Unas pocas horas después, el médico salió de quirófano
y se acercó a informarnos de cómo había ido.
-
Hemos hecho lo que hemos podido. No hemos podido solucionar nada.. sólo que
dure un poco de tiempo más. Lo siento. - dijo apenado mirando al suelo. - En
cuanto lo suban a planta, os lo haremos saber.
Los tres nos miramos y nos quedamos en silencio. El
fin de Angelo, mi padre había llegado; pero aún le quedaba algo de tiempo...
Decidí pasar el poco tiempo que le quedaba entre
nosotros con él, se lo mereciera o no... yo tenía corazón y aparte de lo que
había hecho, a mi madre le habría gustado que lo cuidara en los últimos días de
él.
Fuimos a la cafetería del hospital y allí decidí que
Kyle y Candela deberían de ir a casa a descansar, yo me encargaría de todo.
-
Será mejor que os valláis a descansar. Yo me quedaré con él hasta que... hasta
que sea hora. - dije con la mirada perdida en algún punto no reconocido.
- Nos
quedamos, estaremos a tu lado en todo momento. - contestó Candela.
Miré a Kyle y este no tardó en responder.
- No
había podido responder mejor que ella, tiene toda la razón. - dijo encogiéndose
de hombros. - Somos una familia y las familias siempre permanecen unidas.
Sonreí, no podía hacer más.
Pasaron las horas y cuando ya estábamos quedándonos
dormidos en la sala de espera, el doc. nos vino a avisar de que mi padre ya
estaba en planta.
Recorrimos el pasillo de la sala de espera a la
habitación, que ahora se me hacía kilométrico... y entramos en completo
silencio en la habitación.
Lo ví allí postrado en la cama, sólo conectado a la
bombona de oxigeno y una vía que suponía que tenía algún tipo de calmante para
que no sufriera tanto.
-
Angelo, soy Bella... estoy aquí. Kyle y Candela están conmigo. - dije mientras
le acariciaba la mano, como con miedo.
Él nos miró y sonrió. Era completamente otra persona,
en su rostro no se reflejaba nada del Angelo que habíamos visto un mes atrás...
Se fue quedando dormido a medida que el gotero
avanzaba. Y yo notaba en mis venas como si algo me quemara por dentro, pero que
por mucho que intentara aliviar exteriormente; no aliviaría el interior.
Fueron pasando las horas y todos nos fuimos
abandonando a los brazos de morfeo.
Poco a poco me fui despertando al notar como si a
alguien le costara respirar. Me alarmé al ver que mi padre se estaba ahogando
porque se le había descolocado la mascarilla de oxigeno. Me incorporé de golpe,
me acerqué y se la coloqué como pude.
-
Respira papá, respira despacio. Todo está bien. - dije mientras intentaba que
calmara su forma de respirar.
Una vez hecho, noté como Candela y Kyle se
desperezaban y nos observaban con atención.
-
¿Que ha pasado? - preguntó Kyle mirando a mi padre.
- Se
le descolocó la mascarilla y le costaba respirar, pero ahora está bien. -
respondí abrigándome entre los brazos de Candela, como cuando una niña tiene
miedo y no se despega de su madre.
Al cabo de una hora, el doc. pasó por la habitación.
-
Bella, hay malas noticias. Hemos hecho una eco grafía para ver cómo iba tu
padre... y ha empeorado... en cualquier momento se irá. - dijo apenado. - Lo
sien... - pero lo interrumpí.
- Lo
que tenga que ser, será. Tampoco quiero que esté sufriendo, si es mejor así...
que así sea. - contesté sin salir de entre los brazos de Candela.
Unas
horas después, mi padre intentaba hablarnos. Nos acercamos a la camilla e
intentamos hablar con él.
- Que
pasa papá... tienes que descansar. - dije mientras le acomodaba la ropa de
cama.
-
Se... se que... - cogió aire con algún que otro problema y continuó. - se que
me muero, sólo quiero decirte que te quiero. Y a vosotros chicos, pediros un
favor... - volvió a respirar, esta vez muy hondo. - Sólo quiero que hagáis
feliz a mi pequeña princesa, porque se lo merece. - dijo sonriendoles.
Los dos asintieron con la cabeza en forma de si
rotundo.
Cuando de repente, me cogió de la mano y comenzó a
costarle mucho respirar. Al ver esa escena, sabía de sobra que en pocos minutos
ya no estaría entre nosotros.
-
Papá Angelo... sólo decirte que te quiero... y ... -un nudo en mi garganta se
formó, pero como pude lo deshice lo justo para poder decir la frase completa. -
Quiero que sepas que te quiero... y te perdono. - terminé mientras rompía a
llorar.
En ese justo momento, suspiró muy hondo, sonrió y sólo
dijo:
-
Bella... la mía Bella. - dijo mientras apretaba mi manos con fuerza y de ahí a
unos segundos, su fuerza se desvaneció y cerró sus ojos.
Había llegado, el momento de que se reencontrara con
mi amada madre había llegado. Las máquinas comenzaron a pitar y los médicos
entraron dentro de la habitación de inmediato.
Al ver que no podían hacer nada, me acerqué al doc. y
le abracé.
Él entendió y me devolvió el abrazo. Mandó al resto
del equipo médico que saliera de la habitación, desconectó el sonido de las
máquinas y nos dió unos minutos antes de trasladarlo para prepararlo para la
funeraria.
