Cap. III - Recuerdos parte II
-si, como los viejos
tiempos- saliendo de mis pensamientos y girando mi mano para tomar la tuya.
-y que me cuentas,
dime ¿que ha sido de tu vida?- soltando mi mano, sosteniendo tu taza de café y sorbiendo
un poco de aquel café.
- aaaaaa- di un
suspiro- pues ya sabes, escribir, un poco de diversión, trabajar y trabajar-
moviendo la cabeza a los lados.
- jajaja, y como te
fue con tu proyecto – reíste divertida
- no puedo quejarme-
tome un sorbo de mi café y té sonreí- tuve suerte.
- pronto será el
aniversario de mis padres- bajaste levemente tu mirada y en tus ojos se notó un
poco de tristeza, pero al levantar tu mirada la tristeza se difumino.
- ¿estás bien?-
pregunte un poco preocupada y tomando de nuevo tu mano.
- sí, no te
preocupes- apretaste tiernamente mis manos, tus palabras me hicieron saber que
era verdad y me tranquilizaron viniendo a mi mente ese día tan doloroso para
ti.
-------****Recuerdo****------
- anda, acompáñame a
mi casa-tomaste mi mano y reías
- enserio, no puedo,
debo ver a júnior-
- solo me vas a dejar
y te regresas, ¿sí?, ¿sí?- suplicaste
-no séqué voy hacer
contigo, anda, vamos- me rendí ante tus suplicas, de hecho no pensaba dejarte
sola, pero me encanta cuando me hablas así.
- gracias, algún día
te pagare todas las molestias.- reíste.
- cuanto me temo que
no me pagaras- voz de resignación.
- vamos, tranquila
que no te cuesta nada- dándome toquecitos en mi hombro.
Después de unos
minutos pasamos por un pequeño puente y a lo lejos se veía una ambulancia y oficiales
de seguridad, había ocurrió un
accidente. Al acercarnos no creía lo que veía, era un auto Ford fiesta rojo,
que al parecer había sido envestido por un auto de carga, pero lo que no podría
creer es que conocía a las personas del auto rojo, pero al reaccionar tú ya
estabas abandonado mi auto para correr hacia tus padres, salí del auto para
seguirte, los oficiales no te dejaron pasar y te tome en mis brazos, le dirigí
una mirada al oficial que te detuvo y el movió la cabeza negativamente lo cual
me quedo claro el significado, tu llanto hizo que comenzara a llorar y te
seguía abrazando fuerte, mientras tú te desasías a cada minuto que pasaba,
realmente no sabía que tanto sufrías en aquel momento, pero yo estaría a tu
lado protegiéndote.
Una semana después,
todos te visitábamos tratando de darte ánimos, pero al aparecer nuestros
intentos eran en vanos, seguías sumergida en tu tristeza y desconsuelo, esto
siguió hasta cumplir 4 mes, no lo soportaba, ya no te divertías, no
querías salir. En esos momentos hubiera dado tanto para evitarte tanto
sufrimiento, pero me sentía impotente.
Te visite pidiendo al
cielo que por fin accedieras salir, al estacionar mi auto me percate que tenías
visitas, pero no me intimide, salí del auto y toque el timbre, al abrirme la
puerta tu rostro había cambiado, se veía más relajado, parte de la tristeza
había desaparecido.
- hola- te salude con
una pequeña sonrisa- ¿puedo pasar?
- claro- realmente
esas visitas te hicieron muy bien pues me sonreíste- pasa
- te ves mejor- la
abrase y le di un beso en la mejilla- ¿hay alguien especial aquí adentro?-
separándome y tomándote de tu manos.
- si, una prima, que
no veía hace tiempo- soltases mis manos y me encaminaste hacia la sala, en
donde estaba sentada tú primara, pelo castaño, lacio, piel un poco más blanca
que la tuya, ojos grises y labios carnosos acompañados de una esbelta figura.
- te presento a
Eliza.
-hola…- dijo ella con
una sonrisa, al parecer era de familia esa sonrisa. Extendiéndome su mano.
- Anel, me llamo
Anel- tomo su mano y devuelvo la misma sonrisa, quedándonos un tiempo en esa
posición.
- yo soy Esteban-
interrumpiendo el momento y extendiéndome su mano- novio de Eliza.
-aaaa, perdón, mucho
gusto- tomé su mano, este tipo de chicos no me agradan, no pensaba quedarme con
su chica.
- Yunuen nos habló un
poco de ti-
- a, ¿sí?, y les dijo
cosas buenas o malas-tomé asiento a lado de Yunuen y él sonrió.
