No mires atrás 5
A pocos minutos de cerrar para almorzar, la vi
entrar a la tienda con una bolsa de McDonald's en la mano y la bandeja con dos
refrescos en la otra. Su mirada risueña y sonrisa de medio lado expresaban
claramente que no aceptaría un no por respuesta. Guardé el cuaderno de control
de ventas y esperé a que llegara hasta la barra donde yo estaba.
Mientras la veía caminar hacia mí, pude admirar su
cuerpo menudo otra vez y me perdí en él nuevamente. Tenía una cita con Lucía,
pero sin pensarlo dos veces, decidí que quedarme a almorzar en la tienda con
Diana, era lo que quería.
- No sé si tenías planes, pero se me ocurrió que podíamos almorzar _
Dijo levantando un poco la bolsa y la bandeja.
- Ya veo _ Le sonreí - Qué compraste?
- No sabía que te podía gustar así que compré lo mismo que me gusta a
mí; Mc'Pollo.
- Perfecto ... aahh _ Me froté la frente pensando en que le diría a
Lucía - Permíteme un minuto que debo hacer una llamada si? _ Ella asintió
sonriendo satisfecha.
Hice la llamada. Lucía se decepcionó un poco, pero
no le molestó del todo que corriéramos la comida para la cena. Después de todo,
le dije que la compensaría muy bien. Traté de hablar bajo para que Diana no
escuchara del todo lo que hablaba, pero por su expresión cuando colgué y volví
hasta donde ella estaba sentada, supe que había escuchado bien.
Como ya no quedaba nadie en la tienda, cerré de una
vez y bajé la cortina de la puerta. Si bien era cierto que se podía ver a
través de las vitrinas, era igualmente cierto, que la mejor vista era desde la
puerta.
Me senté al lado suyo y me le quedé mirando unos
instantes mientras ella daba vueltas a su celular casi de manera
inconsciente.
- Hablabas con tu pareja? _ Preguntó sin mirarme.
- No … bueno sí ... _ Me miró - Estamos saliendo, pero no puedo decir
que es mi pareja _ Por alguna razón, hablar de Lucía con ella, no se me
hacía cómodo.
- Cuál es la diferencia? _ Ladeó ligeramente la cabeza.
- Que no hemos hablado de ello. Tenemos poco tiempo de conocernos así
que simplemente estamos viendo a ver hasta dónde nos lleva esto.
- Las ha llevado lejos eh? _ Dijo con un poco de reproche - Digo, por
aquello de que la compensaras por no ir a almorzar con ella.
- Somos dos mujeres adultas Diana, el sexo es parte de todo _ No
tenía por qué avergonzarme por ello, pero su manera de decirlo, me hizo
preguntarme si de verdad no estábamos llevando las cosas muy rápido
... Pero qué estoy pensando por Dios? Desde cuando una chiquilla te
hace dudar sobre lo que haces o no?
- Lo sé. Disculpa. Es sólo que pareciera que todo gira entorno al
sexo y eso me molesta.
- Por qué?
- Es que pareciera que no se puede llevar una relación sin sexo ... o
mejor dicho, sin que quieran saltar sobre una a la segunda cita ... no
digo que el sexo sea malo, pero por qué no se puede disfrutar de otras
cosas antes de llegar ahí?
- Es algo inevitable cuando alguien te gusta ... querer intimar y
lograr esa conexión especial.
- Si claro ... y resulta que al darse media vuelta, ya están buscando
a otra _ No dije nada. No tenía nada que aportar allí que no fuera una
idea muy subjetiva de ese asunto - He visto repetirse esa historia varias
veces con mis hermanas y amigas ... y eso me molesta.
- Te lo han hecho a ti?
- No exactamente ... cuando se han puesto insistentes con ese asunto,
he sido yo la que termina todo ... no les doy la oportunidad de que me
engañen.
- Y cómo sabes que lo harán?
- Siempre lo hacen _ Sonaba resentida, pero era obvio que no por
experiencias propias. Sin embargo, debieron ser muy cercanas a ella para
causarle tal reacción.
