniela. Tuvo que reconocer que todos eran muy simpáticos y que le caían muy bien.
 Una vez dentro del local ocuparon dos mesas cerca de la pista y de inmediato comenzó la fiesta. Lo primero fue una pequeña sorpresa para Daniela, ya que ni siquiera se imaginaba que sus amigos le harían la torta que llegó acompañada de tres botellas de champagne y chispeantes luces de cumpleaños. Riendo Daniela las apago e hizo los honores repartiendo un pedazo para cada uno, mientras Ricardo y Rafa destapaban las botellas en medio de una música disco que daban ganas de bailar. El brindis fue hecho entre risas, pero a pesar de todo Malu evitaba mirar directamente a Daniela quien no dejaba de verle con su sonrisa y sus labios tan sensuales. ¿Qué le pasaba? Tal vez fuera la bebida se dijo Malu tras haber bebido dos copas, porque no dejaba de imaginar cosas sin sentido, cosas en las que nunca antes había pensado. La música no dejaba de escucharse, entonces el dj puso un tema que iba muy de moda y los chicos casi corrieron a la pista para bailar. Marcela y Ricardo bailaban muy junto al compás de la música, también Isa y Rafael, Jessi lo hacía con David y Sandra intentaba hacer bailar a Sasha que como ella se había quedado sentado. Entonces una voz llegó y la sorprendió.
- ¡Ven a bailar! – gritó Daniela frente a ella que con una mano extendida le invitaba a unirse en la pista.
- No gracias, no me gusta bailar – respondió ella también en voz alta para hacerse sentir.
- ¿Qué? – preguntó Dani fingiendo no haber escuchado bien para acercarse un poco más y funciono porque Malu se puso de pies y acercando sus labios al oído de Dani le repitió.
- No me gusta bailar. – aquello le dio oportunidad a Dani de aspirar su olor, cosa que había deseado desde que se habían montado en el coche pero tenía muy claro que aquella chica no estaba interesada.
- No importa, venga es mi cumpleaños y ¡quiero que bailes! – exclamó tirándola de la mano y Malu no pudo negarse a su mirada dulce. Como si la música se apoderase de su cuerpo y su mente bailó al compás del ritmo sin pensar en nada más, en aquellos momentos sólo existía ella, la música y la mirada de Daniela que no dejaba de verla. Y le gustaba, si le gustaba que Daniela la viese de aquella manera aun cuando en lo más interior de sí sabía que no era correcto.
Tres canciones después regresaron a las mesas y pidieron otra ronda de bebidas, esta vez no fue champagne sino que cada quien optó por lo que quería. En unos minutos los chicos aparecieron con las manos llenas de cervezas, mojitos, cubalibre y quien sabía que más. Ella no estaba acostumbrada a beber por lo que sólo había pedido una coca cola, para evitar pasarse de tragos cosa que no le gustaba ni en lo mas mínimo.
- ¡Salud! – propuso David. – ¡Por Dani! – y todos alzaron sus tragos y brindaron.
- ¿Qué tomas?- Le preguntó Daniela que por petición de su prima había cambiado lugar con esta.
- Coca – contestó ella y Daniela sonriendo negó con la cabeza.
- Coca, ¡¡NO!! – y quitándole su vaso lo cambio con el suyo. – Ten esto es mejor – le dijo y espero a que ella bebiese. Daniela bebía mojito pero demasiado subido de alcohol pensó al sentir como su garganta experimentaba un calor sofocante. Entonces sin evitarlo tosió.
- Lo siento, no estoy acostumbrada a beber – se disculpo devolviéndole el trago a lo que Daniela sólo sonrió y acaricio su cabello. Ante el gesto Malu no se sintió extraña sino cómoda y alagada.
- ¡Me gusta! – comento Dani, pero antes de que ella pudiese preguntar a que se refería Sandra la tomo de brazo y se la llevo a la pista para bailar nuevamente.
La noche continuó de aquella manera, bailaban, se miraban y tomaban, ella reía con los amigos de Dani y con Jessi quien tras una canción regreso de la mano de David para sentarse luego en sus piernas.
- No te atrevas a preguntar – le advirtió Jessi riendo cuando David y Sasha se alejaron para buscar más bebida.
Daniela también había ido tras David y Sasha para ayudarles con las bebidas y para decirle algo a su amigo. Cuando regresaron Daniela reía abiertamente y ella se quedo hipnotizada por aquella sonrisa, no sabía explicar que le pasaba con aquella mujer pero estaba segura que nunca antes había sentido tal confusión, temor, excitación y deseo a la vez como lo que sentía cada vez que Daniela le veía.


