Danza
Entre Lobos
Capítulo
29
Rebelión
I
Abrumada en principio por la riqueza atisbada, molesta
después por el insulto que eso suponía para ella, ¿Acaso el beso apasionado que
de sus labios robó sería pagado con el precio del metal? Ella iba a casarse con
el comandante Wong y a pesar de eso había robado su primer beso, ese hombre le
había advertido de la cruda verdad, pero no del dolor de probar, tocar el cielo
con las manos para después verse sola, así... sin ella y verlos juntos. -No
puedo... no puedo ayudarle majestad... “Solo, solo... déjala ir”-
-¿Ni
siquiera si es una espada encantada?- Llegó la voz en un susurro muy cerca de
su oído, tan sorpresivo el tibio aliento y el embriagador perfume de Nina, que
Erstin dio un brinco con el afán de poner alguna distancia entre las dos.
-No... no quiera
burlarse de mi ignorancia alteza, las espadas encantadas no existen... “Igual que su amor por mí”- Suspiró
resignada esperando que la persistencia de la joven se agotara.
Pero poco
sabía Erstin de la terquedad de Nina. -¿Qué debo hacer para demostrarlo si no
me miras...?-
-Nada
alteza, su origen le permite muchas cosas... hasta hablar de locuras sin ser
juzgada por ello- La joven rubia quiso continuar su martilleo sobre el gran
yunque dispuesto frente a ella, esperaba que tal acto empujara a Nina a
marcharse pues su negativa había sido rotunda, pero una mano enguantada la
sujetó por la muñeca, sintió el jalón de aquella fuerza desconocida para
encontrarse de frente y muy cerca de la que le hablaba.
-Si no
quieres verme solo dilo y entonces me marcharé definitivamente, pero no
siembres en mí estas falsas esperanzas con tu frágil escapismo- Los ojos hechos
de magma miraron con molestia e indignación a la joven Ho, quien a su vez se
sorprendía de la inusitada tempestad de emociones que arremolinaba Nina.
-Realmente no sabes algunas cosas de mí, deja ya de decirme alteza- Negaba con
la cabeza. -No corre sangre noble por mis venas, mis... mis padres eran
campesinos de la zona del paso de Fukka. Yo fui acogida por Saeko de Kruger
cuando era bebé, ella era de humilde cuna y si obtuvo fortuna, eso ocurrió
cuando se casó con el Duque Takeru Kruger, pero por favor no pienses que ella
se casara con él debido a un interés material, Saeko amaba al duque
sinceramente...- Suspiro pesadamente. -A fin de cuentas provengo de la misma
estirpe que tú, una tanto o más humilde que la tuya, y eso no me avergüenza-
-Tus
padres... ellos te... ¿Te abandonaron?- Las pupilas de la dama rubia temblaban,
era tan imperceptible el suave y tímido estremecimiento de su cuerpo, que Nina
no pudo percibirlo a pesar de yacer tan cerca. Con la muñeca sujeta sin lugar a
escapatoria, el pecho femenino de Erstin rozaba el peto acorazado que
resguardaba el de la joven Kuga...
-No... Ellos
murieron hace mucho tiempo- Nina desvío la mirada a otra parte y aflojó el
agarre. -No les conocí, pero... "dieron
su vida por protegerme y desde entonces me juré que protegería a las personas
indefensas, es por esto que me hice cazadora de Orphan, tampoco quería quedarme
atrás y ver como esa persona se alejaba más, pensé que no podría alcanzarla,
pero ahora me doy cuenta que necesitaba hacerme fuerte para cuidar de la
persona que un día llegase a amar realmente y esa persona está frente a
mí..."-
-¿Pero?-
Preguntó con severa preocupación la rubia.
-Entiende
que si mis padres no estuviesen muertos, quien sabe cómo sería mi
vida...quizás, ni siquiera te conocería- La joven Kuga desvió la mirada
frunciendo el ceño, esa idea no le gustaba mucho. -Aun así... mi pasado no
importa ahora Erstin-
-Claro que importa,
es el camino que recorriste lo que te hace la persona que eres- Intentó
persuadir con voz gentil la joven Ho.
-Eso es
cierto y ahora me pregunto por tu camino y tus decisiones- Suspiró antes de
mirar directamente a los ojos a Erstin. -Te has ido y solo escucho excusas
triviales, las ocupaciones de familia jamás serían importunadas con una pequeña
despedida, un... un te veré de nuevo o... promesas que quizás no se cumplirán
cuando digas jamás te olvidaré, si es que definitivamente desearas apartarte-
El impulso de Nina se fue evaporando a medida que comprendía la inexistencia de
un vínculo más fuerte entre las dos ¿Qué derecho tenía? Ninguno, cuán injusta
estaba siendo y cuán egoísta su anhelo. Soltó la muñeca de la dama, llevó sus
dedos a la empuñadura de su espada y se apartó con prudencia. -Entonces solo te
pido que restaures esta espada... mi
vida depende de ella, es por eso que te daré cualquier cosa que pidas a cambio
de este favor Erstin...-
Con la
repentina distancia, Erstin tuvo oportunidad y espacio temporal para mirar a su
divino tormento, y nunca mejor dicho de esa forma, Nina había recogido sus
largos cabellos en dos grandes trenzas, su cuerpo no lucía ya femeninos
vestidos, casi toda su ropa estaba hecha de cuero y entallaba perfectamente su
figura, desde las botas marrones de tacón corto, los pantalones negros, correas
llenas de dagas, un chaleco con adornos dorados formando el emblema del lobo y
hasta la funda endurecida de su espada eran de cuero. En una mano Nina sostenía
un casco bien cuidado con la conocida forma del lobo, un peto plateado protegía
el corazón, espalda y otros atributos de la dama, unas hombreras resguardaban
la pulida piel de los brazos de la morena y unas rodilleras enlazadas con sus
botas ofrecían la seguridad en esas extremidades inferiores.
Fue claro
para Erstin que la joven Kuga no iría en esos atuendos a una cena de campo, de
hecho lucía ropas para la guerra. -Nina... usted-
-Hay muchas
cosas que lamento no haberte dicho Erstin y ahora que deseo hacerlo el tiempo
no lo tengo- Nina retiró el cinto de su espada y lo depositó en las manos de la
rubia. -Decidirás si creer o no en mis palabras, tal como has expresado con
antelación es seguro que me juzgues loca, pero que remedio me queda ya si todo
cuanto me muestras es tu desprecio- La morena desvió la mirada sobre la fragua.
