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Danza entre Lobos - Cristalsif - 29 - Parte 1

Danza Entre Lobos

Capítulo 29

Rebelión I

Abrumada en principio por la riqueza atisbada, molesta después por el insulto que eso suponía para ella, ¿Acaso el beso apasionado que de sus labios robó sería pagado con el precio del metal? Ella iba a casarse con el comandante Wong y a pesar de eso había robado su primer beso, ese hombre le había advertido de la cruda verdad, pero no del dolor de probar, tocar el cielo con las manos para después verse sola, así... sin ella y verlos juntos. -No puedo... no puedo ayudarle majestad... “Solo, solo... déjala ir”-


-¿Ni siquiera si es una espada encantada?- Llegó la voz en un susurro muy cerca de su oído, tan sorpresivo el tibio aliento y el embriagador perfume de Nina, que Erstin dio un brinco con el afán de poner alguna distancia entre las dos.

-No... no quiera burlarse de mi ignorancia alteza, las espadas encantadas no existen... “Igual que su amor por mí”- Suspiró resignada esperando que la persistencia de la joven se agotara.

Pero poco sabía Erstin de la terquedad de Nina. -¿Qué debo hacer para demostrarlo si no me miras...?-

-Nada alteza, su origen le permite muchas cosas... hasta hablar de locuras sin ser juzgada por ello- La joven rubia quiso continuar su martilleo sobre el gran yunque dispuesto frente a ella, esperaba que tal acto empujara a Nina a marcharse pues su negativa había sido rotunda, pero una mano enguantada la sujetó por la muñeca, sintió el jalón de aquella fuerza desconocida para encontrarse de frente y muy cerca de la que le hablaba.

-Si no quieres verme solo dilo y entonces me marcharé definitivamente, pero no siembres en mí estas falsas esperanzas con tu frágil escapismo- Los ojos hechos de magma miraron con molestia e indignación a la joven Ho, quien a su vez se sorprendía de la inusitada tempestad de emociones que arremolinaba Nina. -Realmente no sabes algunas cosas de mí, deja ya de decirme alteza- Negaba con la cabeza. -No corre sangre noble por mis venas, mis... mis padres eran campesinos de la zona del paso de Fukka. Yo fui acogida por Saeko de Kruger cuando era bebé, ella era de humilde cuna y si obtuvo fortuna, eso ocurrió cuando se casó con el Duque Takeru Kruger, pero por favor no pienses que ella se casara con él debido a un interés material, Saeko amaba al duque sinceramente...- Suspiro pesadamente. -A fin de cuentas provengo de la misma estirpe que tú, una tanto o más humilde que la tuya, y eso no me avergüenza-

-Tus padres... ellos te... ¿Te abandonaron?- Las pupilas de la dama rubia temblaban, era tan imperceptible el suave y tímido estremecimiento de su cuerpo, que Nina no pudo percibirlo a pesar de yacer tan cerca. Con la muñeca sujeta sin lugar a escapatoria, el pecho femenino de Erstin rozaba el peto acorazado que resguardaba el de la joven Kuga...

-No... Ellos murieron hace mucho tiempo- Nina desvío la mirada a otra parte y aflojó el agarre. -No les conocí, pero... "dieron su vida por protegerme y desde entonces me juré que protegería a las personas indefensas, es por esto que me hice cazadora de Orphan, tampoco quería quedarme atrás y ver como esa persona se alejaba más, pensé que no podría alcanzarla, pero ahora me doy cuenta que necesitaba hacerme fuerte para cuidar de la persona que un día llegase a amar realmente y esa persona está frente a mí..."-

-¿Pero?- Preguntó con severa preocupación la rubia.

-Entiende que si mis padres no estuviesen muertos, quien sabe cómo sería mi vida...quizás, ni siquiera te conocería- La joven Kuga desvió la mirada frunciendo el ceño, esa idea no le gustaba mucho. -Aun así... mi pasado no importa ahora Erstin-

-Claro que importa, es el camino que recorriste lo que te hace la persona que eres- Intentó persuadir con voz gentil la joven Ho.

-Eso es cierto y ahora me pregunto por tu camino y tus decisiones- Suspiró antes de mirar directamente a los ojos a Erstin. -Te has ido y solo escucho excusas triviales, las ocupaciones de familia jamás serían importunadas con una pequeña despedida, un... un te veré de nuevo o... promesas que quizás no se cumplirán cuando digas jamás te olvidaré, si es que definitivamente desearas apartarte- El impulso de Nina se fue evaporando a medida que comprendía la inexistencia de un vínculo más fuerte entre las dos ¿Qué derecho tenía? Ninguno, cuán injusta estaba siendo y cuán egoísta su anhelo. Soltó la muñeca de la dama, llevó sus dedos a la empuñadura de su espada y se apartó con prudencia. -Entonces solo te pido que restaures esta espada...  mi vida depende de ella, es por eso que te daré cualquier cosa que pidas a cambio de este favor Erstin...-

Con la repentina distancia, Erstin tuvo oportunidad y espacio temporal para mirar a su divino tormento, y nunca mejor dicho de esa forma, Nina había recogido sus largos cabellos en dos grandes trenzas, su cuerpo no lucía ya femeninos vestidos, casi toda su ropa estaba hecha de cuero y entallaba perfectamente su figura, desde las botas marrones de tacón corto, los pantalones negros, correas llenas de dagas, un chaleco con adornos dorados formando el emblema del lobo y hasta la funda endurecida de su espada eran de cuero. En una mano Nina sostenía un casco bien cuidado con la conocida forma del lobo, un peto plateado protegía el corazón, espalda y otros atributos de la dama, unas hombreras resguardaban la pulida piel de los brazos de la morena y unas rodilleras enlazadas con sus botas ofrecían la seguridad en esas extremidades inferiores.

