Stone
ya en Neuquén capital, se ponía al tanto de todo lo sucedido con el Capitán de
policía de esa Ciudad que llevaba el caso.
-Estévez
se infiltró con dos de mis mejores oficiales. Ellos cumplían el papel de sus
matones. –Le comentaba el Capitán Martínez – En cinco días nos transmitieron
toda la información que recolectaron.
-¿Qué
fue lo último que informaron? – Preguntó Stone.
-Nos
pasaron la hora y el lugar donde se realizaría esta Subasta de mujeres. A la
cual parecía que asistirían todos los implicados en esta red de trata de
blancas.
-¿Y
eso a qué hora fue?
-Cerca
de las tres de la mañana, ya se encontraban los tres en el hotel donde se alojaban.
El encuentro se daría en 43 horas nos
avisaban – Hizo una pausa para volver a seguirle contando los hechos –
Inmediatamente envié a mis hombres a verificar el lugar. Pero no había ningún
movimiento. Esperamos que se volvieran a conectar. Pero dos horas antes,
seguíamos de guardia y no había un sólo movimiento en ese lugar. Y ni Estévez
ni mis hombres daban señales de vida. Envié una patrulla al hotel, para
comprobar que a eso de las siete de la mañana habían abandonado el hotel, pero
sin llevarse sus equipajes. Mis hombres registraron los cuartos y todo estaba
ahí.
-¿Interrogaron
a los empleador del hotel?
-Por
supuesto, A los dos conserjes, pues parece que salieron justo en el cambio de
turno. Y ambos conserjes los vieron salir a los tres. Para ellos se veían muy
tranquilos. Oficial Stone, envié mis hombres a todos los lugares donde se
suponían habían estado y ni rastros… Ni de ellos ni de los malditos mafiosos.
Se encargaron de borrar toda huella, de desmantelar completamente los lugares
donde se suponían que tenían sus guaridas.
-No
tenemos ninguna pista, esto me huele muy mal.
-Así
es… Cerré todas las salidas de la Ciudad. Nadie sale ni por avión, ni tren, ni
ómnibus. Pero temo que todos ya hayan salido.
-Creo
que los descubrieron, y le pasaron una información falsa. Para tener a toda la
policía en un lugar equivocado. Y así poder tener tiempo de huir sin dejar
rastros – Comentó Stone.
-Eso
es lo que me temo…
En
ese instante un suboficial entró a la oficina, para avisar que dos cuerpos
habían sido encontrados en el basurero municipal de la Ciudad. El corazón de
Stone casi se detiene. El suboficial también informó que ya estaban siendo
trasladados a la morgue judicial para la autopsia. Pero que según contaron los
policías que encontraros los cuerpos, sus rostros estaban irreconocibles.
Stone
se dirigió con el Capitán Martínez hacia la morgue para tratar de averiguar la
identidad de los cuerpos hallados y saber si tenían conexión con el caso.
Parecía
una eternidad el viaje, no quería ni hablar… para sus adentros rogaba que
ninguno de los muertos encontrados fuera Estévez. Cuando una de las empleadas
de la morgue los guió por ese pasillo largo y frió sintió el miedo recorrer sus
venas. Entraron a una sala…Los cuerpos tendidos en camillas, tapados con sábanas,
estaban dispuestos para que se les practicaran las autopsias.
El
médico forense entró, después de las presentaciones y saludos, comenzó a leer
el informe que los policías le habían presentado sobre dichos cadáveres.
-Fueron
encontrados desnudos entre la basura. Según el lugar, donde se hallaron, se determinó
que por el horario de recolección de residuos de la Ciudad… Habrían sido
arrojados allí hacía sólo unas cinco horas. Por la descomposición de los
cuerpos no puedo determinar la hora exacta de muerte. Pero quizás después de la
autopsia lo pueda determinar. Pero dada mi experiencia llevan muertos tres
días. Sus rostros han sido desfigurados, quizás, para no ser identificados.
-Disculpe
¿Causas de la muerte? – Preguntó el Capitán.
-Ambos
presentan golpes en todo el cuerpo, creo que fueron torturados por varias horas
y luego fueron rematados con dos tiros en la nuca. Cuando se deshicieron de los
cuerpos rociaron sus rostros con nafta y les prendieron fuego… Lo extraño es
que sólo quemaron sus rostros, estamos cotejando las huellas digitales.