-Esta espada me la obsequió una deidad, el encantamiento consiste en un
agigantamiento sobrenatural sin que por ello la espada tenga mayor peso, si
alguien además de mí osa tocarla sin mi consentimiento, te aseguro que pesará
lo suficiente para que ni el más fuerte hombre pueda levantarla-
La mente de
la joven Ho era un caos completo, pero el corazón le gritaba creer en los
sinceros ojos de magma que la miraban. -Por favor muéstrame, necesito ver cuán
dañada esta, solo entonces será posible mirar si tiene reparación-
-Gracias por
escuchar- La morena sonrió un instante antes de desenvainar su espada, al
extraerla se miraba el desgaste que el ácido había ocasionado, además del
naciente óxido que arriesgaba invadir toda la hoja de la lustrosa empuñadura
incrustada de zafiros. -Mi espada se llama Neptuno y la fuente de su
encantamiento es el agua- Nina tomó algo más de distancia entre ella y Erstin
para asegurarse de obtener el espacio suficiente, susurrando muy quedo invocó
el regalo de la Diosa Mikoto, así la hoja de Neptuno se agiganto hasta alcanzar
el triple de su longitud y cinco veces su ancho. Tal circunstancia no sólo
mostró las verdaderas dimensiones de la espada encantada sino también la
magnitud de la avería en el filo y la consistencia del metal.
Erstin no
pudo más que maravillarse por la antigua magia que contemplaban sus ojos, el
metal haciéndose tan líquido como el agua, tomando la poca humedad del
ambiente, absorbiendo el agua del cuenco traído por Maya para incrementar su
volumen hasta hacerse inmensa, tan brillante... con un dejo de translucidez,
era la extraña mezcla de metal con cristal. El arma en sí misma había sido la
obra más esmerada de un gran herrero, no sólo era grande y poderosa, fue
tallada y adornada de forma exquisita con gemas azules y diamantes. Sólo al
mirar más de cerca era que finalmente comprendía la gravedad de la avería a la
que había sido sometida, la hoja estaba mellada, corroída y oxidada, sería muy
difícil recuperarla y no estaba segura de poder preservar la magia dentro de
Neptuno. -¿Como ha sido posible tal daño?- Ahora Erstin miraba como un reto a
su quehacer el poder reparar la espada, ya no solo se trataba de que fuese la
espada de aquella mujer.
-Si te lo
dijera, no me creerías... eso me temo- La joven Kuga suspiro un instante antes
de retirar el encantamiento de la espada, vuelta a un tamaño más compacto Nina
sostuvo con sus manos la hoja y la empuñadura, puso su rodilla en el suelo,
inclinó su cabeza con un dejo de sumisión ante Erstin y tendió la espada mágica
a la dama. -Te entrego mi más preciada posesión en esta tierra como signo de mi
confianza sincera...- Erstin tragó saliva antes de tomar la espada y ponerla en
la fragua, tenía en mente pulir la hoja, pero primero sería necesario
reconstruirla casi por completo.
-¿Eso es un
sí?- Preguntó esperanzada la más alta y delgada, a la rubia fuerte.
-¿No me ha
pagado ya ese trabajo?- Erstin se dio la vuelta para volver a mirar a Nina,
notaba que el calor había robado ya un par de gotas de sudor y con esa armadura
estaría pasando incómodas circunstancias. -¿Eso es todo lo que requerías de mí?
Vuelve en tres días y esta espada estará completamente reconstruida, hasta
entonces podré tomar esa bolsa... mi familia es humilde y me has dado
suficiente para un honesto retiro a mi abuelo, así que te debo las gracias
¿No?-
La pelinegra
negó con la cabeza. -Ha pasado toda mi vida y hoy me doy cuenta que todo este
tiempo estuve equivocada... ahora tengo razones más valiosas- La dama Ho no
entendía nada sobre la actitud de Nina, estaba sonriendo apaciblemente como si
todo estuviera bien ¿y lo estaba? Tal vez para ella sí, así que Erstin forzó
una sonrisa para darle algo de paz a su despedida ¿Por qué no solo se iba? Ya
estaba claro que no podía negarle nada.
-Necesito,
hay algo más que requiero de ti...- Con prudente paso se acercó. -...hagamos un
pacto hoy Erstin... quiero saber y no reservaré ningún secreto para ti a cambio
de los tuyos, ¿Qué dices?-
-Una verdad
a cambio de otra, a pesar de lo corto de su tiempo- La rubia no estaba segura
de querer conocer los secretos de Nina, quizás algunos serían muy dolorosos
para ella, pero al mismo tiempo le estaba matando la incertidumbre, era mejor
dejar de guardar sus esperanzas de una vez por todas.
-Erstin, si
me permito partir hoy sin saber lo que deseo, es claro que no voy a tener paz
ni un solo segundo durante mi viaje a Windbloom y es un lujo que no puedo
darme... la tarea que me ha sido encomendada es de vital importancia para
todos- Explicaba con urgencia, mirando sin pestañear el rostro de la joven Ho.
Nina sabía que se aventuraba una temporada de recesión, necesitaba conseguir
ese acuerdo con la princesa Mashiro, pero no podía tardar tanto, con la cosecha
destruida el mercado estaría completamente desabastecido en menos de una
semana.
-Pero, las
carreteras se han vuelto peligrosas... iras con una guardia prudente ¿No es
así?- Solo eso necesitaba oír para tener aunque fuera una pizca de
tranquilidad, a pesar de todo seguía preocupándose por su seguridad.
-Eso solo me
retrasaría...- Musitó Nina con un dejo de indiferencia, como si no le
importaran los peligros de su viaje.
-¿Retrasarte?-
Erstin abrió grandemente sus ojos, luego se mordió los labios conteniendo un
gruñido ¿Acaso la estaba chantajeando? Castigarla con una preocupación tan
profunda durante días ¿Para qué? Ella ya tenía a alguien en su vida... -Eres
cruel...- Esta vez la rubia se atrevió sujetar la abertura del peto, estaba tan
molesta.
-¿Qué?- Los
ojos de magma se miraron confundidos. ¿Por qué cruel?
-¿Acaso
sabes lo peligroso que es eso? No sé qué pueda estar ocurriendo pero de algo
estoy segura, allí hay algo peligroso de lo que no se sabe nada- Erstin
señalaba la puerta con su dedo enguantado en cuero, refiriéndose al bosque,
todo ello sin soltar a Nina.
-Y si te
dijera... que sé lo que se oculta en el bosque... ¿Aceptarías mi oferta? No
habrá un solo secreto para ti- Nina retiró el guante de su mano y deslizó sus
dedos sobre la blanca mejilla con gentileza, aun si estaba llena de tizne, en
cada ocasión de mirar a Erstin la encontraba muy bella y una poderosa necesidad
de abrazarla, besarla y no soltarla jamás se apoderaba de la joven Kuga. ¿Qué
impedía tal deseo? Solo la idea de no ser correspondida y se trataba de una
tenue barrera invisible, estaba sintiendo llegar a su propio límite. Tenía la
insoportable idea de que resistirlo todo sin tirarse de cabeza a un río por lo
menos una vez en su vida, acabaría con todo... así que le perdonara la diosa
por usar ese truco sucio. -Siempre que me reveles los tuyos, te diré todo lo
que ansíes saber- Susurró con voz profunda muy cerca de su rostro, inclinó su
cabeza cerca de su oído. -No lo dudes... afirma por piedad- Suplico al fin, no
escondía con suficiente prudencia la necesidad de consumirla por completo.