Fue claro para Erstin que la joven Kuga no iría en esos atuendos a una cena de campo, de hecho lucía ropas para la guerra. -Nina... usted-

-Hay muchas cosas que lamento no haberte dicho Erstin y ahora que deseo hacerlo el tiempo no lo tengo- Nina retiró el cinto de su espada y lo depositó en las manos de la rubia. -Decidirás si creer o no en mis palabras, tal como has expresado con antelación es seguro que me juzgues loca, pero que remedio me queda ya si todo cuanto me muestras es tu desprecio- La morena desvió la mirada sobre la fragua. -Esta espada me la obsequió una deidad, el encantamiento consiste en un agigantamiento sobrenatural sin que por ello la espada tenga mayor peso, si alguien además de mí osa tocarla sin mi consentimiento, te aseguro que pesará lo suficiente para que ni el más fuerte hombre pueda levantarla-

La mente de la joven Ho era un caos completo, pero el corazón le gritaba creer en los sinceros ojos de magma que la miraban. -Por favor muéstrame, necesito ver cuán dañada esta, solo entonces será posible mirar si tiene reparación-

-Gracias por escuchar- La morena sonrió un instante antes de desenvainar su espada, al extraerla se miraba el desgaste que el ácido había ocasionado, además del naciente óxido que arriesgaba invadir toda la hoja de la lustrosa empuñadura incrustada de zafiros. -Mi espada se llama Neptuno y la fuente de su encantamiento es el agua- Nina tomó algo más de distancia entre ella y Erstin para asegurarse de obtener el espacio suficiente, susurrando muy quedo invocó el regalo de la Diosa Mikoto, así la hoja de Neptuno se agiganto hasta alcanzar el triple de su longitud y cinco veces su ancho. Tal circunstancia no sólo mostró las verdaderas dimensiones de la espada encantada sino también la magnitud de la avería en el filo y la consistencia del metal.

Erstin no pudo más que maravillarse por la antigua magia que contemplaban sus ojos, el metal haciéndose tan líquido como el agua, tomando la poca humedad del ambiente, absorbiendo el agua del cuenco traído por Maya para incrementar su volumen hasta hacerse inmensa, tan brillante... con un dejo de translucidez, era la extraña mezcla de metal con cristal. El arma en sí misma había sido la obra más esmerada de un gran herrero, no sólo era grande y poderosa, fue tallada y adornada de forma exquisita con gemas azules y diamantes. Sólo al mirar más de cerca era que finalmente comprendía la gravedad de la avería a la que había sido sometida, la hoja estaba mellada, corroída y oxidada, sería muy difícil recuperarla y no estaba segura de poder preservar la magia dentro de Neptuno. -¿Como ha sido posible tal daño?- Ahora Erstin miraba como un reto a su quehacer el poder reparar la espada, ya no solo se trataba de que fuese la espada de aquella mujer.

-Si te lo dijera, no me creerías... eso me temo- La joven Kuga suspiro un instante antes de retirar el encantamiento de la espada, vuelta a un tamaño más compacto Nina sostuvo con sus manos la hoja y la empuñadura, puso su rodilla en el suelo, inclinó su cabeza con un dejo de sumisión ante Erstin y tendió la espada mágica a la dama. -Te entrego mi más preciada posesión en esta tierra como signo de mi confianza sincera...- Erstin tragó saliva antes de tomar la espada y ponerla en la fragua, tenía en mente pulir la hoja, pero primero sería necesario reconstruirla casi por completo.

-¿Eso es un sí?- Preguntó esperanzada la más alta y delgada, a la rubia fuerte.

-¿No me ha pagado ya ese trabajo?- Erstin se dio la vuelta para volver a mirar a Nina, notaba que el calor había robado ya un par de gotas de sudor y con esa armadura estaría pasando incómodas circunstancias. -¿Eso es todo lo que requerías de mí? Vuelve en tres días y esta espada estará completamente reconstruida, hasta entonces podré tomar esa bolsa... mi familia es humilde y me has dado suficiente para un honesto retiro a mi abuelo, así que te debo las gracias ¿No?-

La pelinegra negó con la cabeza. -Ha pasado toda mi vida y hoy me doy cuenta que todo este tiempo estuve equivocada... ahora tengo razones más valiosas- La dama Ho no entendía nada sobre la actitud de Nina, estaba sonriendo apaciblemente como si todo estuviera bien ¿y lo estaba? Tal vez para ella sí, así que Erstin forzó una sonrisa para darle algo de paz a su despedida ¿Por qué no solo se iba? Ya estaba claro que no podía negarle nada.

-Necesito, hay algo más que requiero de ti...- Con prudente paso se acercó. -...hagamos un pacto hoy Erstin... quiero saber y no reservaré ningún secreto para ti a cambio de los tuyos, ¿Qué dices?-

-Una verdad a cambio de otra, a pesar de lo corto de su tiempo- La rubia no estaba segura de querer conocer los secretos de Nina, quizás algunos serían muy dolorosos para ella, pero al mismo tiempo le estaba matando la incertidumbre, era mejor dejar de guardar sus esperanzas de una vez por todas.

-Erstin, si me permito partir hoy sin saber lo que deseo, es claro que no voy a tener paz ni un solo segundo durante mi viaje a Windbloom y es un lujo que no puedo darme... la tarea que me ha sido encomendada es de vital importancia para todos- Explicaba con urgencia, mirando sin pestañear el rostro de la joven Ho. Nina sabía que se aventuraba una temporada de recesión, necesitaba conseguir ese acuerdo con la princesa Mashiro, pero no podía tardar tanto, con la cosecha destruida el mercado estaría completamente desabastecido en menos de una semana.

-Pero, las carreteras se han vuelto peligrosas... iras con una guardia prudente ¿No es así?- Solo eso necesitaba oír para tener aunque fuera una pizca de tranquilidad, a pesar de todo seguía preocupándose por su seguridad.

-Eso solo me retrasaría...- Musitó Nina con un dejo de indiferencia, como si no le importaran los peligros de su viaje.

-¿Retrasarte?- Erstin abrió grandemente sus ojos, luego se mordió los labios conteniendo un gruñido ¿Acaso la estaba chantajeando? Castigarla con una preocupación tan profunda durante días ¿Para qué? Ella ya tenía a alguien en su vida... -Eres cruel...- Esta vez la rubia se atrevió sujetar la abertura del peto, estaba tan molesta.

-¿Qué?- Los ojos de magma se miraron confundidos. ¿Por qué cruel?

-¿Acaso sabes lo peligroso que es eso? No sé qué pueda estar ocurriendo pero de algo estoy segura, allí hay algo peligroso de lo que no se sabe nada- Erstin señalaba la puerta con su dedo enguantado en cuero, refiriéndose al bosque, todo ello sin soltar a Nina.

-Y si te dijera... que sé lo que se oculta en el bosque... ¿Aceptarías mi oferta? No habrá un solo secreto para ti- Nina retiró el guante de su mano y deslizó sus dedos sobre la blanca mejilla con gentileza, aun si estaba llena de tizne, en cada ocasión de mirar a Erstin la encontraba muy bella y una poderosa necesidad de abrazarla, besarla y no soltarla jamás se apoderaba de la joven Kuga. ¿Qué impedía tal deseo? Solo la idea de no ser correspondida y se trataba de una tenue barrera invisible, estaba sintiendo llegar a su propio límite. Tenía la insoportable idea de que resistirlo todo sin tirarse de cabeza a un río por lo menos una vez en su vida, acabaría con todo... así que le perdonara la diosa por usar ese truco sucio. -Siempre que me reveles los tuyos, te diré todo lo que ansíes saber- Susurró con voz profunda muy cerca de su rostro, inclinó su cabeza cerca de su oído. -No lo dudes... afirma por piedad- Suplico al fin, no escondía con suficiente prudencia la necesidad de consumirla por completo.

