Siguieron
dando vueltas por la Ciudad, hasta que estacionaron en una estación de
servicio. Stone tomó su bolso y el de sus compañeros y se metió en unos de los
baños de servicio a disfrazarse. Torres llenó el tranque con nafta, Ramírez entró
al shop de dicha estación de servicio y pidió tres cafés para llevar y algo de
comer. En menos de 15 minutos todos volvieron al auto. Stone ya vestido con
ropa de sus dos compañeros.
-Comunícate
con Romano – Le pidió Stone a Ramírez. Quien automáticamente abrió su notebook
y he inició el skype.
Laura
sentada en su escritorio esperaba ansiosa que Stone volviera comunicarse, se
había pasado la noche en la Central. Estaba sin dormir. Hacía dos días que
nadie dormía. Cuando su Skype sonó. Nerviosa buscó el mouse para abrir la
llamada.
-Aquí
estoy… - Dijo al responder la llamada de Ramírez.
Stone
tomó el ordenador de su compañero y se lo puso en su falda para hablar con
Laura. Ella estaba sentada en asiendo trasero del auto.
-Laura,
estamos huyendo de la policía de Neuquén. El Capitán Martínez tiene algo que
ver en todo esto.
-El
jefe ya mandó un equipo táctico para allá. Y hemos investigado a ese tipo.
Tiene negocios sucios con algunos mafiosos. Tienen que ir con cuidado.
-Tranquila,
buscan a una mujer, ya me disfracé de tipo, así que somos tres hombres paseando
por Neuquén.
-Ya
te gustó el travestismo – Le dijo riendo Laura, y Stone le sonrió a través de
la cámara de Skype
Laura
estaba demasiado nerviosa por la situación, sentía que podía pasarle algo a
Stone y el miedo la traía a mal traer.
-¿En
cuánto tiempo llegan a Neuquén? – Preguntó Joan, refiriéndose al equipo que
venía a buscarlos.
-Hace
dos horas que salieron ya deben estar llegando, por suerte van en avión, jajaja
– y se rió Laura tratando de no mostrarle el miedo que estaba sintiendo a
Stone.
-Ok,
vamos para el aeropuerto – Dijo Torres encendiendo el motor del coche.
-Ok
– Asintió Stone a su compañero y este apretó el acelerador y salieron caminó al
aeropuerto.
-El
jefe ya informó a asuntos interno y se está abriendo un proceso para que
investiguen en esa comisaría. Ya deben estar saliendo para allá también los
agentes especiales de la policía.
-Eso
está bien, pero que se demoren, porque se me hace que Martínez tiene vivo a
Estévez.
-¿Qué?
– Preguntó Ramírez.
-Es
su seguro de vida… si lo hubiera matado
ya habríamos encontrado su cuerpo. Porque arriesgarse a que investiguemos de
más…
-Pero,
igual hubiera habido una investigación, Stone…
-Sí,
pero él sería el principal sospechoso, porque nunca grabó las llamadas de
Estévez. O sí. Y nunca me las mostró.
-A
ver, no entiendo a dónde quieres llegar con eso… - Gritó desde Buenos Aires a
través del Skype Laura.
-El Capitán
Martínez, sabe que hace rato que lo investigan. Avisó que Estévez había
desaparecido dos horas después del supuesto encuentro que ellos iban a
interceptar y que al llegar se encontraron con el lugar vació. Dijo que
inmediatamente mandó a buscar a Estévez y a sus hombres al hotel. Y no estaban.
Que habían salido a las 7 de la mañana de ese mismo día. Entonces, los cuerpos encontrados no podían
ser los de sus hombres, el médico forense dijo que tal vez podrían llevar
muertos como tres días. Porque fueron dejados en el basural al otro día cuando
llegué yo, y cuatro horas después de mi llegada los encontraron. Entre las 7 de
las mañana que salieron del hotel y mi llegada hay casi dos días. No tres… esos
muertos no son los oficiales que estaban con Estévez.
-Martínez
podría haber avisado de la redada a los mafiosos, estos huyeron. El continúa
con la redada y encuentra el lugar vació. Avisa que Estévez ha desaparecido y
nos volcamos a buscarlo. No a seguir a los mafiosos.
-Así
- Ramírez.
-Les
dio tiempo a todos para huir – Comentó Torres manejando.
-¿Pero
dónde puede tener a Estévez? – Preguntó Laura.
-Eso
es lo que tenemos que averiguar.