- Pero no les das la oportunidad de demostrar si es así o no ... Sólo
los juzgas por el actuar de otros.
- No me he equivocado, créeme.
- Antes o después de terminar con ellos? _ Levanté una ceja. Ella
apretó ligeramente los labios pero no respondió - Diana ... no es que yo
pueda hablarte mucho sobre ese tema pero, tal vez ... deberías
reconsiderar el juzgarlos a todo por el mismo patrón. El sexo es parte de
la atracción. Es algo natural ... pero si no te provoca, sino te inspira
ese deseo o si aún no sientes la confianza necesaria para ello, no lo
hagas. Pero diles el por qué. Si realmente quieren estar contigo,
esperarán el tiempo que sea necesario ... seguramente no dejarán de
insistir, pero respetarán tu posición. Si no es el indicado, las
circunstancias y su actitud te lo dirán. _ Continuó en silencio - Comemos?
_ Cambié de tema para aligerar la incomodidad que de pronto se sentó con
nosotras. Cada una sacó su hamburguesa y comenzamos a comer en
silencio. A los pocos minutos, cuando sentí que ella estaba menos a
la defensiva le pregunté - Haz tenido alguna relación seria?
- Si. Hace años ... un amigo con el que estudié. Nos hicimos novios
durante dos años, luego de eso, él se mudó de ciudad con su familia.
- Para haber durado tanto tiempo, supongo que te sentías bien con él.
- Sí … fueeee muy bonito todo _ Vi nostalgia en su mirada y debo
decir que el nudo en la boca del estómago se formó de inmediato. Sus dudas
sobre su sexualidad no tenían nada que ver con que le gustara o no las
mujeres. Su anhelo era saber si con una mujer podría conseguir lo que una
vez tuvo y que ahora extrañaba tanto - Él siempre me respetó ... y cuando
las cosas pasaron a mayores, me trató muy bien. Fue realmente especial _
Tragué grueso.
- Diana ... a ti te gustan los hombres _ Dije con entendimiento de lo
que le pasaba - Estoy segura que si encontraras a un chico igual a él,
toda esta confusión y dudas que tienes sobre tu sexualidad, desaparecerían
_ Traté de disimular el balde de agua fría que aquella revelación me había
hecho sentir. Ella lo pensó por un minuto antes de hablar.
- Podría decir que eso es cierto si ... _ Titubeó - Si no estuviera
sintiendo atracción por alguien ... por una mujer _ Me miró finalmente. Si
lo anterior me había dejado descolocada, esto me dejaba en shock.
- Estás ... _ Me aclaré la garganta - Segura de eso?
- Sí _ Bajó la mirada hacia sus manos - La pienso en todo momento. Me
gusta no sólo su físico ... me gusta su forma de ser, su forma de hablar,
su voz ... es ... algo que no puedo controlar.
- Entiendo … _ Que ganas de decirle que no quería saber más. Que
saberla interesada en alguien me decepcionaba profundamente, me hacía
sentir impotente. - Y ella ... siente igual que tú?
- No lo sé. A veces pienso que sí, pero no estoy segura _ Volvió a
mirarme.
- Qué te hace pensar que sí? _ Por qué me empeñaba en seguir
preguntando estupideces??? ... porque era la única manera de hacerme
entender que debía olvidarme de ella.
- Su manera de mirarme ... a veces es como si ... no pudiera apartar
sus ojos de mí.
- Ya ... _ Asentí mientras trataba de asimilar lo que me decía. - Tal
vez tengas razón _ Sonreí lo que pude. Si me lo estaba contando era porque
necesitaba ayuda respecto a qué hacer, así que debía hacer a un lado mi
creciente incomodidad y ser su amiga tal y como ella lo esperaba - Y sabes
si ella es Les o sólo lo sospechas?
- Es lesbiana _ Afirmó.
- Y qué te frena?
- Que no se qué esperar si se lo digo ... no habría vuelta atrás una
vez que se lo diga.
- Tienes miedo?