-Querían
que los encontráramos, y que perdiéramos el tiempo tardando en identificarlos –
Comentó Stone algo nerviosa, aún no había vistos los cuerpos.
El
forense se acercó a uno de los cadáveres, y corriendo la sábana los hizo ver… Su
rostro no existía, ni el cabello. Sintió ganas de vomitar. Respiro hondo, y fijo
la vista en el cuerpo… Se acercó y corrió más la sábana que lo cubría… Debía
buscar su tatuaje… Ya que el cuerpo no había sido quemado, si era Estévez…
tendría un tatuaje debajo del brazo izquierdo casi llegando al axila. Así que
tomó el brazo izquierdo de ese cadáver y lo levantó… al ver sólo hematomas
respiró… no era Estévez.
-No
es mi compañero – Dijo suspirando, por su parte el Capitán notó una cicatriz en
el cuello… y se puso pálido…
-Por
Dios, es el Oficial Martí. Tiene la cicatriz que le hizo un ladrón hace cuatro
años atrás. El siempre la mostraba como un trofeo – Dijo muy afligido.
El
forense los miró y se dio vuelta para que vieran el segundo cuerpo. Despacio
destapó el cadáver.
Stone
debía admitir que otra vez las ganas de vomitar se apoderaban de su garganta, volvió
a respirar hondo, mucho más que la primera vez, Se dio cuenta que el Capitán se
encontraba en las mismas condiciones que ella. Intentando ser fuerte y no
demostrando que lo que veían les estaba afectando sus estómagos. Uno de sus
hombres estaba muerto… y no era nada agradable ver el otro cadáver y pensar que
podría ser su otro oficial. Stone, temblaba, rogaba que no fuera Estévez.
Hizo
lo mismo con el cuerpo que ahora observaban y no tenía ningún tatuaje. Respiró,
este cadáver tampoco era Estévez.
-Tampoco
es mi compañero – Y miró al Capitán quien resignado, dijo que por la contextura
física podría ser su otro oficial.
-En
unos momentos nos traerán los resultados de las huellas digitales – Dijo el
forense.
Salieron
de la morgue con la certeza de que los cuerpos hallados eran de los dos
oficiales que acompañaban a Estévez en la infiltración.
Esto
se estaba poniendo realmente mal, no había pistas, ni testigos de la
desaparición de los tres. Y si los cuerpos fueron torturados, qué información
obtuvieron los mafiosos.
El Capitán
y Stone fueron a ver el lugar donde habían sido hallados. Aun se estaba
realizando un rastrillaje exhaustivo del lugar. Pero ni las ropas de los
oficiales habían encontrado. Resignados de no encontrar una pista en ese
basural… Regresaron a la comisaría.
Quienes
los asesinaron parecían ser profesionales… ni rastros dejaron. Stone parecía
desconcertada, no podía encontrar nada que la llevara a Estévez.
El Capitán
se ofreció a llevarla al hotel para que descansase. Joan aceptó, estaba algo
cansada llevaba 25 horas sin dormir. No confiaba en tanta amabilidad, su sexto
sentido le decía que algo andaba mal. En todo el trayecto hacía el hotel… ella
coqueteó con el policía. Una sonrisita acá, otra sonrisita allá. A lo que el Capitán
no perdió tiempo para adular su belleza.
Al
llegar a su cuarto, abrió la puerta y al entrar, Torres parado al lado de la
ventana le hizo una seña para que no hablara. Ella lo miró fijamente y él se
acercó al teléfono sobre la mesa de luz, y le mostró que debajo del aparato
había un micrófono. Luego tomó el control remoto y encendió el televisor y le
subió el volumen. Se acercó a Stone y le habló al oído:
-Abajo
hay una furgoneta con dos tipos, apenas bajaste del auto del Capitán, se
estacionaron. Pero ya habían estado aquí me parece – Señalando el micrófono.
-¿Estás
insinuando…?
-Sí,
hay gato encerrado en esa comisaría.
-¿Dónde
está Ramírez? – Preguntó Stone en voz baja.