La curiosidad, aquella... la más insistente de las sensaciones, la necesidad de saber para apagar el temor o saber a ciencia cierta a que se le teme, el hilo mortal que acabará con la incertidumbre comenzó a diluir la fuerza de voluntad de Erstin, junto a la envolvente voz que electrizó su espina dorsal. -¡Dilo ya!... No me tortures más- Afirmó presa de la tensión, pero rauda retiró el rostro de tan sublime contacto. -¿Qué es lo que se oculta en el bosque? ¿Qué es lo suficientemente terrible para hacer que las aves se alcen a los cielos en marejadas con apenas un rugido? ¿Qué hace palidecer a un oso pardo para alejarse tanto y llegar a los poblados?- Erstin abrió sus ojos como si se tratara de una epifanía, todo era la misma cosa, lo incendios, los animales aterrados, el pánico como un murmullo mortuorio de algo peor, algo que nadie se atreve a mencionar y ella, al verse tan tranquila con la certidumbre de saber y tal vez... ¡La espada! Levantó su mirada para cruzarla con el rojo voraz de un incendio en su rostro. -¿Qué...qué cosa ha destrozado de semejante forma tu espada?-

-Me parece que todas esas preguntas son finalmente solo una... es justo- Nina sonrió al comprender que Erstin era todo menos tonta, pese a todo era tan difícil explicar aquello. -‘En el bosque de Fukka se ocultan, habitando cerca del lago encantado, allí reposa el espectro de una doncella cuyo llanto no se apaga jamás, de su tristeza se contamina el mundo y de su espíritu corrompido se alimentan los demonios del averno, malditos seres producto de los sentimientos oscuros, son los hijos no natos del que fue sin corazón, pero tampoco muertos están, atrapados yacen para servir a la venganza de aquella desdichada mujer...’-

-Conozco ese cuento, la historia de la amante del Duque, la despechada mujer que le ofreció su alma a una deidad vengativa y celosa, la dama del lago, la sacerdotisa maldita y otros tantos nombres para la misma historia... hace parte de las leyendas de este lugar... es casi folclore- Erstin no esperaba que Nina le dijera semejante absurdo, no estaba siendo muy sincera, frunció el ceño y se cruzó de brazos.

-Lo sé, eran los cuentos de miedo que contaban los ancianos para que nos portáramos bien de niños... de otra forma ella enviaría a su hijos para “jugar” con nosotros...- Nina tomó por los hombros a Erstin. -Lo que quiero decir es que esa leyenda es cierta, esas criaturas realmente existen, no hay uno solo que sea idéntico al anterior, son demonios y aunque no son los hijos de la sacerdotisa, nosotros los llamamos Orphan... “Hijos sin madre” debido a ese cuento-

-¿Estás diciendo que existen demonios en este lugar?- Erstin intentaba no parecer incrédula pero sus esfuerzos eran nulos.

Nina bajó la mirada. -¿Supongo que deseas pruebas?-

-No es que dude de tu palabra pero...- ¿Cómo decirlo con tacto?

-Lo imaginé... a mí me costó mucho creerlo, pero después de ver a uno con mis propios ojos no he podido olvidarlo- Nina depositó su casco sobre la mesa más cercana y procedió a desprender una parte de su peto y hombrera dejando al descubierto su chaleco y camisa blanca de manga larga. -Un Orphan destrozó mi espada, de sus fauces manaba una sustancia ácida lo suficientemente fuerte para corroer la encantada hoja de Neptuno y con ese icor lastimó mi hombro cuando lo enfrenté, tengo una cicatriz debido a ello, aunque no se ve a simple vista- La pelinegra rasgó la manga blanca de su camisa, dejando a la vista su hombro, pero en efecto este se miraba tan pulido y perfecto como la noche de la fiesta, tan hermoso que Erstin no encontraba la mencionada cicatriz. De ese modo Nina se sirvió aclarar. -Nosotros usamos gemas encantadas para esconder lo que no deseamos sea visto por los demás, esta gema esconde la marca de esa criatura...- La morena extrajo un collar bajo su ropa, una cadena de plata con un zafiro como dije, lo retiró de su cuello para depositarlo sobre la misma mesa que su casco y una vez volvió cerca de Erstin, sin la magia ocultándola esta pudo ver como largas líneas negras y azules se deslizaban sobre la blanca piel del hombro descubierto de Nina, tenían un desnivel con respecto a la piel intacta, era tan místico como un tatuaje, parecía una runa superpuesta sobre lo que fue una herida. -Yo no pude sanar completamente... pero uso este símbolo mágico para apagar el dolor-

-Pero...- Erstin no sabía cómo expresar correctamente su sentir, estaba abochornada por haber dudado de su palabra y preocupada por lo que veía, aquella herida debió ser verdaderamente grave para dejar una marca tan extensa. -¿Hace cuanto tiempo te hiciste esa herida? ¿Cómo puede ser que existan semejantes monstruos y nadie los haya visto jamás?- La mente de Erstin era un caos total, lleno de aún más preguntas que al principio.

-Yo responderé, si tú respondes primero... es ese nuestro acuerdo- Erstin asintió calmándose a sí misma lo que más le fuera posible. Nina por su parte volvió a usar el collar, acomodó su armadura sin preocuparse de haber rasgado su camisa, no le interesaba el glamur en momentos como ese. -Dime la verdad sobre la noche en que te fuiste ¿Porque te alejaste del castillo sin siquiera despedirte?- Suponiendo que la rubia volvería a recitar la misma mentira una y otra vez, añadió sin dilación alguna. -No me digas que se deba a tus hermanos, según sé ellos no fueron a buscarte al castillo porque tú se lo pidieras... y tú no podrías saber que ellos solicitarían tu oficio como herrera en la fiesta, no los habías visto en días, aún no hablabas con ellos, entonces dime ¿Por qué te fuiste así? Como huyendo de allí... “de mí”-

La joven Ho suspiró largamente, lo había prometido, no tenía más opción que responder y no pensó que Nina fuese tan astuta. Fue cerca de la fragua y dio la vuelta a la espada, necesitaba que el metal se tornara rojo como el magma de los ojos que se estaba esmerando por evadir. -Estabas molesta conmigo...  yo no esperaba que un pequeño baile con el capitán Wong agraviase tanto la noche... me sentí incómoda entonces y pensé que sería oportuno volver al lugar al que pertenecía- Bajaba la mirada abochornada, seguramente se escuchaba a una burda excusa pero no tenía el valor para informar a Nina las crueles aseveraciones de su prometido.

