Salgo de la habitación victorioso,jodido, pero victorioso, por haberme
cargado a los cabrones que han secuestrado a Nicol; mi amor.
Al paso tras de mi he dejado un valle de
muerte y venganza. Pero eso ya da igual porque se que la salvaré. Voy caminando
por el pasillo, y el reflejo de la pistola de un enemigo escondido en la
esquina me perpleja, ya que no acostumbro a dejar testigos.
Me inclino y meto mi mano en el abrigo para
coger mi pistola, y noto que algo húmedo y cálido mana de mi abdomen, era
sangre, me estaba desangrando a causa de un disparo, del cual ni me había
inmutado debido a mi sed de venganza.
Vuelvo a la realidad y me pongo recto para acabar con mi rival, el cual
mira por donde, resulta ser el jefe de la banda, pero ya es tarde, él está
delante de mi silencioso, apuntándome y mirándome fríamente con ira. A
continuación, tres sonoras balas impactan en mi cuerpo, haciendo que caiga al
suelo ipsofacto. En un último suspiro de mi aliento pronuncio su nombre: Nicol.
Tiene gracia, en mi caso es al revés de las películas: El chico bueno muere y
el malo huye con la chica; creo que es injusto.
Lo siento mucho mi amor, te he fallado. Por
último la oscuridad inunda mis ojos y el silencio se hace inminente: he muerto.
Tres días antes de lo ocurrido
1º día.
Era invierno, pero aún así el sol dejaba al descubierto los cabellos
dorados de Nicol; mi amada.
Ella me miraba y sonreía, me decía que jamás había sido tan feliz. A
pesar de lo que aparentaba su sonrisa le delataban su mirada; sus ojos hablaban
por ella, eras tristes y fríos. También me extraño que no llevara el anillo de
pedida que le regalé, me temía lo peor en nuestra relación.
Estuve todo el día pensativo intentando descifrar lo que le pasaba, ya
que ella no me lo quería contar.
Por la tarde escuché una conversación telefónica de Nicól con alguien
que parecía estar amenazándola. Tengo que descubrir quien es para llegar al
fondo del asunto, y de paso asegurarme que no vuelve a molestarla nunca más.
Gracias a un amigo de la policía, consigo averiguar desde donde se hizo
la llamada.
Voy a su casa y lo pillo infraganti, lo ato y amordazo. Sabe mucho pero
habla muy poco, así que mis puños y yo le quitamos la timidez. Le enseño una
fotografía de Nicol , y veo como su rostro se pone pálido entre tanta sangre.
Aquel tipo empieza a hablar:
–
Me llamo Tomás y pertenezco a una
organización mafiosa, ya sabes, drogas, contrabando, prostitución y demás. Hace
unos días nuestra banda se reunió en una discoteca donde trabaja de camarera la
chica de la foto( Nicol) para tratar unos asuntos.
En ese momento le pregunto por esos asuntos, pero no quiere hablar, así
que mis puños y yo le volvemos a obligar. Esta vez habla, y más deprisa:
–
Por lo visto un tipo nos traicionó
robando un cargamento de droga. El jefe al enterarse nos citó a todos
incluyendo al culpable. Una vez allí en la discoteca, lo sacamos al
aparcamiento de atrás y lo matamos. En ese instante nos aseguramos de que nadie
nos ha visto, pero al lado de los cubos de basura había en el suelo un anillo con
las iniciales N.M (Nicol Meyer).
Tenemos las sospechas de que esa muchacha fue a tirar la basura en ese
mismo instante y lo vio todo. Nosotros no la vimos a ella, pero en su huida se
le debería de caer el anillo.
Cuando mi jefe se entero mando a buscarla, y cuando la encontramos me
mando a mi para secuestrarla e interrogarla.
Sabemos todo sobre ella, y también de ti, peo lo que me deja ahora
mismo desconcertado es ¿como diablos un simple abogado como tu a podido hacer
todo esto?.
Se calló y me miró esperando una respuesta que inmediatamente le dí:
–
No soy un abogado capullo, soy un
asesino a sueldo. Y lo maté.
2º Día.
Llegué a casa acelerado; estaba enfadado y frustrado por la poca confianza que ella tuvo
con el asunto hacia mi, pero claro, pensaría:
–
¿Que puede hacer un simple abogado
contra la mafia?.
En el fondo la entiendo, ¿quien puede pensar que soy un asesino a
sueldo, y que lo de abogado es una tapadera?. Quizás yo también debería de
haber tenido mas confianza con ella y habérselo contado.
Fui a la sala de estar, ella estaba en su mecedora encogida, sino fuera
por que se estaba meciendo, pensaría que estaba temblando. Ni siquiera me miró
cuando me acerque a ella, pero no hizo falta porque sus ojos volvieron a
delatarla; estaban rojos y parecía que en ellos había un miedo profundo.
Por inercia se que ha estado mucho tiempo llorando.