- Sí ... sé que quiero y necesito salir de dudas con esto que siento
pero ... me da miedo el después _ Bajó la mirada hacia sus manos otra vez.
- Qué es lo que te da miedo exactamente?
- Que no me guste ... que a la final no puedo hacerlo _ Tenía
angustia en su mirada.
- De ser así saldrías de dudas y podrías continuar tu vida sin
confusión alguna.
- Y ella? ... No quisiera hacerle daño.
- Si le hablas claro y le dices lo que sientes y lo que esa
experiencia significa para ti, ella tendrá la oportunidad de decidir si
quiere hacerlo o no Diana. Si ella decide seguir adelante, es porque
quiere y está dispuesta a correr el riesgo _ Se quedó en silencio mientras
comía un poco.
Decidí parar hasta que termináramos de comer. Ella
necesitaba pensar en qué hacer y yo necesitaba unos minutos para guardar en lo
más profundo de mí la tristeza que todo aquello me estaba causando. Ya no podía
negarlo ... esa nena me afectaba por completo. Sin siquiera intentarlo, había
despertado en mí esas ganas de vivir cosas nuevas. Me hacía sentir ese
cosquilleo en la panza cuando la veía y me hablaba. Esas ganas de protegerla de
todo y de todos. Ganas, de hacerle sentir cosas irrepetibles en su vida. Que
aunque a la final decidiera que no era lo que quería para sí, al menos se
llevara un bonita vivencia. Pero eso no sucedería, así que debía guardarlo bajo
llave en el fondo más recóndito de mí.
- Creo que deberías decírselo _ Le dije luego de terminar de comer y
recoger todo - Dale la oportunidad de elegir ... si de verdad te gusta y
quieres vivir con ella esa experiencia ... hazlo _ Agregué.
Hizo una pausa bastante larga en la que pensé que
con mi comentario había ido demasiado lejos. Que eran muchos sus temores y que
no estaba preparada para algo así.
- Lo acabo de hacer _ Dijo casi entre dientes.
- Qué cosa? _ No entendí.
- Decírselo _ Me miró a los ojos - Decírtelo _ Tragó grueso y sus
mejillas se sonrojaron.
De ser posible, mi quijada habría caído al suelo en
ese momento. Las palabras no terminaban de tener sentido en mi mente. Fue como
un huracán de magnitud 10 en la escala de desastres. Intenté hablar en un par
de ocasiones, pero ni una sola palabra salió de mí. Sólo podía verla a los ojos
y rogar que mi imaginación no me estuviese jugando una mala pasada.
- Eres tú quien me gusta _ Ratificó cuando vio mi incredulidad.
Diversas emociones pasaron por mí. Sorpresa,
alivio, alegría, miedo ... mucho miedo. Miedo de no ser lo que ella esperaba.
Miedo de no ser capaz de hacerla vivir ese momento especial por mucho que lo
intentara. Miedo de que esa vivencia, significara mucho más para mí, de lo que
sería para ella. Miedo, de quedar hecha polvo cuando todo terminara. Porque era
obvio, que todo esto sería algo efímero. Pero al mismo tiempo, sentí miedo de
no aceptar y de no verla nunca más.
- Es algo sorpresivo ... no me lo esperaba _ Confesé.
- Pensé que te habías dado cuenta _ Se encogió de hombros.
- No … al menos no del todo ... pensé que eran cosas mías _ En ese
instante me di cuenta que aún no sabía su edad. - Qué edad tienes?
- 23
- Dios mío! _ Me llevé las manos a la cara y la froté un par de veces
antes de respirar profundamente - Yo tengo 42 Diana
- Y eso qué?
- Son 19 años de diferencia.
- Es sólo un número.
- Tal vez ... pero, no sería mejor que buscaras a alguien de tu edad?
- Tú misma me dijiste que debía haber algún tipo de conexión y eso es
justamente lo que siento contigo.
- Si pero puedes estar confundiendo las cosas Diana ... el que
podamos hablar con fluidez no significa que ...