Capítulo 4

Pasaban de las tres de la madrugada cuando tras estar bailando decidieron regresar a las mesas, sólo que esta vez Daniela no regreso con ellos e inconscientemente se preguntó donde estaba mientras que con la mirada trataba de individualizarla tras las personas de la pista, cosa imposible ya que la disco estaba súper llena. Luego se dijo a sí misma que no le interesaba, dónde o con quién estuviese Dani, ella era libre y podía hacer lo que quisiese, ¿pero por qué pensar en que podía estar con un chico no le hacía tanta gracia? Y por el contrario le provocaba algo muy similar a los celos. Tenía que ser la bebida, se dijo “sí, era eso, había tomado demasiado y ahora su celebro le hacía pensar cosas que no eran”. Levantándose  de su sillón se acerco a Jessi y le dijo al oído que iba al baño.
- ¿Quieres venir? – le preguntó su amiga y ella negó con la cabeza. Jessi y David parecían muy ocupados y ella no quería molestarles así que sola se abrió paso entre la gente y se encaminó al lavado de mujeres, la imagen que sus ojos captaron al entrar en este fue impactante, cerca de uno de los lavados habían dos chicas casi besándose, al ver la escena sintió pena de estar allí viéndolas así que pensó en regresarse a la mesa pero entonces reconoció en una de estas a Daniela y sintió como los celos crecían dentro de ella. Como no se había dado cuenta antes se dijo saliendo como alma que lleva el diablo. ¿Estaba enojada, pero por qué? Se pregunto mientras caminaba al bar empujando las personas a su paso. No sabía a ciencia ciertas pero necesitaba un trago el más fuerte que tuvieran. El barrista le sirvió un vodka y de un solo trago lo termino, su cabeza le daba vueltas y sintió que sus ojos se humedecían. No entendía que le pasaba y porque se sentía engañada por alguien que evidentemente no conocía y que era muy diferente a ella. Pensó en pedir otro trago pero se detuvo. Alejándose del bar camino de regreso a donde el grupo.
Los chicos estaban en la pista así que se sentó en uno de los sofás y se cruzo de brazos. Evidentemente ya no se divertiría esa noche.
Cuando todos regresaron, incluso Dani, Malu parecía enojada y su amiga trato de descubrir el por qué, sólo que fue inútil.
Sin que nadie lo notase, Malu veía a Dani con rabia, una rabia que ni ella misma podía comprender.
Un rato más tarde Dani y sus amigos decidieron que era hora de irse así que recogieron sus cosas y se encaminaron a la salida de la disco. Una vez fuera, se despidieron entre sí. Marcela, Isabel y sus respectivos novios fueron los primeros en marcharse, luego Sasha se ofreció para llevar a Sandra y esta sonriendo acepto. Se despidieron de Dani, de Jessi y de ella y se fueron por el coche. Ya sólo quedaban ellas tres y David.
- ¿Daniela crees que sea un problema si Jessi se queda en la casa esta noche? – preguntó David y Jessi se sonrojo.
- No, para nada, además creo que mejor en casa que en otro lado – contesto ella sonriendo  y pasándose una mano por detrás del cuello se dirigió al parking a por el auto.
 Cuando  ella regreso para recogerles Malu supo que tendría que ocupar el asiento delantero ya que Jessi y David parecían muy entretenidos.
Los tres entraron en el auto y ella ocupo el asiento junto a Daniela, por alguna razón sintió como su respiración se agito sólo de saberla cerca y como si quisiese escapar de aquel lugar se sujetó con fuerzas del cinturón de seguridad. No había transcurrido mucho cuando Jessi desde el asiento trasero propuso algo que la dejo literalmente sin palabras.
-Si Malu, porque no te quedas en casa con nosotros, hay espacio y así Dani no tendría que conducir hasta tu casa. Mañana te llevamos - Dijo su amiga inocente a lo que aquello significaba para ella, mientras Daniela se sonrió descaradamente. Su sexto sentido le decía que Malu se sentía atraída por ella aun cuando evidentemente no era lesbiana.
- La verdad no quiero molestar - se justifico ella esperando que esa fuese razón suficiente para evitar tener que pasar la noche bajo el mismo techo que Dani.
- Pero claro que no, verdad Dani. – rebatió Jessi y Daniela apartando la mirada unos segundos de la carretera le respondió con una sonrisa bastante insinuante.