-Tú eres... tú eres... tremendamente valiosa para mí, no quería que te sintieras de esa forma- Nina acarició su hombro esperando que se diera vuelta para verla a los ojos, pero eso no ocurrió, así que continuó explicando. -A tu primera pregunta... esto ocurrió hace un mes y medio aproximadamente, escuchamos rumores acerca de unos Orphan en los alrededores y acudimos en su busca Natsuki y yo, a ella le atacaron varios pero supo apañárselas y yo ofrecí apoyo, con los resultados que ya conoces. A la segunda, es por nuestra silenciosa protección que nadie los ve nunca, la guardia del castillo existe solo por esa razón, destruir a los Orphan mucho antes de que alguna persona pueda verlos... sabes que nadie tiene permitido adentrarse en el bosque por órdenes de la familia Kruger, la mayoría supone que es de gran disgusto que los pobladores casen en sus tierras y roben sus venados, algunos se han atrevido a violar este mandato y no han vuelto jamás de allí, la gente piensa que ese es el castigo que han recibido por su desobediencia venida de la mano de soberanos tiranos, nosotros sabemos que han sido presa de algún Orphan, nos llamaran crueles por esa razón pero preferimos que piensen eso por su propia seguridad. Ningún Orphan debe superar nuestras líneas de defensa, nosotros no dejamos que lleguen hasta el poblado pero... eso está cambiando y es por ello que te he solicitado tan grande favor, sin mi espada no puedo luchar de igual a igual con uno de ellos, mis armas agotan sus balas y mis dagas me obligarían a luchar cuerpo a cuerpo con ellos... y si, aun sabiendo eso tengo que ir a Windbloom para hablar con Mashiro-sama y el rey, de eso depende la supervivencia de nuestra gente en el invierno que se avecina-

-¡Pero es muy peligroso! ¿Cómo piensas superar el cruce de los dos picos? Si un Orphan te atrapa ahí no tendrás escapatoria- Erstin se volvió para verla directamente, sujetó la mano de Nina con fuerza, como si no quisiera dejarla ir.

-Soy la más veloz, ágil, puedo escabullirme con facilidad y soy la única persona que ha sido capaz de derrotar a un Orphan con sus propias manos después de Natsuki y el tío Takeru, a pesar de mi fragilidad me he sobrepuesto a todo cuanto ha pasado, es por esta razón que mi tío me ha solicitado ese favor, necesitan a todos los demás aquí para proteger a la gente, ellos confían en mí y... es un riesgo que estoy dispuesta a correr Erstin- Suspiró a pesar de los ojos de cielo que la miraban con reproche y preocupación. -He resuelto tres de tus preguntas, eso significa que tengo derecho a tres verdades-

-No sé qué es lo que deseas saber... qué respuesta puede tener tanto valor para ti, a cambio de tan valiosos secretos- Erstin miraba con inquietud sin soltar la mano enguantada.

Nina guió a la joven rubia más lejos de la fragua y del insoportable calor que hacía, estando más cerca de la puerta del taller donde una pequeña corriente de fresco aire se adentraba. -Solo quiero conocerte...- Sonrió de forma inocente, para luego ponerse ligeramente nerviosa. -... me preguntaba si estás comprometida, a tu edad es algo frecuente... y...-

Erstin se rió de la peculiar inquietud de Nina, poco después calmó sus risas notando la extraña expresión en la cara de su interlocutora. -No- Respondió al fin. -No creo que alguien se interesaría en una mujer que aprecia más el arte o la herrería que a ellos y aun si soy una mujer, no soy deseable-

-¡Eso no es verdad!- La joven Kuga negó con una sonrisa en sus labios. -¿Cómo puedes pensar eso? A mí me pareces muy linda- Dijo aquello de forma tan natural, levantó sus hombros casi como una niña pequeña para quitarle hierro y peso a sus atrevimientos. -No es mi culpa que los hombres de este poblado están ciegos- Añadió riendo. mas sólo al mirar la sorpresa en los ojos celestinos de Erstin supo de lo indiscreta que había sido, sus mejillas se tornaron sonrojadas de la pura vergüenza.

El corazón de Erstin palpitaba desbocado, que dolorosas esperanzas estaban naciendo dentro de ella a medida que la charla se desarrollaba, ¿Por qué Nina insistía? ¿Por qué se quedaba si ya había prometido restaurar su espada mágica? -Aun tienes... dos preguntas- Musitó soltando la mano de la morena, obligándose a serenarse y no pensar más.

-¿Te... te gusta alguien?- Preguntó Nina con un bochorno aún mayor, con las manos y las piernas temblando como si fueran de gelatina.

Erstin quiso decir no. -Si- Pero su corazón fue más raudo que su mente.

Nina se congeló en su lugar, de pie y notando cómo la rubia desviaba la mirada, no era correcto preguntar ese tipo de cosas, secretos que serían obsequios de la sinceridad construida, sin embargo quién podría ser justo cuando se trata de la persona amada, un ruin medio, uno válido para apagar el dolor de la incertidumbre dentro de sí. Pese a todo quién, ¿Quién era el afortunado ser dueño del sentir de Erstin? Podía preguntar, tenía una última pregunta, podría cuestionar su nombre, pero ¿Sería capaz de escucharlo? Nina frunció el ceño en medio de sus cavilaciones. No era capaz de oírlo, no podía hacerlo. -¿Le conozco? ¿Conozco a esa persona que es tan especial para ti?- Susurró con voz grave, casi inaudible.

Erstin sonrió con amargura, era afortunado que no preguntara directamente el nombre, en qué predicamento le hubiese puesto de esa forma. -Le conoces perfectamente...-

Nina cerró sus ojos y mordió sus labios, era otra persona, alguien del castillo a quien conociera profundamente, pero ella solo había contactado a Shizuru, Natsuki, Takeru, Arika y Sergei. Abrió sus ojos magma y su rostro se tornó absolutamente frío e indiferente ¿En qué pensaba? Esa pregunta jamás debió hacerla. -Eso es suficiente, gracias por tu sinceridad- Hizo una breve venía. -Es hora de partir...- La Kuga se apresuró a tomar su casco de la mesa. -Volveré en seis días por mi espada, eso espero...- Caminó con dirección de la puerta, era un tiempo eterno para volver a verla, pero deseaba hacerlo, seguramente estaba siendo masoquista por eso.