- Que me gustes? _ Me interrumpió - Entonces como le llamas al hecho
de que tengo días y noches pensando en cómo sería besarte? En cómo sería
que me tocaras? _ Su tono de voz bajó un tono, provocando que mis latidos
se aceleraran un poco más, si es que era posible.
- No sé qué decir ... _ Realmente me había quedado sin palabras. Una
cosa era desearlo y otra muy distinta era saber que podía hacerse realidad.
Quería sentirme feliz por ello, pero temía que sólo estuviera confundiendo
la confianza que sentía para hablarme de sus cosas, con la conexión
necesaria para poder intimar.
- Melissa ... puede que no esté segura de muchas cosas en éste
momento, pero sé que es esto lo que quiero ... Sólo que no depende de mí
nada más. _ Respiré hondo. Mi respuesta sería definitiva.
- No me mal interpretes Diana, para mí sería todo un honor hacerlo
... Sólo no quiero ... no quisiera que luego te arrepintieras de ello ... que
te dieras cuenta de querer vivir ésta experiencia con alguien más, con
alguien que pueda tener más significado para ti pero que ya sea demasiado
tarde.
- Yo nunca me arrepiento de nada de lo que hago _ Afirmó. - Y es esto
lo que quiero. Es a ti a quien quiero para hacerlo.
- No quieres pensarlo?
- Ya lo he hecho.
Con el corazón en la boca y mil voces diciéndome
que era una locura, asentí. Ya no habría marcha atrás. Ya nada impediría ser la
primera mujer en tocarla, en besarla, en hacerle el amor. Ya nada impediría que
hiciera realidad mi sueño de ser su primera vez con una mujer, pero al mismo
tiempo, nada impediría que cayera en ese abismo sin fondo, en esa caída libre
sin nada que me detuviera.
- Haz pensado en cómo quieres que suceda? _ Los colores se le subieron
a la cabeza y evadía mi mirada.
- No _ Me miró de soslayo - Yo ... no he pensado en eso _ Me aclaré
la garganta antes de volver a hablar.
- Y en el cuándo? _ Tenía que preguntarle y hacerle ver que aquello
realmente sucedería, que ya no sería algo que ocurriera sólo en su mente,
sino que al hablarlo, todo sería real. Si en el fondo no estaba segura,
éste era el momento para darse cuenta. Volvió a negar pero ahora con la
cabeza. Sus manos inquietas delataron sus nervios.
- La verdad ... no pensé que dirías que sí _ Admitió con una sonrisa
nerviosa.
- Aún estás a tiempo de echarte para atrás _ Le ofrecí. Sabía que era
un paso muy grande, así que era necesario confirmar que realmente lo
quería, pero no sólo en palabras, sino en acciones.
- No ... _ Con esfuerzo me mantuvo la mirada al hablar - Estoy muerta
del miedo, no te lo negaré ... pero estoy segura que quiero hacerlo.
- Bien ... yo ... _ Ordené mis ideas antes de continuar. - Creo que
lo mejor es ir despacio. Una cosa es querer hacerlo y otra muy distinta es
llevarlo a cabo así que, creo que es mejor ir paso a paso ... te parece
bien? _ Todo este asunto se centraba en ella, así que yo sólo propondría,
pero ella tendría la última palabra.
- Sí ... paso a paso está bien.
Aunque estuvo de acuerdo, podía ver su duda en el
rostro.
- Seguro que estás de acuerdo? _ Presioné.
- Sí, sí ... es sólo que no tengo claro cuáles son los pasos _ Sonrió
con pena. Se me arrugó el corazón con aquello. Dios, ella no tenía ni
idea de qué hacer!!.
- No es que haya un guion que cumplir Diana, es sólo que ... no me
gustaría hacer las cosas apresuradas ... es la cuota a pagar por elegir a
una vieja como yo _ Bromeé
- Tú no eres vieja _ Dijo aligerando un poco sus nervios.
- Eso es porque me ves con los ojos del cariño _ Respondí guiñándole
un ojo y riendo.
- Que tonta eres _ Puso los ojos en blanco.
Hice una pausa en la que se me vino a la cabeza una
idea que podía funcionar como un primer paso.