- Para nada – esas dos palabras fueron suficientes para que todo el cuerpo de Malu se pusiese a temblar como una hoja en otoño – Además estoy un poco cansada y creo que eso sería lo mejor. Mañana sin falta te llevaré a tu casa.
- Ves Malu, así que decidido te quedaras con nosotros – afirmó Jessi y ella quiso que la tierra se abriese bajo sus pies. Durante los minutos que duro el trayecto intento aferrarse a la imagen de Jorge para no pensar cosas sin sentido, pero esto no le fue de mucha ayuda. Mas porque Daniela no dejaba de verla por fracciones de segundos con el rabillo del ojo.
Al llegar a casa de Dani, ella pulso el control a distancia y las puertas del garaje se abrió permitiéndoles entrar directamente a la casa. Esta era grande y estaba dividida en dos partes, le comentó Jessi mientras caminaban por un corredor que los conducía  a una terraza.
- Malu puedes dormir en mi habitación – dijo Dani y ella se sorprendió tanto que su rostro lo demostró de inmediato – Tranquila yo dormiré con mi hermana – le aseguro Dani y ella sonrió apenada.
- Bueno nosotros nos vamos a dormir – dijo David que se estaba quedando en la habitación de huéspedes.
- Que descansen – les deseo Dani riendo pícaramente mientras sacaba las llaves de su cuarto de su bolsa. Su habitación era un apartamento independiente sobre la casa.
- Hasta mañana – dijo Malu despidiéndose de Jessi para luego alcanzarla a Daniela que se dirigía a su cuarto subiendo unas escaleras en forma de caracol. Al llegar frente  a la puerta puso la llave en la cerradura y abrió, luego encendió las luces y Malu se encontró frente a una habitación muy grande. Tenía una cama matrimonial, un armario, un escritorio y un pequeño sofá cerca de la ventana. También tenía televisión y computadora.
- Tomaré unas cosas y te dejo sola. ¿Está bien? – dijo Dani dejando su bolso sobre el sofá para luego ir hasta el armario y sacar de este unas ropas – ten, puedes utilizar estas, creo te quedaran algo grandes.
- Gracias – dijo ella con un filo de voz, estaba nerviosa sólo de imaginar que llevaría las ropas de Daniela, pero lo bueno de todo era que no dormirían en la misma habitación.
- De nada, si necesitas algo estaré en la primera habitación del corredor interno – dijo Dani y se dispuso a salir de la habitación no sin antes darle las buenas noches.  Tras salir del cuarto, Dani se fue a la habitación de su hermana Marina, donde había dos camas pequeñas, claro que ella no contaba con lo que encontró al entrar en el cuarto. Las camas estaban ocupadas, una por su hermana y la otra por la hija de su prima Jennifer, además el piso también había sido invadido por otras dos niñas que dormían en camas de campana. Al parecer su hermana había tenido una pijamada mientras ella estaba fuera. Que hacer, se pregunto mordiéndose el labio mientras cerraba la puerta de su hermana. Siempre podría irse a dormir al cuarto de sus abuelos o en la sala de la televisión, pero porque no regresar a su cuarto. Una sonrisa demasiado traviesa se mostro en sus labios.
.....
Luego de que Daniela se había marchado Malu había entrado en el cuarto de baño para cambiarse de ropas pero no lo había hecho de inmediato. Por alguna razón había sentido curiosidad de mirar las cosas de aquella mujer y sin pensar mucho en lo que hacia se puso a oler sus perfumes, a mirar sus cremas y demás. Estaba ya cambiándose cuando escucho que alguien entraba en la habitación. Sin pensárselo dos veces salió del baño aun a medio vestir para encontrarse de frente a Daniela que veía directamente la parte de su cuerpo descubierta que para más eran sus pechos.
- Lo siento. – dijo Dani volteándose para darle un poco de privacidad mientras que ella se había cubierto con sus manos el sostén de color negro que llevaba. – No pensé regresar pero es que no hay lugar en el cuarto de mi hermana – comento esperando a que Malu se terminase de vestir. Cuando se volteo, ella ya estaba vestida con la camiseta que antes le había prestado. – Espero no te moleste pero creo que tendremos que compartir este cuarto.
Malu paso saliva como cuando te cuesta respirar, dormir juntas bajo el mismo techo, apenas pudo procesar la información. Su respiración se acelero y sus manos le comenzaron a sudar.