Erstin vio impotente como la persona más importante para ella se alejaba, se iba a un lugar terriblemente peligroso y no estaba tan segura de volver a verla, estaba molesta ¿Eso era todo cuanto quería saber? ¿Si sufría su corazón por amor? Tenía que detenerla y saber, ahora realmente quería saber, así que cuando vio que empujaba la puerta y la luz del sol se filtraba sobre su armadura hasta hacerla brillar, cuando sus botas rozaron el pasto. Lo gritó, una de las mil dudas dentro de su corazón. -¿Por qué te molestaste tanto conmigo después de bailar con Sergei?-

Nina se detuvo y volvió su rostro atrás, bajó la mirada, era justo responder. -Sentí... celos- Se hizo el silencio,

Erstin tensó sus puños, debía dejarla ir, pero era tan difícil, si había venido para echar sal a su herida, lo había logrado. -¿Todo esto es por ese sujeto?- Dijo entre dientes. -Si el capitán es tan... pero tan importante para ti... ¿Por qué estás aquí?- Susurraba llena de ira, gritó. -¿Por qué vienes aquí a echarlo en cara?- Erstin caminó hasta acercarse, con pasos arrastrados y enfadados, sujetó a una confundida Nina por los hombros, el casco cayó al suelo. -¡No lo entiendo! Si él es todo en lo que puedes pensar ¿Por qué me besaste en el festival? ¡¿Por qué?!-

-Por qué... por qué...- Sentía la presión de los brazos fuertes de Erstin cuyos ojos estaban a punto de diluviar. -“Al demonio... todo acabará, toda esta lucha acabará con la luna roja y yo... no quiero arrepentirme de nada más”- Teniéndola tan cerca, viendo sus labios moverse sin siquiera poder escuchar una palabra de lo que dijera, Nina ya no pudo soportarlo, retiró los brazos de la rubia y los apresó con una pequeña llave en su propia espalda, inclinó su rostro hacia abajo y posó sus labios sobre los de Erstin. Sintió el forcejeo pero eso no le detuvo, cuando la joven Ho intento decir algo, Nina tomó la oportunidad para explorar el sabor exquisito de su boca, deslizando su lengua, buscando a su igual y cuando la esperanza quería morir, solo en ese instante, sintió sus labios abrirse para estrechar los suyos y succionarlos, las manos antes atadas fueron liberadas, se deslizaron por su cintura sobre pecho hasta  ascender completamente y tomar el rostro de la morena. Nina se dejó hacer dichosa por la silenciosa afirmación, sus brazos envolvieron la cintura de Erstin acercándose todavía más de ser posible, se unieron sus bocas con un deleite casi divino, sintieron las caricias de la otra que con sus dedos hiciera trazos de dibujos imaginarios, Nina percibió el firme agarre de esas manos en su cuello, sus dedos deslizándose sobre su nuca desnuda, sus cabellos y sus besos húmedos, tibios. Jadearon ansiosas, respiros cortados, miradas intensas se dirigieron sus ojos, enlazadas estaban ya sus almas, sin escapatoria, un aliento corto para renovar en sus labios las declaraciones mudas del amor, apenas un roce cuando un filo amenazó directamente el cuello de Nina.

-Suéltala ¡Lo exijo! No mueva un músculo infausto o lo degüello en el acto- No era otra voz que la de Maya, ni otro filo que el de una de las espadas recién forjadas por Erstin, la mujer estaba iracunda y miraba de muy malas formas al infeliz que osaba mancillar el honor de la joven Ho, la chiquilla de rubios cabellos a quien consideraba casi como una hermana pequeña.

Nina se movió sigilosamente, puso su cuerpo como escudo entre la extraña que le apuntaba con la espada y la joven herrera. -Aparte su espada, se lo pido- Musitó con tono reservado, muy grave, mientras en su mente sopesaba la posibilidad de tomar el filo con su mano, teniendo el guante de cuero y estando sin pulir la espada, no se cortaría, tal vez no demasiado.

-No está en posición de eso mastín ¡Víbora! ¡Rapazuelo! Alguien que se ha atrevido a injuriar a mi familia ¿Osa pedir tal cosa?- Acercó un poco más el metal a su cuello, luego miró su cuñada y ordenó. -Erstin ¡Apártate de él!- Aunque el pulso le temblaba Maya estaba dispuesta a cualquier cosa por su familia.

-Yo no... “¿Él?”- Nina abrió sus ojos confundida. -No he pretendido ¿Injuriar?- La joven Kuga supuso prontamente que la mujer era alguno de los familiares de Erstin y se quedó inmóvil teniendo la certeza de que enrojeció de pies a cabeza por su atrevimiento.

-Maya no... No es- Erstin se sonrojó violentamente, en qué estado le había encontrado su cuñada. -no es tan terrible como piensas-... Besando a una chica. -Un poco sí, pero...- Ella no supuso que justamente fuera una mujer la que le besaba, no sería tan grave o ¿Sí?

-Yo vi lo que vi Erstin y estoy muy decepcionada- Claro que Maya imaginaba quien era aquel muchacho de ojos rojos, rostro fino y hasta inocente, no muy alto, delgado y ostentando la armadura de la guardia de la familia Kruger. -No es de una dama ser tan impropia... no sea que este ‘caballero’ pretenda servirse a su antojo, cuando así lo crea conveniente-

Nina tensó la mandíbula, no por los juicios de Maya sobre su persona, sino por las deplorables palabras que le dirigía a Erstin, cuyos ojos amenazaron con diluviar. Sin siquiera dudar o temer al metal rozando su piel dijo a viva voz. -¡No se atreva! Erstin no es de esa clase... que refiere, si pensara eso... tengo la certeza de que no estaría aquí-

-¿Qué hace aquí entonces?- Maya levantó su negra ceja con sutil interés.

-Ella es la persona que yo escogí y espero- Miró con un dejo de duda a la joven rubia a su espalda. -Que ella decida escogerme a mí-

-¿Cómo se atreve siquiera a insinuar eso quien está comprometido con otra persona?- Respondió agriamente Maya, necesitaba una buena respuesta o definitivamente sacaría a escobazos del taller al apuesto muchacho.