- Confiarías en mí? _ Le pregunté con voz suave para trasmitirle
tranquilidad. Se me quedó mirando unos segundos antes de asentir - Dame un
momento. Ya regreso.
Fui corriendo hacia la despensa y saqué lo que
necesitaba. Lo acomodé justo en medio de los dos estantes para nos sirvieran de
cortina a las miradas indiscretas y regresé a la mesa. Sin sentarme, le extendí
la mano.
- Me acompañas?
En sus ojos se veía nerviosismo, pero aun así, tomó
mi mano y me acompañó. Cuando entramos al pasillo y vio el puff que estaba al
final, abrió los ojos con sorpresa, pero no dejó de avanzar. Cuando llegamos al
pie del puff, le expliqué.
- A veces cuando me quedo a almorzar, me recuesto allí para reposar
la comida o para leer un poco. Como es de uso personal, lo tengo guardado
en la despensa _ Miró el puff unos segundos y luego me miró a la
expectativa - Pensé que tal vez podríamos sentarnos allí y ... abrazarnos
_ Me encogí de hombros - Es una manera de que compruebes si te sientes
cómoda conmigo o no ... al menos en cuanto al contacto físico se refiere _
Respiró hondo y botó el aire por la boca. De seguro los nervios la
carcomían, pero era algo que podía ser decisivo para el después.
- Está bien _ Respondió casi entre dientes.
Me senté primero e hice espacio para que ella se
sentara también. Al principio estábamos incómodas, pero luego de un par de
intentos, abrí el brazo para que ella pudiera recostarse sobre mi costado y así
romper con esa barrera invisible que nos estábamos imponiendo. Ella aceptó y
apoyó su cuerpo contra el mío y posó su mano sobre mi estómago con timidez. La
abracé y comencé a darle pequeñas caricias en su brazo y en la parte alta de su
espalda. No hubo palabras, sólo nos quedamos allí por varios minutos
sintiéndonos. Disfrutando de ese primer contacto íntimo que teníamos.
Descubriendo lo bien que se amoldaban nuestros cuerpos. Era como si desde
siempre lo hubiésemos hecho. Como si mis brazos la reconociesen de siempre ...
como si esa escena, ya la hubiésemos vivido. O mejor dicho, así me sentía yo.
- Estás bien con esto? _ Le pregunté dudosa. No
había ninguna señal de que fuese diferente, pero no podía asumirlo. Debía estar
segura. Ella lo pensó unos segundos antes de responder.
- Sí. Más de lo que imaginé _ Con inseguridad
extendió un poco más su abrazo y yo la alenté acercándola más a mí.
En algún momento enterró su rostro en mi cuello y
allí se quedó. Yo sólo pude cerrar mis ojos y disfrutar de ese instante. Como
habían cambiado las cosas en tan poco tiempo. Cómo era posible que de ser meras
conocidas hace unas pocas semanas, hoy estuviésemos así, abrazadas y con ese
nivel de intimidad y de conexión tan repentina? No podía creerlo, pero estaba
sucediendo y lo que era peor ... que en ese instante con ella entre mis brazos,
se avivaron mis miedos y mis dudas ... miedo de no ser lo que ella necesitaba,
dudas de si realmente podría regalarle ese momento especial, esa primera vez
inolvidable. Ese descubrir de sensaciones y emociones que sólo se vive una vez.
- Hueles rico _ Le escuché decir.
- Siempre _ Bromeé y la sentí sonreír - Tú también hueles rico _ Le
dije volteando mi rostro hacia su cabello. Olía a frutas. Dulce pero sin
ser empalagoso. Hubo otra pausa.
- No puedo creerlo _ Habló para sí misma, pero logré escucharla.
- Qué cosa?
- Yo ... por lo general no permito que nadie me toque ... no me gusta
... sólo mi familia lo hace y aun así ... _ No terminó la frase.
- Te sorprende sentirte cómoda conmigo? _ Me aventuré a decir.
- Sí ... temí que no pudiera ... quería, pero no sabía que esperar.