-------------------------------------------------------------------------------------------------------
Ya
había pasado un mes desde la muerte de mi padre. Durante todos los preparativos
y demás, Candela había estado muy ocupada con su trabajo y demás quehaceres...
así que pasé más tiempo con Kyle que con ella.
Echaba de menos estar con ella, pasar las tardes con
ella y las noches también. Tanto de lujuria, pasión y desenfreno como las
noches de amor y ternura.
Cuando ya había pasado todo. Candela decidió cogerse
unas largas vacaciones en el bufete y estos aceptaron sin problemas ya que se
lo había trabajado.
Un día al llegar a casa de Candela, ya no bajé, la
esperé en el coche. Una vez que sibió a él, arranqué y fuimos directas a mi
casa.
Todo el trayecto estuvimos calladas, no articulamos
palabra para nada, bueno ella si; yo sólo me limitaba a contestar con sonrisas
o con monosílabos: "si" o "no". Ya se que no era mu
elocuente, pero estaba completamente aterrada por lo que iba a hacer después. Tenía algo bonito planeado
para las dos y no sabía si ella al final aceptaría o no.
Al llegar a mi casa, estaba todo a oscuras, cuando
abrí la puerta... atiné a encender un par de velas que se encontraban encima de
la mesa del comedor mientras Candela dejaba su abrigo en la entrada.
-
Amor, ¿puedes venir? - dije mientras las piernas me temblaban y las manos
comenzaban a sudar por los nervios.
-
Bella, estás rara cariño... ¿va todo bien? - preguntó mientras entraba en el
comedor.
Al verme con cara de boba romanticona al lado de la
mesa del comedor con una cena romántica preparada para dos y con velas, los
ojos se le inundaron en lágrimas.
-
¿Que he hecho? ¿Hay algo que no te guste? - dije mirando a mi alrededor.
Se fue acercando poco a poco a mí hasta quedar casi
pegada a mi cuerpo. Sus manos se entrelazaron detrás de mi cuello y mis manos
por acto reflejo fueron a dar a sus caderas.
-
¿Cómo crees que va a haber algo que no me guste, viniendo de ti? - dijo
mientras se humedecía los labios. - Sólo que me he sorprendido de esta cena
romántica... porque aún no estamos de aniversario. - terminó sonriendo.
- De
eso te quería hablar. Mejor será que tomes asientos. - dije mientras le
indicaba la silla para que se sentara.
Una vez sentada, me acerqué a ella y me agaché
poniéndome a su altura.
-
Decirte que eres lo más bonito en mi vida, que desde que te conocí me dí cuenta
que no había vivid hasta que te tuve a mi lado. - cogí aire y seguí. - Candela
Cortez... - dije poniéndome de rodillas. - Me harías la mujer más feliz del
mundo al aceptar esto... - en ese momento saqué una cajita de terciopelo negro
y la abrí ante sus ojos vidriosos.
-
Bella... yo... - pero fue interrumpida.
-
Sssshhh..... déjame terminar, por favor. - dije mientras ponía un dedo en sus
labios de señal de silencio. - ¿Quieres casarte conmigo? - terminé diciendo
mientras notaba como mis piernas del temblor que tenían me harían caer en
cualquier momento.
- Oh
Bella... pues claro que quiero. ¡SI, SI QUIERO! - exclamó mientras me comía a
besos y luego me miraba a los ojos mientras le colocaba el anillo en el dedo. -
Soy la mujer más feliz del mundo por tenerte a mi lado.
- Más
feliz soy yo mi amor. - dije besándola.
-
Dejemoslo en empate, ¿si? Te amo.
- Y
yo te amo a ti Candela.
Nos
volvimos a besar, cenamos e hicimos el amor como nunca. A partir de esa noche
nuestras vidas cambiarían para siempre.
Y para mejor, obviamente------------------------------------------------------------------------------------------------------
La Teta Feliz Historias y Relatos ® Samy - Derechos Reservados
©
Todos los derechos reservados. Esta publicación no puede ser
reproducida, ni en todo ni en parte, registrada o transmitida por un
sistema de recuperación de información, en ninguna forma ni por ningún
medio, sea mecánico, fotoquímico, electrónico, magnético, electroóptico,
por fotocopia o cualquier otro, sin el permiso previo, por escrito, del
autor.
Joder ya a pararado otra vez con los capítulos
ResponderEliminarCada historia tiene su tiempo. Cansa y/o aburre un poquito ya que me esten con el mismo tema... Mas bien me cansa que lo pongais en ese "tono"... Pero bueno... El 10 es el ultimo capitulo. La proxima historia que suba, la subire cua.do estr completa. Esta la fui escribiendo a medida que colgaba capitulos.
EliminarHay gente que son impacientes por Dios en vez de agradecer.
EliminarAmi la verdad me encantaron todos los capítulos saludos desde Argentina
Pa mi creo q ese es el final
ResponderEliminarpues parece q si.. otra historia sin final
ResponderEliminarHola Sam
ResponderEliminarTu historia me atrapo desde el primer momento y como buena fanatica espero ansiosa al ultimo capitulo, de antemano quisiera agradecerte por compartir con nosotras el gran talento que tenez y por cierto me encantaria saber que fue lo que le dijo el padre de Bella a Candela, pero por favor terminala, se que no es sencillo ya que todos tenemos obligaciones y todo eso, pero deseo que sepas que ya tienes una fanatica. Gracias