- les conté lo mala
que eres con migo- sonreíste, esa sonrisa de nuevo, pensaba que no la volvería
a ver.
- así que, ahora yo
soy mala- levantando una ceja sin ocultar mi sonrisa.
- al parecer lo que
nos contó es verdad- hablo Eliza – esperamos conocerte más, ¿verdad?- se dirige
hacia Esteban y el tipo solo se queda viendo a Yunuen.
- claro, eso
esperamos- por supuesto que no se refería mí, ya que no te dejaba de ver.
-¿y cuánto tiempo se
piensan quedar por aquí?- fingiendo no haber visto su mirada.
- no lo sé, un par de
semanas o un mes- Eliza me veía y reía- por el momento estaremos viviendo
cerca.
-¿se quedaran con la
tía?- hablaste después de ver su mirada.
- sí, estaremos con
la tía.
- bueno, mucho gusto
en conocerlos, me tengo que retirar- me puse de pie y extendí mi mano
hacia los recién llegados.
- ¿Cómo?, ¿tan
pronto?, si acabas de llegar- Eliza tomó mi mano.
- es que solo vine a
ver a Yunuen, para saber cómo seguía,- suelto su mano y la dirijo al
chico, la cual la toma sin mucho entusiasmo- además tienen mucho que platicar-
le dirijo una sonrisa a Yunuen
- Esta bien pero
promete que nos conoceremos bien,- observando la sonrisa de Eliza, de algún
modo me incomodaba un poco, será porque es muy coqueta.
- claro, vendré a
visitar a Yunuen seguido- observe al chico de reojo y al pareces no le gustó la
idea.
- Te acompaño-
tomaste mi brazo mientras avanzábamos a la salida – ¿en serio te tienes que
ir?, o es por la presencia de ellos.
- no, nada de eso,
solo venía a verte, pero puedo ver que tienes una buena compañía, me puedo ir
tranquila- le di un abrazo y un beso en la mejilla.
- no me digas que
estabas preocupada por mí- reíste coqueteándome.
- claro que no, solo
quería que estuvieras bien.- sonrojándome levemente.
- jajajaja, ¿es
verdad que saldrás con mi prima y su novio?- preguntaste un poco interesada.
- sí, me gustaría
conocerlos más- si claro sobre todo al chico que me agradó mucho,
fingiendo entusiasmo.
- entonces te llamo
para ponernos de acuerdo, ¿sí?
- ok, espero tu
llamada, nos vemos- le di otro beso en la mejilla y salí del lugar.
-------*****Fin
del recuerdo*****-----------
- bueno, entonces no
hablemos de cosas que te pongan triste- solté tu mano y te sonreí.
- está bien-
sonreíste, siempre tienes esa sonrisa, que me encantaba.
-bien- nos quedamos
unos minutos en silencio, viéndonos a los ojos, no sabía que decirte, estaba
nerviosa, hasta que interrumpiste el silencio.
- y ¿has tenido
amigas?- tomando tu taza y jugando con ella.
-¿amigas? ó -
pregunte sabiendo de antemano a lo que se refería.
- bueno, ¿has
tenido a otra persona a quien querer?- con más curiosidad y levemente sonrojada.
- mmmmmm- pensando la
respuesta- no, he estado muy ocupada con un proyecto que no he tenido tiempo de
ver otras a personas.
- ¿en serio?-
elevando una ceja-
- ¿qué?, ¿no me crees?-
casi seria
- bueno, pues como
eres de coqueta se me hace muy raro- ríes.
-pues creo que tú no
te quedas atrás- tomé un sorbo de mi café- ¿cuánto novios has tenido después de
lo nuestro?.
- pues, ni uno- dices
riendo- también he estado ocupada-jajaja
-¿es verdad lo que me
dices?- entre cerrando los ojos.
- es enserio, tengo
mi propio consultorio- Eso me alegro, ya que te encantaba tu carrera y en
verdad anhelabas tener tu propio consultorio veterinario.
- debo traerte a
junior para que lo revises- sonriendo coquetamente.
- ¿aún vive ese gato?-
abriste los ojos sorprendida.
- oye, que no esta
tan viejo-fingiendo reproche.
- jajaja,- reímos un
poco, y nos volvimos a quedar en silencio, tomaste tu taza de café, la llevaste
lentamente a tus labios, me mirabas tranquila, y yo sonreía sin dejar de ver
tus labios sobre la taza de café y mi mente no pudo evitar ver otro recuerdo, este
es de la primera cachetada tuya.