- Y qué sientes?
- Siento ... que no quiero soltarte _ Dijo luego de unos instantes.
- Eso es bueno porque yo tampoco quiero soltarte.
Nos quedamos en silencio unos minutos. No era un
silencio incómodo, o al menos para mí no lo era. Yo sólo quería disfrutar de la
sensación de tenerla allí. De su calidez, de su cuerpo menudo que tan bien se
amoldaba al mío. De la sensación de poder protegerla así fuese por unos pocos
minutos. Protegerla de qué? No lo sabía, pero era lo que deseaba hacer. Alejar
de ella cualquier cosa que la preocupara o que la angustiara y así lo intenté
al darle caricias suaves y tranquilizadoras. Pasaron pocos minutos antes de que
sintiera su respiración ser más lenta y profunda. Se había dormido así que
decidí entregarme a esa misma tranquilidad.
El intento de abrir la puerta principal, seguido
del toque de la puerta me hicieron reaccionar. Alguien quería entrar. Diana
también lo sintió y de inmediato intentó levantarse, pero me negué a soltarla
así tan rápido.
- Alguien está en la puerta _ Dijo un poco
atontada por el abrupto despertar.
- Lo sé.
- No vas a abrir?
- Sí, pero no en este momento _ Hizo el intento
de levantarse otra vez y la dejé, pero se levantó sólo lo suficiente para
verme con sorpresa - Quien quiera que sea, puede esperar unos minutos _ Le
expliqué.
- Pero ya debe ser la hora de que abras _
Replicó
- Y como dueña del local, tengo el derecho de
dilatarme unos minutos si así lo deseo _ Le sonreí ligeramente para que se
diera cuenta que no había problema. Se me quedó mirando unos instantes y
luego también sonrió.
Al verla así de cerca pude detallar mejor el color
de sus ojos, su piel tersa, la forma de sus labios ... sus labios ...
que ganas de besarla tenía. Que ganas de descubrir la textura de sus labios, el
sabor de sus labios ... su manera de besar. La vi entreabrir su boca y tuve que
tragar grueso para no lanzarme sobre ella y besarla. Cuando pude despegar mis
ojos de su boca, me vi sorprendida por su mirada. Sabía lo que quería y aun así
no se apartó. No quería apresurar las cosas, pero era demasiado tentador ... necesitaba
besarla. Estaba a punto de acercarme cuando sonó en mi bolsillo el celular.
Ambas dimos un brinco al oír el estruendoso timbre de llamada y yo no pude
evitar protestar por la interrupción. Diana se levantó del puff mientras yo
atendía sin dejar de mirarla.
- Aló! _ Ladré. La magia del momento se había
roto y ya no había vuelta atrás.
- Lissa? Dónde estás? _ Era Ingrid. Se me
había olvidado que pasaría por allí a buscar unas cosas que le tenía
guardadas.
- Estoy aquí. Me quedé dormida, ya te abro _
Respondí resignada. Se suponía que ella iría hacía el final de la tarde,
pero era obvio que había cambiado de idea. Colgué la llamada y me levanté
también.
- Es tu pareja? _ Preguntó evadiendo mi mirada.
- No. Es mi mejor amiga _ Levantó la mirada al
escucharme - Viene a buscar unas cosas que le tengo guardadas aquí.
- Será mejor que me vaya entonces _ Dijo
asintiendo.
- Lo siento, no ssabía que vendría.
- Está bien ... yo me auto invité a almorzar, lo
recuerdas?
No quería que se fuera y no sabía lo que sucedería
de ahora en adelante. Su expresión me decía que tampoco estaba feliz por tener
que irse, pero las circunstancias lo requerían, así que cuando caminó hasta la
mesa donde tenía sus cosas, yo sólo la seguí en silencio. Agarró su cartera y
se volvió a verme.
- No sé cuándo pueda volver, pero será pronto _
Me aseguró.