La
curiosidad, aquella... la más insistente de las sensaciones, la necesidad de
saber para apagar el temor o saber a ciencia cierta a que se le teme, el hilo
mortal que acabará con la incertidumbre comenzó a diluir la fuerza de voluntad
de Erstin, junto a la envolvente voz que electrizó su espina dorsal. -¡Dilo
ya!... No me tortures más- Afirmó presa de la tensión, pero rauda retiró el
rostro de tan sublime contacto. -¿Qué es lo que se oculta en el bosque? ¿Qué es
lo suficientemente terrible para hacer que las aves se alcen a los cielos en
marejadas con apenas un rugido? ¿Qué hace palidecer a un oso pardo para
alejarse tanto y llegar a los poblados?- Erstin abrió sus ojos como si se
tratara de una epifanía, todo era la misma cosa, lo incendios, los animales
aterrados, el pánico como un murmullo mortuorio de algo peor, algo que nadie se
atreve a mencionar y ella, al verse tan tranquila con la certidumbre de saber y
tal vez... ¡La espada! Levantó su mirada para cruzarla con el rojo voraz de un
incendio en su rostro. -¿Qué...qué cosa ha destrozado de semejante forma tu
espada?-
-Me parece
que todas esas preguntas son finalmente solo una... es justo- Nina sonrió al
comprender que Erstin era todo menos tonta, pese a todo era tan difícil
explicar aquello. -‘En el bosque de Fukka
se ocultan, habitando cerca del lago encantado, allí reposa el espectro de una
doncella cuyo llanto no se apaga jamás, de su tristeza se contamina el mundo y
de su espíritu corrompido se alimentan los demonios del averno, malditos seres
producto de los sentimientos oscuros, son los hijos no natos del que fue sin
corazón, pero tampoco muertos están, atrapados yacen para servir a la venganza
de aquella desdichada mujer...’-
-Conozco ese
cuento, la historia de la amante del Duque, la despechada mujer que le ofreció
su alma a una deidad vengativa y celosa, la dama del lago, la sacerdotisa
maldita y otros tantos nombres para la misma historia... hace parte de las
leyendas de este lugar... es casi folclore- Erstin no esperaba que Nina le dijera
semejante absurdo, no estaba siendo muy sincera, frunció el ceño y se cruzó de
brazos.
-Lo sé, eran
los cuentos de miedo que contaban los ancianos para que nos portáramos bien de
niños... de otra forma ella enviaría a su hijos para “jugar” con nosotros...-
Nina tomó por los hombros a Erstin. -Lo que quiero decir es que esa leyenda es
cierta, esas criaturas realmente existen, no hay uno solo que sea idéntico al
anterior, son demonios y aunque no son los hijos de la sacerdotisa, nosotros
los llamamos Orphan... “Hijos sin madre” debido a ese cuento-
-¿Estás
diciendo que existen demonios en este lugar?- Erstin intentaba no parecer
incrédula pero sus esfuerzos eran nulos.
Nina bajó la
mirada. -¿Supongo que deseas pruebas?-
-No es que
dude de tu palabra pero...- ¿Cómo decirlo con tacto?
-Lo
imaginé... a mí me costó mucho creerlo, pero después de ver a uno con mis
propios ojos no he podido olvidarlo- Nina depositó su casco sobre la mesa más
cercana y procedió a desprender una parte de su peto y hombrera dejando al
descubierto su chaleco y camisa blanca de manga larga. -Un Orphan destrozó mi
espada, de sus fauces manaba una sustancia ácida lo suficientemente fuerte para
corroer la encantada hoja de Neptuno y con ese icor lastimó mi hombro cuando lo
enfrenté, tengo una cicatriz debido a ello, aunque no se ve a simple vista- La
pelinegra rasgó la manga blanca de su camisa, dejando a la vista su hombro,
pero en efecto este se miraba tan pulido y perfecto como la noche de la fiesta,
tan hermoso que Erstin no encontraba la mencionada cicatriz. De ese modo Nina
se sirvió aclarar. -Nosotros usamos gemas encantadas para esconder lo que no
deseamos sea visto por los demás, esta gema esconde la marca de esa
criatura...- La morena extrajo un collar bajo su ropa, una cadena de plata con
un zafiro como dije, lo retiró de su cuello para depositarlo sobre la misma
mesa que su casco y una vez volvió cerca de Erstin, sin la magia ocultándola
esta pudo ver como largas líneas negras y azules se deslizaban sobre la blanca
piel del hombro descubierto de Nina, tenían un desnivel con respecto a la piel
intacta, era tan místico como un tatuaje, parecía una runa superpuesta sobre lo
que fue una herida. -Yo no pude sanar completamente... pero uso este símbolo
mágico para apagar el dolor-
-Pero...-
Erstin no sabía cómo expresar correctamente su sentir, estaba abochornada por
haber dudado de su palabra y preocupada por lo que veía, aquella herida debió
ser verdaderamente grave para dejar una marca tan extensa. -¿Hace cuanto tiempo
te hiciste esa herida? ¿Cómo puede ser que existan semejantes monstruos y nadie
los haya visto jamás?- La mente de Erstin era un caos total, lleno de aún más
preguntas que al principio.
-Yo
responderé, si tú respondes primero... es ese nuestro acuerdo- Erstin asintió
calmándose a sí misma lo que más le fuera posible. Nina por su parte volvió a
usar el collar, acomodó su armadura sin preocuparse de haber rasgado su camisa,
no le interesaba el glamur en momentos como ese. -Dime la verdad sobre la noche
en que te fuiste ¿Porque te alejaste del castillo sin siquiera despedirte?-
Suponiendo que la rubia volvería a recitar la misma mentira una y otra vez,
añadió sin dilación alguna. -No me digas que se deba a tus hermanos, según sé
ellos no fueron a buscarte al castillo porque tú se lo pidieras... y tú no
podrías saber que ellos solicitarían tu oficio como herrera en la fiesta, no
los habías visto en días, aún no hablabas con ellos, entonces dime ¿Por qué te
fuiste así? Como huyendo de allí... “de
mí”-
La joven Ho
suspiró largamente, lo había prometido, no tenía más opción que responder y no
pensó que Nina fuese tan astuta. Fue cerca de la fragua y dio la vuelta a la
espada, necesitaba que el metal se tornara rojo como el magma de los ojos que
se estaba esmerando por evadir. -Estabas molesta conmigo... yo no esperaba que un pequeño baile con el
capitán Wong agraviase tanto la noche... me sentí incómoda entonces y pensé que
sería oportuno volver al lugar al que pertenecía- Bajaba la mirada abochornada,
seguramente se escuchaba a una burda excusa pero no tenía el valor para
informar a Nina las crueles aseveraciones de su prometido.
