CAPITULO 2
Llevaba
acudiendo a la cafetería durante toda la semana con la esperanza de volver a
ver a Liz, pero mi decepción al no lograr verla fue creciendo con los días
hasta que me di por vencida y a la semana deje de acudir. Una mañana me levante
raramente optimista, me miro al espejo y me sentí bien conmigo misma, no es que
sea una chica guapa pero mis ojos marrones son muy expresivos y cuando quieren
denotan cierta rebeldía, tengo una nariz mediana y unos labios gruesos, mi piel
es morena como consecuencia de mi descendencia latina y mi cuerpo guarda unas
medidas en sincronía, es decir tengo una medida de pecho normal y un buen culo
como me dicen mis amigos y varias personas más. Después de esa porción de
optimismo me visto y me arreglo para ir a la universidad, cuando llego veo a
mis amigos como siempre sentados en el césped riendo y haciendo tonterías, me
siento con ellos y empiezan a molestarme nada mas verme.
Carlos: Ana…bel
mmm me …pa..pa..sas el agua jajjajjaja
Yo: JA JA JA que
gracioso, tengo que recordarte la vez que llegue a tu casa y te encontré atado
en la cama vestido con ropa interior de mujer eh
Carlos: con cara
de pocos amigos - pues no listilla
Anabel: chicas!
Chicas! Tranquilas
Cecilia: ¿qué
hacemos esta noche? Es viernes así que habrá que ir a bailar no?
Yo: a mí no me
apetece mucho pero si queréis me apunto
Carlos: decidido
vamos a la disco hoy ahora venga vagas vamos a clases
Nos levantamos y
nos vamos cada uno a nuestra clase, el día transcurre entre clases y al
terminar me voy a casa a descansar un poco y como no pensar en esa chica que me
tiene loca. He quedado con los chicos a las 11 así que a las 9 ceno y empiezo a
arreglarme. Me pongo unos pantalones negros ajustados con unas botas estilo
militar, una camisa de tirantes y por fuera una camisa de rayas roja, ahora a
intentar divertirse y pensar menos.
Llegamos a la
discoteca y está llena, nos dirigimos a una mesa al fondo y pedimos unas
bebidas, la chicas se van a bailar mientras Carlos y yo hablamos, cuando las
chicas vuelven me levanto y me voy al baño, cuando de pronto alguien choca
conmigo.
Yo: lo siento
Chica: no
importa ha sido un accidente
Miro hacia
arriba y me encuentro con esa mirada de ojos marrones, esa que no he podido
borrar de mi memoria y de inmediato en mi boca se muestra una sonrisa.
Yo: debemos
dejar de encontrarnos así
Ella solo sonríe
y me mira
Liz: pues si
porque cada vez que chocamos me sale un moretón por alguna parte
Yo: ¿has venido
sola?
Liz: he venido
con las chicas
Yo: bueno… tal
vez ahora si me podrías aceptar esa copa
Liz: puedo
hacerte una pregunta
Yo: claro
Liz: cuántos
años tienes?
Yo: 22 y ¿tú?
Liz: demasiado
mayor, tengo 30
Yo: pues no los
aparentas, de verdad que me gustaría invitarte a una copa y charlar un ratito
contigo.
Liz: no se si
eso será my buena idea
Yo: ¿por qué no?
Liz: pues… la
verdad es que eres una niña y no creo que sea buena idea que te vean con
alguien tan mayor como yo
Yo: sinceramente
lo que digan los demás me importa poco y para mi seria un privilegio que me
vieran con alguien como tú, así que no acepto un no por respuesta.
Liz: está bien
Nos dirigimos a
la barra y veo como nuestros amigos nos miran con curiosidad, los míos porque
probablemente nunca me habían visto comportarme así con una chica, y sus amigas
me miran con curiosidad.
Yo: que suerte
haberte encontrado aquí
Liz: las chicas
quisieron salir un rato, yo soy más de estar en casa pero no sé porque hoy me
apeteció salir
Yo: eso es
porque intuías que me verías
Liz: que modesta
jajajja
Yo: me vas a
decir que no te morías por verme?
Liz: pues la
verdad es que ardía en deseos de verte. Ella me guiña un ojo y yo siento como
me derrito
Yo: que haces
cuando no estás por ahí pervirtiendo a inocentes chicas
Liz: soy
enfermera, ahora estoy trabajando en el hospital Jiménez días lo conoces?
Yo: claro que
sí, he estado un par de veces, aunque si se esto antes me paso mucho más
seguido.
Liz: tú qué
haces cuando no estás intentado impresionar a señoras mayores?
Yo: pues voy a
la universidad; por cierto mmm tal vez, no sé, te gustaría que intercambiáramos
teléfonos, así podríamos hablar y conocernos mejor.
Liz: Mmmm pues me parece que si quieres mi
teléfono tendrás que ganártelo
Yo: que tengo
que hacer?
Liz: por lo
pronto sacarme a bailar.
Esa proposición
me sorprendió, no pensaba que Liz fuera tan osada pero esta chica me sorprendía
cada vez más y debo admitir que me encantaba.
Yo: dalo por
hecho morena
La tomo de la
mano y nos dirigimos a la pista de baile, allí nos movemos al ritmo de la
música y siento como ella se pega mas a mí, baila tan sensual que me está
volviendo loca. Yo intento seguir el ritmo pero con sus movimientos está
haciendo que me olvide hasta de mi nombre. No sé en que momento se acaba la
canción porque yo sigo pegada bailando con ella, se me hace imposible dejarla
ir. Tomo la iniciativa y acerco mi rostro al de ella lentamente estoy a punto
de besarla.
------------------------------------------------------------------------------------------------------
La Teta Feliz Historias y Relatos ® Frida - Derechos Reservados
©
Todos los derechos reservados. Esta publicación no puede ser
reproducida, ni en todo ni en parte, registrada o transmitida por un
sistema de recuperación de información, en ninguna forma ni por ningún
medio, sea mecánico, fotoquímico, electrónico, magnético, electroóptico,
por fotocopia o cualquier otro, sin el permiso previo, por escrito, del
autor.
Esta historia es sumamente excitante... Espero que sigas subiendo capítulos.
ResponderEliminarQue lindo!!!
ResponderEliminarMuy lindo! Q pasa luego????
ResponderEliminaresta linda la historia :D
ResponderEliminarEsto se esta poniendo bueno...Expectantes por el proximo capitulo.
ResponderEliminarGracias GabDota y Rogelia por vuestros comentarios, me animáis a Seguir escribiendo.
ResponderEliminar