-En
la habitación de enfrente
Stone
tomó el micrófono, caminó hacia la mesa al lado del televisor, donde había una
jarra con agua y un vaso. Llenó este último con el líquido y mirando a Torres,
dejó caer el minúsculo micrófono dentro del vaso.
-Uy,
Glu Glu – Dijo riendo Torres.
-¿Cómo
carajo supiste del micrófono?
-¿Y
por qué vos insististe en decir que habías llegado sola a Neuquén, y nos
mandaste a investigar?
-Ok,
Ok – Contestó Stone riendo, y sentándose en la cama, para sacarse los zapatos –
El jefe me advirtió que no confiara en Martínez.
-Pues
no se equivocó… y los dos hombres asesinados, tenían sus prontuarios. Pero creo
que el Capitán Martínez los hizo ver como dos policías intachables ¿no?
-Jajá
Tenés razón, ¿Pero qué averiguaron?
En
ese instante golpearon a la puerta. Torres automáticamente sacó su arma y caminó
para abrirla.
-Soy
yo Raúl – Anunció detrás de la puerta Ramírez.
Torres
abrió rápidamente para que su compañero entrara. Venía con un bolso… Pasó y fue
directo a la mesa al lado del televisor. Y sacó del bolso una notebook, y la
depositó en la mesa.
-Buenas
noches Joan – Saludó.
-¿Qué
traes Ramírez?
-Mmm
acabo de hackear el sistema de información de la comisaría… ¡¡¡ups!!!
-Ajaaa
Ya estás jugando con tu juguetito – Comentó Torres señalando la computadora
portátil.
-Ya,
Ya que averiguaron que quiero dormir…
-¿Puedes
dormir? – Habló sarcásticamente Ramírez.
-No
creo que pegue un ojo, pero quiero una ducha… - Respondió Stone.
-Pues
ve… - Señalando la puerta del baño le ordenó Torres.
-¡Ah!
Primero pónganme al tanto de lo que saben…
-Ok,
Estévez desapareció hace más de 48 horas, Se sabe que salió de su hotel con los
dos policías a eso de las siete de la mañana, los conserjes del hotel los
vieron.
-Si
recambió de turno…
-Así
es… Después de eso no se sabe nada… Estévez debía reportarse al medio día con
más información, pero nunca llamó. Pero… -Y calló
-¿Pero?
-Según
el registro de llamadas recibidas al teléfono del Capitán, el de su oficina,
uno de los oficiales si llamó a las 13 horas. La llamada duró más de tres
minutos.
-¿Cómo
es qué uno de esos policías se comunica y Estévez no? – Preguntó Torres.
-Y
luego aparecen muertos… pero ¿dónde está Wal? – Intervino Stone.
-Otra
cosa… El famoso encuentro donde muchos mafiosos estarían era esa noche. Estévez
pasó la información la noche anterior de desaparecer – Continuó Raúl.
-Y cuando
la policía fue a allanar el lugar, no había nada…- Dijo Stone.
-O
Estévez dio una información falsa o alguien aviso a los mafiosos… y por eso…
tenemos dos muertos, un desaparecido y un lugar vacio – Intentando sacar
conclusiones Torres.
-Algo
huele mal – Les decía Stone a sus compañeros – No grabaron las llamadas de
Estévez. Y era obligatorio grabarla.
-Los
nombres que supuestamente Estévez dio… y que el Capitán nos pasó a la Central
antes de que esto sucediera… Eran de mafiosos reconocidos que ya teníamos desde
hace años… No hubo sorpresas para nosotros… Creo que el Capitán nos está
ocultando algo, y es muy grande…
-¿Avisamos
a la Central? – Preguntó Torres.
-Comunícame
por Skype con quien esté en la Central… - Le ordenó a Ramírez.
-Un
segundo… - Le pidió su compañero y comenzó a llamar a la Central en Buenos
Aires vía Skype.
Torres
por su parte se asomó discretamente por la ventana, tratando de no ser visto…
para cerciorarse de si la furgoneta aún seguía estacionada.
-Tenemos
problemas creo – Indico Torres llamando con su mano a Stone. Quien caminó hacia
la ventana.