- Pero tranquila dormiré en el sofá si te molesta, ok – dijo Dani al ver que esta no accionaba palabra y la veía con cara un poco asustada – Iré a cambiarme, permiso – volvió a decir y pasando a su lado le rozo levemente el brazo desnudo. La piel de Malu advirtió una corriente que le recorrió todo su cuerpo y temerosa de esta reacción corrió a meterse bajo las sabanas de color vino. La cama era muy amplia y ella ocupo el lado derecho. No tenía frío pero aun así se hizo un rollito llevando las piernas a su pecho. Las sábanas olían a una mezcla de lavanda y jazmín pero la almohada tenía un olor diferente, era un perfume, el perfume de Dani y eso sólo podía significar una cosa, estaba durmiendo de su lado. “Basta” se ordeno mentalmente y tomando un buen respiro  cerró los ojos.
No supo cuando había pasado sólo que cuando volvió abrir los ojos todo estaba oscuro y Daniela estaba acostada en el sofá. Su rostro iluminado por la poca luz de luna que entraba desde la ventana parecía el de un ángel. Entonces se sintió algo culpable por estar ocupando la cama ella sola mientras que Daniela dormía allí seguramente incomoda.
Se sentó en la cama y se quedo observándola por un rato hasta que encontró el valor necesario para levantarse. Saco los pies de las sabanas y caminando en puntas se acerco a Dani. Su respiración era calmada y lenta, al compás de esta sus pechos subían y bajaban bajo una delgada camiseta de color azul. Inconscientemente Malu bajo un poco más la mirada y descubrió que Dani llevaba unos short bien cortos y que sus piernas eran largas y bronceadas como todo su cuerpo. Sintiendo como su pulso se aceleraba se obligo a levantar la mirada para  despertar a Dani. Primero intento hacerlo en voz baja pero al ver que no funcionaba lo hizo tocando su hombro.
- ¿Qué pasa? – preguntó Dani aun media dormida.
- Mmm, yo... creo que es mejor si duermes en la cama. – dijo ella con un filo de voz. Dani creyó estar soñando y se paso la mano por la cara para ver si aquello era realmente un sueño. No, no lo era.
- ¿Estás segura?- pregunto Dani sentándose en el sofá y dejando su cuerpo descubierto.
- Si – fue lo único que contesto ella y sin más se regreso a la cama.
Pasaron unos minutos antes de que Daniela se metiese a la cama con ella y cuando lo hizo, Malu contuvo la respiración al sentir como el cuerpo de Dani tomaba lugar junto a ella y así permaneció por un rato. Dani tampoco se movió pero cuando el sueño comenzó a vencerla fue imposible quedarse quieta e inconscientemente se volteo hacia Malu y paso su brazo por la cintura de esta.
El roce hizo que el corazón de Malu se acelerara, que la sangre comenzase a calentarse en sus venas y que el deseo se apoderase de ella. ¿Qué le estaba pasando?, deseaba a una mujer, no, a aquella mujer tan cerca de su cuerpo. Nerviosa por no despertar a Daniela intento apartar el brazo de esta pero le fue inútil porque Dani se abrazo más a ella pegando todo su cuerpo y rostro al cuello de Malu.


Capítulo 5



Dormir no parecía una opción para Malu ya que no sería capaz de hacerlo. Durante las pocas horas que quedaron de la noche se mantuvo inmóvil, quieta en aquel lugar evitando despertar a Dani y cuando en la mañana ella se alejo de su cuerpo Malu despertó, para quedar encantada con la tierna imagen de Daniela. Su rostro era tan delicado como la seda y mirarla así dormida le pareció un regalo. No supo cuanto tiempo estuvo viéndola sólo que se asusto al percatarse de que esta había despertado y la miraba con una media sonrisa.
- ¿Te gusta lo que ves? – le preguntó Dani apoyándose de un lado, mientras pasaba su mano por su rostro.

- Yo... yo no quería...- intento Malu pero la sonrisa de Dani la dejo sin palabras.
- Que no quería Malu, crees que no me di cuenta que llevas rato observándome – dijo Dani sentándose al mismo nivel de ella – Crees que no me di cuenta de cómo me mirabas anoche,  de cómo te ponías cada vez que me acercaba a ti – continuo Dani acortando la distancia mientras que ella no podía moverse, su mirada estaba clavada en la de Dani.
- No sé... no sé de qué hablas – intento otra vez pero su respiración agitada le delato – Yo... yo no soy como tú - Dijo alejándose sólo unos poco centímetros los cuales Dani volvió a acortar.