-Tú eres...
tú eres... tremendamente valiosa para mí, no quería que te sintieras de esa
forma- Nina acarició su hombro esperando que se diera vuelta para verla a los
ojos, pero eso no ocurrió, así que continuó explicando. -A tu primera
pregunta... esto ocurrió hace un mes y medio aproximadamente, escuchamos
rumores acerca de unos Orphan en los alrededores y acudimos en su busca Natsuki
y yo, a ella le atacaron varios pero supo apañárselas y yo ofrecí apoyo, con
los resultados que ya conoces. A la segunda, es por nuestra silenciosa
protección que nadie los ve nunca, la guardia del castillo existe solo por esa
razón, destruir a los Orphan mucho antes de que alguna persona pueda verlos...
sabes que nadie tiene permitido adentrarse en el bosque por órdenes de la
familia Kruger, la mayoría supone que es de gran disgusto que los pobladores
casen en sus tierras y roben sus venados, algunos se han atrevido a violar este
mandato y no han vuelto jamás de allí, la gente piensa que ese es el castigo
que han recibido por su desobediencia venida de la mano de soberanos tiranos,
nosotros sabemos que han sido presa de algún Orphan, nos llamaran crueles por
esa razón pero preferimos que piensen eso por su propia seguridad. Ningún
Orphan debe superar nuestras líneas de defensa, nosotros no dejamos que lleguen
hasta el poblado pero... eso está cambiando y es por ello que te he solicitado
tan grande favor, sin mi espada no puedo luchar de igual a igual con uno de
ellos, mis armas agotan sus balas y mis dagas me obligarían a luchar cuerpo a
cuerpo con ellos... y si, aun sabiendo eso tengo que ir a Windbloom para hablar
con Mashiro-sama y el rey, de eso depende la supervivencia de nuestra gente en
el invierno que se avecina-
-¡Pero es
muy peligroso! ¿Cómo piensas superar el cruce de los dos picos? Si un Orphan te
atrapa ahí no tendrás escapatoria- Erstin se volvió para verla directamente,
sujetó la mano de Nina con fuerza, como si no quisiera dejarla ir.
-Soy la más
veloz, ágil, puedo escabullirme con facilidad y soy la única persona que ha
sido capaz de derrotar a un Orphan con sus propias manos después de Natsuki y
el tío Takeru, a pesar de mi fragilidad me he sobrepuesto a todo cuanto ha
pasado, es por esta razón que mi tío me ha solicitado ese favor, necesitan a
todos los demás aquí para proteger a la gente, ellos confían en mí y... es un
riesgo que estoy dispuesta a correr Erstin- Suspiró a pesar de los ojos de
cielo que la miraban con reproche y preocupación. -He resuelto tres de tus
preguntas, eso significa que tengo derecho a tres verdades-
-No sé qué
es lo que deseas saber... qué respuesta puede tener tanto valor para ti, a
cambio de tan valiosos secretos- Erstin miraba con inquietud sin soltar la mano
enguantada.
Nina guió a
la joven rubia más lejos de la fragua y del insoportable calor que hacía,
estando más cerca de la puerta del taller donde una pequeña corriente de fresco
aire se adentraba. -Solo quiero conocerte...- Sonrió de forma inocente, para
luego ponerse ligeramente nerviosa. -... me preguntaba si estás comprometida, a
tu edad es algo frecuente... y...-
Erstin se
rió de la peculiar inquietud de Nina, poco después calmó sus risas notando la
extraña expresión en la cara de su interlocutora. -No- Respondió al fin. -No
creo que alguien se interesaría en una mujer que aprecia más el arte o la
herrería que a ellos y aun si soy una mujer, no soy deseable-
-¡Eso no es
verdad!- La joven Kuga negó con una sonrisa en sus labios. -¿Cómo puedes pensar
eso? A mí me pareces muy linda- Dijo aquello de forma tan natural, levantó sus
hombros casi como una niña pequeña para quitarle hierro y peso a sus
atrevimientos. -No es mi culpa que los hombres de este poblado están ciegos-
Añadió riendo. mas sólo al mirar la sorpresa en los ojos celestinos de Erstin
supo de lo indiscreta que había sido, sus mejillas se tornaron sonrojadas de la
pura vergüenza.
El corazón
de Erstin palpitaba desbocado, que dolorosas esperanzas estaban naciendo dentro
de ella a medida que la charla se desarrollaba, ¿Por qué Nina insistía? ¿Por
qué se quedaba si ya había prometido restaurar su espada mágica? -Aun tienes...
dos preguntas- Musitó soltando la mano de la morena, obligándose a serenarse y
no pensar más.
-¿Te... te
gusta alguien?- Preguntó Nina con un bochorno aún mayor, con las manos y las
piernas temblando como si fueran de gelatina.
Erstin quiso
decir no. -Si- Pero su corazón fue más raudo que su mente.
Nina se
congeló en su lugar, de pie y notando cómo la rubia desviaba la mirada, no era
correcto preguntar ese tipo de cosas, secretos que serían obsequios de la
sinceridad construida, sin embargo quién podría ser justo cuando se trata de la
persona amada, un ruin medio, uno válido para apagar el dolor de la
incertidumbre dentro de sí. Pese a todo quién, ¿Quién era el afortunado ser
dueño del sentir de Erstin? Podía preguntar, tenía una última pregunta, podría
cuestionar su nombre, pero ¿Sería capaz de escucharlo? Nina frunció el ceño en
medio de sus cavilaciones. No era capaz de oírlo, no podía hacerlo. -¿Le
conozco? ¿Conozco a esa persona que es tan especial para ti?- Susurró con voz
grave, casi inaudible.
Erstin
sonrió con amargura, era afortunado que no preguntara directamente el nombre,
en qué predicamento le hubiese puesto de esa forma. -Le conoces
perfectamente...-
Nina cerró
sus ojos y mordió sus labios, era otra persona, alguien del castillo a quien
conociera profundamente, pero ella solo había contactado a Shizuru, Natsuki,
Takeru, Arika y Sergei. Abrió sus ojos magma y su rostro se tornó absolutamente
frío e indiferente ¿En qué pensaba? Esa pregunta jamás debió hacerla. -Eso es
suficiente, gracias por tu sinceridad- Hizo una breve venía. -Es hora de
partir...- La Kuga se apresuró a tomar su casco de la mesa. -Volveré en seis
días por mi espada, eso espero...- Caminó con dirección de la puerta, era un
tiempo eterno para volver a verla, pero deseaba hacerlo, seguramente estaba
siendo masoquista por eso.
Erstin vio
impotente como la persona más importante para ella se alejaba, se iba a un
lugar terriblemente peligroso y no estaba tan segura de volver a verla, estaba
molesta ¿Eso era todo cuanto quería saber? ¿Si sufría su corazón por amor?