-¡Parece
que tendremos compañía! – Exclamó Joan mirando hacía fuera del edificio, no era
sólo la furgoneta ahora había otro coche estacionado. Cuatro hombres parados al
lado de la camioneta hablaban… y miraban hacia la ventana del hotel donde
estaba Joan.
-Tengo
a Romano en línea – Gritó Ramírez.
Ella
caminó al portátil y miró en la pantalla a Laura que con cara de preocupación
le hablaba:
-Ya
Stone ¿dime qué pasa?
-Quiero
que investiguen al Capitán Martínez. Y envía un equipo ya… porque estamos en
problemas.
-¿Queeé?
– Exclamó Laura algo asustada.
-Aquí
hay gato encerrado, temo que Estévez esté muerto.
-Nooooo
– Romano se lamentó…
-Escúchame
Laura, Avísale al jefe que le mandaremos por mail enseguida todo la información
que tenemos… Pero la infiltración fue saboteada desde el principio… Creo que la
policía de aquí está ocultando algo.
-¿Están
en peligro? – Preguntó temerosa de la respuesta.
-Creo
que sabemos cómo escaparnos de está… y desesperarlos…
-¡¡¡Cuidado
con lo que hacen!!!
-Tranquila
me traje dos locos que saben seguirme… No, nos pasará nada… - Dijo riéndose y
de la sonrisa pasó a la seriedad para preguntar - ¿Cómo está Sara?
-Bien
– Respondió – Bueno, en realidad está desesperada. Carla está con ella, debimos
darle somníferos para dormirla porque ya quería ir para allá…
-Ni
se les ocurra dejarla sola… que se viene…
-Lo
sabemos… por eso Carla y yo nos turnamos para estar todo el tiempo con ella…
-Ok,
ya es tarde, haz lo que te dije, debemos irnos de acá… Nos comunicamos por aquí
mañana a primera hora… ¿Sí?
-Cuídate
Joan…
-No
te preocupes mujer… o pensaré que te importo…
-Idiota…
me quedo sin oficial entrenador… - Y sonrió levemente.
-Bye
Laura…
-Nos
vemos muchachos… - Se despidió de todos… sintiendo el miedo correr por su
cuerpo. Rápidamente llamó al jefe y a los demás compañeros para informarles de
lo sucedido y tomar medidas en el asunto.
Por
su parte Stone comenzó a recolectar sus cosas. Torres corrió al cuarto de
enfrente a buscar las de ellos… Ramírez mandó la información por mail al jefe. Cerró
el portátil y lo guardó en el bolso. Torres volvió y entró sin llamar a la
puerta…
-Salgamos
de aquí.
Joan
miraba a escondidas desde la ventana a los hombres que estaban en frente del
hotel… Los vio cruzar la calle…
-Creo
que ya vienen…
-Salgamos
por la puerta de atrás… - Dijo Ramírez, dejamos el auto de alquiler en la otra
cuadra…
Fue
así que bajaron corriendo las escaleras, y en vez de entrar a la sala de recepción
del hotel, se metieron a la cocina. Los hombres subían por el ascensor… Creían
poder sorprender a Stone en su habitación. Pero encontraron el cuarto vacio.
Stone
y sus dos compañeros huyeron en el auto alquilado.
-Debemos
buscar un lugar seguro para escondernos… - Dijo Torres
-¡Qué
tal frente a la comisaría! Hay una cafetería – Comentó Ramírez
-Para
ustedes dos está bien, pero mi rostro para ellos es conocido.
-Operación
cambió de sexo querida – Acotó Torres.
-Ay,
Por Dios, que estas chistoso Torres – Le dijo Stone.
Ramírez
había vuelto a hackear el sistema de comunicaciones de la comisaría y estaba
revisando las llamadas telefónicas que se realizaban desde ese lugar.
-Hey,
Hey, acaban de llamar a Martínez avisándole que estás desaparecida…
-Ok,
mejor me hago macho… - Dijo resignada Stone.
-En
un par de horas amanecerá, está claro que siguen creyendo que llegaste sola,
así que buscaran a una mujer. No a tres hombres.
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buenisima, por fa escribe pronto
ResponderEliminarQue buena está la historia. Debo buscar más escritos tuyos!
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