Le dije que lo sabía todo y ella me miró imitando una cara de sorpresa,
diciéndome que no sabía de lo que hablaba. Me acerque con compasión y me
incliné frente a ella, le dije que la protegería y que nada le pasaría estando
a mi lado. Nicol me abrazó y hecho a llorar en mis brazos acercando sus dulces
labios a mi oído, y susurró:
–
Ya es tarde.
En ese momento algo duro y pesado golpeó mi cabeza, haciendo que perdiera
el equilibrio y cayera al suelo desplomado. Entonces lo vi todo claro; nos
habían encontrado, y desde que llegué, seguramente ya llevaban allí horas
haciendo sufrir a mi pobre Nicol; de ahí
sus ojos.
He sido un necio, soy un profesional en lo mío y aún así no me he dado
cuenta, ahora todo será peor, no solo querrán llevarse a mi Nicol, sino que
también me ajusticiarán a mi por la muerte de su compañero.
Los gritos de Nicol se van apagando poco a poco en mi oído, hago ademán
de incorporarme para ayudarla, pero es en vano, me estoy quedando inconsciente
y el sueño me abate.
3º Día.
Abrí los ojos, pero a mi
alrededor solo había oscuridad, estaba atado y dolorido, pero lo que más me
preocupaba era el saber de Nicol.
La puerta se abrió y una raya de luz atravesó la instancia. Tras de sí
aparecieron dos tipos grades con cara de pocos amigos. Se divirtieron todo lo
que quisieron conmigo mientras se reían, y me relataban como Nicol gritaba mi
nombre y suplicaba por no ser más
golpeada. Me dolió más la mofa de aquellos mamarrachos que la paliza que me
dieron. Al rato se cansaron de mi y se fueron.
Era impropio de mi, pero ya empezaba a perder la esperanza de volverla
a ver, cuando de repente a la memoria, me vino el recuerdo del momento en que
la vi por primera vez.
Era una noche lluviosa y solitaria, iba caminado por la calle y ella
paso corriendo tan cerca de mi que me rozó la mano. Aquel toque secundario fue
tan mágico, y su perfume tan embriagador, que hizo que me girara para mirarla.
Ella también estaba frente a mi mirándome. La tensión aumento en el ambiente y
un relámpago dejó al descubierto sus hermosos ojos azules. Me acerque a ella
pero no dije nada, simplemente la agarré por la cintura y la besé en mitad de la lluvia. Desde aquel
día nos volvimos inseparables...hasta hoy.
Aquel recuerdo hizo que la llama de la venganza conjunto al amor
volvieran a renacer en mi, armándome de una fuerza y un coraje sobrehumanos,
solo de pensar que no volvería a rozar sus labios nunca más. Logré alcanzar la
navaja que se hallaba en mi bolsillo, cortando así las cuerdas que me oprimían
y pude escapar de aquel agujero oscuro.
Nada más salir vi a dos tipos en la entrada; los que anteriormente me
dieron una paliza, sonreí y me dispuse a crear el horror en sus caras. No voy a
relatar lo que les hice, solo os contaré que necesitaran una fotografía de
cuerpo entero para volverlos a unir.
Subí a la planta de arriba y más de los más, salvo que esta vez fue mas
benevolente, los dejé dignamente reconocibles.
Llegué a la última habitación de la casa, tras de sí solo estaría el
pasillo que me separa de mi amada Nicol.
Cojo las pistolas de los cuerpos que he ido dejando por el camino, ya
que la navaja podría ser poca cosa al no saber lo que hay tras esa maldita
puerta. Rozo el pomo y el corazón se me acelera; no quiero fallarte Nicol.
Montones de hombres se giran y me miran incrédulos. Parecieran que
estuvieran en una fiesta esperando al alguien, y yo les hubiera fastidiado la
sorpresa. Me hacen gracia y les digo:
–
Ahora que estamos todos, ya puede
empezar la fiesta.
Empiezo a disparar a diestro y siniestro, pero eso me aburre, así que
cambio la pistola de una de mis manos por la navaja. Me abro camino dejando
cadáveres tras mi paso . La sangre de aquellos indeseables me salpica la cara,
el cuerpo e incluso el pelo. Una vez
acabada la fiesta con una buena sangría,
cojo un pañuelo y me limpio la cara.
Hay algo que se me escapa, pero no se bien que es. Sobre la pared hay
un cuadro que me llama la atención; es
el retrato de un hombre. Supongo que debe de ser el jefe, el hombre más
influyente en el secuestro de Nicol, y
el único al que todavía no he ajusticiado. Maldición, seguramente estará en
alguno de sus trapicheos por hay. En cuanto Nicol esté a salvo, volveré a por
el y ya ajustaremos cuentas, me dije a mi mismo.
Por fin abro la puerta que me separa de mi amada y
…........................(volver al principio).
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Interesante, gracias, me gusto
ResponderEliminarUm, esperaba un relatos les....
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