Tenía que detenerla y saber, ahora realmente quería saber, así que cuando vio
que empujaba la puerta y la luz del sol se filtraba sobre su armadura hasta
hacerla brillar, cuando sus botas rozaron el pasto. Lo gritó, una de las mil
dudas dentro de su corazón. -¿Por qué te molestaste tanto conmigo después de
bailar con Sergei?-
Nina se
detuvo y volvió su rostro atrás, bajó la mirada, era justo responder. -Sentí...
celos- Se hizo el silencio,
Erstin tensó
sus puños, debía dejarla ir, pero era tan difícil, si había venido para echar
sal a su herida, lo había logrado. -¿Todo esto es por ese sujeto?- Dijo entre
dientes. -Si el capitán es tan... pero tan importante para ti... ¿Por qué estás
aquí?- Susurraba llena de ira, gritó. -¿Por qué vienes aquí a echarlo en cara?-
Erstin caminó hasta acercarse, con pasos arrastrados y enfadados, sujetó a una
confundida Nina por los hombros, el casco cayó al suelo. -¡No lo entiendo! Si
él es todo en lo que puedes pensar ¿Por qué me besaste en el festival? ¡¿Por
qué?!-
-Por qué...
por qué...- Sentía la presión de los brazos fuertes de Erstin cuyos ojos
estaban a punto de diluviar. -“Al
demonio... todo acabará, toda esta lucha acabará con la luna roja y yo... no
quiero arrepentirme de nada más”- Teniéndola tan cerca, viendo sus labios
moverse sin siquiera poder escuchar una palabra de lo que dijera, Nina ya no
pudo soportarlo, retiró los brazos de la rubia y los apresó con una pequeña
llave en su propia espalda, inclinó su rostro hacia abajo y posó sus labios
sobre los de Erstin. Sintió el forcejeo pero eso no le detuvo, cuando la joven
Ho intento decir algo, Nina tomó la oportunidad para explorar el sabor
exquisito de su boca, deslizando su lengua, buscando a su igual y cuando la
esperanza quería morir, solo en ese instante, sintió sus labios abrirse para
estrechar los suyos y succionarlos, las manos antes atadas fueron liberadas, se
deslizaron por su cintura sobre pecho hasta
ascender completamente y tomar el rostro de la morena. Nina se dejó
hacer dichosa por la silenciosa afirmación, sus brazos envolvieron la cintura
de Erstin acercándose todavía más de ser posible, se unieron sus bocas con un
deleite casi divino, sintieron las caricias de la otra que con sus dedos
hiciera trazos de dibujos imaginarios, Nina percibió el firme agarre de esas
manos en su cuello, sus dedos deslizándose sobre su nuca desnuda, sus cabellos
y sus besos húmedos, tibios. Jadearon ansiosas, respiros cortados, miradas
intensas se dirigieron sus ojos, enlazadas estaban ya sus almas, sin
escapatoria, un aliento corto para renovar en sus labios las declaraciones
mudas del amor, apenas un roce cuando un filo amenazó directamente el cuello de
Nina.
-Suéltala
¡Lo exijo! No mueva un músculo infausto o lo degüello en el acto- No era otra
voz que la de Maya, ni otro filo que el de una de las espadas recién forjadas
por Erstin, la mujer estaba iracunda y miraba de muy malas formas al infeliz
que osaba mancillar el honor de la joven Ho, la chiquilla de rubios cabellos a
quien consideraba casi como una hermana pequeña.
Nina se
movió sigilosamente, puso su cuerpo como escudo entre la extraña que le
apuntaba con la espada y la joven herrera. -Aparte su espada, se lo pido-
Musitó con tono reservado, muy grave, mientras en su mente sopesaba la
posibilidad de tomar el filo con su mano, teniendo el guante de cuero y estando
sin pulir la espada, no se cortaría, tal vez no demasiado.
-No está en
posición de eso mastín ¡Víbora! ¡Rapazuelo! Alguien que se ha atrevido a
injuriar a mi familia ¿Osa pedir tal cosa?- Acercó un poco más el metal a su
cuello, luego miró su cuñada y ordenó. -Erstin ¡Apártate de él!- Aunque el
pulso le temblaba Maya estaba dispuesta a cualquier cosa por su familia.
-Yo no... “¿Él?”- Nina abrió sus ojos confundida.
-No he pretendido ¿Injuriar?- La joven Kuga supuso prontamente que la mujer era
alguno de los familiares de Erstin y se quedó inmóvil teniendo la certeza de
que enrojeció de pies a cabeza por su atrevimiento.
-Maya no...
No es- Erstin se sonrojó violentamente, en qué estado le había encontrado su
cuñada. -no es tan terrible como piensas-... Besando a una chica. -Un poco sí,
pero...- Ella no supuso que justamente fuera una mujer la que le besaba, no
sería tan grave o ¿Sí?
-Yo vi lo
que vi Erstin y estoy muy decepcionada- Claro que Maya imaginaba quien era
aquel muchacho de ojos rojos, rostro fino y hasta inocente, no muy alto,
delgado y ostentando la armadura de la guardia de la familia Kruger. -No es de
una dama ser tan impropia... no sea que este ‘caballero’ pretenda servirse a su
antojo, cuando así lo crea conveniente-
Nina tensó
la mandíbula, no por los juicios de Maya sobre su persona, sino por las
deplorables palabras que le dirigía a Erstin, cuyos ojos amenazaron con
diluviar. Sin siquiera dudar o temer al metal rozando su piel dijo a viva voz.
-¡No se atreva! Erstin no es de esa clase... que refiere, si pensara eso...
tengo la certeza de que no estaría aquí-
-¿Qué hace
aquí entonces?- Maya levantó su negra ceja con sutil interés.
-Ella es la
persona que yo escogí y espero- Miró con un dejo de duda a la joven rubia a su
espalda. -Que ella decida escogerme a mí-
-¿Cómo se
atreve siquiera a insinuar eso quien está comprometido con otra persona?-
Respondió agriamente Maya, necesitaba una buena respuesta o definitivamente
sacaría a escobazos del taller al apuesto muchacho.
Nina frunció
el ceño, de dónde había sacado tal idea ¡Sergei! -“Maldito cobarde”- Cerró su puño indignada. -Mi compromiso con
Wong-san fue roto poco después del matrimonio de la Duquesa y Shizuru, no es la
persona que pone mi mundo de cabeza ni hace que lata mi corazón- Más una
epifanía se originó en la mente de la joven Kuga y sus ojos se abrieron
sorprendidos, Erstin había sufrido ante
esa idea, había pensado que su angustia la noche del carnaval se debía un amor
profesado al capitán de la guardia. Sin siquiera prestar atención de la
expresión confundida y abrumada de Maya se volvió a mirar a la joven rubia,
tomó su mano con afán y besó el envés delicadamente, levantó su cabeza con
nueva fortaleza y valor para perderse en el infinito mirar celeste. Sonrió. -Yo
sentí celos porque Sergei danzó contigo, esa dicha la quería para mí, ansiaba
bailar contigo pero era inapropiado ¿No es así? La persona que sueña y anhela
algo más que una amistad con una doncella, no debería bailar si la dama no lo
desea y sentí pena, pues me rechazaste... más no imaginé siquiera que Wong
insinuara que nuestro compromiso siguiera en pie, pues fue roto hace meses y
esa noche cuando me preguntó con molestia por ti, le recordé justamente que el
compromiso ya no existe, se dio cuenta que mis ojos no han brillado nunca como
al mirarte a ti-
-No me he
ido señor, le exijo apartarse- Insinuó nuevamente Maya con el filo aun más
próximo al cuello de Nina.