Nina frunció el ceño, de dónde había sacado tal idea ¡Sergei! -“Maldito cobarde”- Cerró su puño indignada. -Mi compromiso con Wong-san fue roto poco después del matrimonio de la Duquesa y Shizuru, no es la persona que pone mi mundo de cabeza ni hace que lata mi corazón- Más una epifanía se originó en la mente de la joven Kuga y sus ojos se abrieron sorprendidos, Erstin había sufrido ante esa idea, había pensado que su angustia la noche del carnaval se debía un amor profesado al capitán de la guardia. Sin siquiera prestar atención de la expresión confundida y abrumada de Maya se volvió a mirar a la joven rubia, tomó su mano con afán y besó el envés delicadamente, levantó su cabeza con nueva fortaleza y valor para perderse en el infinito mirar celeste. Sonrió. -Yo sentí celos porque Sergei danzó contigo, esa dicha la quería para mí, ansiaba bailar contigo pero era inapropiado ¿No es así? La persona que sueña y anhela algo más que una amistad con una doncella, no debería bailar si la dama no lo desea y sentí pena, pues me rechazaste... más no imaginé siquiera que Wong insinuara que nuestro compromiso siguiera en pie, pues fue roto hace meses y esa noche cuando me preguntó con molestia por ti, le recordé justamente que el compromiso ya no existe, se dio cuenta que mis ojos no han brillado nunca como al mirarte a ti-

-No me he ido señor, le exijo apartarse- Insinuó nuevamente Maya con el filo aun más próximo al cuello de Nina.

-Sólo será de ese modo si ella niega, entonces me marcharé comprendiendo que no soy para ella- Aun dando su espalda a Maya cuya falta de experticia había lastimado ya la piel de la Kuga, Nina se apresuró a preguntar. -¿No me quieres Erstin?- Dicho con temor como olvidando el beso que fue respondido momentos atrás.

La mirada miel y carmesí posaron su interés total sobre la faz blanca y pulida de Erstin. La rubia apenas podía musitar palabra, sus labios temblaban temerosos, pero sus manos más rápidas y menos pensantes se abrazaron a Nina y su rostro se escondió en su pecho acorazado. -Te quiero... lo he hecho por tanto tiempo ya, que mi corazón se marchitaba pensando que no eras para mí-

Tales palabras fueron aire y vida para la pelinegra, envolvió en sus brazos a la joven Ho, beso su frente y volvió la vista sobre Maya cuya espada ya había bajado hasta no ser más un peligro para su cuello. -La ha escuchado, no me apartaré de ella si no es su deseo y no me rendiré sabiendo que su corazón me ha sido dado como regalo, ella será la persona que me acompañe a lo largo de toda mi vida y le aseguro que nada ni nadie podrá arrebatarme eso-

Maya sonrió, la fiera mirada que le dirigía aquel muchacho era la misma que recordaba en los ojos de su esposo cuando enfrentó la cruda negativa de su padre, poco después de eso un anillo, el escapar de su casa para hacer parte de la familia Ho y una boda tuvieron lugar, pero ella quería estar segura de las cosas, tenía que dar el último empujón. -No serán más que palabras para mí si no dejas para nosotras una prueba de tu interés sincero, no se irá de esta casa una doncella si no es como se debe-

Nina abrió sus ojos sorprendida, comprendió rápidamente a qué se refería la mujer pelinegra frente a ella con tanta determinación en su mirada miel. Suspiró largamente ¿Como ofrecer lo que como mujer jamás podría? Entró en tensión inmediatamente y esto fue visto por la malicia de Maya. -¿Dudas acaso?-

La joven Kuga frunció el ceño molesta y aclaró con rapidez. -No dudo... pienso en mi estupidez, pues no traje un anillo como es propicio- Nina se apartó ligeramente de Erstin para retirar su guante dejando ver unas manos suaves y delicadas que trajeron algo de sospecha a Maya, pero rauda supuso que se debía simplemente a que ese muchacho jamás había realizado labores en el campo ni blandido por mucho tiempo una espada, entonces notó el anillo de oro blanco con incrustaciones de Zafiro que tenía labrado su nombre y su marca. Dedos finos y delgados extrajeron el anillo, Nina retiró el guante de herrería de Erstin y deslizó la gema en el anular de la joven Ho. -Por ahora solo puedo entregarte mi sello, esperando volver con uno de bodas, uno que sea más hermoso para solicitarte en debida forma, hasta entonces podrás pensar si realmente deseas estar conmigo a pesar de las dificultades que esto suponga- Con un beso en el dedo anillado, la de ojos magma se apartó finalmente de Erstin, recogió su brillante casco y caminó con la dirección de su caballo. -Sin importar cual sea tu respuesta, tú serás la única para mí... porque eres lo más amado- Musitó de pie frente a su fiel corcel antes de montarlo de un salto y Erstin se sonrojo ante las gallardías de su amada.

Maya abrió sus ojos grandemente, ningún noble que conociera se desprendería de un sello, justamente porque cualquier correspondencia podría marcarse con él y hacerse a su nombre, después de todo cada anillo estaba diseñado de forma única para evitar posibles falsificaciones. Entregar el sello significaba por tanto dar el nombre y la palabra a quien lo tuviese, era bastante mejor oferta que un anillo de boda.

Nina cubrióse la cabeza con el Yelmo y contempló a la doncella cuya mano anillada se ajustaba a su pecho, se juzgaba la más bella a sus ojos, sonrió para ella aun con una tormenta en sus ojos hechos de fuego. Suspiró, nunca se vio tan injusto ser mujer, no podría brindarle la dicha de los hijos, serían constantemente juzgadas por todo aquel que las viese juntas y tantas otras vicisitudes que podrían tambalear la voluntad de cualquiera, pero ya lo había decidido, encontraba mejor vivir junto a la rubia con lo dulce y lo amargo de la vida, que pasar toda su vida junto a un hombre relegada a ser el objeto de sus bajas pasiones, la ornamentación de la casa o la madre abnegada de los hijos del desamor. -Obtendré el edicto... y de esta forma, si me dices que si al volver... serás mía ante los ojos de la Diosa- Alzó su voz firmemente, mientras su caballo relinchaba en dos patas. -Le pido señorita, cuide bien de ella en mi ausencia... que es mi alma la que guarda- Una venía a la joven cuñada y se dispuso a partir.

Maya sonrió, pero pronto frunció el ceño recordando otro par de detalles con nombre propio. -Ten cuidado muchacho... sus hermanos no serán tan fáciles de convencer como yo, tienen en muy poca estima la casa Kruger y a su gente-

-Aceptaran aunque tenga que batirme en duelo con ellos, se lo he dicho, nada podrá impedirlo... mientras los ojos de Erstin me miren así... yo no sabré rendirme- Fue lo último que se escuchó decir antes de que el corcel galopara con gran rapidez sobre el pasto y se alejara sobre los entramados de las carreteras con dirección de Windbloom, se comprendía entonces la premura del muchacho que no tenía tanto tiempo, no después de lo que pasó en los campos de trigo, pero eso las damas no lo sabían.