- De acuerdo ... aquí estaré _ No estaba feliz
con aquello de no saber cuándo la volvería a ver, pero si así lo quería,
así lo aceptaría. Después de todo, no podía asegurar que volviera. Cuando
estuviera a solas con sus pensamientos, cabía la posibilidad de que se
retractara de seguir adelante con todo aquello.
- Puedo abrazarte? _ Me preguntó con timidez.
- Por supuesto que si _ Respondí y la abracé sin
vacilación. Respiré hondo para grabarme su olor y besé su mejilla -
Cuídate si? _ Le dije al separarme.
- Tú también
Caminamos hasta la puerta y allí estaba Ingrid
parada de espaladas a la puerta esperando. Diana y yo nos volvimos a ver y yo
no pude evitar abrazarla nuevamente.
- Me encantó que vinieras _ Le dije al oído antes de soltarla - Eres
bienvenida cuando quieras.
Ella sonrió y asintió. No había más que decir, así
que con mucha renuencia, abrí la puerta.
Ingrid se volteó al escuchar el giro de las llaves
pero al ver que no estaba sola se sorprendió.
- Hola _ La saludé.
- Hey _ Respondió con un movimiento ligero de
cabeza y sin dejar de mirarnos a las dos.
- Ingrid ella es Diana. Diana, ella es Ingrid _
Las presenté. Ambas se dieron la mano rápidamente antes de que Diana me
sonriera y se fuera sin esperar a más.
Ingrid se quedó mirándome con la interrogante en la
mirada. Yo sólo entré nuevamente a la tienda sentándome en la misma mesa donde
antes había estado con Diana. Ingrid cerró la puerta y se sentó frente a mí.
- Debo preguntar?
No estaba preparada para contarle lo que sucedía.
Ni siquiera había terminado de asimilar todo aquello, así que opté por la
salida fácil.
- Trajo comida para almorzar _ Respondí con
indiferencia.
- A-ja _ Dijo Ingrid entendiendo que en ese
momento, no hablaría.
Me miró intensamente unos segundos antes de negar
ligeramente con la cabeza y cambiar de tema. Supo en ese momento que estaba
perdida y que no había nada por decir, solo dejar que las cosas llegaran hasta
donde debían llegar.
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Hermosa historia me alegre mucho al volver a leerte por faa no tades tanto en subir prox capi besotes
ResponderEliminarMuy bueno espero con entusiasmo el próximo capítulo por fa no nos hagas esperar tanto. Besos desde Venezuela
ResponderEliminarSe siente un poco raro leer una historia donde una de las protagonistas se llame igual que yo (Diana), tenga mi misma edad y apariencia física parecida. Igual me he enganchado completamente y espero con ansias la siguiente entrega. Un saludo desde Colombia.
ResponderEliminarDiana.
Magnífica historia me tienes nerviosa esperando el siguiente capítulo por favor no tardes tanto mira que mas nerviosa me pones eres una gran escritora narras muy bien la historia un saludo desde Chile Gladys Urzúa
ResponderEliminarNo se preocupen que no las dejaré mucho tiempo sin la siguiente parte. Ya envié el capítulo 6, así que falta poco :)
ResponderEliminarKarina, pronto saldrás de tus dudas, no desesperes jajajajaja.
Diana, que puedo decirte, se me ha hecho raro saber que mi personaje realmente puede existir casi que literalmente jajajajajaja ... sabía que la situación podía identificar a cualquiera, pero no que la descripción de una de ellas también. En todo caso, me alegra que te guste y mantenga tu interés. Saludos desde Venezuela :)
Gladis, no pierdas los nervios que falta muy poco para que se publique la siguiente parte. Gracias por tu comentario. Saludos :)
También me sorprendí por la declaración de Diana que sorpresa se llevo Melissa esta bien que lleven la relación (?) Poco a poco, necesitan conocerse más.
ResponderEliminarPor otro lado Melissa debería dejar a Lucia no es justo que la siga ilusionando al menos debería romper (?) Con ella.
PDTA: Voy a echarle un ojo a tu blog (dispense la confianza me siento rara expresandome de usted) .
Jajajajajajajajajajaja tranquila que el usted a mí tampoco me gusta
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