-Sólo será
de ese modo si ella niega, entonces me marcharé comprendiendo que no soy para
ella- Aun dando su espalda a Maya cuya falta de experticia había lastimado ya
la piel de la Kuga, Nina se apresuró a preguntar. -¿No me quieres Erstin?-
Dicho con temor como olvidando el beso que fue respondido momentos atrás.
La mirada
miel y carmesí posaron su interés total sobre la faz blanca y pulida de Erstin.
La rubia apenas podía musitar palabra, sus labios temblaban temerosos, pero sus
manos más rápidas y menos pensantes se abrazaron a Nina y su rostro se escondió
en su pecho acorazado. -Te quiero... lo he hecho por tanto tiempo ya, que mi
corazón se marchitaba pensando que no eras para mí-
Tales
palabras fueron aire y vida para la pelinegra, envolvió en sus brazos a la
joven Ho, beso su frente y volvió la vista sobre Maya cuya espada ya había
bajado hasta no ser más un peligro para su cuello. -La ha escuchado, no me
apartaré de ella si no es su deseo y no me rendiré sabiendo que su corazón me
ha sido dado como regalo, ella será la persona que me acompañe a lo largo de
toda mi vida y le aseguro que nada ni nadie podrá arrebatarme eso-
Maya sonrió,
la fiera mirada que le dirigía aquel muchacho era la misma que recordaba en los
ojos de su esposo cuando enfrentó la cruda negativa de su padre, poco después
de eso un anillo, el escapar de su casa para hacer parte de la familia Ho y una
boda tuvieron lugar, pero ella quería estar segura de las cosas, tenía que dar
el último empujón. -No serán más que palabras para mí si no dejas para nosotras
una prueba de tu interés sincero, no se irá de esta casa una doncella si no es
como se debe-
Nina abrió
sus ojos sorprendida, comprendió rápidamente a qué se refería la mujer
pelinegra frente a ella con tanta determinación en su mirada miel. Suspiró
largamente ¿Como ofrecer lo que como mujer jamás podría? Entró en tensión
inmediatamente y esto fue visto por la malicia de Maya. -¿Dudas acaso?-
La joven
Kuga frunció el ceño molesta y aclaró con rapidez. -No dudo... pienso en mi
estupidez, pues no traje un anillo como es propicio- Nina se apartó ligeramente
de Erstin para retirar su guante dejando ver unas manos suaves y delicadas que
trajeron algo de sospecha a Maya, pero rauda supuso que se debía simplemente a
que ese muchacho jamás había realizado labores en el campo ni blandido por
mucho tiempo una espada, entonces notó el anillo de oro blanco con
incrustaciones de Zafiro que tenía labrado su nombre y su marca. Dedos finos y
delgados extrajeron el anillo, Nina retiró el guante de herrería de Erstin y
deslizó la gema en el anular de la joven Ho. -Por ahora solo puedo entregarte
mi sello, esperando volver con uno de bodas, uno que sea más hermoso para
solicitarte en debida forma, hasta entonces podrás pensar si realmente deseas
estar conmigo a pesar de las dificultades que esto suponga- Con un beso en el
dedo anillado, la de ojos magma se apartó finalmente de Erstin, recogió su
brillante casco y caminó con la dirección de su caballo. -Sin importar cual sea
tu respuesta, tú serás la única para mí... porque eres lo más amado- Musitó de pie
frente a su fiel corcel antes de montarlo de un salto y Erstin se sonrojo ante
las gallardías de su amada.
Maya abrió
sus ojos grandemente, ningún noble que conociera se desprendería de un sello,
justamente porque cualquier correspondencia podría marcarse con él y hacerse a
su nombre, después de todo cada anillo estaba diseñado de forma única para
evitar posibles falsificaciones. Entregar el sello significaba por tanto dar el
nombre y la palabra a quien lo tuviese, era bastante mejor oferta que un anillo
de boda.
Nina
cubrióse la cabeza con el Yelmo y contempló a la doncella cuya mano anillada se
ajustaba a su pecho, se juzgaba la más bella a sus ojos, sonrió para ella aun
con una tormenta en sus ojos hechos de fuego. Suspiró, nunca se vio tan injusto
ser mujer, no podría brindarle la dicha de los hijos, serían constantemente
juzgadas por todo aquel que las viese juntas y tantas otras vicisitudes que
podrían tambalear la voluntad de cualquiera, pero ya lo había decidido,
encontraba mejor vivir junto a la rubia con lo dulce y lo amargo de la vida,
que pasar toda su vida junto a un hombre relegada a ser el objeto de sus bajas
pasiones, la ornamentación de la casa o la madre abnegada de los hijos del
desamor. -Obtendré el edicto... y de esta forma, si me dices que si al
volver... serás mía ante los ojos de la Diosa- Alzó su voz firmemente, mientras
su caballo relinchaba en dos patas. -Le pido señorita, cuide bien de ella en mi
ausencia... que es mi alma la que guarda- Una venía a la joven cuñada y se dispuso
a partir.
Maya sonrió,
pero pronto frunció el ceño recordando otro par de detalles con nombre propio.
-Ten cuidado muchacho... sus hermanos no serán tan fáciles de convencer como
yo, tienen en muy poca estima la casa Kruger y a su gente-
-Aceptaran
aunque tenga que batirme en duelo con ellos, se lo he dicho, nada podrá
impedirlo... mientras los ojos de Erstin me miren así... yo no sabré rendirme-
Fue lo último que se escuchó decir antes de que el corcel galopara con gran
rapidez sobre el pasto y se alejara sobre los entramados de las carreteras con
dirección de Windbloom, se comprendía entonces la premura del muchacho que no
tenía tanto tiempo, no después de lo que pasó en los campos de trigo, pero eso
las damas no lo sabían.
Una vez le
perdieron de vista la fortaleza y serenidad mostrada por Erstin en la despedida
flaqueó junto a sus piernas, cayó de rodillas sobre el pasto, abrazó con más
fuerza sobre su pecho el anillo y gimoteó tenuemente soñando no ser escuchada,
más el sonido llamó la atención de la cuñada quien corrió presta a su lado.