Una vez le perdieron de vista la fortaleza y serenidad mostrada por Erstin en la despedida flaqueó junto a sus piernas, cayó de rodillas sobre el pasto, abrazó con más fuerza sobre su pecho el anillo y gimoteó tenuemente soñando no ser escuchada, más el sonido llamó la atención de la cuñada quien corrió presta a su lado. -¿Erstin? ¿Por qué lloras? ¿No sufrías por desamor hace unas horas?... lo he logrado, sacar con ganzúa la verdad de su garganta y qué más dicha si te quiere, son testigos mis ojos que lo han mirado cada instante-

-Dime como sonreír si se marcha a un lugar de peligros inimaginables, o ¿Cómo verte a los ojos si te he mentido y no pasará mucho tiempo antes de que la verdad sea dicha? Mis hermanos negarán, harán hasta lo imposible por separarnos... incluso tú, tal vez quieras persuadirme de lo que juzgaras mis locuras- El llanto hacía surcos en el polvo y el hollín que el trabajo de herrero había dejado sobre su rostro.

-No te comprendo Erstin, si no lo intentas cómo podría ayudar... me duele más que nada en el mundo verte llorar así- La preocupación de Maya crecía, así mismo el muchacho había dado tiempo a una respuesta que normalmente no espera, rememoró sus palabras “... hasta entonces podrás pensar si realmente deseas estar conmigo a pesar de las dificultades que esto suponga” -Yo misma pondré todo mi empeño en que Taro acepte y Kano siempre ha sido más amable, el abuelo ni que decir, sería solo ver tu sonrisa para comprender y afirmar la unión sin dilaciones, Erstin ellos te aman sobre todas las cosas- Decía gentilmente  y acariciando la llorosa faz de la rubia, mientras esta negaba con su cabeza, estaba hecha un mar de lágrimas y escondía su rostro en el pecho casi materno de Maya.

Yacieron juntas y abrazadas durante el tiempo que fue necesario para Erstin, cerca de una hora fue el tiempo necesario para dejar salir su angustia, tantos sentimientos contenidos había fatigado su fortaleza y la muralla que escondían sus emociones se había resquebrajado, antes abatida sin la esperanza y ahora preocupada por las amenazas que afrontan sus corazones. Silenciada la angustia y los respiros más lentos, Maya levantó la barbilla de Erstin -Que puede ser tan terrible para causarte esto, no has llorado desde la muerte de tu madre o el abandono de su padre, dos tristezas del tamaño del mundo para una niña...- La abrazaba con fuerza y acariciaba la rubia melena a pesar del silencio, con un murmullo suave como si de una nana se tratara.

-Su nombre... es Nina- Maya intentó apartarse para mirar el lloroso rostro de la joven, pero las fuertes manos que la abrazaban se lo impidieron, sujetándola aun con vehemencia.

-No es el nombre más varonil que haya escuchado- Pero los padres ponen unos nombrecitos a sus hijos.

-Es... es mujer, es la prima más joven de la Duquesa- Cuando las palabras fueron concluidas, los ojos de Maya amenazaban con salirse de sus cuencas.

-Era demasiado hermoso y delicado para ser hombre- Dijo con voz apenas audible, como si la mente de la mayor armara un curioso rompecabezas de detalles que pasó por alto en su momento, una voz que grave seguía siendo muy suave, la ausente manzana de Adán en el cuello que amenazó con una espada, los dedos delgados y el rostro aniñado de un jovencito... que no era un muchacho. Los labios de Maya se abrieron para susurrar. -¡Oh por dios! ¿Y una chica pretende batirse con el comandante de la guardia civil de Fukka? ¿Acaso quiere que Taro la maté suponiendo en ella a un tonto pretendiente? Si no lo hace por... por inducir actos tan... tan-

-¡Maya! No digas eso...- Erstin se apartó del abrazó y miró a su cuñada con reproche. -Si piensas que es una abominación... no lo digas, simplemente me iré para no manchar a nuestra familia... solo no lo digas, porque no sabré perdonar esa herida- La rubia se puso de pie con frío mirar. -Porque ten presente que no solo me insultas a mí, también a ella...-

La mujer mayor levantó su rostro preocupada, el hielo de un mirar azul como aquel, un color y expresión que recordaba a los años mozos de Christoff y a su suegro, cuando un Ho mira de esa forma es seguro que no dudará en sus acciones sin importar sus consecuencias. -No reprocharé, no permitiré a nadie decir injuria alguna que te hiera y silenciaré los pensamientos que no entiendo... pero no te vayas así, dejándome semejante angustia- Tomando la mano de Erstin, como si temiera que se apartara corriendo sin mirar atrás, como si fuera hecha de bruma vaporosa, se apresuró a abrazarla y a su oído susurró con voz tranquila como si de una nana se tratara. -... encontraremos la forma y si no es el caso, yo te ayudaré para que vayas a su encuentro-



NOTA DE LA AUTORA:
Cordial saludos a todos y todas,

Varios  apartados para tener en cuenta.

Antes que nada me disculpo por la publicación anterior en la que se me fue un fragmento del borrador del capítulo siguiente, al final del 28, iniciaba el 29 completamente desconexo con información inconclusa la cual retiré inmediatamente al notar el error, sin embargo para quienes hubieren leído, tengamos presente que parte de lo que han leído se desechó en la trama por no concordar con el hilo narrativo que se estaba llevando y la parte que se preservó fue usada en el capítulo 29 y el 30. Nuevamente les extiendo mis más sinceras disculpas  por este incidente.

Respondiendo a una inquietud que me ha llegado a través de sus comentarios, a Christ: .... en capítulos anteriores se decía que Natsuki era la última bestia, que era la doceava bestia, incluso cuando visitan el cuarto donde están los cuadros de las anteriores bestias cuentan 11, porque nat es la 12 si es q no me equivoco, pero ahora en este cap, dice q es la onceava, no entiendo...podrías explicar eso?, bueno, chau, me despido, espero que estés bien, cuídate mucho y que actualices pronto.

Bueno, en el capítulo 16 que cité la cantidad de bestias que han habido en Fukka, mencioné 10 espectros en el pasillo de las pinturas que eran la combinación de un animal y una persona (Es decir, son 12 Bestias de las cuales han muerto 10), el onceavo es Takeru y la doceava bestia, Natsuki. Lo referido en el capítulo 28 por su parte, alude el hecho de que Natsuki cuenta el número de bestias Inocentes, ella es inocente, su padre también y todos los 10 muertos a excepción de Naraku, quien causó todo el lio, es decir son 11 inocentes de un total de 12.