-------*****Recuerdo****--------
Había pasado
tres semana después de presentarme a tu prima y su novio, nuestra situación se
volvía un poco complicada, los presentaste a nuestras amigas, encajaron bien en
nuestro grupo, salíamos de días de campo, por las tarde salíamos a centros
comerciales, al cine, a varios lugares. La presencia de Esteban me molestaba
cada día más y más, tú te llevabas de maravilla con él, pero no podía
hacer nada, Eliza se lleva bien con migo, pero cuando estoy con ella te
ponías de un humor insoportable así que empezamos a pelear por cosas sin
sentido, pero no soportaba que me dejaras de hablar por mucho tiempo, así que
te hablaba de inmediato y nos contentábamos de nuevo, pero eso solo unas de
nuestras pequeñas peleas, durante unas semanasestábamos así, una pelea, una
reconciliación.
Inicia
septiembre, es otoño en donde las hojas caen para dar nuevamente vida a otras, el otoño
frio y triste, parece ser que nuestra relación va mal, las peleas son más
frecuentes. Esteban y Eliza se van hoy 7 de septiembre, al parecer también
tienen problemas, me gusto la pequeña amistad que tuvimos, pero me da gusto
porque el chico insoportable se iba, sin saber que a ti te daba gusto que tu
prima se fuera. Al llegar a tu casa nos sentamos en la sala, nuestras
amigas comentan sobre la partida de los dos novios y entre sus comentarios
surgió uno en especial. Fernanda, una chica esbelta más alta que yo, pelo corto
y negro, ojos café oscuro y labios delgados. Nos hace un comentario a las dos
bromeando.
- les da gusto
que se hayan ido, ¿verdad?- dijo riéndose.
- ¿qué?, ¿quién?-
dije fingiendo no saber nada.
- no te hagas,
sabes perfectamente de quien estoy hablando-
- ¿de ellos?,
no, como crees- levantándome y dirigiéndome a la cocina- ¿alguien quiere algo?
- no gracias-
comentaste un poco molesta y al escuchar el tono de tu voz no puede evitar
molestarme y decir:
- claro, preferirías que fuera Esteban quien digiera
eso.- dije en casi en un susurro, pero lo suficientemente fuerte, mientras me
dirigía a la cocina, cuando escuche.
- ¿Qué dijiste?-
contestaste más molesta.
- ¿Quién, yo?-
te mire fingiendo no saber de qué me hablabas- nada- me quede en la cocina
tratando de que mi mal humor desapareciera, mientras me decía a mí misma.
- ¿Qué te pasa?,
¿por qué te pones así?, va si ya lo sabes, pero ella no, haaaaaaaay- me jale
los cabellos en acto de desesperación- ¿Por qué todo tiene que ser tan
complicado?- diciendo esto último en voz alta sin darme cuenta que Fernanda
había entrado a la cocina.
- porque,tú lo
haces complicado- dándome unos toquecitos en mi espalda.
- ¿qué?, no te
escuche entrar- sorprendiéndome.
- porque no solo
le dices lo que sientes y ya- tomo un vaso con agua y empezó a beber.
- ¿de qué me
hablas?- rebatándole el vaso y bebiéndome el agua restante.
- vamos sabes
muy bien a lo que me refiero, no se sabe lo que puede pasar, la puedes perder-
acercándose a la puerta, voltea y me sonríe.
- aún sigo sin
entender-pero ya había salido de la cocina y me quede pensando en lo que había
dicho, no sécuánto tiempo paso, pero unas risas me sacaron de mis pensamientos
y fui a la sala de nuevo, tú te reías y mi expresión cambio cuando dijiste una
frase.
- sí, era tan
lindo cuando fuimos a la feria, tenía miedo de subirse a la montaña rusa.
-
jajajaja,-todas reían ante tu comentario y yo me senté al lado de Fernanda (ya
se imaginan la escena yo de brazos cruzados, cerrando los ojos y con una
pequeña venita saliendo de mi cien, arqueando una ceja), al pararse las risas,
fue mi turno de comentar algo.
- y no se
imaginan a Eliza, cuando entramos a la casa de los espantos, se abrazaba de mí
que no me dejaba caminar.- remarcando en nombre, a lo que eso te molesto.
- y eso que
tiene que ver con la conversación- dijiste ocultando tu descontento.
- ¿que no está
hablando de él día de la feria?- casi reprochando.
-sí, ¿pero por
qué tenías que sacar a Eliza en esto?