- No, pero te mueres por probar. – y diciendo esto no le dio tiempo a nada más pues su labios se juntaron a los de ella y fue el roce más sutil del mundo. Los labios de Dani eran suaves y por un segundo se mantuvieron juntos a los suyos, esperando una señal para dar el paso definitivo. Una señal que llego en cuento Malu abrió ligeramente los suyos indefensa ante lo que su cuerpo estaba sintiendo, ante el calor que su abdomen advertía, el calor que llego como fuego desde su intimidad hasta su celebro.
Sin esperar a más Daniela la beso con pasión, con deseo, pero también con ternura, sus manos rodearon la cintura de Malu y la incitaron a dejarse llevar por lo que sentía. La deseaba, lo había hecho toda la noche. Malu no sabía qué hacer pero el deseo y la pasión que su cuerpo sentía le hacían querer más, por eso no protesto cuando Dani la tumbo en la cama ni cuando comenzó a besar su cuello y acariciar su cuerpo con aquellas manos. Las caricias se hicieron cada vez más urgentes y sin poder aguantarse más Dani deseo tocar su piel, acariciar sus senos, su sexo. Sin dejar de besarla le quito la camiseta y se quedo maravillada ante sus senos firmes y sus pezones erectos. Malu sintió vergüenza e intento cubrirse pero ella no le dejo, apartando sus manos comenzó un camino de besos lentos y eróticos que llevaron a Malu a otro universo. Nunca antes alguien la había hecho sentir tantas cosas con simples besos, ni siquiera Jorge. Dani siguió besando y acariciando con sus manos su vientre, sus muslos. Bajando lentamente comenzó a retirar sus bragas y Malu no cerró los ojos. Su cuerpo ardía de pasión, una pasión indescifrable. Una vez quitadas las bragas Dani se situó en su parte más intima, allí entre sus piernas y comenzó a degustar lentamente hasta hacerla gemir. El primer gemido fue la señal de que lo estaba disfrutando y sin detenerse un segundo continuo hasta hacerla llegar al orgasmo. Este fue un estallido, algo jamás experimentado por Malu, algo que la dejó sin fuerzas.
- Eres tan bella. – le susurró Dani al oído y comenzó otra vez a torturar el lóbulo de su oreja. Malu era inexperta, nunca antes había estado con una mujer pero quería, no, necesitaba sentir el cuerpo, la piel de Dani. Con manos inseguras le pidió que se quitara la camiseta y cuando esta ya no fue obstáculos posó sus manos sobre los senos de su amante. Los pezones erectos de Dani le taladraron las palmas de las manos y la sensación fue más que erótica. Pero quería más, quería darle placer a Dani como ella le estaba brindando en esos momentos, así que lentamente comenzó a bajar su mano hacia las bragas y sin quitarlas se introdujo. Sus dedos rozaron la parte más sensible de este y Daniela gimió de deseo mientras la besaba y volvía a lamer sus pezones con ansiedad. Sin detenerse Malu introdujo un dedo en lo más profundo de Dani y comenzó una danza dentro de ella que le provocó un fuerte gemido. Con su mano Daniela le pidió que introdujese otro dedo y guiándola al ritmo deseado llegó al orgasmo. Malu también alcanzó ese maravilloso mundo de placer, es maravilloso mundo que nunca antes había conocido tan de cerca como en esos momentos. Rendidas por la pasión ambas se quedaron contemplando el rostro de la otra. No hubo palabras, el silencio las abrazó mientras con sus miradas se decían todo. Malu supo que lo vivido esa mañana cambiaría su vida por completo  porque acababa de enamorarse de una mujer. Una mujer tan dulce, tierna y maravillosa como Daniela. Dani supo que Malu sería suya y que las cosas no serian fáciles, pero estaría allí para ella porque así lo había querido el destino. Había querido que se amaran y que se entregaran en cuerpo y alma y esta vez no dejaría escapar a la mujer que había sido escogida para ella. Ambas tenían cosas que solucionar, sus vidas eran muy diferentes y cada una tendría que enfrentarse al mundo, pero eso sería luego. Mientras disfrutarían del placer de estar allí en aquella cama, cuerpo a cuerpo, alma a alma, sin tener que esconderse, sin tener que fingir o mentir. En aquella habitación que por el momento guardaría un secreto. Porque así lo había querido el destino y ellas no se opondrían a él.



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