-¿Erstin? ¿Por qué lloras? ¿No sufrías por desamor hace unas horas?... lo he
logrado, sacar con ganzúa la verdad de su garganta y qué más dicha si te
quiere, son testigos mis ojos que lo han mirado cada instante-
-Dime como
sonreír si se marcha a un lugar de peligros inimaginables, o ¿Cómo verte a los
ojos si te he mentido y no pasará mucho tiempo antes de que la verdad sea
dicha? Mis hermanos negarán, harán hasta lo imposible por separarnos... incluso
tú, tal vez quieras persuadirme de lo que juzgaras mis locuras- El llanto hacía
surcos en el polvo y el hollín que el trabajo de herrero había dejado sobre su
rostro.
-No te
comprendo Erstin, si no lo intentas cómo podría ayudar... me duele más que nada
en el mundo verte llorar así- La preocupación de Maya crecía, así mismo el
muchacho había dado tiempo a una respuesta que normalmente no espera, rememoró
sus palabras “... hasta entonces podrás
pensar si realmente deseas estar conmigo a pesar de las dificultades que esto
suponga” -Yo misma pondré todo mi empeño en que Taro acepte y Kano siempre
ha sido más amable, el abuelo ni que decir, sería solo ver tu sonrisa para
comprender y afirmar la unión sin dilaciones, Erstin ellos te aman sobre todas
las cosas- Decía gentilmente y
acariciando la llorosa faz de la rubia, mientras esta negaba con su cabeza,
estaba hecha un mar de lágrimas y escondía su rostro en el pecho casi materno
de Maya.
Yacieron
juntas y abrazadas durante el tiempo que fue necesario para Erstin, cerca de
una hora fue el tiempo necesario para dejar salir su angustia, tantos
sentimientos contenidos había fatigado su fortaleza y la muralla que escondían
sus emociones se había resquebrajado, antes abatida sin la esperanza y ahora
preocupada por las amenazas que afrontan sus corazones. Silenciada la angustia
y los respiros más lentos, Maya levantó la barbilla de Erstin -Que puede ser
tan terrible para causarte esto, no has llorado desde la muerte de tu madre o
el abandono de su padre, dos tristezas del tamaño del mundo para una niña...-
La abrazaba con fuerza y acariciaba la rubia melena a pesar del silencio, con
un murmullo suave como si de una nana se tratara.
-Su
nombre... es Nina- Maya intentó apartarse para mirar el lloroso rostro de la
joven, pero las fuertes manos que la abrazaban se lo impidieron, sujetándola
aun con vehemencia.
-No es el
nombre más varonil que haya escuchado- Pero los padres ponen unos nombrecitos a
sus hijos.
-Es... es
mujer, es la prima más joven de la Duquesa- Cuando las palabras fueron
concluidas, los ojos de Maya amenazaban con salirse de sus cuencas.
-Era
demasiado hermoso y delicado para ser hombre- Dijo con voz apenas audible, como
si la mente de la mayor armara un curioso rompecabezas de detalles que pasó por
alto en su momento, una voz que grave seguía siendo muy suave, la ausente
manzana de Adán en el cuello que amenazó con una espada, los dedos delgados y
el rostro aniñado de un jovencito... que no era un muchacho. Los labios de Maya
se abrieron para susurrar. -¡Oh por dios! ¿Y una chica pretende batirse con el
comandante de la guardia civil de Fukka? ¿Acaso quiere que Taro la maté
suponiendo en ella a un tonto pretendiente? Si no lo hace por... por inducir
actos tan... tan-
-¡Maya! No
digas eso...- Erstin se apartó del abrazó y miró a su cuñada con reproche. -Si
piensas que es una abominación... no lo digas, simplemente me iré para no
manchar a nuestra familia... solo no lo digas, porque no sabré perdonar esa
herida- La rubia se puso de pie con frío mirar. -Porque ten presente que no
solo me insultas a mí, también a ella...-
La mujer
mayor levantó su rostro preocupada, el hielo de un mirar azul como aquel, un
color y expresión que recordaba a los años mozos de Christoff y a su suegro,
cuando un Ho mira de esa forma es seguro que no dudará en sus acciones sin
importar sus consecuencias. -No reprocharé, no permitiré a nadie decir injuria
alguna que te hiera y silenciaré los pensamientos que no entiendo... pero no te
vayas así, dejándome semejante angustia- Tomando la mano de Erstin, como si
temiera que se apartara corriendo sin mirar atrás, como si fuera hecha de bruma
vaporosa, se apresuró a abrazarla y a su oído susurró con voz tranquila como si
de una nana se tratara. -... encontraremos la forma y si no es el caso, yo te
ayudaré para que vayas a su encuentro-
NOTA DE LA AUTORA:
Cordial
saludos a todos y todas,
Varios apartados para tener en cuenta.
Antes
que nada me disculpo por la publicación anterior en la que se me fue un
fragmento del borrador del capítulo siguiente, al final del 28, iniciaba el 29
completamente desconexo con información inconclusa la cual retiré
inmediatamente al notar el error, sin embargo para quienes hubieren leído,
tengamos presente que parte de lo que han leído se desechó en la trama por no
concordar con el hilo narrativo que se estaba llevando y la parte que se
preservó fue usada en el capítulo 29 y el 30. Nuevamente les extiendo mis más
sinceras disculpas por este incidente.
Respondiendo a una inquietud que me
ha llegado a través de sus comentarios, a Christ: “.... en capítulos anteriores se decía que
Natsuki era la última bestia, que era la doceava bestia, incluso cuando visitan
el cuarto donde están los cuadros de las anteriores bestias cuentan 11, porque
nat es la 12 si es q no me equivoco, pero ahora en este cap, dice q es la
onceava, no entiendo...podrías explicar eso?, bueno, chau, me despido, espero
que estés bien, cuídate mucho y que actualices pronto.”
Bueno,
en el capítulo 16 que cité la cantidad de bestias que han habido en Fukka,
mencioné 10 espectros en el pasillo de las pinturas que eran la combinación de
un animal y una persona (Es decir, son 12 Bestias de las cuales han muerto 10),
el onceavo es Takeru y la doceava bestia, Natsuki. Lo referido en el capítulo
28 por su parte, alude el hecho de que Natsuki cuenta el número de bestias Inocentes, ella es inocente, su padre
también y todos los 10 muertos a excepción de Naraku, quien causó todo el lio,
es decir son 11 inocentes de un total de 12.
Para
otra pregunta referida, cuestionaron ¿Quién o qué es Amaterasu? Para información de todos, según la mitología japonesa
Amaterasu es una de las tres deidades principales (Amaterasu, Tsukuyomi y
Susanoo), ella nació del ojo izquierdo de Izanagi (Este dios fue al infierno
llamado Yomi o tierra de los muertos... a rescatar a su esposa Izanami, pero en
cuanto la vio imagínense su espanto al contemplar su estado de descomposición,
salió huyendo y lo persiguieron miles de demonios, una vez a salvo procedió a
purificarse y cuando quiso lavarse la cara en un río, de su ojo emergió la
diosa, no tengo la total certeza de que se le cayera el ojo y de ahí se formara
la diosa, o si solo al lavarse la cara y limpiar su ojo, emergiera la diosa.)