Para otra pregunta referida, cuestionaron ¿Quién o qué es Amaterasu? Para información de todos, según la mitología japonesa Amaterasu es una de las tres deidades principales (Amaterasu, Tsukuyomi y Susanoo), ella nació del ojo izquierdo de Izanagi (Este dios fue al infierno llamado Yomi o tierra de los muertos... a rescatar a su esposa Izanami, pero en cuanto la vio imagínense su espanto al contemplar su estado de descomposición, salió huyendo y lo persiguieron miles de demonios, una vez a salvo procedió a purificarse y cuando quiso lavarse la cara en un río, de su ojo emergió la diosa, no tengo la total certeza de que se le cayera el ojo y de ahí se formara la diosa, o si solo al lavarse la cara y limpiar su ojo, emergiera la diosa.) Así nació Amaterasu. Dicho sea de paso, que ella es la deidad de la luz, no hay luz sin su presencia pues a ella le fue heredado el sol y el cielo por su padre. Se le considera cálida y compasiva con quienes la adoran, su reino es el paraíso celestial y para el contexto de la historia, es la deidad Madre de Mikoto (Entiéndase que Mikoto no tiene padre, fue creada por Amaterasu basada en la competencia creadora con Susano, La diosa toma la espada de su hermano, la rompe en 3 fragmentos y de ella crea 3 diosas... yo me aprovecho de este evento para justificar la existencia de Mikoto como hija de Amaterasu y el tema de haber nacido de una espada, es para mí una justificación más que válida de que sea una deidad guerrera) En la mitología Japonesa han habido tantos dioses que supera por mucho a la mitología Griega, basta decir que 800 dioses juzgan y destierran a Susanoo de los dominios de Amaterasu, tras la muerte de su caballo celestial y sus tejedoras, el destrozo de los canales de arroz y la eterna oscuridad cuando Amaterasu se esconde en la cueva de la montaña.

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20 comentarios:

  1. Ohh por dios oooooohhhh por dios que sorpresa un nuevo capitulo tan emocionante gracias gracias por tremenda historia

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  2. A cabo de leer esta historia y me deja con ganas de mas y mas, ojala no tardes mucho en subir una nueva entrega ^^

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  3. Saludos querida Teta Wacha, escribo para disculparme acerca de un error en el archivo enviado, resulta que yo solo envíe el 28 el cual estaba completo y revisado, sin embargo el 29 (que estaba en el mismo archivo), era el borrador de cosas proximas en la historia o que bien pueden no ser tenidas en cuenta a futuro, este capitulo notaran las lectoras que esta incompleto, tiene saltos en la edición y debe parecer absolutamente caótico.

    Esperando comprendan este error y si fuera posible el retiro de ese borrador, el cual procuraré reemplazar a la mayor brevedad posible.

    De antemano les reitero mis disculpas y espero pueda ayudarme la persona responsable del blog con esta circunstancia.

    Att: Cristalsif.

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    Respuestas
    1. pues he disfrutado mucho éste capítulo y no lo veo inconexo, realmente aprecio mucho tu historia, gracias por compartirnos este capítulo tan genial

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    2. Pues yo agradezco tu error tu historia es estupenda.

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  4. *-* amo esta historia la amó.
    Que ganas tenia de leerla por dios!! La escritora es muy grande al hacer esta tremenda historia. Espero no tardes tanto por favor.
    Noelia

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  5. Sin lugar a dudas una de las mejores historias que he leido que imaginacion dios!!!!. Con esta historia quisiera conocer a esa escritora espectacular. Por cierto gracias por la aclaracion de amaterasu. Nos haces conocer mas de la historia. Por favor sube pronti siiiiii? . Estare atenta a una nueva actualizacion . No me importa esperar mil años porque bien vale la pena. Besos y saludos a la distancia. Atte. Maria Rene

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  6. Con error o sin error me sigue encantando esta historia...sigue adelante Cristalsif!!!!

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  7. Estoy muy feliz porque estas de vuelta con esta historia que me encanta y a cautivado... Espero muy ansiosa tu próximo capitulo y porfis no te desaparezcas tanto tiempo.

    Saludos y abrazos

    Luisa V.

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  8. Ahora podemos centrarnos en la historia de Mai y Mikoto jeje ya las extraño

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  9. Wow!!! como siempre excelente el capitulo y con ganas de leer más, ojalá y pronto subas nuevos, no hay problema por lo del capitulo, aunq si fue un poco extraño , un abrazo Cristalsif

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  10. La historia sigue tan Hermosa como siempre y muy bien escrita, me ENCANTAN Erstin y Nina ademas de Shizuru y Natsuki claro, pero no tardes tanto Cristalsif por favor q estoy muy enganchada a esta delicia , Gracias . Carmen

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  11. Soy la fan n°1 de esta historia, me encanta,cuando la descubri tarde muy poco en leerme todos los capitulos que habia y estaba esperando con ansias el siguiente. me gustaria tener la mitad de imaginacion que tu tienes porque tu historia es magnifica!

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  12. Amo esta historia!!es preciosa!la capacidad que la escritora tiene de transportarnos a la misma.
    Cristalsif genia!!gracias por deleitarnos con tan preciosa historia!!
    Besotes.mia de bs as

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  13. Ajuaaaa me siento inmensamente feliz, amo ver otro capitulo de esta historia, me quito el sombrero, los zapatos y hasta me desnudo por vos jajajaja, eres megaescritora por dios santo que imaginación.

    Te quiero cristalsif, besotes en el cachetito para vos ^^

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  14. Debo decir antes que nada, que he llegado a éstos relatos a sugerencia de una ávida lectora amiga mía que tiene muy buen gusto.

    Comentando el relato:

    Wow, el relato es muy, muy bueno, exquisitamente escrito, me hace volar y soñar a la vez con el paisaje en torno de los personajes magníficos que tienes en la historia, me ha encantado, gracias por dibujar sonrisas y enternecer corazones.

    Continúo a la espera del capítulo 30 Rebelión II

    Gracias y un millón de besos.

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  15. Me has regresado la vida misma con este estupendo capítulo... Jajajaja espero con ansias en siguiente.

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  16. Ojala Erstin pueda arreglar mas pronto que inmediatamente la espada neptuno para que este impecable para la batalla . Tambien que lo forje dandole esas gotitas de amor que es la fuerza invisible mas poderosa del mundo para asi vencer el lado oscuro.
    No seria mucho pedir que mashiro se quede con arika y no consuma los actos protocolares de boda con su marido al cumplir la edad oportuna?.
    Vaya esta historia me tiene atrapadisima. :)

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  17. cuando habrá nuevo capítulo? :'( me siento mas ansiosa que shizuru esperando a natsuki .. necesito leer mas.
    Esta historia es demasiado cautivadora y puede hacer que hasta una roca llore de emoción

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  18. esto que lo dejen como novia de pueblo a uno no es muy agradable cuando pondrán otro capitulo ya ni me acuerdo de que va la historia tengo que leerla de nuevo para entenderla suban mas capítulos att. LUNA

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