- y por qué tu
siempre estás hablando de Esteban, ya me colmaste de Esteban es tierno, Esteban
esto, Esteban aquello- tratando de imitar tu voz.
- pues igual tú,
Eliza es muy bonita, Eliza, Eliza, Eliza, no te sabes otro nombre- gritaste muy
fuerte.
- ¿Cuál es tu
problema con Eliza?, tienes envidia, te mueres de….- no me dejaste terminar la
frase, ya que te enfureciste tanto que me diste una cachetada, y subiste
corriendo las escaleras, me quede un instante parada, pero me enfurecí aún más
y corrí hacia ti, gritando tu nombre.
- Yunuenn,
Yunuenn- llegue hasta tu recamara e impedí que cerraras la puerta,
forcejeando un poco, para por fin poder
entrar, sostuve tus muñecas con fuerza.
- suéltame, que me
lastimas-intentabas soltarte pero no pudiste, disminuí la fuerza y nos quedamos
uno instantes así hasta que preguntaste- ¿Cuál es tu problema?- volviendo a
intentar zafarte de mí agarre, esta vez lo conseguiste y trataste de
salir del cuarto, pero logre alcanzarte, te tome de tu muñeca
izquierda y con fuerza te jale hacia mí, quedando en un fuerte abrazo,
intentaste alejarte de mí, tome tu cintura con una mano mientras que con la
otra tomaba tu cabeza obligándote a besarme, era un beso forzado así que te
separaste de mí y me diste otra cachetada, pero esta vez haciéndome daño en mi
labio, te bese otra vez, solo que ahora no pretendía soltarte, el beso se fue
haciendo poco a poco más lento y más suave, dejando de la presión que
ejercía, baje mi mano hasta tu cintura tomándola con delicadeza y
dulzura, tus manos rodearon mi cuello, separándonos, nos quedamos
viéndonos a los ojos, y te volví a besar pero esta vez me correspondiste al
instante, al separarnos te abrase y me dijiste al oído en un suave susurro.
- eres una tonta,
¿por qué no lo hiciste antes?- sintiendo su aliento en mi oído.
- porque no me atrevía-
acariciaba tu mejilla con la mía, un pequeño suspiro salió de mis labios.
Reíste y me diste un pequeño beso en los labios, al separarte lo suficiente,
observaste un pequeño hilo de sangre saliendo de mi labio.
- uy perdón, si
te pegue duro, ¿verdad?, lo siento- dijiste un poco preocupada y tocando la
herida.
- aaauu- me
queje- me pregunto de donde sacaste tanta fuerza - y me diste otro beso.
- lo siento-
reíste apenada. Nos volvimos a besar con ternura, estuvimos así unos
minutos, hasta que Fernanda nos interrumpió tocando la puerta.
-¿Chicas?-
pregunto con timidez, me separe de ti lentamente y me dirigí a la puerta,
girando el pomo de la misma y abriendo lentamente le pregunte.
- ¿qué pasa?-
asomándome, se me queda viendo.
- espero que eso
allá valido la pena- tocándome la pequeña herida y riendo burlonamente.
-aaauu- me queje
despacio, y ella sonrio un poco más fuerte.
-upss, lo
siento, nos tenemos que ir, no se maten he- me dio un beso en la mejilla y
riéndose se alejó de mí, a lo que me quede con una pequeña sonrisa en los
labios, al escuchar que se cerraba la puerta entre de nuevo a tu cuarto, tú
estabas en la ventana, me acerque lentamente y te abrace, coloque mi mentón en
tu hombro, sosteniendo delicadamente tu cintura.
-¿Qué piensas?-
en un suave susurro, mientras tú tomaste mis manos y te diste la vuelta sin
romper el abrazo.
- en el tiempo
que perdimos- me diste un delicado beso en mis labios y sonreíste.
- ven con
conmigo, quiero mostrarte algo- te tome una mano mientras caminábamos fuera del
cuarto, desplantándonos hasta el fondo del pasillo, baje las escaleras para
subir a un tercer piso, en donde tu colocabas todas aquellas cosas que no
ocupabas más, caminamos hasta el rincón y abrí una pequeña puerta
cuadrada llevándonos al techo, estando afuera te sorprendiste de la vista, se
podían ver las estrellas tan claras y tan brillantes. Nos sentamos y como la
brisa era fresca, tu piel se erizo, te tome entre mis brazos recargándote en mí
depositando un beso en tu frente.
-------***** fin del recuerdo
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Esta muy linda la historia, continuala...
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