-Pues
creo que deberé hackear su teléfono celular – Apuntó Laura.
-Ok,
hazlo, que el jefe consiga una orden para intervenir ya sus líneas.
-Ya
estamos llegando al aeropuerto – Aviso Torres.
-Laura
nos comunicamos después, si. Duerme un poco tienes unas ojeras terribles – Le
dijo Stone.
-Mejor
haz tu trabajo y no me digas a mí que debo hacer – Le respondió Laura.
-Uy,
sí que tiene carácter para hacerte frente Stone – Comentó Ramírez.
Se
despidieron y Stone le devolvió el ordenador a su compañero para que este
siguiera hackeando la Central de policía.
En
menos de una hora se reunieron con el equipo que llegaba de Buenos Aires. Ellos
ya traían sus órdenes así que el equipo iría directo a la comisaría a buscar a
Martínez y hacerle creer que Stone también estaba desaparecida.
Torres
y cuatro hombres del equipo entraron en la comisaría. Pidiendo hablar con el Capitán.
Inmediatamente este apareció. Torres le dijo, que habían recibido una llamada
de Stone diciendo que había encontrado a Estévez pero se cortó la comunicación.
El Capitán
estaba algo desorientado, intentó decir que él no sabía nada de su
desaparición, que había dejado el mismo a Stone en el Hotel la noche anterior.
Y que la estaba esperando.
-¿A
qué hora la dejó usted Señor a Stone en el Hotel?- Lo interrogó Torres a
Martínez.
-Cerca
de las doce de la noche, quedó en venir para la comisaría a primera hora.
-La
llamada de Stone fue a las 2 de la mañana Señor – Hizo una pausa y continuó
hablando Torres - ¿El Oficial Stone le comunicó algo sobre la investigación que
estaba llevando a cabo?
-Pues
no, La vi muy preocupada por su compañero, pero se limitó a seguir la
investigación que estábamos realizando nosotros aquí.
-¿O
sea que en ninguno momento la noto extraña, o que pudiera estar ocultado algo?
-Un
momento – Dijo Martínez – ¿está insinuando que la oficial pudo haber hecho algo
incorrecto?
-No
sabemos Señor, pero se comunica con su jefe avisando que encontró a Estévez y
se corta la comunicación, y además en ningún momento aviso haber estado al
tanto de la investigación que la policía de Neuquén estaba realizando.
Estaban
intentado hacerle creer al Capitán que venían a investigar a Stone no a él.
Tenían que hacerlo sentir seguro de que no se sospechaba de él para que sólo
pisara el palito y cometiera un error.
-Disculpen,
pero me parece muy raro, cuando hablé con su jefe, me dijo que mandaría a su
mejor oficial.
-Y
lo es. Pero es muy raro. Que Estévez y Stone, nuestros mejores hombres
desaparezcan así. Y que hayan ocultado información a la Central.
-Acabo
de perder a dos de mis mejores hombres con uno de sus mejores hombres ¿y ahora
resulta que sus hombres son corruptos?
-Capitán
no lo sabemos, pero hasta que no los encontremos no sabremos la verdad – Le
dijo Torres - Necesito que de una orden de búsqueda por todo Neuquén de los dos
oficiales Stone y Estévez.
-Ya
estamos buscando por cielo y tierra a Estévez. Avisaré que deben buscar a la
oficial Stone también.
Torres
se encargó de convencer al Capitán Martínez que ellos estaban sospechando de
sus oficiales no de él. Fuera del edificio de la comisaría, Ramírez junto a
Stone y otros cuatro hombres montaban vigilancia. Ramírez tenía intervenidas
las líneas de teléfono de la comisaría y había hackeado la línea del móvil de
Martínez. Cualquier llamada que entrara o saliera del lugar sería interceptada.
Apenas
salieron de la comisaría Torres y sus hombres, dentro de la misma, Martínez
tomó su celular y realizó una llamada de apenas 30 segundos…
-Soy
yo, algo anda mal. ¿Tienen el paquete? – Dijo Martínez.
-Envuelto
para regalo – respondieron del otro lado
-Volveré
a llamar.
Dentro
de la camioneta, Ramírez había interceptado la llamada.
-Maldición,
corta la llamada no pude localizar el lugar – Maldijo Ramírez al no poder
lograr su cometido.
-Tranquilo,
volverá a llamar. Estévez está vivo lo sabía – Le comentó Stone.
-Sí,
él lo tiene.
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