Así nació Amaterasu. Dicho sea de paso, que ella es la deidad de la luz, no hay
luz sin su presencia pues a ella le fue heredado el sol y el cielo por su
padre. Se le considera cálida y compasiva con quienes la adoran, su reino es el
paraíso celestial y para el contexto de la historia, es la deidad Madre de
Mikoto (Entiéndase que Mikoto no tiene padre, fue creada por Amaterasu basada
en la competencia creadora con Susano, La diosa toma la espada de su hermano,
la rompe en 3 fragmentos y de ella crea 3 diosas... yo me aprovecho de este
evento para justificar la existencia de Mikoto como hija de Amaterasu y el tema
de haber nacido de una espada, es para mí una justificación más que válida de
que sea una deidad guerrera) En la mitología Japonesa han habido tantos dioses
que supera por mucho a la mitología Griega, basta decir que 800 dioses juzgan y
destierran a Susanoo de los dominios de Amaterasu, tras la muerte de su caballo
celestial y sus tejedoras, el destrozo de los canales de arroz y la eterna
oscuridad cuando Amaterasu se esconde en la cueva de la montaña.
La Teta Feliz Historias y Relatos ® Cristalsif - Derechos Reservados
©
Todos los derechos reservados. Esta publicación no puede ser
reproducida, ni en todo ni en parte, registrada o transmitida por un
sistema de recuperación de información, en ninguna forma ni por ningún
medio, sea mecánico, fotoquímico, electrónico, magnético, electroóptico,
por fotocopia o cualquier otro, sin el permiso previo, por escrito, del
autor.
Ohh por dios oooooohhhh por dios que sorpresa un nuevo capitulo tan emocionante gracias gracias por tremenda historia
ResponderEliminarA cabo de leer esta historia y me deja con ganas de mas y mas, ojala no tardes mucho en subir una nueva entrega ^^
ResponderEliminarSaludos querida Teta Wacha, escribo para disculparme acerca de un error en el archivo enviado, resulta que yo solo envíe el 28 el cual estaba completo y revisado, sin embargo el 29 (que estaba en el mismo archivo), era el borrador de cosas proximas en la historia o que bien pueden no ser tenidas en cuenta a futuro, este capitulo notaran las lectoras que esta incompleto, tiene saltos en la edición y debe parecer absolutamente caótico.
ResponderEliminarEsperando comprendan este error y si fuera posible el retiro de ese borrador, el cual procuraré reemplazar a la mayor brevedad posible.
De antemano les reitero mis disculpas y espero pueda ayudarme la persona responsable del blog con esta circunstancia.
Att: Cristalsif.
pues he disfrutado mucho éste capítulo y no lo veo inconexo, realmente aprecio mucho tu historia, gracias por compartirnos este capítulo tan genial
EliminarPues yo agradezco tu error tu historia es estupenda.
Eliminar*-* amo esta historia la amó.
ResponderEliminarQue ganas tenia de leerla por dios!! La escritora es muy grande al hacer esta tremenda historia. Espero no tardes tanto por favor.
Noelia
Sin lugar a dudas una de las mejores historias que he leido que imaginacion dios!!!!. Con esta historia quisiera conocer a esa escritora espectacular. Por cierto gracias por la aclaracion de amaterasu. Nos haces conocer mas de la historia. Por favor sube pronti siiiiii? . Estare atenta a una nueva actualizacion . No me importa esperar mil años porque bien vale la pena. Besos y saludos a la distancia. Atte. Maria Rene
ResponderEliminarCon error o sin error me sigue encantando esta historia...sigue adelante Cristalsif!!!!
ResponderEliminarEstoy muy feliz porque estas de vuelta con esta historia que me encanta y a cautivado... Espero muy ansiosa tu próximo capitulo y porfis no te desaparezcas tanto tiempo.
ResponderEliminarSaludos y abrazos
Luisa V.
Ahora podemos centrarnos en la historia de Mai y Mikoto jeje ya las extraño
ResponderEliminarWow!!! como siempre excelente el capitulo y con ganas de leer más, ojalá y pronto subas nuevos, no hay problema por lo del capitulo, aunq si fue un poco extraño , un abrazo Cristalsif
ResponderEliminarLa historia sigue tan Hermosa como siempre y muy bien escrita, me ENCANTAN Erstin y Nina ademas de Shizuru y Natsuki claro, pero no tardes tanto Cristalsif por favor q estoy muy enganchada a esta delicia , Gracias . Carmen
ResponderEliminarSoy la fan n°1 de esta historia, me encanta,cuando la descubri tarde muy poco en leerme todos los capitulos que habia y estaba esperando con ansias el siguiente. me gustaria tener la mitad de imaginacion que tu tienes porque tu historia es magnifica!
ResponderEliminarAmo esta historia!!es preciosa!la capacidad que la escritora tiene de transportarnos a la misma.
ResponderEliminarCristalsif genia!!gracias por deleitarnos con tan preciosa historia!!
Besotes.mia de bs as
Ajuaaaa me siento inmensamente feliz, amo ver otro capitulo de esta historia, me quito el sombrero, los zapatos y hasta me desnudo por vos jajajaja, eres megaescritora por dios santo que imaginación.
ResponderEliminarTe quiero cristalsif, besotes en el cachetito para vos ^^
Debo decir antes que nada, que he llegado a éstos relatos a sugerencia de una ávida lectora amiga mía que tiene muy buen gusto.
ResponderEliminarComentando el relato:
Wow, el relato es muy, muy bueno, exquisitamente escrito, me hace volar y soñar a la vez con el paisaje en torno de los personajes magníficos que tienes en la historia, me ha encantado, gracias por dibujar sonrisas y enternecer corazones.
Continúo a la espera del capítulo 30 Rebelión II
Gracias y un millón de besos.
Me has regresado la vida misma con este estupendo capítulo... Jajajaja espero con ansias en siguiente.
ResponderEliminarOjala Erstin pueda arreglar mas pronto que inmediatamente la espada neptuno para que este impecable para la batalla . Tambien que lo forje dandole esas gotitas de amor que es la fuerza invisible mas poderosa del mundo para asi vencer el lado oscuro.
ResponderEliminarNo seria mucho pedir que mashiro se quede con arika y no consuma los actos protocolares de boda con su marido al cumplir la edad oportuna?.
Vaya esta historia me tiene atrapadisima. :)
cuando habrá nuevo capítulo? :'( me siento mas ansiosa que shizuru esperando a natsuki .. necesito leer mas.
ResponderEliminarEsta historia es demasiado cautivadora y puede hacer que hasta una roca llore de emoción
esto que lo dejen como novia de pueblo a uno no es muy agradable cuando pondrán otro capitulo ya ni me acuerdo de que va la historia tengo que leerla de nuevo para entenderla suban mas capítulos att. LUNA
ResponderEliminar